Ficha Lulán Metanova

por **Lulán Metanova** Miér Mar 15, 2017 1:04 am

DATOS BÁSICOS

▲NOMBRE DEL PERSONAJE▲

Lulán Metanova

▲EDAD▲

19 años aparentes, 20 reales

▲ESPECIE▲

Vampiresa

▲FACCIÓN A LA QUE PERTENECE▲

-

▲TIPO, CLASE SOCIAL O CARGO▲

Clase Alta

▲ORIENTACIÓN SEXUAL▲

Heterosexual

▲LUGAR DE ORIGEN▲

Francia

▲HABILIDADES/PODERES▲

► HABILIDADES Y ATRIBUTOS INNATOS:
→ Habilidades: Sigilo, sentidos aumentados, buenos reflejos, agilidad, flexibilidad, velocidad y fuerza sobrehumana.

→ Atributos: Colmillos afilados, uñas afiladas (en algunos casos), piel y cuerpo resistentes (aunque suave al tacto y a la vista), e inmortalidad.

► PODERES INNATOS:
→ Sanación acelerada: Habilidad para sanar rápidamente heridas y contusiones no tan graves (esto no aplica al desmembramiento, si les arrancan un brazo, el brazo no volverá a crecer). El tiempo de recuperación varía según el personaje y la gravedad de la herida o lesión. Cuando se trata de balas de plata o fuego pueden morir si las heridas son muy graves.

→ Percepción del aura: Habilidad para ver las auras de otros seres, cuyos colores indican su humor, identidad y nivel de hostilidad, de este modo saben si están bajo amenaza. Este poder también les permite reconocer a otros vampiros e identificar a los licántropos gracias a su aura colorada y su característico olor.

► PODERES A ELEGIR:
→ Telepatía: Habilidad para sondear los pensamientos superficiales de cualquier sujeto cercano y escucharlos como escucharía hablar a esa persona. Con el tiempo suficiente, puede enterarse casi de cualquier cosa sobre el sujeto.

→ Persuasión: Habilidad para controlar las acciones o el razonamiento de otra persona. Este poder logra que otras personas realicen acciones, sin que éstas puedan negarse o incluso darse cuenta, mediante palabras con entonación imperativa, es decir, ordenándolas.

→ Confusión: El vampiro puede hacer que su víctima se sienta completamente desorientada sin más que mirarle a los ojos y hablar con él. La víctima sólo será consciente de fragmentaos sueltos de sus propios recuerdos. Se sentirá confuso constantemente y vagará de un lado a otro, aturdido y sin saber que hacer exactamente. La confusión es temporal.

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

Lulán es una joven perdida entre lo que fue y lo que está descubriendo de sí misma en su nueva vida. Se maravilla de continuo al darse cuenta que en reacciones, pensamientos y actitudes, es una nueva persona completamente diferente a la que solía ser.

Ahora su carácter puede ser bastante lunático. Sus cambios de humor pueden variar de la noche a la mañana, no es exageración, y eso al principio la tenía asustada. Cree que está aprendiendo a controlarlo, pero no es así. Vive en constante estado de ciclotimia.

Fue una niña soñadora y cree que todavía lo es, aunque no está muy segura de qué es lo que quiere en la vida –o en la eternidad-, Svetlana le ha asegurado que es capaz de lograr todo lo que se proponga, pero ella aún no lo ve tan claro.

Solía ser una joven cariñosa al máximo, disfrutaba de dar amor y al mismo tiempo recibirlo, mas ahora no tiene a quien amar, a quien consentir o mimar. A veces siente que ese costado de ella, tan dulce, tan humano, se le está muriendo poco a poco al igual que su sensibilidad y su empatía hacia los demás. Se está volviendo un ser egoísta, aunque lucha contra eso.

Siempre tuvo un gran sentido del humor, disfruta de hacer reír a quienes están a su alrededor, se divierte haciéndolo. Su desafío mayor es que Svetlana se divierta con ella.

Lulán tiene una imaginación increíble, eso no se ha muerto en ella. Ama escribir historias y sueña con que alguna de ellas sea representada en el Theatre Des Vampires, pese a eso no se anima a mostrárselas a Svetlana pues le teme a su juicio como a nada más. Cree que una mala crítica de parte de ella puede lastimarla más que ninguna otra cosa.

HISTORIA

Lulán Lefleur era la mayor de las tres hijas del matrimonio de Basile y Marleen Lefleur. Eran una familia tranquila, sin demasiados sobresaltos –ni buenos ni malos-, vivían de la venta de telas en el mercado donde Basile tenía su propio y prolifero negocio.
Eran una familia típica de la clase trabajadora, que se esforzaba de sol a sol para poder tener y mantener todo lo que habían podido adquirir. Desde pequeña Lulán ayudaba a sus padres en el negocio ubicado en la zona comercial, con los ojos cerrados podía diferenciar un género de otro con una simple caricia… Solía desear ser como aquellas señoras de clase alta que asistían a elegir telas al negocio de su padre, esas que solían reunirse con su madre para que ésta le confeccionase sus trajes. Deseaba tener sus vidas de lujos y sin presiones.

Cuando Lulán tenía quince años su padre falleció. No estaba enfermo, aquel día era uno más de tantos. Pero Basile murió, quejándose de un profundo dolor de pecho, en su tienda de telas, ese lugar que tanto amaba.
Todo cambió en la vida de las mujeres Lefleur porque, ¿qué no cambia cuando un ser amado se va?
Marleen no pudo cuidar sola el negocio y acabó por aceptar la propuesta de un vecino que quería asociarse a ella y a su tienda de telas. El hombre no tardó en traicionar la buena fe de la reciente viuda, quedándose con todo lo que era suyo, falsificando documentación… De nada sirvieron los testigos ni la denuncia de Marleen, la tienda de telas y todo cuanto había en ella pertenecía ahora a aquel desgraciado porque ella, confiada le había firmado los papeles.

Marleen Lefleur se sumió en una profunda depresión que le duró hasta el fin. Tuvieron que vender la casa para hacer una diferencia de dinero y así poder vivir. Lulán, que ya tenía diecisiete años, trabajaba de manera precaria en lo que podía, lo mismo sus hermanas más chicas –Niniè y Laurie- que solían limpiar las tabernas durante el día a cambio de unos pocos francos.
Tuvieron que dejar su casa y trasladarse a una casilla precaria en las afueras de la ciudad, era eso o irse directamente a los barrios bajos donde cualquier cosa podía sucederles. Lulán eligió entonces las afueras, porque ella tomó las riendas de su familia así que sobre sus hombros recayó el peso de la decisión, pues prefería caminar de más a tener que vivir con miedo.

La tragedia final les sobrevino cuando ella tenía diecinueve años.
Era tarde y Lulán regresaba de su trabajo temporal en el circo, caminaba con miedo pues era noche de luna llena y todo el mundo sabía que eran especialmente espeluznantes.
Lo vio desde lejos. El fuego consumía su pequeño hogar. Corrió y corrió, pero sentía que no llegaría jamás, parecía que estaba más lejos que nunca y que cuanto más corría ella más se alejaba su casa.
Nunca olvidaría el calor que golpeó su rostro cuando estuvo cerca. Se frenó en seco pues el instinto de supervivencia le decía que no debía adentrarse en su hogar, que no tenía que meterse a buscar nada porque nada había ya.
De igual forma ingresó por la parte trasera de la casilla ardiente, gritó el nombre de sus hermanas, llamó a su madre… pero nadie le respondió. Con sus propios ojos vio arder los cuerpos sin vida de ellas, jamás olvidaría esa imagen aunque intentaba reemplazarla en su mente por momentos más felices, por el sonido de la risa de Laurie o los cuentos que se inventaba para contarle a Niniè… No lo olvidaría aunque quisiera encontrar el cálido abrazo de su madre en brazos de otra mujer, aquella que la había salvado de la muerte.
No quería alejarse, pero debía hacerlo. El humo entró en su cuerpo volviendo pesado su pecho y dificultándole la respiración. Caminó hacia atrás tosiendo y con la mirada fija en la casa ardiente, esa en la que tan feliz había sido, en la que se había sentido amada y segura a pesar de las evidentes carencias que habían tenido que vivir.

Cayó desmayada a unos veinte metros del incendio. Poco recuerda de lo que sucedió después. La dulce voz de una mujer, su abrazo frío. Sus promesas. La desesperación de su cuerpo cuando ella succionó desde su cuello la vida de Lulán, el sabor de la sangre cuando fue su turno de beber… La locura posterior.
No reconocerse en su propio cuerpo la había tenido alterada durante las siguientes semanas. Era ella, Lulán Lefleur, pero ya no se reconocía, no entendía.

-Lulán Metanova –le dijo Svetlana con voz ofendida al oír que Lulán pronunciaba su apellido anterior, ese que demostraba que hacía muy poco tiempo ella había tenido otra vida, una mucho más verdadera-, ya te he dicho que eres Lulán Metanova a partir de ahora.

Svetlana le había prometido enseñarle a vivir, asegurándole que todo había comenzado verdaderamente luego de que ella la salvara. Y, como era así su naturaleza, Lulán se entregó a su maestra pues deseaba ser como ella y devolverle así todo lo que estaba haciendo por ayudarla.

DATOS EXTRA

*Cada vez que se descubre pensando en su vida anterior, añorando a su familia, busca la forma de huir de su propia mente. No quiere siquiera recordar a sus padres y a sus hermanas, pues el dolor se le hace insoportable.

*Quiere ser como Svetlana, es su mayor deseo, pero no se cree capaz de seguir los pasos de ella.

por Invitado Miér Mar 15, 2017 9:07 am

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