You Belong Whit Me - Rikkert.

por **Victoria Middleton** Lun Nov 07, 2016 12:59 pm

Después de mucho insistir, por fin logré que se diera todo un fin de semana para nosotros solos. Llorar y fingir un inmenso dolor por la lejanía siempre funcionaba. Yo era la prometida que debía esperar en tierra por largas y largas horas por su regreso. Él, el audaz marinero en la eterna lucha contra los mares correntosos y los peligrosos piratas, en alta mar. Cada que se presentaba la oportunidad, le hacía ver el nerviosismo de su encuentro con los mismos y lo peligroso que resultaba "porque algo malo podría pasarle y qué iba a ser de mí sin su presencia." La verdad es que no me importaba lo que le ocurriera siempre y cuando volviera con costosos regalos y joyas preciosas. Aún así, todavía me faltaba dar el paso más importante, y por el que había luchado todos éstos meses: Casarme con el por supuesto. Eso valía más que cualquier regalo costoso. Más la situación se tornaba violenta y tensa cada que se tocaba el tema. El idiota seguía pensando en su esposa difunta y en ese par de párvulos que tuvo por hijos. ¡De verdad era tan desesperante tener que soportar cada una de las historias de amor vividas entre ellos dos!

Mas todo lo valía. Yo podía tener mucha presencia cuando de obtener un beneficio se tratara. Poco a poco iba envolviéndolo en mi telaraña, y una vez lo tuviera besándome los pies, y haberme convertido en la duquesa de Francia, me desharía de él, como había ocurrido con los anteriores pretendientes, que comparados con éste ejemplar, con nada tenían para competirle. Fingir dolor y comprensión por su horrible situación del pasado, era algo que se me daba muy bien. Yo podía ser tan buena y mojigata con él, que hasta yo misma me daba asco. Pero - repito - no me importaba. El pez estaba a punto de ser pescado. La red estaba echada, solo se necesitaba la persuasión suficiente para que atrapara el cebo y después cocinarlo a fuego lento.

Antes de encontrarme con él en la cubierta de su pequeña embarcación particular, me enfundé en un vestido de seda blanca, que dejaba ver un poco más allá través de el. Recogí el cabello rubio en una coleta, adornándola con un moño, dejando que algunos rizos se escaparan del agarre, para dar un "toque" mas inocente. Me miré por una última vez en el espejo de cuerpo completo que tenía en mi camarote, y me encontré encantadora. Estaba decidida a que ésa anoche pasara algo más que unos simples besos y caricias. No íbamos a regresar a tierra hasta salirme con la mía.

Subí los escalones que me separaban de la parte superior y caminé descalza por los maderos del piso. Lo vi en la proa, observando hacia el horizonte bebiendo directamente de la botella de champaña. Acerqué mis pasos con cautela y le abracé por la espalda, dandole un beso en el cuello.

-Por fin lo encontré. ¿Me invita a compartir tiempo con usted su señoría? -comencé a bromear, era algo que parecía gustarle. Apreté su espalda con fuerza, perdiéndome en el aroma de su colonia.

por **Benneth Mozes-Kor** Dom Nov 13, 2016 9:21 pm

Siempre me había gustado el mar. Mi primer recuerdo, lo tenía relacionado con el mar. Creci con él, fue mi segundo hogar. Sonreí al recordar la colección de conchas marinas que aún conservaba de aquellos tiempos. Uno de mis grandes tesoros, como lo había sido mi familia. Era extraño. Aún al paso del tirmpo los seguía recordando. No es que tratase de olvidarles, simplemente de vez en cuando y cuando menos me lo proponía, llegaban a mí los recuerdos, inevitablemente. Habían ya pasado algunos años de su pérdida, aunque la herida seguía abierta y latente; esperando el momento idóneo de ser vengada.

Meditaba yo, copa en mano, observando como lentamente la luz iba dando paso a la noche, y cientos de tintineantes estrellas comenzaban a aparecer en el cielo. La brisa soplaba suave. No había frío ni calor. Tampoco el habitual ruido del muelle, ya que nos habíamos alejado un par de millas náuticas. Sólo estábamos Victoria y yo, en medio del inmenso mar, acompañados el uno por el otro.

En aquel instante tenía sentimientos encontrados, porque aquel dia yo no deseaba hacer ninguna clase de travesía marítima. Tampoco había sido de mi agrado haber zarpado en el Melody Dream el barco que con tanta ilusión le había mandado a hacer a mi finada esposa. Juré nunca volver a izar las velas ni levantar el ancla, pero...Ella había insistido tanto, que no pude más que complacer a su capricho. Porque lo era. Yo conocía a Victoria, mejor de lo que ella pudiese pensar, a veces se comportaba como una auténtica niña mimada, sin embargo era cierto que debía comenzar a dejar el pasado atrás, y si bien no enterrarlo, aprender a vivir con la pérdida, dando paso a una nueva vida. No sabría decir en éste momento si lo sería con ella, o alguien mas, simplemente no quería pensar demasiado. Dejaría que las cosas se acomodasen justo en su lugar y fuera el destino quien echara sus hilos para entrelazarlos adecuadamente.

Entonces, sentí sus cálidos brazos rodearme por la espalda. Su respiración cerca del oído, y sus pechos "caminar por mi espalda"

-El tiempo es relativo my lady. Aunque debo añadir algo más. -Di uno de los últimos sorbos a mi copa- Es usted una mujer muy lista. ¿Cómo ha hecho para encontrarme en medio de la multitud?

Inenté hacer una broma de mis palabras, para despejar el ambiente. No había tenido un comienzo de día de sumo agrado, sino por el contrario, la insistencia de Victoria y algunos negocios con mal destino, me habían colocado de cabeza, con cierto grado de mal humor. Aún así trataba de hacerme a la idea, tratando de disfrutar el momento. No podía continuar aferrándome a su recuerdo. Ellos jamás volverían.

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