Waiting in the night [Privado]

Después de todo lo que había pasado ese dia, estaba agotada y lista para dormir las dos horas que le quedasen; el encuentro con aquel chico la había dejado un poco aturdida, incluso podía decirse que jamás se había sentido tan fuera de lugar o sin mucha confianza después de eso. No sabía que tenía aquel pelinegro, pero vaya que había hecho su noche mas interesante.

Se había encargado de cambiarse de nuevo a la ropa con la que había salido aquella noche de su hogar, dejando todo lo relacionado con la caza en su pequeño y secreto cobertizo que funcionaba como su “base” y se había intentado quitar olor alguno de la taberna o incluso de Jace, frotándose contra árboles y hierba fresca –algo que copio de los animales que veía- y así, se encamino por las calles de Londres hasta llegar a aquella enorme residencia suya. En un principio se había quedado ahí, frente a la gran mansión solo preparándose mentalmente para otro día, hasta entrar por la reja principal y correr hacia el otro extremo de la casa. Comenzó a escalar la secreta escalera en la pared que tenía ramas por todos lados, para así poder entrar por la ventana de una de las habitaciones que eran para visitas; hizo una mueca de desagrado, ya que el vestido lo hacía más difícil y simplemente era muy estorboso –aunque no era de los vestidos pomposos y ostentosos que usualmente usaba en “cenas” con su hermana o para algo elegante, más bien era uno ligero, más suelto y sin un corsé apretado, solo algo que marcaba sus pechos y su cintura-.

Al entrar por la ventana, lo hizo lo más callada posible, siempre deteniéndose unos segundos prestando atención a los sonidos que pudiesen surgir –algo muy de cazadores- para cerciorarse que sus hermanos estuvieran ocupados o ausentes. Cerro la ventana y la pesada y gruesa cortina, acomodo lo mejor que pudo su vestido y su cabello y se encamino hacia el pasillo, subiendo las escaleras hacia el tercer piso y hacia su habitación, que era la que tenía la vista hacia los canales a la lejanía y por donde entraba se podía ver la metida del sol. Sin embargo, cuando abrió la puerta a su habitación, ni bien esta se había abierto del todo, cuando sintió ese aire frio que te eriza los pelos de la nuca y hace que te estremezcas, aquel aire que ella conocía ya tan bien después de práctica y practica con su maestro, el aire que indicaba que había un depredador ahí.

-Alice…- susurró cuando se dignó a entrar, viendo una silueta de oscuras sombras y brillos de piel pálida por ahí, sentada en su cama. Esta estaba a oscuras ya que las cortinas estaban cerradas, y aun cuando había una pequeña estancia –apeas con una chimenea y un sillón- podía verla ahí -¿Qué sucede? Ya deberías estar dormida..- actuó con naturalidad, cerrando la puerta tras de sí y caminando hacia su tocador de madera de roble -¿Me estabas esperando?- miró a la mayor por sobre su hombro, mientras se quitaba los anillos y los aretes.

Tal vez la parte mas difícil de su entrenamiento había sido cuando le enseñaron a controlar todo de su cuerpo, la respiración, el corazón, las muecas, todo aquello era un arma de doble filo y si se dejaba descuidado, los enemigos podían usarlo a su antojo y desbalancear el perfecto ataque de un cazador con mencionarlo. Los nervios eran parte de Rose, pero ahora debía hacer uso de todo lo aprendido para mantenerlos a raya; no era la primera vez que se ponía nerviosa ante su hermana, mas si que era la primera vez que no se permitiría que la mayor lo notase.

Cuando esta la olfateo de cerca, Rose seguía solo quitándose algunas cosas, masajeando sus dedos como si los anillos hubiesen hecho lo suyo por tantas horas de traerlos –en realidad fue el golpe que proporcionó a uno de los gorilas en la taberna- y se giró para encarar a la mayor –Pues… podría decir que si, me revolqué sin querer en el césped y ya sabes cómo están las cosas con la humedad hermana- sonríe de forma inocente y al escuchar lo siguiente, casi podría darle un ataque. ¿UN HOMBRE? ¿ELLA? Jamás se había planteado salir con nadie, no podía arriesgar a ninguna de las dos partes y aun que sabia que su hermana jamás tocaría a alguien que ella trajese a casa… no estaba segura de sus hermanos o de si aquel terminaría por vender a su familia a algún cazador sin escrúpulos… no se iba a arriesgar.

Maldición! La maldita capa!... pensó para si, aun con un semblante sereno y un poco travieso como el que solia poner cuando había hecho una travesura que su hermana había descubierto.

Por supuesto! Era la cuartada perfecta! Un hombre! Y no solo un hombre, sino un pillo de barrio bajo como Jace, el seria su ancla y su carta de escape, vamos que tenía un nombre real que darle y una media mentira que podría tener más de verdad que lo esperado, había salvado su encantador trasero, era hora de cobrar el favor –sí, es que… no sabía como decirlo- se hundió en hombros –tienes razón, tengo un amante- declaro comenzando a deshacer los nudos del corsé –lo que pasa es que no sabia como mencionarlo porque aun es algo nuevo para mi y él es.. bueno, humano y no tiene clase asi que me es difícil hablar de él sin preocuparme por tu impresión hermana, eres muy importante para mi- ¿era de clase alta? Quien sabe, pero poco importaba en una mentira –perdí tu capa porque el me llevo en una… cita a una taberna y nos vimos envueltos en un pequeño aprieto en ese lugar, ya sabes como son las tabernas… alcohol y ruido por todas partes- sonríe un poco –se me habrá caído cuando salimos de ahí, lo siento tanto, te conseguiré otra en unas horas y en cuanto a mi olor, bueno..podría decirse que la emoción de algo asi me llevo a pasar un buen rato con él en cuanto tuvimos oportunidad-

Mentira, mas sabía que era por su bien, todo lo que hacía siempre era por el bien de Alice y sus hermanos, el entrenar para ser cazadora es para prevenir que algo asi volviese a pasar. Podria protegerse y la casa si algo sucedía, no sería solo un estorbo y algún dia podría vengar a su hermana… debía mentir para seguir adelante, por todos.

Casi sonreía aliviada cuando escuchó a su hermana, le había creído y hasta parecía comprender la. Bendita fuera Alice por permitirle tener sus propios pensamientos e intimidad –ya que como vampiro, seguro podría buscar en su cabeza la verdad- asi que, por lo menos por aquellos momentos, estaba salvada. El problema con las medias mentiras era poder ocultar los detalles sucios y dejar los que podría digerir de forma fácil, mas con Alice, bueno, entendía que era su hermanita aunque tuviese la edad que fuera, asi que le pareció tierno de su parte las muecas elegantes que se le escapaban a su hermana. Obediente se sentó en el taburete, dejando a su hermana hacer con su cabello, como cuando ambas eran mas jóvenes.

-No te preocupes, he aprendido suficiente de mi hermana al respecto- dijo sonriendo de forma infantil como al tener diez años y ríe de forma leve y armoniosa –oh claro, ¿Quién mejor que ella? No se me había ocurrido, igual y compramos una que vaya a juego con la tuya- genuina mente emocionada, bajando el corsé de su vestido hasta su cintura aun estando sentada y dejando que Alice cepillarla su largo cabello. Cuando volvió a hablar, Rose elevo su mirada a través del espejo para notar la sonrisa más hermosa de su hermana, aquella que aun mostraba un lado humano de ella, el lado sensible –si.. lo recuerdo- bajó la mirada y saco de una pequeña caja de música, un hermoso adorno para el cabello e forma de rosa hecho de cristales preciosos –aún recuerdo que solía decirme que debía tener el cabello de una princesa… porque le gustaba el brillo que tenía…- sonríe de forma melancólica, acariciando el adorno con la yema de sus manos –ella era hermosa…- susurró.

Y vaya que su madre lo era, aun podía verla en el jardín, tomando rosas frescas entre sus suaves manos e intentando hacerle una corona de flores a Rose, el cómo le gustaba tararear cuando su padre no estaba y el como la tranquilizaba cuando algo malo había pasado o si su padre estaba de muy mal humor, como la “escondía” de aquella tormenta, llevándola bajo uno de los árboles del jardín y hacerla dormir en sus piernas.

Jugó un poco más con aquel adorno, en silencio y pensando que, de haber sabido como la estaba pasando su hermana, habría ido a buscarla aun que tuviera que dormir en la calle. Elevo la mirada de nuevo al reflejo de su hermana y noto en ella los ángulos de su madre, las cejas, los labios, se le hacía que podría incluso decir que era ella si le cambiaba el color de cabello y de ojos –Alice… hace tanto que ya no hacemos nada- comento de la nada, rompiendo el silencio y apretando un poco el adorno de cabello entre sus manos –las cuales ya estaban un poco callosas por el entrenamiento- y sonríe un poco para que viese que estaba bien -¿Qué te parece hacer algo por la noche? O ¿Cuándo podrías?-

Había amado a su madre como cualquier otra niña haría, siempre corriendo hacia ella y siempre intentando hacerla sonreír y aun la amaba, pero Alice ocupaba un enorme espacio en su corazón, la hacía aspirar a ser mejor que cualquiera y a ser tan fuerte como ella; cual hermana menor que era, no sabía si la mayor era consiente del brillo en sus ojos cuando Rose la contemplaba y sí, tal vez ahora no eran del todo iguales aun así para la menor, no existía mejor hermana que ella. Claro que le lastimaba tener que mentirle, no era de su agrado y jamás lo había sido, pero sabia que era por el bien de todos y el ser cazadora seria su secreto hasta la tumba.

Se volvió para poder encarar a su hermana quien ya se encontraba en su cama y rió un poco por sus palabras si tan solo supiera que la taberna fue lo de menos de todo lo que paso, no estaría ya en la habitación, estaba segura que iría por la cabeza de Jace. Lo meditó un poco yendo hacia el mueble donde guardaba su ropa que no necesitaba estar colgada como los vestidos –bueno, he escuchado que hay una cata de vinos en el sur, con música ligera y hasta poesía creo…- mencionó, sacando su camisón para dormir y volviéndose de nuevo a la mayor –es por las noches y solo tres veces al mes, asi que toca en dos noches ¿Qué dices? Me gustaría que me enseñaras más de vinos y no supongo un mejor lugar-

Sabía lo mucho que el vino le gustaba a su hermana y lo bien que podían hacerse compañía, así que sería una noche de las señoritas Defort y esto la emocionaba como creía que ya no podría. Sonríe satisfecha por el plan y termina por sentarse en la cama al lado de su hermana. Notó como los bordes superiores de la pesada cortina comenzaban a emanar un poco de luz y se impresionó de lo “tarde” que era, suspirando un poco cansada y maldiciendo por lo mal que todo había ido en su pequeña misión. Sentía el peso de todo lo sucedido comenzar a apoderarse de sus músculos y se sintió más pesada de lo que había llegado, eso era lo malo de ser humana, todo te cobraba el doble de lo que le habías hecho al cuerpo.

No le gustaba faltar a su trabajo por mas cansada que estuviese, pero Hayden había acabado con su energía y ciertamente no estaba en el estado emocional para tratar con gente prepotente como lo eran los nobles que iban a pedir a sus esclavos –seguro terminaría pateando traseros y partiendo cabezas con la mínima provocación- así que lo más sensato era hacerle caso a su hermana de quedarse en cama todo el día y aprovechar su buen corazón para asi recuperarse después de tremenda “fiesta” que el chico le había hecho pasar. Asintió un poco, agradecida y suspirando porque en efecto, todo comenzaba a cargar cuenta y más al quedarse en la habitación con la pequeña “advertencia” sobre su hermano mayor enterándose de todo. Eso eran problemas, si llegaban a averiguar el paradero de Jace, no solo lo iban a sacar a la luz con todo y sus “demonios internos” más iban a enterarse que ella no tenía nada con él y muy probable su escondite lleno de las armas de cazador y de mases que sería muy difícil evadir de donde vinieron. Pensar en que su familia había provenido de una raza de cazadores y ahora, el que ella fuese uno era un secreto a morir.. le parecía irónico y extraño. Tendría que buscar de nuevo a Jace para acordar un par de cosas con él en caso de que Lauren o Alice salieran de “caza” a conocer al chico.

Comenzó a cambiarse de forma rápida y trenzar su larga cabellera para poder dormir, aprovechando que no estaba su hermana para verse al espejo de cuerpo completo y verificar que no había marcas muy visibles hechas por el hombre y así terminar de arreglarse, decidiendo sentarse en la cama para ponerse cómoda. Cuando su hermana llamó a la puerta, ella ya se encontraba casi acostada sobre las finas almohadas de plumas y estaba terminando de darse un masaje en la mano con la que había golpeado al hombre en la taberna. Su frente no sufría daño alguno y en sí solo estaba haciendo tiempo para dormir.

-¿Viajar?!- su emoción fue tal que se tuvo que poner de pie y ver asi a su hermana -¿enserio? ¿no habría problemas con el mercado?- hace mucho que esa ilusión infantil no se reflejaba en su rostro, pero estaba genuinamente emocionada y se trataba de su hermana, ella podría ver todas las emociones de Rose sin problemas –Me gustaría mucho, seria interesante ir a otro lugar que fuera aquí-

Imaginó el mar, el cielo enorme sobre sus cabezas, las noches en el barco y las mil estrellas que podría ver, estaba segura que disfrutaría del viento y el agua salda contra su piel y simplemente un viaje e barco le parecía algo tan romántico y puro que le llenaba de ideas la cabeza. Seguro podría traer cosas de allá y aun que ver a los esclavos no le iba a gustar, podría llevar la fiesta en paz con sus hermanos si se centraba en pensar en el viaje y disfrutar de él.

Mira a su hermana cuando esta se sienta a su lado, las cosas habían cambiado entre ellas de forma algo maduras mas aun podía ver el humano rostro de ella, aquel de cuando eran mas jóvenes y siempre terminaban en la misma habitación, y al estar asi de nuevo, solo pudo sonreír algo aniñada por ese echo. Mas cuando mencionó a Jace desvió la mirada un poco insegura de que contestar a ello, tendría que ver a Jace de nuevo para platicar el plan de “engaño” que tendría contra sus hermanos, tato para ocultar sus salidas a entrenar, como para ocultar aquel piso lleno de armas y demaces –si… creo que tendré que hacerlo- murmuró y espero a que sonara desalentada por estar triste de dejarlo que por estar ocultando algo.

Sonríe una vez más cuando su hermana deja un beso maternal en su frente y la despide cuando esta sale al fin de la habitación. Al fin termino recostada en la enorme cama, dejando que cada uno de sus adoloridos músculos se relajaran y al fin, su rostro se volviese sereno y apacible, soltó un largo suspiro y a su mente vinieron las imágenes de Hayden besándola y la persecución con Jace, lo que la hizo tomar una almohada y cubrirse su sonrojado rostro con ella. Sería algo difícil de hacer, estar de forma serena frente al chico después de lo ocurrido, pero tenía que hacerlo… y tal vez el viaje le ayudaría a no sentir nada al verlo cuando regresara… tal vez.

Sin darse cuenta, se quedó dormida, esperando el viaje en barco con sus hermanos.


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*off: Creo que mejor lo esperamos y tema cerrado!