AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
Némesis [Privado]
4 participantes
Página 1 de 2.
Página 1 de 2. • 1, 2
Némesis [Privado]
El frío comenzaba a calar el alba de las calles de París, haciendo de las mañanas una odisea entre el calor corporal y el resto de la naturaleza. Ni siquiera se escuchaba el trinar de los primeros pajarillos del día, pero el repiqueteo sordo de los cascos de un caballo resonaba por las calles que llevaban a la plaza de Tertre.
Ningún mortal en su sano juicio habría salido de casa, había helado aquella noche y la lumbre de las chimeneas de los hogares seguía encendida. Sólo el demonio de ojos helados que cabalgaba hacia la nueva sede de la Orden de Hellsing.
Sólo existía un motivo por el que un hechicero se atreviera a encaminarse solo y a plena luz del día a la morada de bestias sanguinarias que clamarían por su sangre en cuanto cayera la noche... una tregua. Un pacto de no agresión entre dos de las tres facciones más poderosas de lo sobrenatural en el mundo humano.
Vampiros, Brujos y Cazadores, razas de por sí enfrentadas durante siglos, habían llegado a un punto de no retorno en el que se decidiría el destino de los pobres humanos inocentes que descansaban ignorantes en sus casas. Matar o morir.
Y un nuevo líder de Hellsing en Francia, Axel Blackmore.
Su predecesor había intentado mantener un pacto de no agresión con los brujos de la Logia, pero la falta de organización y de control sobre sus cazadores había derivado en un gran número de muertes innecesarias en ambos bandos.
Pero la Orden parecía haber saneado su cima, y con ello, la oportunidad empujó a Cirilla a volver a pactar sobre las relaciones entre ambas facciones, que podían tanto otorgar ventajas a ambos bandos como llevarlos a la destrucción más absoluta.
Pero contra todo pronóstico, Blackmore y Cirilla habían terminado llegando a un acuerdo después de tres sesiones de discusión en territorio neutral. Ningún cazador tocaría a un brujo que no hubiera cometido un delito. A cambio, los servicios mágicos de la Logia estarían a disposición de los Cazadores para la encarnizada lucha que cada vez se volvía más peligrosa: la caza de vampiros.
Pero los brujos tenían fama de ser manipuladores, por lo que la bruja que dirigía la Logia se vio obligada a ceder en algunos puntos. Cirilla había decidido enviar a un representante, un emisario que colaboraría con ellos en dicha batalla para probar sus buenas intenciones hasta que las dudas iniciales se resolviesen y pudieran comenzar a colaborar juntos, un mago de exquisitos poderes que probaría el poder y la clase de la Logia, y su valor como aliado potencial.
Y de entre todos los brujos, Cirilla escogió a alguien que apenas llevaba seis meses entre sus filas, destacando entre todos como el más joven y brillante hechicero de su generación.
Stein Ackerman.
Frené mi montura y desmonté frente al portón de madera que franqueaba la entrada a la fortaleza. El vaho salía de mi boca en cada respiración, pero no sentía el frío. La adrenalina dominaba mi cuerpo, pensando en el abanico de posibilidades que se abría ante mis ojos cuando Cirilla de Rivia me había designado como emisario entre los Cazadores. Hacía seis meses que había decidido unirme a ellos, ocho desde que llegué a París dispuesto a cumplir mi venganza. Despojaría a mi hermana, Xaryne Ackerman, de todo lo que amaba para después matarla y vengar la muerte de mi madre. Pero la venganza se sirve en plato frío.
Atravesé los portones después de presentarme al guardia apostado en la puerta, parecía que me esperaban. Me habían mandado directamente al despacho de Blackmore. Bien, así podría analizar al carismático líder que parecía haber embelesado a todo el gremio de Hellsing, tanto que se hablaba de sus dotes de liderazgo y la unión que había conseguido entre los suyos con tan poco tiempo al mando. Era bueno, práctico y había conseguido un trato con Cirilla, por lo que tendría que andarme con cuidado.
Subí las escaleras de piedra de la sede y llegué a una puerta de madera tallada donde podía leerse "Axel Blackmore" en letras doradas. Se notaba la categoría desde la puerta. Llamé dos veces golpeando con suavidad la puerta y una voz profunda me invitó a pasar. Compuse mi mejor sonrisa y la mirada color hielo que me caracterizaba. Iría modulando mi actuación según fuera observando a mi interlocutor, pero había investigado; y el hecho de que pareciera ser el perfecto caballero inglés me daba muchas pistas sobre rasgos generales de su personalidad.
Puntuales, irónicos y educados, así era el carácter británico.
Me acerqué a la mesa y observé al capitán, que me esperaba de pie y cuadrando los hombros. Éramos de altura parecida, y su rostro moreno y serio, pero con tinte cordial y sereno, me indicó sin lugar a dudas que había nacido para ser un líder. Sus habilidades sociales y su sentido del honor seguramente encajarían perfectamente con su aspecto de lord. Nos estrechamos cálidamente la mano y me apresuré a presentarme con voz profunda y tranquila.
- Buenos días, capitán Blackmore, me llamo Stein Ackerman y seré el enviado de la Logia para estrechar lazos con la orden. No dude en disponer de mis habilidades como mejor le parezca. Pero supongo que en realidad ya sabe quién soy. - incliné un poco la cabeza en señal de respeto pero sin dejar de mirarle a los ojos. Elstaba claro que mi apellido le sonaría, aunque no añadí nada más.
Mi hermana era una leyenda en la Orden y pocas personas sabían que tenía un hermano, mucho menos brujo, psicópata y sin escrúpulos.
Ningún mortal en su sano juicio habría salido de casa, había helado aquella noche y la lumbre de las chimeneas de los hogares seguía encendida. Sólo el demonio de ojos helados que cabalgaba hacia la nueva sede de la Orden de Hellsing.
Sólo existía un motivo por el que un hechicero se atreviera a encaminarse solo y a plena luz del día a la morada de bestias sanguinarias que clamarían por su sangre en cuanto cayera la noche... una tregua. Un pacto de no agresión entre dos de las tres facciones más poderosas de lo sobrenatural en el mundo humano.
Vampiros, Brujos y Cazadores, razas de por sí enfrentadas durante siglos, habían llegado a un punto de no retorno en el que se decidiría el destino de los pobres humanos inocentes que descansaban ignorantes en sus casas. Matar o morir.
Y un nuevo líder de Hellsing en Francia, Axel Blackmore.
Su predecesor había intentado mantener un pacto de no agresión con los brujos de la Logia, pero la falta de organización y de control sobre sus cazadores había derivado en un gran número de muertes innecesarias en ambos bandos.
Pero la Orden parecía haber saneado su cima, y con ello, la oportunidad empujó a Cirilla a volver a pactar sobre las relaciones entre ambas facciones, que podían tanto otorgar ventajas a ambos bandos como llevarlos a la destrucción más absoluta.
Pero contra todo pronóstico, Blackmore y Cirilla habían terminado llegando a un acuerdo después de tres sesiones de discusión en territorio neutral. Ningún cazador tocaría a un brujo que no hubiera cometido un delito. A cambio, los servicios mágicos de la Logia estarían a disposición de los Cazadores para la encarnizada lucha que cada vez se volvía más peligrosa: la caza de vampiros.
Pero los brujos tenían fama de ser manipuladores, por lo que la bruja que dirigía la Logia se vio obligada a ceder en algunos puntos. Cirilla había decidido enviar a un representante, un emisario que colaboraría con ellos en dicha batalla para probar sus buenas intenciones hasta que las dudas iniciales se resolviesen y pudieran comenzar a colaborar juntos, un mago de exquisitos poderes que probaría el poder y la clase de la Logia, y su valor como aliado potencial.
Y de entre todos los brujos, Cirilla escogió a alguien que apenas llevaba seis meses entre sus filas, destacando entre todos como el más joven y brillante hechicero de su generación.
Stein Ackerman.
Frené mi montura y desmonté frente al portón de madera que franqueaba la entrada a la fortaleza. El vaho salía de mi boca en cada respiración, pero no sentía el frío. La adrenalina dominaba mi cuerpo, pensando en el abanico de posibilidades que se abría ante mis ojos cuando Cirilla de Rivia me había designado como emisario entre los Cazadores. Hacía seis meses que había decidido unirme a ellos, ocho desde que llegué a París dispuesto a cumplir mi venganza. Despojaría a mi hermana, Xaryne Ackerman, de todo lo que amaba para después matarla y vengar la muerte de mi madre. Pero la venganza se sirve en plato frío.
Atravesé los portones después de presentarme al guardia apostado en la puerta, parecía que me esperaban. Me habían mandado directamente al despacho de Blackmore. Bien, así podría analizar al carismático líder que parecía haber embelesado a todo el gremio de Hellsing, tanto que se hablaba de sus dotes de liderazgo y la unión que había conseguido entre los suyos con tan poco tiempo al mando. Era bueno, práctico y había conseguido un trato con Cirilla, por lo que tendría que andarme con cuidado.
Subí las escaleras de piedra de la sede y llegué a una puerta de madera tallada donde podía leerse "Axel Blackmore" en letras doradas. Se notaba la categoría desde la puerta. Llamé dos veces golpeando con suavidad la puerta y una voz profunda me invitó a pasar. Compuse mi mejor sonrisa y la mirada color hielo que me caracterizaba. Iría modulando mi actuación según fuera observando a mi interlocutor, pero había investigado; y el hecho de que pareciera ser el perfecto caballero inglés me daba muchas pistas sobre rasgos generales de su personalidad.
Puntuales, irónicos y educados, así era el carácter británico.
Me acerqué a la mesa y observé al capitán, que me esperaba de pie y cuadrando los hombros. Éramos de altura parecida, y su rostro moreno y serio, pero con tinte cordial y sereno, me indicó sin lugar a dudas que había nacido para ser un líder. Sus habilidades sociales y su sentido del honor seguramente encajarían perfectamente con su aspecto de lord. Nos estrechamos cálidamente la mano y me apresuré a presentarme con voz profunda y tranquila.
- Buenos días, capitán Blackmore, me llamo Stein Ackerman y seré el enviado de la Logia para estrechar lazos con la orden. No dude en disponer de mis habilidades como mejor le parezca. Pero supongo que en realidad ya sabe quién soy. - incliné un poco la cabeza en señal de respeto pero sin dejar de mirarle a los ojos. Elstaba claro que mi apellido le sonaría, aunque no añadí nada más.
Mi hermana era una leyenda en la Orden y pocas personas sabían que tenía un hermano, mucho menos brujo, psicópata y sin escrúpulos.
Stein Ackerman- Hechicero Clase Media
- Mensajes : 114
Fecha de inscripción : 01/11/2016
Re: Némesis [Privado]
Cinco horas. Esa era la media de tiempo que dormía desde que había llegado a París. En unos cuantos meses había conseguido arraigar algunas de sus ideas entre los cazadores y empezar a construir un equipo, una familia bien avenida. Tenía a Xaryne entrenando a los novatos, a buena parte de los cazadores más carismáticos haciendo uso de las instalaciones de la plaza de Tertre, de forma que se estaba convirtiendo en punto de reunión para todos ellos. En el programa de aprendizaje tenían tambien a las viejas glorias que ya estaban retiradas y a Aveline, que no sólo supervisaba los entrenamientos y planificaba las clases magistrales con los mejores cazadores en cada especialidad, sino que la hermana del senescal estaba muy implicada en todo, ya que su hermano era el único amor de su vida a ciencia cierta.
Habían creado un arsenal y tenían gente trabajando para perfeccionar y forjar armas más letales. Así luego las probaban los cazadores y con sus opiniones las mejoraban o descartaban. Tenían también una sala de descanso donde siempre había comida y bebida, tanto para los jóvenes como para los que fueran por allí a entrenar o a pasar el rato. Una biblioteca con tomos antiguos donde venía mucha información sobre el mundo sobrenatural o el arte de la caza y la trampería. La Arena y la sala de entrenamientos era un lujo, tenía todo tipo de material para simular un nido de sanguijuelas, una casa, un túnel…y poder practicar en situaciones más parecidas a las reales. Disponían de despachos, habitaciones para alojar a algun cazador que lo necesitase de forma temporal, y multitud de gente trabajando a todas horas para hacer que los cazadores tuvieran una vida un poco más fácil.
El proyecto había empezado a rodar y no se debía descuidar ningun flanco. La Logia y La Orden habían tenido tratos en el pasado, y así debía seguir. Ni unos ni otros se fiaban de los de otro bando, pero habían aprendido a convivir en el pasado y a colaborar. Los hechiceros no estaban en el punto de mira de los cazadores de la misma forma que otras criaturas. Los vampiros, cambiantes, demonios y todo tipo de subcriaturas eran razas a las que se daba caza y muerte, a ser posible selectivamente, porque era tontería gastar esfuerzos y perder efectivos en matar morralla y peones. Ellos debía apuntar a objetivos estratégicos. Los brujos eran harina de otro costal. Si no mataban humanos, no valía la pena cazarlos, el coste no justificaba la inversión. Sobre este tema hablaron Axel y Cirilla largo y tendido y decidieron colaborar de nuevo, tender puentes. Designarían un consejero por cada facción y empezarían de nuevo a ayudarse como en los viejos tiempos.
Blackmore le tendió la mano a Stein, y le ofreció una bebida, como era costumbre entre la gente de buenos modales.
— Buenos días señor Ackerman. Bienvenido a la sede de la Orden, es un placer.— El capitán tenía ese porte elegante y ese tono de voz y maneras que dejaban relucir su capacidad de liderar. Escrutó al hechicero y descubrió muchos rasgos de Xaryne en su fisonomía. Tenía reportes de él, y sabía que era un brujo con poderes mentales.— Evidentemente sé quién es, hacemos bien nuestro trabajo, su hermana es una de las mejores, pero eso ya lo sabe. ¿Quiere alguna cosa? lo que necesite no dude en pedírmelo. — Su tono era correcto y afable.— Veamos. Empecemos con buen pie esta reunión si le parece. Sé que usted puede controlar mentalmente a la gente. Le pido desde ya que no lo haga aquí dentro. Estos nuevos acuerdos beneficiosos para todos nosotros se tambalearían si a usted le da por jugar. Le considero un hombre extremadamente inteligente, no me defraude.— Al capitán no le tiembla el pulso cuando se trata de sostener la mirada, tiene un aplomo a prueba de balas.— Me encantaría tratar los aspectos más detallados de su trabajo aquí, pero como comprenderá, al igual que Cirilla, mis obligaciones me reclaman. He designado a otra persona para que se reuna con usted cuando así lo programen. Es de mi entera confianza, y cuando hable con ella es como si lo hiciera conmigo.
Se levantó del asiento y fue a la puerta, abriéndola y dejando que entrase en el despacho la susodicha.
— Lady Aveline Faith Blackmore, Stein Ackerman. Sí, como puede suponer no hay muchos Blackmores a este lado del canal.— Aveline venía de entrenar y llevaba puesto el traje de cuero burdeos. Estrechó la mano de Stein.
— No hacía falta tanta pompa, Lord Axel Emory Blackmore…— sonrió de medio lado a su hermano y clavó sus ojos en el hermano de Xaryne. Vaya. Estaba bueno, pero menos que ella. ¿Sería igual de borde? Ojalá, iba a divertirse mucho con un brujo de tres al cuarto que no le llegaría a Xaryne ni a la altura de la suela del zapato. La Parca no se andaba co rodeos cuando quería decir alguna cosa, aunque sus modales no eran tan bruscos como los de la alemana.— Un placer. Nos aguarda una gran cantidad de trabajo por delante, así que espero que no sea usted un… blando.
Habían creado un arsenal y tenían gente trabajando para perfeccionar y forjar armas más letales. Así luego las probaban los cazadores y con sus opiniones las mejoraban o descartaban. Tenían también una sala de descanso donde siempre había comida y bebida, tanto para los jóvenes como para los que fueran por allí a entrenar o a pasar el rato. Una biblioteca con tomos antiguos donde venía mucha información sobre el mundo sobrenatural o el arte de la caza y la trampería. La Arena y la sala de entrenamientos era un lujo, tenía todo tipo de material para simular un nido de sanguijuelas, una casa, un túnel…y poder practicar en situaciones más parecidas a las reales. Disponían de despachos, habitaciones para alojar a algun cazador que lo necesitase de forma temporal, y multitud de gente trabajando a todas horas para hacer que los cazadores tuvieran una vida un poco más fácil.
El proyecto había empezado a rodar y no se debía descuidar ningun flanco. La Logia y La Orden habían tenido tratos en el pasado, y así debía seguir. Ni unos ni otros se fiaban de los de otro bando, pero habían aprendido a convivir en el pasado y a colaborar. Los hechiceros no estaban en el punto de mira de los cazadores de la misma forma que otras criaturas. Los vampiros, cambiantes, demonios y todo tipo de subcriaturas eran razas a las que se daba caza y muerte, a ser posible selectivamente, porque era tontería gastar esfuerzos y perder efectivos en matar morralla y peones. Ellos debía apuntar a objetivos estratégicos. Los brujos eran harina de otro costal. Si no mataban humanos, no valía la pena cazarlos, el coste no justificaba la inversión. Sobre este tema hablaron Axel y Cirilla largo y tendido y decidieron colaborar de nuevo, tender puentes. Designarían un consejero por cada facción y empezarían de nuevo a ayudarse como en los viejos tiempos.
Blackmore le tendió la mano a Stein, y le ofreció una bebida, como era costumbre entre la gente de buenos modales.
— Buenos días señor Ackerman. Bienvenido a la sede de la Orden, es un placer.— El capitán tenía ese porte elegante y ese tono de voz y maneras que dejaban relucir su capacidad de liderar. Escrutó al hechicero y descubrió muchos rasgos de Xaryne en su fisonomía. Tenía reportes de él, y sabía que era un brujo con poderes mentales.— Evidentemente sé quién es, hacemos bien nuestro trabajo, su hermana es una de las mejores, pero eso ya lo sabe. ¿Quiere alguna cosa? lo que necesite no dude en pedírmelo. — Su tono era correcto y afable.— Veamos. Empecemos con buen pie esta reunión si le parece. Sé que usted puede controlar mentalmente a la gente. Le pido desde ya que no lo haga aquí dentro. Estos nuevos acuerdos beneficiosos para todos nosotros se tambalearían si a usted le da por jugar. Le considero un hombre extremadamente inteligente, no me defraude.— Al capitán no le tiembla el pulso cuando se trata de sostener la mirada, tiene un aplomo a prueba de balas.— Me encantaría tratar los aspectos más detallados de su trabajo aquí, pero como comprenderá, al igual que Cirilla, mis obligaciones me reclaman. He designado a otra persona para que se reuna con usted cuando así lo programen. Es de mi entera confianza, y cuando hable con ella es como si lo hiciera conmigo.
Se levantó del asiento y fue a la puerta, abriéndola y dejando que entrase en el despacho la susodicha.
— Lady Aveline Faith Blackmore, Stein Ackerman. Sí, como puede suponer no hay muchos Blackmores a este lado del canal.— Aveline venía de entrenar y llevaba puesto el traje de cuero burdeos. Estrechó la mano de Stein.
— No hacía falta tanta pompa, Lord Axel Emory Blackmore…— sonrió de medio lado a su hermano y clavó sus ojos en el hermano de Xaryne. Vaya. Estaba bueno, pero menos que ella. ¿Sería igual de borde? Ojalá, iba a divertirse mucho con un brujo de tres al cuarto que no le llegaría a Xaryne ni a la altura de la suela del zapato. La Parca no se andaba co rodeos cuando quería decir alguna cosa, aunque sus modales no eran tan bruscos como los de la alemana.— Un placer. Nos aguarda una gran cantidad de trabajo por delante, así que espero que no sea usted un… blando.
Axel Blackmore- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 144
Fecha de inscripción : 07/12/2016
Re: Némesis [Privado]
Escuché el discurso del capitán Blackmore en actitud crítica. Mis motivos para estar en la Logia no eran, ni con mucho, los que parecían desde fuera. La Logia daba acceso a libros de hechizos muy poderosos, lo que compensaba en tener que lidiar tanto con hechiceros como con Cazadores. Además de que infiltrándome como emisario en la Orden tenía acceso a las mentes de todos ellos. Habían enviado al hechicero más brillante, pero se arrepentirían de ello. Completaría mi venganza, a toda costa, y para ello primero tenía que despojar a Xaryne de todo lo que le improtaba mínimamente. Empezando por aquella nueva Orden que pretendía instaurar el nuevo senescal. Asentí a lo que dijo Blackmore cuando me dirigió aquella amenaza velada al mencionar mis poderes mentales. Por supuesto, no delataría mis oscuras intenciones ante nadie, y para eso tenía que hacerme pasar por un noble y arrepentido Stein, ya que en cuanto Xaryne me viera todos sabrían de mis delitos. La vía del hombre arrepentido era mi mejor opción. Entonces, Blackmore dijo que tenía asuntos que atender y abrió la puerta.
La hermana del Senescal, Aveline Faith Blackmore, entró en el despacho; y si no fuera porque estaba acostumbrado a egos de fuerza mayor, me hubiera caído al suelo. Aquella mujer destilaba poderío y letalidad por cada poro de su blanca piel.
Parecía la perfecta lady inglesa, en complemento a su hermano, el líder del cotarro. Eran el tipo de gente que quedaría bien en los periódicos locales, eso si la Orden no fuera secreta a ojos de los mortales sin poderes.
Aveline me dirigió una inquisitiva mirada, analizándome en profundidad desde su altar de elitismo y sonrió. Era una verdadera belleza. Sus ojos verdes me escrutaron y lo que dijo hizo que me relamiera por dentro. ¿Me había llamado blando? Así que tenían lenguas viperinas además de músculos en Hellsing. Incliné un poco la cabeza en señal de saludo y sonreí de lado clavando mis ojos zafiro en ella.
- De todas las palabras con las que me han descrito, es usted la primera que me llama blando, Lady Aveline. - hablé con voz profunda y extendí mi aura de atracción con suavidad por el despacho. - ¿Cuál será nuestra primera tarea?
Evaluaría a Aveline, que parecía ser una pieza clave de todo este montaje de la orden. Y cuando tuviera sus puntos débiles, la dejaría completamente a mi merced.
La hermana del Senescal, Aveline Faith Blackmore, entró en el despacho; y si no fuera porque estaba acostumbrado a egos de fuerza mayor, me hubiera caído al suelo. Aquella mujer destilaba poderío y letalidad por cada poro de su blanca piel.
Parecía la perfecta lady inglesa, en complemento a su hermano, el líder del cotarro. Eran el tipo de gente que quedaría bien en los periódicos locales, eso si la Orden no fuera secreta a ojos de los mortales sin poderes.
Aveline me dirigió una inquisitiva mirada, analizándome en profundidad desde su altar de elitismo y sonrió. Era una verdadera belleza. Sus ojos verdes me escrutaron y lo que dijo hizo que me relamiera por dentro. ¿Me había llamado blando? Así que tenían lenguas viperinas además de músculos en Hellsing. Incliné un poco la cabeza en señal de saludo y sonreí de lado clavando mis ojos zafiro en ella.
- De todas las palabras con las que me han descrito, es usted la primera que me llama blando, Lady Aveline. - hablé con voz profunda y extendí mi aura de atracción con suavidad por el despacho. - ¿Cuál será nuestra primera tarea?
Evaluaría a Aveline, que parecía ser una pieza clave de todo este montaje de la orden. Y cuando tuviera sus puntos débiles, la dejaría completamente a mi merced.
Stein Ackerman- Hechicero Clase Media
- Mensajes : 114
Fecha de inscripción : 01/11/2016
Re: Némesis [Privado]
La Parca le hizo un gesto a su hermano y éste levantó la mano a modo de despedida para centrarse en su montaña de papeles.
— Venga por aquí, le enseñaré las instalaciones.— Salieron del despacho de Axel y empezó por los pasillos explicándole dónde estaban las dependencias más utilizadas etc.
— Tenga claro que no puede ir y venir a su antojo, estoy segura de que la Logia no me dejará entrar en su querida biblioteca y rebuscar entre sus papelotes a placer. Pues aquí tampoco. De todas formas nada de lo que pueda interesarle se guarda aquí, no estamos tan locos.
Salieron al patio y había unos novatos practicando con los arcos, los había dejdo haciendo tareas que podían practicar ellos solos.
— Nuestro primer trabajo consistirá en revisar todos los informes de los últimos consejeros que hubo, lo que vienen a ser nuestros antecesores. Guardamos un registro en este despacho.— Entraron a una sala y sobre la mesa había algunas carpetas de informas manuscritos.— Los tiempos han cambiado, y nosotros pondremos nuestro propio sello, pero creo que sería interesante conocer el trabajo de los que nos precedieron. ¡Oh! ya sé que no es divertido, pero no sé qué esperaba.
Tomó asiento casi saltando sobre la butaca y alargó la mano para agarrar una carpeta. A su izquierda había un mueble bar y una bandeja con pastas. Se apoderó de una de ellas y la mordisqueó. Subió los pies sobre la mesilla poniendose cómoda.
— Bienvenido al mundo de la política, Ackerman. .— Le guiñó un ojo y terminó de comerse la pasta pasando hojas de la carpeta.
— Venga por aquí, le enseñaré las instalaciones.— Salieron del despacho de Axel y empezó por los pasillos explicándole dónde estaban las dependencias más utilizadas etc.
— Tenga claro que no puede ir y venir a su antojo, estoy segura de que la Logia no me dejará entrar en su querida biblioteca y rebuscar entre sus papelotes a placer. Pues aquí tampoco. De todas formas nada de lo que pueda interesarle se guarda aquí, no estamos tan locos.
Salieron al patio y había unos novatos practicando con los arcos, los había dejdo haciendo tareas que podían practicar ellos solos.
— Nuestro primer trabajo consistirá en revisar todos los informes de los últimos consejeros que hubo, lo que vienen a ser nuestros antecesores. Guardamos un registro en este despacho.— Entraron a una sala y sobre la mesa había algunas carpetas de informas manuscritos.— Los tiempos han cambiado, y nosotros pondremos nuestro propio sello, pero creo que sería interesante conocer el trabajo de los que nos precedieron. ¡Oh! ya sé que no es divertido, pero no sé qué esperaba.
Tomó asiento casi saltando sobre la butaca y alargó la mano para agarrar una carpeta. A su izquierda había un mueble bar y una bandeja con pastas. Se apoderó de una de ellas y la mordisqueó. Subió los pies sobre la mesilla poniendose cómoda.
— Bienvenido al mundo de la política, Ackerman. .— Le guiñó un ojo y terminó de comerse la pasta pasando hojas de la carpeta.
Aveline Blackmore- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 155
Fecha de inscripción : 07/01/2017
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Némesis [Privado]
Tomé nota mental de todo lo que iba viendo en aquel curioso lugar al que habían decidido llamar "Sede". No estaba mal para empezar, aunque me daba la impresión de que los ideales por los que parecían regirse los dos hermanos distaban bastante de los de la mayoría de cazadores que allí entrenaban. Los novatos parecía que vieran un arco por primera vez. Sus miradas brillantes al ver a su capitana casi me hicieron reírme. La admiraban e idolatraban, y por supuesto, la deseaban. Estuve tentado de hacer que aquellos novatos pasaran un poco de vergüenza, pero logré contenerme. Tenía que averiguar más de aquella cazadora supuestamente imparable, y no le haría gracia que empezara a juguetear con las mentes de aquellos muchachos tan hormonados.
Entramos a una sala y pareció burlarse de mi al negarme la entrada a la biblioteca e ilustrarme en lo que consistiría nuestra primera tarea. ¿Repasar informes? Ni de broma. Mis motivos para ocupar aquel puesto eran más... divertidos.
Me senté enfrente y ante la mirada de la cazadora apoyé también las piernas cruzadas en la mesa, cogiendo otra carpeta y leyéndola por encima. Comenté distraídamente:
- ¿Todos los muchachos le miran con ese brillo de corderito degollado en los ojos, señorita Blackmore? Porque si tanto les distraen las mujeres, acabarán muertos en su segunda cacería, o quizás algo peor. - No aparté la mirada de las hojas, aunque no las estaba leyendo en realidad. - Esos chicos necesitan algo más que el manejo de armas. Apuesto que no valoran la lucha cuerpo a cuerpo por aquí. Un estilo "poco noble", supongo.
Observé a Aveline de reojo. Era la prototípica lady inglesa. Aquello me divirtió. ¿Sería tan rancia como su hermano? A la vista saltaba de que se creía lo mejor de lo mejor. Y era evdente que seguramente lo fuera, dadas las miradas emocionadas de aquellos chicos del patio. También me había fijado cómo le miraban los cazadores experimentados cuando nos habíamos cruzado con alguno por el camino.
¿Tan titánica era aquella mujer? Lo que sí sabía era que conocía a mi hermana, así que intenté sonsacar algo más sobre su conexión con la inglesa. Compuse una expresión de cierta tristeza y simulé coger aire para soltar aquella frase, como si me faltara valor para pronunciarla.
- ¿Sabe... mi hermana que estoy aquí? - miré con ojos de zafiro a la cazadora, evaluando su reacción ante la pregunta.
Entramos a una sala y pareció burlarse de mi al negarme la entrada a la biblioteca e ilustrarme en lo que consistiría nuestra primera tarea. ¿Repasar informes? Ni de broma. Mis motivos para ocupar aquel puesto eran más... divertidos.
Me senté enfrente y ante la mirada de la cazadora apoyé también las piernas cruzadas en la mesa, cogiendo otra carpeta y leyéndola por encima. Comenté distraídamente:
- ¿Todos los muchachos le miran con ese brillo de corderito degollado en los ojos, señorita Blackmore? Porque si tanto les distraen las mujeres, acabarán muertos en su segunda cacería, o quizás algo peor. - No aparté la mirada de las hojas, aunque no las estaba leyendo en realidad. - Esos chicos necesitan algo más que el manejo de armas. Apuesto que no valoran la lucha cuerpo a cuerpo por aquí. Un estilo "poco noble", supongo.
Observé a Aveline de reojo. Era la prototípica lady inglesa. Aquello me divirtió. ¿Sería tan rancia como su hermano? A la vista saltaba de que se creía lo mejor de lo mejor. Y era evdente que seguramente lo fuera, dadas las miradas emocionadas de aquellos chicos del patio. También me había fijado cómo le miraban los cazadores experimentados cuando nos habíamos cruzado con alguno por el camino.
¿Tan titánica era aquella mujer? Lo que sí sabía era que conocía a mi hermana, así que intenté sonsacar algo más sobre su conexión con la inglesa. Compuse una expresión de cierta tristeza y simulé coger aire para soltar aquella frase, como si me faltara valor para pronunciarla.
- ¿Sabe... mi hermana que estoy aquí? - miré con ojos de zafiro a la cazadora, evaluando su reacción ante la pregunta.
Stein Ackerman- Hechicero Clase Media
- Mensajes : 114
Fecha de inscripción : 01/11/2016
Re: Némesis [Privado]
Aveline observó a Stein enredarse como una serpiente, con esa lengua viperina que retorcía las palabras para embaucar con su charla al que quisiera escucharlo, amén de aquella aura de atracción y encanto. No pudo evitar sonreir entre dientes por el comentario, porque si pensaba que podía dorarle el ego comentando algo así, estaba muy equivocado. Aveline no se alimentaba de adulaciones, no le disgustaban, pero no las tomaba en serio, simplemente se sentía superior cuando captaba ciertas actitudes, o sucedían ciertas cosas, que eran hechos, no palabras.
— ¿Eso es envidia, Ackerman? que los novatos me admiren no es nada nuevo, es lo que le sucede a los buenos cazadores como a su hermana o a mi. Y hablando de ella... ¿Por qué no lo averigua usted mismo? ¿no son hermanos? vaya a tomar el té en paz y armonía familiar, es lo que suelen hacer los hermanos; hablar, compartir las novedades de su vida, apoyarse, alegrarse por los éxitos del otro...
Se lo dijo con toda la ironía que pudo, porque sabía que los Ackerman no se llevaban bien. Es más, Axel había compartido con Aveline sus dudas sobre la conveniencia de tener a Stein por allí, pero si el consejo de La Logia lo enviaba, él no podía negarse a aceptarlo. Al final decidieron que lo mejor sería tratar de unir a esos hermanos, porque además del propio interés, era una lástima que se llevasen tan mal. Ellos bien sabían lo que era tener a la familia de tu lado y lo importante que era.
— No lo han hecho nunca ¿verdad? la familia es muy importante. Sé que lo que le diga le va a dar igual, que usted sólo se mueve por sus propios intereses. ¿No está cansado de tener que ir buscando aquí y allá un poco de comprensión? llámelo sexo, roces, amistades interesantes...pero no tiene ni punto de comparación con llegar a casa y saber que las personas que están allí nos quieren a pesar de lo que hayamos hecho, a pesar de que ese día nos comportemos como unos verdaderos imbéciles. Nos quieren a pesar de nosotros mismos, porque el amor de un hermano es incondicional.
La inglesa se levanta de la silla y deja la carpeta sobre la mesa, junto a las dos armas que llevaba colgadas al cinto.
— Pensaba que no me lo iba a pedir nunca, Ackerman. ¿quiere bailar? pues bailemos. Pero la próxima vez no sea tan ladino y dígamelo claramente, que ya somos mayorcitos.
— ¿Eso es envidia, Ackerman? que los novatos me admiren no es nada nuevo, es lo que le sucede a los buenos cazadores como a su hermana o a mi. Y hablando de ella... ¿Por qué no lo averigua usted mismo? ¿no son hermanos? vaya a tomar el té en paz y armonía familiar, es lo que suelen hacer los hermanos; hablar, compartir las novedades de su vida, apoyarse, alegrarse por los éxitos del otro...
Se lo dijo con toda la ironía que pudo, porque sabía que los Ackerman no se llevaban bien. Es más, Axel había compartido con Aveline sus dudas sobre la conveniencia de tener a Stein por allí, pero si el consejo de La Logia lo enviaba, él no podía negarse a aceptarlo. Al final decidieron que lo mejor sería tratar de unir a esos hermanos, porque además del propio interés, era una lástima que se llevasen tan mal. Ellos bien sabían lo que era tener a la familia de tu lado y lo importante que era.
— No lo han hecho nunca ¿verdad? la familia es muy importante. Sé que lo que le diga le va a dar igual, que usted sólo se mueve por sus propios intereses. ¿No está cansado de tener que ir buscando aquí y allá un poco de comprensión? llámelo sexo, roces, amistades interesantes...pero no tiene ni punto de comparación con llegar a casa y saber que las personas que están allí nos quieren a pesar de lo que hayamos hecho, a pesar de que ese día nos comportemos como unos verdaderos imbéciles. Nos quieren a pesar de nosotros mismos, porque el amor de un hermano es incondicional.
La inglesa se levanta de la silla y deja la carpeta sobre la mesa, junto a las dos armas que llevaba colgadas al cinto.
— Pensaba que no me lo iba a pedir nunca, Ackerman. ¿quiere bailar? pues bailemos. Pero la próxima vez no sea tan ladino y dígamelo claramente, que ya somos mayorcitos.
Aveline Blackmore- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 155
Fecha de inscripción : 07/01/2017
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Némesis [Privado]
Observé sus gestos, analizando sus palabras según iba soltándome el rollo del amor incondicional fraternal. Estaba claro que aquella cazadora tenía en muy alta estima a su hermano, el capitán. Casi parecía que lo idolatrara. Aunque el capitán parecía mucho más centrado en el ámbito profesional. O quizás fuera que escondía mejor el tono irónico que poseía todo inglés que se preciase. Desde luego, la lengua de Aveline era rápida, llena del tono ácido que me encantaba. Al final iba a resultar que la cazadora iba a ser interesante.
Cuando nombró a mi hermana y sugirió que me sentara a tomar el té con ella, no pude evitar que una carcajada seca saliera de mi boca. Sabía que algo en mi interior estaba cambiando, cambio contra el que me revelaba con todas mis fuerzas por echar por tierra la venganza que llevaba tantos años preparando. Aquella visión donde existía Ian, estaba casado y me preocupaba por algo que nunca pensé que tendría. Algo que nunca quise. Una familia.
Meneé la cabeza y apreté los puños ligeramente, desterrando esos pensamientos de mi cabeza. Miré fijamente a los ojos de la cazadora, noté cómo se volvían de cristal:
- Hay errores en la vida que no se pueden enmendar con un simple té, señorita Blackmore. Errores que sólo pueden sanarse mediante la muerte.
No añadí nada más. Que lo interpretara como quisiese. Quería comprobar si tras esa lengua venenosa había algo más. Me levanté cuando sugirió que comenzáramos aquel "baile" y sonreí de lado llevándome una mano al pecho y simulando una reverencia.
- Seré claro entonces, mademoiselle. ¿Quiere bailar conmigo? - me puse en posición de combate y no esperé a conocer su respuesta. Le mandé una rápida patada baja al tobillo para desequilibrarla y lancé un golpe con el canto de la mano a su plexo solar para quitarle la respiración.
Cuando nombró a mi hermana y sugirió que me sentara a tomar el té con ella, no pude evitar que una carcajada seca saliera de mi boca. Sabía que algo en mi interior estaba cambiando, cambio contra el que me revelaba con todas mis fuerzas por echar por tierra la venganza que llevaba tantos años preparando. Aquella visión donde existía Ian, estaba casado y me preocupaba por algo que nunca pensé que tendría. Algo que nunca quise. Una familia.
Meneé la cabeza y apreté los puños ligeramente, desterrando esos pensamientos de mi cabeza. Miré fijamente a los ojos de la cazadora, noté cómo se volvían de cristal:
- Hay errores en la vida que no se pueden enmendar con un simple té, señorita Blackmore. Errores que sólo pueden sanarse mediante la muerte.
No añadí nada más. Que lo interpretara como quisiese. Quería comprobar si tras esa lengua venenosa había algo más. Me levanté cuando sugirió que comenzáramos aquel "baile" y sonreí de lado llevándome una mano al pecho y simulando una reverencia.
- Seré claro entonces, mademoiselle. ¿Quiere bailar conmigo? - me puse en posición de combate y no esperé a conocer su respuesta. Le mandé una rápida patada baja al tobillo para desequilibrarla y lancé un golpe con el canto de la mano a su plexo solar para quitarle la respiración.
Stein Ackerman- Hechicero Clase Media
- Mensajes : 114
Fecha de inscripción : 01/11/2016
Re: Némesis [Privado]
Oh. Así que Stein quería guerra y ni siquiera habían salido del despacho. Pues guerra iba a tener. Corcoveó para esquivar sus golpes y le lanzó una pila de papeles a la cara. El despacho se llenó de una lluvia de documumentos voladores. Abrió con rapidez la puerta y salió al pasillo, donde la siguió el hechicero.
Allí se enredaron en una sucesión de golpes rápidos, esquivas y bloqueos sin tregua recorriendo varios metros del pasillo. La cazadora fue utilizando el mobiliario para tener algo más de acción. Saltó sobre un banco y aprovechó el descenso para propinarle una patada a Stein en el costado, y éste muy ágilmente interpuso el brazo y la paró.
Se moevían de forma endiablada lanzándose puñetazos y palmadas sin cesar, patadas y barridos de pies. Pronto el personal de la sede salió de los despachos a observar, y los novatos pararon el entrenamiento.
Voló una bandeja con una taza de té, que seguramente iba para Axel. El capitán también se detuvo en la puerta de su oficina y se cruzó de brazos a observar el espectáculo. Había un trozo de del pasillo que daba al patio donde estaba la arena de combate y todos los que estaban allí abajo se detuvieron a observar el primer piso, lo que sucedía allí arriba.
— Vamos Ackerman!!! ¿dónde has aprendido a bailar asi? parece que te esté dando un ataque de epilepsia...— Aveline respiraba rápidamente y le brillaban los ojos con la adrenalina disprada. Le encantaban los buenos combates.
Allí se enredaron en una sucesión de golpes rápidos, esquivas y bloqueos sin tregua recorriendo varios metros del pasillo. La cazadora fue utilizando el mobiliario para tener algo más de acción. Saltó sobre un banco y aprovechó el descenso para propinarle una patada a Stein en el costado, y éste muy ágilmente interpuso el brazo y la paró.
Se moevían de forma endiablada lanzándose puñetazos y palmadas sin cesar, patadas y barridos de pies. Pronto el personal de la sede salió de los despachos a observar, y los novatos pararon el entrenamiento.
Voló una bandeja con una taza de té, que seguramente iba para Axel. El capitán también se detuvo en la puerta de su oficina y se cruzó de brazos a observar el espectáculo. Había un trozo de del pasillo que daba al patio donde estaba la arena de combate y todos los que estaban allí abajo se detuvieron a observar el primer piso, lo que sucedía allí arriba.
— Vamos Ackerman!!! ¿dónde has aprendido a bailar asi? parece que te esté dando un ataque de epilepsia...— Aveline respiraba rápidamente y le brillaban los ojos con la adrenalina disprada. Le encantaban los buenos combates.
Aveline Blackmore- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 155
Fecha de inscripción : 07/01/2017
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Némesis [Privado]
El combate comenzó con una velocidad vertiginosa. Me lanzó una pila de papeles a la cara, hecho que no esperaba dada la estúpida nobleza de combate por la que se caracterizaban los cazadores. Pero ella no parecía ser una cazadora cualquiera.
Eso le dio unos segundos para correr hacia el pasillo, pero no tardé en seguirla.
Los golpes se sucedían a una velocidad de vértigo. Por todas partes volaba mobiliario, se volcaban sillas y cabezas curiosas se asomaban a disfrutar del espectáculo de maestría, agilidad y fuerza que les estábamos dando. Mentiría si dijera que no lo estaba disfrutando.
La adrenalina corría por mis venas y la stuación y el lugar en el que nos encontrábamos dejó de tener relevancia para mí. Apenas esuchaba el murmullo, sólo el sonido del viento cortado por sus golpes y paradas, que nos iban llevando de un sitio a otro de la sede. Era una lucha hasta el agotamiento, ya que estábamos demasiado igualados y borrachos de adrenalina como para bajar el ritmo.
Aveline me provocó con sus palabras y una sonrisa salvaje apareció en mi rostro. Paré un puñetazo directo a mi cara y le agarré la muñeca un momento mientras le susurraba:
- ¿Te ofendo si te digo que bailas como una niña pija? Me esperaba algo más de... ferocidad.
Se desembarazó de mi agarre y volvió a ponerse en guardia rápidamente. Entonces se me ocurrió algo. Quería devolverle la de los papeles. Me abrí la camisa de un tirón y sonreí de lado, dejando al descubierto una piel lisa, sin pelo y con unos marcados abdominales. Sabía que se burlaría del gesto, en parte lo hacía para distraerla, por lo que justo cuando iba a soltar una bomba venenosa me quité la manga de un movimiento y me lancé con los pies por delante hacia sus tobillos.
Saltó por encima de mi cuerpo, pero eso ya lo había previsto, por lo que le enganché una pierna con la manga suelta de la camisa y tiré de ella, lanzando a la cazadora al suelo y quedando la camisa hecha jirones a dos metros de nosotros.
El tatuaje céltico que cubría mi piel desde el antebrazo hasta el hombro izquierdo quedó al descubierto.
Me abalancé sobre su cuerpo y le agarré las muñecas con fuerza, en el suelo tendría menos margen de maniobra. Sonreí con saña mientras jadeábamos por el esfuerzo.
- Ríndete, cazadora. La magia siempre gana.
Eso le dio unos segundos para correr hacia el pasillo, pero no tardé en seguirla.
Los golpes se sucedían a una velocidad de vértigo. Por todas partes volaba mobiliario, se volcaban sillas y cabezas curiosas se asomaban a disfrutar del espectáculo de maestría, agilidad y fuerza que les estábamos dando. Mentiría si dijera que no lo estaba disfrutando.
La adrenalina corría por mis venas y la stuación y el lugar en el que nos encontrábamos dejó de tener relevancia para mí. Apenas esuchaba el murmullo, sólo el sonido del viento cortado por sus golpes y paradas, que nos iban llevando de un sitio a otro de la sede. Era una lucha hasta el agotamiento, ya que estábamos demasiado igualados y borrachos de adrenalina como para bajar el ritmo.
Aveline me provocó con sus palabras y una sonrisa salvaje apareció en mi rostro. Paré un puñetazo directo a mi cara y le agarré la muñeca un momento mientras le susurraba:
- ¿Te ofendo si te digo que bailas como una niña pija? Me esperaba algo más de... ferocidad.
Se desembarazó de mi agarre y volvió a ponerse en guardia rápidamente. Entonces se me ocurrió algo. Quería devolverle la de los papeles. Me abrí la camisa de un tirón y sonreí de lado, dejando al descubierto una piel lisa, sin pelo y con unos marcados abdominales. Sabía que se burlaría del gesto, en parte lo hacía para distraerla, por lo que justo cuando iba a soltar una bomba venenosa me quité la manga de un movimiento y me lancé con los pies por delante hacia sus tobillos.
Saltó por encima de mi cuerpo, pero eso ya lo había previsto, por lo que le enganché una pierna con la manga suelta de la camisa y tiré de ella, lanzando a la cazadora al suelo y quedando la camisa hecha jirones a dos metros de nosotros.
El tatuaje céltico que cubría mi piel desde el antebrazo hasta el hombro izquierdo quedó al descubierto.
Me abalancé sobre su cuerpo y le agarré las muñecas con fuerza, en el suelo tendría menos margen de maniobra. Sonreí con saña mientras jadeábamos por el esfuerzo.
- Ríndete, cazadora. La magia siempre gana.
Stein Ackerman- Hechicero Clase Media
- Mensajes : 114
Fecha de inscripción : 01/11/2016
Re: Némesis [Privado]
La pilló desprevenida y el tortazo en el suelo sonó a fardo que cae desde dos metros, pero no se quedó quieta más que el tiempo suficiente para sonreir de medio lado.
— Eso será en los cuentos para niños raritos que tú leías.— Ahí ya se perdían los formalismos y las cortesías. Se elevó un poco y sin miramiento ninguno le dio un mordisco en la nariz. No apretó fuerte ni le hizo sangre, sólo era para desconcertarlo. Aprovechó el medio segundo que aflojó un poco el agarre y lo propulsó hacia un lado para ponerse en pie de nuevo apoyando una mano en el suelo. Ya de pie le hizo un gesto con las manos como si estuvieran bailando un vals y le sonrió con una mueca. Acto seguido apoyó la mano en la barandilla, iba a saltar al piso inferior pero antes lo miró intensamente.
— Sé que te ha gustado. ¿Quieres otro mordisco? pues ven a buscarlo.— Y desapareció por el hueco que daba al patio. La caida tanía al menos cinco metros, pero Aveline se había dejado caer sobre una cornisa a mitad camino y de allí al suelo, a la arena, para ser exactos. Los novatos vitorearon la osadía de la rubia. Axel dio un respingo y todos los que estaban en los despachos corrieron a la barandilla a ver qué había pasado con ella y con Stein.
— Eso será en los cuentos para niños raritos que tú leías.— Ahí ya se perdían los formalismos y las cortesías. Se elevó un poco y sin miramiento ninguno le dio un mordisco en la nariz. No apretó fuerte ni le hizo sangre, sólo era para desconcertarlo. Aprovechó el medio segundo que aflojó un poco el agarre y lo propulsó hacia un lado para ponerse en pie de nuevo apoyando una mano en el suelo. Ya de pie le hizo un gesto con las manos como si estuvieran bailando un vals y le sonrió con una mueca. Acto seguido apoyó la mano en la barandilla, iba a saltar al piso inferior pero antes lo miró intensamente.
— Sé que te ha gustado. ¿Quieres otro mordisco? pues ven a buscarlo.— Y desapareció por el hueco que daba al patio. La caida tanía al menos cinco metros, pero Aveline se había dejado caer sobre una cornisa a mitad camino y de allí al suelo, a la arena, para ser exactos. Los novatos vitorearon la osadía de la rubia. Axel dio un respingo y todos los que estaban en los despachos corrieron a la barandilla a ver qué había pasado con ella y con Stein.
Aveline Blackmore- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 155
Fecha de inscripción : 07/01/2017
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Némesis [Privado]
Forcejeamos en el suelo unos segundos hasta que hizo algo que me desconcertó. El mordisco en la nariz no me dolió, pero me dejó perplejo lo suficiente como para que se escabullera de mi agarre y me retara con esa lengua tan provocativa. La adrenalina corría por mis venas, hacía demasiado tiempo que no sentía el estar tan vivo. Saltó por encima de la barandilla y los gritos ahogados de los novatos se convirtieron en vítores ante el arranque de temeridad de Aveline. Por mi parte, sabía que no iba a ser tan imprudente de precipitarse un piso al vacío sin tener un plan. Pero yo sí podía hacerlo.
No me paré a pensar qué consecuencias podría desencadenar el usar la magia en la sede anti-sobrenatural de los cazadores. Pero no me importaba en absoluto. Salté sin siquiera rozar la barandilla y de nuevo se escucharon los gritos de algunos iniciados, pensando en que me estamparía contra el suelo sin remedio. Estaba claro que nunca habían combatido con brujos.
Invoqué el hechizo Aero y caí los dos últimos metros hasta el suelo con una suavidad pasmosa, dejándome caer de pie con elegancia en la arena y fijando mi vista en la rubia. Sonreí de lado mientras veía de reojo cómo las bocas de los cazadores iniciados se abrían de par en par, completamente anodadados por aquella sencilla demostración de poder. Le daría emoción al asunto, ya que teníamos público.
Alcé la voz comenzando a caminar en círculos lentamente mientras Aveline hacía lo mismos, quedando enfrentados en todo momentos. Nos examinábamos, intentábamos averiguar cuáles eran los puntos débiles del contrario, la más mínima brecha en su defensa que le haría caer bajo mi destreza en aquel baile salvaje.
- Primera lección, muchachos, determinad la naturaleza de vuestro enemigo. - me dirigí a los emocionados y atónitos novatos sin dejar de mirar a Aveline. - Si vuestro oponente domina ciertos elementos, de poco os servirá huir. - Sonreí burlón a Aveline, dejando caer que me había subestimado. Bajé la voz para dirigirme sólo a ella. - ¿Me tocaba a mí morder, decías?
Me lancé de pronto contra ella, continuando el baile que habámos comenzado y con la adrenalina corriendo por mi cuerpo, que destacaba mi musculatura entrenada bajo el Sol. Lancé una andanada de golpes rápidos, intentando pillarla desprevenida.
No me paré a pensar qué consecuencias podría desencadenar el usar la magia en la sede anti-sobrenatural de los cazadores. Pero no me importaba en absoluto. Salté sin siquiera rozar la barandilla y de nuevo se escucharon los gritos de algunos iniciados, pensando en que me estamparía contra el suelo sin remedio. Estaba claro que nunca habían combatido con brujos.
Invoqué el hechizo Aero y caí los dos últimos metros hasta el suelo con una suavidad pasmosa, dejándome caer de pie con elegancia en la arena y fijando mi vista en la rubia. Sonreí de lado mientras veía de reojo cómo las bocas de los cazadores iniciados se abrían de par en par, completamente anodadados por aquella sencilla demostración de poder. Le daría emoción al asunto, ya que teníamos público.
Alcé la voz comenzando a caminar en círculos lentamente mientras Aveline hacía lo mismos, quedando enfrentados en todo momentos. Nos examinábamos, intentábamos averiguar cuáles eran los puntos débiles del contrario, la más mínima brecha en su defensa que le haría caer bajo mi destreza en aquel baile salvaje.
- Primera lección, muchachos, determinad la naturaleza de vuestro enemigo. - me dirigí a los emocionados y atónitos novatos sin dejar de mirar a Aveline. - Si vuestro oponente domina ciertos elementos, de poco os servirá huir. - Sonreí burlón a Aveline, dejando caer que me había subestimado. Bajé la voz para dirigirme sólo a ella. - ¿Me tocaba a mí morder, decías?
Me lancé de pronto contra ella, continuando el baile que habámos comenzado y con la adrenalina corriendo por mi cuerpo, que destacaba mi musculatura entrenada bajo el Sol. Lancé una andanada de golpes rápidos, intentando pillarla desprevenida.
Stein Ackerman- Hechicero Clase Media
- Mensajes : 114
Fecha de inscripción : 01/11/2016
Re: Némesis [Privado]
Aveline enarcó una ceja y se cruzó de brazos cuando Stein bajó levitando, no era el primer brujo al que veía hacer gala de su poder.
— Eso es trampa Ackerman, creía que me había invitado a bailar, no a volar cometas.— le apuntó con el dedo y escuchó lo que les decía a los novatos. En eso tenía razón, jamás se tenía que subestimar a un enemigo. Pero bueno, al final del cuento ese combate se iba a resolver cuerpo a cuerpo, porque si Stein extendía sus tretas para ganar, a ningun cazador le haría gracia y lo mirarían con recelo, más si cabe, y no colaborarían con él. En el fondo estaba tentada de provocarlo y que desatase la magia. Cuando de nuevo empezaron los golpes la rubia le susurró.
— Ackerman, vamos, ¿eso es todo lo que tienes? desata la magia!! haznos una demostracion con todos los cazadores mirando...a ver si con suerte Cirilla decide retirarte por problemático y me libro de tu fea cara.— Le guiñó el ojo y dejó asomar la lengua entre los dientes un instante.
La Parca renovó con ímpetu los golpes que se asestaban, y como se acercasen un poco más a la zona donde colgaban las armas de entrenamiento, ella también haría trampas porque pensaba abatir a Stein como fuera, sin piedad ni remordimiento, si él usaba la magia, ella jugaría en su terreno, porque el brujo no era bueno con las armas y ella sí.
— Eso es trampa Ackerman, creía que me había invitado a bailar, no a volar cometas.— le apuntó con el dedo y escuchó lo que les decía a los novatos. En eso tenía razón, jamás se tenía que subestimar a un enemigo. Pero bueno, al final del cuento ese combate se iba a resolver cuerpo a cuerpo, porque si Stein extendía sus tretas para ganar, a ningun cazador le haría gracia y lo mirarían con recelo, más si cabe, y no colaborarían con él. En el fondo estaba tentada de provocarlo y que desatase la magia. Cuando de nuevo empezaron los golpes la rubia le susurró.
— Ackerman, vamos, ¿eso es todo lo que tienes? desata la magia!! haznos una demostracion con todos los cazadores mirando...a ver si con suerte Cirilla decide retirarte por problemático y me libro de tu fea cara.— Le guiñó el ojo y dejó asomar la lengua entre los dientes un instante.
La Parca renovó con ímpetu los golpes que se asestaban, y como se acercasen un poco más a la zona donde colgaban las armas de entrenamiento, ella también haría trampas porque pensaba abatir a Stein como fuera, sin piedad ni remordimiento, si él usaba la magia, ella jugaría en su terreno, porque el brujo no era bueno con las armas y ella sí.
Aveline Blackmore- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 155
Fecha de inscripción : 07/01/2017
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Némesis [Privado]
Stein sonrió salvajemente hante la provocación de Aveline. Sus golpes aumentaban en ritmo y velocidad, desdibujando las extremidades de ambos contrincantes en un baile que en cualquier momento podá volverse letal. Y yo lo había observado todo desde el primer revuelo del pasillo, amparada en la oscuridad de una cornisa pegada al tejado. Vi cómo se retorcían por el suelo e intentaban inmovilizarse el uno al otro. Vi como aquel bastardo se lucía levitando, aunque eso no fuera nada para él. Vi cómo se iban acercando a la zona de armas. Si Aveline cogía cualquiera de ellas, ganaría la batalla.
Pero mi furia no podía ser contenida a esas alturas. Que ese bastardo estuviera allí significaba que le habían dejado entrar, y a esas alturas hasta yo me había enterado de que Cirilla iba a mandar a alguien de la Logia para hacer de "relaciones públicas" con la Orden. Y cómo no, tenía que ser él. Los dioses tenían que estar riéndose de mí a carcajadas. Observé cómo Stein susurraba algo y los mangos de las armas se pusieron al rojo vivo, impidiendo a Aveline agarrar ninguna. Era listo el muy cabrón. Respiré hondo y saqué las katanas, saltando de la cornisa a la que había utilizado Faith, y cayendo al suelo de pie con elegancia. Los novatos, ya de por sí atónitos por el espectáculo ofrecido, abrieron todavía más sus jóvenes e impresionables bocas al vaticinar lo que ocurriría a continuación.
Cazadora y brujo seguían luchando e inmersos en su frenesí como estaban, no me oyeron llegar. Vi como Stein aprovechaba una mínima brecha de Aveline e intervine antes de que su puño tocara su cara. Mi mano agarró su muñeca con una fuerza pétrea y la dobló, llevándose el cuerpo de Stein al suelo con una voltereta aérea, antes de que cayera con fuerza y boca abajo. Apoyé con indiferencia una de mis botas en su nuca, impidiéndole levantarse. Miré a Aveline y le dije con voz de hielo.
- ¿Pensabais contarme que habéis dejado entrar aquí a este bastardo?
Pero mi furia no podía ser contenida a esas alturas. Que ese bastardo estuviera allí significaba que le habían dejado entrar, y a esas alturas hasta yo me había enterado de que Cirilla iba a mandar a alguien de la Logia para hacer de "relaciones públicas" con la Orden. Y cómo no, tenía que ser él. Los dioses tenían que estar riéndose de mí a carcajadas. Observé cómo Stein susurraba algo y los mangos de las armas se pusieron al rojo vivo, impidiendo a Aveline agarrar ninguna. Era listo el muy cabrón. Respiré hondo y saqué las katanas, saltando de la cornisa a la que había utilizado Faith, y cayendo al suelo de pie con elegancia. Los novatos, ya de por sí atónitos por el espectáculo ofrecido, abrieron todavía más sus jóvenes e impresionables bocas al vaticinar lo que ocurriría a continuación.
Cazadora y brujo seguían luchando e inmersos en su frenesí como estaban, no me oyeron llegar. Vi como Stein aprovechaba una mínima brecha de Aveline e intervine antes de que su puño tocara su cara. Mi mano agarró su muñeca con una fuerza pétrea y la dobló, llevándose el cuerpo de Stein al suelo con una voltereta aérea, antes de que cayera con fuerza y boca abajo. Apoyé con indiferencia una de mis botas en su nuca, impidiéndole levantarse. Miré a Aveline y le dije con voz de hielo.
- ¿Pensabais contarme que habéis dejado entrar aquí a este bastardo?
Xaryne Ackerman- Cazador Clase Media
- Mensajes : 146
Fecha de inscripción : 24/04/2016
Re: Némesis [Privado]
La inglesa jadeaba por el esfuerzo y tenía el pelo enmarañado y pegado a la frente, la pelea había sido memorable. Cuando Xaryne interceptó el puñetazo y aprovechó la inercia y la sorpresa para voltear a su hermano, cayendo éste sobre el suelo de una forma poco digna, primero sonrió y despues frunció el ceño.
— hmm... ya casi lo tenía, no debías meterte Ackerman. ¿O debería llamarte Negra? porque ahora sois dos Ackerman, de alguna forma tendré que diferenciaros.
Se acercó a Xaryne despacio pero no se detuvo en ella, se agachó a tenderle la mano a Stein para que se levantase.
— Suéltalo, está aquí por órdenes de superiores, así que mejor no te metas.
Axel se asomó a la barandilla que daba al patio y se dirigió a Xaryne desde allí.
— Xaryne Ackerman, suba a mi despacho por favor.— Tenía que hablar con ella y no quería hacerlo en público, prefería contestar a sus recelos de tú a tú. El tono del capitán era firme, sin llegar a ser autoritario ni mandón.
En el despacho, Axel la esperaba de pie, con un montón de papeles desparramados por la mesa, pero colocados con cierto orden.
— Cierre la puerta, por favor.— indicó a la cazadora.— No me ha dado tiempo a decírselo antes, esta medida fue bastante precipitada y no la he vuelto a ver desde que nos la comunicaron. Supongo que ya sabe que la Orden tiene un acuerdo con la Logia y los términos del acuerdo son sabidos por todos, ante todo quiero ser transparente con todos los cazadores, y responderé a todas sus preguntas. Del mismo modo sé que no va a ser fácil para usted. Créame que lo entiendo y si hay alguna forma en la que pueda ayudarla y que esté en mi mano, soy todo oidos. Matarlo, expulsarlo o enfrentarnos a la Logia no lo está, así que tendremos que pensar en otras.
— hmm... ya casi lo tenía, no debías meterte Ackerman. ¿O debería llamarte Negra? porque ahora sois dos Ackerman, de alguna forma tendré que diferenciaros.
Se acercó a Xaryne despacio pero no se detuvo en ella, se agachó a tenderle la mano a Stein para que se levantase.
— Suéltalo, está aquí por órdenes de superiores, así que mejor no te metas.
Axel se asomó a la barandilla que daba al patio y se dirigió a Xaryne desde allí.
— Xaryne Ackerman, suba a mi despacho por favor.— Tenía que hablar con ella y no quería hacerlo en público, prefería contestar a sus recelos de tú a tú. El tono del capitán era firme, sin llegar a ser autoritario ni mandón.
En el despacho, Axel la esperaba de pie, con un montón de papeles desparramados por la mesa, pero colocados con cierto orden.
— Cierre la puerta, por favor.— indicó a la cazadora.— No me ha dado tiempo a decírselo antes, esta medida fue bastante precipitada y no la he vuelto a ver desde que nos la comunicaron. Supongo que ya sabe que la Orden tiene un acuerdo con la Logia y los términos del acuerdo son sabidos por todos, ante todo quiero ser transparente con todos los cazadores, y responderé a todas sus preguntas. Del mismo modo sé que no va a ser fácil para usted. Créame que lo entiendo y si hay alguna forma en la que pueda ayudarla y que esté en mi mano, soy todo oidos. Matarlo, expulsarlo o enfrentarnos a la Logia no lo está, así que tendremos que pensar en otras.
Aveline Blackmore- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 155
Fecha de inscripción : 07/01/2017
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Némesis [Privado]
No lo vi venir. Una mano pequeña pero fuerte me dio la vuelta y me tiró al suelo de golpe, haciéndome morder el polvo. Puse una mueca de dolor y gruñí al notar el peso de un pie sobre mi nuca, impidiéndome levantarme. EMpecé a preparar mi arsenal mental como mecanismo de defensa, dispuesto a hacer puré el cerebro de quien se había atrevido a interrumpir nuestra batalla. Pero entonces escuché su voz.
Las palabras heladas de mi hermana me provocaron algo que nunca había sentido antes en su presencia. No supe describirlo, pero de alguna manera me entristecía aquel odio que destilaba Xaryne. Y ese sentimiento me confundió lo suficiente como para hacerme enmudecer.
Aveline, en cambio, me dio la mano ayudándome a levantarme. Miré a mi hermana, que me traspasó con sus ojos de hielo, que en ese momento eran idénticos a los míos. Nos examinamos con frialdad unos segundos que parecieron eternos. Fui a decir algo, impulsado por aquella confusión que parecía dominarme en aquel momento. Pero en ese instante la voz del capitán Blackmore llamó a Xaryne a su despacho.
Enfundó la katana que tenía en la mano y se dio la vuelta echando una última mirada a Aveline. Las espadas de Markus Ackerman brillaron bajo el Sol del mediodía según se alejaba. Tragué saliva y desvié la mirada, confuso y lleno de rabia. Intenté calmarme, me revolví un poco el pelo y miré a Aveline, recuperando rápidamente la compostura.
Incliné un poco la cabeza hacia ella como saludo final del combate y sonreí de lado.
- Tendremos que continuar otro día, me parece. Gran combate, señorita Blackmore.- miré una última vez a la ventana del despacho de Blackmore. Necesitaba un trago. Observé de nuevo a Aveline y dije sonriendo:
- Un empate exige un trago. Si le interesa distraerse de todo esto alguna vez, me alojo en el Golden Cat. Un sitio interesante donde sirven buen brandy. Ahora debo irme. Encantado de conocerla, señorita Blackmore.
En realidad, sólo quería alejarme de las perturbadoras emociones que me provocaba la mirada gélida de Xaryne. Nunca había tenido un encontronazo así con ella, ya que en nuestra relación siempre había gobernado el odio. Pero el odio... estaba desapareciendo. Y eso me cabreaba. ¿Qué es lo que estaba motivando que mi venganza, la que había sido hasta entonces la razón de todos mis actos, perdiera la fuerza que poseía? Un pensamiento fugaz de mi pasado volvió a mi memoria, pero me esforcé en rechazarlo. No era momento de sentimentalismos.
Sin esperar una respuesta de Aveline, me marché de allí con paso firme, sin camisa y perdido en mis oscuros pensamientos.
Por segunda vez en la vida, estaba perdido. Y el único rumbo posible parecía observarle con ojos de hielo.
Las palabras heladas de mi hermana me provocaron algo que nunca había sentido antes en su presencia. No supe describirlo, pero de alguna manera me entristecía aquel odio que destilaba Xaryne. Y ese sentimiento me confundió lo suficiente como para hacerme enmudecer.
Aveline, en cambio, me dio la mano ayudándome a levantarme. Miré a mi hermana, que me traspasó con sus ojos de hielo, que en ese momento eran idénticos a los míos. Nos examinamos con frialdad unos segundos que parecieron eternos. Fui a decir algo, impulsado por aquella confusión que parecía dominarme en aquel momento. Pero en ese instante la voz del capitán Blackmore llamó a Xaryne a su despacho.
Enfundó la katana que tenía en la mano y se dio la vuelta echando una última mirada a Aveline. Las espadas de Markus Ackerman brillaron bajo el Sol del mediodía según se alejaba. Tragué saliva y desvié la mirada, confuso y lleno de rabia. Intenté calmarme, me revolví un poco el pelo y miré a Aveline, recuperando rápidamente la compostura.
Incliné un poco la cabeza hacia ella como saludo final del combate y sonreí de lado.
- Tendremos que continuar otro día, me parece. Gran combate, señorita Blackmore.- miré una última vez a la ventana del despacho de Blackmore. Necesitaba un trago. Observé de nuevo a Aveline y dije sonriendo:
- Un empate exige un trago. Si le interesa distraerse de todo esto alguna vez, me alojo en el Golden Cat. Un sitio interesante donde sirven buen brandy. Ahora debo irme. Encantado de conocerla, señorita Blackmore.
En realidad, sólo quería alejarme de las perturbadoras emociones que me provocaba la mirada gélida de Xaryne. Nunca había tenido un encontronazo así con ella, ya que en nuestra relación siempre había gobernado el odio. Pero el odio... estaba desapareciendo. Y eso me cabreaba. ¿Qué es lo que estaba motivando que mi venganza, la que había sido hasta entonces la razón de todos mis actos, perdiera la fuerza que poseía? Un pensamiento fugaz de mi pasado volvió a mi memoria, pero me esforcé en rechazarlo. No era momento de sentimentalismos.
Sin esperar una respuesta de Aveline, me marché de allí con paso firme, sin camisa y perdido en mis oscuros pensamientos.
Por segunda vez en la vida, estaba perdido. Y el único rumbo posible parecía observarle con ojos de hielo.
Stein Ackerman- Hechicero Clase Media
- Mensajes : 114
Fecha de inscripción : 01/11/2016
Re: Némesis [Privado]
La Parca se recompuso del combate, se sacudió el polvo y se pasó un paño por la cara después de que Xaryne fuera al despacho de Axel y Stein se largara de la Sede. El momento había sido tenso y desagradable, pero la realidad era la que era y así había que afrontarla.
Vio salir a la cazadora con un humor de perros y aprovechó para ir a ver a su hermano. Cerró la puerta tras entrar y se dejó caer en la silla.
— ¿Y bien?
— Le ha sentado como una patada en el culo, como era de esperar. Insiste en que su hermano es peligroso y que puede destrozarle la mente a cualquiera y todo eso.
— Eso ya lo sabíamos, nada nuevo bajo el sol. ¿Ha dicho algo sobre abandonar la Orden por culpa de Stein?
— No. Al contrario, sé que preferirá estar aquí para tenerlo controlado, porque no se fía, evidentemente.
— mmm... ya. Es una loca del coño, no va a entrar en razón.
— Esa lengua, Faith...la subestimas. Yo creo que se puede hablar con ella, y aunque se ponga hecha una furia, sé que entiende lo que le digo. Necesita su tiempo para pensar, porque es más cabezota que tú y eso ya es ser muy cabezota.— Aveline le puso los ojos en blanco.
— ¿Y entonces qué?
— Déjame a Ackerman a mi, puedo hablar con ella, acercarme un poco más y sé que al final confiará en mi. Tú céntrate en Stein, es un cabrón retorcido, a ti se te dan mejor.
— Ese comentario no me ha gustado nada de nada, que lo sepas. ¿qué quieres decir? ¿que yo también lo soy?...— La mirada de Axel fue muy elocuente.— Bah, mierda. Tienes razón, por lo menos lo soy más que tú. Vale, iré a hablar con él. Pero te juro que como no acaben llevándose bien, los encierro en las mazmorras y no les doy ni agua hasta que lo hagan.
— Menos mal que es cosa de Ackermans, no quisiera tener un problema así contigo... eres todo amor y comprensión.— El capitán entornó los ojos sonriendo de forma irónica a su hermana.
— Nunca digas nunca... todavía estamos a tiempo de acabar así de mal, lo veo.. La parca contra El Cansino Histórico... uuuhhhh...— sonrió abiertamente.
— Largo! esfúmate que ya me estás haciendo perder tiempo!!
Salió del despacho de su hermano riendo entre dientes. Era una bendición del cielo que se llevaran así, por mucho que se tirasen hachazos a la yugular, eran con cariño y sabían que sentían adoración el uno por el otro.
Un par de horas más tarde, cuando se hubo duchado y vestido correctamente, como una dama de su posición debía hacer, se acercó a la posada donde Stein se alojaba. Llevaba un vestido marrón con apliques de pedrería negros y grises, un abrigo de tweed inglés y guantes de piel marrones forrados de pelo. Su cabello estaba recogido en un moño hecho con trenzas y sujeto a un lado con un pasador plateado de pedrería. Avisó en la recepción de que estaba allí y que avisasen a Stein Ackerman. Tomó asiento en un sillón cerca del fuego y esperó con una copa de brandy sobre la mesilla.
Vio salir a la cazadora con un humor de perros y aprovechó para ir a ver a su hermano. Cerró la puerta tras entrar y se dejó caer en la silla.
— ¿Y bien?
— Le ha sentado como una patada en el culo, como era de esperar. Insiste en que su hermano es peligroso y que puede destrozarle la mente a cualquiera y todo eso.
— Eso ya lo sabíamos, nada nuevo bajo el sol. ¿Ha dicho algo sobre abandonar la Orden por culpa de Stein?
— No. Al contrario, sé que preferirá estar aquí para tenerlo controlado, porque no se fía, evidentemente.
— mmm... ya. Es una loca del coño, no va a entrar en razón.
— Esa lengua, Faith...la subestimas. Yo creo que se puede hablar con ella, y aunque se ponga hecha una furia, sé que entiende lo que le digo. Necesita su tiempo para pensar, porque es más cabezota que tú y eso ya es ser muy cabezota.— Aveline le puso los ojos en blanco.
— ¿Y entonces qué?
— Déjame a Ackerman a mi, puedo hablar con ella, acercarme un poco más y sé que al final confiará en mi. Tú céntrate en Stein, es un cabrón retorcido, a ti se te dan mejor.
— Ese comentario no me ha gustado nada de nada, que lo sepas. ¿qué quieres decir? ¿que yo también lo soy?...— La mirada de Axel fue muy elocuente.— Bah, mierda. Tienes razón, por lo menos lo soy más que tú. Vale, iré a hablar con él. Pero te juro que como no acaben llevándose bien, los encierro en las mazmorras y no les doy ni agua hasta que lo hagan.
— Menos mal que es cosa de Ackermans, no quisiera tener un problema así contigo... eres todo amor y comprensión.— El capitán entornó los ojos sonriendo de forma irónica a su hermana.
— Nunca digas nunca... todavía estamos a tiempo de acabar así de mal, lo veo.. La parca contra El Cansino Histórico... uuuhhhh...— sonrió abiertamente.
— Largo! esfúmate que ya me estás haciendo perder tiempo!!
Salió del despacho de su hermano riendo entre dientes. Era una bendición del cielo que se llevaran así, por mucho que se tirasen hachazos a la yugular, eran con cariño y sabían que sentían adoración el uno por el otro.
Un par de horas más tarde, cuando se hubo duchado y vestido correctamente, como una dama de su posición debía hacer, se acercó a la posada donde Stein se alojaba. Llevaba un vestido marrón con apliques de pedrería negros y grises, un abrigo de tweed inglés y guantes de piel marrones forrados de pelo. Su cabello estaba recogido en un moño hecho con trenzas y sujeto a un lado con un pasador plateado de pedrería. Avisó en la recepción de que estaba allí y que avisasen a Stein Ackerman. Tomó asiento en un sillón cerca del fuego y esperó con una copa de brandy sobre la mesilla.
Aveline Blackmore- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 155
Fecha de inscripción : 07/01/2017
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Némesis [Privado]
Mierda. La rabia se le había ido de las manos. Había salido tan confuso y cabreado de la sede de los cazadores, que su inconsciente había tomado el camino por él. Cuando se quiso dar cuenta, se encontraba en los barrios bajos, sin camisa y alterado, con lo que todas las miradas acabaron puestas en el brujo. Notaba cómo se le aceleraba la respiación y esa conocida sensación de ardor en las venas empezaba a consumirle de nuevo. La rabia. Bien. Eso era algo conocido, y por tanto, seguro.
Intentó calmarse respirando hondo, pero ni el lugar ni los comentarios que escuchaba ayudaban en nada. Y entonces, un pobre desgraciado se cruzó en su camino.
Era un hombre joven, borracho y tambaleante, que parecía hablar solo y llevaba una botella en la mano, la cual estaba casi vacía. Chocó contra Stein, que no se movió un ápice, y levanto la turbia mirada hacia sus gélidos ojos.
- Aparta... de mi camino, si no quieres que... - el hombre se tambaleó hacia atrás y por poco se abre la cabeza contra la esquina de la casa que, convenientemente, daba a un estrecho y oscuro callejón. Stein sonrió e hizo lo que mejor se le daba.
- Respuesta equivocada. - sus ojos azules brillaron antes de susurrar su hechizo preferido: Dominatem
De pronto, la cara del borracho cambió. Sonrió de forma suave a Stein y le ofreció la botella. El brujo negó con la cabeza y dijo con una macabra sonrisa:
- Vamos al callejón a acabarnos esa botella. No querrás que nos la quiten.
- No... clllaro... buena iiidea....
El borracho enfiló el callejón sin rechistar y el brujo le siguió. Una vez resguardados de miradas indiscretas, Stein se cruzó de brazos y dijo:
- Dame la camisa. - el hombre lo hizo y Stein se la puso. El brujo le arrrebató la botella y la vació en el suelo tranquilamente.
Ante tal gesto el borracho frunció el ceño y fue a protestar, pero la mirada gélida y maligna de Stein le hizo enmudecer por completo. Fue cuando el brujo se percató de que había un agujero en uno de los ladrillos de la pared, así que se le ocurrió algo.
Con una sonrisa taimada y fría, dio un preciso golpe a la botella, que partió por la mitad. Encajó la mitad del cuello en el agujero, que quedaba a la altura del pecho del hombre y susurró:
- Clávatela. Hasta que te salga por la espalda.
El borracho miró a Stein con la duda en los ojos, pero entonces el hechicero reforzó la orden con un latigazo mental. El borracho se encogió de dolor, la cabeza iba a estallarle. Tragó saliva y se colocó con los cristales de la botella en el pecho desnudo. Cerró los ojos con fuerza y echó a andar.
Los gritos de agonía empezaron a resonar en la oscuridad, pero el hechicero ya se encontraba de camino al Golden Cat. La adrenalina corría por sus venas y se sentía poderoso, invencible. Se sentía, de nuevo, él mismo. De mejor humor, entró en la posada silbando e iba a subir las escaleras cuando vio algo conocido por el rabillo del ojo. Aveline Blackmore en persona. Sonrió de lado y la observó con dos orbes del más gélido azul antes de comentar:
- Vaya, no pensaba que vendrías tan pronto, Faith. ¿A qué se debe tanta prisa?
Su mente bullía tras el episodio del callejón y estaba preparado para cualquier cosa.
Intentó calmarse respirando hondo, pero ni el lugar ni los comentarios que escuchaba ayudaban en nada. Y entonces, un pobre desgraciado se cruzó en su camino.
Era un hombre joven, borracho y tambaleante, que parecía hablar solo y llevaba una botella en la mano, la cual estaba casi vacía. Chocó contra Stein, que no se movió un ápice, y levanto la turbia mirada hacia sus gélidos ojos.
- Aparta... de mi camino, si no quieres que... - el hombre se tambaleó hacia atrás y por poco se abre la cabeza contra la esquina de la casa que, convenientemente, daba a un estrecho y oscuro callejón. Stein sonrió e hizo lo que mejor se le daba.
- Respuesta equivocada. - sus ojos azules brillaron antes de susurrar su hechizo preferido: Dominatem
De pronto, la cara del borracho cambió. Sonrió de forma suave a Stein y le ofreció la botella. El brujo negó con la cabeza y dijo con una macabra sonrisa:
- Vamos al callejón a acabarnos esa botella. No querrás que nos la quiten.
- No... clllaro... buena iiidea....
El borracho enfiló el callejón sin rechistar y el brujo le siguió. Una vez resguardados de miradas indiscretas, Stein se cruzó de brazos y dijo:
- Dame la camisa. - el hombre lo hizo y Stein se la puso. El brujo le arrrebató la botella y la vació en el suelo tranquilamente.
Ante tal gesto el borracho frunció el ceño y fue a protestar, pero la mirada gélida y maligna de Stein le hizo enmudecer por completo. Fue cuando el brujo se percató de que había un agujero en uno de los ladrillos de la pared, así que se le ocurrió algo.
Con una sonrisa taimada y fría, dio un preciso golpe a la botella, que partió por la mitad. Encajó la mitad del cuello en el agujero, que quedaba a la altura del pecho del hombre y susurró:
- Clávatela. Hasta que te salga por la espalda.
El borracho miró a Stein con la duda en los ojos, pero entonces el hechicero reforzó la orden con un latigazo mental. El borracho se encogió de dolor, la cabeza iba a estallarle. Tragó saliva y se colocó con los cristales de la botella en el pecho desnudo. Cerró los ojos con fuerza y echó a andar.
Los gritos de agonía empezaron a resonar en la oscuridad, pero el hechicero ya se encontraba de camino al Golden Cat. La adrenalina corría por sus venas y se sentía poderoso, invencible. Se sentía, de nuevo, él mismo. De mejor humor, entró en la posada silbando e iba a subir las escaleras cuando vio algo conocido por el rabillo del ojo. Aveline Blackmore en persona. Sonrió de lado y la observó con dos orbes del más gélido azul antes de comentar:
- Vaya, no pensaba que vendrías tan pronto, Faith. ¿A qué se debe tanta prisa?
Su mente bullía tras el episodio del callejón y estaba preparado para cualquier cosa.
Stein Ackerman- Hechicero Clase Media
- Mensajes : 114
Fecha de inscripción : 01/11/2016
Re: Némesis [Privado]
La británica se inclinó para sacar la cabeza del sillón orejero donde estaba sentada y girarse hacia Stein en una graciosa pose lejos del aura letal que había demostrado antes. Quien la viera en ese momento pensaría que era una mujer de clase alta, elegante, con cierto aspecto de ser independiente o segura de si misma (porque esa aura no abandonaba a Faith en ningun momento.) Le compuso una mueca fingiendo un puchero.
— ¿Cuándo hemos pasado a tutearnos?en fin... como quiera. Vine porque...te echaba terriblemente de menos.Por cierto, bonita camisa. ¿La sacaste de un basurero?.— Ella sí iba elegante, sin estridencias ni atuendos llamativos, pero todo parecía tener equilibrio en su persona. Esbozó esa media sonrisa irónica que la carcaterizaba.— Dijiste que un buen combate requeria un buen trago, si no tienes otro plan, podemos tomarlo ahora.
Lo cierto es que podría haber ido cualquier otro día o esperar a verlo en la Sede al día siguiente, pero prefería no irse a casa ya, Axel había prometido a una chica llevarla al museo del Louvre, y por si sonaba la flauta y la cosa iba bien, trataría de llegar tarde y no molestar. Aunque conociendo a su hermano, la dejaría en casa a las ocho y regresaría solo.
También podría haber acudido al Golden Moon, y darse un pequeño homenaje, hacía un par de semanas que no iba por allí y la última vez fue con Varek, y acabaron cazando a unos vampiros que se alimentaban de los colgados de un fumadero de opio. ¿Cuánto tiempo hacía que no tenía compañía? quizás un mes. Ya iba siendo hora de quemar la adrenalina. Bueno, pues quizás se tomase esa copa y si la charla no se alargaba mucho, se acercaría al burdel.
— ¿Cuándo hemos pasado a tutearnos?en fin... como quiera. Vine porque...te echaba terriblemente de menos.Por cierto, bonita camisa. ¿La sacaste de un basurero?.— Ella sí iba elegante, sin estridencias ni atuendos llamativos, pero todo parecía tener equilibrio en su persona. Esbozó esa media sonrisa irónica que la carcaterizaba.— Dijiste que un buen combate requeria un buen trago, si no tienes otro plan, podemos tomarlo ahora.
Lo cierto es que podría haber ido cualquier otro día o esperar a verlo en la Sede al día siguiente, pero prefería no irse a casa ya, Axel había prometido a una chica llevarla al museo del Louvre, y por si sonaba la flauta y la cosa iba bien, trataría de llegar tarde y no molestar. Aunque conociendo a su hermano, la dejaría en casa a las ocho y regresaría solo.
También podría haber acudido al Golden Moon, y darse un pequeño homenaje, hacía un par de semanas que no iba por allí y la última vez fue con Varek, y acabaron cazando a unos vampiros que se alimentaban de los colgados de un fumadero de opio. ¿Cuánto tiempo hacía que no tenía compañía? quizás un mes. Ya iba siendo hora de quemar la adrenalina. Bueno, pues quizás se tomase esa copa y si la charla no se alargaba mucho, se acercaría al burdel.
Aveline Blackmore- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 155
Fecha de inscripción : 07/01/2017
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Némesis [Privado]
Observó a la cazadora con cierta curiosidad. La había conocido ese mismo día, pero la verdad es que se le antojaba extraña con ese vestido en vez de con el mono de cuero burdeos que parecía utilizar para el combate. Sonrió de lado ante sus palabras y soltó una risa ante la ironía de la que parecía hacer gala la inglesa a todas horas.
- Es natural que eches de menos las vistas, pero te creía de las duras. - le dirigí una sonrisa irónica a juego con su comentario y fingí una reverencia cuando mencionó lo de la camisa. No parecía haberse dado cuenta de nada extraño.
- Oh, perdonadme mi lady, pero dado lo inesperado de su visita, no he tenido tiempo de arreglarme. - mi voz llenó la sala del tono ácido que me caracterizaba. Le guiñé un ojo antes de subir las escaleras. - Dame unos minutos.
En cinco minutos me aseé y me cambié de ropa, bajando por fin. Iba vestido con camisa y pantalones negros, elegante como solía ser mi estilo. Me arremangué la camisa y me senté frente a Aveline, haciéndole una seña al camarero.
- Diría que estás hermosa, y aunque no mentiría, te seré sincero. Estás mejor con el mono de cuero. - le sonreí de lado sin ningún tipo de vergüenza y agradecí con un gesto la copa de bourbon que me trajo el camarero, copa que solía pedir en multitud de ocasiones.
- Después de la espectacular aparición de mi querida hermanita, ya te habrás enterado por su boca lo peligroso que soy y todas esas tonterías, supongo.
Miré a la cazadora, analizando cada gesto y con los últimos coletazos de adrenalina desapareciendo de mi cuerpo.
- Es natural que eches de menos las vistas, pero te creía de las duras. - le dirigí una sonrisa irónica a juego con su comentario y fingí una reverencia cuando mencionó lo de la camisa. No parecía haberse dado cuenta de nada extraño.
- Oh, perdonadme mi lady, pero dado lo inesperado de su visita, no he tenido tiempo de arreglarme. - mi voz llenó la sala del tono ácido que me caracterizaba. Le guiñé un ojo antes de subir las escaleras. - Dame unos minutos.
En cinco minutos me aseé y me cambié de ropa, bajando por fin. Iba vestido con camisa y pantalones negros, elegante como solía ser mi estilo. Me arremangué la camisa y me senté frente a Aveline, haciéndole una seña al camarero.
- Diría que estás hermosa, y aunque no mentiría, te seré sincero. Estás mejor con el mono de cuero. - le sonreí de lado sin ningún tipo de vergüenza y agradecí con un gesto la copa de bourbon que me trajo el camarero, copa que solía pedir en multitud de ocasiones.
- Después de la espectacular aparición de mi querida hermanita, ya te habrás enterado por su boca lo peligroso que soy y todas esas tonterías, supongo.
Miré a la cazadora, analizando cada gesto y con los últimos coletazos de adrenalina desapareciendo de mi cuerpo.
Stein Ackerman- Hechicero Clase Media
- Mensajes : 114
Fecha de inscripción : 01/11/2016
Re: Némesis [Privado]
Esperó a que Stein bajase de refrescarse un poco. Lo cierto es que no había venido con la intención de seguir la pelea, ni siquiera dialécticamente, pero era inevitable en ella soltar algun sarcasmo.
— ¿Peligroso? Hm. No eres "tan" peligroso. Ella es peligrosa, porque tiene un motivo poderoso para arrancarte la cabeza. La gente que defiende su hogar o su familia tiene más motivos para aniquilar que la gente que no tiene nada.— ¡Bang! directo al corazón. Más que por ofender, lo dijo como para constantar un hecho.
— Bueno, tampoco hace falta darle vueltas al asunto. Os odiáis por errores del pasado, podríais superarlo, joder, como adultos.— Enarcó las cejas.— ¿He dicho joder? mmm... bah! ya da igual, sí, cuando me quito el disfraz de Lady Blackmore se me escapa alguna que otra palabrota.
Recostó la espalda en el sillón y se bebió la mitad del vaso en dos tragos observando el extraño azul de los ojos de Stein, eran como los de Xaryne, pero con un brillo más calculador en su fondo.
— Sabes que si le jodes la vida a tu hermana tendré que ir a matarte ¿no? ¿Podrías ahorrármelo? hazme ese favor, venga. No es que no me apetezca sacudirte como hoy, me ha gustado la pelea. Como cazador tendrías futuro, en serio. Pero es una pérdida de tiempo. ¿No lo ves? acabarás solo...no tengas una vida así.— Se acabó el vaso y se levantó.— No hagas como yo..No vale la pena.
El gesto de la cazadora cambió cuando expresó en alto esa última opinión. No valía la pena una vida llena de soberbia y solitaria. Ella se había dado cuenta demasiado tarde. Endureció el gesto y miró a Stein.
— En noches como esta,cuando quieres celebrar, o simplemente desahogarte... es cuando echo de menos tener lo que tiene tu hermana con esa bruja. Las envidio. Pero cada cual recoge lo que siembra ¿no es asi?.— chasqueó la lengua.— Me voy al Golden Moon, está a las afueras.
Se colocó los guantes y se abrochó el abrigo. Nadie que contemplase a Aveline Blackmore en un gesto tan cotidiano, podría llegar a intuir que alguien así estuviera abocada a pagar por la carne de burdel. Sería lógico pensar que estaba rodeada de amigos, pretendientes, amantes y una retahíla de gente interesada, o no, merodeando alrededor. Pero nada más lejos de la realidad. Y en verdad era mejor así, pagaba por el derecho al olvido, a levantarse sin la presión de saber que era responsable de la felicidad de otra persona. Pero en el fondo el vacío era afilado y cuando latía, le daba por doler.
— ¿Peligroso? Hm. No eres "tan" peligroso. Ella es peligrosa, porque tiene un motivo poderoso para arrancarte la cabeza. La gente que defiende su hogar o su familia tiene más motivos para aniquilar que la gente que no tiene nada.— ¡Bang! directo al corazón. Más que por ofender, lo dijo como para constantar un hecho.
— Bueno, tampoco hace falta darle vueltas al asunto. Os odiáis por errores del pasado, podríais superarlo, joder, como adultos.— Enarcó las cejas.— ¿He dicho joder? mmm... bah! ya da igual, sí, cuando me quito el disfraz de Lady Blackmore se me escapa alguna que otra palabrota.
Recostó la espalda en el sillón y se bebió la mitad del vaso en dos tragos observando el extraño azul de los ojos de Stein, eran como los de Xaryne, pero con un brillo más calculador en su fondo.
— Sabes que si le jodes la vida a tu hermana tendré que ir a matarte ¿no? ¿Podrías ahorrármelo? hazme ese favor, venga. No es que no me apetezca sacudirte como hoy, me ha gustado la pelea. Como cazador tendrías futuro, en serio. Pero es una pérdida de tiempo. ¿No lo ves? acabarás solo...no tengas una vida así.— Se acabó el vaso y se levantó.— No hagas como yo..No vale la pena.
El gesto de la cazadora cambió cuando expresó en alto esa última opinión. No valía la pena una vida llena de soberbia y solitaria. Ella se había dado cuenta demasiado tarde. Endureció el gesto y miró a Stein.
— En noches como esta,cuando quieres celebrar, o simplemente desahogarte... es cuando echo de menos tener lo que tiene tu hermana con esa bruja. Las envidio. Pero cada cual recoge lo que siembra ¿no es asi?.— chasqueó la lengua.— Me voy al Golden Moon, está a las afueras.
Se colocó los guantes y se abrochó el abrigo. Nadie que contemplase a Aveline Blackmore en un gesto tan cotidiano, podría llegar a intuir que alguien así estuviera abocada a pagar por la carne de burdel. Sería lógico pensar que estaba rodeada de amigos, pretendientes, amantes y una retahíla de gente interesada, o no, merodeando alrededor. Pero nada más lejos de la realidad. Y en verdad era mejor así, pagaba por el derecho al olvido, a levantarse sin la presión de saber que era responsable de la felicidad de otra persona. Pero en el fondo el vacío era afilado y cuando latía, le daba por doler.
Aveline Blackmore- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 155
Fecha de inscripción : 07/01/2017
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Página 1 de 2. • 1, 2
Temas similares
» Nemesis [Privado]
» Némesis [privado]
» Némesis (1/1)
» Welcome, my sweet nemesis. - {Adil Fadoul}.
» Once again || Privado
» Némesis [privado]
» Némesis (1/1)
» Welcome, my sweet nemesis. - {Adil Fadoul}.
» Once again || Privado
Página 1 de 2.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour