Shattered dreams [Privado]

por **Chantry Vilhjalmsdottir** Vie Mar 10, 2017 9:58 pm

Encontrarse una vez más con su hermana resulto ser una experiencia agridulce. Por un lado, Chantry se encontraba feliz de poder verla una vez más, de saberla bien y a salvo; mientras que por el otro, verla solo confirmaba que ya no existía nada de la hermana que alguna vez admirara tanto. Brünhilde se había convertido en todo lo que alguna vez rechazo, era un ser diferente, era su enemiga. Aquel hecho resultaba ser algo que la cambiante ya se esperaba o más bien, que ya sabía, sin embargo, comprobarlo le resultaba difícil de asimilar. ¿Cómo aceptar que su hermana no existía más y en que en su lugar quedaba un monstruo corrompido por la venganza?. Tan turbada por el encuentro quedó Chantry, que en lugar de regresar a la taberna donde se encontraba el resto de la manada de Agartha decidió pasar de largo y caminar hasta entrar en los bosques, sitió donde creía que encontraría la paz. La noruega sabía que la manada comenzaría a buscarla apenas notara su ausencia y la verdad es que ella no quería preocuparlos, solo no deseaba estar cerca de nadie, necesitaba pensar.

Caminando sin intención de llegar a un lugar especifico, la cambiante acabo a la orilla de un río, ahí decidió sentarse a observar el agua y deseo por primera vez en su vida, que su vida hubiera sido diferente. De no formar parte de Agartha su padre quizás no estaría muerto, su hermana aún permanecería a su lado y todos ellos serian felices.
– Sería una buena vida – las palabras salieron de su boca a sabiendas de que una vida así no sería posible nunca. Con la mirada fija en el agua que corría de manera tranquila, Chantry recordaba su pasado, ignorando al hacerlo que estaba a punto de dejar de estar sola.

por **Rumanella Tocci** Sáb Mar 11, 2017 10:08 pm

Ya se había perdido. Nada había durado.
Su mentor la había acompañado en el coche hasta las afueras de la ciudad con la única misión de volver a la casa a pie lo antes posible. Quería poner a prueba su sentido de la ubicación, Ruma lo sabía.

Hacía poco más de una semana que había llegado a París y el entrenamiento como cazadora estaba siendo realmente intenso. Podría quejarse por los múltiples golpes que tenía en las piernas y brazos –producto de las lecciones de combate-, podía comenzar a odiar sus manos pues ya no eran las de una señorita, sino las de una aprendiz de cazadora que se responsabilizaba por sus armas afilándolas ella misma y cortándose accidentalmente en varias ocasiones… Pero no lo haría, de nada renegaría pues no se había sentido tan viva ni tan útil en toda su vida.

“¿Dónde estoy?”, se preguntó y continuó caminando. Pese a no saber hacia dónde se estaba dirigiendo exactamente, Rumanella no dejaría de caminar.

En esos días que llevaba bajo su protección, Rumanella había notado que su mentor era un hombre justo. Ni bueno ni malo, ni blando ni severo, simplemente justo. Era por eso que no quería defraudarlo, no quería darle motivos para que se arrepintiese de haberla cobijado y de estar apartando tiempo cada día para entrenarla buscando sacar de ella a la cazadora que había. Por que sí, ella sabía que dentro suyo se hallaba una mujer cuyo único anhelo era acabar con los demonios chupasangres, especialmente con uno. Nada deseaba más que alcanzar ese objetivo: ser una cazadora letal.
Pero antes debía averiguar cómo salir del maldito bosque en el que su maestro la había metido. Creía llevar más de dos horas dando vueltas ya.

Tras otros cuarenta o cincuenta minutos, Ruma llegó a la orilla del río y no tardó en ver que una joven disfrutaba de estar sentada observando como el agua corría. Sin saberlo, la muchacha podía ser su salvación, pues podría orientarla.

“Él no me dijo que no podía pedir ayuda”, pensó, segura de que no hacía nada indebido.
Se acercó a la mujer y ella pareció no advertirlo, tal vez se pegara un buen susto al verla parada detrás de ella… Ruma carraspeó para mostrar su presencia y en su rústico francés, con marcado acento italiano, dijo:

-Disculpe, señorita. Me he perdido…

por **Chantry Vilhjalmsdottir** Lun Mayo 15, 2017 10:09 pm

Si el agua avanzaba tan tranquila pero segura, ¿Por qué no podía hacer ella lo mismo?. Esa era la clase de preguntas que circulaban por la mente de Chantry, preguntas que no planeaba responder porque de hacerlo tendría que renunciar a su hermana, inclusive a sus recuerdos. Una sonrisa apareció en sus labios al pensar en la vieja Brünhilde, esa hermana que siempre fue bondadosa con ella, que buscaba protegerla y que le ofreció su mano diciendo que la siguiera, que Agartha no era lo que creían y que lejos de todo aquello estarían bien. La noruega tuvo miedo de dejar todo. No concebía una vida sin su madre, sin la manada, sin las enseñanzas de su padre… Sin Vladmiri. En aquel entonces Chantry solo miró la mano de su hermana y negó con expresión asustada. El cambió que vio entonces en los ojos de Brünhilde era algo que la perseguía día a día. Su hermana, quien siempre le vio con amor, la miraba ahora con decepción y sin decir nada más, se fue, dejando a Chantry confundida.

Un suspiro salió de sus labios. La cambiante se convenció durante años que sin importar el camino que su hermana tomará, siempre sería su amada Brünhilde pero al verla ese día, su ilusión se volvió añicos. Mirando su borroso reflejo en las aguas, se dispuso a responder la pregunta que definiría su actuar desde ese momento. ¿Se enfrentaría a un ser amado con tal de salvar a otros? Y antes de poder responderse, un carraspeo detrás suyo la hizo dar un pequeño saltito. Tan aturdida quedó por el encuentro con su hermana mayor que fue incapaz de notar la presencia femenina justo tras de ella. Girando entonces el rostro, observó finalmente a una muchacha de cabellos oscuros que con cierto grado de dificultad le expresó que se encontraba perdida.

De manera lenta y en silencio, Chantry se incorporó únicamente para quedar de frente a la muchacha con acento extranjero.
– Suele suceder con todos nosotros que venimos de otras tierras – aseguró antes de mostrarle una enorme y sincera sonrisa – Aún así te acostumbraras pronto a París, es una ciudad bastante simple cuando la conoces y sus bosques también lo son – De hecho, ella siempre tenía mejor ubicación en los bosques que en las ciudades, todo gracias a su naturaleza – ¿A qué lugar deseas llegar? – preguntó, caminando un poco más para acercarse hasta la pelinegra.

por **Rumanella Tocci** Vie Mayo 19, 2017 11:18 am

Oh, la bella, misteriosa y selectiva París… Su residencia en aquella ciudad -totalmente nueva para ella, que jamás había salido de su Roma natal-, le estaba siendo más difícil de lo que ella creía en un principio, cuando la idea de hacer aquel viaje no era más que un sueño distante y loco.
La gente allí era mucho más calmada, anodina y altiva si se los comparaba con los romanos, siempre dispuestos a ayudar a los demás, hablando a los gritos y buscando cualquier excusa por la que festejar con una buena comida y un vino. En cambio los parisinos eran más cerrados, no se detenían a ver a nadie –cuanto menos a ofrecer su ayuda- y elegían presumir de lo que no tenían. Esa era la impresión que le había dado aquella sociedad en el poco tiempo que llevaba Rumanella inmersa en ella.
El clima también era muy diferente, calmo como si estuviese reflejando a la mismísima sociedad, y también los paisajes urbanos. París, y sus alrededores, tenía cierta armonía… mucha más tranquilidad en comparación de la caótica Roma.

Por todo esto, a Rumanella no le sorprendieron las palabras de la joven a la que había tenido que pedirle ayuda… Era altamente probable que se le notara en la mirada -¡y como no en su marcado acento al hablar!- que era extranjera. En realidad estaba orgullosa de su origen y no haría nada por disimularlo, lo único que le preocupaba era no llegar a hacerse entender pues sabía que su vocabulario era acotado. Después de todo no dejaba de ser una recién llegada.

-Sus bosques me han sorprendido por lo… vastos –tardó unos segundos en encontrar ese calificativo, estudiar el idioma no era lo mismo que tener que hablarlo todo el tiempo y todavía estaba asimilando algunas palabras-. Por eso me he perdido… no esperaba que este sitio fuese tan grande.

Se acercó un poco más a la joven y le devolvió la sonrisa, esperanzada. De seguro ella la ayudaría.

-Necesito llegar a la zona de residencias más alejadas. Estoy viviendo en la casa de mi maestro.

No le comentó que, en realidad, todo aquello era una prueba para ella por él impuesta. Se suponía que debía poder orientarse estando sola, encontrar por sus propios medios el camino de regreso al hogar de los Argent. Pero, ¿qué clase de cazadora sería si no aprovechaba todo lo que tenía a la mano? La vida la había cruzado con aquella joven y ella usaría ese beneficio para hallar el camino que debía seguir.

por **Chantry Vilhjalmsdottir** Mar Jul 18, 2017 11:04 pm

Gracias a la llegada de la joven perdida en los bosques, Chantry encontraba una excusa temporal para alejar de su mente las interrogantes que desde que viera a Brünhilde la carcomían por dentro. La cambiante sabía que la distracción sería temporal, que tarde o temprano debería tomar grandes decisiones y que esa decisiones podrían llevarla a hacer algo que no deseaba, pero lo mejor, era dejar aquellos pensamientos para después, ya que por ahora, debía concentrarse en la pelinegra frente a ella.

– Son vastos si, pero una vez que sabes como ubicarte en ellos y usar a la naturaleza a tu favor, es bastante sencillo salir de ellos – la sonrisa en el rostro de la cambiante se ensancho. Hablar de los bosques la ponía de buen humor, después de todo, el bosque era lo más cercano que tenía a su hogar en aquellas tierras también extrañas aún para ella – Y bueno, aunque perderse debe ser terrible hay que ver lo bueno del asunto – hizo una pausa – Te has encontrado conmigo que puedo ayudarte – con suma atención, Chantry escuchó la zona a la que la muchacha debía llegar todo para después, mirar a su alrededor y guardar silencio por un par de segundos – Llegar hasta allá desde donde nos encontramos es un tanto complicado – suspiró entonces, trazando mentalmente el camino que debía indicar a la joven a seguir. Conforme más y más indicaciones para dar se acumulaban en la mente de la cambiante, el ceño de la noruega se fruncía. En definitiva el camino que la joven perdida debía seguir era largo, demasiado complicado para explicárselo a alguien que ya de por si se encontraba perdida, así que después de pensarlo unos segundos más, Chantry miró a la pelinegra – Realmente te será complicado si te doy las indicaciones para llegar, así que te acompañare hasta la ciudad, de ahí será mucho más sencillo para ti llegar, además, puedo irte dando consejos en el trayecto para que no vuelvas a perderte nunca – y dicho eso, una nueva sonrisa apareció en los labios de la cambiante, quien estiro la mano en dirección a la pelinegra – por cierto, mi nombre es Chantry. Un placer conocerte.

por **Rumanella Tocci** Dom Oct 08, 2017 1:56 pm

La muchacha le recordaba a su hermana, siempre bien dispuesta a ayudar a ser útil para los demás, pese a su limitación, siempre estaba muy alegre y era bondadosa… Por un instante el corazón le pesó y se entristeció sin poder ocultar su angustia. ¡Cuánto la extrañaba! ¿Cómo no hacerlo? Si ella, Fiorella, era todo cuanto le quedaba en la vida, era su motor, lo único valioso que tenía. Era por ella que se había embarcado en aquel viaje tan radical, esperando poder retornar a ella convertida en una cazadora capaz de protegerla de cualquier cosa. Si Fiorella hubiera muerto, como habían muerto sus padres. Rumanella habría considerado acabar también con sus vida –pese a lo católica que era-, pero ambas estaban vivas y tenían que seguir adelante, separadas temporalmente hasta que Ruma fuese capaz de poder cuidarla de todos los sobrenaturales.

-Chantry, es un placer conocerla. Gracias por ser tan generosa conmigo –le dijo con sinceridad, sin dejar de pensar en que era lo mismo que su hermana haría, pero no ella… Rumanella no era tan bondadosa y por eso le costaba recibir muestras de bondad-. Mi nombre es Rumanella y no soy de aquí.

Sí, ella estaba en lo cierto, sin dudas se orientaría bien si lograba llegar a la ciudad y de ahí volvía a partir hacia la zona residencial. Y no tenía tiempo, estaba llegando tarde ya y cuanto más tiempo pasara sería peor para ella, peor quedaría su imagen ante su maestro. Apuró el paso junto a la muchacha, su repentina compañera de ruta, era evidente que había llovido pues era complicado caminar sin que los pies se le hundiesen por demás en la tierra.

-Usted me recuerda mucho a mi hermana –le dijo, en determinado momento del trayecto, pues quería quebrar el silencio y hacer más amena la caminata-, tiene la voz parecida y además es generosa como ella, Fiorella es su nombre y ha quedado en mi ciudad, esperando mi regreso. ¿Tiene usted hermanos?

por **Chantry Vilhjalmsdottir** Mar Oct 17, 2017 10:10 pm

Por un par de segundos, Chantry percibió tristeza en la mirada ajena, sin embargo, atribuyo si idea a la tristeza que sin duda alguna ella sentía en su interior. Alejar su mente del encuentro que horas atrás tuviera con Brünhilde le resultaba complicado, aún así, se estaba esforzando no solo para ser de utilidad a alguien en apuros sino que también se esforzaba para demostrarse a si misma que podía vivir a pesar de no tener a su hermana o a su madre cerca de ella.
– No hay nada que agradecer por ahora, eso mejor dejémoslo para cuando logre sacarte de aquí y lleguemos a la ciudad – le guiño entonces un ojo con complicidad – ahora, vayamos por aquí – indicó una pequeña ruta entre los árboles que parecía no llevar a ningún lado pero que ella sabía, les guiaría hasta un claro – Lo mejor para poder descubrir el camino a seguir es primero encontrar un claro, de ahí podrás ver con mayor claridad la ubicación del sol y así orientarte hacía el norte ya que debido a los árboles y otra clase de vegetación resulta muy difícil saber la ubicación certera del sol – tras dar aquellas indicaciones, ambas comenzaron a andar – Rumanella es un nombre que nunca antes escuche, ¿De dónde es que vienes? – sonrió, observando de reojo a la pelinegra – Yo vengo desde Noruega y es mi primera vez en el extranjero, aunque ya llevó un par de meses aquí en París – comentó para que la muchacha no se sintiera insegura al estar siguiendo a alguien que mencionaba salía de su país por primera ocasión.

Ambas caminaron en silencio durante unos minutos, tras los cuales, la voz de Rumanella pero más que nada lo que menciono, hizo que Chantry disminuyera la velocidad de su paso.
– Fiorella es afortunada, su hermana piensa en ella incluso pese a la distancia – sonrió con tristeza – Yo también tengo una hermana, ella es mayor que yo y esta aquí en París – una punzada de dolor fue lo que sintió en el corazón – pero no nos llevamos muy bien – se forzó a si misma a reír – creo que de hecho ella preferiría que estuviera muerta, así no le recordaría al pasado… – había hablado de más y aunque su corazón le decía que lo mejor era soltar todo el dolor en aquel instante, Chantry se obligo a contenerse – Lo siento. Sería mejor que me contarás más sobre tu hermana a que yo hable sobre la mía.

por **Rumanella Tocci** Jue Dic 07, 2017 11:16 pm

¿Qué estaría haciendo su hermana en esos momentos? No era la primera vez que Rumanella se sentía asaltada por esa pregunta –o alguna otra similar, cuyo fin también era martirizarla y llenarla de culpa por haber dejado a Fiorella sola-; aunque intentaba responderla eso era imposible, no había certezas. ¿Se alimentaba bien? ¿Quién le ayudaba a diario? Su hermana era ciega y, aunque siempre se quejase de los cuidados excesivos asegurando que podía bien desenvolverse sola, eso no hacía más que condimentar la culpa que Rumanella experimentaba al pensarla.

A pesar de todo, incluso de Fiorella Tocci, Rumanella sabía que estaba donde debía estar, que hacía lo que tenía que hacer para vengar la muerte de sus padres y eso era capacitarse por un lado, con un excelente maestro –el mejor cazador de París-, y dar caza al asesino que les arruinó la vida para siempre.

Ella era más transparente de lo que le convenía, su madre siempre se lo había dicho, y por eso se percató tarde de que el caos emocional e interno en el que se hallaba inmersa ya se reflejaba en su semblante. Intentó componerse mientras la muchacha le daba indicaciones sobre el camino, lamentablemente ella a penas le podía prestar atención o seguir el ritmo de sus palabras, pero no la interrumpió, le gustaba oírla y saberla tan conocedora del entorno que ella, en cambio, desconocía y temía.

-¡También es mi primera vez en el extranjero! –Sonrió ante la coincidencia y notar que ambas eran forasteras le hizo sentir unida a Chantry, era algo extraño ya que a penas se conocían-. Yo soy de Italia, eso no está tan lejos como Noruega… Seguro ha sido un viaje agotador –la compadeció pues ella había tenido un viaje agobiante también.

De manera casi natural la conversación volvió a Fiorella y, pese a que le dolía hablar de ella, Rumanella sintió que necesitaba hablar de ella:

-Que pena que no se lleve bien con su hermana. ¿Por qué han peleado? –preguntó, sin darse cuenta que estaba siendo indiscreta-. A mí Fiorella me preocupa, ella es ciega y necesita tener cerca alguien de confianza. La única persona que le queda soy yo y me he marchado de su lado –susurró la última parte, no se iba a largar a llorar, ella no era así, pero las ganas estaban-. Nos conviene a ambas que yo arregle unos asuntos aquí, en esta ciudad. Ella lo entiende y me apoya, pero no deja de ser triste la separación. ¿Hace cuanto que usted no ve a su hermana?

por **Chantry Vilhjalmsdottir** Miér Dic 13, 2017 10:56 pm

No pudo evitar sonreír, reflejando así la alegría que se veía en los ojos de la italiana, quien aseguraba, aquel era su primer viaje también. A Chantry la entusiasmaba y la volvía feliz el poder conocer gente nueva, poder ayudar a los necesitados y ser útil tanto para su manada como para Agartha, pero aquella era la primera vez que conocía a alguien que al igual que ella, estuviera teniendo experiencias tan nuevas y eso, la ponía de buen humor.
– Italia, ¿Cómo es? – preguntó de manera impulsiva antes de responder respecto a su viaje – La verdad es que no me pareció tan pesado, pero debe ser debido a que no viaje sola, vine con otras personas de mi pueblo que decidimos buscar un mejor lugar para vivir – lo que decía no era del todo la verdad, más tampoco podía considerarse una mentira pues la manada, era su pueblo, su familia y todos habían emigrado por el bien de la misión de Agartha.

Aunque dolorosa, la charla respecto a las hermanas de ambas chicas parecía ser necesaria. Para Chantry, era necesario que de cierta manera lograra verdaderamente despedirse de Brün mientras que para Rumanella, era necesario que recordará los motivos por los que se encontraba en aquel país. Un suspiro salió de los labios de la cambiante.
– Ella considera que la traicione porque no vi la muerte de nuestro padre como ella esperaba – sonrió recordando una vez más el rostro de su hermana mayor al pedirle que se fueran, que dejaran Agartha y se olvidaran de todo por lo que su padre había muerto, algo que Chantry no pudo hacer y fracturo para siempre la relación de las hermanas – después de eso, no la volví a ver hasta hace poco pero me di cuenta de que nuestra relación esta completamente rota– decía aquello porque no se sentía lo suficientemente fuerte como para decir que apenas hacía un par de horas atrás se encontró con su hermana. Sonrió pese a la tristeza mientras continuaban andando – Espero que sus asuntos se solucionen pronto y puedas volver al lado tu hermana pronto porque seguro que te extraña muchísimo pero, ¿Qué puede traerla hasta París en lugar de hacer que te quedes con tu hermana? – pregunto curiosa pues el hecho de que ella no se fuera a llevar bien con Brün no significaba que fuera a desearle el mal a otras hermanas.

por **Rumanella Tocci** Miér Feb 21, 2018 12:15 am

¿Cómo describir a Italia en pocas palabras? Rumanella sabía que no podría hacerlo, porque para hablar de su tierra era necesario dar detalles, usar metáforas, evocar olores y sabores. Aún así lo intentaría, porque hacerlo sería como estar otra vez en su casa, entre su gente.

-Italia es… No lo sé, prefiero decir cómo es mi ciudad. Mi ciudad está llena de colores. Yo solía trabajar en una florería y los colores de los ramos no desentonaban con los del resto de esa zona de la ciudad… Además, siento que París en comparación es demasiado tranquila y perfecta, está muy ordenada. Pero en Milano hay vida, la ciudad está viva.

Oh, como extrañaba a su gente. Oír hablar en su idioma, las risas sinceras y frescas. El aroma de la mañana colándose por su ventana… Italia no era solo Italia, eran los abrazos de su padre y los consejos de su madre. Italia era la voz de Fiorella cuando cantaba antes de dormirse.

-Buscaban un mejor lugar… ¿Tenían problemas en su tierra? ¿Entonces es definitivo? ¿Se quedará a vivir aquí? –Lo cierto era que la propia Rumanella no sabía si a ella le sucedería algo parecido. El plan original era volver a su tierra luego de haber cazado a Kyro, su prometido y el asesino de sus padres, pero ahora no tenía claro cuánto tiempo iba a llevarle eso. –Tal vez yo también tenga que aceptar que París será mi casa por algún tiempo… pero es difícil cuando se ama tanto la tierra que me engendró.

Oh, la joven acababa de perder a su padre. Una nueva coincidencia entre ellas que la sacudió con el poder de un rayo y le provocó un escalofrío.

-Siento su pérdida. –Se frenó en la caminata, para darle real importancia a sus palabras, y buscó su mirada. –Mis padres fallecieron también hace unos meses. Los asesinaron –corrigió al recordar que nada había sido natural en la muerte de ellos-. Así que entiendo su pena y también la de su hermana, no todos podemos reaccionar de igual forma ante el dolor.

Fiorella se había quedado rezando y llorando mientras ella había decidido convertirse en cazadora para buscar a ese maldito y tomar venganza. No solo con él, sino que lo veía en cada vampiro con el que se cruzaba y eso, asesinarlos, le daba la fuerza para seguir en la búsqueda de Kyro, el que había sido su prometido.

-Me hubiera gustado que Fiorella me acompañase en este viaje –le confió, mientras volvía a andar-. Pero no es conveniente, verá… he venido en busca de venganza a esta ciudad y eso es peligroso, no quería exponerla.

Como no sabía si podía confiar o no en la muchacha, no dijo más y tampoco dio detalles. Al menos de momento.

por **Chantry Vilhjalmsdottir** Miér Mar 21, 2018 11:25 pm

Se le escapó una risita al escuchar a la muchacha decir que París no tenía tanta vida como su hogar natal. Para la cambiante, Francia ya era demasiado movida.
– No me imagino una ciudad con más vida que París, pero creo que eso se debe a que Noruega es muy diferente – pensó en los bosques que recorría junto a la manada, su hogar, las ciudades en calma y la ausencia de novedades que siempre la llevaban a enfrentarse a animales salvajes en su forma canina – ahí no tenemos tantos colores, tanto movimiento. Todo es más lento allá – sonrió, pues aunque extrañaba a su madre y la calma, sabía que su presencia en tierras francesas era necesaria, mucho más ahora que se encontraba con Brünhilde y que conocía los deseos de ella por destruir todo lo que significaba Agartha.

– No teníamos problemas, pero como comente, Noruega es demasiado calma, no hay mucho que hacer así que nuestro viaje es una especie de misión de reconocimiento para ver si tenemos posibilidades de trasladarnos más a esta región. De irnos bien a nosotros, lo más seguro es que nos quedemos y traigamos a más de nuestra gente – al hablar de aquella manera parecía como si realmente estuviera en Francia para buscar mejor oportunidades de vida cuando en realidad, se estaban preparando para una batalla – Comprendo el sentimiento – respondió al pensar en su madre – pero si lo que hacemos es por el bien de los nuestros, no queda más que resistir, ¿No lo crees?.

Había mencionado la muerte de su padre como si eso no le afectara, no porque le resultara indiferente, sino porque sabía que su padre se encontraba orgulloso de ella, del camino que decidía tomar; pero claro, estar seguro de algo no restaba dolor a la perdida, esa que se había llevado también a Brün. Se giró para buscar a Rumanella, quien se hallaba detenida, mirándola.
– Gracias – dijo antes de ser interrumpida por la confesión de la joven, quien aseguraba también haber perdido a sus padres y por lo tanto comprenderla de verdad. Chantry pudo detectar la verdadera comprensión en los ojos ajenos – Lamento escuchar eso, perder a un padre ya es muy doloroso así que imagino que perder a ambos debe resultar devastador y no, no todos reaccionamos de la misma manera al dolor, pero no todos abandonamos a nuestra familia y la culpamos por ese hecho – y una vez más, la mirada cargada de odio de su hermana apareció en sus recuerdos.

– Venganza… – susurró – Eso es peligroso si – dio un paso más en dirección a la italiana y sus ojos, cargados de dolor se mantuvieron fijos en los ajenos, pues lo que estaba por decir, se encontraba muy íntimamente ligado con su historia – No puedo decirle que no busque venganza porque creo que es lo que necesita, pero tampoco deje que el deseo de venganza la consuma ya que eso puede alejarla de su hermana más rápido de lo que se imagina – de manera incontrolable pensó en Rumanella como Brün – y perder a una hermana solamente por el deseo de venganza es peor aun que perder a un padre, porque sabes que ella esta ahí, pero eres incapaz de alcanzarla – la voz dejó entonces de fluirle y una solitaria lágrima rodo por su mejilla.

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