AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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[Libre] El jodido y espantoso mundo real...
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[Libre] El jodido y espantoso mundo real...
Recuerdo del primer mensaje :
Sólo unas horas pasaron tras mi llegada a París. Estaba cansada, para mí esto era algo nuevo. No había dormido casi y tenía que conseguir varias especias para hierbas medicinales, pues mi hermano Khris tenía fiebre y eso le había impedido ir a trabajar.
Llegué a la zona comercial con dificultad. El bullicio de gente no me permitía orientarme decentemente. Examiné los escaparates con atención, la mayoría de cosas no se encontraban tan fácilmente en Canadá, por lo que ese aspecto me agradó. Aceleré el paso al hallar la tienda ''Spice-Dame'' de venta de especias, y compré lo indicado para inmediatamente salir al exterior.
Observé todo mi alrededor detenidamente, porque era de esas personas que contemplaban con serenidad todo lo que se escondía en cada rincón de las más grandes o extrañas calles; que percibían y notaban cosas que otra gente hacía caso omiso.
''Taberna de Mala Muerte'' leí mentalmente, entrecerrando los ojos. A la vista el nombre no me inspiraba mucha confianza, pero a lo mejor su interior destruía los esquemas de las primeras apariencias, y pensé en entrar, pero en cuestión de segundos comencé a escuchar de fondo gritos y golpes que me conectaban al mundo real. El jodido y espantoso mundo real...
Me giré preocupada y la situación me impactó. Un señor mayor de cuerpo casi esquelético sacudía contra la pared a un niño aproximadamente de diez años. Me recordó tanto a mí de pequeña que no pude evitar dirigirme hacia donde se encontraba la bulla.
-¿Qué hace? ¿No ve que le está haciendo daño? ¡Sólo es un niño! -protesté, metiéndome en medio. Me daba rabia. El rostro joven lloraba desconsoladamente mientras intentaba pronunciar la palabra: ''para'', sin éxito. Y sabía que no debía meterme, pero me sorprendió tanto que los demás que cruzaban por su lado no hicieran nada...
-¡Quite, mujer! -contestó el hombre, empujándome fuertemente y provocando que cayera al suelo.
Sólo unas horas pasaron tras mi llegada a París. Estaba cansada, para mí esto era algo nuevo. No había dormido casi y tenía que conseguir varias especias para hierbas medicinales, pues mi hermano Khris tenía fiebre y eso le había impedido ir a trabajar.
Llegué a la zona comercial con dificultad. El bullicio de gente no me permitía orientarme decentemente. Examiné los escaparates con atención, la mayoría de cosas no se encontraban tan fácilmente en Canadá, por lo que ese aspecto me agradó. Aceleré el paso al hallar la tienda ''Spice-Dame'' de venta de especias, y compré lo indicado para inmediatamente salir al exterior.
Observé todo mi alrededor detenidamente, porque era de esas personas que contemplaban con serenidad todo lo que se escondía en cada rincón de las más grandes o extrañas calles; que percibían y notaban cosas que otra gente hacía caso omiso.
''Taberna de Mala Muerte'' leí mentalmente, entrecerrando los ojos. A la vista el nombre no me inspiraba mucha confianza, pero a lo mejor su interior destruía los esquemas de las primeras apariencias, y pensé en entrar, pero en cuestión de segundos comencé a escuchar de fondo gritos y golpes que me conectaban al mundo real. El jodido y espantoso mundo real...
Me giré preocupada y la situación me impactó. Un señor mayor de cuerpo casi esquelético sacudía contra la pared a un niño aproximadamente de diez años. Me recordó tanto a mí de pequeña que no pude evitar dirigirme hacia donde se encontraba la bulla.
-¿Qué hace? ¿No ve que le está haciendo daño? ¡Sólo es un niño! -protesté, metiéndome en medio. Me daba rabia. El rostro joven lloraba desconsoladamente mientras intentaba pronunciar la palabra: ''para'', sin éxito. Y sabía que no debía meterme, pero me sorprendió tanto que los demás que cruzaban por su lado no hicieran nada...
-¡Quite, mujer! -contestó el hombre, empujándome fuertemente y provocando que cayera al suelo.
Annie Walmsley- Hechicero Clase Media
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Re: [Libre] El jodido y espantoso mundo real...
Me quedé mirándola fijamente para esperar su reacción, pero solo logré ver confusión, quizá ella necesitaba más información al respecto, y así fue, y no tuvo problema en hacermelo saber con una nueva pregunta.
- Pues sucedió lo que era de esperarse. Los insiquisidores llegaron por ella inmediatamente y se la llevaron en un dos por tres a la hoguera. La verdad es que no me quede a mirar como su cuerpo ardía pero era imposible que sobreviviera y mucho más imposible el que lograra escapar de los insiquisidores. Nadie la dejaría ir después de tal espectáculo que armo en la plaza.
No quería hundirme en un monólogo, pero ella había preguntado y para dejarle claro era necesaria una explicación un poco larga.
- Me hubiera gustado ayudarla, tal como lo hice contigo hoy... pero esa vez todo fue diferente. Ella me había enviado en busca de algo al otro lado de la plaza y fue cuando nos encontrábamos más alejadas la una de la otra que todo comenzó. Cuando llegué a ella medio pueblo ya la señalaba y culpaba de brujería y ella... ella estaba tranquila. En su rostro se podía notar, estaba TAN tranquila -aquello último lo solté con un poco de rencor, y es que cómo no tenerlo-. Ella se sacrificó con la esperanza de llegar al otro lado... un lugar donde poder encontrar a su esposo recientemente muerto, sin importarle ni un poco el cómo quedaría su hija, no le importó dejarme sola en el mundo, rodeada de ojos por ser "la hija de la bruja". Tuve que arrancar inmediatamente, no tuve otra opción.
Entonces solté un suspiró y me terminé el té que se encontraba en la taza frente a mi, me quedé mirando la mesa unos minutos antes de servirme otra taza.
- Pues sucedió lo que era de esperarse. Los insiquisidores llegaron por ella inmediatamente y se la llevaron en un dos por tres a la hoguera. La verdad es que no me quede a mirar como su cuerpo ardía pero era imposible que sobreviviera y mucho más imposible el que lograra escapar de los insiquisidores. Nadie la dejaría ir después de tal espectáculo que armo en la plaza.
No quería hundirme en un monólogo, pero ella había preguntado y para dejarle claro era necesaria una explicación un poco larga.
- Me hubiera gustado ayudarla, tal como lo hice contigo hoy... pero esa vez todo fue diferente. Ella me había enviado en busca de algo al otro lado de la plaza y fue cuando nos encontrábamos más alejadas la una de la otra que todo comenzó. Cuando llegué a ella medio pueblo ya la señalaba y culpaba de brujería y ella... ella estaba tranquila. En su rostro se podía notar, estaba TAN tranquila -aquello último lo solté con un poco de rencor, y es que cómo no tenerlo-. Ella se sacrificó con la esperanza de llegar al otro lado... un lugar donde poder encontrar a su esposo recientemente muerto, sin importarle ni un poco el cómo quedaría su hija, no le importó dejarme sola en el mundo, rodeada de ojos por ser "la hija de la bruja". Tuve que arrancar inmediatamente, no tuve otra opción.
Entonces solté un suspiró y me terminé el té que se encontraba en la taza frente a mi, me quedé mirando la mesa unos minutos antes de servirme otra taza.
Arianrhod Dankworth- Hechicero Clase Media
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Re: [Libre] El jodido y espantoso mundo real...
Ante su contestación alcé la mirada y la dirigí a ella. En parte me sorprendió, pues no esperaba que su madre hubiera fallecido, y menos de esa manera. Morir a sombra de los inquisidores... desde luego, no era mi gran sueño, por eso interiormente me asustó saber que yo podría participar en ese castigo.
Yo no quería acabar así. No podía... Tenía que empezar a controlarme, debía encontrar un motivo que me relajara y me hiciera desconectar en el momento que mis emociones pasan a ser negativas. No comenté nada al respecto porque no quería interrumpir, sólo le dejé hablar hasta que vi que su explicación hacía sido finalizada.
Hizo una pausa de varios segundos, para luego proseguir. Parecía estar rencorosa y resentida por ello, por la ''indiferencia'' de su madre, pero seguro que en el fondo le abundaba la tristeza y el vacío. Por lo menos a mí me quedó al ocurrir casi lo mismo.
Y hoy en día es difícil tapar ese importante hueco. Por eso sentí empatía, era la primera persona después de mucho tiempo que me relataba su historia y me sentía identificada. Sus ojos lo reflejaban todo. Me gustaba mirarla mientras hablaba, era muy interesante y su aura estaba llena de magia.
Tampoco me digné a responder, por lo menos no hasta unos segundos. Le di varios sorbos al té y seguidamente me comí el delicioso bollo. Me relamí los labios y me apoyé nuevamente en la mesa, tocando de lado mi cuello. La verdad, si dijera todo lo que pensara estaría todo el día hablando. Y al final a la gente le aburriría y acabarían hartos de mí.
—Te comprendo. No lo has tenido que pasar bien—dije, mirándola fijamente—. Sé cómo te sientes. Aunque... —me remangué, sin darme cuenta de que en mi mano izquierda se podía ver una cicatriz que ocupaba casi toda la palma— bueno, a todos nos asusta la idea de quedarnos solos en el mundo, hazme caso. A mí la primera, soy muy sensible aunque no lo parezca.
No es agradable precisamente sentirse débil. Pero estás rehaciendo tu vida, es algo positivo.
Además, puedes tener siempre cuando lo necesites, por lo que sola no estás del todo —añadí, desviando la mirada, para finalmente pregunta de nuevo, tras un rato:
—¿Y tu padre?
Yo no quería acabar así. No podía... Tenía que empezar a controlarme, debía encontrar un motivo que me relajara y me hiciera desconectar en el momento que mis emociones pasan a ser negativas. No comenté nada al respecto porque no quería interrumpir, sólo le dejé hablar hasta que vi que su explicación hacía sido finalizada.
Hizo una pausa de varios segundos, para luego proseguir. Parecía estar rencorosa y resentida por ello, por la ''indiferencia'' de su madre, pero seguro que en el fondo le abundaba la tristeza y el vacío. Por lo menos a mí me quedó al ocurrir casi lo mismo.
Y hoy en día es difícil tapar ese importante hueco. Por eso sentí empatía, era la primera persona después de mucho tiempo que me relataba su historia y me sentía identificada. Sus ojos lo reflejaban todo. Me gustaba mirarla mientras hablaba, era muy interesante y su aura estaba llena de magia.
Tampoco me digné a responder, por lo menos no hasta unos segundos. Le di varios sorbos al té y seguidamente me comí el delicioso bollo. Me relamí los labios y me apoyé nuevamente en la mesa, tocando de lado mi cuello. La verdad, si dijera todo lo que pensara estaría todo el día hablando. Y al final a la gente le aburriría y acabarían hartos de mí.
—Te comprendo. No lo has tenido que pasar bien—dije, mirándola fijamente—. Sé cómo te sientes. Aunque... —me remangué, sin darme cuenta de que en mi mano izquierda se podía ver una cicatriz que ocupaba casi toda la palma— bueno, a todos nos asusta la idea de quedarnos solos en el mundo, hazme caso. A mí la primera, soy muy sensible aunque no lo parezca.
No es agradable precisamente sentirse débil. Pero estás rehaciendo tu vida, es algo positivo.
Además, puedes tener siempre cuando lo necesites, por lo que sola no estás del todo —añadí, desviando la mirada, para finalmente pregunta de nuevo, tras un rato:
—¿Y tu padre?
Annie Walmsley- Hechicero Clase Media
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Re: [Libre] El jodido y espantoso mundo real...
Me reí al verme expuesta a otra de sus preguntas. Aunque no todo eran risas y dudas... Pude notar cuando se arremangó el vestido una marca en su mano que no pasaba demasiado desapercibida.
- Tu haces muchas preguntas ¿no? -le dije con una sonrisa mientras disfrutaba de su mirada- Okey, seguiré respondiendo a tus dudas pero a cambio tu también deberás comenzar a contarme algunas cosas, no puedo ser la única que revele su triste y trágica historia. A que tu también tienes algunos relatos que le saquen un par de lágrimas a la gente -dije sin intentar ser una amargada, buscando solo verle el lado divertido.
Esta bien que tuviéramos un pasado difícil, pero hoy en día estoy bien y por el mismo motivo no creo que por un par de lágrimas en el pasado debamos tirar todo por la borda.
- Bueno mi padre... esa es otra historia triste, que aunque no lo creas está muy unida a la anterior, y no me refiero solo a que mi madre se "suicidó" -hice comillas con los dedos- para poder estar con mi padre. Mi padre murió tan solo un par de días antes a ese incidente en una pelea de borrachos al salir de la taberna de mala muerte que frecuentaba... Ahora es tu tiempo de comenzar a hablar, cuéntame algo, lo que quieras, te dejaré escoger antes de comenzar con mis preguntas.
- Tu haces muchas preguntas ¿no? -le dije con una sonrisa mientras disfrutaba de su mirada- Okey, seguiré respondiendo a tus dudas pero a cambio tu también deberás comenzar a contarme algunas cosas, no puedo ser la única que revele su triste y trágica historia. A que tu también tienes algunos relatos que le saquen un par de lágrimas a la gente -dije sin intentar ser una amargada, buscando solo verle el lado divertido.
Esta bien que tuviéramos un pasado difícil, pero hoy en día estoy bien y por el mismo motivo no creo que por un par de lágrimas en el pasado debamos tirar todo por la borda.
- Bueno mi padre... esa es otra historia triste, que aunque no lo creas está muy unida a la anterior, y no me refiero solo a que mi madre se "suicidó" -hice comillas con los dedos- para poder estar con mi padre. Mi padre murió tan solo un par de días antes a ese incidente en una pelea de borrachos al salir de la taberna de mala muerte que frecuentaba... Ahora es tu tiempo de comenzar a hablar, cuéntame algo, lo que quieras, te dejaré escoger antes de comenzar con mis preguntas.
Arianrhod Dankworth- Hechicero Clase Media
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Re: [Libre] El jodido y espantoso mundo real...
Sonreí ante su primer comentario. Realmente no solía hacer tantas preguntas, lo que pasaba es que ella me causaba intriga y a la vez me llamaba la atención, por lo que constantemente necesitaba saber de ella, algo extraño, pues de usual la vida de los demás me solía dar igual.
Creo que ella era la excepción a todo.
—Ni te imaginas. Pero mi historia es muy triste, a las demás personas les debe dar igual. Aunque bueno, es similar a la tuya pero con diferentes motivos —me sinceré, sentándome recto para empezar con la trágica narración:
—Yo nací un 1 de agosto. Aunque no afortunadamente, pues fue un embarazo inesperado y no deseado. Mis padres sólo se centraban en mi hermano, Khris, apenas me hacían caso a mí. No es algo que recuerde con gran memoria, pero siempre le tenían preferencia a el. Mi madre con el tiempo acabó aceptándome, pero mi padre se negaba. Esto tampoco duró mucho ya que cuando yo tenía tres años fallecieron. No me preguntes porqué, no lo sé. Nadie me lo ha dicho ni tampoco me lo quieren decir —hice una pausa, notaba como mi voz se quebraba y no quería que Aria participara en otro momento apenado y profundo. Evité su mirada y proseguí, mientras que un mechón de pelo me tapaba medio rostro.
—Sé que es extraño. Pero no tengo ni idea. Más tarde nos acogieron un nuevo matrimonio el cual nos maltrataba y explotaba día sí y día también. Por ello la cicatriz que llevo en mi mano—la señalé— vivimos con esa ''familia'' hasta que mi hermano fue suficientemente maduro para cuidarme a mí él solo. Khris trabajaba en Canadá, pero perdió su trabajo. Esa ciudad nos traía malos recuerdos. Y decidimos venir aquí. Mi hermano tiene una esposa, por eso casi siempre suelo estar sola. Esta noche de hecho me ha prohibido ir a la residencia, porque su amada y él querían estar solos... —dije con un tono burlón—. Así que bueno, supongo que tendré que apañarmelas para dormir en algún sitio. Y esa es mi historia, resumidamente, claro.
Creo que ella era la excepción a todo.
—Ni te imaginas. Pero mi historia es muy triste, a las demás personas les debe dar igual. Aunque bueno, es similar a la tuya pero con diferentes motivos —me sinceré, sentándome recto para empezar con la trágica narración:
—Yo nací un 1 de agosto. Aunque no afortunadamente, pues fue un embarazo inesperado y no deseado. Mis padres sólo se centraban en mi hermano, Khris, apenas me hacían caso a mí. No es algo que recuerde con gran memoria, pero siempre le tenían preferencia a el. Mi madre con el tiempo acabó aceptándome, pero mi padre se negaba. Esto tampoco duró mucho ya que cuando yo tenía tres años fallecieron. No me preguntes porqué, no lo sé. Nadie me lo ha dicho ni tampoco me lo quieren decir —hice una pausa, notaba como mi voz se quebraba y no quería que Aria participara en otro momento apenado y profundo. Evité su mirada y proseguí, mientras que un mechón de pelo me tapaba medio rostro.
—Sé que es extraño. Pero no tengo ni idea. Más tarde nos acogieron un nuevo matrimonio el cual nos maltrataba y explotaba día sí y día también. Por ello la cicatriz que llevo en mi mano—la señalé— vivimos con esa ''familia'' hasta que mi hermano fue suficientemente maduro para cuidarme a mí él solo. Khris trabajaba en Canadá, pero perdió su trabajo. Esa ciudad nos traía malos recuerdos. Y decidimos venir aquí. Mi hermano tiene una esposa, por eso casi siempre suelo estar sola. Esta noche de hecho me ha prohibido ir a la residencia, porque su amada y él querían estar solos... —dije con un tono burlón—. Así que bueno, supongo que tendré que apañarmelas para dormir en algún sitio. Y esa es mi historia, resumidamente, claro.
Annie Walmsley- Hechicero Clase Media
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Re: [Libre] El jodido y espantoso mundo real...
Me la quedé mirando atentamente mientras hablaba, disfrutando de mi segunda taza de té y de un nuevo bollo. Había un mechón cubriéndole el rostro por lo que cuando acabó de hablar me adelanté un poco para dejar que su cabello reposara tras su oreja.
- Okey, debo admitir que tu historia es mucho más triste -le dirigí una sonrisa-, al menos en la mía todo iba bien hasta cumplir los 15. Aunque por lo mismo, quien sabe, puede que ahora que estás en París todo cambie drásticamente para ti y solo vengan cosas buenas -simulé una cara de sorpresa.
Me estiré sutilmente en mi lugar mientras seguía mirando a Annie, realmente le ha tocado duro, y yo que pensaba que a mi me habían tocado cosas difíciles. Pero si bien París era todo un nuevo mundo, por la misma razón traía un montón de cosas nuevas a tu vida, es muy probable que lo que le dije sobre las cosas buenas fuera verdad, no eran solo palabras de aliento. Yo realmente lo creía.
- Respecto a donde pasarás la noche, siempre puedes quedarte acá, creo que ya te comenté que tengo un par de habitaciones más habilitadas para cuando recibo un par de clientes especiales para curaciones, siempre y cuando estés de acuerdo, obviamente.
De todas formás aun era temprano... no llevabamos mucho tiempo acá sentadas y por suerte -o quizá mala suerte para el negocio-, no ha aparecido ningún cliente, aunque el que comiencen a llegar es solo cuestión de tiempo. El día aún es joven.
- Okey, debo admitir que tu historia es mucho más triste -le dirigí una sonrisa-, al menos en la mía todo iba bien hasta cumplir los 15. Aunque por lo mismo, quien sabe, puede que ahora que estás en París todo cambie drásticamente para ti y solo vengan cosas buenas -simulé una cara de sorpresa.
Me estiré sutilmente en mi lugar mientras seguía mirando a Annie, realmente le ha tocado duro, y yo que pensaba que a mi me habían tocado cosas difíciles. Pero si bien París era todo un nuevo mundo, por la misma razón traía un montón de cosas nuevas a tu vida, es muy probable que lo que le dije sobre las cosas buenas fuera verdad, no eran solo palabras de aliento. Yo realmente lo creía.
- Respecto a donde pasarás la noche, siempre puedes quedarte acá, creo que ya te comenté que tengo un par de habitaciones más habilitadas para cuando recibo un par de clientes especiales para curaciones, siempre y cuando estés de acuerdo, obviamente.
De todas formás aun era temprano... no llevabamos mucho tiempo acá sentadas y por suerte -o quizá mala suerte para el negocio-, no ha aparecido ningún cliente, aunque el que comiencen a llegar es solo cuestión de tiempo. El día aún es joven.
Arianrhod Dankworth- Hechicero Clase Media
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Re: [Libre] El jodido y espantoso mundo real...
Al finalizar de hablar, Aria inesperadamente me escondió un mechón de pelo detrás de mi oreja, dejando mi rostro al descubierto. Yo le sonreí dulcemente y la miré fijamente a los ojos. Me recordó a la ilusión provocada de hace un rato, donde yo hago lo mismo. Me gustó, fue bonito que de alguna forma esto fuera recíproco.
—Es lo que quiero y debo pensar. Aunque de momento no he empezado muy bien en este nuevo lugar, ya sabes —dije, ladeando la cabeza levemente y rememorando el espectáculo montado con aquel señor taciturno y su hijo pequeño.
En parte era cierto. No llevaba ni apenas 24 horas y lo único bueno que me había ocurrido era estar hablando en ese momento con ella. Aunque seguramente es más que suficiente. Y algún día puede que lo agradezca. Todo eran rachas temporales, menos el dolor interno, que costaba más en esfumarse. Sin embargo, yo no podía permitirme perder mi positivismo, ya que sería un gran problema. Por ello siempre acababa aumentando mis expectativas y mi esperanza.
—Pero supongo que las pérdidas a veces son ganancias—añadí, haciéndome la pensativa y buscando sobre todo el sentido del humor. Era una frase muy acertada y lógica, Khris la solía decir tanto que al final yo siempre la llevaba en la boca para expresarla en el momento exacto.
Sólo quedaban unas cuatro o cinco horas aproximadamente para que la luna fuera protagonista, junto a las estrellas. Era fan de la noche. Como el silencio invadía las calles —y mi mente— y los habitantes dormían plácidamente; aunque solo la mayoría. Hace varios días que yo no conseguía entablar sueño, y pese a que era un poco preocupante tampoco le daba tanta importancia.
—¿De verdad?—arqueé una ceja, no me lo esperaba. Desde luego esta chica o era demasiado buena persona o le gustaba salvarme la vida—. Es todo un detalle. Gracias Aria—era la primera vez que decía su nombre, por lo menos en voz alta, y quedó tan bien...
Me acerqué un poco a ella y al instante sonó la campanilla que indicaba que alguien acababa de entrar a la tienda.
—Es lo que quiero y debo pensar. Aunque de momento no he empezado muy bien en este nuevo lugar, ya sabes —dije, ladeando la cabeza levemente y rememorando el espectáculo montado con aquel señor taciturno y su hijo pequeño.
En parte era cierto. No llevaba ni apenas 24 horas y lo único bueno que me había ocurrido era estar hablando en ese momento con ella. Aunque seguramente es más que suficiente. Y algún día puede que lo agradezca. Todo eran rachas temporales, menos el dolor interno, que costaba más en esfumarse. Sin embargo, yo no podía permitirme perder mi positivismo, ya que sería un gran problema. Por ello siempre acababa aumentando mis expectativas y mi esperanza.
—Pero supongo que las pérdidas a veces son ganancias—añadí, haciéndome la pensativa y buscando sobre todo el sentido del humor. Era una frase muy acertada y lógica, Khris la solía decir tanto que al final yo siempre la llevaba en la boca para expresarla en el momento exacto.
Sólo quedaban unas cuatro o cinco horas aproximadamente para que la luna fuera protagonista, junto a las estrellas. Era fan de la noche. Como el silencio invadía las calles —y mi mente— y los habitantes dormían plácidamente; aunque solo la mayoría. Hace varios días que yo no conseguía entablar sueño, y pese a que era un poco preocupante tampoco le daba tanta importancia.
—¿De verdad?—arqueé una ceja, no me lo esperaba. Desde luego esta chica o era demasiado buena persona o le gustaba salvarme la vida—. Es todo un detalle. Gracias Aria—era la primera vez que decía su nombre, por lo menos en voz alta, y quedó tan bien...
Me acerqué un poco a ella y al instante sonó la campanilla que indicaba que alguien acababa de entrar a la tienda.
Annie Walmsley- Hechicero Clase Media
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Re: [Libre] El jodido y espantoso mundo real...
Miré como se acercaba a mi hasta que un sonido nos interrumpió. El sonido que indicaba que alguien había entrado en la botica. Esto debería esperar... ya era hora de ponerse manos a la obra y no dejar de lado el trabajo.
- De acuerdo, si vas a ocupar mi techo, creo que deberás ganarte la estadía -dije con una sonrisa simpática-, no recuerdo si te lo dije anteriormente pero no me doy mucho a la caridad. Creo que me vendría bien algo de ayuda abajo.
Bajé rápidamente las escaleras para llegar al vestíbulo de mi tienda y dar la bienvenida a quién había entrado. Era un encargo simple y de los más comunes, en especial en esta época del año en que los resfríos eran tan comunes, aún así siempre eran de cuidado.
La señora con la que me encontré estaba buscando algo para bajar la fiebre de su hijo, además de algún medicamento que pudiera ayudarlo a mejorar, por lo que me moví a lo largo de las estanterías juntando lo necesario. Primero era un ungüento que se debía poner en el pecho, aquello evitaría la obstrucción del pecho, luego agregué a la selección de productos unas gotas que ayudarían con la fiebre y por último un jarabe algo espeso que ayudaría con el dolor de garganta. En cuanto terminé de juntar todo le indiqué a la señora el precio, antes de dirigirme a hacer el cobro miré a Annie y le sonreí.
- ¿Podrías tomar las indicaciones para cada remedio? En el costado de cada frasco hay un número que indica el tipo de uso. En ese cajón -señalé una sección frente a una de las vitrinas que quedaba visible solo para quienes se encontraran de esta parte del mesón- hay hojas con las instrucciones correspondientes para cada número. Necesito que tomes una correspondiente a cada una y le escribas el nombre de cada frasco al papel para que sepan cual corresponde a cual -le señalé también donde podía encontrar pluma y tinta.
- De acuerdo, si vas a ocupar mi techo, creo que deberás ganarte la estadía -dije con una sonrisa simpática-, no recuerdo si te lo dije anteriormente pero no me doy mucho a la caridad. Creo que me vendría bien algo de ayuda abajo.
Bajé rápidamente las escaleras para llegar al vestíbulo de mi tienda y dar la bienvenida a quién había entrado. Era un encargo simple y de los más comunes, en especial en esta época del año en que los resfríos eran tan comunes, aún así siempre eran de cuidado.
La señora con la que me encontré estaba buscando algo para bajar la fiebre de su hijo, además de algún medicamento que pudiera ayudarlo a mejorar, por lo que me moví a lo largo de las estanterías juntando lo necesario. Primero era un ungüento que se debía poner en el pecho, aquello evitaría la obstrucción del pecho, luego agregué a la selección de productos unas gotas que ayudarían con la fiebre y por último un jarabe algo espeso que ayudaría con el dolor de garganta. En cuanto terminé de juntar todo le indiqué a la señora el precio, antes de dirigirme a hacer el cobro miré a Annie y le sonreí.
- ¿Podrías tomar las indicaciones para cada remedio? En el costado de cada frasco hay un número que indica el tipo de uso. En ese cajón -señalé una sección frente a una de las vitrinas que quedaba visible solo para quienes se encontraran de esta parte del mesón- hay hojas con las instrucciones correspondientes para cada número. Necesito que tomes una correspondiente a cada una y le escribas el nombre de cada frasco al papel para que sepan cual corresponde a cual -le señalé también donde podía encontrar pluma y tinta.
Última edición por Arianrhod Dankworth el Lun Ene 02, 2017 10:29 pm, editado 1 vez
Arianrhod Dankworth- Hechicero Clase Media
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Re: [Libre] El jodido y espantoso mundo real...
—Me parece lo más justo. Ahora bajaré —respondí antes hacer alguna acción. La verdad es que yo le iba a ofrecer mi ayuda, porque, ¿qué menos? encima que me presta su techo y cuida.. pero se me adelantó. Estaría encantada en reforzar su puesto si hacía falta.
La chica se levantó rápidamente de la silla para bajar por las escaleras hasta el vestíbulo, donde atendería agradablemente al cliente. El motivo de porqué bajé segundos después que ella fue porque quería ver una de sus cuadros que me había llamado la atención. Era un simple paisaje, pero me resultó familiar, puede que ya lo hubiese visto en otra ocasión. Me giré y di un último vistazo al exterior, desde la ventana, y seguidamente fui a la entrada con Aria.
Vi como atendía a una señora mientras que rebuscaba por las estanterías sabiamente. Parecía tenerlo todo controlado ya que no le costó mucho encontrar lo necesario. Manejaba; algo que un trabajador como ella debe de poseer. Admiraba su forma de dominarlo todo ella sola sin necesidad de tener a un hombre a su lado. Era un ejemplo de que las mujeres podemos hacer las mismas tareas o trabajos que ellos. Lo juntó todo, y cuando le fue a cobrar me dirigió una sonrisa. Le guiñé un ojo divertidamente como respuesta, y cuando la mujer salió satisfecha de la botica me acerqué.
—Por supuesto—dije, guiándome por lo que decía y cogiendo lo que me pedía. También cogí pluma y tinta para preparar todo lo que ella me mandaba—. ¿Te han dicho alguna vez que te pones muy guapa cuando estás en modo responsable? Te favorece. —comenté con humor, acompañada de una sonrisa un tanto pícara, pero hecha aposta para darle más emoción.
La chica se levantó rápidamente de la silla para bajar por las escaleras hasta el vestíbulo, donde atendería agradablemente al cliente. El motivo de porqué bajé segundos después que ella fue porque quería ver una de sus cuadros que me había llamado la atención. Era un simple paisaje, pero me resultó familiar, puede que ya lo hubiese visto en otra ocasión. Me giré y di un último vistazo al exterior, desde la ventana, y seguidamente fui a la entrada con Aria.
Vi como atendía a una señora mientras que rebuscaba por las estanterías sabiamente. Parecía tenerlo todo controlado ya que no le costó mucho encontrar lo necesario. Manejaba; algo que un trabajador como ella debe de poseer. Admiraba su forma de dominarlo todo ella sola sin necesidad de tener a un hombre a su lado. Era un ejemplo de que las mujeres podemos hacer las mismas tareas o trabajos que ellos. Lo juntó todo, y cuando le fue a cobrar me dirigió una sonrisa. Le guiñé un ojo divertidamente como respuesta, y cuando la mujer salió satisfecha de la botica me acerqué.
—Por supuesto—dije, guiándome por lo que decía y cogiendo lo que me pedía. También cogí pluma y tinta para preparar todo lo que ella me mandaba—. ¿Te han dicho alguna vez que te pones muy guapa cuando estás en modo responsable? Te favorece. —comenté con humor, acompañada de una sonrisa un tanto pícara, pero hecha aposta para darle más emoción.
Annie Walmsley- Hechicero Clase Media
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Re: [Libre] El jodido y espantoso mundo real...
- ¿Qué acaba de decir?
Me sonrojé al instante, pude sentir el calor subir a mis mejillas y quedarse allí. Tan rápido como el calor se apoderaba de mi rostro una sonrisa aparecía sin permiso en mis labios y parecía no tener poder para controlarla y sacarla de su lugar por lo que me limité a aclararme la garganta mientras giraba levemente el rostro buscando que un poco de cabello cayera sobre mi rostro para cubrirme de mi vergonzosa reacción automática.
- Pues no, no recuerdo que me lo hayan dicho anteriormente, gracias.
No es como si mis pretendientes o casualidades de la vida vieran esta faceta mía. No suelo relacionarme mucho con la gente acá. Solemos encontrarnos en otras partes de la ciudad, como el parque botánico... aunque puede que entre tantas plantas y hierbas si se me saliera un poco lo profesional, mezclado con un poco de admiración al ver tanta botánica junta y tan bien cuidada en un solo lugar. Aunque disfruto de muchos tipos de paseos... hace un tiempo que no salgo a dar una vuelta, pero ya pensaré en eso luego, ahora es momento de trabajar.
Ahora que mi mente se había despejado un poco de las palabras recién recibidas me acerqué a ver lo que había hecho Annie.
- Veamos ¿qué más hay que hacer? Tengo un par de frascos que necesitan ser etiquetados. Como no conoces las pociones te ayudaré, estamos libres hasta que... -la campana de la entrada me interrumpió, puede que hoy sea un buen día de ventas después de todo. Me giré hacia la persona que acababa de entrar- Bienvenido a Autre médicament à Arianrhod, ¿en qué lo podemos ayudar?
Me sonrojé al instante, pude sentir el calor subir a mis mejillas y quedarse allí. Tan rápido como el calor se apoderaba de mi rostro una sonrisa aparecía sin permiso en mis labios y parecía no tener poder para controlarla y sacarla de su lugar por lo que me limité a aclararme la garganta mientras giraba levemente el rostro buscando que un poco de cabello cayera sobre mi rostro para cubrirme de mi vergonzosa reacción automática.
- Pues no, no recuerdo que me lo hayan dicho anteriormente, gracias.
No es como si mis pretendientes o casualidades de la vida vieran esta faceta mía. No suelo relacionarme mucho con la gente acá. Solemos encontrarnos en otras partes de la ciudad, como el parque botánico... aunque puede que entre tantas plantas y hierbas si se me saliera un poco lo profesional, mezclado con un poco de admiración al ver tanta botánica junta y tan bien cuidada en un solo lugar. Aunque disfruto de muchos tipos de paseos... hace un tiempo que no salgo a dar una vuelta, pero ya pensaré en eso luego, ahora es momento de trabajar.
Ahora que mi mente se había despejado un poco de las palabras recién recibidas me acerqué a ver lo que había hecho Annie.
- Veamos ¿qué más hay que hacer? Tengo un par de frascos que necesitan ser etiquetados. Como no conoces las pociones te ayudaré, estamos libres hasta que... -la campana de la entrada me interrumpió, puede que hoy sea un buen día de ventas después de todo. Me giré hacia la persona que acababa de entrar- Bienvenido a Autre médicament à Arianrhod, ¿en qué lo podemos ayudar?
Arianrhod Dankworth- Hechicero Clase Media
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Re: [Libre] El jodido y espantoso mundo real...
Solté una pequeña y dulce carcajada ante su reacción. De un momento a otro pasó a estar roja completamente, y ocultó su rostro con varios mechones de pelo cayendo de el. Me hizo gracia verla así, pero era cierto, le favorecía, y lograba estar aún más guapa —pese a que era difícil—. No tuve un motivo concreto para halagarle. Simplemente me apeteció comentárselo porque no mentía.
Le dediqué una sonrisa al escuchar su contestación y volví a coger la pluma para seguir etiquetando y escribiendo todo lo necesario. Aria siguió hablando pero el sonido de la campanilla interrumpió su explicación. Ya habían entrado dos personas, no era un día tan malo, ¿no?
Alcé la vista para saber de quién se trataba y al conocer aquella cara bastante familiar (nunca mejor dicho) arqueé una ceja. Era mi hermano Khris, él me miraba sorprendido mientras sostenía algunas cartas en su mano izquierda. Khris era rubio y alto, sus ojos eran muy parecidos a los míos, por lo demás no nos asemejabamos en nada.
—¡Annie! ¿Qué haces aquí? —me preguntó, divertido. Pero a mi no me pareció exactamente divertido. Él me había advertido de que no iba a salir a casa (por problemas personales) y que se quedaría con Angelina, su esposa.
—Yo te podría decir lo mismo. Como tú me has echado en contra de mi voluntad de nuestro techo—recalqué la palabra ''nuestro'' y proseguí—Pues tengo que apañarmelas sola. No te preocupes, estoy bien.
—Lo siento, Ann, ya lo hemos hablado. Sólo he venido para comprar algunas hierbas medicinales —miró a Aria y le tendió la mano, depositando un pequeño beso en ella—. Un placer.
Resoplé. Estúpido egoísta. Tampoco hace falta que seas tan cortés y caballero pensé. A veces no le aguantaba, sólo pensaba en él y en su amada, mientras que a mí me dejaba siempre de lado en los planes. Más de una vez me quedé en la calle por no poder dormir en mi habitación a causa de su amor romántico.
—Angelina se encuentra un poco mal debido al embarazo. ¿Tienes algo que le pueda ayudar? —añadió tras unos segundos, observando el interior de la botica.
¿Embarazo? Me llevé las manos a la cabeza y maldije interiormente.
—No lo estás diciendo en serio, ¿verdad?
Le dediqué una sonrisa al escuchar su contestación y volví a coger la pluma para seguir etiquetando y escribiendo todo lo necesario. Aria siguió hablando pero el sonido de la campanilla interrumpió su explicación. Ya habían entrado dos personas, no era un día tan malo, ¿no?
Alcé la vista para saber de quién se trataba y al conocer aquella cara bastante familiar (nunca mejor dicho) arqueé una ceja. Era mi hermano Khris, él me miraba sorprendido mientras sostenía algunas cartas en su mano izquierda. Khris era rubio y alto, sus ojos eran muy parecidos a los míos, por lo demás no nos asemejabamos en nada.
—¡Annie! ¿Qué haces aquí? —me preguntó, divertido. Pero a mi no me pareció exactamente divertido. Él me había advertido de que no iba a salir a casa (por problemas personales) y que se quedaría con Angelina, su esposa.
—Yo te podría decir lo mismo. Como tú me has echado en contra de mi voluntad de nuestro techo—recalqué la palabra ''nuestro'' y proseguí—Pues tengo que apañarmelas sola. No te preocupes, estoy bien.
—Lo siento, Ann, ya lo hemos hablado. Sólo he venido para comprar algunas hierbas medicinales —miró a Aria y le tendió la mano, depositando un pequeño beso en ella—. Un placer.
Resoplé. Estúpido egoísta. Tampoco hace falta que seas tan cortés y caballero pensé. A veces no le aguantaba, sólo pensaba en él y en su amada, mientras que a mí me dejaba siempre de lado en los planes. Más de una vez me quedé en la calle por no poder dormir en mi habitación a causa de su amor romántico.
—Angelina se encuentra un poco mal debido al embarazo. ¿Tienes algo que le pueda ayudar? —añadió tras unos segundos, observando el interior de la botica.
¿Embarazo? Me llevé las manos a la cabeza y maldije interiormente.
—No lo estás diciendo en serio, ¿verdad?
Annie Walmsley- Hechicero Clase Media
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Re: [Libre] El jodido y espantoso mundo real...
La contestación de la persona que acababa de cruzar la puerta de entrada no fue para nada lo que esperaba.
- Así que este es el super hermano -pensé mientras lo miraba de arriba a abajo aprovechando que su atención estaba puesta en Annie; la verdad es que no se parecían demasiado y si bien era un muchacho apuesto su aura era casi repugnante. No me gustaba lo que estaba proyectando, era una sensación incómoda... casi tan incómoda como la conversación que estaban teniendo los hermanos Walmsley en ese momento.
Yo confío mucho en mis poderes para relacionarme con la gente, principalmente en la percepción del Aura y fue por ese motivo que decidí acercarme a Annie y ayudarla en aquel momento, pero el aura de su hermano es algo completamente diferente. El aura no son solo colores que muestran el estado de ánimo de las personas, también se plasma en ella parte de la personalidad y esencia de cada uno, y tal como el Aura de Annie me hizo querer acercarme y ayudar, el aura de su hermano no me daban ganas especiales de querer relacionarme con él.
Parece que la noticia sobre el embarazo fue tan reciente para Annie como lo fue para mi que solo era una ajena en la familia. La tensión entre ese par estaba comenzando a crecer y la incomodidad no parecía querer desaparecer ni por si acaso. Si bien el aura que emitía este chico no me era de agrado había aprendido a separar aquello del trabajo. Simplemente me limitaría a cumplir con mi cargo en la tienda.
- Algo respecto al embarazo -digo mirando las repisas-, creo que deberá ser más específico. Tengo vitaminas, pociones para nauseas, dolores de cabeza, somníferos... ¿qué es lo que quiere sanar exactamente? Obviamente todas estas pociones son naturales y no dañarán al bebé.
Al terminar de hablar me giro a mirar a Annie, quien no se ve demasiado feliz de enterarse que va a ser tía, creo que entre estos dos hay algo más que solo el hecho de que él fuera el hijo favorito o que suela dejarla de lado por "Angelina", aunque nunca he tenido un hermano no me podía imaginar una relación tan tensa como la de este par.
- Así que este es el super hermano -pensé mientras lo miraba de arriba a abajo aprovechando que su atención estaba puesta en Annie; la verdad es que no se parecían demasiado y si bien era un muchacho apuesto su aura era casi repugnante. No me gustaba lo que estaba proyectando, era una sensación incómoda... casi tan incómoda como la conversación que estaban teniendo los hermanos Walmsley en ese momento.
Yo confío mucho en mis poderes para relacionarme con la gente, principalmente en la percepción del Aura y fue por ese motivo que decidí acercarme a Annie y ayudarla en aquel momento, pero el aura de su hermano es algo completamente diferente. El aura no son solo colores que muestran el estado de ánimo de las personas, también se plasma en ella parte de la personalidad y esencia de cada uno, y tal como el Aura de Annie me hizo querer acercarme y ayudar, el aura de su hermano no me daban ganas especiales de querer relacionarme con él.
Parece que la noticia sobre el embarazo fue tan reciente para Annie como lo fue para mi que solo era una ajena en la familia. La tensión entre ese par estaba comenzando a crecer y la incomodidad no parecía querer desaparecer ni por si acaso. Si bien el aura que emitía este chico no me era de agrado había aprendido a separar aquello del trabajo. Simplemente me limitaría a cumplir con mi cargo en la tienda.
- Algo respecto al embarazo -digo mirando las repisas-, creo que deberá ser más específico. Tengo vitaminas, pociones para nauseas, dolores de cabeza, somníferos... ¿qué es lo que quiere sanar exactamente? Obviamente todas estas pociones son naturales y no dañarán al bebé.
Al terminar de hablar me giro a mirar a Annie, quien no se ve demasiado feliz de enterarse que va a ser tía, creo que entre estos dos hay algo más que solo el hecho de que él fuera el hijo favorito o que suela dejarla de lado por "Angelina", aunque nunca he tenido un hermano no me podía imaginar una relación tan tensa como la de este par.
Arianrhod Dankworth- Hechicero Clase Media
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Re: [Libre] El jodido y espantoso mundo real...
Nunca había maldecido tanto en cuestión de segundos. ¿Cómo era capaz? ¿Cómo podía ser tan irresponsable, sabiendo que está poniendo en peligro al futuro bebé? No comprendía nada.
Aria le respondió tranquilamente, cumpliendo su trabajo. Era lo que debía de hacer; y eso me fue indiferente, pero Khris...
—Pociones para nauseas necesitaría, gracias. —dijo él, para luego desviar su mirada hacía mí. Parecía tan tranquilo, como si le diese igual proteger una vida más—. Annie, sé las consecuencias. Pero realmente Angelina y yo deseamos tenerlo. Es varón, se llamará Stefan.
—¡Es imposible que lo mantengáis al margen de todo! ¿No lo entiendes? Ellos vendrán a por él, ¡te lo advirtieron! —exclamé, intentando no perder la paciencia. Increíble. No puede ser real—. Y ya no es que no me consultes nada, sino que desde que nos mudamos sólo piensas en ti. Te da igual la gente de tu alrededor. —me sinceré, negando con la cabeza levemente. Estaba decepcionada. ¿Por qué todo se acababa fastidiando? ¿Por qué tenía que haber venido cuándo estaba relajadamente ayudando a Aria? Con el tiempo me había acostumbrado a vivir sin él, pero por lo menos estaría bien que me alejase de sus chanchullos.
—No tienes derecho a quejarte de nada. Tienes que asimilarlo simplemente, rehaz tu vida, yo ya lo estoy haciendo. Debes alegrarte de mi felicidad. Ahora, por favor, ¿me puede dar el pedido y le pago inmediatamente? Si es tan amable, tengo prisa. —te miró nuevamente, esperando.
—Perfecto. Que te vaya genial, pero no vuelvas a hablarme hasta que no te des cuenta de las cosas. Abre los ojos de una maldita vez, ya es hora. —cogí la pluma y seguí escribiendo, hasta que Khris se acabó yendo.
Aria le respondió tranquilamente, cumpliendo su trabajo. Era lo que debía de hacer; y eso me fue indiferente, pero Khris...
—Pociones para nauseas necesitaría, gracias. —dijo él, para luego desviar su mirada hacía mí. Parecía tan tranquilo, como si le diese igual proteger una vida más—. Annie, sé las consecuencias. Pero realmente Angelina y yo deseamos tenerlo. Es varón, se llamará Stefan.
—¡Es imposible que lo mantengáis al margen de todo! ¿No lo entiendes? Ellos vendrán a por él, ¡te lo advirtieron! —exclamé, intentando no perder la paciencia. Increíble. No puede ser real—. Y ya no es que no me consultes nada, sino que desde que nos mudamos sólo piensas en ti. Te da igual la gente de tu alrededor. —me sinceré, negando con la cabeza levemente. Estaba decepcionada. ¿Por qué todo se acababa fastidiando? ¿Por qué tenía que haber venido cuándo estaba relajadamente ayudando a Aria? Con el tiempo me había acostumbrado a vivir sin él, pero por lo menos estaría bien que me alejase de sus chanchullos.
—No tienes derecho a quejarte de nada. Tienes que asimilarlo simplemente, rehaz tu vida, yo ya lo estoy haciendo. Debes alegrarte de mi felicidad. Ahora, por favor, ¿me puede dar el pedido y le pago inmediatamente? Si es tan amable, tengo prisa. —te miró nuevamente, esperando.
—Perfecto. Que te vaya genial, pero no vuelvas a hablarme hasta que no te des cuenta de las cosas. Abre los ojos de una maldita vez, ya es hora. —cogí la pluma y seguí escribiendo, hasta que Khris se acabó yendo.
Annie Walmsley- Hechicero Clase Media
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Re: [Libre] El jodido y espantoso mundo real...
De alguna forma acabé metida en el medio de una pelea de hermanos, esto se estaba complicando más de lo que esperaba. Me apresuré a buscar la poción indicada junto a sus indicaciones que especificaban la cantidad de gotas y cada cuantas horas se podía utilizar sin peligro de efectos secundarios, además de recomendaciones para un mejor efecto.
A pesar de intentar no entrometerme en la discusión no pude evitar escuchar lo que Annie dijo.
- ¿Quiénes vendrán por él? ¿Por qué? Al parecer esta familia tiene más misterios de los que esperaba
Aún así preferí no decir nada por el momento, sentí que si comenzaba ahora con las preguntas cuando Annie estaba tan alterada, simplemente desencadenaría otro ataque de nervios o su temperamento se podría volver incierto, prefiero no arriesgarme a eso, ahora lo mejor era dejar que se calmara y distraerla un poco.
Pensé en entrar en su mente y tocar algo de música de piano, pero después de pensármelo mejor decidí no hacerlo, estaba ocupando demasiado mi poder hoy y no quería pasarme en su mente y controlando su ánimo a mi antojo, además ella tenía que comenzar a aprender a controlar sus poderes, saber mantener a ralla sus sentimientos por lo que este preciso momento le serviría de entrenamiento.
- Solo intenta calmarte -le dije mientras volvía a revolotear a su alrededor ordenando los estantes y revisando lo que estaba escribiendo-. El día aún es joven y la vida es muy larga para permitir que situaciones así te hagan descontrolar -susurré en su oído para seguir con lo mío.
A pesar de intentar no entrometerme en la discusión no pude evitar escuchar lo que Annie dijo.
- ¿Quiénes vendrán por él? ¿Por qué? Al parecer esta familia tiene más misterios de los que esperaba
Aún así preferí no decir nada por el momento, sentí que si comenzaba ahora con las preguntas cuando Annie estaba tan alterada, simplemente desencadenaría otro ataque de nervios o su temperamento se podría volver incierto, prefiero no arriesgarme a eso, ahora lo mejor era dejar que se calmara y distraerla un poco.
Pensé en entrar en su mente y tocar algo de música de piano, pero después de pensármelo mejor decidí no hacerlo, estaba ocupando demasiado mi poder hoy y no quería pasarme en su mente y controlando su ánimo a mi antojo, además ella tenía que comenzar a aprender a controlar sus poderes, saber mantener a ralla sus sentimientos por lo que este preciso momento le serviría de entrenamiento.
- Solo intenta calmarte -le dije mientras volvía a revolotear a su alrededor ordenando los estantes y revisando lo que estaba escribiendo-. El día aún es joven y la vida es muy larga para permitir que situaciones así te hagan descontrolar -susurré en su oído para seguir con lo mío.
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Re: [Libre] El jodido y espantoso mundo real...
Le seguí con la mirada hasta que se desvaneció cruzando una calle. Menos mal, si llega a quedarse un rato más mi cabeza hubiese acabado explotando o algo por el estilo. Suspiré y permanecí en silencio mientras miraba a un punto fijo. No le hice mucho caso al comentario de Aria, en ese momento estaba pensando en lo sucedido y lo que sucedería. Estuve bastante tiempo callada, haciendo la tarea que me había mandado, hasta que me digné a abrir la boca. Supuse que ella querría saberlo.
—Que tenga un hijo supone un gran riesgo. No puede permitírselo. —comencé, apoyándome en la pared y observándola—. Hace unos años mi hermano perdió un dinero prestado por un grupo de hombres que se dedicaban a atormentar a la gente mientras que traficaban con sustancias ilegales. No les ha devuelto el dinero puesto que es mucho, y vivimos una temporada que continuamente nos seguían. Ahora mismo no saben nuestro paradero, pero lo averiguaran. Le amenazaron con que no podía seguir con su vida hasta que ellos tuvieran su dinero, que sino acabaría con cada uno de sus seres queridos. Por ello el bebé no está a salvo. De momento ellos no me conocen, pero cuando lo sepan, no sé qué haré exactamente. Y estoy harta, no quiero huir más. —finalicé con un suspiro.
Supongo que necesitaba contárselo a alguien, y Aria en ese instante era mi único y esencial apoyo. Ya estaba más relajada. De todos modos no quería pensar en ello mucho ya que sólo me provocaría tristeza y preocupación. Debía centrarme, seguir con mi vida hasta nuevo aviso.
Metí una de las manos en los pequeños bolsillos del vestido y saqué un collar que llevaba un diminuto corazón de plata y la cerradura de una llave en su interior. Era de mi madre. Se lo enseñé a Aria y seguidamente le dije:
—¿Puedes ayudarme a ponérmelo? —recogí mi pelo para que pudiera colocarlo, dejando mi cuello al descubierto, a la vez que me ponía de espaldas—. Es importante para mí. Pertenecía a mi madre. Hace mucho que no lo llevo pero solía darme fuerzas y poder. Me vendrá bien en esta larga época.
—Que tenga un hijo supone un gran riesgo. No puede permitírselo. —comencé, apoyándome en la pared y observándola—. Hace unos años mi hermano perdió un dinero prestado por un grupo de hombres que se dedicaban a atormentar a la gente mientras que traficaban con sustancias ilegales. No les ha devuelto el dinero puesto que es mucho, y vivimos una temporada que continuamente nos seguían. Ahora mismo no saben nuestro paradero, pero lo averiguaran. Le amenazaron con que no podía seguir con su vida hasta que ellos tuvieran su dinero, que sino acabaría con cada uno de sus seres queridos. Por ello el bebé no está a salvo. De momento ellos no me conocen, pero cuando lo sepan, no sé qué haré exactamente. Y estoy harta, no quiero huir más. —finalicé con un suspiro.
Supongo que necesitaba contárselo a alguien, y Aria en ese instante era mi único y esencial apoyo. Ya estaba más relajada. De todos modos no quería pensar en ello mucho ya que sólo me provocaría tristeza y preocupación. Debía centrarme, seguir con mi vida hasta nuevo aviso.
Metí una de las manos en los pequeños bolsillos del vestido y saqué un collar que llevaba un diminuto corazón de plata y la cerradura de una llave en su interior. Era de mi madre. Se lo enseñé a Aria y seguidamente le dije:
—¿Puedes ayudarme a ponérmelo? —recogí mi pelo para que pudiera colocarlo, dejando mi cuello al descubierto, a la vez que me ponía de espaldas—. Es importante para mí. Pertenecía a mi madre. Hace mucho que no lo llevo pero solía darme fuerzas y poder. Me vendrá bien en esta larga época.
Annie Walmsley- Hechicero Clase Media
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Re: [Libre] El jodido y espantoso mundo real...
Estuvimos un buen rato en silencio, cada una en su trabajo. Annie estaba tan ensimismada que apenas notó que entro otro cliente que buscaba algo para el dolor de cabeza, fue un negocio rápido y sencillo. Fue luego de unos minutos que Annie volvió a la normalidad y levantó la vista para comenzar a hablar. Si bien me había hecho esas preguntas no quería ser entrometida, pero si ella me lo estaba contando por decisión propia, supongo que necesitaba desahogarse. Escuché atentamente cada una de sus palabras hasta que volvió a quedar todo en silencio por unos segundos.
Tenía un par de cosas que me cruzaban por la mente para decirle, pero justo cuando iba a hablar ella sacó un hermoso collar con un dije de corazón el cuál me pidió que la ayudara a colocarse.
Me acerqué a ella por la espalda y le abroché el collar, para luego tomar sus manos y alejarlas de su cabello para que este volviera a caer líbremente sobre sus hombros. Nos encontrábamos muy cerca una de la otra, ya que el espacio que había entre el mostrador y los estantes no era especialmente grande, aunque si permitía el paso de hasta dos personas por el mismo sector.
- La verdad es que no soy quién para meterme en medio, pero si realmente ellos no saben sobre ti, lo mejor que puedes hacer es alejarte de tu hermano. Puesto que si en algún momento llegan a descubrirlo mientras más alejada estés de él, menos importancia tendrás para ellos pues "no son cercanos" -hago comillas en el aire- al punto de que le pueda afectar demasiado que la tomen contigo. Por el mismo motivo debes comenzar a ser más indiferente con él y demostrar lo mismo para la otra dirección.
Me pongo a pensar mejor las palabras que acababan de salir de mi boca y sonaban un poco fuera de lugar y hasta algo hirientes, pero según lo que me había contado ella esa era la realidad al menos de parte de él hacia ella, pues dejó claro que prefería poner en primer lugar a una mujer antes que a su familia, no, me equivoco, la mujer esta en segundo lugar, quien está en primero es él mismo.
- No te lo tomes personal, pero es un consejo que puedo dar desde la perspectiva actual que yo tengo de las cosas, pero tampoco tienes que tomarme mucho en cuenta, no es como que tenga experiencia en estos temas.
Tenía un par de cosas que me cruzaban por la mente para decirle, pero justo cuando iba a hablar ella sacó un hermoso collar con un dije de corazón el cuál me pidió que la ayudara a colocarse.
Me acerqué a ella por la espalda y le abroché el collar, para luego tomar sus manos y alejarlas de su cabello para que este volviera a caer líbremente sobre sus hombros. Nos encontrábamos muy cerca una de la otra, ya que el espacio que había entre el mostrador y los estantes no era especialmente grande, aunque si permitía el paso de hasta dos personas por el mismo sector.
- La verdad es que no soy quién para meterme en medio, pero si realmente ellos no saben sobre ti, lo mejor que puedes hacer es alejarte de tu hermano. Puesto que si en algún momento llegan a descubrirlo mientras más alejada estés de él, menos importancia tendrás para ellos pues "no son cercanos" -hago comillas en el aire- al punto de que le pueda afectar demasiado que la tomen contigo. Por el mismo motivo debes comenzar a ser más indiferente con él y demostrar lo mismo para la otra dirección.
Me pongo a pensar mejor las palabras que acababan de salir de mi boca y sonaban un poco fuera de lugar y hasta algo hirientes, pero según lo que me había contado ella esa era la realidad al menos de parte de él hacia ella, pues dejó claro que prefería poner en primer lugar a una mujer antes que a su familia, no, me equivoco, la mujer esta en segundo lugar, quien está en primero es él mismo.
- No te lo tomes personal, pero es un consejo que puedo dar desde la perspectiva actual que yo tengo de las cosas, pero tampoco tienes que tomarme mucho en cuenta, no es como que tenga experiencia en estos temas.
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Re: [Libre] El jodido y espantoso mundo real...
Ella aceptó y se acercó para colocarme el collar correctamente. Cuando noté que ya estaba puesto del todo, me giré levemente hacia ella, quedando frente a frente. Miré fijamente sus ojos mientras que ella comenzaba a hablar con tranquilidad. Estábamos muy cerca, sentí su respiración pausada a pocos centímetros de mí. Para nada era una situación incómoda, es más, me gustaba observarla de esta manera; tan real, tan agraciada...
En verdad tenía razón, esa era la pura y cruda realidad: alejarme de Khris era una de las soluciones más fiables. Yo no podía conformarme sólo con eso. Además, aunque fuera un egocéntrico insensato seguía siendo mi hermano, y nos queríamos mutuamente, muy en el fondo.
Pero tal vez todo iría mejor sin él. Me mordí el labio suavemente, pensativa, y caí en el fallo:
—Comprendo lo que dices. Y posiblemente sea lo correcto, pero hay un problema. Vivimos juntos, compartimos el mismo techo. Él es el que gana el dinero en la familia, puesto que dice que las mujeres no pueden ejercer el mismo trabajo que un hombre. Le he demostrado en varias ocasiones que no es así, pero le da igual —respondí. Tal vez debía de empezar a ganar economía yo sola, ¿pero cómo? en los trabajos corrientes suelen preferir al varón, difícilmente me contratarán. De todas formas no iba a decirle a Aria de quedarme con ella, pues sería una molestia y no quería ser un inconveniente—. Encontraré una solución. No sé, podría pintar cuadros y venderlos para futuros clientes —aporté, y en parte lo dije inconscientemente, pero tras pensarlo llegué a la conclusión de que no sería mala idea. Mi madre siempre me decía que tenía un don para dibujar y pintar. Supongo que la constancia da sus frutos—. Haré eso. Será autor anónimo, para que no puedan reprocharme nada por mi género. —dije decidida. Lo que tenga que pasar pasará.
—Tú podrías ser musa mía —bromeé, deslizando lentamente mi mano derecha por su brazo, hasta llegar a su hombro, donde estiré con suavidad su vestido, pues por esa parte estaba un poco arrugado.
En verdad tenía razón, esa era la pura y cruda realidad: alejarme de Khris era una de las soluciones más fiables. Yo no podía conformarme sólo con eso. Además, aunque fuera un egocéntrico insensato seguía siendo mi hermano, y nos queríamos mutuamente, muy en el fondo.
Pero tal vez todo iría mejor sin él. Me mordí el labio suavemente, pensativa, y caí en el fallo:
—Comprendo lo que dices. Y posiblemente sea lo correcto, pero hay un problema. Vivimos juntos, compartimos el mismo techo. Él es el que gana el dinero en la familia, puesto que dice que las mujeres no pueden ejercer el mismo trabajo que un hombre. Le he demostrado en varias ocasiones que no es así, pero le da igual —respondí. Tal vez debía de empezar a ganar economía yo sola, ¿pero cómo? en los trabajos corrientes suelen preferir al varón, difícilmente me contratarán. De todas formas no iba a decirle a Aria de quedarme con ella, pues sería una molestia y no quería ser un inconveniente—. Encontraré una solución. No sé, podría pintar cuadros y venderlos para futuros clientes —aporté, y en parte lo dije inconscientemente, pero tras pensarlo llegué a la conclusión de que no sería mala idea. Mi madre siempre me decía que tenía un don para dibujar y pintar. Supongo que la constancia da sus frutos—. Haré eso. Será autor anónimo, para que no puedan reprocharme nada por mi género. —dije decidida. Lo que tenga que pasar pasará.
—Tú podrías ser musa mía —bromeé, deslizando lentamente mi mano derecha por su brazo, hasta llegar a su hombro, donde estiré con suavidad su vestido, pues por esa parte estaba un poco arrugado.
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Re: [Libre] El jodido y espantoso mundo real...
Me sorprendió que realmente tomara en consideración lo que le había dicho, ella me estaba escuchando atentamente para analizar cada una de las palabras que salían de mi boca como un consejo. Ambas seguíamos frente a frente muy cerca de la otra manteniendo aquella conversación, pero era una cercanía cómoda y agradable, no era necesario alejarse. Podía sentir como sus ojos me examinaban con detalle, mientras que yo solo sonreía.
Cuando inició su duda sobre trabajos, si bien estoy buscando un o una asistente en la botica no se lo iba a decir, pues lo ideal es que ella buscara el camino que seguiría, no podía ir entregándole las cosas en bandeja o simplemente ella no se desligaría completamente de su hermano ya que al no suponer un gran esfuerzo a veces la gente tiende a pensar que el paso que se dio fue tan fácil que pueden retroceder y volver a intentarlo cuando estén de mejor ánimo y las cosas no son así. Hay que lanzarse y dar todo de uno, ella debía encontrar ese algo que la motivara a dar el gran salto y de seguro ser la chica de los mandados en una botica no sería eso.
Y así fue, aquello que realmente la inspiraba a dar el salto a la vida era pintar, dibujar... aquello ni cerca estaba de lo que yo le podía ofrecer y eso era lo maravilloso. Sería algo único, lleno de pasión y originalidad, además de que tendría su sello personal de puro entusiasmo e individualidad. Si esto es lo que quería nadie podría igualarse a ella, Annie podía ser la mejor y aún manteniéndose en el anonimato conseguir buenos clientes, en especial si se dirigía a alguna de las galerías de arte que hay dentro de la zona comercial.
- No tengo problema en posar para ti -dije soltando una risa suave-, mientras tú no tengas problema con que no deje de moverme, suelo tener mucho que hacer por acá.
La miré unos segundos de manera atenta y pude notarlo... el brillo de emoción que había aparecido en sus ojos al decidirse a hacer algo.
- Solo debes recordar que no importa lo que diga tu hermano, tú eres la que puede demostrarle que está equivocado. Solo debes confiar en ti.
Cuando inició su duda sobre trabajos, si bien estoy buscando un o una asistente en la botica no se lo iba a decir, pues lo ideal es que ella buscara el camino que seguiría, no podía ir entregándole las cosas en bandeja o simplemente ella no se desligaría completamente de su hermano ya que al no suponer un gran esfuerzo a veces la gente tiende a pensar que el paso que se dio fue tan fácil que pueden retroceder y volver a intentarlo cuando estén de mejor ánimo y las cosas no son así. Hay que lanzarse y dar todo de uno, ella debía encontrar ese algo que la motivara a dar el gran salto y de seguro ser la chica de los mandados en una botica no sería eso.
Y así fue, aquello que realmente la inspiraba a dar el salto a la vida era pintar, dibujar... aquello ni cerca estaba de lo que yo le podía ofrecer y eso era lo maravilloso. Sería algo único, lleno de pasión y originalidad, además de que tendría su sello personal de puro entusiasmo e individualidad. Si esto es lo que quería nadie podría igualarse a ella, Annie podía ser la mejor y aún manteniéndose en el anonimato conseguir buenos clientes, en especial si se dirigía a alguna de las galerías de arte que hay dentro de la zona comercial.
- No tengo problema en posar para ti -dije soltando una risa suave-, mientras tú no tengas problema con que no deje de moverme, suelo tener mucho que hacer por acá.
La miré unos segundos de manera atenta y pude notarlo... el brillo de emoción que había aparecido en sus ojos al decidirse a hacer algo.
- Solo debes recordar que no importa lo que diga tu hermano, tú eres la que puede demostrarle que está equivocado. Solo debes confiar en ti.
Arianrhod Dankworth- Hechicero Clase Media
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Re: [Libre] El jodido y espantoso mundo real...
Era una buena idea, pintar o dibujar para mí, ganando dinero por ello (aunque fuera mínimo) mientras busco algún otro trabajo que pueda llenarme, tanto como persona como económicamente. Me emocionaba con tan sólo pensarlo. La verdad es que últimamente no estaba muy inspirada pero de seguro que encontraría algún proyecto relacionado con el arte que pudiera servirme de ayuda. Conocía una galería de cuadros cerca de esta zona, tal vez ese sería mi punto y podría triunfar allí, y si viese que todo salía como lo planeado pensaría en expandirme más.
Me gustó que Aria compartiera mi decisión y se ilusionara como yo. Fue un gran detalle por su parte. Las personas empaticas solían llevarse un trocito de mí, aunque ella ya estaba teniendo de más. Estuve todo el rato mirándola a los ojos. Ella me aguantaba la mirada a la vez que sonreía y entre nosotras se formaba una especie de conexión invisible que me producía una gran sensación. No sabía exactamente como expresarla, pero era especial.
En principio lo de que ella fuera mi musa no lo había comentado en serio, pero si me ponía a reflexionar, ¿por qué no? Claro esta, a parte de otros cuadros que haría de paisajes o simplemente plasmando lo que siento en el instante del proceso. Igualmente, Aria era muy atractiva y transmitía algo que otras personas no.
—Para mí no es un inconveniente que te muevas —le dije en voz baja, sonriente—. Es más, digamos que tengo visión instantánea, por lo que puedo capturar tu imagen para luego mantenerla en mi mente hasta que no pueda recordar más. Suelo hacerlo para muchas cosas. Y sino... siempre puedes mantenerte quieta durante unos segundos, mientras que yo empiezo a dibujar tu rostro... —alcé mi mano delicadamente para acariciar una de sus mejillas, con ternura—, luego paso al cuello... —deslicé mi mano nuevamente hasta su clavícula— y finalmente al cuerpo entero —levanté las cejas, dejando mis manos donde se encontraban.
No fue sorprendente, en ese justo momento sonó de nuevo la campanilla, interrumpiéndonos.
Me gustó que Aria compartiera mi decisión y se ilusionara como yo. Fue un gran detalle por su parte. Las personas empaticas solían llevarse un trocito de mí, aunque ella ya estaba teniendo de más. Estuve todo el rato mirándola a los ojos. Ella me aguantaba la mirada a la vez que sonreía y entre nosotras se formaba una especie de conexión invisible que me producía una gran sensación. No sabía exactamente como expresarla, pero era especial.
En principio lo de que ella fuera mi musa no lo había comentado en serio, pero si me ponía a reflexionar, ¿por qué no? Claro esta, a parte de otros cuadros que haría de paisajes o simplemente plasmando lo que siento en el instante del proceso. Igualmente, Aria era muy atractiva y transmitía algo que otras personas no.
—Para mí no es un inconveniente que te muevas —le dije en voz baja, sonriente—. Es más, digamos que tengo visión instantánea, por lo que puedo capturar tu imagen para luego mantenerla en mi mente hasta que no pueda recordar más. Suelo hacerlo para muchas cosas. Y sino... siempre puedes mantenerte quieta durante unos segundos, mientras que yo empiezo a dibujar tu rostro... —alcé mi mano delicadamente para acariciar una de sus mejillas, con ternura—, luego paso al cuello... —deslicé mi mano nuevamente hasta su clavícula— y finalmente al cuerpo entero —levanté las cejas, dejando mis manos donde se encontraban.
No fue sorprendente, en ese justo momento sonó de nuevo la campanilla, interrumpiéndonos.
Annie Walmsley- Hechicero Clase Media
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Re: [Libre] El jodido y espantoso mundo real...
El entusiasmo de Annie solo parecía crecer más y más a medida que pasaban los segundos, y no solo su entusiasmo referente a su nueva idea de emprendimiento. Había algo más, algo mucho más personal que quizá nos estaba entusiasmando a las dos, pero aunque me gustaba a donde se dirigía no estaba muy segura de a donde dirigirme, no dejaba de conocerla hace menos de 12 horas, aunque habían sido unas horas bastante ajetreadas.
- Deja de pensar en ello, siempre que sobrepiensas las cosas acabas con una historia que no tiene nada que ver con la realidad, hasta te imaginas caminos que quizá jamás pasaran -me regañaba mentalmente como si me estuviera hablando frente al espejo-. A veces solo hay que vivir el momento.
En lo que pensaba aquello la conversación con Annie fue algo más... delicada en cuando a tono de voz y el trasfondo de aquellas palabras estaban claros. Pero como si fuera un deseo del destino nos vimos nuevamente interrumpidas, no sé por qué número de vez. ¿Era ya la tercera? ¿O acaso la cuarta? Puede que haya que vivir el momento, pero no olvidemos que hay momentos que poseen sus límites, el destino no lo olvida y actúa intentando dejarlo claro algunas veces.
Me alejé disimuladamente de Annie para que la posición en la que nos encontrábamos no se viera tan comprometedora como en realidad lo era para no generar una mala impresión o una incomodidad con quien acababa de entrar.
- Bienvenida, ¿en qué la podemos ayudar? Contamos desde medicamentos a insumos botánicos, de infusiones a ungüentos.
- Deja de pensar en ello, siempre que sobrepiensas las cosas acabas con una historia que no tiene nada que ver con la realidad, hasta te imaginas caminos que quizá jamás pasaran -me regañaba mentalmente como si me estuviera hablando frente al espejo-. A veces solo hay que vivir el momento.
En lo que pensaba aquello la conversación con Annie fue algo más... delicada en cuando a tono de voz y el trasfondo de aquellas palabras estaban claros. Pero como si fuera un deseo del destino nos vimos nuevamente interrumpidas, no sé por qué número de vez. ¿Era ya la tercera? ¿O acaso la cuarta? Puede que haya que vivir el momento, pero no olvidemos que hay momentos que poseen sus límites, el destino no lo olvida y actúa intentando dejarlo claro algunas veces.
Me alejé disimuladamente de Annie para que la posición en la que nos encontrábamos no se viera tan comprometedora como en realidad lo era para no generar una mala impresión o una incomodidad con quien acababa de entrar.
- Bienvenida, ¿en qué la podemos ayudar? Contamos desde medicamentos a insumos botánicos, de infusiones a ungüentos.
Arianrhod Dankworth- Hechicero Clase Media
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Re: [Libre] El jodido y espantoso mundo real...
¿Por qué siempre nos tenían que interrumpir? Ni que el destino estuviera de por medio. Y en el caso de que fuera así, tampoco me preocupaba realmente. Lo que tenga que pasar pasará. Suspiré cuando sonó la campanilla de aviso y me volví a mi sitio, disimulando. En realidad me sentía muy bien cuando estaba al lado de Aria, pero (a lo mejor me equivocaba) parecía no ser mutuo.
Seguí etiquetando todo lo necesario y escribiendo tal y como me lo había explicado. Le había cogido el gancho, al final acababa aprendiendo más cosas de las requeridas. La mujer que entró tenía aparentemente mi edad o un poco más. Vestía muy elegante y tenía facciones bastante atractivas. También tenía una larga melena rubia y ondulada acompañada de el color de sus ojos similar al del mar. Menos mal que a esta chica no la conocía...
No presté mucha atención a su pedido, mi mirada estaba perdida, centrada en un punto fijo, y no pude darme cuenta de que la chica no paraba de mirarme con curiosidad. Extrañamente, me dirigió la palabra:
—Hola. Encantada, me llamo Elissabeth. ¿Trabajas aquí? —le pagó lo pedido y seguidamente me observó. Me quedé un poco sorprendida, no me lo esperaba.
—Sólo ayudo. Annie, un placer.
—Bien... hmmm, pues, me preguntaba si te gustaría tomarte algo conmigo cuando acabes —me dijo sonriente.
Arqueé una ceja y le devolví la sonrisa. Era una buena propuesta, pero para ser sinceros, no estaba completamente interesada.
—Me encantaría, pero no creo que pueda. Tal vez otro día, lo siento... —ladeé la cabeza, mordiéndome el labio, pensativa. Elissabeth asintió y acto seguido se marchó.
Suspiré de nuevo, y acabé soltando una pequeña risa.
El sol desapareció lentamente, las calles empezaron a vaciarse, hasta que se hizo de noche y apenas se escuchaba a la multitud pasear. Nos cubría un relajado silencio, acompañadas de la media luna.
Seguí etiquetando todo lo necesario y escribiendo tal y como me lo había explicado. Le había cogido el gancho, al final acababa aprendiendo más cosas de las requeridas. La mujer que entró tenía aparentemente mi edad o un poco más. Vestía muy elegante y tenía facciones bastante atractivas. También tenía una larga melena rubia y ondulada acompañada de el color de sus ojos similar al del mar. Menos mal que a esta chica no la conocía...
No presté mucha atención a su pedido, mi mirada estaba perdida, centrada en un punto fijo, y no pude darme cuenta de que la chica no paraba de mirarme con curiosidad. Extrañamente, me dirigió la palabra:
—Hola. Encantada, me llamo Elissabeth. ¿Trabajas aquí? —le pagó lo pedido y seguidamente me observó. Me quedé un poco sorprendida, no me lo esperaba.
—Sólo ayudo. Annie, un placer.
—Bien... hmmm, pues, me preguntaba si te gustaría tomarte algo conmigo cuando acabes —me dijo sonriente.
Arqueé una ceja y le devolví la sonrisa. Era una buena propuesta, pero para ser sinceros, no estaba completamente interesada.
—Me encantaría, pero no creo que pueda. Tal vez otro día, lo siento... —ladeé la cabeza, mordiéndome el labio, pensativa. Elissabeth asintió y acto seguido se marchó.
Suspiré de nuevo, y acabé soltando una pequeña risa.
El sol desapareció lentamente, las calles empezaron a vaciarse, hasta que se hizo de noche y apenas se escuchaba a la multitud pasear. Nos cubría un relajado silencio, acompañadas de la media luna.
Annie Walmsley- Hechicero Clase Media
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