Essence de la femme +18 | Privé

Ese dia no había atendido a nadie por la mañana, se había tomado la libertad de ir a husmear en las tiendas de lencería para ver que nuevo conjunto podría idiotizar a sus clientes, algunas medias a mitad de muslo, corsé que era puro encaje y dejaba ver su cuerpo de forma sensual y provocativa, algunos finos vestidos…todo lo que su mente podía pensar como sensual. No se había percatado del tiempo, la verdad se lo había pasado bien y todo lo había enviado al burdel asi que no tenía que batallar con bolsas –aunque seguro manos caritativas no le faltarían- y se tomó su tiempo en degustar chocolate sy demás exquisiteces que su exigente paladar pedía. Al cabo de varias horas y tras estar en el centro, regresó al burdel para su turno en la noche cuando nota una silueta muy conocida de frente al mismo, haciéndola sonreír encantada.

Yvonnick había resultado ser una delicia en toda la extensión de la palabra. Le encantaba poder pasar sus noches con él y aun que al inicio había sido serio o frio, incluso algo difícil, la felina había conseguido abrirse camino entre las demás y destacar, atraída por el vampiro y su gran muralla. Le encantaba en la cama, era uno de esos hombres que sabían lo que querían pero no eran idiotas que no se preocupaban por darte placer, él complacía en muchas formas lo que la mujer quería y ella con gusto regresaba el favor siendo toda una minina en sus brazos. Por varias razones él inmortal se había colado en su lista de clientes destacados y sin pensarlo dos veces sería capaz de ir hasta el fin del mundo si lo pidiera.

Se acercó de forma sigilosa hasta estar detrás del mayor, aspirando el elegante aroma que este siempre cargaba y mirando sin vergüenza alguna al mismo, mordiéndose la punta de su dedo gordo al recordarlo sin toda esa ropa y esperando con una sonrisa a que se diese cuenta que ella estaba ahí. -Oh Nicky…. no habría nada en mi agenda que me guste más que estar contigo- hablo seductora, posando su manos sobre el pecho ajeno, sintiendo las fibras de la elegante gabardina y mirando con ese brillo felino al mayor –Asi que ¿tienes hambre querido? ¿Tal vez te apetece un poco de la cosecha Cheza?- ríe juguetona y se muerde el labio de forma suave -¿O acaso solo buscas un poco de calor?-

Se puso levemente en puntas, acercando sus labios hasta los contrarios pero dejándolos apenas a centímetros de tocarse, casi se rozaban, sentía el frio de la piel ajena cerca de su calor y traviesa hace como si fuese a morder su labio inferior, pero termina por alejarse de nuevo, solo un poco. Notando como algunos hombres la saludaban al pasar para entrar al burdel y algunos otros le hacían señas para que se acercara o entrar con ellos, Cheza se limitaba a ignorarlos y posar su atención por completo en el vampiro, acercando sus manos de nuevo al pecho ajeno.

Sentirse contra el cuerpo ajeno despertó todo en ella de un solo salto, posando una mano en su pecho y jugando con sus dedos con la otra, sonríe ladina y con un aire peligroso olvidando por completo en donde estaban -¿Eso es una invitación o una amenaza?- le susurró sensual y con aquel ligero brillo felino en sus ojos. Vaya que el vampiro sabia emocionarla, invitarla a no hacer caso de sus advertencias, portarse mal con él era divertido. Tan serio y propio que hacía a Cheza sentirse como una pequeña intentando picarle las costillas al mayor, pero lo que recibía a cambio era mil veces mas exquisito asi que, valía la pena; se mordió el labio inferior provocadora y rio juguetona, abrazándose al mayor por el cuello y dejando que su larga cabellera cayese cual cascada de ondas cafés por su espalda.

Una sonrisa sensual se apoderó de su rostro cuando el inmortal bajo hacia su cuello, haciéndola cerrar los ojos en gusto y escuchar las palabras que no solo le subían el ego, pero comenzaban a calentar motores en su mortal cuerpo y la hacían comportarse aún más sensual; dejo salir una risa que más pareció jadeo ante la lamida, sintiendo como un escalofrió placentero bajo por su columna y como su tersa piel reaccionó al húmedo toque, erizando cada poro que se encontraba en el camino de la lengua ajena. Embriagada por el vampiro, solo asintió y tomada de la mano del mismo, se dejo guiar ante un camino que se sabía de memoria ¿Cuántas veces no había salido del apartamento con uno de los abrigos del vampiro y la piel radiante por una noche en su cama? Incluso se atrevía a decir que los “vecinos” del vampiro casi podrían saludarla de forma amigable por estar acostumbrados a sus visitas entre semanas –y siendo sinceros, a la felina le gustaba salir por las mañanas de ese lugar- asi que la mayor parte del trayecto se la paso dedicándole sonrisas coquetas, moviendo su cabello para embriagarlo de su aroma y entrelazando sus dedos con la mano ajena. Sabía que cuando Yvonnick tenía hambre, era una de esas noches donde se le olvida el nombre.

Apenas entrando al lugar, Cheza se desplazó como en casa, quitándose el abrigo que ella misma traía de espaldas al vampiro, dejándolo ver cuando sus curvas iban quedando al descubierto mientras el abrigo salía de sus brazos y lo dejaba colgado por ahí. Sin más, comenzó a curiosear por ahí, viendo cualquier cambio insignificante que hubiese hecho el vampiro, terminando en la sala de estar, pasando la yema de los dedos por el tapis de la pared –Claro, siempre y cuando me lo des de tus labios…- menciono como si fuese lo más normal del mundo y miró al inmortal por sobre su hombro –espero que no te importe si me pongo cómoda- lentamente, comenzó a deshacer el nudo de su falda, dejándola caer para revelar que sus medias llegaban hasta el medio muslo con un encaje exquisito de color negro y una ropa algo reveladora y provocativa como interior aun con su corsé puesto –así que ¿Cómo has estado nicky?- la charla era mera trivialidad, solo cortesía una cortina para hacer el pobre intento de ocultar sus deseos hacia él. Claro que no se podía esperar que el cuerpo cooperara, así que tal vez habrían más feromonas sueltas por el aire de lo que ella hubiese querido…

Termina por mirar por la ventana, apenas abriendo por un costado la pesada y gruesa cortina que impedía la entrada del sol. Jugó con un mechón de su cabello, curioseando la mirada por el exterior y esperando al vampiro; la luz de los faroles en la calle chocaban de forma suave contra su silueta, dándole un cierto brillo dorado a su piel y acentuando las zonas correctas con sombras.

Sonríe un poco al sentirlo detrás de ella, dejando que peine su cabello a su gusto y sintiendo como despejaba su zona más erógena y sensible; había una buena razón por la que le había tomado gusto a las mordidas, le gustaba porque su cuello era muy sensible y le daba incluso algo de placer, así que saber que no solo Yvonnick lo deseaba por morbosidad pero también por necesidad, le gustaba y la hacía reaccionar aún más a su tacto. Sonríe ladina escuchándolo, cerrando los ojos al sentir su tacto, entrelazando los dedos con las manos ajenas y cerrando los ojos al sentir los besos húmedos sobre su piel. No tardó en sentir como sus poros se erizaban uno a uno ahí donde el aliento del mayor acariciaba.

Mordió su labio inferior con deseo cuando unas manos traviesas y expertas recorrieron su cuerpo hasta presionar sus pechos, jadeos sensuales y lentos salían de sus labios y su cabeza termino recargada contra el espacio entre el hombro y el cuello del vampiro; sabía lo que hacía, pero perder ante él era algo que haría una y otra vez, el placer era tal que dejaba muy abajo su orgullo y permitía que su cuerpo y sus instintos tomasen el control. Cuando el vampiro la contemplaba semidesnuda, algo en ella ya hervía con todo el deseo y lujuria que este había despertado y sus prominentes pechos se hacían cada vez más sensibles dejando a la vista unos pezones erectos y la piel suave de ellos un poco erizada –otro de los pequeños placeres que tenía acostarse con él, su piel helada le daba sensaciones nuevas y repentinas a su cálido ser-. Lo fulmina con la mirada, segura, sensual, salvaje y lo deja que la lleve hasta su primera parada, sintiendo la madera fina de aquella barra que tanto había conocido ya de ella.

Acepto los labios ajenos, sonriendo solo un poco al inicio y besando sensual después, profundizándolo un poco mientras acariciaba la mejilla del vampiro con solo la yema de sus dedos. El sentirlo separarse casi la hizo poner una mueca de disgusto hasta ver como bebía del vino que tanto le gustaba, lo que la puso de aun mejor humor –si si… lo puedo sentir- respondió, riendo sensual y acariciando un costado del vampiro con uno de su pies; sus ojos se cerraron cuando este volvió a tomar sus labios, bebiendo el contenido de esa boca traviesa sintiendo como algunos hilos huían de sus labios y caían un poco por su barbilla y hacia su cuello.

Se sentía embriagada mas no era por el alcohol, la danza que sus lenguas tenían sabia a lujuria y vino, el calor de su cuerpo estaba a tope y abrazándose a él por el cuello, lo aprisionó, poniendo ambas piernas alrededor de sus caderas. Necesitada, devoraba la boca ajena con pasión sintiendo como sus pechos se rozaban de forma deliciosa contra el contrario, haciendo que jadeos húmedos y espesos salieran de sus labios entre besos, posando su mirada en los ojos ajenos entre estos dejándole muy claro al vampiro que ya no estaba para juegos, si…había perdido, pero dios que bien se sentía. Sin piedad alguna, mordió el labio inferior del vampiro, dejando ver en sus ojos ese brillo salvaje y felino antes de bajar hasta su cuello y comenzar a besarlo, lamiendo la zona donde estaba su manzana de adán y succionando a un costado, mientras sus manos viajaba de forma peligrosa y provocadora hasta el borde de su pantalón, trazando con un dedo su virilidad.

Sonríe de forma socarrona cuando este la hace sobar su miembro que, como era de esperarse ya se encontraba erecto contra su mano; noto el auto control en él, como podía ver que se resistía a ella y lo que su intimidad tenia para ofrecerle y aun cuando no había sido su idea –o su juego- le gustaba verlo asi. Asi que sintiendo como la suave y húmeda lengua del vampiro le devoraba los senos, ella comenzó a hacer su magia en aquella virilidad palpitante, comenzando por recorrer de arriba abajo, usando sus uñas para que este sintiese mas aun estando sobre la ropa y centrando su atención sobre la punta, comenzando a masturbar con cierta suavidad esta imaginando que él mismo estaría tan listo y humedecido como lo estaba ella.

Sentir como bajaba de sus senos a su piel, la hizo dejar de tocarlo, cerrado los ojos al sentir como a cada beso del vampiro dejaba una piel erizada y sensible, haciéndola aferrarse al borde de la barra y morderse el labio sintiendo cada mordida juguetona y abriéndose para el cual pétalos de una delicada flor que esperaba ser polinizada, la suya estaba más que lista pero sabía que debería esperar… odiaba esperar. Al sentir como este comenzaba con los juegos en su ya sensible y humedecida intimidad comenzó a jadear de placer y sensualidad sin poder evitar mover sus caderas para sentir más el contacto del ojiazul, reteniendo aun unos gemidos, solo dejando que los más sensuales y pequeños saliesen para el deguste de Yvonnick. No podía decidir qué era lo más erótico de todo, si era el hecho de él dándole placer sobre su ropa íntima o el hecho de estar sobre aquella barra, pensar que él pensaría en todo aquello cada vez que volteara la mirada sobre la misma y probablemente se pusiera duro de solo recordarlo le parecía exquisitamente morboso.

Ver su mirada sedienta y peligrosa, aquella que uno solo ve en depredadores le hizo sonreír ladina y más aun cuando terminó por estar desnuda por completo sobre la barra; estaba planteándose el cómo torturarlo, el cómo hacerlo verla y hacerlo tomarla de una vez cuando sintió aquel placer en su interior haciéndola soltar un gemido algo más alto que los demás y alzar el rostro al cielo gustosa, sintiendo como este simple acto mandaba cargas eléctricas por toda su columna y comenzaba a nublar su juicio. Se apoyó en las manos inclinándose hacia atrás un poco y abriéndose más para el egipcio, regalándole una escena sensual y lujuriosa. Su mente se fue por las nubes cuando sintió que la velocidad aumento con no solo mas dedos que la reclamaban pero aquella boca endiablada y experta… los gemidos no se hicieron esperar y entrelazando una mano con el cabello ajeno comenzó a mover de forma lenta sus caderas gozando cada penetración, cada lamida, cada succión, el calor de su cuerpo había llenado de un suave sudor que bañaba con brillo su frente y sus piernas comenzaban a temblar un poco ante el inminente placer que el vampiro le daba; sabia lo que le gustaba, sabia lo mucho que eso la volvia loca y sin perder tiempo aumentó el ritmo como si pudiese oler en ella la venida de un posible orgasmo.

No era la primera vez que él la hacia correrse de aquella forma, pero de nuevo, el estar en aquella parte de su departamento y no en la cama hacia todo mas morboso para la felina, asi que al sentir que iba a explotar en un orgasmo, poso ambas manos en la cabeza ajena y lo aprisionó ahí con sus piernas mientras su cuerpo le entregaba el fruto de su trabajo estimulándola, sintiendo aquellos líquidos salir hacia una lengua experta que los recibía y haciéndola quedarse sin aliento, encorvándose un poco y temblando al sentir como Yvonnick terminaba de succionar lo último de ella. Lentamente soltó al mayor hasta poder recargarse de nuevo en la barra, jadeante, sudorosa y con ese leve rubor que aparece solo ante el sexo, abriendo sus ojos los cuales estaban bañados de un paño de lujuria, y posándolos sobre el vampiro, notando ese leve brillo en sus labios –Oh nicky… eso fue estupendo..- hablo suave y jadeante, sonriendo después y volviendo a acercarse a él, besando su cuello –me encanta cuando me tratas asi…- susurró hasta subir de nuevo a sus labios y rosarlos con los suyos –déjame devolverte el favor- murmuró, besándolo suave y sensual, sintiendo su propio sabor en la boca ajena y terminando con solo un beso pequeño en los labios del hombre.

Lentamente bajo de aquel lugar sintiendo sus piernas algo ligeras por el orgasmo reciente y ahora lo puso a él contra la barra, tomando el control de la situación y dejando besos por el mentón ajeno –shh.. solo déjame hacer lo mio ¿si cariño?- le susurró continuando los besos por su cuello bajando por su perfectos pectorales donde no pudo evitar dejar una lamida felina, bajando hasta su abdomen y deteniéndose justo en donde se marcaban los huesos de sus caderas. Sonriendo misteriosa comenzó a besar esa zona succionando de vez en vez y dejando lamidas por doquier, mientras sus manos se deshacían del cinturón y después del pantalón y ropa interior riendo un poco al ver como su virilidad palpitaba necesitada y sensible –ow.. a estado tan solo… déjame recompensar eso- sin más e hincada frente a él, tomo su miembro con ambas manos, solo para acariciarlo y pasar de forma provocadora sus dedos por la punta atrapando un poco de su lubricante natural entre sus dedos y mirando al mayor a los ojos, lamerlo de los mismos.

Acerco sus labios juguetona, soltando algo de aire caliente contra el y riendo al ver como este se movía ante su acción, sin previo aviso introdujo el miembro en su boca ajustando sus labios carnosos al mismo y comenzando a mover de forma viperina su lengua, succionando lentamente hasta la punta y volviendo al mismo movimiento una y otra vez, siempre lenta y calida.