AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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[París, 2017] CatismineandIfuckhimwhenIwant.
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[París, 2017] CatismineandIfuckhimwhenIwant.
El estridente sonido de las sirenas le taladraba el cerebro. No tenía claro dónde estaba ni si era de día o de noche. Sólo sabía que le dolía muchísimo todo el cuerpo, como si le hubieran golpeado por mil sitios a la vez. Pero, sobre todo, le dolía el muslo derecho, hacia la mitad del cuádriceps. Quiso tocarse, pero algo se lo impedía. Como si estuviera atado.
-Shhh. No te muevas, cariño, todo va a salir bien.
Conocía esa voz. Cálida, dulce, cargada de preocupación, que intentaba sonar tranquila. Su mano izquierda se vio envuelta en el calor de otra piel. Fina y suave, aunque madura. Su madre. La sonrisa que afloró a sus labios murió convertida en una mueca de dolor. ¿Qué demonios le había pasado? ¿Por qué sentía que le quemaba la pierna, como si tuviera un fuerte desgarro? Estaba mareado y olía a una extraña mezcla de alcohol, medicinas y sangre. ¿Era su sangre? Sintió caricias en el pelo, como cuando era niño. ¿O es que seguía siendo un niño despertando de una pesadilla?
No podía ser, porque el sonido de las sirenas era tan cercano.. Empezó a ser consciente de su entorno conforme el efecto de lo que sea que le hubieran puesto se iba pasando. Estaba en una ambulancia. Una que iba a toda prisa por el tráfico de la gran ciudad. Quiso hablar para preguntar por qué estaba allí, a dónde le llevaban, pero no podía hablar con el tubo que tenía hasta la tráquea.
Atontado y mareado, quiso casi morirse mientras lo llevaban en la camilla hasta uno de los quirófanos de urgencias. Veía pasar sobre él los tubos fluorescentes del pasillo. Y de nuevo todo se volvió negro bajo el efecto de la anestesia.
-Al fin despiertas. -De nuevo esa voz femenina que tanta paz le otorgaba-. Me tenías tan preocupada, mi niño. -Caricias en su pelo y en su cara, un beso en su frente. Y el mundo parecía un lugar un poco mejor.
Tardó un rato en poder enfocar la vista en ese rostro de sobras conocido, con una sonrisa preciosa que él había heredado y los ojos verdes, como los de su hermano mediano y su hermana pequeña. Él era el quinto, de seis. El menor de los varones, el hermano guapo, el siempre alegre y divertido. Y el que había estado los últimos tres días debatiéndose entre la vida y la muerte.
-¿Qué...? ¿Qué ha pasado? -Notaba la voz rasposa. Su madre debió percibirlo también porque le dio un vaso con agua.
-Con cuidado. Así. Muy bien. -Suspiró y le cogió la mano-. Has estado dormido tres días. Papá y yo estábamos tan preocupados. Y tus hermanos. Han estado haciendo guardia en la puerta cada momento libre que tenían. Ayer conseguí obligarles a volver al trabajo. Papá se fue hace media hora a por ropa limpia a casa. Volverá en un rato.
-¿Qué me pasó?
-¿No lo recuerdas? Supongo que es normal, tardarás unos días en recordarlo todo. Pero básicamente se resume en que volvías a casa desde el trabajo, andando, porque hacía buen tiempo. Y al pasar por debajo del puente, para atrochar, como haces siempre, te pillaron, te golpearon y...
-Y ¿qué?
-Uno de ellos te mordió.
-¿Uno de ellos? ¿Quienes? ¿Qué va a pasarme?
-Cálmate, no sabemos si han llegado a contagiarte.
-¿Qué? ¡Me han mordido! ¡Maldición, eso lo complica todo!
-No sabemos si son cambiantes, licántropos u otras criaturas. Incluso pudo haber sido un animal una vez que te dejaron tirado en el descampado. No pierdas la esperanza.
-Pero hay posibilidades de que cambie. ¡¡No tenía que ser así!!
-Esthia, llevas años pidiéndole a tu abuelo que te cambie.
-¡¡No es lo mismo!! El abuelo mola. Ahora me habrá mordido un tipo aleatorio, que seguro que es sucio y feo y huele mal y me voy a convertir en un bicho horrible.
-¿Eso es lo que te preocupa? ¡Has estado a punto de morir!
-Pero no he muerto. No puedes regañarme por eso.
Su madre suspiró. Nunca se sabía cómo iba a reaccionar Esthia a las noticias.
-Sea lo que sea, lo superaremos todos juntos, como siempre.
-Voy a ser un bicho horrible.
-Yo te voy a querer igual.
-Tú eres mi madre, no cuentas.
-No vas a ser un bicho horrible, ¿vale? Has crecido con lobos, sabes lo que son, llevas años preparándote para esto. De acuerdo que ha sido en un momento inesperado, pero... aprenderás a sobrellevarlo, como hizo el abuelo, como ha hecho tu hermano.
-Ya, ya, don soy-el-macho-alfa-y-molo-cantidad.
-Esthia...
-¿Qué? ¡He dicho que mola! No me regañes, que estoy convaleciente.
-Pues a mí me parece que te estás recuperando demasiado rápido.
-Si quieres, me medio muero unos días más.
La pobre mujer se armó de paciencia... Porque le había dado un susto de muerte y ahora estaba allí, soltando tonterias, como siempre, con carita de cansado, pero con esa alegría de siempre en los ojos y eso la tranquilizaba.
-No, déjalo, estás muy bien así, vivito y coleando y sin darme más disgustos.
-Supongo que me quitarían el movil, el dinero y las tarjetas, ¿no?
-No. Se llevaron tu carpeta y el teléfono, pero la documentación y el dinero los tenías intactos. Parece que estaban buscando algo. Algo que tú llevabas encima.
-Pero yo volvía del trabajo, sólo llevaba papeles de... Mierda. Llevaba las notas del proyecto.
-¿Algo importante?
-Sólo eran datos teóricos, pero... sí, podría llegar a serlo si funciona. Dudo que sea algo real, seguramente sólo sea uno de tantos mitos, pero... Mamá, casi la teníamos, la localización del Santuario. Si damos con él, si es real... quizás podamos descubrir cómo revertir el cambio.
-Eso son sólo leyendas.
-Pero todas las leyendas tienen un fundamento de verdad.
-Esthia, cariño, no se puede revertir el efecto de la mordedura.
-Puede que no -se encogió de hombros-. Pero quizás podamos descubrir como controlarlo. Además, si se han tomado tantas molestias para robarme la información, quizás estemos más cerca de lo que pensamos de la verdad.
-O de que os maten.
-No seas aguafiestas.
Era inútil discutir y lo sabía. Lo sabía desde que era hija de quien era, esposa de quien era y madre de quien era. Pero no cambiaría a su familia por nada del mundo, a pesar de lo que sufriera y temiera por ellos. Eran fuertes y capaces y ahora se enfrentaban a una nueva aventura. Sólo el tiempo diría si tenían lo necesario para completarla.
-Shhh. No te muevas, cariño, todo va a salir bien.
Conocía esa voz. Cálida, dulce, cargada de preocupación, que intentaba sonar tranquila. Su mano izquierda se vio envuelta en el calor de otra piel. Fina y suave, aunque madura. Su madre. La sonrisa que afloró a sus labios murió convertida en una mueca de dolor. ¿Qué demonios le había pasado? ¿Por qué sentía que le quemaba la pierna, como si tuviera un fuerte desgarro? Estaba mareado y olía a una extraña mezcla de alcohol, medicinas y sangre. ¿Era su sangre? Sintió caricias en el pelo, como cuando era niño. ¿O es que seguía siendo un niño despertando de una pesadilla?
No podía ser, porque el sonido de las sirenas era tan cercano.. Empezó a ser consciente de su entorno conforme el efecto de lo que sea que le hubieran puesto se iba pasando. Estaba en una ambulancia. Una que iba a toda prisa por el tráfico de la gran ciudad. Quiso hablar para preguntar por qué estaba allí, a dónde le llevaban, pero no podía hablar con el tubo que tenía hasta la tráquea.
Atontado y mareado, quiso casi morirse mientras lo llevaban en la camilla hasta uno de los quirófanos de urgencias. Veía pasar sobre él los tubos fluorescentes del pasillo. Y de nuevo todo se volvió negro bajo el efecto de la anestesia.
-Al fin despiertas. -De nuevo esa voz femenina que tanta paz le otorgaba-. Me tenías tan preocupada, mi niño. -Caricias en su pelo y en su cara, un beso en su frente. Y el mundo parecía un lugar un poco mejor.
Tardó un rato en poder enfocar la vista en ese rostro de sobras conocido, con una sonrisa preciosa que él había heredado y los ojos verdes, como los de su hermano mediano y su hermana pequeña. Él era el quinto, de seis. El menor de los varones, el hermano guapo, el siempre alegre y divertido. Y el que había estado los últimos tres días debatiéndose entre la vida y la muerte.
-¿Qué...? ¿Qué ha pasado? -Notaba la voz rasposa. Su madre debió percibirlo también porque le dio un vaso con agua.
-Con cuidado. Así. Muy bien. -Suspiró y le cogió la mano-. Has estado dormido tres días. Papá y yo estábamos tan preocupados. Y tus hermanos. Han estado haciendo guardia en la puerta cada momento libre que tenían. Ayer conseguí obligarles a volver al trabajo. Papá se fue hace media hora a por ropa limpia a casa. Volverá en un rato.
-¿Qué me pasó?
-¿No lo recuerdas? Supongo que es normal, tardarás unos días en recordarlo todo. Pero básicamente se resume en que volvías a casa desde el trabajo, andando, porque hacía buen tiempo. Y al pasar por debajo del puente, para atrochar, como haces siempre, te pillaron, te golpearon y...
-Y ¿qué?
-Uno de ellos te mordió.
-¿Uno de ellos? ¿Quienes? ¿Qué va a pasarme?
-Cálmate, no sabemos si han llegado a contagiarte.
-¿Qué? ¡Me han mordido! ¡Maldición, eso lo complica todo!
-No sabemos si son cambiantes, licántropos u otras criaturas. Incluso pudo haber sido un animal una vez que te dejaron tirado en el descampado. No pierdas la esperanza.
-Pero hay posibilidades de que cambie. ¡¡No tenía que ser así!!
-Esthia, llevas años pidiéndole a tu abuelo que te cambie.
-¡¡No es lo mismo!! El abuelo mola. Ahora me habrá mordido un tipo aleatorio, que seguro que es sucio y feo y huele mal y me voy a convertir en un bicho horrible.
-¿Eso es lo que te preocupa? ¡Has estado a punto de morir!
-Pero no he muerto. No puedes regañarme por eso.
Su madre suspiró. Nunca se sabía cómo iba a reaccionar Esthia a las noticias.
-Sea lo que sea, lo superaremos todos juntos, como siempre.
-Voy a ser un bicho horrible.
-Yo te voy a querer igual.
-Tú eres mi madre, no cuentas.
-No vas a ser un bicho horrible, ¿vale? Has crecido con lobos, sabes lo que son, llevas años preparándote para esto. De acuerdo que ha sido en un momento inesperado, pero... aprenderás a sobrellevarlo, como hizo el abuelo, como ha hecho tu hermano.
-Ya, ya, don soy-el-macho-alfa-y-molo-cantidad.
-Esthia...
-¿Qué? ¡He dicho que mola! No me regañes, que estoy convaleciente.
-Pues a mí me parece que te estás recuperando demasiado rápido.
-Si quieres, me medio muero unos días más.
La pobre mujer se armó de paciencia... Porque le había dado un susto de muerte y ahora estaba allí, soltando tonterias, como siempre, con carita de cansado, pero con esa alegría de siempre en los ojos y eso la tranquilizaba.
-No, déjalo, estás muy bien así, vivito y coleando y sin darme más disgustos.
-Supongo que me quitarían el movil, el dinero y las tarjetas, ¿no?
-No. Se llevaron tu carpeta y el teléfono, pero la documentación y el dinero los tenías intactos. Parece que estaban buscando algo. Algo que tú llevabas encima.
-Pero yo volvía del trabajo, sólo llevaba papeles de... Mierda. Llevaba las notas del proyecto.
-¿Algo importante?
-Sólo eran datos teóricos, pero... sí, podría llegar a serlo si funciona. Dudo que sea algo real, seguramente sólo sea uno de tantos mitos, pero... Mamá, casi la teníamos, la localización del Santuario. Si damos con él, si es real... quizás podamos descubrir cómo revertir el cambio.
-Eso son sólo leyendas.
-Pero todas las leyendas tienen un fundamento de verdad.
-Esthia, cariño, no se puede revertir el efecto de la mordedura.
-Puede que no -se encogió de hombros-. Pero quizás podamos descubrir como controlarlo. Además, si se han tomado tantas molestias para robarme la información, quizás estemos más cerca de lo que pensamos de la verdad.
-O de que os maten.
-No seas aguafiestas.
Era inútil discutir y lo sabía. Lo sabía desde que era hija de quien era, esposa de quien era y madre de quien era. Pero no cambiaría a su familia por nada del mundo, a pesar de lo que sufriera y temiera por ellos. Eran fuertes y capaces y ahora se enfrentaban a una nueva aventura. Sólo el tiempo diría si tenían lo necesario para completarla.
Esthia Vikorida- Licántropo Clase Baja
- Mensajes : 181
Fecha de inscripción : 02/02/2017
Re: [París, 2017] CatismineandIfuckhimwhenIwant.
— ...te juro que un día de estos te desheredo y luego me baño en champán...
— el champán pica en los ojos, y además te hará más bien que te bañes en aceite de almendras que al menos quita las arrugas...
— ¡¡Vuelve a decirme algo como eso y me quedo con el coche!!
— eh!... ni hablar!! el coche es mío!!
— ¿seguro? ¿por qué no compruebas los papeles?
— joder mamá... pfffff...Vale. ¿A dónde dices que tengo que ir? me toca mucho los cojones los asuntitos secretos del Consejo...
— ¡¡¡Colton, esa boca!!!. Al hospital De les Invalides. Habitación 327.
— Bien. Me presentaré allí y le diré: Hola, no me conoces, soy un cambiante león miembro de un grupo secreto y de élite que andamos detrás de unas reliquias milenarias y sabemos que tú también. ¿Podrías por favor decirme donde están los planos y como eran los tipos que te asaltaron? porque quizás podrían ser mis primos o quizás la mafia rusa te persigue.
— Bah! no seas dramático. Algo se te ocurrirá. ¿Prefieres que vaya yo?
— ni de coña. Dame las llaves.
Colton salió con las llaves del Audi TT rojo en las manos, colocándose las gafas de sol para evitar el resplandor de la tarde. Su madre era insufrible, era la consejera Medala, una de las más importantes dentro de la cúpula de mando de los cambiaformas en Europa, y una de las mejores fiscales de Francia. Sus padres se divorciaron cuando Colton contaba con ocho años, su padre regresó del ejército con síndrome de estrés postraumático y comenzó a beber en grandes cantidades. Su madre rehizo su vida y tenía un medio hermano: Bastian. Todos eran leones africanos excepto Bash, que era un león de las montañas.
Su dorada melena, de un rubio casi antinatural, a juego con la barba espesa que últimamente se dejaba, llamaban la atención de la gente, que solían girarse a su paso. esa anatomía potente y equilibrada, de elegantes movimientos felinos era hipnótica.
Cuando salía de bares o a correr por la orilla del Sena, solía sucederle que quienes le entraban lo prejuzgaban y pensaban que su oficio sería el de policía, actor o bombero. Pero cuando decía que era arqueólogo y que trabajaba en el Louvre rodeado de legajos viejos y papiros, las caras solían ser de absoluta sorpresa.
Aparcó el coche en el parking del hospital y recorrió los pasillos en busca de la habitación que su madre le había dicho. Siempre discutían, siempre estaban de uñas, porque no podían ser más diferentes. Medala era controladora, mandona, una líder nata pero no tenía escrúpulos en cuanto a los métodos, en su caso el fin siempre justificaba los medios. Era la leona que cuidaba de su prole. Colton pasaba absolutamente de la política, del poder, de los tejemanejes del Consejo y sus chorradas. Pero no iba a dejar que nadie metiera el hocico en su terreno. La búsqueda de los vasos de Tutankhamón era vital para los Bastet. Se decía que quien los poseía, si tenía la magia suficiente, podría atrapar el alma de los cambiantes en su interior, especialmente la de los felinos. No iba a dejar que su madre metiera las zarpas.
¿Qué iba a decirle al chaval al que habían asaltado? pfff. Tendría que improvisar. Llegó a la susodicha puerta y llamó con los nudillos.
— el champán pica en los ojos, y además te hará más bien que te bañes en aceite de almendras que al menos quita las arrugas...
— ¡¡Vuelve a decirme algo como eso y me quedo con el coche!!
— eh!... ni hablar!! el coche es mío!!
— ¿seguro? ¿por qué no compruebas los papeles?
— joder mamá... pfffff...Vale. ¿A dónde dices que tengo que ir? me toca mucho los cojones los asuntitos secretos del Consejo...
— ¡¡¡Colton, esa boca!!!. Al hospital De les Invalides. Habitación 327.
— Bien. Me presentaré allí y le diré: Hola, no me conoces, soy un cambiante león miembro de un grupo secreto y de élite que andamos detrás de unas reliquias milenarias y sabemos que tú también. ¿Podrías por favor decirme donde están los planos y como eran los tipos que te asaltaron? porque quizás podrían ser mis primos o quizás la mafia rusa te persigue.
— Bah! no seas dramático. Algo se te ocurrirá. ¿Prefieres que vaya yo?
— ni de coña. Dame las llaves.
Colton salió con las llaves del Audi TT rojo en las manos, colocándose las gafas de sol para evitar el resplandor de la tarde. Su madre era insufrible, era la consejera Medala, una de las más importantes dentro de la cúpula de mando de los cambiaformas en Europa, y una de las mejores fiscales de Francia. Sus padres se divorciaron cuando Colton contaba con ocho años, su padre regresó del ejército con síndrome de estrés postraumático y comenzó a beber en grandes cantidades. Su madre rehizo su vida y tenía un medio hermano: Bastian. Todos eran leones africanos excepto Bash, que era un león de las montañas.
Su dorada melena, de un rubio casi antinatural, a juego con la barba espesa que últimamente se dejaba, llamaban la atención de la gente, que solían girarse a su paso. esa anatomía potente y equilibrada, de elegantes movimientos felinos era hipnótica.
Cuando salía de bares o a correr por la orilla del Sena, solía sucederle que quienes le entraban lo prejuzgaban y pensaban que su oficio sería el de policía, actor o bombero. Pero cuando decía que era arqueólogo y que trabajaba en el Louvre rodeado de legajos viejos y papiros, las caras solían ser de absoluta sorpresa.
Aparcó el coche en el parking del hospital y recorrió los pasillos en busca de la habitación que su madre le había dicho. Siempre discutían, siempre estaban de uñas, porque no podían ser más diferentes. Medala era controladora, mandona, una líder nata pero no tenía escrúpulos en cuanto a los métodos, en su caso el fin siempre justificaba los medios. Era la leona que cuidaba de su prole. Colton pasaba absolutamente de la política, del poder, de los tejemanejes del Consejo y sus chorradas. Pero no iba a dejar que nadie metiera el hocico en su terreno. La búsqueda de los vasos de Tutankhamón era vital para los Bastet. Se decía que quien los poseía, si tenía la magia suficiente, podría atrapar el alma de los cambiantes en su interior, especialmente la de los felinos. No iba a dejar que su madre metiera las zarpas.
¿Qué iba a decirle al chaval al que habían asaltado? pfff. Tendría que improvisar. Llegó a la susodicha puerta y llamó con los nudillos.
Colton Bradley- Cambiante Clase Alta
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Fecha de inscripción : 17/04/2016
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Re: [París, 2017] CatismineandIfuckhimwhenIwant.
La habitación parecía una feria. Un hombre joven, que rondaría la treintena, estaba en la cama, enchufado a un gotero que ya había consumido más de la mitad. A su alrededor, se repartían un puñado de hombres y mujeres. En el sillón junto a la cama, un hombre alto y fornido, ya entrado en años, pero que parecía conservarse muy bien. Peinaba canas, pero eso no le restaba presencia. Sentada en el brazo derecho del sillón se encontraba una mujer menuda y pelirroja, con grandes ojos verdes y que era el adulto más joven de la habitación. Tendría unos 28 años y se entretenía jugando a peinar la muñeca de la pequeña cosita rubia con coletas que se agarraba a su pierna.
Al otro lado de la habitación, en el otro sillón, otro varón que aparentaba unos cincuenta y algo, junto a una mujer pocos años menor que él, cuyo rostro mostraba el cansancio por no haberse movido apenas de aquel cuarto en varios días.
De pie, alrededor de la cama, dos hombres y una mujer más, rubia y de aspecto delicado, que casi parecía fuera de lugar allí. Uno de los hombres, moreno, de ojos oscuros y gesto hosco tenía a un niño en brazos.
Una estampa de lo más familiar... y eso que aún faltaban miembros en aquella pintoresca familia.
La conversación que tenían se interrumpió cuando llamaron a la puerta y un tenso silencio de impuso en el ambiente, todos mirando hacia la puerta, expectantes.
Cuando la hoja de madera se abrió, dejando paso al rubio, el más mayor de los presentes se puso en pie.
-Vaya. Ya me extrañaba a mí... -murmuró al aire, atrayendo las miradas sobre él, pero no dijo nada más. Se reservó el pensamiento de que esperaba ver algún cambiante rondando por allí. El Consejo solía meter el hocico en todo lo que ocurría. En parte era normal, lo entendía, pues él mismo tenía tratos cercanos con varios de sus miembros. Pero su nieto estaba recuperándose y necesitaba tranquilidad. Se dirigió hasta la puerta y al cruzarse con el rubio felino lo miró de arriba a abajo-. Presenta mis respetos a tu madre, muchacho. Pero la próxima vez me gustaría que tuviera un poco más de paciencia y dejara que el herido se recuperara antes de mandar a alguien a curiosear. La curiosidad mató al gato -culminó con una media sonrisa, como si aquello fuera una broma que no esperaba que entendiera, pero que su madre compartiría cuando se la transmitiera.
Como si fuera una muda orden, todos los presentes en la habitación fueron saliendo uno a uno, salvo el hombre que tenía en brazos al pequeño, que fue entregado a la rubia. El alegre moreno de ojos azules le dijo adiós al niño con la mano.
-Y tú eres... -dejó la frase en el aire, al verse casi a solas con el recién llegado.
Le resultó extraño que todos se hubieran ido por la llegada de alguien a quien no había visto nunca, pero que su abuelo parecía conocer. Bueno, todos no, su hermano mayor seguía allí, perenne, dando la misma conversación que un mueble, pero mirando al rubio león con sospecha.
Al otro lado de la habitación, en el otro sillón, otro varón que aparentaba unos cincuenta y algo, junto a una mujer pocos años menor que él, cuyo rostro mostraba el cansancio por no haberse movido apenas de aquel cuarto en varios días.
De pie, alrededor de la cama, dos hombres y una mujer más, rubia y de aspecto delicado, que casi parecía fuera de lugar allí. Uno de los hombres, moreno, de ojos oscuros y gesto hosco tenía a un niño en brazos.
Una estampa de lo más familiar... y eso que aún faltaban miembros en aquella pintoresca familia.
La conversación que tenían se interrumpió cuando llamaron a la puerta y un tenso silencio de impuso en el ambiente, todos mirando hacia la puerta, expectantes.
Cuando la hoja de madera se abrió, dejando paso al rubio, el más mayor de los presentes se puso en pie.
-Vaya. Ya me extrañaba a mí... -murmuró al aire, atrayendo las miradas sobre él, pero no dijo nada más. Se reservó el pensamiento de que esperaba ver algún cambiante rondando por allí. El Consejo solía meter el hocico en todo lo que ocurría. En parte era normal, lo entendía, pues él mismo tenía tratos cercanos con varios de sus miembros. Pero su nieto estaba recuperándose y necesitaba tranquilidad. Se dirigió hasta la puerta y al cruzarse con el rubio felino lo miró de arriba a abajo-. Presenta mis respetos a tu madre, muchacho. Pero la próxima vez me gustaría que tuviera un poco más de paciencia y dejara que el herido se recuperara antes de mandar a alguien a curiosear. La curiosidad mató al gato -culminó con una media sonrisa, como si aquello fuera una broma que no esperaba que entendiera, pero que su madre compartiría cuando se la transmitiera.
Como si fuera una muda orden, todos los presentes en la habitación fueron saliendo uno a uno, salvo el hombre que tenía en brazos al pequeño, que fue entregado a la rubia. El alegre moreno de ojos azules le dijo adiós al niño con la mano.
-Y tú eres... -dejó la frase en el aire, al verse casi a solas con el recién llegado.
Le resultó extraño que todos se hubieran ido por la llegada de alguien a quien no había visto nunca, pero que su abuelo parecía conocer. Bueno, todos no, su hermano mayor seguía allí, perenne, dando la misma conversación que un mueble, pero mirando al rubio león con sospecha.
Esthia Vikorida- Licántropo Clase Baja
- Mensajes : 181
Fecha de inscripción : 02/02/2017
Re: [París, 2017] CatismineandIfuckhimwhenIwant.
— Colton Bradley. Me envía el Consejo.— Observó al viejo enarcando sus rubias cejas y sonriendo de medio lado.— Descuide, le transmitiré a mi madre sus palabras punto por punto. Pero puedo avanzarle que seguramente le mande una flores por respuesta con una tarjetita que diga "Muerto el perro se acabó la rabia".
Entonces amplió su sonrisa hasta que ésta fue completa, porque él era el primero que no se tomaba en serio a los viejos gruñones que discutían sobre agravios antiguos y normas obsoletas. Medala se caracterizaba por tener un carácter de mil demonios y una lengua tan viperina como la de una serpiente, él lo sabía, todo el mundo lo sabía, y no pasaba nada por bromear sobre eso. Aunque estaba bastante convencido de que sería lo que la leona haría.
— Siento presentarme así y ahora... digamos que no me han dado muchas opciones de elegir y créame que tenía cosas mejores que hacer pero es mejor que venga yo.— se acercó al lobo viejo y le tendió la mano, que lo cortés no quitaba lo valiente. Hizo lo mismo con el mueble de brazos cruzados antes de acercarse al enfermo al que observó concienzudamente. Le habían vapuleado a base de bien y sin embargo esos ojos y ese gesto no parecían estar acordes con el grado de dolor y molestia que debería sentir. La morfina hacía milagros. Lejos estaba de saber que la paliza no era lo peor que le habían hecho.
— Supongo que serás...ehm...— Sacó una libreta con el anagrama del Louvre donde trabajaba y la abrió, allí tenía anotadas las cosas que solía olvidar porque tantos datos no cabían en su cerebro.— ¿Esthia Vikórida? nos informaron de que el ataque no fue fortuito, iban buscando algo concreto y tú debes tener esa información... digamos que... soy un friky de los expedientes X, a mi no me llaman para repartir palos, pero cuando hay cosas que impliquen reliquias y leyendas y esas cosas...es mi campo.
Se quedó en pie delante de Esthia, yendo directo al grano porque tampoco quería demorar demasiado la visita, asi su familia podría regresar a la habitación y él podría volver al museo a enterrarse bajo montañas de libros para no ir a casa. No le apetecía que lo arrastrasen a otra fiesta, cena o lo que fuera, quería acabar la investigación de los vasos cuanto antes.
Entonces amplió su sonrisa hasta que ésta fue completa, porque él era el primero que no se tomaba en serio a los viejos gruñones que discutían sobre agravios antiguos y normas obsoletas. Medala se caracterizaba por tener un carácter de mil demonios y una lengua tan viperina como la de una serpiente, él lo sabía, todo el mundo lo sabía, y no pasaba nada por bromear sobre eso. Aunque estaba bastante convencido de que sería lo que la leona haría.
— Siento presentarme así y ahora... digamos que no me han dado muchas opciones de elegir y créame que tenía cosas mejores que hacer pero es mejor que venga yo.— se acercó al lobo viejo y le tendió la mano, que lo cortés no quitaba lo valiente. Hizo lo mismo con el mueble de brazos cruzados antes de acercarse al enfermo al que observó concienzudamente. Le habían vapuleado a base de bien y sin embargo esos ojos y ese gesto no parecían estar acordes con el grado de dolor y molestia que debería sentir. La morfina hacía milagros. Lejos estaba de saber que la paliza no era lo peor que le habían hecho.
— Supongo que serás...ehm...— Sacó una libreta con el anagrama del Louvre donde trabajaba y la abrió, allí tenía anotadas las cosas que solía olvidar porque tantos datos no cabían en su cerebro.— ¿Esthia Vikórida? nos informaron de que el ataque no fue fortuito, iban buscando algo concreto y tú debes tener esa información... digamos que... soy un friky de los expedientes X, a mi no me llaman para repartir palos, pero cuando hay cosas que impliquen reliquias y leyendas y esas cosas...es mi campo.
Se quedó en pie delante de Esthia, yendo directo al grano porque tampoco quería demorar demasiado la visita, asi su familia podría regresar a la habitación y él podría volver al museo a enterrarse bajo montañas de libros para no ir a casa. No le apetecía que lo arrastrasen a otra fiesta, cena o lo que fuera, quería acabar la investigación de los vasos cuanto antes.
Colton Bradley- Cambiante Clase Alta
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Fecha de inscripción : 17/04/2016
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Re: [París, 2017] CatismineandIfuckhimwhenIwant.
La taladrante mirada de los ojos oscuros del licántropo que permanecía al margen de la conversación dejaba más que claro que no iba a tolerar que soliviantasen al enfermo. Era la clásica mirada de "A mi hermano sólo le toco yo".
Ignorándola completamente, porque ya estaba más que acostumbrado a esa expresión en los ojos de su hermano, Esthia dedicó una sonrisa al rubio.
-Se llevaron mis apuntes del proyecto...
-Grrr -el gruñido de advertencia de su hermano cortó sus palabras.
-¿Qué?
-Eres idiota.
-¿Y eso a qué viene?
-Llega cualquiera y te pones a cantar como un pajarillo.
-¡¡No es cualquiera!!
-...
-No lo es. Díselo -ordenó, mirando a Colton y señalando a su hermano-. Dile que no eres cualquiera. Has dicho que venías del Consejo. Eso se supone que es bueno, ¿no?
-El Consejo no vendrá a ayudarte. Es probable que sean los que te atacaron.
-¿Cómo van a ser lo que me ataca...? ¡¡Eh!! ¿Y si son los que me atacaron? ¿Y si han venido a rematarme? ¡¡No me cogereis tan fácilmente!! -agarró la almohada como si fuese a tirársela al león a la cabeza.
-Esthia...
-¡Pero tú has dicho que venía a matarme!
-...
-¡Lo has dicho!
El mayor se apretó el puente de la nariz. Porque tratar con Esthia cuando se aburría era agotador.
-Pero...
-...
-Jo. Nunca me dejais hacer nada. Deberías tomarte la vida con menos drama. ¿Ése es el ejemplo que quieres darle a mis sobrinos?
Su hermano puso los ojos en blanco y se dirigió al león:
-¿Qué es exactamente lo que el Consejo quiere saber y por qué justo ahora?
Porque él no era tan inocente como su hermano pequeño y daba por sentado que el Consejo ya había metido las narices para conocer de qué iba el proyecto de trabajo de su hermano en la Facultad de Historia. Se suponía que era una investigación sobre las antiguas civilizaciones, sus mitos, sus supersticiones y la localización de algo llamado el Santuario, que debía de ser como el Santo Grial, algo super importante, que nadie sabía dónde estaba y al que le habían puesto un nombre bastante cutre. Hilando fino -y tirando mucho de imaginación, intuición y algunas fuentes no al alcance de la mayoria de investigadores-, Esthia y sus dos compañeros habían conseguido acotar el área del lugar donde podía situarse el Santuario en lo que actualmente era el norte de África.
Ignorándola completamente, porque ya estaba más que acostumbrado a esa expresión en los ojos de su hermano, Esthia dedicó una sonrisa al rubio.
-Se llevaron mis apuntes del proyecto...
-Grrr -el gruñido de advertencia de su hermano cortó sus palabras.
-¿Qué?
-Eres idiota.
-¿Y eso a qué viene?
-Llega cualquiera y te pones a cantar como un pajarillo.
-¡¡No es cualquiera!!
-...
-No lo es. Díselo -ordenó, mirando a Colton y señalando a su hermano-. Dile que no eres cualquiera. Has dicho que venías del Consejo. Eso se supone que es bueno, ¿no?
-El Consejo no vendrá a ayudarte. Es probable que sean los que te atacaron.
-¿Cómo van a ser lo que me ataca...? ¡¡Eh!! ¿Y si son los que me atacaron? ¿Y si han venido a rematarme? ¡¡No me cogereis tan fácilmente!! -agarró la almohada como si fuese a tirársela al león a la cabeza.
-Esthia...
-¡Pero tú has dicho que venía a matarme!
-...
-¡Lo has dicho!
El mayor se apretó el puente de la nariz. Porque tratar con Esthia cuando se aburría era agotador.
-Pero...
-...
-Jo. Nunca me dejais hacer nada. Deberías tomarte la vida con menos drama. ¿Ése es el ejemplo que quieres darle a mis sobrinos?
Su hermano puso los ojos en blanco y se dirigió al león:
-¿Qué es exactamente lo que el Consejo quiere saber y por qué justo ahora?
Porque él no era tan inocente como su hermano pequeño y daba por sentado que el Consejo ya había metido las narices para conocer de qué iba el proyecto de trabajo de su hermano en la Facultad de Historia. Se suponía que era una investigación sobre las antiguas civilizaciones, sus mitos, sus supersticiones y la localización de algo llamado el Santuario, que debía de ser como el Santo Grial, algo super importante, que nadie sabía dónde estaba y al que le habían puesto un nombre bastante cutre. Hilando fino -y tirando mucho de imaginación, intuición y algunas fuentes no al alcance de la mayoria de investigadores-, Esthia y sus dos compañeros habían conseguido acotar el área del lugar donde podía situarse el Santuario en lo que actualmente era el norte de África.
Esthia Vikorida- Licántropo Clase Baja
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Re: [París, 2017] CatismineandIfuckhimwhenIwant.
El león observó los gestos del licántropo que en teoría era el menor de los hermanos y no pudo por menos que reprimir malamente una sonrisa, parecía un tipo divertido. Quizás lo invitase a tomar una cerveza cuando aquello acabase. Sin embargo el otro tenía la pose seria y autoritaria, digna, como si... como si le hubieran pegado cinta americana al escroto y hubieran tirado de ella. Eso es. Los licántropos no podían leer la mente ¿no? ups. No, no, eso era cosa de brujos. Porque si el tipo lo hubiera escuchado, iba a salir sin un brazo o dos menos de aquel hospital.
Se pasó la mano por el pelo intentando recuperar la compostura a duras penas, porque la escena de las quejas y la almohada le había parecido bastante divertida.
— Verá... hay cosas que no puedo decir mayormente porque...no las sé. Oiga, soy un mandado. Mi madre es la consejera Medala, ¡qué le puedo decir! yo sólo me dedico a conservar papeles viejos en el Louvre y ahora que han intentado robarle el proyecto...me gustaría que me contase más al respecto. Yo también ando enfrascado en una búsqueda de unas reliquias que de ser descubiertas... sus efectos no serían muy deseables. No tengo ningun interés en las políticas y tejemanejes de los viejos que se aburren en el poder.
Se acercó a la silla que había a un lado de Esthia y se sentó allí sin pedir permiso, pero había a un lado un jarrón de flores lleno de un montón de margaritas de colores, tulipanes y rosas. Su olfato se felino se vio inmediatamente agredido por el polen de tanta variedad floral y estornudó dos veces.
— vaya!! lo siento... achuuuuuus!!.— se acabó levantando de la silla y retrocediendo hacia donde estaba antes.— será posible...no me afectan los licántropos y me dan alergia las flores...pffff... Como iba diciendo...¿recuerda algo de quienes le atacaron? hay alguna cosa en su estudio que pudiera ser de interés para que los localicemos...?
Se pasó la mano por el pelo intentando recuperar la compostura a duras penas, porque la escena de las quejas y la almohada le había parecido bastante divertida.
— Verá... hay cosas que no puedo decir mayormente porque...no las sé. Oiga, soy un mandado. Mi madre es la consejera Medala, ¡qué le puedo decir! yo sólo me dedico a conservar papeles viejos en el Louvre y ahora que han intentado robarle el proyecto...me gustaría que me contase más al respecto. Yo también ando enfrascado en una búsqueda de unas reliquias que de ser descubiertas... sus efectos no serían muy deseables. No tengo ningun interés en las políticas y tejemanejes de los viejos que se aburren en el poder.
Se acercó a la silla que había a un lado de Esthia y se sentó allí sin pedir permiso, pero había a un lado un jarrón de flores lleno de un montón de margaritas de colores, tulipanes y rosas. Su olfato se felino se vio inmediatamente agredido por el polen de tanta variedad floral y estornudó dos veces.
— vaya!! lo siento... achuuuuuus!!.— se acabó levantando de la silla y retrocediendo hacia donde estaba antes.— será posible...no me afectan los licántropos y me dan alergia las flores...pffff... Como iba diciendo...¿recuerda algo de quienes le atacaron? hay alguna cosa en su estudio que pudiera ser de interés para que los localicemos...?
Colton Bradley- Cambiante Clase Alta
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Re: [París, 2017] CatismineandIfuckhimwhenIwant.
El mayor de los licántropos bufó, pero se limitó a asentir. Sabía muy bien quién era Medala y que no le contaría sus movimientos ni a su propio hijo. Pero tampoco le gustaba que metieran la nariz en los asuntos de su familia. No cuando hacía años que los licántropos estaban apartados del Consejo, sin más motivo que el no querer entregar sus territorios al control de un puñado de viejos más preocupados por la política que por su seguridad.
Las áreas que habitaban los lobos y aquellos lugares por los que se movían los miembros de las manadas eran seguros. No había guardería, colegio, instituto, universidad o centro de estudios en que hubiera un licántropo que no contara con la protección de una manada. Igualmente, los que ya eran adultos y trabajaban, se encargaban de su propia seguridad de la de aquellos otros que tenían cerca. Funcionaban bien. Si el Consejo no entendía que debía dejar la protección de los cachorros a los lobos, que lo llevaban en la sangre y que no iban a confiar en nadie ajeno a la manada salvo que no les quedara otra opción... es que sabían muy poco de lobos.
Esthia sonrió ante los estornudos del león.
-Porque los lobos somos hipoalegénicos. -Ignoró los ojos en blanco de su hermano-. Fue todo muy rápido, en realidad, ya se lo dije a la poli. No sé quienes eran ni si eran humanos o cambiaformas o vampiros u otra cosa. Ni siquiera sé qué esperan sacar de mis apuntes. Nadie entiende mis notas. Siempre tengo dibujitos y abreviaturas raras y esas cosas. Estabamos recopilando leyendas sobre la licantropía y otras transformaciones. Muchas no son más que mitos, pero empezábamos a reunir algunos datos interesantes sobre una teoría para revertir el proceso. Ya sabe, volver a ser humanos normales. Podría aplicarse, en teoría, a cualquier criatura, incluso a vampiros. ¡¡Pero son sólo datos en un papel!! No hay ninguna prueba ni nada. Por eso no entiendo que quisieran robarnos la información.
Las áreas que habitaban los lobos y aquellos lugares por los que se movían los miembros de las manadas eran seguros. No había guardería, colegio, instituto, universidad o centro de estudios en que hubiera un licántropo que no contara con la protección de una manada. Igualmente, los que ya eran adultos y trabajaban, se encargaban de su propia seguridad de la de aquellos otros que tenían cerca. Funcionaban bien. Si el Consejo no entendía que debía dejar la protección de los cachorros a los lobos, que lo llevaban en la sangre y que no iban a confiar en nadie ajeno a la manada salvo que no les quedara otra opción... es que sabían muy poco de lobos.
Esthia sonrió ante los estornudos del león.
-Porque los lobos somos hipoalegénicos. -Ignoró los ojos en blanco de su hermano-. Fue todo muy rápido, en realidad, ya se lo dije a la poli. No sé quienes eran ni si eran humanos o cambiaformas o vampiros u otra cosa. Ni siquiera sé qué esperan sacar de mis apuntes. Nadie entiende mis notas. Siempre tengo dibujitos y abreviaturas raras y esas cosas. Estabamos recopilando leyendas sobre la licantropía y otras transformaciones. Muchas no son más que mitos, pero empezábamos a reunir algunos datos interesantes sobre una teoría para revertir el proceso. Ya sabe, volver a ser humanos normales. Podría aplicarse, en teoría, a cualquier criatura, incluso a vampiros. ¡¡Pero son sólo datos en un papel!! No hay ninguna prueba ni nada. Por eso no entiendo que quisieran robarnos la información.
Esthia Vikorida- Licántropo Clase Baja
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Re: [París, 2017] CatismineandIfuckhimwhenIwant.
Leyendas sin importancia que empezaban a tenerla en tanto en cuanto alguien estaba dispuesto a matar por ellas. Enarcó las cejas y abrió aquellos inmensos ojos azules, llenos de la innata curiosidad felina que genéticamente le llevaba a meter las narices donde no debía.
— entiendo...claro... entonces seguramente haya sido una confusión, o quizás un ajuste de cuentas contra la persona equivocada...Bien, pues no le molesto más, seguro que necesita reponerse, descansar y comer la horrible comida que ponen en los hospitales.— se levantó perezosamente como los gatos y le estrechó la mano al otro licántropo, al mayor, que le seguía mirando ceñudo.— un buen truco es esconder los donuts en una bolsa de H&M, nunca sospechan. Le mandaré el informe al Consejo y supongo que con eso les bastará.
Se metió la mano en el bolsillo del culo del ajustado vaquero desgastado y sacó una tarjeta que le tendió a Esthia.
— si recuerda algo más, o algún día le apetece venir a buscar información para sus leyendas a la biblioteca del Louvre, llámeme, estaré en la trastienda estudiando las momias y los legajos viejos.
Le sonrió de medio lado corroborando que la invitación no era meramente cortés. El gato era sibarita, como todos los gatos y cuando veía algo que le gustaba no perdía la oportunidad de rondarlo.
— entiendo...claro... entonces seguramente haya sido una confusión, o quizás un ajuste de cuentas contra la persona equivocada...Bien, pues no le molesto más, seguro que necesita reponerse, descansar y comer la horrible comida que ponen en los hospitales.— se levantó perezosamente como los gatos y le estrechó la mano al otro licántropo, al mayor, que le seguía mirando ceñudo.— un buen truco es esconder los donuts en una bolsa de H&M, nunca sospechan. Le mandaré el informe al Consejo y supongo que con eso les bastará.
Se metió la mano en el bolsillo del culo del ajustado vaquero desgastado y sacó una tarjeta que le tendió a Esthia.
— si recuerda algo más, o algún día le apetece venir a buscar información para sus leyendas a la biblioteca del Louvre, llámeme, estaré en la trastienda estudiando las momias y los legajos viejos.
Le sonrió de medio lado corroborando que la invitación no era meramente cortés. El gato era sibarita, como todos los gatos y cuando veía algo que le gustaba no perdía la oportunidad de rondarlo.
Colton Bradley- Cambiante Clase Alta
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Re: [París, 2017] CatismineandIfuckhimwhenIwant.
-No.
-¿No qué?
-Lo que estás pensando.
-No sabes que lo que estoy pensando.
-Te conozco, Esthia.
-Ti quinizqui, Isthii -remedó-. Sólo quiero ir a ver esos documentos.
-Y eso es justamente lo que me preocupa. Lo que hagas o dejes de hacer con él me la trae al pairo. Pero casi te matan por lo que sea que hayas estado curioseando.
-¡¡Es mi proyecto de investigación!! Sólo es una teoría, pero si depuro las leyendas, quizás pueda encontrar algo consistente.
-Conseguirás que te maten.
-Por favoooooor. ¿Sí?
El mayor puso los ojos en blanco y se rindió, porque era mejor dejarle hacer algo que le interesaba tanto que impedírselo y que hiciera alguna tontería. Así, al menos, sabría dónde estaría.
-Cuando salgas de aquí, lo veremos.
-¡¡Yuju!!
Diez días después, en la tranquilidad de su habitación, jugueteó con la tarjeta del león entre sus dedos, decidiendo si debía llamar, mandar un mensaje o recurrir al correo electrónico. Una llamada podía ser inoportuna. Un correo demasiado formal o impersonal. Así que se decidió por el mensaje al movil.
Tecleó rápidamente y leyó el texto escrito:
"Hola, Theron. Soy Esthia, no sé si te acuerdas de mí o si tienes demasiados lobos que te provoquen alergia. =) ¿Sigue en pie la oferta de ir a consultar textos en el Louvre? Llevaré pastelitos. ó.ò Ya me dirás cuando te viene bien. ¡¡Gracias!!"
-Sí, yo creo que está bien así. Hala. Enviado.
Se levantó, en calzoncillos, con la camiseta arrugada por dormir y descalzo. Bajó hasta la cocina, donde su madre estaba preparando su postre favorito y metió el dedo en la masa, para chuparlo con deleite.
-¿No qué?
-Lo que estás pensando.
-No sabes que lo que estoy pensando.
-Te conozco, Esthia.
-Ti quinizqui, Isthii -remedó-. Sólo quiero ir a ver esos documentos.
-Y eso es justamente lo que me preocupa. Lo que hagas o dejes de hacer con él me la trae al pairo. Pero casi te matan por lo que sea que hayas estado curioseando.
-¡¡Es mi proyecto de investigación!! Sólo es una teoría, pero si depuro las leyendas, quizás pueda encontrar algo consistente.
-Conseguirás que te maten.
-Por favoooooor. ¿Sí?
El mayor puso los ojos en blanco y se rindió, porque era mejor dejarle hacer algo que le interesaba tanto que impedírselo y que hiciera alguna tontería. Así, al menos, sabría dónde estaría.
-Cuando salgas de aquí, lo veremos.
-¡¡Yuju!!
Diez días después, en la tranquilidad de su habitación, jugueteó con la tarjeta del león entre sus dedos, decidiendo si debía llamar, mandar un mensaje o recurrir al correo electrónico. Una llamada podía ser inoportuna. Un correo demasiado formal o impersonal. Así que se decidió por el mensaje al movil.
Tecleó rápidamente y leyó el texto escrito:
"Hola, Theron. Soy Esthia, no sé si te acuerdas de mí o si tienes demasiados lobos que te provoquen alergia. =) ¿Sigue en pie la oferta de ir a consultar textos en el Louvre? Llevaré pastelitos. ó.ò Ya me dirás cuando te viene bien. ¡¡Gracias!!"
-Sí, yo creo que está bien así. Hala. Enviado.
Se levantó, en calzoncillos, con la camiseta arrugada por dormir y descalzo. Bajó hasta la cocina, donde su madre estaba preparando su postre favorito y metió el dedo en la masa, para chuparlo con deleite.
Esthia Vikorida- Licántropo Clase Baja
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Re: [París, 2017] CatismineandIfuckhimwhenIwant.
Estaba corriendo al ritmo de la BSO de Rocky, motivado, sudando, cuando en el teléfono le apareció un mensaj de un número desconocido. Lo miró brevemente y al ver de quién era, se detuvo. Ese mensaje estaba escrito con un toque tan jovial que daba miedo. ¿Estaba tratando de ser simpático y era una pose o en verdad era un chico así de agradable? hum... su curiosidad gatuna no podía soportar los misterios por resolver. Tecleó la respuesta:
< Creo que la alergia me la daba tu hermano el gruñón . Prácticamente vivo en el Louvre, excepto cuando estoy por ahí pasándolo bien XD. Trae pastelitos o no te dejaré entrar!! ¿mañana por la tarde?>
Le arrancó una enorme sonrisa saber que al día siguiente tendría la oportunidad de charlar con Esthia, que le había caido muy bien, y de paso hablar del asunto del estudio de aquellas leyendas y del ataque, sin la inquisitiva mirada del hermano mayor, que parecía que iba a morderle encualquier momento.
Levantó el brazo y se olió, poniendo gesto de disgusto. se acabó el correr, derecho a la ducha!! no podía soportar ni su propio olor corporal, tenía el instinto felino demasiado arraigado en su ser.
Al día siguiente aprovechó para organizar su despacho, era muy escrupuloso y solía tenerlo todo impoluto, no podía vivir en mitad del caos y la inmundicia, y eso era justamente lo que consideraba aquella pila de legajos y libros sin orden ni sentido. Una vez estuvo todo ordenado a su gusto sonrió y sacó el libro que estaba investigando sobre mitología egipcia. Cuando pasaba tantas horas frente al escritorio se ponía las gafas. Era sólo un pequeño defecto de visión, todo el mundo sabía que de noche su vista no tenía parangón, pero de dia...se le cansaba fácilmente. Escuchó el sonido de los nudillos al llamar a la puerta. Espera!! había quedando dentro de una hora!! Esthia se había adelantado, pero le daba lo mismo. Se pasó las manos por el pelo, que era imposible de mantener a raya y carraspeó.
— Si traes pasteles enséñamelos por la puerta, o no te dejaré pasar.— esbozó una sonrisa divertida.
< Creo que la alergia me la daba tu hermano el gruñón . Prácticamente vivo en el Louvre, excepto cuando estoy por ahí pasándolo bien XD. Trae pastelitos o no te dejaré entrar!! ¿mañana por la tarde?>
Le arrancó una enorme sonrisa saber que al día siguiente tendría la oportunidad de charlar con Esthia, que le había caido muy bien, y de paso hablar del asunto del estudio de aquellas leyendas y del ataque, sin la inquisitiva mirada del hermano mayor, que parecía que iba a morderle encualquier momento.
Levantó el brazo y se olió, poniendo gesto de disgusto. se acabó el correr, derecho a la ducha!! no podía soportar ni su propio olor corporal, tenía el instinto felino demasiado arraigado en su ser.
Al día siguiente aprovechó para organizar su despacho, era muy escrupuloso y solía tenerlo todo impoluto, no podía vivir en mitad del caos y la inmundicia, y eso era justamente lo que consideraba aquella pila de legajos y libros sin orden ni sentido. Una vez estuvo todo ordenado a su gusto sonrió y sacó el libro que estaba investigando sobre mitología egipcia. Cuando pasaba tantas horas frente al escritorio se ponía las gafas. Era sólo un pequeño defecto de visión, todo el mundo sabía que de noche su vista no tenía parangón, pero de dia...se le cansaba fácilmente. Escuchó el sonido de los nudillos al llamar a la puerta. Espera!! había quedando dentro de una hora!! Esthia se había adelantado, pero le daba lo mismo. Se pasó las manos por el pelo, que era imposible de mantener a raya y carraspeó.
— Si traes pasteles enséñamelos por la puerta, o no te dejaré pasar.— esbozó una sonrisa divertida.
Colton Bradley- Cambiante Clase Alta
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Re: [París, 2017] CatismineandIfuckhimwhenIwant.
-Si los meto por debajo de la puerta se aplastarán y entonces ya no estarán tan apetecibles -se escuchó la voz del licántropo al otro lado. Por como sonaba, era innegable que estaba sonriendo.
Al abrir la puerta, Colton se encontró con un Esthia totalmente recuperado, vestido con vaqueros desteñidos, una camiseta verde con un champiñón del Super Mario Bros, que decía debajo 1UP, una cazadora vaquera, converse rojas, la gafas de sol, que se quitó en cuanto lo tuvo delante, dejando a la vista esos increíbles ojazos azules, y una bandeja de pastelillos que olía deliciosamente. ¡Hasta había aguantado todo el camino sin meterle el dedo!
Llevaba, además, la mochila colgada de un hombro, con un par de libretas con notas y lo poco que había podido recuperar de su estudio. Iba a tener mucho trabajo por delante, pero si podía acceder a los archivos del Louvre, seguro que avanzaba muchisimo más rápido que si tenía que conformarse con los tomos de la biblioteca de la universidad y lo que podía ir racaneando por internet.
-Gracias por dejarme venir. Temía que me lo hubieras dicho sólo por cortesía, pero luego me dije que si no lo intentaba por miedo a que me dijeras que no, tampoco lo sabría nunca. Y bueno, aquí estamos. ¿Puedo pasar? Es que aquí da el sol y nos vamos a derretir los pastelitos y yo.
Al abrir la puerta, Colton se encontró con un Esthia totalmente recuperado, vestido con vaqueros desteñidos, una camiseta verde con un champiñón del Super Mario Bros, que decía debajo 1UP, una cazadora vaquera, converse rojas, la gafas de sol, que se quitó en cuanto lo tuvo delante, dejando a la vista esos increíbles ojazos azules, y una bandeja de pastelillos que olía deliciosamente. ¡Hasta había aguantado todo el camino sin meterle el dedo!
Llevaba, además, la mochila colgada de un hombro, con un par de libretas con notas y lo poco que había podido recuperar de su estudio. Iba a tener mucho trabajo por delante, pero si podía acceder a los archivos del Louvre, seguro que avanzaba muchisimo más rápido que si tenía que conformarse con los tomos de la biblioteca de la universidad y lo que podía ir racaneando por internet.
-Gracias por dejarme venir. Temía que me lo hubieras dicho sólo por cortesía, pero luego me dije que si no lo intentaba por miedo a que me dijeras que no, tampoco lo sabría nunca. Y bueno, aquí estamos. ¿Puedo pasar? Es que aquí da el sol y nos vamos a derretir los pastelitos y yo.
Esthia Vikorida- Licántropo Clase Baja
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Re: [París, 2017] CatismineandIfuckhimwhenIwant.
El león sonrió de oreja a oreja mostrando la blanca dentadura entre tanta barba rubia como el trigo. El licántropo le caía simpático, era una de esas personas que traían la alegría de una barbacoa de domingo perenne. Ahora que lo pensaba, pocas barbacoas de domingo había disfrutado con su familia, pues su padre se había quedado muy tocado tras la guerra de Vietnam , después llegó el divorcio y el sinfín de novios de su madre, la llegada de su hermano pequeño y una larga lista de mudanzas, instintutos nuevos y casas que nunca llegaría a coniderar su hogar.
Quizás por todo eso y por su innata curiosidad, se había decantado por la antropología y la historia, porque esas cosas eran inmutables, estaban ya escritas y sólo había que desentrañar sus secretos. Se levantó y caminó hacia la puerta abriéndola y dejándolo pasar a su despacho. En una pared colgaba su título y su doctorado, en la otra un montón de papiros egipcion enmarcados con efigies de Ra y Bastet. Tenía algo en mente, pero dependiendo de cómo marchase esa tarde, se lo diría al licántropo o no.
— Te veo bien, me alegro de que te hayas recuperado. Pues vamos a merendar!! si hay algo que le gusta a un gato más que jugar con la comida, es que sea gourmet y apetitosa.— Le ofreció asiento en una de las sillas de delante de su escritorio y sacó de una pequeña nevera un par de bebidas pijas de té de frutos del bosque.— lo siento, aquí no tengo nada más, si quieres café o algo así, tendrá que ser de la máquina y no te lo aconsejo, tengo la duda de que no usen agua de las alcantarillas.
Él tomó asiento a su lado y se apropió de un pastelito que era muy mono, con florecitas de azucar y cosas que tenían buena pinta.
— si quieres cuando acabemos vamos a los archivos y sacas lo que necesites. Yo ahora estoy enfrascado en encontrar unos documentos que en teoría viajaron de Tebas a Pompeya. Son unos manuscrutos comerciales donde figura la venta de una reliquia egipcia, importante para nostros, a un comerciante romano.
Quizás por todo eso y por su innata curiosidad, se había decantado por la antropología y la historia, porque esas cosas eran inmutables, estaban ya escritas y sólo había que desentrañar sus secretos. Se levantó y caminó hacia la puerta abriéndola y dejándolo pasar a su despacho. En una pared colgaba su título y su doctorado, en la otra un montón de papiros egipcion enmarcados con efigies de Ra y Bastet. Tenía algo en mente, pero dependiendo de cómo marchase esa tarde, se lo diría al licántropo o no.
— Te veo bien, me alegro de que te hayas recuperado. Pues vamos a merendar!! si hay algo que le gusta a un gato más que jugar con la comida, es que sea gourmet y apetitosa.— Le ofreció asiento en una de las sillas de delante de su escritorio y sacó de una pequeña nevera un par de bebidas pijas de té de frutos del bosque.— lo siento, aquí no tengo nada más, si quieres café o algo así, tendrá que ser de la máquina y no te lo aconsejo, tengo la duda de que no usen agua de las alcantarillas.
Él tomó asiento a su lado y se apropió de un pastelito que era muy mono, con florecitas de azucar y cosas que tenían buena pinta.
— si quieres cuando acabemos vamos a los archivos y sacas lo que necesites. Yo ahora estoy enfrascado en encontrar unos documentos que en teoría viajaron de Tebas a Pompeya. Son unos manuscrutos comerciales donde figura la venta de una reliquia egipcia, importante para nostros, a un comerciante romano.
Colton Bradley- Cambiante Clase Alta
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Re: [París, 2017] CatismineandIfuckhimwhenIwant.
-Esto servirá -respondió, dejando los pastelillos sobre el escritorio, en una pequeña esquina libre entre tanto papel. Los empujó un poco, no fueran a caerse, y alargó la mano para coger la bebida-. Pues... si te soy sincero, no tengo muy claro que es exactamente lo que necesito, porque estábamos haciendo una investigación acerca de los mitos sobre la licantropía y el cambiaformismo, en por qué son diferentes, en sus orígenes y, sobre todo, en la posibilidad de revertir los efectos de la mordedura.
Cogió un pastelillo que tenía una base de barquillo bañado en chocolate, con un montoncito de nata y regado con sirope de menta.
-Ummmm. Eftán fuenífimos.
Se chupó los restos de nata del dedo antes de abrir su mochila y sacar una carpetilla de cartón azul con una goma elástica amarilla. Retiró la gomilla con un golpecito contra el cartón y la desplegó sobre sus piernas, dejando a la vista una veintena de papeles desordenados.
-Esto es lo que he podido recuperar de cosas que habíamos ido desechando, cambios que habíamos hecho en las teorías y lo que habíamos ido pasando a limpio. Falta mucha información posterior, algunas será fácil de recuperar, pero otra... pufff, casi que quiero cortarme las venas, hemos perdido muchísimo tiempo de trabajo. Pero bueno, espero que los archivos del Louvre me faciliten el volver al punto en que estábamos antes del ataque o me den otra visión. ¿Para qué buscáis esa reliquia? ¿Te vas a dedicar al trafico de obras de arte?
Cogió un pastelillo que tenía una base de barquillo bañado en chocolate, con un montoncito de nata y regado con sirope de menta.
-Ummmm. Eftán fuenífimos.
Se chupó los restos de nata del dedo antes de abrir su mochila y sacar una carpetilla de cartón azul con una goma elástica amarilla. Retiró la gomilla con un golpecito contra el cartón y la desplegó sobre sus piernas, dejando a la vista una veintena de papeles desordenados.
-Esto es lo que he podido recuperar de cosas que habíamos ido desechando, cambios que habíamos hecho en las teorías y lo que habíamos ido pasando a limpio. Falta mucha información posterior, algunas será fácil de recuperar, pero otra... pufff, casi que quiero cortarme las venas, hemos perdido muchísimo tiempo de trabajo. Pero bueno, espero que los archivos del Louvre me faciliten el volver al punto en que estábamos antes del ataque o me den otra visión. ¿Para qué buscáis esa reliquia? ¿Te vas a dedicar al trafico de obras de arte?
Esthia Vikorida- Licántropo Clase Baja
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Re: [París, 2017] CatismineandIfuckhimwhenIwant.
— Nah, es que quedaría muy bien sobre la repisa de mi chimenea.— sonrió con esa pose sobrada y encantadora.— Es una efigie de Bastet, los cambiaformas felinos adoramos la deidad egipcia que nos da nombre, y a esa en concreto se le atribuyen propiedades algo peculiares y un poco perturbadoras. No sé si en vuestra teoría habréis llegado al mismo punto que mis investigaciones pero... allá va.
Se levantó y se recolocó los pantalones que se habían arrugado un poco al sentarse, paseandose por el despacho dándose golpecitos sobre la barba pensativo, reorganizando sus ideas antes de exponerle a Esthia su teoría.
— Según las creencias egipcias y sumerias, que después fueron exportadas al nuevo mundo y adoptadas por las tribus nativas americanas, el tótem animal, el espíritu guía de un cambiaformas es donde radica su esencia. Es decir, en vuestro caso el lobo, en el mío el felino...es quien maniobra nuestro timón, quien nos hace lo que somos, quien nos deja transformarnos y ser en definitiva, la mezcla de humano y animal. No es un eufemismo, ese tótem existe, ese espíritu mora dentro de cada cambiaformas, es una entidad individual y según la magia arcana se puede capturar y dominar. Sé que muchas Logias lo han intentado antes, sé que lo seguirá intentando, pero esa reliquia tiene la peculiaridad de estar ya hechizada. Fue un regalo de Seth a Bastet, un regalo envenenado, pues era el dios del mal y del desierto. Celoso de la simbología de la dios felina, que es la Alegría de vivir, simboliza la armonía y la felicidad, le regaló el vaso hechizado en el cual se capturaba su esencia para que Seth pudiera consumir su luz en el inframundo. Ese vaso es importante y no puede caer en malas manos.
Se detuvo del paseo que estaba dando en el despacho mientras exponía su teoría y clavó sus ojos intensamente azules en los del licántropo que al parecer le escuchaba con atención. Le encantaba ser el centro de la atención plena, debería recuperar el gusto por presentar en los congresos, le gustaba ver todos esos ojos posados en él.
Se levantó y se recolocó los pantalones que se habían arrugado un poco al sentarse, paseandose por el despacho dándose golpecitos sobre la barba pensativo, reorganizando sus ideas antes de exponerle a Esthia su teoría.
— Según las creencias egipcias y sumerias, que después fueron exportadas al nuevo mundo y adoptadas por las tribus nativas americanas, el tótem animal, el espíritu guía de un cambiaformas es donde radica su esencia. Es decir, en vuestro caso el lobo, en el mío el felino...es quien maniobra nuestro timón, quien nos hace lo que somos, quien nos deja transformarnos y ser en definitiva, la mezcla de humano y animal. No es un eufemismo, ese tótem existe, ese espíritu mora dentro de cada cambiaformas, es una entidad individual y según la magia arcana se puede capturar y dominar. Sé que muchas Logias lo han intentado antes, sé que lo seguirá intentando, pero esa reliquia tiene la peculiaridad de estar ya hechizada. Fue un regalo de Seth a Bastet, un regalo envenenado, pues era el dios del mal y del desierto. Celoso de la simbología de la dios felina, que es la Alegría de vivir, simboliza la armonía y la felicidad, le regaló el vaso hechizado en el cual se capturaba su esencia para que Seth pudiera consumir su luz en el inframundo. Ese vaso es importante y no puede caer en malas manos.
Se detuvo del paseo que estaba dando en el despacho mientras exponía su teoría y clavó sus ojos intensamente azules en los del licántropo que al parecer le escuchaba con atención. Le encantaba ser el centro de la atención plena, debería recuperar el gusto por presentar en los congresos, le gustaba ver todos esos ojos posados en él.
Colton Bradley- Cambiante Clase Alta
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Re: [París, 2017] CatismineandIfuckhimwhenIwant.
Sin perder detalle de lo que le estaba contando, los ojos profundamente azules de Esthia se habían quedado enganchados en el león. Aquella reliquia era realmente fabulosa si lo que se decía de ella era verdad. Sus investigaciones no habían llegado a ese punto, pero sí a una conclusión semejante, en cuanto a la posibilidad de aislar la parte animal de la humana.
-Nosotros estábamos cerrando el cerco a cuestiones más celtas, pero iban en el mismo sentido. Se supone, por lo que hemos conseguido hilar, que no es demasiado ni demasiado fiable, dadas las fuentes, aunque parece que nos acercábamos a algo, por la forma en que ha acabado todo, que esa parte animal de la que hablas, ese totem, deja un registro en el ADN. Como una mutación. Así que... con el tratamiento adecuado, podría evitarse su aparición. Vamos, que podríamos "curar" a los licántropos que quisieran volver a ser humanos. Pero claro, es sólo una teoría sobre el papel, que no tiene base científica y que requeriría, además de una importante cantidad de dinero en tratamientos médicos y quirúrgicos, el uso de la magia para evitar que la dominancia de las parte animales se manifieste. Por supuesto, con los cambiaformas sería algo diferente, porque lo vuestro no se transmite como una infección como nos pasa a nosotros, pero imagino que podría llegarse a algo con más tiempo y recursos. Que como tesis está de puta madre, pero no tenemos ni idea de cómo podría llevarse a la práctica. Lo que sí... bueno... justo antes del ataque habíamos estado investigando acerca de unas tallas antiguas. Un par de ellas están aquí en el Louvre, aunque no están expuestas. El grueso se encuentra en Londres.
Después de soltar todo aquello como una ametralladora, alargó la mano para coger otro pastelito y se lo metió en la boca, entero, disfrutando de cómo el sabor se extendía por su boca. Miró al felino, esperando que aportase algo más a su teoría. Porque de una y otra manera, esos estudios podrían llegar a estar interconectados.
Y a él no le importaría en absoluto contar con ese hombre como compañero de trabajo.
-Nosotros estábamos cerrando el cerco a cuestiones más celtas, pero iban en el mismo sentido. Se supone, por lo que hemos conseguido hilar, que no es demasiado ni demasiado fiable, dadas las fuentes, aunque parece que nos acercábamos a algo, por la forma en que ha acabado todo, que esa parte animal de la que hablas, ese totem, deja un registro en el ADN. Como una mutación. Así que... con el tratamiento adecuado, podría evitarse su aparición. Vamos, que podríamos "curar" a los licántropos que quisieran volver a ser humanos. Pero claro, es sólo una teoría sobre el papel, que no tiene base científica y que requeriría, además de una importante cantidad de dinero en tratamientos médicos y quirúrgicos, el uso de la magia para evitar que la dominancia de las parte animales se manifieste. Por supuesto, con los cambiaformas sería algo diferente, porque lo vuestro no se transmite como una infección como nos pasa a nosotros, pero imagino que podría llegarse a algo con más tiempo y recursos. Que como tesis está de puta madre, pero no tenemos ni idea de cómo podría llevarse a la práctica. Lo que sí... bueno... justo antes del ataque habíamos estado investigando acerca de unas tallas antiguas. Un par de ellas están aquí en el Louvre, aunque no están expuestas. El grueso se encuentra en Londres.
Después de soltar todo aquello como una ametralladora, alargó la mano para coger otro pastelito y se lo metió en la boca, entero, disfrutando de cómo el sabor se extendía por su boca. Miró al felino, esperando que aportase algo más a su teoría. Porque de una y otra manera, esos estudios podrían llegar a estar interconectados.
Y a él no le importaría en absoluto contar con ese hombre como compañero de trabajo.
Esthia Vikorida- Licántropo Clase Baja
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Re: [París, 2017] CatismineandIfuckhimwhenIwant.
—¿Unas tallas? ¿Qué tallas? el Archivo de objetos está dividido en secciones muy específicas con distintos niveles de acceso y seguridad, yo no puedo acceder a la verdadera Mona Lisa, obvimante la que hay expuesta no es la de Leonardo.— Cogió otro pastilo pero se quedó absorto en aquellos ojos azules y en la inmediata curiosidad que le habían generado sus palabras, alargando la mano a coger su lanyard con la tarjeta magnética identificativa.— ¡vamos! me lo cuentas por el pasillo.
Le palmeó el hombro dos veces tras meterse el pastelito en la boca y engullirlo relamiendose y limpiandose despues la barba, no soportaba tener ni una sóla pizca de azúcar glas sobre la piel o pelo.
Avanzaron por el entramado de pasillos, escaleras, elevadores y salas de los sótanos del Louvre. Allí abajo cabía una ciudad entera, era mucho más de lo que parecía. Las tallas de las que hablaba Esthia estaban catalogadas como nivel 3, a ésas si podía acceder, pero necesitaba pedir el permiso correspondiente y firmarlo todo. Tuvieron que rellenar formularios y esperar en una sala en la que únicamente había una mesa y unas sillas, pero estaba dotada de ambiete controlado en cuanto a temperatura y humedad, para que no se estropeasen los objetos, y además tenían que avisar para salir. Las medidas de seguridad para que no desapareciese nada del museo eran tremendas.
Estudiaron las talles al detalle, tomando notas y haciendo fotos con el movil, y así les dieron más de las diez de la noche. La sección cerraba ya y se vieron obligados a devolver el objeto y marcharse.
— Aaaaaaaw.— bostezó.— ha sido una tarde intensa, pero me muero de hambre y hoy fui a nadar temprano, así que puedo permitirme el capricho de una cena llena de calorias ¿te apetecen unas costillas a las finas hierbas? Aquí cerca hay un asador de buena calidad.
Le palmeó el hombro dos veces tras meterse el pastelito en la boca y engullirlo relamiendose y limpiandose despues la barba, no soportaba tener ni una sóla pizca de azúcar glas sobre la piel o pelo.
Avanzaron por el entramado de pasillos, escaleras, elevadores y salas de los sótanos del Louvre. Allí abajo cabía una ciudad entera, era mucho más de lo que parecía. Las tallas de las que hablaba Esthia estaban catalogadas como nivel 3, a ésas si podía acceder, pero necesitaba pedir el permiso correspondiente y firmarlo todo. Tuvieron que rellenar formularios y esperar en una sala en la que únicamente había una mesa y unas sillas, pero estaba dotada de ambiete controlado en cuanto a temperatura y humedad, para que no se estropeasen los objetos, y además tenían que avisar para salir. Las medidas de seguridad para que no desapareciese nada del museo eran tremendas.
Estudiaron las talles al detalle, tomando notas y haciendo fotos con el movil, y así les dieron más de las diez de la noche. La sección cerraba ya y se vieron obligados a devolver el objeto y marcharse.
— Aaaaaaaw.— bostezó.— ha sido una tarde intensa, pero me muero de hambre y hoy fui a nadar temprano, así que puedo permitirme el capricho de una cena llena de calorias ¿te apetecen unas costillas a las finas hierbas? Aquí cerca hay un asador de buena calidad.
Colton Bradley- Cambiante Clase Alta
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Re: [París, 2017] CatismineandIfuckhimwhenIwant.
Esthia estaba como un crio chico con un globo. No dejaba de sonreír entusiasmado mientras manipulaban con todo el cuidado del mundo las tallas y tomaba notas. Sus ojos brillaban intensamente y no perdían ni un ápice de luz cuando miraban al león para comentarle cualquier pequeño detalle de las figuras.
El tiempo voló y casi ni se dio cuenta. Las tallas eran muy interesantes y la compañía demasiado agradable, así que cuando le ofreció ir a cenar, aceptó de inmediato. Así podrían seguir comentando acerca de las tallas que habían visto y de las teorías que desarrollaban.
Con acceso al Louvre, su proyecto avanzaría mucho más rápido y con información más veraz. Todo iría sobre ruedas y no podía dejar de notarse en su optimismo, reflejado en su sonrisa.
-Me encantan las costillas.
Una mesa para dos, algo apartada, donde podían hablar sin reservas del tema, sin preocuparse de que mencionar a vampiros, licántropos o cambiantes pudiera llamar la atención. Las costillas olían deliciosamente bien y Esthia lo sintió mucho por todos los fanáticos de la etiqueta y el protocolo, pero uno no podía disfrutar de las costillas igual si no se pringaba las manos, así que agarró el primer hueso y lo sumergió en la salsa que le habían puesto como acompañamiento antes de llevárselo a la boca.
-Ummm. Realmente están buenísimas. De las mejores que he probado.
Pasó la lengua fugazmente por la yema del índice derecho y atacó la siguiente costilla. Si se le había visto disfrutar con las tallas en el museo, casi se veía superado por la forma en que disfrutaba de la comida. Antes de morder, inspiraba con profundidad para sentir el aroma de la carne penetrando en sus pulmones, potenciando el sabor. Sus dientes desgarraban la carne pegada al hueso y su lengua retiraba cualquier resto de sus labios. Masticaba con deleite. Tragaba con tranquilidad. Se chupaba los dedos y volvía a comenzar el ritual.
-Bueno, y aparte del museo y comer costillas que, por cierto, están deliciosas, ¿qué más haces?
El tiempo voló y casi ni se dio cuenta. Las tallas eran muy interesantes y la compañía demasiado agradable, así que cuando le ofreció ir a cenar, aceptó de inmediato. Así podrían seguir comentando acerca de las tallas que habían visto y de las teorías que desarrollaban.
Con acceso al Louvre, su proyecto avanzaría mucho más rápido y con información más veraz. Todo iría sobre ruedas y no podía dejar de notarse en su optimismo, reflejado en su sonrisa.
-Me encantan las costillas.
Una mesa para dos, algo apartada, donde podían hablar sin reservas del tema, sin preocuparse de que mencionar a vampiros, licántropos o cambiantes pudiera llamar la atención. Las costillas olían deliciosamente bien y Esthia lo sintió mucho por todos los fanáticos de la etiqueta y el protocolo, pero uno no podía disfrutar de las costillas igual si no se pringaba las manos, así que agarró el primer hueso y lo sumergió en la salsa que le habían puesto como acompañamiento antes de llevárselo a la boca.
-Ummm. Realmente están buenísimas. De las mejores que he probado.
Pasó la lengua fugazmente por la yema del índice derecho y atacó la siguiente costilla. Si se le había visto disfrutar con las tallas en el museo, casi se veía superado por la forma en que disfrutaba de la comida. Antes de morder, inspiraba con profundidad para sentir el aroma de la carne penetrando en sus pulmones, potenciando el sabor. Sus dientes desgarraban la carne pegada al hueso y su lengua retiraba cualquier resto de sus labios. Masticaba con deleite. Tragaba con tranquilidad. Se chupaba los dedos y volvía a comenzar el ritual.
-Bueno, y aparte del museo y comer costillas que, por cierto, están deliciosas, ¿qué más haces?
Esthia Vikorida- Licántropo Clase Baja
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Re: [París, 2017] CatismineandIfuckhimwhenIwant.
La tarde fue agradable, la compañia sorprendentemente... también. La cena fue más informal, ya no estaban en el museo y podía charlar de otras cosas más cotidianas. No podía perder de vista la forma en la qeu Esthia rebañaba el plato y se lamía los dedos, él no podía soportar tener suciedad en ellos y usaba los cubiertos tan pulcro como un gato sibarita, pero había algo en ese gesto que le removía los instintos y tuvo que apaqrtar la vista. ¿Estaría malinterpretando las señales?
— Bueno, pues a veces voy a nadar... ¡eh! ya sé que suena a chiste que a los gatos no nos gusta el agua... pero a mi me gusta cuando es la de la piscina, lo que no me gusta es mojarme cuando llueve o cuando me salpican. Hago Muay Thai tres veces por semana y también salgo a veces por ahi con mi hermano o con algunos amigos, normalmente vamos al Babilon.
Hizo la referencia expresa al bar de ambiente, a ver si así las señales comenzaban a ser más claras porque no estaba seguro.
—¿y tú? porque no te veo con ese hermano tuyo tan rancio saliendo de fiesta...— sonrió entre dientes y se llevó la cerveza a los labios.
— Bueno, pues a veces voy a nadar... ¡eh! ya sé que suena a chiste que a los gatos no nos gusta el agua... pero a mi me gusta cuando es la de la piscina, lo que no me gusta es mojarme cuando llueve o cuando me salpican. Hago Muay Thai tres veces por semana y también salgo a veces por ahi con mi hermano o con algunos amigos, normalmente vamos al Babilon.
Hizo la referencia expresa al bar de ambiente, a ver si así las señales comenzaban a ser más claras porque no estaba seguro.
—¿y tú? porque no te veo con ese hermano tuyo tan rancio saliendo de fiesta...— sonrió entre dientes y se llevó la cerveza a los labios.
Última edición por Colton Bradley el Vie Sep 29, 2017 2:21 am, editado 1 vez
Colton Bradley- Cambiante Clase Alta
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Re: [París, 2017] CatismineandIfuckhimwhenIwant.
-Con mi hermano salía cuando tenía dieciséis años. Le dio esa vena de hermano mayor porque tuve un problemita en el instituto y no me dejaba solo. Después de que le entrasen tres tíos, decidió dejarme a mi aire.
Se tomó con demasiada naturalidad la referencia al local de ambiente. Lo conocía, aunque no era el que solía frecuentar. Si no, era bastante complicado que no se hubiera fijado en alguien como el gato. Su hermana pequeña, la pelirroja, solía arrastrarle por las calles del centro, de garito en garito, a veces a bares de ambiente, a veces a otros locales, pero se divertían con su grupo de amigos, sin más pretensiones. Que luego surgiera algo, era un plus.
Sonrió de medio lado cuando le dijo que no soportaba estar sucio, metió los dedos en el agua de su vaso y le salpicó. Eran apenas tres o cuatro gotas de agua mineral embotellada, pero le intrigaba la reacción que pudiera tener.
-Mi hermano está demasiado ocupado con mi cuñada y mis sobrinos, pero oye, si te apetece, podemos ir a tomarnos una copa al Babilon después. Hace mucho que no veo el mercado por allí.
Se tomó con demasiada naturalidad la referencia al local de ambiente. Lo conocía, aunque no era el que solía frecuentar. Si no, era bastante complicado que no se hubiera fijado en alguien como el gato. Su hermana pequeña, la pelirroja, solía arrastrarle por las calles del centro, de garito en garito, a veces a bares de ambiente, a veces a otros locales, pero se divertían con su grupo de amigos, sin más pretensiones. Que luego surgiera algo, era un plus.
Sonrió de medio lado cuando le dijo que no soportaba estar sucio, metió los dedos en el agua de su vaso y le salpicó. Eran apenas tres o cuatro gotas de agua mineral embotellada, pero le intrigaba la reacción que pudiera tener.
-Mi hermano está demasiado ocupado con mi cuñada y mis sobrinos, pero oye, si te apetece, podemos ir a tomarnos una copa al Babilon después. Hace mucho que no veo el mercado por allí.
Esthia Vikorida- Licántropo Clase Baja
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Re: [París, 2017] CatismineandIfuckhimwhenIwant.
Abrió mucho los ojos y frunció levemente el ceño por la sopresa. ¿Cómo se atrevía a...? Ah, vale! era una broma, una provocación. Sonrió de medio lado poniendo gesto de autosuficiencia.
— Bah! si te crees que al rey león le asustan cuatro salpicaduras vas listo...— Agitó la mano en un gesto para quitarle importancia y volcó la cerveza, levantándose inmediatamente para no mancharse. ¡No! su pantalón nuevo, no!!— mierda!!.— colocó un puñado de servilletas para que no gotease y le manchase también los zapatos, con bastante apuro, en un gesto entre cómico, desesperado y asustado. Una camarera vino a limpiar el desastre y Colton pagó la cuenta para irse. Se revolvió el pelo en la parte de la nuca poniendo cara de gato pillado infraganti en alguna travesura.— ehm... el karma. Es verdad lo que dicen, menudo cabrón que te persigue para devolvértela..— acabó sonriendo y cogiendo la chaqueta.
Las señales estaban claras, jugaban en la misma liga y Esthia se lo había confirmado, eso ya era un punto más, ahora se encontraba mucho más cómodo con el licántropo. El Babilon era un club algo pijo y el "ganado" era de calidad gourmet. Abundaban los hombres que se cuidaban mucho tanto en su forma física como en su aseo personal, no era un bar de camioneros sino de gente chic de París con gustos concretos. Colton se dirigió a la barra donde había dos taburetes blancos que se iluminaban con luces led moradas y verdes, todo muy chill out y moderno. Pidió un par de cocktails de esos que servían con raspaduras de lima en forma de bucle y borde azucarado. La música también estaba a la última y los camareros y camareras podrían casi ser modelos.
— ¿Qué hay Jean Paul? te has cambiado la barba otra vez!! Jean Paul este es Esthia. JP tiene una barbería genial en Le Marais. Oye! tengo que ir a hacerte una visita, me ha crecido mucho el pelo ¿te parece bien esta semana?
El tal JP era barman por aficion, iba tatuado, llevaba el pelo a la ultima moda hipster y calzaba una barba poblada y bien arreglada. Estaba buenorro.
— Bah! si te crees que al rey león le asustan cuatro salpicaduras vas listo...— Agitó la mano en un gesto para quitarle importancia y volcó la cerveza, levantándose inmediatamente para no mancharse. ¡No! su pantalón nuevo, no!!— mierda!!.— colocó un puñado de servilletas para que no gotease y le manchase también los zapatos, con bastante apuro, en un gesto entre cómico, desesperado y asustado. Una camarera vino a limpiar el desastre y Colton pagó la cuenta para irse. Se revolvió el pelo en la parte de la nuca poniendo cara de gato pillado infraganti en alguna travesura.— ehm... el karma. Es verdad lo que dicen, menudo cabrón que te persigue para devolvértela..— acabó sonriendo y cogiendo la chaqueta.
Las señales estaban claras, jugaban en la misma liga y Esthia se lo había confirmado, eso ya era un punto más, ahora se encontraba mucho más cómodo con el licántropo. El Babilon era un club algo pijo y el "ganado" era de calidad gourmet. Abundaban los hombres que se cuidaban mucho tanto en su forma física como en su aseo personal, no era un bar de camioneros sino de gente chic de París con gustos concretos. Colton se dirigió a la barra donde había dos taburetes blancos que se iluminaban con luces led moradas y verdes, todo muy chill out y moderno. Pidió un par de cocktails de esos que servían con raspaduras de lima en forma de bucle y borde azucarado. La música también estaba a la última y los camareros y camareras podrían casi ser modelos.
— ¿Qué hay Jean Paul? te has cambiado la barba otra vez!! Jean Paul este es Esthia. JP tiene una barbería genial en Le Marais. Oye! tengo que ir a hacerte una visita, me ha crecido mucho el pelo ¿te parece bien esta semana?
El tal JP era barman por aficion, iba tatuado, llevaba el pelo a la ultima moda hipster y calzaba una barba poblada y bien arreglada. Estaba buenorro.
Colton Bradley- Cambiante Clase Alta
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