Quiero un bonito futuro! -Casper-

Estando frente a frente a mi openente en este arduo combate de miradas, la rana saltó y el duelo se acabo -¡hey! ¡vuelvee!- Lo mismo grite demasiado alto para la gente de esta ciudad. Habia un policia mirándome, otras personas solo pasaban por mi lado.

Situandome cerca de un banco me sente simplemente a escuchar y a poner la mano en alto por pedir limosna. Últimamente los chismes estaban muy bien guardados en la gente, no habia nads que extraer de las personas y sin eso no habia dinero para podee comer. Estoy expulsada del campamento temporalmente por algo que no hice, Fergus es un completo e injusto brujo que hizo uso de su magia para ganarse seguidores. No me gustaba la idea de que lo hubieran aceptado en nuestro campamento y yo ya estaba fuera.

Ja! le iba a ayudar yo a ese brujo si alguna vez necesita de mis cuidados o de alguna información que necesite de alguien....o si, lo mismo deberia ofrecerme si le ayudara lo mismo haria que yo pudiera volver al campamento como antes fui. Echaba en falta mi montón de cojines y mis mantas suaves y calentitas. Mis ropas, mis objetos, mis recuerdos, los echaba en falta. Espero que estuviera ahi todavia. Espero que algún dia, pueda volver pero solo quiero que mi Mayor lo vea por sus ojos y no por un conjuro estúpido.

Vi a una mujer echar dinero en la palma de mi mano, lo suficiente para comprarme un bollo de chocolate calentito de mi panadería favorita. Podria ser yo una sinvergüenza con algunos pero aquellos que me trataban bien, yo les devolvia el favor. Yo les respetaba y era honesta con ellos. Fui corriendo a la panaderia y quise pagar a la dueña pero se nego rotundamente.

Igualmente se lo dejé en el mostrador y me fui contenta con mi bollo con chocolate recelosa y cautelosa que me fui a alguna parte en la que no me pudieran quitar el desayuno. Me saldrian granos en la cara pero me da igual, estaba delicioso -¡Ñam! ¡que rico está este bollo! - Dije con jubilo y mire al cielo. Suspiré. Queria tener un futuro, pero ¿Por donde empezaba?

El viaje en tren desde su nativa Suecia hasta Francia le había dejado exhausto y había dormido por casi 3 días seguidos, nunca había viajado tanto tiempo y extrañaba su cómoda cama en el castillo y por supuesto, los esclavos que a primera hora le traían el desayuno. En el hotel donde se quedaba, tenía que bajar hasta el primer piso donde estaba el gran comedor y esperar a que, las sirvientas le trajeran algo para pedir.

Lo peor de todo es que, no tenía sirvientes que le ayudaran a vestir y había pasado casi dos horas luchando para colocar el nudo de la corbata. No podía creer que estuviese pasando por esas penurias, su padre en Suecia debía estar realmente desesperado para haber mandado a su único hijo varón a sufrir de esa manera a otro país.

Iba caminando por la Plaza TERTRE, sin rumbo fijo pues, realmente no conocía París así que se le ocurrió que sería buena idea recorrer los alrededores del Hotel Des Arenes donde se hospedaba para irse adaptando un poco a la ciudad. No tardó en sentirse cansado (El siempre iba en carruaje, eso de caminar por su cuenta no eras lo suyo) y decidió buscar un banco para sentarse, entonces notó a una muchacha con una frondosa cabellera roja que bajo los rayos del sol brillaba casi como una fogata.

Estaba comiendo un bocadillo de chocolate de forma muy animada y no ocultaba en su rostro lo contenta que estaba simplemente comiendo, era extraño ver a una mujer demostrar abiertamente ese deseo al comer, pues el estaba acostumbrado a que las mujeres comían con decoro y sutileza. También le cautivaron sus ojos, tan claros como el mismísimo cielo y tan llenos de vivacidad que le pareció que veía a un gatito travieso y no a una persona.

- Por su cara Mademoiselle, ese bizcocho debe estar buenísimo - Exclamó una vez estuvo cerca de ella. Casper iba vestido con un elegante traje marrón y sombrero de copa encintado como citaba la costumbre.

Nada más oír la voz del joven que se me había acercado sin haberme dado cuenta me aferré al bollo de chocolate, poniendo la mano delante de mí procurando que no tocara su embellecido traje - ¡No te acerques!¡Este bollo de chocolate es miiiiioooo!!! –Dije bien recelosa de su bollo de chocolate, lo único que podría comer por el momento a falta de dinero o de algún encargo que me proporcionara alguna información que pudiera vender al mejor postor, pero noté que solo me había hablado, así que relaje mi posición en la que estaba.

– Lo siento. No tengo trabajo y el dinero que use para comprar el bollo era todo lo que tenía –Reí algo sarcástica debido a que la vida en si era bastante irónica, mala conmigo o bueno, lo mismo quería que me fuera por otro camino, por un camino que no me trajera tanta pobreza. En el campamento apenas me echaban en falta pero iba porque mis pertenencias estaban ahí.

- Puedo darle un poco si quieres –Parto un trozo del bollo (o lo que quedaba) y se lo ofrezco con una sonrisa amplia, seguramente tendré los dientes manchados de chocolate pero me daba igual. Seguro que el joven tenía hambre o quien sabía. Le observé durante unos momentos. Parecía cansado o esa impresión me daba - ¿está cansado? –Pregunte por preguntar algo aleatoriamente, me di cuenta de su corbata, un poco chapucera – gigigi –Me tape con el otro brazo la risita tonta que salió de mi pecho, no me suelo poner corbatas, pero se hacerlas mejor - ¿Le hecho una mano? –Paraba de reírme, venga Carina, no seas tan maleducada con un desconocido.

¿Quién sabe si es un psicópata y se ofende y te mata o te hace uno de esos juegos que te envuelven en un problema mucho más grande? Desperté de mis mundos de colores. Me centré en la realidad que estaba aconteciendo en este mismo instante.

– Lo siento, no quise ofenderle, pero si me permite…pu-puedo ayudarle con su corbata….–Dije con una sonrisa, siii, ahora estaba calmada, tranquila y el trozo de bollo con chocolate aun lo sostenía en alto por si le entraba el apetito al joven - ¿Se ha perdido? –Dije al final guardando el trozo de bollo de chocolate en un pañuelo grande a mi cintura con el resto del bollo.

PD: Espero estar a tiempo de responder >.<

La inesperada reacción de la chica le hizo dar un paso hacía atrás, más que una mujer había actuado como un animal hambriento. Casper arqueó la ceja sin saber que decir, luego ella se había disculpado y le había ofrecido algo del bollo, estuvo a punto de aceptarlo, más por decencia que por hambre, pues por supuesto había desayunado como un príncipe (o al menos como un lord) en el costoso hotel donde se quedaba, no le apetecía come nada en el momento.

Pero no lo aceptó, no pudo evitar pensar en que lucía sucio, recordó a su madre por unos instantes diciéndole que nunca debía aceptar nada en la calle si no quería morir envenenado, nunca se sabía que intensiones tenían las personas, mucho menos los plebeyos.

- Estoy bien, no tengo hambre gracias - Respondió con tono caballeroso, con un acento que denotaba que no era Francés. Entonces la chica comenzó a reír y Casper tardó unos momentos en comprender porqué ¿Se estaba burlando del nudo de su corbata?, inmediatamente se llevó una mano a la misma sintiendo como el calor se le subía a la cabeza, las mejillas se le habían puesto coloradas, inclusive las orejas.

- Los sirvientes... - Murmuró tratando de parecer digno aún entre su vergüenza - ¿Es...es que acaso en esta ciudad los sirvientes no saben como hacer un nudo de corbata? - Agregó desviando la mirada hacía los alrededores, afortunadamente no había nadie cercano a ellos en esa parte del parque y se sintió aliviado de que nadie notara su predicamento.

- Esta bien - Dijo al fin cuando ella se ofreció a ayudarle con la corbata, no quería regresar por la calle al hotel con el nudo mal hecho, la gente lo notaría, había un banco a un par de pasos así que se sentó allí cruzando de piernas esperando que la chica cumpliera su ofrecimiento.

OFF ROL: pensé que habías abandonado el tema xD

Era una chica atractiva, no lo iba a negar, tenía ojos grandes y llenos de vida, a pesar de su apariencia humilde, daba la impresión de que era una chica llena de energía e inspiraba cierto positivismo que pocas veces había visto en una mujer de la clase alta. Se dejó hacer la corbata y cuando la chica terminó se inclinó cortésmente y le agradeció. Sintió la necesidad de pagarle un par de Francos, aunque ella no fuera su sirviente, le había hecho un trabajo. Estaba tan acostumbrado a pagar para que la gente hiciera todo por él, que le pareció de lo más normal ofrecerle algo de dinero.

-¿T...tie? - Repitió con una terrible pronunciación ya que no sabía una sola palabra en inglés – Me llamo Casper Kaarkarogf, hijo del Lord Kaarkarogf de Suecia – Se le infló el pecho inconscientemente mientras decía aquello, siempre se sentía orgulloso de pertenecer a una familia reconocida en su País y aunque la gente en Francias no tuviera idea de quien era su padre, el título de 'Lord' le hacía sentir importante. Le vio presentarse y por unos instantes le pareció ver a una bailarina de ballet con sus gráciles movimientos.

-Es un placer Mademoiselle Carina – Respondió inmediatamente – Por cierto, esto es por arreglarme la corbata – Le ofreció 3 francos que hizo aparecer de su bolsillo y luego agregó – Pues la verdad es que poco conozco de la ciudad... así que estaría encantado – Alguna vez su madre le había dicho que no confiara en extraños, especialmente si eran de una clase más baja que la suya, era posible que quisieran robarle o engañarle, pero Carina no parecía ser una mala persona, algo en sus ojos le hacía sentir que podía confiar con ella.

Además era mucho más pequeña y delgada que él, podría defenderse llegadas las circunstancias, se dijo así mismo.

No pude evitar reírme al verle tan altivo cuando me dijo su verdadero nombre, pero era una risa no ofensiva, no para él o eso esperaba de él – Pues Casper entonces serás –Dije haciendo una divertida reverencia frente de él, ajuste mis cabellos hacia atrás y sin más le tome del brazo con energía para poder ir llevándolo por una esquina, sacándole de ese rincón en el que estábamos tan a solas - ¡Vamos! ¡Nos lo pasaremos en grande y París tiene muchos sitios para visitar! – Dije con alegría, pero me quede muda cuando vi esos 3 francos delante de mí.

Solté mi agarre de su brazo para poder tomarlos, ver si eran realmente de verdad. Mordí una moneda pero si! Eran de verdad….Vaya, normalmente tenía que sacarlos a puñetazos de la gente porque no querían pagarme pero esto, no me lo esperaba. Me vino tan de sorpresa que hasta quise devolvérselo, pero se dice que “A caballo regalado no le mires el diente” por lo que, tras reaccionar y volver a la realidad, los guarde con sumo cuidado y aprecio en el interior de mi bolsita.

-¡Por aquí! –Volví a ser la misma de siempre en cuando guarde el dinero, cogí de nuevo del brazo de Casper y de inmediato lo llevaba hacia el puente que estaba a unos pocos pasos de nosotros – Mira, este es el rio Sena, es enorme y pasa por casi todos los puentes de piedra de Paris hasta un poco antes de las afueras – Parpadee un poco, guarde un mechón detrás de mi oreja y apoyé los codos sobre el alfeizar del puente, mi mentón se apoyó en mis manos abiertas y observando callada me quede viendo a Casper – Oye, ¿de dónde eres? No tienes acento francés –Sonreí, tenía curiosidad por si era un extranjero, eso traía siempre buenas beneficencias, aunque me daban un poco de pena aprovecharme de un extranjero. Mejor me porto bien con él, no vaya a ser que no vuelva a Paris solo por mi culpa. – Yo…nací aquí…bueno, en realidad en Rumania, mis padres son unos famosos trapecistas que se mudaron acá y luego adoptaron a mi hermanastra la cual no sé nada de ella – Ladee el rostro de un lado a otro, suspire risueña pensando en verdad en mi hermana ¿Qué estaría haciendo? O ¿seguiría viva? Desde aquella catástrofe en el campamento no volví a saber de ella.

Lo único que sé es que otro gitano que conocía también desapareció la misma noche en la que mi hermanastra desapareció – Bueno! No hablemos de mí! –Reí por puro despiste - ¡Hablemos de ti! ¿Qué has venido a hacer aquí? –Dije comenzando a tirar de él hacia otro lado de las calles de Paris, las personas nos podrían estar viendo pero en realidad me daba igual, aunque….mejor me relajo un poco – Perdón –dije mirándole – Es que…perdona, me hace ilusión por que veas todo Paris, es tan hermoso…-Dije medio risueña. Ojala tuviera un romance, un romance en el que ambos pasear por los puentes de Paris, que me proteja de algún peligro, que me regalase flores…o algún detalle conmigo…aunque con una chiquilla como yo…solo venían las tontas y los tontos.

Le sorprendió que mordiera la moneda, nunca había visto a nadie hacer algo así (especialmente una mujer) la chica parecía no saber nada de etiqueta ni de comportamiento decoroso femenino. Le tomó por le brazo con mucha confianza, para alguien que acababa de conocer. Se sintió incómodo con la invasión a su espacio personal pues en su cultura esto representaba un acto de mala educación, sin embargo la siguió pues sentía curiosidad por lo que le fuera a mostrar.

Había visto el rio de lejos desde una de las ventanas del hotel, pero de cerca lucía mucho más grande e imponente, el puente no era muy grande y su acabado en piedra bastante sencillo en contraste con los arreglos tan exquisitos y la arquitectura que el estaba acostumbrado a ver en las mansiones y castillos.

-Soy de Suecia, soy hijo de un lord de Suecia – Le repitió, pues cuando se había presentado se lo había dicho, pero quizás ella no había prestado mucha atención – Y si... trato de hablar el francés lo mejor que puedo, pero es inevitable tener un acento – Le escuchó relatar sobre su tierra natal en Rumania, país que nunca había visitado y del que poco sabía, parpadeó con interés cuando dijo que sus padres eran trapecistas – Valla... no he tenido la oportunidad de visitar el circo, pero dicen que es una atracción de esta ciudad que vale la pena – Le comentó imaginando que tipo de piruetas los padres de Carina serían capaces de hacer.

La chica pareció no tener problema en contarle asuntos personales de su familia a un total extraño ¿Era todo parte de un acto para luego aprovecharse de su confianza o era normal para ella hablar de esas cosas con gente que acababa de conocer?.

- Mi padre quiere formar alianza con alguna familia pudiente Francesa – Le respondió cuando ella le preguntó que hacía en París – Por eso he viajado – La interrumpió para llevarle a otro lado y volvió a sentirse incómodo con las miradas de la gente, era obvio por sus vestimentas que ambos venían de dos mundos diferentes, una vez se detuvieron en otra calle, Casper continuó – En otras palabras... he venido a buscar a mi futura esposa – Hizo una pausa y agregó - ¿Esta usted casada Mademoiselle? -

Le observe cuando me hizo aquella pregunta en la que sinceramente parpadee un poco quedándome realmente extrañada - ¿una esposa? –Sonreí - ¿Te valgo yo? –Acabé riendo por la broma que le hice a mi nuevo amigo -  Y conocí a personas cerca de Suecia, pero ya no tengo contactos con ellos –encogí los hombros y me senté en un banco que había cerca, casi al final del puente entrando en nuevos edificios – Pero me gustaría tener una vida, un bonito futuro en el que poder verme y que no sea debajo de un puente…-Un poco aflorada estaba por contarle tales detalles que me estaba quedando sin ganas de mirarle por la vergüenza que estaba resurgiendo en mi misma.

– Pero sé que no puedo alcanzar ese sueño…el de tener a alguien a quien pueda interesarle. Siempre me tachan como una picara o una metiche que se mete en todo, lo que ocurre es que no me dan trabajo para nada y la única manera que tengo de seguir viva es trabajando con informaci..ón…..Uis…-rei un poco, tapándome la boca mientras le miraba – Perdóname Casper, es que no sé porque me resulta fácil hablar con vos…-encogí los hombros, realmente no sabía porque me resultaba tan fácil hablar con él ya que apenas le conozco, tan solo me ha dado una moneda por arreglarle la corbata y bueno, podré comprarme luego algo de fruta me imagino.

-No quiero meterme en donde no me llaman, pero ¿No deberías buscar a alguien con la que conectes y te sientas unida a ella? Es decir, a alguien con la que enseguida encuentres temas comunes, o alguien que es tu polo opuesto…dicen que los polos opuestos se atraen, pero supongo que es solo un sueño de la alta cuna pensar en casarse por amor….-suspire algo triste – No…no mucha gente puede tener un amor correspondido…es una pena –Dijo mirándole a los ojos – Bueno París es la ciudad del amor, puedes o seguro que encuentras alguna disponible a tus necesidades…-ladee mi cabeza – Seguro que necesitas a alguna que tenga buena posición, con dotes con las que poder realzar más….- hice algún que otro gesto con las manos en su dirección –como alguien de tu familia, ¿no? –alce las manos sobre mi pecho a modo de protección – Solo pregunto, ¿eh? Tampoco quiero meterme en donde no me llaman pero sé bastante de…muchas cosas….


Podía notar que la gente estaba pendiente de nosotros, de que me miraban pues pude mirar como un policía nos seguía desde el otro lado de la acera – Si quieres, puedo ayudarte en encontrar a alguien, tengo a una amiga la cual es muy reservada pero con muy buen corazón. Trabaja en el orfanato y su padre anda buscándole pretendiente pero no quiere escoger a alguien que pueda arruinar la felicidad de ella…. ¿Quieres que te la presente? –Ladee mi cabeza, puse mi pelo en un lado y crucé mis piernas esperando su respuesta - ¿o me quieres a mí? –Dije con gracia y picardía, moviendo mis cabellos con cierto aire de jugueteo pero siempre yendo en broma.

No se le había ocurrido hasta ese momento que conseguir trabajo pudiese resultar difícil para una mujer. Siempre había estado rodeado de lujos y las cosas que tenía en el castillo eran producto de sus ancestros, del linaje del cual venía, realmente nunca había tenido que trabajar por nada y las mujeres de la clase alta que conocía tampoco. Así que resultaba extraño para él imaginar que Carina tenía ese tipo de dificultades.

-Comprendo – Le dijo cuando ella le explicó su situación, en realidad no entendía, no lograba comprender la realidad que vivía la gente que no gozaba de la misma posición que él. Ladeó la cabeza y sonrió con cierta sorna cuando ella dijo que debería buscar a alguien con quien pudiera sentir una conección.

-El amor sólo existe en los libros y en el teatro – Comentó sin dejar de sonreír – No es cierto que el amor sea sólo para la gente de cuna alta, mi padre y mi madre por ejemplo, es obvio que se casaron por que ambas familias necesitaban una alianza... en realidad el matrimonio es más como un negocio, no es algo entre dos personas, sino es la unión de dos familias – Le explicó, así era como le habían enseñado desde pequeño, su padre siempre le había recomendado conseguir una mujer hermosa como esposa, pero más importante, una mujer que perteneciera a una buena familia para que asegurara la estabilidad de su posición y apellido.

Meneó la cabeza cuando ella le ofreció presentarle a su amiga o inclusive bromeó con que ella podría ser una candidata. Relajó los hombros pues comenzaba a sentirse más tranquilo con la compañía de Carina y ya no pensaba en que ella pudiese robarlo, en realidad parecía una mujer con buen corazón.

- Mi padre me mataría antes de permitirme casar con alguien que no estuviese a la altura de sus expectativas – Le respondió sin dejar de sonreír – De hecho mi madre ya tiene alguien en mente, me ha mandado cartas con información de señoritas de la clase alta que aún están solteras – Volvió a menear la cabeza – No estoy buscando amor... se que no puedo  aspirar a ese tipo de cosas, simplemente no tiene cabida en el mundo real -

(( OFF ROL: perdon por la demora, no me llegó la notificación de este mensaje y no lo había visto))

Escuchaba cada palabra de lo que decia Casper y me parecia que vivia en una prision. A veces me alegraba de poder ser dueña de mi misma pero me sentia bastante sola, sin poder tener a nadie a mi lado que se preocupara por mi o que fuera lindo conmigo.

- Bueno, seguro que el amor llega con el paso del tiempo me imagino. Algunas personas se casan por amor otras porque sus familias les piden que opten a por mas dotes inmobiliarias o incluso mas poder sin percatarse de que rompen la sintonia de lo bonito que es estar en pareja... -Acabe diciendo cosas que en realidad eran verdad. Muchas personas que conozco han acabado de esa manera.

Rei.

 - Puede señorito, que necesite que le enseñen nuevas lecciones y puedo darte ayuda moral si es que necesitas guia para esos temas - rei continuando mi jugueteo aunque ahora con lo cómoda que me sentía hablandole, me mostraba más tierna, queriendo ser mas dulce con él pero tuve que recomponerme y no caer - Bueno, sea quien sea, seguro que vendrá con buenas acciones y buen corazón...-suspire- es algo que escasea normalmente -menee la cabeza disgustada - Ya nadie parece tener buena conversación -chiste molesta.

- y...uff...lo siento - me sente de nuevo de manera con los pies hacia el suelo, mirando hacia delante y con la espalda recostada cómodamente sobre el respaldo del banco en el que estábamos - Mejor...ser libres pájaros..¿no?- Aquello me salió con un tono apagado, como si buscara o quisiera llamar a la esperanza con ese deje de tristeza - ¡Bárbaro! Te estaré aburriendo! - Me tapé la cara de la pura vergüenza que sentía en ese mismo momento pero entreabri mis dedos para ver como estaría reaccionando.

Sobre todo en este momento en el que ambos estábamos y de repente, vi que un hombre a plena vista de la tarde vistiendo ropas oscuras, portaba un mosquete en su mano derecha, la estaba apuntando hacia nosotros, querría dinero, pero estaba actuando demasiado rápido, me estaba apuntando, si me apuntaba a mí pero enseguida le vi dudar, no, no cambies y  cambia a Casper enseguida y me interpongo para protegerle llevandome el ¡BANG! en la integridad de mi estómago...pero...el frio que notaba, la aceleración de mi corazón, la espesidad de las sombras...me envolvían en un frio aterrador.

-No me aburres – Se apresuró a responderle en vista que la chica se estaba avergonzando, no le molestaba que hablara tanto, no le parecía algo malo, la mayoría de las mujeres eran así, podían hablar por horas sobre ellas mismas. Además tampoco es que tuviera mucho por hacer en le hotel, su vida en París no era muy interesante por el momento así que la conversación era bienvenida.

A continuación lo que sucedió lo tomó desprevenido, un hombre había salido de la nada con un arma y había disparado hacía ellos. El sonido de la bala lo había dejado aturdido y desconcertado y por un momento no supo si debía arrancar a correr o intentar cubrirse. El humo de la pólvora lo cegó por unos momentos hasta que lentamente se fue disolviendo, vio el rostro del hombre, parecía estar tan asustado como él, no parecía el rostro de un asesino, quizás se trataba de alguien mal de la cabeza o a lo mejor alguien que quería robarle. Después de todo la apariencia elegante de Casper hacía obvio que se trataba de un hombre de buena posición.

Entonces fue cuando notó que el balazo le había dado en el estomago a la muchacha, pues esta había caído a un lado, el ladrón huyó de la escena de inmediato al ver que no le había podido disparar a él.

- ¡Ayuda! ¡AYUDA! - Gritó hacía los transeúntes, algunas personas habían corrido a refugiarse cuando habían escuchado el ruido del disparo – ¡MUJER HERÍDA!- Continuó gritando, tomando el cuerpo desmadejado de Corina entre sus brazos y corriendo hacía la calle. Pronto divisó un carruaje y le hizo señas para que se detuviera - Por favor, llévenos al hospital más cercano – Le indicó al cochero, quien no dudo ni un segundo en tomar las riendas y golpear a los caballos para que arrancaran rumbo al hospital por la calle empedrada tan rápido como les era posible.

-Carina, se buena, gentil y valiente. No permitas que las sombras nublen tu buen juicio ya que algún día…la vida te sonreirá…

- ¡Madre! – Grité al darme cuenta de que aquella visión angelical de mi madre finalizaba su intrusión, pero al parecer, mis sentidos repentinamente se despertaron, haciendo que me encontrara en una habitación súper extraña en la que jamás había estado.

La habitación era blanca, minimalista y no tenía muchos detalles, eran blancas y desvestidas de algún cuadro o reloj de pared que pudiera decirme la hora o ¿Para qué? Si no sabía decir la hora, tenía mi propio sistema y al lado de mi cama había una cortina verdosa azulada, plegada pero corrida para que a lo mejor nadie me viera ¿Tenia algún defecto que ocultar? Me dolía la cabeza y cuando me estaba recostando en lo que era una cama, estaba demasiado cómodo para que fuese algo real.

¿Qué me había pasado?

¡BANG!
- ¡Ayuda! ¡AYUDA!
– ¡MUJER HERÍDA!-

-¡AAGGH!! – Mi cabeza enseguida comenzó a dolerme de manera exagerada, tanto que mis manos la sujetaban para que no explotase y diera a la habitación un tono de color carmesí, pero lo que causaba aquel dolor de cabeza, eran las inmediatas imágenes recordando lo que podría haber pasado hace unos instantes en mitad de la calle. ¡CASPER! Tenía que ver si estaba bien, por lo que enseguida salí de la cama y cayéndome al suelo no pude evitar gemir de dolor, romper a llorar y sujetándome en el lado izquierdo de mi cuerpo, para descubrir unos vendajes y obviamente, si no me hubiera movido de la cama no se estarían manchando de sangre.

Pude ver a una mujer vestida de azul y blanco, era una enfermera, lo sabía porque también había material de información con la que poder ganar unos francos en el hospital si era donde estaba en realidad. La enfermera con ayuda de un médico me volvieron a colocar en la cama y volvieron a vendarme, entonces fue cuando a lo lejos vi de espaldas a un joven que se le parecía mucho a Casper, pero, no quería gritar. Por mi culpa casi lo matan. Por mi culpa casi sale herido y sin poder evitarlo, rompí a llorar en silencio contra la almohada de aquella cama.

No habían tardado mucho en llegar al hospital, afortunadamente estaba cercano al centro, donde se habían encontrado por primera vez. La sangre de la chica había manchado los puños de su camisa mientras la sostenía en brazos en el carruaje. Casper no salía aún del asombro y del shock que le había provocado el ataque del ladrón, esperaba fervientemente que Carina sobreviviera, de lo contrario no podría con el cargo de consciencia de saber que esa bala era para él y la chica había muerto por su culpa.

Pasó varias horas en el pasillo del hospital con expresión angustiada esperando a que el doctor de turno saliera de la habitación a darle alguna noticia del estado de la chica. Finalmente al caer la noche, le habían dicho que la chica sobreviviría ya que el casquete no había tocado ningún órgano pero que se encontraba en estado delicado y debía descansar.

Casper pagó el costo de las medicinas y la hospitalización sin dudarlo, quería que Carina tuviera la mejor atención posible y esto garantizara una perfecta recuperación. Así que, cuando le anunciaron que ella había despertado, acudió a la habitación y la encontró llorando contra la almohada.

- ¿Te duele mucho? - Preguntó, aunque la respuesta era obvia, teniendo en cuenta de que estaba llorando - Está bien... estás a salvo aquí, me he encargado de que recibas la mejor atención posible, ya es cuestión de esperar a que tu cuerpo se recupere - Le explicó, seguramente ella se sentía desubicada y confundida - El casquete no dio con ningún órgano vital, así que sólo debes quedarte aquí varios días hasta que la piel sane y recuperes fuerzas -

Tomó una silla de madera que había en el cuarto  y la acercó para sentarse frente a ella.

- Mañana temprano iré a la policía para denunciar al sujeto ¿Recuerdas su cara? - Le preguntó.

Observé detenidamente el rostro de Casper. Lo acaricie con una mano con suavidad e intente hacer memoria – algo tengo en la cabeza, creo que tenía hebras grisáceas con tiza en las solapas de las muñecas del abrigo – encogí los hombros – lo siento no me acuerdo de más – Me quede un rato sonriéndole y me acaricie mi cara echando unos mechones hacia atrás.

– Lo siento, te he puesto en peligro y no quisiera que tuvieras que morir otra vez por mi culpa…-me quede unos instantes absorta en la mirada de Casper. Tal y como dijo, lo que pude entender fue que había hecho que los médicos me dieran la atención posible para que mejorase, es decir, que seguro que había pagado algo de la fianza médica y eso me hizo sentir más avergonzada - ¿te han herido? –Pregunte al ver los puños de su camisa y los tome un momento en mis manos para ver si se quitaba frotando – lo siento…te manche la camisa y ¿no se preguntará tu familia dónde estás? –Pregunte con curiosidad, porque estaba conmigo aún desde lo ocurrido.

El casquete, ¿eh? La gente de ahora no sabe utilizar bien un arma ni buenos tiradores a excepto de si eres un experto en diana. Acomode la cama en la que estaba tumbada y por mucho que lo intentase acabé quedándome sentada dentro de aquella cama de hospital – ¿crees que atraparan al que ha querido matarte? ¿Hay alguien que quiera hacerte daño? – La curiosidad me estaba matando por lo que enseguida comencé a hacer alguna que otra pregunta pero llegue hasta un punto en el que decidí no seguir preguntando.

-Gracias Casper, aun no te agradecí el poder salvarme llevándome hasta esta cama de hospital –hice bailar las sabanas sobre mis piernas – seguro que serás alguien especial para esa mujer especial – tuve que reír porque lo que dije no tenía mucho sentido – Jajajaj, no me hagas caso…será no sé qué es sinceramente.

- Espero que puedas recordar un poco más, sería mucho más fácil para policía de esa forma encontrar al ladrón - Le explicó cuando ella respondió que a duras penas lo recordaba, meneó la cabeza cuando ella se disculpó - No tienes porqué disculparte, él único culpable de esta situación es definitivamente el malnacido que nos disparó - Y es que no podía ser de otra forma, ¿Cómo iba a ser ella la culpable de que un desconocido intentara asesinarlos?.

- Mi familia está en Estocolmo, no tienen idea de lo que ha sucedido hoy - Le explicó y agregó - Por cierto ¿Qué hay de tu familia? ¿A que dirección podemos mandar una carta informando que estás aquí para que te vengan a visitar?, uno de los médicos me ha preguntado por tu familia, pero no pude darle ninguna información - Le explicó y agregó - No, no tengo enemigos, al menos no que yo esté enterado - Comentó llevándose una mano al mentón - Lo único que se me ocurre es que quisiera robarme -

No se le ocurría otra razón, no conocía a nadie en París, había llegado recientemente para buscar una prometida y hacer una buena alianza con una familia adinerada, no se imaginaba que alguien supiera sobre su apellido o sus riquezas siendo que acababa de llegar apenas había unas semanas. El ladrón debió haberle juzgado por sus ropas nada más.

- Es lo que cualquier caballero haría - Respondió inmediatamente cuando ella le dio las gracias - Además soy yo quien debería agradecerte a ti, por cubrirme, si ese hombre quería robarme, tu has salido herída por mi culpa- No entendió muy bien a que se refirió con ese último comentario y justo en ese momento entró el doctor seguido por varias enfermeras.

- La paciente necesita descanso - Comenzó a decir el hombre de pronunciada frente y cabellera blanca - Debe pasar la semana aquí en el hospital como mínimo, ha perdido sangre y aún hay peligro de infección - Explicó, detrás de él las enfermeras escribían en libretas que traían en las manos apresuradamente, una de ellas se acercó a Carina y le colocó la mano en la frente como para checar si no le había subido fiebre.

- Volveré en otra ocasión entonces - Exclamó Casper levantándose de la silla - Por favor no olvides decirle a los doctores sobre algún familiar, para que venga a firmar varios documentos, aunque todo por supuesto ha quedado pago - Le explico con una sonrisa.

- No tengo mucha familia Casper…por no decir que no tengo ninguna – Dijo con firmeza que estaba prácticamente huérfana aunque viviese en el campamento gitano – Oh entiendo, pero no quiero ser mandona, pero si no hubiera sido por mí, hubieras muerto, yo que tu mandaría una carta explicando lo ocurrido  - Decía mientras se acicalaba el cabello sin saber la razón porque, veía al médico ir y venir, no se decidía si entrar o no pero luego escucho lo que Casper dijo de haberle salvado la vida – Bueno, ¿Para qué están los amigos? O ¿amigas? –Termino riendo un poco al saber que se sentía viva al menos, pero ¿dudaría la relación con su nuevo amigo? Pero enseguida el médico decidió entrar y decir que necesitaba descanso ¿Más aún?

- Agradezco que me cuide doctor, pero quiero estar despierta. No quisiera morir durmiendo por el motivo que sea – Dijo ladeándose el cabello a un lado, el médico refunfuño y asintió dejándola por una media hora más.

- Doctor, no tengo familia, todos murieron en el ataque que destrozo mi campamento cuando tan solo tenía 6 años atrás, pero vivo con un tutor que cuida de mí – Escuchaba al doctor preguntar sobre su edad – Soy mayor de edad – las preguntas seguían formulándose y ella respondiendo, pero Carina tenía miedo, no quería quedarse sola en el hospital - ¡Casper! ¡Por favor! – Le recriminaron y le dijeron que mantuviera silencio – Lo siento – Dijo disculpándose pero Carina se bajó de la cama con cuidado pero volvieron a ponerla encima de la cama y ahí le vio – Casper, no te alejes…no me gusta la oscuridad –Dijo sonrojándose un poco  de uno de sus mayores temores – Sé que suena ridículo – Diciendo esto el médico se fue con las enfermeras de hace rato dejándole a solas con Casper.

- Esto me recuerda a aquella vez en el campamento pero no había camillas ni salas de hospital – Su voz sonaba triste – Solo había muertos. Cientos por culpa de una pelea que estaba en el mal lugar afectando a montones de inocentes. Un campo de muerte y putrefacción. – Levanto su rostro, volviéndose a sonrojar y tapándose con la sábana - ¿Te quedaras esta noche conmigo Casper? – Pregunto Carina. En verdad tenía miedo a la oscuridad y esa noche quería que alguien le salvase de la vida que estaba llevando. Quería algo más para su vida. No que después de que se recupere todo fuera a ser como antes. Una muchacha solitaria a la que nadie toma en serio. Una muchacha a la que no esperan nada de ella. Alguien que quiere un bonito futuro.

Se detuvo en la pu.erta cuando ella lo llamó, la vio batallar con los médicos para que la dejaran caminar pero obviamente no podía (ni debía) hacerlo, se giró hacía ella y le escuchó hablar sobre su miedo a la oscuridad y que no tenía familia. Le resultaba difícil imaginarse ese tipo de situación, él había crecido con su padres y nunca había estado en una situación en la que pudiera perder a algún familiar, ya que, afortunadamente gozaban de buena salud. No se alcanzaba a imaginar lo sola que debía ser el estilo de vida que ella llevaba. Sintió pena por ella, pero al mismo tiempo sabía que no había mucho que pudiese hacer al respecto.

-Lamento lo de tu familia – Comentó caminando hacía ella, las enfermeras habían salido de nuevo de la habitación – Debe ser muy difícil vivir sola... pero has dicho que un tutor cuida de ti ¿Quieres que el hospital contacte a esa persona? - Le preguntó, aunque sentía que la respuesta no sería muy alentadora.

-No estarás sola, todo el personal del hospital estará a tu disposición – Le explicó, no quería sonar arrogante o presuntuoso, pero tenía que calmarla de alguna forma – He pagado por el mejor servicio, así que las enfermeras estarán constantemente viniendo a checar tu progreso, además insisto, estás en estado crítico, aunque no lo creas – Insistió, frunciendo un poco el ceño – Debes tomarte esto con más seriedad, una herida de bala es muy peligrosa, así que deja que los doctores hagan su trabajo y te administren toda la medicina necesaria -

Se sintió como un hermano mayor al decir todo aquello y recordó a su hermana, que probablemente tendría la misma edad de Carina, quizás sonaba muy condescendiente y ella se lo podría tomar a mal, después de todo, llevaban poco de conocerse.

- Disculpa si suena como si te estuviera regañando o algo parecido, en realidad sólo estoy preocupado – Le indicó con expresión honesta.

Pensandolo mejor, Carina negó ante la sugerencia de Casper de llamar a su tutor - Bueno, mejor no le llames o mandes ningún mensaje. En cierto modo, si fallezco será beneficioso para él y te lo digo para que lo sepas, no para convencerte de que no le llames. Es una persona muy especial. A cada quien que le desobedece recibe una tunda de palos. Prefiere dejarnos morir a buscarnos una solución.


Carina dijo aquello con sinceridad. En realidad era de esa manera su Mayor, el jefe de aquel campamento el que ahora se librará de una boca que comer y podrá alimentar en cantidad a otra gente. Como no tenia familia tampoco, pues no había nadie que estuviera preocupado de ella hasta que escuchó lo que le dijo Casper.

- Casper, espero que la doncella que se case contigo, sea una buena persona. En verdad te mereces ser feliz, se de todas maneras que nos conocemos de esta mañana, pero cuando vienen palabras sabias y sinceras, nunca hay que dejarlas olvidadas pues nunca podrás encontrar de nuevo una oportunidad - Dijo Carina con una sonrisa dulce en su rostro y no porque el dolor estuviera haciendo mella en ella por la causa de la bala que fue extraida horas atrás - Y tranquilo puedes estar buen hombre. Quien se preocupa bien te cuidará - Diciendo esto tuvo que soltar una dulce risa que se oculto con vergüenza detrás del dorso de una mano a lo que enseguida se le ocurrió una idea de la que podría a lo mejor salir de su atormentada vida.


- Casper..una idea acaba de introducirse dentro de mi mente - Lo miraba con asombro, con cuidado se giro un poco hacia él - ¿Necesitas una doncella? ¿Una sirvienta que te tenga informada de cualquier trapicheo en tu familia? Me imagino que sonará algo alocada esta idea, pero si lo piensas detenidamente, bien puedes estar bajo el influjo de una trampa o quizás de algo turbio en el apellido de tu familia....Me estas pagando el hospital y demás cuidados, sería justo devolverte el favor sirviendo a tu apellido....¿No lo crees asi?


Una idea tan descabellada solo se le hubiera imaginado a Carina en caso de poder cambiar de vida y olvidar su vida de gitana. Hasta el momento, habia pasado su vida en el campamento, robando objetos pero luego descubrio el valor de la información y su arte lo convirtió en dinero. Intercambiaba información valiosa por dinero para poder sobrevivir hasta que la mañana en la que sufrio un disparo algo hizo cambiar de opinión. Si iba a estar de sirvienta, podría estar resguardada, podría actuar a nombre de alguien o podría obrar mejor. Pero las ilusiones es lo último que pierde una persona.


De momento, Carina estando sobre una camilla solo procuraba esta vez mantenerse quieta y que ninguno de los puntos se fuera de línea y pudiera abrirsele la herida de par en par.

Le escuchó decir que no quería a su tutor y que deseaba que se casara con una buena mujer, Casper sabía que a la final se casaría con la mujer que su madre y padre aceptaran, una mujer cuyo apellido estuviera a la altura del suyo, no importaba si era buena o no, si lo amaba o no, el matrimonio para los de su clase no era más que un negocio, un convenio entre dos familias poderosas. Casper había sido criado para ello y no esperaba nada diferente.

Ante la proposición de ser su sirvienta, Casper arqueó las cejas, no esperaba que ella le fuera a pedir algo así, dada las circunstancias.

-Tus intenciones son nobles y me siento agradecido, pero mi familia vive en Suecia - Le explicó con una sonrisa – He venido a Francia de manera temporal y aún no se si valla a establecerme aquí, por lo pronto me hospedo en le hotel – Le explicó – Sin embargo, no creo que este mal si nos vemos en alguna otra ocasión... se que nuestras clases sociales son muy distintas y ante los ojos de extraños es muy cuestionable que un hombre de mi alcurnia tenga amigas fuera de su circulo social... -

El tema le hacía sentir cohibido, era un tabú para él, si su madre se enteraba se ganaría una buena reprimenda.

- Podemos ser amigos... - Murmuró.