AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
Wait and Bleed {Privado}
2 participantes
Página 1 de 1.
Wait and Bleed {Privado}
La tradición que había impuesto Regis Crastor, el antiguo Senescal, dictaba que tras un capítulo general, una reunión oficial de la Orden, hubiese un ágape posterior. Que algunos cazadores acudían sólo por ese motivo, era de sobra conocido por algunos, puesto que a esas alturas había muchos que se negaban tácitamente a colaborar con la Orden, con lo cual su presencia allí era indiferente. Tal era el caso de Varek J. Lachance, que no se cansaba de demostrar una y otra vez que él iba por libre.
¿Qué demonios hacía en aquella reunión? Axel ni lo sabía ni le importaba; es más, tenía todavía la esperanza de que de alguna manera, por estar allí congeniando con sus iguales, hablando de batallitas y fomentando el debate sobre las reformas del colectivo; sonase la flauta por casualidad y decidiera unirse. Era un cazador de cierto renombre, y no sobraban integrantes en las filas.
Aveline estaba más que satisfecha con el resultado de su apuesta. Había jugado duro y había ganado la batalla, que no la guerra. Sabía que Ackerman pasaba de todo e iba a la suya, pero de alguna forma Axel había conseguido que se implicase con los entrenamientos de los más jóvenes. Y por si fuera poco, ella la había desafiado a encabezar la primera ronda de entrenamientos, jugando en casa además: dos espadas cortas. Le gustaban los retos complejos y éste sin duda lo sería: La Parca versus La Muerte Negra. Esos entrenamientos auguraban un exceso de público, pero para alguien acostumbrada a llenar el Royal Albert Hall en sus conciertos, eso no era un problema.
Axel seguía haciendo campaña entre los veteranos, muchos de ellos a favor del inglés, más que nada porque tenía arranque y tirón, le ponía ganas y los mayores ya sólo querían jubilarse en paz y que no les tocase un cargo indigesto como ese.
Aveline cazó una copa de ginebra, inglesa, seca y con fondo de bayas de enebro. Braco, una mole de dos metros y ciento cincuenta kilos de peso, la había interceptado y trataba de entablar conversación con ella. El cazador todo lo que tenía de grande lo tenía de simple. Lady Aveline Blackmore sacó las armas que el cazador no vería venir, esos elegantes modales que disfrazaban su cinismo.
— ¿de veras? nunca lo hubiera dicho. Es… increíble que no lo escuchasen al acercarse a ese nido de sanguijuelas. Seguro que es usted una… caja de sorpresas.— Esbozó una sonrisa que a Braco le pareció que la primavera se había adelantado cuando se la regaló; pero en verdad era un gesto ensayado mil veces y utilizado en un sinfín de ocasiones para moverse como pez en el agua en el ámbito social. ¿Una trituradora grande como una armario empotrado y más tonto que una col ? No, gracias. Pero siempre era mejor tener amigos hasta en el infierno.
Los ojos de la Parca eran de un extraño color aguamarina; era difícil certificar si eran de un color verde azulado o de un azul verdoso. A priori podría parecer que no había diferencia entre ambos, pero lo cierto es que dependiendo de la luz se veían más de un matiz u otro. Su mirada captó algo de refilón, una figura que desentonaba claramente, el famoso Varek y no sabría decir por qué. Puso en marcha la maquinaria de observación y análisis pero el gigantón la interrumpió de nuevo y perdió el hilo de su concentración.
Se despidió de Braco cortésmente, emplazándolo a seguir la charla “algún día”, protegiéndose tras el velo de las palabras que no comprometían a nada como “claro que sí, podemos quedar un día de estos”. Se giró de nuevo pero el señor Lachance ya no estaba en su campo de visión así que se acercó a las hermanas Reikova, que habían caído de lleno en la estrategia de Axel. Ambas estaban dispuestas a colaborar en la Orden, a implicarse más y a hacer que los cazadores por fin tuvieran algo más que largas noches de soledad y sangre. Ambas se apuntaron en los entrenamientos, y también Braco y McSween. Todo empezaba a marchar, las cartas estaban sobre la mesa y daba comienzo la inmensa partida de Black Jack, apostaría al rojo y quizás al farol, las apuestas estaban en contra de los Blackmore…bien. Cuando ganasen la mano tendrían más ganancia.
¿Qué demonios hacía en aquella reunión? Axel ni lo sabía ni le importaba; es más, tenía todavía la esperanza de que de alguna manera, por estar allí congeniando con sus iguales, hablando de batallitas y fomentando el debate sobre las reformas del colectivo; sonase la flauta por casualidad y decidiera unirse. Era un cazador de cierto renombre, y no sobraban integrantes en las filas.
Aveline estaba más que satisfecha con el resultado de su apuesta. Había jugado duro y había ganado la batalla, que no la guerra. Sabía que Ackerman pasaba de todo e iba a la suya, pero de alguna forma Axel había conseguido que se implicase con los entrenamientos de los más jóvenes. Y por si fuera poco, ella la había desafiado a encabezar la primera ronda de entrenamientos, jugando en casa además: dos espadas cortas. Le gustaban los retos complejos y éste sin duda lo sería: La Parca versus La Muerte Negra. Esos entrenamientos auguraban un exceso de público, pero para alguien acostumbrada a llenar el Royal Albert Hall en sus conciertos, eso no era un problema.
Axel seguía haciendo campaña entre los veteranos, muchos de ellos a favor del inglés, más que nada porque tenía arranque y tirón, le ponía ganas y los mayores ya sólo querían jubilarse en paz y que no les tocase un cargo indigesto como ese.
Aveline cazó una copa de ginebra, inglesa, seca y con fondo de bayas de enebro. Braco, una mole de dos metros y ciento cincuenta kilos de peso, la había interceptado y trataba de entablar conversación con ella. El cazador todo lo que tenía de grande lo tenía de simple. Lady Aveline Blackmore sacó las armas que el cazador no vería venir, esos elegantes modales que disfrazaban su cinismo.
— ¿de veras? nunca lo hubiera dicho. Es… increíble que no lo escuchasen al acercarse a ese nido de sanguijuelas. Seguro que es usted una… caja de sorpresas.— Esbozó una sonrisa que a Braco le pareció que la primavera se había adelantado cuando se la regaló; pero en verdad era un gesto ensayado mil veces y utilizado en un sinfín de ocasiones para moverse como pez en el agua en el ámbito social. ¿Una trituradora grande como una armario empotrado y más tonto que una col ? No, gracias. Pero siempre era mejor tener amigos hasta en el infierno.
Los ojos de la Parca eran de un extraño color aguamarina; era difícil certificar si eran de un color verde azulado o de un azul verdoso. A priori podría parecer que no había diferencia entre ambos, pero lo cierto es que dependiendo de la luz se veían más de un matiz u otro. Su mirada captó algo de refilón, una figura que desentonaba claramente, el famoso Varek y no sabría decir por qué. Puso en marcha la maquinaria de observación y análisis pero el gigantón la interrumpió de nuevo y perdió el hilo de su concentración.
Se despidió de Braco cortésmente, emplazándolo a seguir la charla “algún día”, protegiéndose tras el velo de las palabras que no comprometían a nada como “claro que sí, podemos quedar un día de estos”. Se giró de nuevo pero el señor Lachance ya no estaba en su campo de visión así que se acercó a las hermanas Reikova, que habían caído de lleno en la estrategia de Axel. Ambas estaban dispuestas a colaborar en la Orden, a implicarse más y a hacer que los cazadores por fin tuvieran algo más que largas noches de soledad y sangre. Ambas se apuntaron en los entrenamientos, y también Braco y McSween. Todo empezaba a marchar, las cartas estaban sobre la mesa y daba comienzo la inmensa partida de Black Jack, apostaría al rojo y quizás al farol, las apuestas estaban en contra de los Blackmore…bien. Cuando ganasen la mano tendrían más ganancia.
Última edición por Aveline Blackmore el Vie Ene 13, 2017 1:24 pm, editado 1 vez
Aveline Blackmore- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 155
Fecha de inscripción : 07/01/2017
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Wait and Bleed {Privado}
El motivo de la reunión es claro, el motivo por el que Varek finalmente ha decidido acudir aun está difuso. Desde que Axel Blackmore hizo el llamamiento le había dejado claro que él no trabajaba con nadie ni para nadie. No quería tener que pertenecer a la orden, ni tener ese tipo de obligación. Sin embargo llegaron a un pequeño acuerdo para poder intercambiar información, y evitar verse involucrado en algún caso mientas llevaba a cabo sus cacerías.
Accedió a la sala de reuniones de la facultad por la parte trasera, donde se mantuvo de pie, apoyado a la pared mientras Axel trataba de explicar la nueva ordenanza y el nuevo funcionamiento. Querían volver a unirse y así sentirse de nuevo poderosos. Varek observó como la gente se involucraba gratamente, volviéndose en poco tiempo el salón un patio de recreo. Pese a que el cazador no se movió, sabía que su presencia había sido recibida, y la respuesta significaba que a pesar de no querer trabajar de forma tan directa, si algo se truncase, Varek no dejaría a la orden tirada.
Se deslizó con sigilo hacía el segundo salón, donde acontecería el cóctel, allí saludó a un par de cazadores que reconoció de anteriores encuentros, mientras lo hacía notó como alguien le miraba, y no tardó en localizar de donde provenía aquella presión. Se trataba de Aveline Blackmore, la mal-humorada hermana de Axel. Varek volvió a prestar atención a su compañía hasta que pudo deshacerse de ella para abandonar el salón, su visita había concurrido y para él había sido más que suficiente.
La noche ya había caído, trayendo con ella una molesta lluvia. Parado bajo un saliente de la fachada, aprovechó el cobijo para encenderse un cigarro con el farol que alumbra el cartel de la facultad. Colocó bien sus ropajes y dio la primera calda de una manera profunda y lenta echando después una buena bocada de humo en dirección al cielo.
Varek J. Lachance- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 196
Fecha de inscripción : 20/10/2016
Edad : 42
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Wait and Bleed {Privado}
Enfundada en un buen abrigo de tweed gris, de manufactura claramente británica, Lady Aveline Faith Blackmore se acercó al cazador mientras las manos enfundadas en guantes de piel buscaban los bolsillos para guarecerse.
— ¿No le sobrará alguno por casualidad? No acostumbro a hacerlo; ya sabe, las reglas no escritas para señoritas de la alta sociedad. Pero hoy me apetece un cigarro.
Le regaló una de sus medias sonrisas enlatadas y prefabricadas, esas que no revelaban el verdadero estado de ánima de la propietaria de tan agraciado rostro. El paisaje era de lo más interesante, un callejón en penumbra solitario y frío, pegado a un edificio que sólo tenía vida de día cuando los estudiantes recorrían los pasillos; y un cazador allí detenido sumido en sus propios pensamientos. Qué típico...¿No fue Aristóteles quien cuestionó si "el hombre solitario es una bestia o un dios"? Bueno, había muchos tipos de soledad, pero básicamente se podían agrupar en dos: la física y la emocional.
En personas como ellos, que tenían familia y que pertenecían a sociedad acomodada, con la que tenían compromisos e inevitables eventos compartidos; la soledad física era menos común y a veces la buscaban. ¿La soledad era buena o mala? la respuesta era sencilla: cuando uno estando solo se encontraba bien, es que era lo que necesitaba. Sin embargo cuando esa soledad se buscaba para esconderse, compadecerse de uno mismo, o enrocarse en una posición... entonces el hombre solitario se acercaba a la bestia. Cuando se trataba de soledad emocional, aún cuando se estaba rodeado de gente, el asunto tomaba otro cariz. La persona solitaria por ese motivo podía arrastrar serios problemas y carencias emocionales o simplemente era incapaz de empatizar con los demás.
Aveline se preguntó qué tipo de soledad sería la que estaba buscando Varek, había oído hablar de él y al parecer era un tipo peculiar. El hombre le tendió un pitillo y se lo encendió. Aspiró una bocanada y expulsó el humo formando una "U" con sus labios.
— Usted es Lachance ¿cierto?..— le tendió la mano al cazador, porque sus impecables modales ingleses no le permitían no saludar como es debido.— Aveline Blackmore. ¿Tiene algo que hacer esta noche? estaba pensando en tomar algo, ya que no tengo concierto ni ninguna orden de caza para hoy.
La Parca no solía andarse por las ramas,el papel de señorita lánguida que espera a que los hombres la saquen a bailar no iba con ella. Podría ser cínica o mordaz en ocasiones, pero desde luego, cuando quería algo no dudaba en tomar la iniciativa.
La suave lluvia que descendía del cielo terminaría por calar a los transeúntes que se quedasen bajo ella. No le importaba mojarse, no iba con vestido de seda ni peinada para una cena de fin de año, pero tampoco le apetecía coger una neumonía, así que acompañó la pregunta fijando sus ojos en el hombre cual depredador que se sabe en la cima de la cadena alimenticia.
— ¿No le sobrará alguno por casualidad? No acostumbro a hacerlo; ya sabe, las reglas no escritas para señoritas de la alta sociedad. Pero hoy me apetece un cigarro.
Le regaló una de sus medias sonrisas enlatadas y prefabricadas, esas que no revelaban el verdadero estado de ánima de la propietaria de tan agraciado rostro. El paisaje era de lo más interesante, un callejón en penumbra solitario y frío, pegado a un edificio que sólo tenía vida de día cuando los estudiantes recorrían los pasillos; y un cazador allí detenido sumido en sus propios pensamientos. Qué típico...¿No fue Aristóteles quien cuestionó si "el hombre solitario es una bestia o un dios"? Bueno, había muchos tipos de soledad, pero básicamente se podían agrupar en dos: la física y la emocional.
En personas como ellos, que tenían familia y que pertenecían a sociedad acomodada, con la que tenían compromisos e inevitables eventos compartidos; la soledad física era menos común y a veces la buscaban. ¿La soledad era buena o mala? la respuesta era sencilla: cuando uno estando solo se encontraba bien, es que era lo que necesitaba. Sin embargo cuando esa soledad se buscaba para esconderse, compadecerse de uno mismo, o enrocarse en una posición... entonces el hombre solitario se acercaba a la bestia. Cuando se trataba de soledad emocional, aún cuando se estaba rodeado de gente, el asunto tomaba otro cariz. La persona solitaria por ese motivo podía arrastrar serios problemas y carencias emocionales o simplemente era incapaz de empatizar con los demás.
Aveline se preguntó qué tipo de soledad sería la que estaba buscando Varek, había oído hablar de él y al parecer era un tipo peculiar. El hombre le tendió un pitillo y se lo encendió. Aspiró una bocanada y expulsó el humo formando una "U" con sus labios.
— Usted es Lachance ¿cierto?..— le tendió la mano al cazador, porque sus impecables modales ingleses no le permitían no saludar como es debido.— Aveline Blackmore. ¿Tiene algo que hacer esta noche? estaba pensando en tomar algo, ya que no tengo concierto ni ninguna orden de caza para hoy.
La Parca no solía andarse por las ramas,el papel de señorita lánguida que espera a que los hombres la saquen a bailar no iba con ella. Podría ser cínica o mordaz en ocasiones, pero desde luego, cuando quería algo no dudaba en tomar la iniciativa.
La suave lluvia que descendía del cielo terminaría por calar a los transeúntes que se quedasen bajo ella. No le importaba mojarse, no iba con vestido de seda ni peinada para una cena de fin de año, pero tampoco le apetecía coger una neumonía, así que acompañó la pregunta fijando sus ojos en el hombre cual depredador que se sabe en la cima de la cadena alimenticia.
Aveline Blackmore- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 155
Fecha de inscripción : 07/01/2017
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Wait and Bleed {Privado}
No esperaba compañía en los minutos que aguardó bajo la cobertura de la fachada. Y cuando notó a alguien acercase, dio por sentado que era para pasar de largo. No se giró cuando vio que alguien se colocaba a su lado, pero si lo hizo poco después cuando reconoció la voz de Aveline. Se paró a su lado y la miró dando otra calada a su cigarro. Tardó unos segundos en buscar la pequeña tabaquera de cuero, la guardaba siempre en su bolsillo de la chaqueta, simplemente porque este era más ancho y no se notaría que estaba ahí. Se la ofreció ejerciendo un golpe seco en el aire, provocando que asomase un cigarrillo ya liado a esperas que Aveline lo cogiese. Una vez entre sus labios, Varek le ofreció su cigarro para que con la punta encendiese el suyo - Inhala - le explicó, el joven no sabía si la mujer, que como bien había explicado no era usual verlas fumar, sabía encenderlo de aquella manera.
El cazador pensaba que el silencio iba a reinar entre ellos. Pues ninguno de los dos tenía reputación de sociable. Era la primera vez que ambos se dirigían la palabra, aunque los dos sabían quien era el otro y lo que se decía de el. Varek agarró su mano y la besó levemente, sin apartar su mirada de los ojos de ella, mientras se agachaba con la otra mano en la espalda - Varek - susurró. Siempre se presentaba como Varek cuando sentía que ejercía de cazador. No le gustaba mezclar vidas, a pesar de que fuesen la misma.
No sabe porqué lo hizo, o que le empujó a hacerlo, pero colocó el brazo izquierdo dispuesto a que Aveline lo agarrase, para que ambos saliesen del resguardo, bajo la lluvia - Déjeme que sea yo quien le convide - caminaron hasta el carruaje de los Lachance, abrieron la puerta y se sentaron.
Varek le pidió al cochero que los llevase al centro de París. Sabía que la noche iba a ser intensa. Aveline Blackmore no estaba allí para tratar de quedarse con su fortuna, buscaba algo en el cazador, y la intriga, sabiendo que se negaría a colaborar con la orden, le tentaba demasiado como para rechazar al cita.
Una vez entrados en el centro de Paris, el cochero con sus modales más refinados le pidió a Aveline Blackmore que le dijese donde le gustaría tomar algo, ya que el carruaje esperaría y Varek necesitaba que ella se sintiese lo más gusto posible para que la velada fuese más llevadera. No todas las noches tienes la suerte de tomarte una copa con la parca.
El cazador pensaba que el silencio iba a reinar entre ellos. Pues ninguno de los dos tenía reputación de sociable. Era la primera vez que ambos se dirigían la palabra, aunque los dos sabían quien era el otro y lo que se decía de el. Varek agarró su mano y la besó levemente, sin apartar su mirada de los ojos de ella, mientras se agachaba con la otra mano en la espalda - Varek - susurró. Siempre se presentaba como Varek cuando sentía que ejercía de cazador. No le gustaba mezclar vidas, a pesar de que fuesen la misma.
No sabe porqué lo hizo, o que le empujó a hacerlo, pero colocó el brazo izquierdo dispuesto a que Aveline lo agarrase, para que ambos saliesen del resguardo, bajo la lluvia - Déjeme que sea yo quien le convide - caminaron hasta el carruaje de los Lachance, abrieron la puerta y se sentaron.
Varek le pidió al cochero que los llevase al centro de París. Sabía que la noche iba a ser intensa. Aveline Blackmore no estaba allí para tratar de quedarse con su fortuna, buscaba algo en el cazador, y la intriga, sabiendo que se negaría a colaborar con la orden, le tentaba demasiado como para rechazar al cita.
Una vez entrados en el centro de Paris, el cochero con sus modales más refinados le pidió a Aveline Blackmore que le dijese donde le gustaría tomar algo, ya que el carruaje esperaría y Varek necesitaba que ella se sintiese lo más gusto posible para que la velada fuese más llevadera. No todas las noches tienes la suerte de tomarte una copa con la parca.
Varek J. Lachance- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 196
Fecha de inscripción : 20/10/2016
Edad : 42
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Wait and Bleed {Privado}
— Vamos al Golden Moon.— La británica no tenía problema en aparecer en Versalles con sus mejores galas, pero cuando iba con atuendo de caza, prefería ir a sitios donde su apariencia pasase más desapercibida y no desatase rumores estúpidos que sólo le traían dolor de cabeza. El Golden era una especie de bar-burdel en la zona industrial de París, a las afueras. La gente que lo frecuentaba eran obreros, mujeres de mala vida, algunos empresarios de la zona y un montón de irlandeses, porque el propietario era de las tierras verdes de Irlanda.
El coche de caballos se detuvo frente al tugurio y ambos cazadores abandonaron el frescor de la noche para recibir una bofetada de calor y diversos olores al abrir la puerta. Era un local sencillo, con paredes de madera y sillones de cuero marrón, una chimenea, dos barras y una planta superior para los que quisieran pasar un rato de desahogo. Aveline escogió un lugar cerca de la chimenea, mas que nada porque allí los sillones eran más cómodos y no estaban flanqueados por borrachines escandalosos, ésos solían estar en la barra o alrededor de las mesas de dados. Al poco de sentarse una mujer bajita y con las carnes bien puestas se acercó contoneándose a ambos. Ya conocía a la rubia, que de un tiempo a esa parte solía ir por allí a tomar algo cuando terminaba una caza. Era una de las chicas que lo mismo servían copas que su propio cuerpo previo pago del importe.
— Buenas noches, señorita Faith.— No solía dar el nombre completo y el apellido cuando se movía por los bajo fondos, no era necesario, allí no era "nadie", sólo una niña rica que se vestía de forma extraña y buscaba pasar un rato diferente.
— Buenas noches Joanna.
— ¿Le traigo lo de siempre?
— Por favor.— Aveline sonrió a la mujer que la miró de forma intensa.— ¿No vas a preguntarle qué desea?.— le hizo un gesto indicándole a la muchacha que Varek estaba allí y seguramente quisiera tomar algo.
— Ah… sí, perdone. ¿Qué le traigo?
La chica esperó que el hombre le pidiera algo de beber y se marchó no sin antes dedicarle alguna que otra furtiva mirada a la rubia. La cazadora se inclinó hacia delante en su asiento observando largamente las facciones de Lachance. Denotaban carácter, autenticidad, identidad propia. Estaba dotado de unos rasgos que por su fuerza no podrían ser olvidados entre la masa de gente gris y anodina que habitaba la ciudad.
— Supongo que se preguntará por qué estamos aquí… Sí, es un burdel clandestino y las chicas no están mal. Tampoco el camarero.— Tras la barra había un irlandés alto y robusto con cara de ternero, abrillantando vasos. La Parca sonrió irónica. Si se los había tirado a todos o no, para poder expresar esa opinión en alto, era algo que sólo ella sabía.
Metió la mano, ya sin guantes, en el bolsillo interior del abrigo y extrajo un legajo con pinta de ser antiguo, doblado en forma rectangular y atado con un cordel encerado. Lo dejó sobre la mesa que les separaba y lo empujó con dos dedos hacia Varek sosteniéndole la mirada.
— Un pajarillo me ha dicho que usted entiende de textos.— El papel estaba amarillo y desgastado. Las letras escritas en su interior estaban en hebreo antiguo. La Orden tenía algun traductor y gente que se encargaba de la biblioteca, pero en este caso, la Parca prefería utilizar sus propias fuentes para descifrar lo que quería decir. La caligrafia de quien los escribió era pomposa y arcaica, y por la fecha del final databa de al menos trescientos años.— Son los Delirios del Cultor. Perteneció a un inquisidor que…bueno, es igual. Yo no se lo he dicho y usted no me lo ha preguntado.— Ese texto era codiciado por los brujos desde hacía años, uno de sus grandes hechiceros se dedicó a intentar revertir la maldición de Caín, trató de elaborar una poción que eliminara el vampirismo. Se contaba que lo consiguió, pero no habían pruebas de ello y la fórmula final junto a las notas del hechicero, desaparecieron cuando los vampiros que creían en la supremacía de su estirpe, le dieron caza y lo mataron.— Tenemos a un brujo en la Orden por el tema del pacto con los hechiceros. No me fio de él, siempre anda revoloteando por la biblioteca metiendo las narices en todo. Necesito que se lleve ese texto y lo traduzca para ver si es cierto lo que cuentan.
No solía irse por las ramas, ya le había soltado lo que había venido a decirle, y con esto estaba depositando una confianza en Varek mucho más allá de lo que sería razonable. Era un arriesgado salto de fe, pero ¿acaso no era ese su segundo nombre?
El coche de caballos se detuvo frente al tugurio y ambos cazadores abandonaron el frescor de la noche para recibir una bofetada de calor y diversos olores al abrir la puerta. Era un local sencillo, con paredes de madera y sillones de cuero marrón, una chimenea, dos barras y una planta superior para los que quisieran pasar un rato de desahogo. Aveline escogió un lugar cerca de la chimenea, mas que nada porque allí los sillones eran más cómodos y no estaban flanqueados por borrachines escandalosos, ésos solían estar en la barra o alrededor de las mesas de dados. Al poco de sentarse una mujer bajita y con las carnes bien puestas se acercó contoneándose a ambos. Ya conocía a la rubia, que de un tiempo a esa parte solía ir por allí a tomar algo cuando terminaba una caza. Era una de las chicas que lo mismo servían copas que su propio cuerpo previo pago del importe.
— Buenas noches, señorita Faith.— No solía dar el nombre completo y el apellido cuando se movía por los bajo fondos, no era necesario, allí no era "nadie", sólo una niña rica que se vestía de forma extraña y buscaba pasar un rato diferente.
— Buenas noches Joanna.
— ¿Le traigo lo de siempre?
— Por favor.— Aveline sonrió a la mujer que la miró de forma intensa.— ¿No vas a preguntarle qué desea?.— le hizo un gesto indicándole a la muchacha que Varek estaba allí y seguramente quisiera tomar algo.
— Ah… sí, perdone. ¿Qué le traigo?
La chica esperó que el hombre le pidiera algo de beber y se marchó no sin antes dedicarle alguna que otra furtiva mirada a la rubia. La cazadora se inclinó hacia delante en su asiento observando largamente las facciones de Lachance. Denotaban carácter, autenticidad, identidad propia. Estaba dotado de unos rasgos que por su fuerza no podrían ser olvidados entre la masa de gente gris y anodina que habitaba la ciudad.
— Supongo que se preguntará por qué estamos aquí… Sí, es un burdel clandestino y las chicas no están mal. Tampoco el camarero.— Tras la barra había un irlandés alto y robusto con cara de ternero, abrillantando vasos. La Parca sonrió irónica. Si se los había tirado a todos o no, para poder expresar esa opinión en alto, era algo que sólo ella sabía.
Metió la mano, ya sin guantes, en el bolsillo interior del abrigo y extrajo un legajo con pinta de ser antiguo, doblado en forma rectangular y atado con un cordel encerado. Lo dejó sobre la mesa que les separaba y lo empujó con dos dedos hacia Varek sosteniéndole la mirada.
— Un pajarillo me ha dicho que usted entiende de textos.— El papel estaba amarillo y desgastado. Las letras escritas en su interior estaban en hebreo antiguo. La Orden tenía algun traductor y gente que se encargaba de la biblioteca, pero en este caso, la Parca prefería utilizar sus propias fuentes para descifrar lo que quería decir. La caligrafia de quien los escribió era pomposa y arcaica, y por la fecha del final databa de al menos trescientos años.— Son los Delirios del Cultor. Perteneció a un inquisidor que…bueno, es igual. Yo no se lo he dicho y usted no me lo ha preguntado.— Ese texto era codiciado por los brujos desde hacía años, uno de sus grandes hechiceros se dedicó a intentar revertir la maldición de Caín, trató de elaborar una poción que eliminara el vampirismo. Se contaba que lo consiguió, pero no habían pruebas de ello y la fórmula final junto a las notas del hechicero, desaparecieron cuando los vampiros que creían en la supremacía de su estirpe, le dieron caza y lo mataron.— Tenemos a un brujo en la Orden por el tema del pacto con los hechiceros. No me fio de él, siempre anda revoloteando por la biblioteca metiendo las narices en todo. Necesito que se lleve ese texto y lo traduzca para ver si es cierto lo que cuentan.
No solía irse por las ramas, ya le había soltado lo que había venido a decirle, y con esto estaba depositando una confianza en Varek mucho más allá de lo que sería razonable. Era un arriesgado salto de fe, pero ¿acaso no era ese su segundo nombre?
Aveline Blackmore- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 155
Fecha de inscripción : 07/01/2017
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Wait and Bleed {Privado}
Varek accedió al carruaje tras la cazadora. Su atuendo le recordó al de Winter Van der Faye, sin poder evitar esbozar una sonrisa al recordar lo mucho que se divirtió el día que sentenció al patriarca de la familia. Una vez dentro, ambos se mantuvieron en silencio, uno frente al otro. Varek se limitó a observar por la pequeña ventana. Tratando de memorizar el camino por si la noche se prologaba lo necesario como para tener que dar marcha a su cochero.
Llegaron a un pequeño tugurio al cual se accedía por una puerta de madera. Dentro todo parecía familiar, rustico. El cazador caminó detrás de ella, soltando los puños de su camisa blanca, mientras sus pasos resonaban a pesar del bullicio del local. Se acomodaron al lado de la chimenea, en unos sillones bastante cómodos.
Con la mano izquierda soltó los botones de su chaqueta, dejándola aun sobre sus hombros, sin quitársela.. Una camarera se acercó a ellos, e ignoró al cazador que sorprendido por la actitud alzó una ceja.
Varek negó con la cabeza alzando su mano izquierda. No iba a tomar nada por ahora.
Cuando se marchó, Varek ya tenía su atención de nuevo en la Parca, que inclinada hacía él, marcaba sus pechos, su semblante era serio, analizandole. Varek le observó con pasividad, hasta que vio como sacaba oro para sus ojos. Sobre sus manos tenía una recopilación de papeles, que por el color y la forma del papel, debían de ser lo suficientemente antiguos para que Blackmore no los comprendiera ahí el quid de la cuestión, le estaba pidiendo ayuda para descifrarlos.
Varek deslizó la manga de su chaqueta por la mesa de madera, limpiadola, para después colocar los textos que acababa de darle Aveline. Deslizó sus dedos por ellas durante unos segundos, parándose en algún que otro caractere - Es hebreo, no tardaré demasiado - susurró, guardando con cuidado el conjunto de papeles en su chaqueta.
El cazador se echó hacía atrás en su sillón - ¿Porqué confías en alguien que jamás seguirá los decretos de vuestra Orden? - preguntó en un tono severo, propio de él.
La camarera volvió, y sin apartar la vista en la cazadora, Varek pidió un Bourbon, aquella noche estaba deseoso conocer más a quien tenía delante.
Llegaron a un pequeño tugurio al cual se accedía por una puerta de madera. Dentro todo parecía familiar, rustico. El cazador caminó detrás de ella, soltando los puños de su camisa blanca, mientras sus pasos resonaban a pesar del bullicio del local. Se acomodaron al lado de la chimenea, en unos sillones bastante cómodos.
Con la mano izquierda soltó los botones de su chaqueta, dejándola aun sobre sus hombros, sin quitársela.. Una camarera se acercó a ellos, e ignoró al cazador que sorprendido por la actitud alzó una ceja.
Varek negó con la cabeza alzando su mano izquierda. No iba a tomar nada por ahora.
Cuando se marchó, Varek ya tenía su atención de nuevo en la Parca, que inclinada hacía él, marcaba sus pechos, su semblante era serio, analizandole. Varek le observó con pasividad, hasta que vio como sacaba oro para sus ojos. Sobre sus manos tenía una recopilación de papeles, que por el color y la forma del papel, debían de ser lo suficientemente antiguos para que Blackmore no los comprendiera ahí el quid de la cuestión, le estaba pidiendo ayuda para descifrarlos.
Varek deslizó la manga de su chaqueta por la mesa de madera, limpiadola, para después colocar los textos que acababa de darle Aveline. Deslizó sus dedos por ellas durante unos segundos, parándose en algún que otro caractere - Es hebreo, no tardaré demasiado - susurró, guardando con cuidado el conjunto de papeles en su chaqueta.
El cazador se echó hacía atrás en su sillón - ¿Porqué confías en alguien que jamás seguirá los decretos de vuestra Orden? - preguntó en un tono severo, propio de él.
La camarera volvió, y sin apartar la vista en la cazadora, Varek pidió un Bourbon, aquella noche estaba deseoso conocer más a quien tenía delante.
Última edición por Varek J. Lachance el Dom Ene 15, 2017 1:58 pm, editado 1 vez
Varek J. Lachance- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 196
Fecha de inscripción : 20/10/2016
Edad : 42
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Wait and Bleed {Privado}
Aveline bebía brandy, como su hermano. No era lo único en lo que se parecían, porque ella era siete años más joven e idolatraba a su hermano mayor y desde niña imitaba sus conductas. Desde luego tenían formas de ser muy distintas pero a poco que alguien se fijase, descubriría que compartían más de lo que al principio podías creer. La Parca tenía un pronto menos templado que el capitán y una soberbia que a veces caía gorda, pero había que entender que desde pequeña había sido entrenada para ser la élite, para no defraudar, para ser tan buena o mejor que cualquier hombre de la Orden. El nivel de exigencia no sólo se lo habían impuesto desde fuera, era sumamente perfeccionista y autoexigente, porque si había algo que Faith admiraba era el conjunto, el equilibrio y el carisma de Axel, algo que ella jamás tendría de forma natural y por eso trabajaba duramente para compensarlo con su letalidad y eficacia.
Le dio un trago corto al vaso y fijó los ojos en Varek, con una expresión casi divertida.
— Ya que hemos pasado a tutearnos... verás. No confío en ti. No confío en nadie, yo no soy mi hermano. En el fondo creo que tu naturaleza será traicionar esa confianza que nada te ha costado. Cuento con ello, el ser humano es débil de voluntad y se mueve por su propio interés. Pero me gusta apostar fuerte cuando juego. He hecho mi apuesta, todo al negro. Ahora tú decides.
Se recostó contra el respaldo del sillón y movió un poco su vaso haciendo que el brandy describiese pequeñas olas en círculos sin rebosarlo. Fijó un instante los ojos en el fuego y los entornó, pensando en algo que no dijo. Se giró de nuevo hacia su interlocutor.
— "Jamás"... del latín iam magis "ya más". Me parece que la connotación negativa de esa palabra no es lo que los romanos querían expresar. Jamás es mucho tiempo, Varek. Yo prefiero no sentenciar lo que no sé si seré capaz de cumplir.¿Qué crees que es la Orden? ¿un puñado de viejos ricos que ambicionan controlar a los cazadores? ¿Un puñado de cazadores sin seso que se dejan controlar? estás muy equivocado. De la misma forma que una familia no la forma sólo la sangre, la Orden no son solo eruditos trasnochados que no saben nada de cazar. La idea es lo que tiene valor, en el fondo de todo este tinglado hay una idea muy clara: dejar el mundo mejor que como nos lo encontramos. Llámalo utopía, llámame tonta...me la suda. Mientras pueda construir la Orden en la que creo, una sólida y unida donde mis compañeros encuentren apoyo, no flaquearé en intentarlo.
Se cruzó de piernas y le dio un trago al vaso sin perderlo de vista.
— En cuestiones más mundanas, de mera operativa...necesito tu ayuda. Si no quieres hacerlo, no hay problema.— Tendió la mano hacia delante para que le devolviera los legajos.
Le dio un trago corto al vaso y fijó los ojos en Varek, con una expresión casi divertida.
— Ya que hemos pasado a tutearnos... verás. No confío en ti. No confío en nadie, yo no soy mi hermano. En el fondo creo que tu naturaleza será traicionar esa confianza que nada te ha costado. Cuento con ello, el ser humano es débil de voluntad y se mueve por su propio interés. Pero me gusta apostar fuerte cuando juego. He hecho mi apuesta, todo al negro. Ahora tú decides.
Se recostó contra el respaldo del sillón y movió un poco su vaso haciendo que el brandy describiese pequeñas olas en círculos sin rebosarlo. Fijó un instante los ojos en el fuego y los entornó, pensando en algo que no dijo. Se giró de nuevo hacia su interlocutor.
— "Jamás"... del latín iam magis "ya más". Me parece que la connotación negativa de esa palabra no es lo que los romanos querían expresar. Jamás es mucho tiempo, Varek. Yo prefiero no sentenciar lo que no sé si seré capaz de cumplir.¿Qué crees que es la Orden? ¿un puñado de viejos ricos que ambicionan controlar a los cazadores? ¿Un puñado de cazadores sin seso que se dejan controlar? estás muy equivocado. De la misma forma que una familia no la forma sólo la sangre, la Orden no son solo eruditos trasnochados que no saben nada de cazar. La idea es lo que tiene valor, en el fondo de todo este tinglado hay una idea muy clara: dejar el mundo mejor que como nos lo encontramos. Llámalo utopía, llámame tonta...me la suda. Mientras pueda construir la Orden en la que creo, una sólida y unida donde mis compañeros encuentren apoyo, no flaquearé en intentarlo.
Se cruzó de piernas y le dio un trago al vaso sin perderlo de vista.
— En cuestiones más mundanas, de mera operativa...necesito tu ayuda. Si no quieres hacerlo, no hay problema.— Tendió la mano hacia delante para que le devolviera los legajos.
Aveline Blackmore- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 155
Fecha de inscripción : 07/01/2017
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Wait and Bleed {Privado}
La camarera bajita y menuda volvió con el whisky, ofreciéndoselo a Varek, mientras volvía a mirar a Faith. El cazador no acababa de comprender que pasaba entre ellas, si la mujer quería tema, si estaba sorprendida de la compañía o si los celos le estaban carcomiendo. Cogió el vaso y lo posó sobre el respaldo del sillón, se tiró hacía atrás con su cuerpo, y le miró realmente acomodado - Sólo pensar en traicionar es ya una traición consumada, voy a traducir el manuscrito. Si esperas algo más de mi ya es problema tuyo - susurró dando su primer trago al bourbon, que dulce se desliza por su garganta. Varek aprieta la mandíbula, y le mira serio, esbozando después una pequeña sonrisa ladina - ¿De quien es el sueño de lograr una orden estable, Aveline Blackmore? Muchos de los integrantes lo único que buscarán sera una identidad, reguardándose en el hecho de pertenecer a un grupo social para ser alguien. Si quieres llamarlo familia, adelante. - La conversación, o el simple hecho de que Varek fuera tan seco hablando, podía haber hecho que las palabras o las actitudes fueran mal interpretadas por ambos. El cazador quería participar, quería saber que se traían entre manos, pero en a quien le estaba ofreciendo su ayuda era a Aveline Blackmore, no a la orden. Si ella quería creer que estaba haciendo un acto a favor de toda la organización era problema suyo.
El cuerpo de Varek no se movió un ápice cuando la muchacha alargó su mano - Ya he dicho que te ayudaré - le recalca. No le gusta tratar con gente que se cabrea o cambia de opinión. Que se arrepiente en la primera de cambio. Las decisiones eran tomadas con todas sus consecuencias, y el sí de Varek podía traer consecuencias que él no tenía ganas de afrontar, pero que las abordaría una a una por cumplir su palabra.
Se acabó el vaso y lo dejó en la mesa. Se acercó al borde del sillón, y apoyando ambos codos sobre sus rodillas, clavó sus ojos en los de ella - Siempre creí que la muerte era un hombre - musitó, con una sonrisa perversa - Muéstrame.. -le invitó ofreciéndole su mano para levantase y salir de aquel lugar.
El cuerpo de Varek no se movió un ápice cuando la muchacha alargó su mano - Ya he dicho que te ayudaré - le recalca. No le gusta tratar con gente que se cabrea o cambia de opinión. Que se arrepiente en la primera de cambio. Las decisiones eran tomadas con todas sus consecuencias, y el sí de Varek podía traer consecuencias que él no tenía ganas de afrontar, pero que las abordaría una a una por cumplir su palabra.
Se acabó el vaso y lo dejó en la mesa. Se acercó al borde del sillón, y apoyando ambos codos sobre sus rodillas, clavó sus ojos en los de ella - Siempre creí que la muerte era un hombre - musitó, con una sonrisa perversa - Muéstrame.. -le invitó ofreciéndole su mano para levantase y salir de aquel lugar.
Varek J. Lachance- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 196
Fecha de inscripción : 20/10/2016
Edad : 42
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Wait and Bleed {Privado}
Bien. Había aceptado a ayudar aunque seguía con esa actitud de "yo hago lo que me viene en gana y si no te gusta, por mi como si te mueres". De acuerdo, cada cual era como era, y Varek era uno de esos hombres con carácter propio, habría que tratarlo como tal.
Se levantó sacando el reloj de bolsillo para ver la hora, aún era temprano. Aceptó la mano del cazador con una media sonrisa enigmática.
— La muerte, la desolación, la destrucción, las pesadillas... todo son nombres de mujer, a estas alturas ya deberías saber que muchas de las peores cosas tienen nombre femenino.— Caminó hacia la escalera del local tirando suavemente de la mano de Lachance, llevándolo arriba. El primer piso estaba lleno de habitaciones donde hombres y mujeres de misa ya santiguados daban caza a los que vendían sus cuerpos, para luego poner a lavar sus manos. Pasó de largo por el pasillo y se dirigió al fondo donde había una puerta, colocó la mano en el picaporte y antes de girarlo se detuvo y miró a Varek.
— Vamos a averiguar si "el valor" hace honor a su género masculino.
Abrió la puerta y soltó la mano del cazador para ascender por unas estrechas escaleras con dos zancadas, hasta una especie de desván oscuro y vacío. Allí abrió la ventana y salió al tejado, respirando el aire frío de la noche. El edificio tenía un techado plano en la parte superior y después abierto a dos aguas, acabando en una especie de cornisa. La Parca caminó hasta la mitad del techado y allí se deslizó hacia abajo por el techo inclinado hasta afianzar los pies en la cornisa, después corrió ágilmente por ella y llegó hasta el final donde saltó al edificio colindante, cayendo en otro tejado chato y rodando por el suelo con una voltereta. Se levantó y se giró a mirar si Varek la seguía o no, esbozó una sonrisa amplia, la adrenalina comenzaba a correr por sus venas. Siguió adelante, saltando por otro tejado, agarrándose a una cornisa y desplazandose lateralmente por la fachada del edificio. Si se caía se partiría la columna o con más suerte sólo una pierna, pero desde luego no iba a ser una caída agradable.
Se detuvo en un tejado a dos manzanas del que habían pertido y se acuclilló observando hacia abajo. Un patio interior de un fumadero de opio. Allí el humo destilaba un olor penetrante y denso y la fachada estaba entre ennegrecida y amarilla. Era una tapadera, ese nido estaba en su lista pero no pensaba ir a darles caza hasta un par de días después... tendría que haber cambio de planes.
A sus pies se desarrollaba la escena con claridad. En el fumadero estaban los dueños, orientales, y un montón de yonkis y de gente cuyo cerebro se había perdido en las brumas de la anestesia que producía la droga. Y tres sangijuelas disfrutaban de su festín. Se alimentaban de humanos atontados, drogados, con su voluntad aniquilida. Se estaban alimentando de la desgracia ajena, de la inmoralidad, de la decadencia humana. Pero para eso estaba la Parca, para devolver el orden. Si los humanos querían morir fumando, estaban en su derecho, y ningun vampiro se lo cercenaría.
En su rostro se formó una sonrisa depredadora y sacó del cinto un pequeño chakram indio que deshizo en dos mitades. El ingenioso aro afilado, estaba dividio en dos porciones que al empuñarlas era como dos cuchillas pegadas al puño. Lanzó una última mirada a Varek antes de saltar y desaparecer por el hueco del patio.
Se levantó sacando el reloj de bolsillo para ver la hora, aún era temprano. Aceptó la mano del cazador con una media sonrisa enigmática.
— La muerte, la desolación, la destrucción, las pesadillas... todo son nombres de mujer, a estas alturas ya deberías saber que muchas de las peores cosas tienen nombre femenino.— Caminó hacia la escalera del local tirando suavemente de la mano de Lachance, llevándolo arriba. El primer piso estaba lleno de habitaciones donde hombres y mujeres de misa ya santiguados daban caza a los que vendían sus cuerpos, para luego poner a lavar sus manos. Pasó de largo por el pasillo y se dirigió al fondo donde había una puerta, colocó la mano en el picaporte y antes de girarlo se detuvo y miró a Varek.
— Vamos a averiguar si "el valor" hace honor a su género masculino.
Abrió la puerta y soltó la mano del cazador para ascender por unas estrechas escaleras con dos zancadas, hasta una especie de desván oscuro y vacío. Allí abrió la ventana y salió al tejado, respirando el aire frío de la noche. El edificio tenía un techado plano en la parte superior y después abierto a dos aguas, acabando en una especie de cornisa. La Parca caminó hasta la mitad del techado y allí se deslizó hacia abajo por el techo inclinado hasta afianzar los pies en la cornisa, después corrió ágilmente por ella y llegó hasta el final donde saltó al edificio colindante, cayendo en otro tejado chato y rodando por el suelo con una voltereta. Se levantó y se giró a mirar si Varek la seguía o no, esbozó una sonrisa amplia, la adrenalina comenzaba a correr por sus venas. Siguió adelante, saltando por otro tejado, agarrándose a una cornisa y desplazandose lateralmente por la fachada del edificio. Si se caía se partiría la columna o con más suerte sólo una pierna, pero desde luego no iba a ser una caída agradable.
Se detuvo en un tejado a dos manzanas del que habían pertido y se acuclilló observando hacia abajo. Un patio interior de un fumadero de opio. Allí el humo destilaba un olor penetrante y denso y la fachada estaba entre ennegrecida y amarilla. Era una tapadera, ese nido estaba en su lista pero no pensaba ir a darles caza hasta un par de días después... tendría que haber cambio de planes.
A sus pies se desarrollaba la escena con claridad. En el fumadero estaban los dueños, orientales, y un montón de yonkis y de gente cuyo cerebro se había perdido en las brumas de la anestesia que producía la droga. Y tres sangijuelas disfrutaban de su festín. Se alimentaban de humanos atontados, drogados, con su voluntad aniquilida. Se estaban alimentando de la desgracia ajena, de la inmoralidad, de la decadencia humana. Pero para eso estaba la Parca, para devolver el orden. Si los humanos querían morir fumando, estaban en su derecho, y ningun vampiro se lo cercenaría.
En su rostro se formó una sonrisa depredadora y sacó del cinto un pequeño chakram indio que deshizo en dos mitades. El ingenioso aro afilado, estaba dividio en dos porciones que al empuñarlas era como dos cuchillas pegadas al puño. Lanzó una última mirada a Varek antes de saltar y desaparecer por el hueco del patio.
Aveline Blackmore- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 155
Fecha de inscripción : 07/01/2017
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Wait and Bleed {Privado}
Sin saber cómo, sus manso se entrelazaron y ella tiró suavemente de él. Varek se encontró caminado detrás de ella con un paso bastante acelerado y quizás un poco torpe por no saber hacía donde iban. Metió la mano derecha en el bolsillo del pantalón mientras caminaban escaleras arriba, accediendo a un largo pasillo con distintas puertas, donde parecía que la diversión estaba al otro lado y no donde ellos se encontraban. Al final había una puerta, por la cual Aveline entró, subiendo una pequeña escalera de dos zancadas. Una vez liberada la otra mano el cazador la guardó también en el bolsillo, caminando detrás de ella.
Estaban en un desván oscuro - Aveline - trató de pararla, pero el entusiasmo brillaba en sus ojos, y dejándolo atrás accedió al tejado. El cazador negó con la cabeza y por primera vez en años se sintió como se sentía cuando Jean se aburría y tiraba de él para jugar, acabando casi muertos al final de la aventura.
Alzando una mano, agarró la ventana y salió al tejado, colocándose a su lado. El viento acarició su rostro, y la mirada de Aveline se posó unos segundos para invitarle a seguirla. Parecía una niña pequeña, jugando a tu lo llevas, y el cazador no podía evitar esbozar una incrédula sonrisa mientras negaba con la cabeza y la veía saltar como una pequeña ratita entre los tejados.
El cazador suspiró y alzó la mirada a la luna, cómplice de toda aquella estupidez y sin tantas florituras avanza hasta alcanzarla. Le sacó algo de ventaja pues avanzó con tranquilidad. Cuando vio que permanecía finalmente parada, Varek accedió al último tejado y metiendo las manos en los bolsillos caminó tranquilo hasta ella. Observó lo que ella observaba y negó con la cabeza, cuando fue a dirigirse a ella ya había saltado hacía el patio donde estaban los vampiros devorando a tres chavales - No me jodas - musitó para él, suspirando y echando una última mirada antes de echar un paso adelante y caer por el agujero.
Su mano izquierda tocó el suelo para mantener el equilibrio y con las piernas flexionadas para amortiguar el golpe del salto miró a Aveline, que estaba ya como una loca. Varek se incorporó y sacó uno de sus revólveres, volandole el cráneo a uno de los vampiros que se había lanzado a por Blackmore.
Estaban en un desván oscuro - Aveline - trató de pararla, pero el entusiasmo brillaba en sus ojos, y dejándolo atrás accedió al tejado. El cazador negó con la cabeza y por primera vez en años se sintió como se sentía cuando Jean se aburría y tiraba de él para jugar, acabando casi muertos al final de la aventura.
Alzando una mano, agarró la ventana y salió al tejado, colocándose a su lado. El viento acarició su rostro, y la mirada de Aveline se posó unos segundos para invitarle a seguirla. Parecía una niña pequeña, jugando a tu lo llevas, y el cazador no podía evitar esbozar una incrédula sonrisa mientras negaba con la cabeza y la veía saltar como una pequeña ratita entre los tejados.
El cazador suspiró y alzó la mirada a la luna, cómplice de toda aquella estupidez y sin tantas florituras avanza hasta alcanzarla. Le sacó algo de ventaja pues avanzó con tranquilidad. Cuando vio que permanecía finalmente parada, Varek accedió al último tejado y metiendo las manos en los bolsillos caminó tranquilo hasta ella. Observó lo que ella observaba y negó con la cabeza, cuando fue a dirigirse a ella ya había saltado hacía el patio donde estaban los vampiros devorando a tres chavales - No me jodas - musitó para él, suspirando y echando una última mirada antes de echar un paso adelante y caer por el agujero.
Su mano izquierda tocó el suelo para mantener el equilibrio y con las piernas flexionadas para amortiguar el golpe del salto miró a Aveline, que estaba ya como una loca. Varek se incorporó y sacó uno de sus revólveres, volandole el cráneo a uno de los vampiros que se había lanzado a por Blackmore.
Varek J. Lachance- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 196
Fecha de inscripción : 20/10/2016
Edad : 42
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Wait and Bleed {Privado}
Las armas de fuego eran muy ruidosas y a la inglesa no le gustaban demasiado porque solían llamar la atención, asi que le puso los ojos en blanco a Varek y torció media sonrisa.— ¿invitando a todo el barrio a la fiesta, Lachance?.— sin apenas girarse proyectó el codo hacia atrás porque sabía que se le echaba encima uno de los dueños del local, que ciertamente hacía buen negocio con los vampiros, ya que pagaban bien por tener recipientes de sangre rápidos y fáciles de conseguir. El oriental cayó al suelo con la nariz rota y maldiciendo en su lengua.
Aveline se le aproximó y lo agarró de las solapas del extraño traje que llevaba y lo levantó empotrándolo contra una pared. Le puso una mueca teatral, un puchero de falsa desolación.
— Si le vuelvo a ver haciendo tratos con vampiros... me pondré muy triste. Y no es bueno ponerme triste ¿entiende?
El hombre se revolvió un poco y la rubia subió la otra mano en la que aún llevaba el filo sujeto y se lo presionó contra los huevos. Eso sí, le seguiría tratando de usted, la educación ante todo.
— Porque cuando estoy triste me da por cortar... cosas. O matar. Hágase un favor y hágamelo a mi, no quiero volver a esta cloaca, pórtese bien.
Lo soltó sacudiendolo y dejándolo ir. Se giró hacia Varek señalándole la escalera metálica que volvía a la azotea, en breve aquello se lenaría de curiosos o gendarmes porque los disparos eran un reclamo. Se pasó la mano por la cara para retirar algun resto de sesos del infeliz que había recibido misericordia en forma de plomo.
— Pues al parecer la muerte no entiende de géneros, sólo de destreza y determinación.— Y ese sería todo el agradecimiento y piropo que le dedicaría a Varek por haberle cubierto las espaldas. Se guardó los chakram y trepó por los escalones para regresar por donde habían venido.
Aveline se le aproximó y lo agarró de las solapas del extraño traje que llevaba y lo levantó empotrándolo contra una pared. Le puso una mueca teatral, un puchero de falsa desolación.
— Si le vuelvo a ver haciendo tratos con vampiros... me pondré muy triste. Y no es bueno ponerme triste ¿entiende?
El hombre se revolvió un poco y la rubia subió la otra mano en la que aún llevaba el filo sujeto y se lo presionó contra los huevos. Eso sí, le seguiría tratando de usted, la educación ante todo.
— Porque cuando estoy triste me da por cortar... cosas. O matar. Hágase un favor y hágamelo a mi, no quiero volver a esta cloaca, pórtese bien.
Lo soltó sacudiendolo y dejándolo ir. Se giró hacia Varek señalándole la escalera metálica que volvía a la azotea, en breve aquello se lenaría de curiosos o gendarmes porque los disparos eran un reclamo. Se pasó la mano por la cara para retirar algun resto de sesos del infeliz que había recibido misericordia en forma de plomo.
— Pues al parecer la muerte no entiende de géneros, sólo de destreza y determinación.— Y ese sería todo el agradecimiento y piropo que le dedicaría a Varek por haberle cubierto las espaldas. Se guardó los chakram y trepó por los escalones para regresar por donde habían venido.
Aveline Blackmore- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 155
Fecha de inscripción : 07/01/2017
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Wait and Bleed {Privado}
Varek se encogió de hombros y guardó el revolver en su cartuchera. Alzó la vista y disfrutó de la función que Aveline Blackmore le estaba ofreciendo.
No hizo falta más que un ágil movimiento para tirar al suelo al dueño del fumadero, que asustado pedía clemencia a la cazadora. Varek se acercó hasta ellos para respaldar sus palabras con su presencia. Esbozó media sonrisa al ver como le amenazaba y le siguió con la mirada alejarse cuando le dejó ir. No tenía mucho que decir, ella era dueña de la situación y parecía que el mundo le ayudaba a ello. Era normal que fuese quien era si su vida estaba escrita de una forma tan armónica. En apenas unos minutos se había cargado a varios vampiros, y había deshecho aquel nido.
Antes de seguirla por la escalera de metal agarró una botella de Whisky y otra de brandy, apartando con el pie uno de los cuerpos inconscientes de un humano para acceder sin obstáculos. Cuando estuvo de nuevo en el tejado le pasó la botella de Brandy - ¿Me acompañais? - apoyó su botella de whisky en el saliente de una chimenea para sacar un pañuelo y ofrecérselo. Aun tenía el rostro lleno de sangre. Después agarró el whisky y se sentó esperando a que ella lo hiciese - Amanecerá en unos minutos - le explicó, dando un trago a su botella.
No hizo falta más que un ágil movimiento para tirar al suelo al dueño del fumadero, que asustado pedía clemencia a la cazadora. Varek se acercó hasta ellos para respaldar sus palabras con su presencia. Esbozó media sonrisa al ver como le amenazaba y le siguió con la mirada alejarse cuando le dejó ir. No tenía mucho que decir, ella era dueña de la situación y parecía que el mundo le ayudaba a ello. Era normal que fuese quien era si su vida estaba escrita de una forma tan armónica. En apenas unos minutos se había cargado a varios vampiros, y había deshecho aquel nido.
Antes de seguirla por la escalera de metal agarró una botella de Whisky y otra de brandy, apartando con el pie uno de los cuerpos inconscientes de un humano para acceder sin obstáculos. Cuando estuvo de nuevo en el tejado le pasó la botella de Brandy - ¿Me acompañais? - apoyó su botella de whisky en el saliente de una chimenea para sacar un pañuelo y ofrecérselo. Aun tenía el rostro lleno de sangre. Después agarró el whisky y se sentó esperando a que ella lo hiciese - Amanecerá en unos minutos - le explicó, dando un trago a su botella.
Varek J. Lachance- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 196
Fecha de inscripción : 20/10/2016
Edad : 42
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Wait and Bleed {Privado}
Siguió a Varek hasta la azotea y se sentó a su lado en silencio, contemplando la vista desde allí, se podía observar las luces chillonas del enrome molino del cabaret Moulin Rouge a esas horas, y la cúpula de la basílica del Sagrado Corazón sobre la montaña de Monmatre.
Dejó escapar el vaho de su aliento en forma de cendales de vapor, notando cómo la adrenalina iba ya de bajada. Se podría decir que si Aveline era una yonki de algo, era de la adrenalina que le provocaba la caza. Varek no era el tipo más hablador del mundo,pero su actitud tenía un "nosequé" que resultaba hipnótico. Quizás sus gestos involuntarios, su lenguaje corporal... no sabría precisarlo. Era como una montaña cubierta de nieve que guardaba en el centro un volcán inestable a punto de erupcionar.
Tomó la botella de brandy y le dio un trago observando alrededor.
— Estrellas ocultad vuestro fuego. No permitáis que ninguna luz vea mis oscuros y profundos deseos...— giró la cabeza hacia Varek.— Macbeth, de Shakespeare. Se escribó hace más de doscientos años y las cosas siguen igual desde entonces ¿hm?
La mayoría de los cazadores habían vivido situaciones muy duras, habían hecho frente a dolores físicos, a rigores del clima, al mordisco del hambre, al dolor de la pérdida de seres queridos...con lo cual sus deseos se hundían en la oscuridad de la venganza, del dolor, del odio. Aveline no se movía por nada de todo eso, sus motivos eran otros, pero desde luego había algo mucho menos superficial, más profundo y que no se dejaba traslucir de primeras. También ella tenía coraza, como la mayoría.
— Su oscuridad es suya, Lachance, no le voy a preguntar por ella. Le pido que tenga la misma consideración.— hizo una pausa y le dio otro trago a la botella.— Pero si algun dia necesita compartir el peso, cuente conmigo.
Dejó escapar el vaho de su aliento en forma de cendales de vapor, notando cómo la adrenalina iba ya de bajada. Se podría decir que si Aveline era una yonki de algo, era de la adrenalina que le provocaba la caza. Varek no era el tipo más hablador del mundo,pero su actitud tenía un "nosequé" que resultaba hipnótico. Quizás sus gestos involuntarios, su lenguaje corporal... no sabría precisarlo. Era como una montaña cubierta de nieve que guardaba en el centro un volcán inestable a punto de erupcionar.
Tomó la botella de brandy y le dio un trago observando alrededor.
— Estrellas ocultad vuestro fuego. No permitáis que ninguna luz vea mis oscuros y profundos deseos...— giró la cabeza hacia Varek.— Macbeth, de Shakespeare. Se escribó hace más de doscientos años y las cosas siguen igual desde entonces ¿hm?
La mayoría de los cazadores habían vivido situaciones muy duras, habían hecho frente a dolores físicos, a rigores del clima, al mordisco del hambre, al dolor de la pérdida de seres queridos...con lo cual sus deseos se hundían en la oscuridad de la venganza, del dolor, del odio. Aveline no se movía por nada de todo eso, sus motivos eran otros, pero desde luego había algo mucho menos superficial, más profundo y que no se dejaba traslucir de primeras. También ella tenía coraza, como la mayoría.
— Su oscuridad es suya, Lachance, no le voy a preguntar por ella. Le pido que tenga la misma consideración.— hizo una pausa y le dio otro trago a la botella.— Pero si algun dia necesita compartir el peso, cuente conmigo.
Aveline Blackmore- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 155
Fecha de inscripción : 07/01/2017
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Wait and Bleed {Privado}
El sol apenas se asoma por el horizonte, las pocas nubes que hay apenas le dejan brillar otorgando a la ciudad unos minutos más de oscuridad. Cuando finalmente el sol, receloso, aparece.
El rostro de Varek, calmado, esboza una sonrisa nostálgica ante la cita que recita Aveline. La gran pasión del filólogo es Shakespeare ¿Pero que sabe la cazadora? El azar ha querido otorgarle ese pequeño detalle y disfrutando del enunciar de la joven, Varek alza la botella para después darle un buen trago.
Tira la cabeza hacía atrás, cerrando los ojos. La idea de contarle lo que le sucede surca su cabeza por uno segundos, trata de deshacerse de ello, pero su voz le traiciona y negando con la cabeza la mira - Mi hermano es un vampiro - el tono es jocoso y su sonrisa ladina. Sabe de sobra que la confesión sitúa a al cazadora en un lugar muy delicado.
Apenas dando tiempo a la cazadora para reacionar ante la noticia, Varek abre la mano y deja caer la botella, que rueda tejado abajo, hasta perderse en abismo. Con agilidad se sitúa sobre la cintura de la cazadora, e inmovilizándola agarra sus muñecas, elevándolas sobre su cabeza. No pretende herirla, es más, sus manos apenar ejercen presión alguna sobre su cuerpo. El pecho del cazador se recuesta sobre el de ella, para susurrarla al oído - No hay oscuridad, sino ignorancia - susurra suavemente, rozando con sus labios el lóbulo de su oreja. Shakespeare otra vez. Era su manera de decir, que confiaba en ella.
Suelta sus manos, sabiendo que puede devolverle el golpe, pero confiado, se queda con las rodillas a los costados de su cintura, y la mira a los ojos - Muchas promesas disminuyen la confianza - musita, sin apartar sus ojos de los de ella. Su respiración es agitada por los bruscos movimientos, provocando que su pecho suba y baje, mientras recupera la compostura.
El rostro de Varek, calmado, esboza una sonrisa nostálgica ante la cita que recita Aveline. La gran pasión del filólogo es Shakespeare ¿Pero que sabe la cazadora? El azar ha querido otorgarle ese pequeño detalle y disfrutando del enunciar de la joven, Varek alza la botella para después darle un buen trago.
Tira la cabeza hacía atrás, cerrando los ojos. La idea de contarle lo que le sucede surca su cabeza por uno segundos, trata de deshacerse de ello, pero su voz le traiciona y negando con la cabeza la mira - Mi hermano es un vampiro - el tono es jocoso y su sonrisa ladina. Sabe de sobra que la confesión sitúa a al cazadora en un lugar muy delicado.
Apenas dando tiempo a la cazadora para reacionar ante la noticia, Varek abre la mano y deja caer la botella, que rueda tejado abajo, hasta perderse en abismo. Con agilidad se sitúa sobre la cintura de la cazadora, e inmovilizándola agarra sus muñecas, elevándolas sobre su cabeza. No pretende herirla, es más, sus manos apenar ejercen presión alguna sobre su cuerpo. El pecho del cazador se recuesta sobre el de ella, para susurrarla al oído - No hay oscuridad, sino ignorancia - susurra suavemente, rozando con sus labios el lóbulo de su oreja. Shakespeare otra vez. Era su manera de decir, que confiaba en ella.
Suelta sus manos, sabiendo que puede devolverle el golpe, pero confiado, se queda con las rodillas a los costados de su cintura, y la mira a los ojos - Muchas promesas disminuyen la confianza - musita, sin apartar sus ojos de los de ella. Su respiración es agitada por los bruscos movimientos, provocando que su pecho suba y baje, mientras recupera la compostura.
Varek J. Lachance- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 196
Fecha de inscripción : 20/10/2016
Edad : 42
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Wait and Bleed {Privado}
Aveline se tensó cuando Varek la agarró y la tumbó contra el tejado, pero al notar que no ejercía fuerza, sólo contuvo el aliento y detuvo su resorte automático que la empujaba a saltar y soltarse. Su hermano era un vampiro, por eso Lachance no se unía a la Orden entre otras cosas. Lo cierto es que eso debía ser duro de digerir. ¿Cómo se lo tomaría ella si Axel fuera mordido? ¿Sería capaz de dejarlo ir? ¿Le daría muerte para que no penara una eternidad convertido en lo que odiaba? En esas brumas debía encontrarse Varek y desde luego no se las deseaba a nadie.
Le habló al oido tras unos tensos segundos. Notó su aliento en el cuello y se estremeció, después de un subidón de adrenalina, de sangre y sesos, no había nada como liberar a la bestia a base de dar y recibir mordiscos, de cubrirse con un abrigo de piel cálida y respirar el aire que separa a dos bocas. Pero una vocecilla interior la puso sobre aviso y no dejó que los instintos nublasen la razón.
Recuperó despacio la respiración y guardó silencio mientras Varek lanzaba otra de sus crípticas frases. Desde luego el que se pasaba la vida prometiendo solía acabar fallando. Ella tenía el ejemplo contrario en casa, su padre, sus hermanos, su familia entera, eran todos de acción, cada cual hacía lo que tenía que hacer con suma diligencia, sin necesidad de adornarlo con palabrería. Hechos y no palabras eran lo que importaba, en eso entendía al cazador.
El hombre se incorporó y se quedó sobre ella recuperando la pose de inaccesible que solía ostentar. La Parca se incorporó también y alargó la mano colando los dedos en la nuca de Varek para que le sirviera de apoyo al acercarse a su oido a susurrarle.
— ¿Quien no tiene un muerto en su armario?
No necesitaba explicarle que la vida no era blanco o negro, admitía grises, y a ella tampoco le gustaban las promesas vacías, que sólo confiaba en la gente que tenía palabra y que cumplía con hechos lo que sus labios habían prometido. Se separó lo justo, lentamente, para esbozar media sonrisa y sacó la mano de su nuca para palmearle la mejilla suavemente y parafrasear de nuevo a Sir William Shakespeare.
— El infierno está vacío, todos los demonios están aquí. — se detuvo unos segundos a dos centímetros de su cara, y la tensión se podía cortar con un cuchillo. Finalmente se levantó, saliendo de debajo del cazador.— Así que tenemos mucho trabajo todavía por delante. Que tenga buena noche Lachance.
Echó a andar hacia el tejado del Golden Moon, porque se había dejado allí el abrigo y ya era la hora de marcharse a casa, darse un baño y descansar un poco.
Le habló al oido tras unos tensos segundos. Notó su aliento en el cuello y se estremeció, después de un subidón de adrenalina, de sangre y sesos, no había nada como liberar a la bestia a base de dar y recibir mordiscos, de cubrirse con un abrigo de piel cálida y respirar el aire que separa a dos bocas. Pero una vocecilla interior la puso sobre aviso y no dejó que los instintos nublasen la razón.
Recuperó despacio la respiración y guardó silencio mientras Varek lanzaba otra de sus crípticas frases. Desde luego el que se pasaba la vida prometiendo solía acabar fallando. Ella tenía el ejemplo contrario en casa, su padre, sus hermanos, su familia entera, eran todos de acción, cada cual hacía lo que tenía que hacer con suma diligencia, sin necesidad de adornarlo con palabrería. Hechos y no palabras eran lo que importaba, en eso entendía al cazador.
El hombre se incorporó y se quedó sobre ella recuperando la pose de inaccesible que solía ostentar. La Parca se incorporó también y alargó la mano colando los dedos en la nuca de Varek para que le sirviera de apoyo al acercarse a su oido a susurrarle.
— ¿Quien no tiene un muerto en su armario?
No necesitaba explicarle que la vida no era blanco o negro, admitía grises, y a ella tampoco le gustaban las promesas vacías, que sólo confiaba en la gente que tenía palabra y que cumplía con hechos lo que sus labios habían prometido. Se separó lo justo, lentamente, para esbozar media sonrisa y sacó la mano de su nuca para palmearle la mejilla suavemente y parafrasear de nuevo a Sir William Shakespeare.
— El infierno está vacío, todos los demonios están aquí. — se detuvo unos segundos a dos centímetros de su cara, y la tensión se podía cortar con un cuchillo. Finalmente se levantó, saliendo de debajo del cazador.— Así que tenemos mucho trabajo todavía por delante. Que tenga buena noche Lachance.
Echó a andar hacia el tejado del Golden Moon, porque se había dejado allí el abrigo y ya era la hora de marcharse a casa, darse un baño y descansar un poco.
Aveline Blackmore- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 155
Fecha de inscripción : 07/01/2017
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Temas similares
» Too hungry for wait [Privado]
» I'm only what I am. If you cut me I'll bleed. If you strike me, I will strike back. And if you keep me in chains, I will die
» Always here I'll wait
» Nothing Can Come Between Us | Privado
» I wait here forever
» I'm only what I am. If you cut me I'll bleed. If you strike me, I will strike back. And if you keep me in chains, I will die
» Always here I'll wait
» Nothing Can Come Between Us | Privado
» I wait here forever
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour