Leuenberger ID

Lorraine es una mujer muy tranquila. Normalmente gusta de socializar con todo tipo de personas, a pesar de su posición social no discrimina a nadie pues siempre le gusta ver más allá de la apariencia de las personas, pausada al hablar y muy reflexiva y prudente al momento de expresar sus opiniones.

Si se le ve divagando o con la mirada extraviada es por la pérdida irreparable que significó la partida de Michael, con quien habla constantemente, podría decirse que quizás ha cedido a la locura de hablar sola, no obstante está completamente segura que él le visita todos los días.

Confiable y buena compañera. Sabe de sus habilidades y el alcance de las mismas aunque nunca hará alarde de no ser necesario. Siempre tenderá la mano a quien lo solicite, solamente en sus momentos oscuros prefiere el encierro durante horas incluso días, donde gusta de tocar el cello a solas. Así mismo le agrada tocar el harpa en eventos más alegres pues según ella ambos instrumentos representan una dualidad de su personalidad nostálgica y alegre.

Su peculiar atractivo físico siempre destacó desde que era pequeña, sin embargo no es algo que le importe, la palabra vanidad es un tanto desconocida en su mundo prestando atención siempre a otro tipo de detalles, muy observadora y analítica en su discurso.

Aún guarda un luto enorme y difícilmente piensa en reencontrar el amor, pues para ella nadie será capaz de llenar el vacío que Michael ha dejado. Daría todo lo que tiene por vivir nuevamente tranquila a lado de su hijo, a pesar de siempre mostrarse sonriente y amable llora todas las noches, lamentándose tantos errores y es que el amor enfermizo que siente por Dante es tan solo un velo que cubre sus remordimientos.

Aun cuando la decisión de su madre hubiese sido un rotundo no, Lorraine se habría aferrado a la vida de cualquier manera, llegó al mundo después de dos abortos producidos por la violencia ejercida por su padre. Finalmente una noche de lluvia la pequeña abría sus ojos por primera vez a un mundo nuevo. Segunda hija de una familia donde la palabra del varón resultaba ser incuestionable creció rodeada de diversos acervos materiales y culturales, aunada a una instrucción dentro de la hechicería que se mantenía oculta de su padre quien condenaba de sobremanera dichas prácticas. A su hermana mayor se le mantuvo alejada de dichos conocimientos quizás por sus escasas habilidades psíquicas, no obstante para Lorraine resultaba casi imposible no verse atraída por el encanto y el misticismo que dichos actos poseían. En más de una ocasión se le veía escapar al pequeño bosque que se hallaba dentro de su enorme residencia a jugar con los espíritus que ahí moraban, as mismo pasaba horas observando el movimiento de los astros o leyendo textos de magia negra, la mayoría obtenidos por medio de la servidumbre.

Con el paso del tiempo aprendió no solo a invocar seres del bajo astral, sino también a moldearlos a su manera, el auto control que Lorraine poseía sobre estos sorprendía de sobremanera a su madre quien de cierto modo estaba orgullosa de que al menos una de sus hijas continuara con el linaje heredado por sus ancestros. Cuando su hermana cumplió la mayoría de edad logró posicionarse dentro de una buena familia después de haber contraído matrimonio, no obstante la menor de ellas mantenía sus visitas clandestinas a sus lugares preferidos en la mansión para continuar con su instrucción dentro del mundo sobrenatural. Fue cuestión de tiempo para que las personas que vivían con cierto temor y odio hacia los suyos denunciaran actos extraños. Los vecinos y personas allegadas aseguraban haber visto a una ya adolescente Lorraine conversar con un hombre misterioso, alto, elegante y por demás apuesto a altas horas de la noche, afirmaban también que podría ser un demonio o el mismo diablo en persona, hecho que no pasó por alto su padre quien le abofeteó hasta el cansancio, su madre no sería castigada de dicho modo puesto que le esperaba algo peor.

-THE DEVIL’S BRIDE-

Los ojos de Lorraine no encontraban manera de comprender lo que veía. La mujer que le había dado la vida y de quien había aprendido todo pendía ahora de un par de sogas mientras su cuerpo era consumido lentamente por las llamas. Su padre de pie, a su lado, inerte ante tal hecho pues había sido el mismo quien mandara a acabar con la vida de su propia esposa. Aquel acto marcaría de por vida a la joven hechicera quien nunca perdonaría la traición de los suyos y de su mismo progenitor. Su venganza no tardaría en caer sobre aquellos que tildaron la imagen  de su madre como amante del demonio. Del mismo modo en el cual el fuego había consumido al único lazo consanguíneo que consideraba importante la pequeña aldea y su verdugo fueron carbonizados un par de años después con ayuda de sus habilidades y el don de ese elemento prestado por el emisario del infierno. Aquel evento fue condenado por la inquisición y no tardó mucho en saberse en gran parte de Europa occidental. Fue así como en menos de un año después de tal suceso viajó a Nueva Zelanda donde conoció a quien sería su cómplice, amigo, compañero y gran amor. Su esposo Michael.

El hombre trabajaba dentro de la milicia y Lorraine estaba decidida a tomar un rumbo nuevo, apartada de esos hechos violentos que le habían orillado a huir. Junto a él procreó a su único hijo, Dante. Parecía que la vida tomaba sentido ahora que poseía una familia, un verdadero vinculo de amor. Al poco tiempo Dante partió a Inglaterra después de haber concluido sus estudios. Una aparente calma sobrevino después de estos hechos, pero bien dicen que nadie hace un favor por nada a cambio y fue así como repentinamente Michael murió en una tarde de otoño, quizás a manos de aquel misterioso ser que alguna vez le concedió el favor de venganza. Lorraine quedó devastada y ante su desesperación se valió de sus habilidades para aprisionar el alma de Michael en uno de sus collares. Era lo único que podía hacer y lo único que le bastaba para darse valor a continuar con vida. Nunca supo cómo explicar ese hecho con su hijo, quizás nunca esté lista para hacerlo puesto que ello conllevaría a desenmarañar un parte de un pasado que no está dispuesta a desenterrar, al menos no por ahora.

-De vez en cuando aún conversa con el demonio que le ayudó en su venganza, quien con el tiempo se ha vuelto su mayor obstáculo y arma.

-Su vasto conocimiento en el área de la magia negra le facilitó la permanencia por un tiempo en oscuras y secretas organizaciones.

-De un tiempo a la fecha perdió comunicación con su hijo Dante, teme lo peor pero no se atreve a buscarle.

-Cambió su apellido al que perteneció a su madre, en honor a todo lo que aprendió de ella.