Too hungry for wait [Privado]

por **Lionel D'Maine** Sáb Ene 29, 2011 11:53 am

-Emitió un suave suspiro mientras tomaba su estomago...tenia demasiado hambre no podia esconderlo se habia saltado la cena de ayer, el desayuno y el almuerzo ademas de que usualmente tomaba algunas cosas como panes, dulces, no habia podido permitirse en esos dos dias algo de comer debido a que no queria gastar mucho dinero, llevaba lo justo en su bolsillo como para un plato de sopa y una bebida ya que lo demas lo estaba aprovechando para ahorrar.

Cuando entró al restaurante sonrió a la gente que le estaba saludando eran especialmente los camareros puesto que Lionel era el gitano que aparecia por alli pidiendo trabajo a cada momento, a veces les ayudaba a servir la comida o simplemente a fregar o arreglar cosas pero esta vez habia sido distinto solo deseaba algo de comida. Cuando se sentó sonrió mientras fijaba su vista en todas las personas que habia a su alrededor, era un panorama bastante tranquilo no demasiado ensordecedor como otras veces.

El ver el menu le hizo suspirar, tenia las monedas que iba a usar para comer pero al mismo tiempo deseaba pedir algo mas sustancioso para poder estar un dia mas sin desayunar u almorzar aunque seguramente saldria mas economico no cenar, daba igual elevó la mano para que le atendiesen pidiendo una botella de agua yun plato de sopa con algo de carne de pollo con verduras, de ese modo comería bastante bien ademas de algo más barato-

por **Catherina Lewell** Sáb Ene 29, 2011 2:09 pm

La puerta se cerró y suspiro por enésima vez en ese día. Nada. Parecía que en París no había casas para ella. Eran demasiado grandes, caras o se estaban a punto de caer.

Catherina anduvo por las calles de París. Miró el reloj. De nuevo se había hecho tarde. - -¡Genial! Ya me he quedado sin comer de nuevo… El horario del restaurante del hotel es horrible…. ¿Dónde puedo ir a comer ahora?- pensó mientras reconocía la calle. - –¡Vale! Aquí había un restaurante… La comida no estaba nada mal y el precia es asequible. Iré allí.

Al llegar al restaurante, Catherina habló con el camarero y éste la sentó en una mesa. Miró a su alrededor y observó que el ambiente era acogedor y tranquilo. Sonrió. En Londres pocas veces era así.
Miró el menú pero antes de que pudiera empezar a leer, el camarero la interrumpió y empezó a recitárselo. Catherina se rió. Seguramente aquel hombre habría pensado que ella no sabía leer.
-Tranquilo, ya sé lo que voy a pedir. Un bistec con patatas y vino para beber. Merci.” Dijo Catherine.

Cuando el camarero se fue miró a su alrededor. Prácticamente todas las mesas estaban ocupadas por parejas que charlaban animadamente. De repente, su mirada se posó en un hombre de aproximadamente unos 23 años de complexión poco atlética y delgado. Catherina se fijó en su cabello ya que éste era largo. También se fijó en qué ese hombre tenía heridas que aún no había cicatrizado…

En ese momento, alguien en el restaurante empezó a gritar: -¡UNA RATA! HAY UNA RATA MUERTA EN MI PLATO!-. Catherina desvió la mirada hacia la mujer que había empezado hablar. Al parecer todo el mundo lo hacía. Los camareros se apresuraron y retiraron el plato pero ya era demasiado tarde. Todo el mundo había dejado de comer y examinaba su plato en busca de restos extraños.

por **Lionel D'Maine** Mar Feb 01, 2011 11:18 am

-Estaba tan calmado y perdido en sus pensamientos, estaba pensando en si habia hecho bien al pedir tanta comida, bueno no era tanta estaba seguro que otras personas podían comer mucho más...era el poder del dinero aunque tambien el poder de la mente pues si ya estabas acostrumbrado a casi no comer no te afectaba en absoluto las personas que presumian de sus platos repletos de comida, más, si tus orbes solo se marchaban hacia el plato de las personas era inevitable que tarde o temprano sucumbieras ante ese deseo.

Ese deseo era sin duda el que muchos hombres y mujeres de Paris deseaba, comer hasta hartarse aunque solo fuera un dia a pesar de que Lionel juzgaba aquello como un mal deseo pues si agrandabas el estomago para probar los manajares que te pudieran en frente al final sin que te dieras cuenta al dia siguiente tu cuerpo sufría mas porque deseaba probar de nuevo aquel capricho que le habias concedido.

En eso Lionel preferia las no sorpresas, comer lo que tenia que comer sin preocuparse despues de que hará mañana, ni se percato de quien iba o venia mientras sus dedos iban acariciando las dos bolsas de oro que tenia cerca, una era lo que habia planeado gastar y la otra lo que debia de meter el baul del ahorrador, al final cuando escucho a una mujer gritar elevó el rostro casi automáticamente arqueando una ceja-

hm...

-Los camareros estaban algo nerviosos, pero estaban asegurando a la mujer que no tenia nada de que preocuparse, lo que seguramente hizo sospechar al gitano que esa rata la habia colocado aquella mujer, no era raro que muchos hombres y mujeres agudizasen el ingenio solo por sacar partido, al instante que se llevaron el plato Lionel observo a una mujer que estaba cerca de su mesa, al ver que la mirada de ambos se habia encontrado volvió a sonreir con suavidad iniciando una conversacion al menos un saludo inicial aprovechando que estaba cerca de él-

Bonjour mademoiselle

-Quizás aquel altercado de la rata sirviera para hacerle sentir algo mas calmado, debia de desestresarse ese dia, despues de todo era la hora de cenar, ya habia trabajado ya se habia librado del trabajo de mañana y esperaba permanecer en cama todo lo que era necesario...un dia extraño, en el que seguro Lionel acabaria el primero en la cama y el primero en despertarse como hacia siempre, siguiendo aquella rutina que se habia implantado el mismo-

por **Catherina Lewell** Jue Feb 10, 2011 3:44 pm

Catherina miro el altercado y sonrió. Aquella mujer había conseguido una cena gratis -“¡Qué suerte!”- Pensó ella mientras miraba la carta de precios.
Pensando en ello…. ¡Había pedido aquello sin antes mirar cuando costaba! Menos mal que se lo podía permitir… Aunque como siguiera así…

Un camarero pasó apresurado por su lado provocando que prestara de nuevo atención al incidente. -“Genial… Ahora mi comida tardará el doble…”.- Entretanto observó que algunas personas se levantaban del restaurante y se apresuraban a pagar e irse. Se veía a la legua que eran personas de clase alta ya que iban vestidas con ropas caras.

Se encogió de hombros pensando en toda aquella comida que se había quedado en las mesas. Una pena. En ese momento, miró de nuevo al hombre situado en frente de su mesa. Solo fue un segundo pero suficiente para que sus miradas se cruzaran. Catherina giro la vista y siguió mirando el altercado pero lo cierto es que por mucho que estuviera viéndolo no le prestaba la mínima atención.

En ese momento le pareció que alguien le hablaba y busco a esa persona. Resultó ser el desconocido que antes observaba y con el que había cruzada la mirada en algún momento. Catherina le sonrió y le contestó: -“Buenos días, Monsieur…”.

Iba a añadir algo más pero en ese instante el camarero interrumpió la escena y le sirvió un plato con la comida que había pedido. Catherina dio las gracias al camarero y bajo la mirada. Vio el plato y cogió los cubiertos. -“um… Huele muy bien… Espero que este delicioso….”- Pensó mientras levantaba la mirada y observaba al desconocido. Ella sonrió y bajo la mirada vergonzosa. “¡Que aproveche!” Dijo en voz baja al desconocido mientras empezaba a cortar el bistec.

por **Lionel D'Maine** Sáb Feb 12, 2011 6:47 am

-Una sonrisa se formaba en los labios de Lionel notando cada una de las acciones de aquella dama, su difunto padre siempre le habia dicho que debia de ser más disimulado pues de pequeño el gitano tenia la mala costumbre de observar a las personas fijamente, habia veces en las que se ganaba las miradas nerviosas de la gente a excepción de los gitanos con los que convivia pues estos ya se habian acostumbrado a que Lionel fuera el gitano observador, se sonrió pues con el tiempo habia aprendido a ser mucho más disimulado esperando que las personas no le notaran...gracias a ello habia conseguido animar a muchas de las personas que habia a su alrededor.

Era muy seguro que aquella mujer hubiera puesto la rata para ganarse una comida pero ultimamente las apariencias era lo que mas importaba y habia personas que se guiaban mas por el juicio de las personas que por el suyo mismo, como si Lionel ahora comentase a los gitanos que en aquel lugar se comía pésimo solo porque a el no le habia gustado la comida, los demás no acudirían al restaurante solo por su juicio sin siquiera pensar que puede que al final si les pudiera gustar la comida que tenían.

Le hacia gracia ver como ella miraba a la mujer con cierta envidia pero tambien reconocia hambre en el rostro que tenía la joven, inclinó el rostro caballerosamente, dejando un mechón detras de la oreja puesto que estaba molestandole a su visión, al menos habia respondido pero antes de que comenzaran con una frase o alguna palabra habia llegado el camarero con el plato-

Gracias...pero ¿desea probarlo?

-Cortó un trozo tomandolo con el tenedor, parecia que la comida de ella tardaria un poco mas y yo debia de amortizar lo que gastaria aquella noche, cuando lo cogio con el tenedor, espero a que el jugo de la carne se desvaneciese levantándose para caminar hacia la joven tendiendole el tenedor con una sonrisa en los labios aun cuando esperaba que no tuviera vergüenza alguna por aquel trato al que estaba acostumbrado Lionel a tratar a las personas-

por **Catherina Lewell** Dom Feb 13, 2011 8:24 am

Una de las pocas cosas que Catherina había aprendido de su madre es que nunca se debía de mirar a las personas mientras éstas estaban comiendo. Era de mala educación. Así que apartó la mirada de aquel hombre y se interesó por otro asunto.

Buscó a la mujer que había armado momentos antes un escándalo. Al parecer había desaparecido del negocio sin dejar rastro. Seguramente, iría por ahí hablando fatal del restaurante. Una pena la verdad… La comida parecía que estaba deliciosa.

Volvió la mirada al frente y sin querer se encontró con la mirada de aquel hombre que de nuevo la estaba mirando. Siguió el movimiento del cuchillo mientras éste cortaba la carne. –um… tiene una pinta deliciosa…. Espero que no tarden mucho- Pensó mientras el desconocido le hablaba y empezaba a andar hacía ella ofreciéndole un trozo.

Catherina estaba avergonzada y confundida. -¡Será descarado! ¿Quién es este hombre? ¿Cómo puede comportarse así? ¡Seguro que todo el mundo nos esta mirando! ¿Y ahora que hagó? ¡Que vergüenza!- pensó mientras mirada a su alrededor y comprobaba que nadie los estaba haciendo caso.

Catherina no quería comportarse como una “señorita sin modales”. Así que en un primer momento apartó la mirada hacia otro lado intentando ignorar al desconocido. Segundos más tardes, se dio cuenta de su error ya que había entablado conversación con él y era demasiado tarde como para fingir indiferencia. Así que pensó que lo mejor era mostrarse segura, firme y tajante.

-Le agradezco el ofrecimiento pero pronto traerán lo que he pedido y… Además, me han enseñado que no tengo que fiarme de los desconocidos y aunque sé que la comida es del restaurante… no me fio del todo. Disculpe. – Dijo Catherina con una sonrisa divertida en la cara y apartando la mirada dando el tema por zanjado.

por **Lionel D'Maine** Sáb Feb 19, 2011 6:38 am

-Parecia que no le habia gustado o que habia hecho un movimiento que no deberia de haber realizado como el hecho de levantarse para darle un trozo de comida lo cual a simple vista parecia que no le habia sentado demasiado bien el ofrecimiento.

Aunque Lionel se tomaba de otro modo las cosas ya que en el campamento gitano muchas veces todos compartian sobre todo los jovenes que querian probar todo de todos asi que solian empezar a ir de tienda en tienda con pequeñas ollitas de comida en las que o le iban hechando comida o ellos iban pasando comida a los que menos tenian-

Lamento mis modales mademoiselle, a veces olvido que los tenso

-Las dotes de observación de Lionel se habian percatado de que habia apartado rapido la mirada, lo cual indicaba que preferia no hablar de ese tema dejarlo simplemente correr como si nada hubiera pasado aun cuando el gitano ya pensaba que sucederia como lo que paso con aquella mujer que a pesar de haberse ido sin pagar hablaria mas del restaurante.

se sentó de nuevo en su mesa guardando silencio solo roto por el sonido de los cubiertos o el sonido de sus labios al masticar, el ambiente habia sido relegado a los murmullos lejanos de la gente, el entrechocar de los platos que se sumia en su marchito aviso como era habitual en los restaurantes especialmente en este.

Los camareros se haban reunido como si estuvieran evaluando lo que habia sucedido, se veia algunos comportamientos pesimistas, otros optimistas otros simplemente neutros absentos de participar en aquella charla mientras se disponían a servir mesas que no eran ni las suyas sonriendose a si mismos, el pedido de aquella mujer efectivamente no tardo mucho más de lo que esperaba Lionel ya que despues de todo habi apensado que estarian hasta los cocineros pensando en buscar ratas o en servirsela de verdad a aquella mujer-

hm, gracias

-Habia llegado una botella más de agua que era lo que estaba a punto de pedir el gitano, le sonrio al camarero con quien tenia cierta amistad guiñándole un ojo a lo que el respondio riendo para volver a sus quehaceres sirviendo a las personas...si, el ambiente era algo incomodo si se fijaba en catherina pero esperaba que no le viera como un simple gitano sin modales-

por **Catherina Lewell** Sáb Feb 19, 2011 5:00 pm

-“Quizás he sido demasiado brusca”- Pensó mientras el desconocido se retiraba de nuevo hacia su mesa. Catherina suspiró. -“Sí, lo he sido. A saber que piensa ahora de mi… ¿Debería…pedir perdón?”- Le dio vueltas a esa pregunta y estuvo punto de levantarse e ir hacía el desconocido pero finalmente decidió dejarlo correr.

Se llevó un bocado a la boca. La comida estaba deliciosa. Cerró los ojos y cuando los abrió observó que el hombre que le había ofrecido un trozo de comida estaba guiñando un ojo con cierta familiaridad a un camarero. - “¿Se conocen? ¿De qué se conocerán? Af… ¿Y a mí que me importa?”-

Aparto de su mente a ese hombre y se centró en lo que verdaderamente le interesaba. Hacía unos días que estaba en París y ya había gastado gran parte del dinero ahorrado. Tendría que encontrar pronto una casa y un trabajo. A Catherina no le importaba en qué barrio estuviera situado la casa; solo quería que ésta fuera confortable y segura. Vale. También buscaba un lugar donde se pudiera crear una estancia “secreta” para poder elaborar pociones, hechizos, etc. Pero eso se podía arreglar con un poco de magia. En cuanto al trabajo… Bueno, en ese aspecto era un poco más exigente. Buscaba un empleo de media jornada que le permitiera tener tiempo libre para visitar la ciudad y para aprender más sobre sus poderes. Sabía que ganaría poco dinero pero con suerte esa cantidad sumada a la que le enviaba su padre mensualmente le sería suficiente para llegar a final de mes.

Catherina cerró los ojos. Estaba recordando. “Mi padre… Lo echo de menos. Ojala venga pronto a París para exportar productos aunque él al contrario que a mí no le gusta nada esta ciudad. Me preguntó por qué será…”. En ese momento, sonrió. Se le había ocurrido una brillante idea.

Miró su plato. Ya estaba acabando. Le faltaban uno o dos bocados. Levantó la mirada y llamó a un camarero que casualmente era la misma persona a la que el hombre de enfrente había guiñado un ojo. Catherina le susurró al oído unas indicaciones. El camarero sonrió, miró hacia Lionel y luego se fue.

Cuando regresó al cabo de unos minutos portaba en una de sus manos una cuenta que dejo en la mesa de Catherina y una bandeja llena de postres que dejo en la mesa del desconocido con el que ella había hablado. Observó como el camarero le explicaba que esa bandeja era cortesía de ella. Bien. Era el momento de irse.

Miró la cuenta. Ese día se había pasado. Tenía que ahorrar… Dejó el dinero en la bandeja y a continuación se puso su abrigo dispuesta a salir del local y volver al hostal antes de que fuera demasiado tarde.

por **Lionel D'Maine** Vie Feb 25, 2011 10:25 am

-Por más que miraba su plato podia encontrar mil diferencias entre la comida gitana y aquesta que tenia sobre la mesa, por ejemplo los gitanos parecian emplear ante todo condimentos naturales como los que el propio Lionel empleaba en muchas ocasiones cuando tenia que cocinar, tales como hierba-buena, azahar, romero, hierbas aromaticas que si se sabian como usar podian llegar a variar de una forma increible el sabor de las caomidas, la razon por la que no cocinaba a menudo era que no podia gastar mucho dinero y las sartenes que tenia estaban la mayor parte de ellas oxidadas debido a todos los movimientos que habia tenido que hacer dentro del fuego asi que sabia que un movimiento más y seguramente que aquella sartén acabaria por deshacerse bajo el fuego.

Dejo con una sonrisa que los dedos acariciasen los vasos saboreasen el agua y cerrasen los ojos, se habia encontrado personas que no podían pasar el tiempo si no tenian una botella de alcohol en sus manos e incluso él habia pensado asi mismo hara unos años atrás sobre todo cuando recordaba a su difunto padre pero despues su vida iba cobrando sentido poco a poco hasta que no tuvo que preocuparse por nada más, volvio a tomar su comida devorando la carne aunque no de forma exagerada muchas veces lo hacía no iba a negarlo pero no queria dar motivos a las personas que habia alli para que opinasen de Lionel que era una especie de salvaje.

Al final de unos minutos el revuelo se habia calmado, el gitano estaba comiendo como hacia normalmente en tranquilidad sin ningun revuelo mas aunque tambien habia sido cierto que algunas personas especialmente mujeres se habian marchado por si era verdad que habia ratas pero no parecia importarle al dueño esencialmente porque tenia clientes fijos como Lionel que aunque no tuvieran los bolsillos tan llenos le enseñaban a sobrevivir.

La mujer acabo antes su comida, quizas fuera porque Lionel se quedo pensando en aquello distintos sabores de la comida parisina y la comida que los gitanos preparaban, hasta que una bandeja de pasteles se habia acercado a él, penso de primeras que el camarero al ser su amigo queria recompensarle asi que cuando le iba a dcir que no hacia falta el camarero sonrio negando volviendo a señalar a la mujer que habia estado justo al lado de su mesa...abrio entonces los labios entendiendo que era lo que estab diciendo sintiendose en el fondo un poco culpable por lo que se levantó casi de pronto diciendo a su amigo que no se preocupase puesto que con mucha suavidad se colocó detrás de la mujer antes de que se fuera, murmurando algo suave-

¿Le molestaria tomar esos dulces conmigo, mademoiselle?

por **Catherina Lewell** Lun Feb 28, 2011 3:05 pm

-“Será un placer”- Dijo Catherina mientras esbozaba una sonrisa pícara y se daba la vuelta para mirar directamente a Lionel. –Perdone por lo de antes. He sido un poco… Bueno, ya me entiende. Espero que le haya molestado demasiado…”.

Se desplazó hacía la mesa donde momentos antes cenaba el hombre. Mientras se desabrochaba de nuevo el abrigodesvió la mirada hacía el plato de postres. “Um… ¡Parecen deliciosos! “ Comentó. –“¡Oh! Perdone. No me he presentado. Me llamo Catherina Lewell. Encantada de conocerle…”-. Apoyó su chaqueta en el respaldo y se sentó en frente de Lionel. Luego le sonrió y espero a que fuera el primero el que hiciera los honores y que diera el primer bocado a esas deliciosas pastas.

En ese momento le vino a la mente un recuerdo de su infancia. Tendría unos 5 o 6 años y estaba sentada en la mesa de la cocina. Su madre estaba horneando unos pasteles porque ese día tenían invitados. Normalmente, la trataba mal y no la dejaba estar con ella en la misma habitación pero esa tarde, quizás por el olor que desprendían los pasteles, la invitó a comerse uno con ella. ¡Hasta le hizo reír! Probablemente si tuviera que elegir un recuerdo con su madre sería ese.

Catherina suspiró a causa de la emoción que le causo el recuerdo pero sonrió porque sabía que estaba rodeada de gente y que probablemente en esos instantes el desconocido la estaba mirando. Si se hubiera encontrado sola… seguramente se habría puesto a llorar pero ella odiaba que personas que no conocían la viesen mal. Así que apartó esos pensamientos de su cabeza y se centró en el hombre.

Lo sonrió y luego miró a su alrededor. –“Parece que nos estamos quedando solos. El espolio que ha provocada la señora de la rata ha causado que muchas personas se fueran… Pero bueno, supongo que alguna gente es demasiado… escrupulosa.”- Dijo Catherina mientras cogía un trozo de pastel y le daba un pequeño mordisco. El postre estaba delicioso. Era uno de sus preferidos: de chocolate relleno de mermelada de fresa con nata. “Um… ¡Esta delicioso! ¡La gente que se ha ido no sabe lo que se pierde!”

por **Lionel D'Maine** Vie Mar 25, 2011 11:28 am

-Cuando se volteó la esperanza crecio en el interior de Lionel que ya temia que se hubiera enfadado por lo que habia dicho y se marchase, nego en cuando ella habia mencionado aquello, aquellas disculpas que en verdad no debian de ser pronunciadas puesto que no habia sido muy cortes de su parte haber actuado de ese modo, en el campamento gitano como muchas veces se encargaba de los niños pequeños les daba de comer de ese modo por eso la mayor parte de las veces se le olvidaba de que no se encontraba en el campamento gitano y actuaba como lo haria con los suyos-

No, no tiene que preocuparse o disculparse ya que despues de todo ha sido culpa mia

-Reconocio con una sonrisa en los labios caminando con ella hacia la mesa sonriendo al ver que se habia encontrado con otra persona que gustaba del dulce tanto como él, Lionel era alguien que muchas veces habia reservado dinero solamente para comprarse un caramelo o un pastel para compartir con los demas pero tomando siempre el primer y ultimo trozo que para él, eran los más deliciosos, se fijó un poco mejor en los postres relamiendose incluso.

Tenia razon, aunque se veian realmente exquisitos, los pastelitos y los fondos de azucar le estaban haciendo sonreir inconsciente porque los dulces se comian mejor cuando estabas acompañado, era mucho mejor saborearlo cuando se podia presumir con alguien, volvio a colocar las manos en los cabellos apartandolo de su rostro sonriendo cuando ella habia dicho su nombre, no tardo en inclinarse de nuevo con caballerosidad, antes no lo habia mostrado el hecho de que podia tener modales por ello a lo mejor ahora queria que se diera cuenta de que no era un cualquiera como habia actuado antes-

Mi nombre es Lionel, Lionel D'Maine aunque no se si te lo he dicho antes

-Rio con cierta ternura, bromeando mientras acaricio un pastelito señalandolo como suyo de una forma dulce, se relamio, era un pastel como los que mas le gustaba, parpadeo cuando ella menciono de que las personas se habian ido...miró a su alrededor, no queria avergonzarse a si mismo diciendo que en verdad no se habia dado cuenta de que no se habian marchado porque cuando estaba comodo o cuando tenia a un dulce delante de sus narices era tipico de el no prestar demasiada atencion a lo que se encontraba en frente de el, asi que el hecho de que la gente se estuviera marchando paso desapercibido para él.-

Creo que ya sabemos que ella puso la rata, he estado mil veces en este sitio y nunca he visto que tuvieran una mala higiene es más puedo considerar hasta que tienen mejor higiene que yo

-Bromeo con una sonrisa tomando finalmente el pastel que habia señalado para darle un suave mordisco, no queria comportarse como alguien sin modales porque queria mostrar que los tenia aunque no se podia remediar el hecho de lamerse los dedos o de intentar no desmenuzar el pastel que la mayor parte de las veces se destrozaba porque era demasiado blando tanto el relleno como el humedo bizcocho, fue entonces cuando se tapo los labios y señalo los dulces-

¿Cual es tu favorito? El mio es sin duda el pastel de crema.

por **Catherina Lewell** Dom Mar 27, 2011 6:50 am

-Encantada de conocerle, Lionel D’Maine. –

Dejo un pastelito medio mordido en el plato luego se limpio las manos y se coloco bien el vestido. Cuando acabo al cabo de unos segundos volvió a coger el postre y se lo acabó de un mordisco. “Um… que ricos que están… Tendré que venir más veces…” Pensó apartándose un mechón de pelo de la cara.

-“Sí. Yo también pienso que lo ha hecho apropósito para conseguir una cena gratis. Bueno, me alegro de que me confirme que este sitio es “limpio”… Ahora sí que no me arrepiento de haberme quedado cuando esa mujer ha montado todo ese escándalo. “- Dijo mientras se alejaba de la mesa y apoyaba su espalda en el respaldo de la silla. – “Um… el pastel de crema es delicioso pero mi preferido es sin duda el de cabello de ángel… ¡Esta riquísimo! “– Comentó entusiasmada mientras cogía uno de sus pasteles preferido y se lo ofrecía a Lionel. – “Pruébatelo… Quizás cambies de opinión” –

Catherina era muy curiosa y le encantaba saber todo de las personas que conocía. Observó a Lionel. –“¿Cuál será su historia? ¿y la de sus cicatrices en su piel? ¿Estará cansado? Parece que este… Triste… Quién sabe… Quizás mi impresión.”- Pensó mientras se mordía el labio evitando que esas preguntas se verbalizaran. En otros tiempos no habría tenido reparos en formular esas preguntas en voz alta pero había aprendido que algunas cuestiones tenían que esperar y que solo podían formularse cuando se tenía mucha confianza con esa persona. Suspiro…

…un recuerdo le vino a la mente. Tendría 8 años. Sus padres estaban nerviosos porque aquella noche tenían una cena muy importante. Catherina estaba feliz porque ese día su padre le había regalado un vestido para la ocasión. Llegaron los invitados; se trataba de una pareja que aproximadamente tenía la misma edad de sus padres. La cena empezó y la pareja hablaba mucho con ella. Catherina en aquella época era una niña y aún no tenía claras las reglas sociales así que en un momento dado preguntó inocentemente a la pareja porque no tenían hijos. La cena se acabó en esos instantes. La pareja se levantó y se fue sin decir nada. Su madre le grito y…
Unos días después, su padre le explico que había cosas que no podía preguntar. En ese momento no lo comprendía pero a partir de ese momento tuvo mucho cuidado con lo que decía y hacía… Aunque no podía evitar ser impulsiva y, en muchas ocasiones, decía cosas sin pensar.

De repente se dio cuenta de que llevaba un buen rato con la mirada fija en el hombre y la desvió. –“Creo que deberíamos irnos. Somos los últimos y…”- Fijo la mirada en un camarero. –“Creo que están esperando a que nos levantamos para cerrar”- Rió Catherina mientras miraba el plato de postres. –“Podríamos llevarnos los tres pasteles que quedan…”- Comentó esperando la opinión de Lionel.

por **Lionel D'Maine** Vie Abr 15, 2011 9:58 am

Nunca los he probado...pero tienen una pinta estupenda

-Una risa salio de sus labios mientras recordaba que nunca habia probado un pastel relleno de cabello de angel, él no habia tenido la oportunidad de poder comprarlos porque eran muy caros o los caprichos que podía darse eran precisamente los que menos podía tomar, por ejemplo, una vez a la semana o cada dos semanas compraba un pastel barato o alguna oferta de dulces en el mercado lejos de la ciudad que estaban a buen precio e incluso sabian mejores que los propios dulces parisinos que tan loco le volvian ya que debido a su dinero solo podia probar los de crema o los de chocolate que eran los unicos que alcanzaba el bolsillo.

Parpadeó cuando le tendió el pastel con una sonrisa, mirandola dió un primer bocado y luego salió un "mmmm" de su boca, estaba delicioso porque tenia una textura esponjosa y agradable al paladar, recordó entonces a una de las gitanas que le enseño como hacian los dulces de chocolate aunque Lionel era siempre un negado para aquello, lo removia muy muy fuerte y muchas veces, "para tenerlo mas esponjoso" decia ella mientras el gitano miraba todo lo que hacia con los labios abiertos comprobando luego lo que hacia aquel arduo trabajo, un sabor mucho mas suave y al mismo tiempo mucho más esponjoso.

Se sentía observado, él que era un observador nato podia saber cuando le estaban mirando y cuando no asi que no fue extraño encontrar su mirada con la ajena mientras Lionel le respondia con una sonrisa suave y terminaba el pastel entregandole uno en la mano, tenia razon, era cierto que si él se ponia en la piel del dueño del restaurante seguramente estaria llevandole las manos a la cabeza por la perdida de los clientes pero al mismo tiempono tendria que preocuparme si los habituales venian, vió a su alrededor, estaban solo sy como decia el camarero estaba mirandoles.

Levantó la mano para que acudiese lo cual fué muy sencillo ya que tenia la mirada sobre ellos, Lionel señaló los pasteles y preguntó si podian llevarse los pasteles, el sonrio asintiendo y se metio en la cocina saliendo con un envase de cartón donde colocó los pasteles que quedaban, con una sonrisa se levantó inclinándose caballerosamente ante catherina mientras susurraba-

¿Conoce algun sitio para tomarnos estos pasteles con tranquilidad?

por **Catherina Lewell** Miér Abr 20, 2011 10:21 am

Catherina observó a Lionel mientras éste esbozaba una sonrisa.” ¿Qué estará pensando?” Alzó una ceja. Odiaba ser bruja y no poder saber los pensamientos que tenían los demás. “A lo mejor algo que he dicho le ha resultado gracioso. Si. Probablemente sea eso.” Intentó autoconvencerse.

Vio cómo Lionel se comía el dulce que le había ofrecido. “¿Le habrá gustado? Parece que sí. “ Pensó mientras se tocaba el pelo y se lo recolocaba. Desvió la mirada hacía el camarero que en ese momento empezó a caminar hacía su mesa atendiendo a un gesto que su acompañante había esbozado sin que ella se diera cuenta. Sonrió. Le gustaban los hombres que tenían cierta iniciativa aunque no demasiada ya que sabía que en muchas ocasiones eso se podía volver en su contra… Lo había comprobado cuando vivió con su difunto marido que hacía todo lo posible por suprimirla, por anularla… En los últimos tiempos Catherina ya no tenía ni fuerzas para contradecirle y parecía un alma en pena. No quería volver a estar así... ¡JAMAS!

Suspiró y se obligó a escuchar a Lionel que en ese momento le hacía una pregunta. “Um… no estoy segura. Para serle sincera… No conozco ningún lugar. Hace apenas unos días que he pisado la ciudad y aún no he tenido tiempo de recorrer y de conocer muchos lugares. ¿Usted conoce alguno? Si quedarán pocos pasteles podríamos sentarnos en algún lugar cerca de aquí… ¿Qué le parece?- Comentó Catherina mientras pensaba en algún lugar cerca de allí en el qué pudieran relajarse un rato. Suspiró ya que no se le ocurría nada y se levantó. Recogió su abrigo y sonrió a Lionel. No sabía porqué pero era una persona que le inspiraba mucha confianza y ternura. “¿Por qué será?” Se preguntó mientras caminaba hacia la puerta y se despedía de los camareros: “Buenas noches. Gracias por la comida. Estaba deliciosa”.

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