AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
Pink. (+18) {Priv. Corbin}
2 participantes
Página 2 de 3.
Página 2 de 3. • 1, 2, 3
Pink. (+18) {Priv. Corbin}
Recuerdo del primer mensaje :
Este tema va a continuación de: When the cold wind blows
Los días pasaban y Aveline se iba recuperando de la grave puñalada que recibió en la Ópera. Demasiadas cosas le habían sucedido desde entonces: Stein le había propuesto matrimonio, como un acuerdo, un negocio ventajoso para ambas partes, y lo había estado hablando con su hermano, el cual tenía cierta dudas, pero la animó a reflexionarlo bien y le dio su apoyo tomase la decisión que tomase. Tras el intento de asesinato, el brujo le había regalado el anillo de su madre y había dejado entrever que sentía algo por ella, que no era sólo un negocio o una noche de sexo. Y lo cierto es que estaba confundida. No esperaba eso de Stein, le asustaba que todo aquello no fuera más que una farsa, una manipulación que tras la boda desaparecería y revelaría al verdadero Ackerman. Podía soportar estar casada con un hombre que le fuera indiferente, pero no con uno que consiguiera llegar hasta el fondo de su corazón sólo para estrujarlo y dañarlo.
No sabía nada de Corbin desde entonces, y le había pedido a Stein que acabase con el cabrón de Simonetti, cosa que el brujo había cumplido.Había mandado recado al burdel, pero le daban largas muy sutiles. ¿Quizás es que Corbin no quería saber nada de ella? la había llevado hasta la sede, le había confesado tener sentimientos hacia ella y le había hecho prometer que no se iría, que se debían al menos un encuentro más porque quería ver conla su vestido rosa, ése que estaba cogiendo polvo en el armario porque ni la Parca ni Lady Blackmore lo llevarían jamás. ¿Se habría arrepentido de aquello? no sería descabellado. Habían pasado un momento muy intenso, muy dramático y quizás en esa situación habían dicho cosas que era mejor no decir. No podía simplemente pasar de ello, tantos días de reposo, vagando por la casa, habían cundido mucho para darle vueltas a la cabeza.
Iría a verlo, y si no quería saber nada más de ella, daría media vuelta y se marcharía, olvidándolo para siempre, pero lo quería escuchar de sus labios. Los puntos todavía tiraban de su piel, por seguridad, pero se encontraba ya casi bien y no hacía esfuerzos, con suerte, Aurelius se los quitaría en un par de dias. Se bañó, se colocó una falda azul marino y una camisa blanca sobre el corsé, entallandolo todo con una chaqueta del mismo azul. Se recogió el pelo y para no cambiar su costumbre, no cogió sombrero, le resultaba incómodo. Eso sí, los guantes no podían fallar, ninguna británica salía de casa sin sus guantes. Llamó al cochero y pusieron rumbo al Golden Moon, a plena luz del día, esta vez no iba a divertirse sólo a preguntar por Corbin. Durante el trayecto, se fue haciendo a la idea de que quizás saliera de allí dejándolo atrás, pasando otra desgarradora página del diario de Faith y de nuevo con el nudo en la garganta por el cúmulo de sentimientos que se concentraban allí.
Estaba en baja forma, sus defensas habían sido aniquilidas y se habían colado Stein y Corbin hasta el círculo interior. ¿Podría contener tal invasión? más bien la pregunta sería ¿quería contenerla? Con mil interrogantes flotando en su cabeza, el coche se detuvo y bajó despacio, para evitar que los puntos saltasen. En su rostro aún se podían adivinar los estragos de la convalecencia y las fiebres, pero sobre todo, de las noches sin dormir pensando y pensando qué hacer.
— Buenos días, pregunto por el señor Corbin Lockwood.— en el local había una chica nueva en lugar de Brody, que seguramente estaría durmiendo la mona o haciendo recados.
Este tema va a continuación de: When the cold wind blows
————————— ~ o0o ~ ——————————
- Pink. Aerosmith:
- Pink- it's my new obsession
pink it's not even a question,
pink, on the lips of your lover, 'cause
pink is the love you discover
Pink as the bing on your cherry
pink 'cause you are so very
pink it's the color of passion
'cause today it just goes with the fashion
Pink it was love at first sight
pink when i turn out the light
pink gets me high as a kite
and i think everything is going to be all right
no matter what we do...
Los días pasaban y Aveline se iba recuperando de la grave puñalada que recibió en la Ópera. Demasiadas cosas le habían sucedido desde entonces: Stein le había propuesto matrimonio, como un acuerdo, un negocio ventajoso para ambas partes, y lo había estado hablando con su hermano, el cual tenía cierta dudas, pero la animó a reflexionarlo bien y le dio su apoyo tomase la decisión que tomase. Tras el intento de asesinato, el brujo le había regalado el anillo de su madre y había dejado entrever que sentía algo por ella, que no era sólo un negocio o una noche de sexo. Y lo cierto es que estaba confundida. No esperaba eso de Stein, le asustaba que todo aquello no fuera más que una farsa, una manipulación que tras la boda desaparecería y revelaría al verdadero Ackerman. Podía soportar estar casada con un hombre que le fuera indiferente, pero no con uno que consiguiera llegar hasta el fondo de su corazón sólo para estrujarlo y dañarlo.
No sabía nada de Corbin desde entonces, y le había pedido a Stein que acabase con el cabrón de Simonetti, cosa que el brujo había cumplido.Había mandado recado al burdel, pero le daban largas muy sutiles. ¿Quizás es que Corbin no quería saber nada de ella? la había llevado hasta la sede, le había confesado tener sentimientos hacia ella y le había hecho prometer que no se iría, que se debían al menos un encuentro más porque quería ver conla su vestido rosa, ése que estaba cogiendo polvo en el armario porque ni la Parca ni Lady Blackmore lo llevarían jamás. ¿Se habría arrepentido de aquello? no sería descabellado. Habían pasado un momento muy intenso, muy dramático y quizás en esa situación habían dicho cosas que era mejor no decir. No podía simplemente pasar de ello, tantos días de reposo, vagando por la casa, habían cundido mucho para darle vueltas a la cabeza.
Iría a verlo, y si no quería saber nada más de ella, daría media vuelta y se marcharía, olvidándolo para siempre, pero lo quería escuchar de sus labios. Los puntos todavía tiraban de su piel, por seguridad, pero se encontraba ya casi bien y no hacía esfuerzos, con suerte, Aurelius se los quitaría en un par de dias. Se bañó, se colocó una falda azul marino y una camisa blanca sobre el corsé, entallandolo todo con una chaqueta del mismo azul. Se recogió el pelo y para no cambiar su costumbre, no cogió sombrero, le resultaba incómodo. Eso sí, los guantes no podían fallar, ninguna británica salía de casa sin sus guantes. Llamó al cochero y pusieron rumbo al Golden Moon, a plena luz del día, esta vez no iba a divertirse sólo a preguntar por Corbin. Durante el trayecto, se fue haciendo a la idea de que quizás saliera de allí dejándolo atrás, pasando otra desgarradora página del diario de Faith y de nuevo con el nudo en la garganta por el cúmulo de sentimientos que se concentraban allí.
Estaba en baja forma, sus defensas habían sido aniquilidas y se habían colado Stein y Corbin hasta el círculo interior. ¿Podría contener tal invasión? más bien la pregunta sería ¿quería contenerla? Con mil interrogantes flotando en su cabeza, el coche se detuvo y bajó despacio, para evitar que los puntos saltasen. En su rostro aún se podían adivinar los estragos de la convalecencia y las fiebres, pero sobre todo, de las noches sin dormir pensando y pensando qué hacer.
— Buenos días, pregunto por el señor Corbin Lockwood.— en el local había una chica nueva en lugar de Brody, que seguramente estaría durmiendo la mona o haciendo recados.
Última edición por Aveline Blackmore el Miér Ago 16, 2017 11:15 am, editado 1 vez
Aveline Blackmore- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 155
Fecha de inscripción : 07/01/2017
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Pink. (+18) {Priv. Corbin}
No se sabía el cuento. Se le escapó una risilla que lejos de ser una burla hacia Corbin, la llenó de una alegría sincera, en primer lugar porque no esperaba que él fuera a verla y menos que estuviera en disposición de pasar con ella la tarde haciendo cosas "normales".
— Créeme, se extrañarían más si me vieran con una calabaza que contigo. La gente ya está acostumbrada a mis excentricidades. Ya que tú no te decides a ir a ningun sitio, decidiré yo. ¡Vamos!
Tiró de Corbin hacia fuera de la sede y pidió un coche al que subieron. Le dio instrucciones al cochero y éste dirigió a los caballos hasta las afueras de París, donde el río Sena apenas estaba transitado ni bordeado por muros, a´llí serpenteaba en forma de remansos y meandros. Loque se extendía a sus orillas eran campos de cultivo o pequeñas villas. El coche se detuvo en una explanada donde había un pequeño embarcadero, y la inglesa negoció con el hombre el alquiler de la barca que les llevaría donde quería ir. Había una pequeña isla en el centro de la corriente, tenía una arboleda frondosa y las ruinas de una pequeña ermita que se acabó desmoronando con el paso del tiempo y el desuso.
Aveline se sentó en el bote y miró a Corbin.— ¿Quieres hacerlo tu? yo estoy bien, si no han cicatrizado tus heridas, no es necesario, puedo hacerlo.
Había poca distancia en realidad, la isla estaba en mitad de un ensanchamiento del rio y la corriente no bajaba excesivamente fuerte, tan sólo era profundo el cauce y no se podía ir a pie.
La barca la encallaron en la arena, asegurandola a un poste. Faith cogió de la mano a Corbin y lo guió hasta la ruinosa ermita, que tenía un pórtico ojival y unas planta de cruz latina con bovedillas. La mitad del techo ya no existía, pero se podían observar aún parte de los frescos que lo adornaron, desgastados por el tiempo. Había una docena de bancos de madera y la rubia se sentó allí mirando hacia el altar, donde ya no quedaba nada de valor, tan sólo una vidriera donde un ángel con una espada exterminaba a un demonio.
— A veces vengo aquí a... pensar. No sé, este lugar me transmite paz, lejos de la ciudad tan ruidosa...en Londres solía perderme por Hyde Park y cuando tenía más tiempo, me retiraba unos días a nuestra villa de Surrey. Ojalá algun dia puedas verlo es...tan verde.— suspiró.— Echo de menos mi casa, a veces sueño que estoy de vuelta y que ya no quedan monstruos, no hay necesidad de combatir la oscuridad y tan sólo disfruto de un amanecer sin miedo.
— Créeme, se extrañarían más si me vieran con una calabaza que contigo. La gente ya está acostumbrada a mis excentricidades. Ya que tú no te decides a ir a ningun sitio, decidiré yo. ¡Vamos!
Tiró de Corbin hacia fuera de la sede y pidió un coche al que subieron. Le dio instrucciones al cochero y éste dirigió a los caballos hasta las afueras de París, donde el río Sena apenas estaba transitado ni bordeado por muros, a´llí serpenteaba en forma de remansos y meandros. Loque se extendía a sus orillas eran campos de cultivo o pequeñas villas. El coche se detuvo en una explanada donde había un pequeño embarcadero, y la inglesa negoció con el hombre el alquiler de la barca que les llevaría donde quería ir. Había una pequeña isla en el centro de la corriente, tenía una arboleda frondosa y las ruinas de una pequeña ermita que se acabó desmoronando con el paso del tiempo y el desuso.
Aveline se sentó en el bote y miró a Corbin.— ¿Quieres hacerlo tu? yo estoy bien, si no han cicatrizado tus heridas, no es necesario, puedo hacerlo.
Había poca distancia en realidad, la isla estaba en mitad de un ensanchamiento del rio y la corriente no bajaba excesivamente fuerte, tan sólo era profundo el cauce y no se podía ir a pie.
La barca la encallaron en la arena, asegurandola a un poste. Faith cogió de la mano a Corbin y lo guió hasta la ruinosa ermita, que tenía un pórtico ojival y unas planta de cruz latina con bovedillas. La mitad del techo ya no existía, pero se podían observar aún parte de los frescos que lo adornaron, desgastados por el tiempo. Había una docena de bancos de madera y la rubia se sentó allí mirando hacia el altar, donde ya no quedaba nada de valor, tan sólo una vidriera donde un ángel con una espada exterminaba a un demonio.
— A veces vengo aquí a... pensar. No sé, este lugar me transmite paz, lejos de la ciudad tan ruidosa...en Londres solía perderme por Hyde Park y cuando tenía más tiempo, me retiraba unos días a nuestra villa de Surrey. Ojalá algun dia puedas verlo es...tan verde.— suspiró.— Echo de menos mi casa, a veces sueño que estoy de vuelta y que ya no quedan monstruos, no hay necesidad de combatir la oscuridad y tan sólo disfruto de un amanecer sin miedo.
Aveline Blackmore- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 155
Fecha de inscripción : 07/01/2017
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Pink. (+18) {Priv. Corbin}
No supo si se reía de él o no, pero no le molestó, Corbin sonrió de medio lado, cualquier cosa por verla tan feliz, lo que más le sorprendía era que fuera por verle allí. Él no conocía los cuentos, no tenía a nadie que se los contase, su madre nunca estaba en casa o de humor para hacer algo así. Lo que recordaba de ella nunca era algo bueno. No se resistió cuando se vio arrastrado por la cazadora, estaba poco acostumbrado a dejarse llevar, más bien era él el que llevaba siempre la delantera, anticipándose a lo que sus clientes querían, pero Ave no era un cliente.
No tuvo agallas para decirle que no le apetecía nada ir a algún café o a un lugar concurrido, saldría del paso como pudiera igual que hizo en la Ópera, siempre se sentía absolutamente fuera de lugar en cuanto salía del burdel, era como un niño perdido, pero en cuanto vio que cada vez se alejaban más y más del centro de París se fue relajando. Ella era tan buena como para pensar en él y llevarle lejos. A veces se preguntaba por qué se sentía como se sentía por ella, las dudas iban cavando un hueco en su pecho. Dudas que desaparecían a los diez minutos de estar con ella, lo que no comprendía era por qué nadie se había fijado en ella antes, solo Ackerman y él, cuando la mujer lo tenía todo. Tal vez se hubieran fijado, pero a ella no le interesaba..Eso tenía más sentido, pero no en lo que a él concernía.
Siguió siendo guiado por la mujer hasta ver la barca observando el río Sena con cara de circunstancia...No sabía nadar, así que aquello podía ser terriblemente patético si era lo que ella buscaba. Se acercó a la barca, algo tenso, pero disimuló lo mejor que pudo al subirse a ella, tenía serias dudas de que esa tartana fuera a aguantar su peso y tampoco tenía muy claro cómo mover una barca pero….Antes prefería morir ahogado que admitirlo delante de la mujer que amaba así que cogió los remos y probó, malamente, al principio, pero si no era capaz de darle un paseo en barca merecía la muerte.
Al principio el costó, pero al estar tan obcecado en la tarea consiguió que ambos llegaran sin mojarse hasta la orilla donde Aveline quería ir. Bajó de la barca para empujarla y que ella pudiera salir sin tener que mojarse y luego caminó hacia la ermita, contempló la antigua gloria, debió ser imponente en su día, ahora no era ni un recuerdo. Sonrió de medio lado observando al ángel. Escuchándola recordaba lo diferentes que eran, nunca había tenido un lugar al de escaparse pero se alegraba de que ella si tuviera esa opción. Él no tenía nada a lo que llamar casa, nada que pudiera echar de menos. - Entonces no serías tú, sin La Parca algo dentro de ti faltaría, Faith. Estás bien como estás, lo importante no es no tener miedo, si no cómo ser capaz de disfrutar de un amanecer más..Sólo eso.- Extendió la mano, para acariciar la mejilla de la mujer.- Al fin y al cabo si no son monstruos serían otras cosas las que te preocuparían. No existe algo como la vida perfecta..Solo los momentos perfectos.
No tuvo agallas para decirle que no le apetecía nada ir a algún café o a un lugar concurrido, saldría del paso como pudiera igual que hizo en la Ópera, siempre se sentía absolutamente fuera de lugar en cuanto salía del burdel, era como un niño perdido, pero en cuanto vio que cada vez se alejaban más y más del centro de París se fue relajando. Ella era tan buena como para pensar en él y llevarle lejos. A veces se preguntaba por qué se sentía como se sentía por ella, las dudas iban cavando un hueco en su pecho. Dudas que desaparecían a los diez minutos de estar con ella, lo que no comprendía era por qué nadie se había fijado en ella antes, solo Ackerman y él, cuando la mujer lo tenía todo. Tal vez se hubieran fijado, pero a ella no le interesaba..Eso tenía más sentido, pero no en lo que a él concernía.
Siguió siendo guiado por la mujer hasta ver la barca observando el río Sena con cara de circunstancia...No sabía nadar, así que aquello podía ser terriblemente patético si era lo que ella buscaba. Se acercó a la barca, algo tenso, pero disimuló lo mejor que pudo al subirse a ella, tenía serias dudas de que esa tartana fuera a aguantar su peso y tampoco tenía muy claro cómo mover una barca pero….Antes prefería morir ahogado que admitirlo delante de la mujer que amaba así que cogió los remos y probó, malamente, al principio, pero si no era capaz de darle un paseo en barca merecía la muerte.
Al principio el costó, pero al estar tan obcecado en la tarea consiguió que ambos llegaran sin mojarse hasta la orilla donde Aveline quería ir. Bajó de la barca para empujarla y que ella pudiera salir sin tener que mojarse y luego caminó hacia la ermita, contempló la antigua gloria, debió ser imponente en su día, ahora no era ni un recuerdo. Sonrió de medio lado observando al ángel. Escuchándola recordaba lo diferentes que eran, nunca había tenido un lugar al de escaparse pero se alegraba de que ella si tuviera esa opción. Él no tenía nada a lo que llamar casa, nada que pudiera echar de menos. - Entonces no serías tú, sin La Parca algo dentro de ti faltaría, Faith. Estás bien como estás, lo importante no es no tener miedo, si no cómo ser capaz de disfrutar de un amanecer más..Sólo eso.- Extendió la mano, para acariciar la mejilla de la mujer.- Al fin y al cabo si no son monstruos serían otras cosas las que te preocuparían. No existe algo como la vida perfecta..Solo los momentos perfectos.
Corbin Lockwood- Humano Clase Baja
- Mensajes : 135
Fecha de inscripción : 02/02/2017
Re: Pink. (+18) {Priv. Corbin}
Los momentos perfectos. Como ese. Como la última tarde que pasaron juntos aunque fuera en el burdel. No habían coleccionado muchos de esos, al contrario, sus pocos encuentros habían sido accidentados y con final amargo, pero ese era un momento perfecto. No había prisa, no había deudas, no había dolor. Sólo estaban ellos y el tiempo, ese que inexorablemente pasaría y convertiría el ahora en un recuerdo, uno que estaba dispuesta a atesorar y a guardar bajo llave en su memoria.
Se pegó a Corbin y apoyó la mejilla en su hombro, mirando la vidriera de colores, enlazó su mano con la de él encima de su rodilla y murmuró la letra de una canción.
Estaba a gusto así a su lado, sólo disfrutando de ese remanso de paz en mitad de la locura que era la vida. No le hacía falta decirle que ese era un momento perfecto porque él también lo consideraría así, podía sentirlo. Tenía razón, sin La Parca no sería completamente ella, todas las personas que vivían dentro de ella eran... Ella. Ella estaba hecha de las tres, ninguna mejor que la otra, ninguna suficiente para ser sólo ella. Quizás Corbin había comprendido antes que ella misma esa gran verdad: necesitaba de las tres, y quizás por ese motivo era capaz de querer a dos personas a la vez. Tan sólo debía tratar de mantener a flote a Faith, que era la que partía con desventaja y había sido sepultada por las otras dos.
Corbin le recordaba quién era esa Faith, y lo importante que era que no la escondiera, que no la dejase morir.
Despegó la mejilla de su hombro y con la mano libre acarició su mejilla y la posó sobre la barbilla haciendo que mirase hacia abajo, hacia ella, porque era una mole de alto, y lo besó.
Se pegó a Corbin y apoyó la mejilla en su hombro, mirando la vidriera de colores, enlazó su mano con la de él encima de su rodilla y murmuró la letra de una canción.
...Guess it's true, I'm not good at a one-night stand
But I still need love 'cause I'm just human
These nights never seem to go to plan
I don't want you to leave, will you hold my hand?
Oh, won't you stay with me?
'Cause you're all I need
This ain't love it's clear to see
But darling, stay with me...
But I still need love 'cause I'm just human
These nights never seem to go to plan
I don't want you to leave, will you hold my hand?
Oh, won't you stay with me?
'Cause you're all I need
This ain't love it's clear to see
But darling, stay with me...
- Stay with me:
Estaba a gusto así a su lado, sólo disfrutando de ese remanso de paz en mitad de la locura que era la vida. No le hacía falta decirle que ese era un momento perfecto porque él también lo consideraría así, podía sentirlo. Tenía razón, sin La Parca no sería completamente ella, todas las personas que vivían dentro de ella eran... Ella. Ella estaba hecha de las tres, ninguna mejor que la otra, ninguna suficiente para ser sólo ella. Quizás Corbin había comprendido antes que ella misma esa gran verdad: necesitaba de las tres, y quizás por ese motivo era capaz de querer a dos personas a la vez. Tan sólo debía tratar de mantener a flote a Faith, que era la que partía con desventaja y había sido sepultada por las otras dos.
Corbin le recordaba quién era esa Faith, y lo importante que era que no la escondiera, que no la dejase morir.
Despegó la mejilla de su hombro y con la mano libre acarició su mejilla y la posó sobre la barbilla haciendo que mirase hacia abajo, hacia ella, porque era una mole de alto, y lo besó.
Aveline Blackmore- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 155
Fecha de inscripción : 07/01/2017
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Pink. (+18) {Priv. Corbin}
Corbin sonrió de medio lado cuando ella se apoyó en su hombro. Faith le hacía sentir...Un hombre. No solo como un trozo de carne bien colocada. Quería protegerla, quería hacerle sentir segura, ojalá fuera la persona correcta para mantenerla a salvo, pero en el mundo que ella se movía era un completo cero a la izquierda, al menos podía tener a Faith. Corbin se había entregado a los sentimientos que tenía por ella, porque de ese modo Faith podía estar segura y arropada, sin miedo a que le hiciesen daño con lo que veía y escuchaba, podía ser Faith sin que le juzgase. Apretó su mano unos instantes y sonrió sorprendido cuando le escuchó cantar, ese era un dato desconocido.. ¿Había algo que esa mujer no pudiera hacer? Se permitió empaparse de la letra de la canción, quería creerla, quería aferrarse tanto a esas palabras. No concebía su mundo sin ella, era así de sencillo, pero no quería acorralarla con esa confesión.
A mitad de la letra, cuando escuchó la primera estrofa, extendió el brazo para poder rodearla con él y dejar su cabeza caer en la de Ave. Se iba a quedar allí, lo haría hasta que ella decidiese lo contrario y cada vez estaba más cómodo y seguro de su decisión, más aun desde que Stein lo había aceptado, para su sorpresa. Cogió aire y lo soltó con suavidad, conmigo. Para él no era un momento perfecto, es que no había ningún otro..Podía recordar otros instantes con la rubia pero ninguno tan plácido, en un lugar en el que ambos se sentían cómodos, donde estaban alejados de toda presión.
Sintió la caricia de Faith y se apartó de ella lo suficiente para poder mirarla, sonrió, porque no necesitó demasiadas instrucciones para saber lo que ella buscaba. Se inclinó, bajando su brazo de la espalda a la cintura para rodearle con delicadeza y corresponder a aquel beso, procurando imprimir toda la ternura que ella despertaba en él, lo absolutamente fascinado que estaba por ella. Hubo un momento durante el beso que tuvo que detenerse para respirar, colocando la frente sobre la suya y presionando suavemente sus dedos contra su cuerpo. No estaba acostumbrado a sentir esa pasión, esa necesidad de alguien y le cohibía. Estaba estropeando un momento perfecto para los dos, porque su cuerpo reaccionaba exageradamente a Faith. Intentó recuperarse, cerrando los ojos, pero el tacto de la mujer ardía.-...¿No debería ser yo quien te pidiera que te quedases..?
A mitad de la letra, cuando escuchó la primera estrofa, extendió el brazo para poder rodearla con él y dejar su cabeza caer en la de Ave. Se iba a quedar allí, lo haría hasta que ella decidiese lo contrario y cada vez estaba más cómodo y seguro de su decisión, más aun desde que Stein lo había aceptado, para su sorpresa. Cogió aire y lo soltó con suavidad, conmigo. Para él no era un momento perfecto, es que no había ningún otro..Podía recordar otros instantes con la rubia pero ninguno tan plácido, en un lugar en el que ambos se sentían cómodos, donde estaban alejados de toda presión.
Sintió la caricia de Faith y se apartó de ella lo suficiente para poder mirarla, sonrió, porque no necesitó demasiadas instrucciones para saber lo que ella buscaba. Se inclinó, bajando su brazo de la espalda a la cintura para rodearle con delicadeza y corresponder a aquel beso, procurando imprimir toda la ternura que ella despertaba en él, lo absolutamente fascinado que estaba por ella. Hubo un momento durante el beso que tuvo que detenerse para respirar, colocando la frente sobre la suya y presionando suavemente sus dedos contra su cuerpo. No estaba acostumbrado a sentir esa pasión, esa necesidad de alguien y le cohibía. Estaba estropeando un momento perfecto para los dos, porque su cuerpo reaccionaba exageradamente a Faith. Intentó recuperarse, cerrando los ojos, pero el tacto de la mujer ardía.-...¿No debería ser yo quien te pidiera que te quedases..?
Corbin Lockwood- Humano Clase Baja
- Mensajes : 135
Fecha de inscripción : 02/02/2017
Re: Pink. (+18) {Priv. Corbin}
Acarició suavemente algunos de sus mechones, rebeldes como una selva que trataba de engullir sus perfectas facciones. Lo único que afeaba ese precioso rostro eran los surcos violáceos bajo los ojos del intenso azul del mar, y las pequeñas arruguitas que tenía marcadas en los cantos laterales de los mismo, y que ella sabía que no eran precisamente de reir mucho.
— Me quedaré en tu vida aunque algun día tu camino se separe del mio, mientras me quede aliento, tus noches serán seguras.— Porque sabía que algún día esa burbuja se rompería, el sueño acabaría y la realidad golpearía de nuevo. Sabía de gente que había tenido un/una amante toda la vida y lo llevaban bien, pero seguía pensando que era injusto para Corbin, que le cortaba las alas y tampoco podía darle la libertad que merecía. Bueno, lo primero era recuperarlo, sacarlo de esa vida de suburbios, que se recobrase, que volviera a sentirse como un hombre y empezara a tener un sueño, una meta, un propósito. Lo que sucediese después... ya se vería.
Notó cómo se tensaba, pero esa vez no era de disgusto, la reacción negativa ya la había visto una vez y no era de ese tipo, era...¿deseo? ¿Se estaba aguantado? Probablemente estaba muy acostumbrado a fingir, a dejarse llevar para que los clientes creyesen que en verdad los deseaba, pero no era así. Sin embargo allí no estaba fingiendo, no tenía por qué. Lady Blackmore no puedo evitar salir a la luz, sonrió con malicia.
— hummm...creo que será mejor abandonar este santo lugar, o me veré obligada a añadir el sacrilegio a mi larga lista de pecados carnales.— atrapó sus labios una vez más y se levantó pasando la mano por la mano por los bancos y dirigiendose a la salida de la polvorienta ermita, cuando de sopetón echó a correr y alcanzó la puerta, allí se giró lanzándole el desafío a Corbin.
— Si me pillas podrás pedirme lo que quieras, y tendré que hacerlo. Si no...¡Oh! será mejor que lo consigas porque se me ocurren muchas cosas.— Le sonrió divertida y desapareció tras el portón.
La isla era pequeña pero la vegetación estaba salvaje, hacía medio siglo que allí apenas iba nadie, aunque los senderos aún se podían adivinar.
— Me quedaré en tu vida aunque algun día tu camino se separe del mio, mientras me quede aliento, tus noches serán seguras.— Porque sabía que algún día esa burbuja se rompería, el sueño acabaría y la realidad golpearía de nuevo. Sabía de gente que había tenido un/una amante toda la vida y lo llevaban bien, pero seguía pensando que era injusto para Corbin, que le cortaba las alas y tampoco podía darle la libertad que merecía. Bueno, lo primero era recuperarlo, sacarlo de esa vida de suburbios, que se recobrase, que volviera a sentirse como un hombre y empezara a tener un sueño, una meta, un propósito. Lo que sucediese después... ya se vería.
Notó cómo se tensaba, pero esa vez no era de disgusto, la reacción negativa ya la había visto una vez y no era de ese tipo, era...¿deseo? ¿Se estaba aguantado? Probablemente estaba muy acostumbrado a fingir, a dejarse llevar para que los clientes creyesen que en verdad los deseaba, pero no era así. Sin embargo allí no estaba fingiendo, no tenía por qué. Lady Blackmore no puedo evitar salir a la luz, sonrió con malicia.
— hummm...creo que será mejor abandonar este santo lugar, o me veré obligada a añadir el sacrilegio a mi larga lista de pecados carnales.— atrapó sus labios una vez más y se levantó pasando la mano por la mano por los bancos y dirigiendose a la salida de la polvorienta ermita, cuando de sopetón echó a correr y alcanzó la puerta, allí se giró lanzándole el desafío a Corbin.
— Si me pillas podrás pedirme lo que quieras, y tendré que hacerlo. Si no...¡Oh! será mejor que lo consigas porque se me ocurren muchas cosas.— Le sonrió divertida y desapareció tras el portón.
La isla era pequeña pero la vegetación estaba salvaje, hacía medio siglo que allí apenas iba nadie, aunque los senderos aún se podían adivinar.
Aveline Blackmore- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 155
Fecha de inscripción : 07/01/2017
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Pink. (+18) {Priv. Corbin}
Si su mujer tenía que protegerle por las noches no estaba muy seguro en qué posición le dejaba aquello. No se refería a eso, no quería que ella se responsabilizara de él como si no tuviera dónde caerse muerto, no quería ser un estorbo para ella, quería ser esa fuente de seguridad para La Parca, eso era todo y aun así era tan inalcanzable para alguien como él que era absolutamente frustrante. El único consuelo que le quedaba era que al menos Stein podría protegerla, él se encargaría de las noches, de los monstruos y de cualquier ser que intentase hacer daño a la cazadora, de los eventos oficiales, de acompañarla en todo momento, mientras él alimentaba el alma de Faith y se mantenía en la oscuridad, dándole un pequeño refugio a su día a día, tanto para lady Blackmore como para la letal parca. Eso si podía hacerlo.
Sonrió, divertido, aunque algo incómodo. ¿Lo había notado? Se puso en pie siguiendo a la cazadora.- No te tenía por una mujer religiosa..-Él desde luego no lo era. Arqueó una ceja cuando vio que corría sin motivo aparente hacia la salida. Levantó una ceja cuando le lanzó el desafío.-¿Qué..?-No perdió la sonrisa pese a lo raro que le pareció, ¿Estaba jugando? No se lo pensó demasiado al seguir a la mujer, alcanzó la puerta y la abrió pero al mirar hacia el exterior apenas consiguió ver los pliegues de las faldas de Ave desapareciendo tras un árbol. No era precisamente buen corredor, pero apretó el paso, hasta que notó que ella iba en serio y que estaba huyendo de él. Empezó a correr, intentando alcanzarla, aunque era demasiado grande y la vegetación le entorpecía el avance, sus zancadas eran amplias y era..La primera vez que jugaba..-Eres cruel, mujer, aun estoy convaleciente.- No lo estaba tanto, pero todo fuera por escuchar su voz y adivinar de dónde procedía, porque la había perdido entre los árboles, en algún momento mientras corría detrás.
Sonrió, divertido, aunque algo incómodo. ¿Lo había notado? Se puso en pie siguiendo a la cazadora.- No te tenía por una mujer religiosa..-Él desde luego no lo era. Arqueó una ceja cuando vio que corría sin motivo aparente hacia la salida. Levantó una ceja cuando le lanzó el desafío.-¿Qué..?-No perdió la sonrisa pese a lo raro que le pareció, ¿Estaba jugando? No se lo pensó demasiado al seguir a la mujer, alcanzó la puerta y la abrió pero al mirar hacia el exterior apenas consiguió ver los pliegues de las faldas de Ave desapareciendo tras un árbol. No era precisamente buen corredor, pero apretó el paso, hasta que notó que ella iba en serio y que estaba huyendo de él. Empezó a correr, intentando alcanzarla, aunque era demasiado grande y la vegetación le entorpecía el avance, sus zancadas eran amplias y era..La primera vez que jugaba..-Eres cruel, mujer, aun estoy convaleciente.- No lo estaba tanto, pero todo fuera por escuchar su voz y adivinar de dónde procedía, porque la había perdido entre los árboles, en algún momento mientras corría detrás.
Corbin Lockwood- Humano Clase Baja
- Mensajes : 135
Fecha de inscripción : 02/02/2017
Re: Pink. (+18) {Priv. Corbin}
Ese era todo su objetivo, que se divirtiera, que se soltara, que dejase atrás esa vida llena de lastres, como la de ella. Que las obligaciones, las apariencias, el deber...se quedasen fuera por un rato, que abriese la puerta no sólo a Faith sino a la vida, la que se había perdido, la que podía tener.
Se escondió tras un tronco grueso y lo dejó merodear un poco hasta que lanzó un piedra al lado contrario para despistarlo, tras lo cual avanzó saltando entre las malezas, ella sí era rápida y atlética pero el vestido le dificultaba un poco el avance. De hecho tropezó al pisarse los bajos y rodó por el suelo haciendo ruido y levantándose del suelo cubierta de hojas secas. Fue entonces cuando sus manazas la atraparon y Aveline estalló en carcajadas.
— ¡Has tenido suerte! me he pisado el vestido!! no es justo!! hum...— Había establecido las reglas del juego de tal forma que si la encontraba ella tenía que concederle un deseo y lo cierto es que no se arrepentía para nada de ese castigo.— mmm.. ahora tienes que elegir qué es lo que quieres.
Se giró y rodeó su cuello con las manos, el ambiente relajado invitaba a reir, a sonreir, a decir cualquier tontería que le pasase por la cabeza...siplemente estaba contenta, relajada, estaba siendo ella sin corsés, sin cargas morales, éticas o psicológicas.
Se escondió tras un tronco grueso y lo dejó merodear un poco hasta que lanzó un piedra al lado contrario para despistarlo, tras lo cual avanzó saltando entre las malezas, ella sí era rápida y atlética pero el vestido le dificultaba un poco el avance. De hecho tropezó al pisarse los bajos y rodó por el suelo haciendo ruido y levantándose del suelo cubierta de hojas secas. Fue entonces cuando sus manazas la atraparon y Aveline estalló en carcajadas.
— ¡Has tenido suerte! me he pisado el vestido!! no es justo!! hum...— Había establecido las reglas del juego de tal forma que si la encontraba ella tenía que concederle un deseo y lo cierto es que no se arrepentía para nada de ese castigo.— mmm.. ahora tienes que elegir qué es lo que quieres.
Se giró y rodeó su cuello con las manos, el ambiente relajado invitaba a reir, a sonreir, a decir cualquier tontería que le pasase por la cabeza...siplemente estaba contenta, relajada, estaba siendo ella sin corsés, sin cargas morales, éticas o psicológicas.
Aveline Blackmore- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 155
Fecha de inscripción : 07/01/2017
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Pink. (+18) {Priv. Corbin}
Corbin era de todo menos un rastreador, así que en cuanto escuchó la piedra golpeando se giró para ver hacia dónde le llevaba aquello, imaginaba que estaban solos así que no dudó en caminar lo más pausado posible para no hacer ruido, pero entonces escuchó el estrépito que montó Aveline al caer. Arqueó una ceja y se giró, ¿Estaba en la dirección contraria? Avanzó rápido, en principio porque estaba entusiasmado, sin pretenderlo, pero en cuanto la vio en el suelo hecha un amasijo de ramas y hojarasca se preocupó. Se inclinó para levantarla del suelo, cogiéndola entre sus manos como si fuera de cristal. Enarcó una ceja cuando se encontró con su sonrisa y finalmente sonrió divertido, no se había hecho daño. Aliviado observó cómo las hojas habían invadido su cabello.
Nunca había pensado que tuviera suerte, pero ahora se sentía el hombre más afortunado. No había dejado de sonreír, era absurdo, ¿Alguna vez había estado tan feliz? Miró los ojos de La Parca. Pensar que era una mujer brutal, que había visto repartiendo golpes a diestro y siniestro con una venda en sus ojos. ¿Qué había visto en él que era el hombre más inútil habido y por haber? Acarició su cabello con mimo quitando a su paso las hojas que se le habían quedado prendadas.- Ya tengo todo cuanto quiero.- Eran tan sinceras las palabras que las susurró, como si el peso del significado ya fuera suficiente como para decirlo en voz alta. Se inclinó para atrapar sus labios entre los suyos, rodeando su cuerpo firmemente con sus brazos porque esta vez no pensaba dejar que huyera.
Nunca había pensado que tuviera suerte, pero ahora se sentía el hombre más afortunado. No había dejado de sonreír, era absurdo, ¿Alguna vez había estado tan feliz? Miró los ojos de La Parca. Pensar que era una mujer brutal, que había visto repartiendo golpes a diestro y siniestro con una venda en sus ojos. ¿Qué había visto en él que era el hombre más inútil habido y por haber? Acarició su cabello con mimo quitando a su paso las hojas que se le habían quedado prendadas.- Ya tengo todo cuanto quiero.- Eran tan sinceras las palabras que las susurró, como si el peso del significado ya fuera suficiente como para decirlo en voz alta. Se inclinó para atrapar sus labios entre los suyos, rodeando su cuerpo firmemente con sus brazos porque esta vez no pensaba dejar que huyera.
Corbin Lockwood- Humano Clase Baja
- Mensajes : 135
Fecha de inscripción : 02/02/2017
Re: Pink. (+18) {Priv. Corbin}
Las palabras de Corbin inundaron las salas vacías de su corazón con el rumor del agua cantarina de un río. Si Stein provocaba en ella un volcán, una lava ardiente que la consumía y la quemaba de la misma forma, Corbin conseguía restaurar todo su equilibrio, curar con agua limpia lo que estaba sucio y estancado.
Si eso era cuanto quería, sus labios, sus besos...ella, entonces era un precio a pagar muy bajo porque iba a dárselos de todas formas. Se apretó contra su cuerpo disfrutando de su tacto, de su cercanía, de sus brazos rodeándola, de sus palabras y besos. ¿Era eso lo más cerca que llegaría a estar del cielo? posiblemente, porque se sentía ligera como una pluma, libre de ataduras. ¿Cuánto tiempo pudieron permanecer así, abrazados, hniendo sus alientos? imposible de cuantificar, el tiempo y el espacio habían dejado de existir. Un relincho lejano la devolvió a la realidad. ¿Qué hora era? Oh, todavía era pronto, debía ser mediodía, quizás las dos o las tres.
Le había pedido que se quedase con ella, y quería que lo hiciera, al menos ese día. Stein a esas horas estaría rumbo a Alemania donde debía arreglar unos asuntos, Axel estaba en una cacería- evento que duraría tres dias y la mansión era suya al menos por unos días. Suspiró y le retiró el pelo que inevitablemente le caía sobre la cara.
— Volvamos, tenemos todo el tiempo del mundo y empiezo a tener hambre.— Hambre de muchas cosas. También de comida. Dos días, tan sólo le pedía al mundo dos días para recuperar su alma.
Si eso era cuanto quería, sus labios, sus besos...ella, entonces era un precio a pagar muy bajo porque iba a dárselos de todas formas. Se apretó contra su cuerpo disfrutando de su tacto, de su cercanía, de sus brazos rodeándola, de sus palabras y besos. ¿Era eso lo más cerca que llegaría a estar del cielo? posiblemente, porque se sentía ligera como una pluma, libre de ataduras. ¿Cuánto tiempo pudieron permanecer así, abrazados, hniendo sus alientos? imposible de cuantificar, el tiempo y el espacio habían dejado de existir. Un relincho lejano la devolvió a la realidad. ¿Qué hora era? Oh, todavía era pronto, debía ser mediodía, quizás las dos o las tres.
Le había pedido que se quedase con ella, y quería que lo hiciera, al menos ese día. Stein a esas horas estaría rumbo a Alemania donde debía arreglar unos asuntos, Axel estaba en una cacería- evento que duraría tres dias y la mansión era suya al menos por unos días. Suspiró y le retiró el pelo que inevitablemente le caía sobre la cara.
— Volvamos, tenemos todo el tiempo del mundo y empiezo a tener hambre.— Hambre de muchas cosas. También de comida. Dos días, tan sólo le pedía al mundo dos días para recuperar su alma.
Aveline Blackmore- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 155
Fecha de inscripción : 07/01/2017
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Pink. (+18) {Priv. Corbin}
En comer era en lo que menos estaba pensando en esos momentos, y eso que la comida era de sus únicas pasiones de verdad y de lo que disfrutaba sinceramente pero no...No quería irse, no quería dejar aquella isla ni mucho menos separarse de Aveline. Cerró los ojos apoyando la frente contra la suya, le estaba costando un infierno separarse de ella. ¿No podían quedarse allí para siempre? Cogió aire y lo soltó lentamente, muy frustrado..Muy..Hambriento. Se separó de la mujer, teniendo que hacer acopio de toda su fuerza de voluntad para no negarse. - No quiero volver..-Murmuró mirando a la cazadora, no se refería a volver con ella o a su mansión, se refería a volver al burdel. Se negaba a hacerlo, le dolía. Estaba demasiado bien con Faith, quería seguir allí, tener ese picnick en compañía de su vestido rosa, quería pasar el resto de los días así, haciendo el idiota, corriendo sin ningún motivo, siempre que terminasen el día con ella entre sus brazos. ¿Era tanto pedir?
Esperó que ella no se estuviera aburriendo, que en realidad era otro de sus juegos porque él no estaba preparado para volver al mundo real. Necesitaba esos momentos, ahora que por fin se había atrevido a ir a verla sin ningún otro motivo que el estar juntos. Tenían todo el tiempo del mundo...Lo dudaba, pero esas horas se le habían pasado demasiado deprisa, ¿Por qué el tiempo se detenía cuando algo malo ocurría y cuando estaba con ella no parecían ser más que un suspiro? Suspiró de nuevo cerrando los ojos, si ella quería irse...De acuerdo.- Está bien...Si es lo que quieres.- Se esforzó por sonreír y caminó de vuelta a donde habían dejado la barca.
Esperó que ella no se estuviera aburriendo, que en realidad era otro de sus juegos porque él no estaba preparado para volver al mundo real. Necesitaba esos momentos, ahora que por fin se había atrevido a ir a verla sin ningún otro motivo que el estar juntos. Tenían todo el tiempo del mundo...Lo dudaba, pero esas horas se le habían pasado demasiado deprisa, ¿Por qué el tiempo se detenía cuando algo malo ocurría y cuando estaba con ella no parecían ser más que un suspiro? Suspiró de nuevo cerrando los ojos, si ella quería irse...De acuerdo.- Está bien...Si es lo que quieres.- Se esforzó por sonreír y caminó de vuelta a donde habían dejado la barca.
Corbin Lockwood- Humano Clase Baja
- Mensajes : 135
Fecha de inscripción : 02/02/2017
Re: Pink. (+18) {Priv. Corbin}
En su desesperación se traslucía esa necesidad, y Faith lo entendió perfectamente. No quería volver a la vida gris, no quería volver al pozo. Le acarició las mejillas ahuecando su cara con las manos.
— Yo tampoco quiero regresar...te prometo que no volverás. Si la quieres...tu nueva vida empieza hoy. No tengas miedo...todo irá bien. Todo irá mejor. Se acabó huir...se acabó esconderse.
Cualquier cosa sería mejor que ser un mero esclavo, aunque no tenía ni idea de a qué retos se tendría que enfrentar Corbin, y podía entender que estuviera asustado, desubicado. Pero estaba cansada de escuchar en las óperas que el amor puede vecerlo todo, ya era hora de que esa afirmación fuera real. Lo cogió de ambas manos y lo miró con toda la determinación que le confería La Parca y Lady Blackmore.
— estaré a tu lado pase lo que pase.
Regresaron al bote y en cinco minutos estaban en la otra orilla subiendo al coche que los llevaría a la mansión Blackmore. Para esos dos días sería un refugio seguro, un lugar donde podrían estar lejos de miradas y juicios, donde podrían dormir y despertar empapados en el olor del otro, donde hablar y regalarse las caricias deseadas. Y si el mundo explotaba, podía irse a la mierda después después de eso. Se lo merecían, se lo debía la vida y era hora de resacir las cuentas pendientes.
— Yo tampoco quiero regresar...te prometo que no volverás. Si la quieres...tu nueva vida empieza hoy. No tengas miedo...todo irá bien. Todo irá mejor. Se acabó huir...se acabó esconderse.
Cualquier cosa sería mejor que ser un mero esclavo, aunque no tenía ni idea de a qué retos se tendría que enfrentar Corbin, y podía entender que estuviera asustado, desubicado. Pero estaba cansada de escuchar en las óperas que el amor puede vecerlo todo, ya era hora de que esa afirmación fuera real. Lo cogió de ambas manos y lo miró con toda la determinación que le confería La Parca y Lady Blackmore.
— estaré a tu lado pase lo que pase.
Regresaron al bote y en cinco minutos estaban en la otra orilla subiendo al coche que los llevaría a la mansión Blackmore. Para esos dos días sería un refugio seguro, un lugar donde podrían estar lejos de miradas y juicios, donde podrían dormir y despertar empapados en el olor del otro, donde hablar y regalarse las caricias deseadas. Y si el mundo explotaba, podía irse a la mierda después después de eso. Se lo merecían, se lo debía la vida y era hora de resacir las cuentas pendientes.
Aveline Blackmore- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 155
Fecha de inscripción : 07/01/2017
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Pink. (+18) {Priv. Corbin}
No admitiría que tenía miedo, pero hasta Faith se daba cuenta de ello, Stein también. ¿Desde cuándo era tan sencillo descifrar su cabeza? Tal vez por eso se le partía el pecho cada vez que tenía que servir a alguien, entrar de nuevo en esa habitación vacía que no significaba nada para él. Algo en él se había roto por culpa de ellos dos y no podía volver atrás, Aveline había descubierto las heridas que había ocultado durante toda su vida y Stein les había echado sal para recordarle que existían y que si lo hacían era por una razón.
Cerró los ojos de nuevo, no estaba seguro de poder empezar nada y no sabía a lo que ella se refería, pero estaba muy equivocada si pensaba que iba a poder mantenerle como si fuera un trofeo o un inútil, que lo era, pero no estaba nada orgulloso de serlo. Asintió con la cabeza, porque quiso creer en sus palabras, que no importaba lo que él fuera o dónde viviera, se quedaría con él y con eso le bastaba. Hablaba de no esconderse, pero ninguno de los dos tenían opción. ¿Acaso no estaban en aquella pequeña isla porque nadie podría encontrarles? Era la parte fea y podrida entre ellos dos.
De camino hacia alguna parte, en el coche se sintió realmente mal, incómodo pero notó que no iban de vuelta al burdel. No sabía muy bien a dónde iban. Miró a Faith.- ..¿Me estás secuestrando?-Sonrió de medio lado, pese a la oscura sombra que se cernía en su mente, no quería estropear el día.
Cerró los ojos de nuevo, no estaba seguro de poder empezar nada y no sabía a lo que ella se refería, pero estaba muy equivocada si pensaba que iba a poder mantenerle como si fuera un trofeo o un inútil, que lo era, pero no estaba nada orgulloso de serlo. Asintió con la cabeza, porque quiso creer en sus palabras, que no importaba lo que él fuera o dónde viviera, se quedaría con él y con eso le bastaba. Hablaba de no esconderse, pero ninguno de los dos tenían opción. ¿Acaso no estaban en aquella pequeña isla porque nadie podría encontrarles? Era la parte fea y podrida entre ellos dos.
De camino hacia alguna parte, en el coche se sintió realmente mal, incómodo pero notó que no iban de vuelta al burdel. No sabía muy bien a dónde iban. Miró a Faith.- ..¿Me estás secuestrando?-Sonrió de medio lado, pese a la oscura sombra que se cernía en su mente, no quería estropear el día.
Corbin Lockwood- Humano Clase Baja
- Mensajes : 135
Fecha de inscripción : 02/02/2017
Re: Pink. (+18) {Priv. Corbin}
— Se llama secuestro cuando es en contra de tu voluntad, y creo que estoy en lo cierto si presupongo que tengo tu permiso para llevarte conmigo.— volvió a entrelazar sus manos con las del grandullón mirándolo con ese brillo suicida en los ojos.— Dos días... sólo te pido dos días sin mirar atrás... regálame dos días y después... no sé lo que vendrá después. Ya lo averiguaremos.
Elevó sus manos entrelazadas para besarle el dorso. No se refería a esconderse definitivamente, a ella no le importaba que la vieran paseando con él, pero él sí sufría creyendo que eso la manchaba, no estaba preparado para entender cómo era el mundo cuando eras una persona segura de ti misma, con posición, con dinero, con muchos tiros pegados. Necesitaba un periodo de adaptación, no iba a ser fácil regresar al mundo fuera del burdel, y por el momento sería más cómodo para ambos no mostrarse en público, pero a ella en realidad le daba igual, ya invitó a Joanna y a él a la Opera, a sabiendas que se habrían tirado a más deuno y una de los que estaban allí.
El coche los dejó en la mansión, entraron y Aveline le dio órdenes al ama de llaves de que les sirviera la comida en la sala del té y los dejase tranquilos.
Elevó sus manos entrelazadas para besarle el dorso. No se refería a esconderse definitivamente, a ella no le importaba que la vieran paseando con él, pero él sí sufría creyendo que eso la manchaba, no estaba preparado para entender cómo era el mundo cuando eras una persona segura de ti misma, con posición, con dinero, con muchos tiros pegados. Necesitaba un periodo de adaptación, no iba a ser fácil regresar al mundo fuera del burdel, y por el momento sería más cómodo para ambos no mostrarse en público, pero a ella en realidad le daba igual, ya invitó a Joanna y a él a la Opera, a sabiendas que se habrían tirado a más deuno y una de los que estaban allí.
El coche los dejó en la mansión, entraron y Aveline le dio órdenes al ama de llaves de que les sirviera la comida en la sala del té y los dejase tranquilos.
Aveline Blackmore- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 155
Fecha de inscripción : 07/01/2017
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Pink. (+18) {Priv. Corbin}
Corbin sonrió, era obvio que tenía su permiso, habría ido con ella al infierno mismo si así se lo pidiera, era absurdo pero no podía evitarlo, era realista con lo que sentía y con lo que haría. Dejó que ella besara sus manos, con ese brillo..Casi desesperado en sus ojos, le sorprendió que se lo pidiera de esa forma, como si fueran los únicos días que pudiera regalarle, como si fueran los últimos. Bajó un momento la mirada al suelo del carruaje y cogió aire, siempre estaba con la idea de que algún día la relación con Faith se rompería, pero a pesar ser consciente de ello no le impedía preocuparse menos.
- Te doy los que quieras, faith..Toda mi vida, si la quieres. - Ya habían decidido que no iba a volver al burdel, como enterrador o como lo que fuera, saldría de allí, lo que le preocupaba ahora era cómo se lo iba a tomar Brody, imaginaba que no muy bien, en un principio le impediría marcharse,y si aun así lo hacía..No había escuchado nunca de una puta que decidiera dejar el negocio y que tuviera una buena vida..Pero eso mejor ni pensarlo, ni comentarlo.
Cogió aire y lo soltó despacio cuando salieron del carruaje. Aun le resultaba raro ir por la calle con ella y hubiera preferido no hacerlo antes, a la vista de todos. No le importaba si a ella no le preocupaban las habladurías pero a él si y no quería afectar a Ave de esa forma, tampoco en su reputación. Entró en la mansión, incómodo, fuera de lugar, tenso..Se le notaba, no hacía falta ser Stein para darse cuenta.
- Te doy los que quieras, faith..Toda mi vida, si la quieres. - Ya habían decidido que no iba a volver al burdel, como enterrador o como lo que fuera, saldría de allí, lo que le preocupaba ahora era cómo se lo iba a tomar Brody, imaginaba que no muy bien, en un principio le impediría marcharse,y si aun así lo hacía..No había escuchado nunca de una puta que decidiera dejar el negocio y que tuviera una buena vida..Pero eso mejor ni pensarlo, ni comentarlo.
Cogió aire y lo soltó despacio cuando salieron del carruaje. Aun le resultaba raro ir por la calle con ella y hubiera preferido no hacerlo antes, a la vista de todos. No le importaba si a ella no le preocupaban las habladurías pero a él si y no quería afectar a Ave de esa forma, tampoco en su reputación. Entró en la mansión, incómodo, fuera de lugar, tenso..Se le notaba, no hacía falta ser Stein para darse cuenta.
Corbin Lockwood- Humano Clase Baja
- Mensajes : 135
Fecha de inscripción : 02/02/2017
Re: Pink. (+18) {Priv. Corbin}
Lo hizo subir a la planta superior, había ordenado que les sirvieran la comida en la sala de té del piso de arriba y que se marcharan, que se tomasen la tarde y la noche libres. Axel estaba en una fiesta fuera de la ciudad, una cacería que duraría al menos dos días, así que tenían la casa para ellos solos.
Comieron tranquilamente, charlando de cosas triviales para que se relajara un poco. Durante la comida se fijó en algunos de sus gestos, la forma en la que se sentaba, en la que cortaba un trozo de carne o se llevaba el vaso a los labios. Eran esos gestos sencillos, cotidianos, los que siempre había querido ver en él. Su vida era de todo menos sencilla y cotidiana y era todo cuanto anhelaba, para alguien que vivía sumergida en la vorágine de una vida tan compleja como la de Lady Blackmore, la simplicidad era tan exótica y rara como interesante. La mitad de la humanidad rezaba para tener un momento de gloria en sus vidas, para vivir alguna aventura estimulante que los sacase de su rutina... ella deseaba todo lo contrario, un momento así, cómplice, lleno de la luz como ese mismo. Se percató de que escucharlo hablar, sonreir tímidamente tratando de encontrar la comodidad a su lado, la atrapaba de una forma indescriptible. "¿Qué demonios me has hecho Corbin?" pensó. Desde la primera noche que lo conoció de forma accidentada, le dejó una marca indeleble. Jamás nadie había conseguido doblegar a la Parca, ni siquiera el odioso Black, ni el intrigante Lachance, ni el idiota de Stein Ackerman. Bueno, Ackerman...era complicado. Seguían echándose pulsos sin cesar, le atraía tanto como la sacaba de sus casillas. Pero Corbin sin pretenderlo se había colado por el invisible hueco de su armadura desde el minuto uno, llevando esa calidez consigo.
Y de pronto estar sin la coraza frente a él era todo cuanto ansiaba. Dejarla que se hundiera en el pozo de sus miedos. Aunque lo estaba oyendo, no escuchaba lo que decía, perdida en sus ojos y sus gestos, observándolos como un ladrón furtivo que sólo quería atesorar esa visión y quedársela para siempre a sabiendas de que no le pertenecía.
Acabaron la comida y Faith se levantó de la silla tirando de la mano de Corbin hacia la sala de música, que era donde ella pasaba más tiempo en aquella casa. Allí reposaba su arpa, su escritorio lleno de partituras, había también un piano y diversos cuadros en las paredes con partituras enmarcadas. Había compuesto infinidad de piezas para su familia, como la que Axel tenía enmarcada en su despacho y que escribió con 9 años.
Se sentó en el piano haciendole un gesto con la mano para que se sentara a su lado en el banco. Arregló los papeles que descansaban en el atril sobre las teclas. La partitura estaba llena de borrones y tachaduras con la letra apretada e irregular de Faith. Se mordió el labio inferior durante unos largos segundos e inspiró hondo.
— esta la compuse para ti.— Se giró para observar sus ojos, necesitaba su permiso para soltar todo aquello en forma de canción, porque era la última pieza de la armadura que le quedaba. La letra estaba en su idioma natal, el inglés, escrita bajo los pentagramas. Sus finos dedos se apoyaron sobre las teclas del piano, tragó saliva y colocó la espalda recta. No era la mejor pianista y ni siquiera era una intérprete pasable, pero componer era la única forma que tenía de aliviar la presión cuando su corazón estaba a punto de estallar bajo el peso de ser quien era. Las notas empezaron a inundar la sala y su voz a ocupar el aire que apenas los separaba.
Comieron tranquilamente, charlando de cosas triviales para que se relajara un poco. Durante la comida se fijó en algunos de sus gestos, la forma en la que se sentaba, en la que cortaba un trozo de carne o se llevaba el vaso a los labios. Eran esos gestos sencillos, cotidianos, los que siempre había querido ver en él. Su vida era de todo menos sencilla y cotidiana y era todo cuanto anhelaba, para alguien que vivía sumergida en la vorágine de una vida tan compleja como la de Lady Blackmore, la simplicidad era tan exótica y rara como interesante. La mitad de la humanidad rezaba para tener un momento de gloria en sus vidas, para vivir alguna aventura estimulante que los sacase de su rutina... ella deseaba todo lo contrario, un momento así, cómplice, lleno de la luz como ese mismo. Se percató de que escucharlo hablar, sonreir tímidamente tratando de encontrar la comodidad a su lado, la atrapaba de una forma indescriptible. "¿Qué demonios me has hecho Corbin?" pensó. Desde la primera noche que lo conoció de forma accidentada, le dejó una marca indeleble. Jamás nadie había conseguido doblegar a la Parca, ni siquiera el odioso Black, ni el intrigante Lachance, ni el idiota de Stein Ackerman. Bueno, Ackerman...era complicado. Seguían echándose pulsos sin cesar, le atraía tanto como la sacaba de sus casillas. Pero Corbin sin pretenderlo se había colado por el invisible hueco de su armadura desde el minuto uno, llevando esa calidez consigo.
Y de pronto estar sin la coraza frente a él era todo cuanto ansiaba. Dejarla que se hundiera en el pozo de sus miedos. Aunque lo estaba oyendo, no escuchaba lo que decía, perdida en sus ojos y sus gestos, observándolos como un ladrón furtivo que sólo quería atesorar esa visión y quedársela para siempre a sabiendas de que no le pertenecía.
Acabaron la comida y Faith se levantó de la silla tirando de la mano de Corbin hacia la sala de música, que era donde ella pasaba más tiempo en aquella casa. Allí reposaba su arpa, su escritorio lleno de partituras, había también un piano y diversos cuadros en las paredes con partituras enmarcadas. Había compuesto infinidad de piezas para su familia, como la que Axel tenía enmarcada en su despacho y que escribió con 9 años.
Se sentó en el piano haciendole un gesto con la mano para que se sentara a su lado en el banco. Arregló los papeles que descansaban en el atril sobre las teclas. La partitura estaba llena de borrones y tachaduras con la letra apretada e irregular de Faith. Se mordió el labio inferior durante unos largos segundos e inspiró hondo.
— esta la compuse para ti.— Se giró para observar sus ojos, necesitaba su permiso para soltar todo aquello en forma de canción, porque era la última pieza de la armadura que le quedaba. La letra estaba en su idioma natal, el inglés, escrita bajo los pentagramas. Sus finos dedos se apoyaron sobre las teclas del piano, tragó saliva y colocó la espalda recta. No era la mejor pianista y ni siquiera era una intérprete pasable, pero componer era la única forma que tenía de aliviar la presión cuando su corazón estaba a punto de estallar bajo el peso de ser quien era. Las notas empezaron a inundar la sala y su voz a ocupar el aire que apenas los separaba.
- Time to say goodbye:
When I am alone I sit and dream
And when I dream the words are missing
Yes, I know that in a room so full of light
That all the light is missing
But I don't see you with me, with me
Close up the windows, bring the sun to my room,
Through the door you've opened
Close, inside of me the light you see
that you met in darkness
Time to say goodbye
Horizons are never far
Would I have to find them alone,
Without true light of my own?
With you I will go
On ships over seas
That I now know
No, they don't exist anymore
It's time to say goodbye
When you were so far away
I sat alone and dreamt of the horizon
Then I knew that you were here with me, with me
Building bridges over land and sea
Shine a blinding light for you and me
To see, for us to be
Time to say goodbye
Horizons are never far
Would I have to find them alone
Without true light of my own?
With you I will go
On ships over seas
that I now know
No, they don't exist anymore
It's time to say goodbye
And when I dream the words are missing
Yes, I know that in a room so full of light
That all the light is missing
But I don't see you with me, with me
Close up the windows, bring the sun to my room,
Through the door you've opened
Close, inside of me the light you see
that you met in darkness
Time to say goodbye
Horizons are never far
Would I have to find them alone,
Without true light of my own?
With you I will go
On ships over seas
That I now know
No, they don't exist anymore
It's time to say goodbye
When you were so far away
I sat alone and dreamt of the horizon
Then I knew that you were here with me, with me
Building bridges over land and sea
Shine a blinding light for you and me
To see, for us to be
Time to say goodbye
Horizons are never far
Would I have to find them alone
Without true light of my own?
With you I will go
On ships over seas
that I now know
No, they don't exist anymore
It's time to say goodbye
Aveline Blackmore- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 155
Fecha de inscripción : 07/01/2017
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Pink. (+18) {Priv. Corbin}
Corbin se fue relajando a medida que Faith actuaba cada vez más normal, pero para él la situación en si era de lo más extraña y nueva. Se sentó a la mesa, temiendo hacer el ridículo delante de ella, porque no era ningún pijo comiendo y nunca le habían enseñado modales a la mesa más allá de coger los cubiertos como se debía, de modo que se encontró mirando las deliciosas delicatessen pero con pánico a cogerlas...Sin embargo, era demasiado glotón. De los pocos placeres de la vida que podía disfrutar era precisamente de la comida, así que aunque estuviera avergonzado y un tanto incómodo empezó primero picoteando, comiendo alegremente después y hablando precisamente sobre eso. Que no recordaba haber estado así nunca, ni siquiera con su madre, no tenía un bonito recuerdo en el que comieran juntos en una bonita mesa. En el burdel sus comidas se resumían a un cuenco o dos de algo recalentado y comido a toda prisa en algún rincón escondido y lúgubre antes de volver a la clientela. Esto era..Nuevo..Era..No sabía lo que era. Perfecto. Íntimo. Esto era lo que las familias deberían sentir al compartir la comida.
Levantó la vista cuando hizo una pregunta y Ave y no le contestó, se dio cuenta entonces de que la mujer ni siquiera le estaba escuchando pero parecía muy entretenida solo mirándole. Se sintió observado y algo avergonzado, se movió incómodo en la silla y sonrió como un idiota. ¿Había hecho algo mal..Había hablado demasiado? Estaba feliz, no había podido evitar aplacar el nerviosismo con una especie de verborrea sobre lo ilícito y cautivador que era comer con ella, como si fueran normales, como si su relación fuera como la de cualquier otro.
Se limpió a las prisas con la servilleta cuando se vio arrastrado por la impetuosa rubia que le arrastró por toda la mansión. Se quedó callado al ver dónde estaba. Él no tenía ni idea de música, pero aun así supuso que era una especie de lugar zen para ella, su zona de confort y liberación. Contempló las partituras con solemnidad, porque si aquella habitación le pertenecía serían suyas y le parecían sagradas, como cualquier cuadro del Louvre, sabía que eran importantes. Ni siquiera se atrevió a tocarlas por miedo a estropearlas.
Siguió a la mujer y se sentó obediente, con miedo de partir aquel banco que le pareció tan pequeño. Se quedó observando el instrumento con la misma mirada que tenía cuando se le acercaba demasiado un niño, con ganas de salir corriendo y subirse al pico más alto. Giró el rostro hacia Ave, impactado, se quedó en silencio una vez más pero aunque quisiera no podría, se había quedado mudo, sobrecogido..Sin aliento y sin reacción. Estático, mientras escuchaba cómo la mujer cantaba, lo que cantaba...Su pecho empezó a encogerse aunque él no se movió y su gesto tampoco cambió, pero por dentro todo su ser se retorcía en una agonía que no le importaba sufrir.
Cuando la voz terminó y el piano se calló, aun estuvo unos largos minutos mirando a la mujer, como si su mente intentase volver a su cauce, a su ritmo, pero..Era como si no pudiera moverse de allí, como si no pudiera avanzar o dejar atras ese revoltijo de sentimientos. Apretó los labios, sin coger aire porque en su pecho se había instalado una nube de gelatina que le impedía respirar. Se acercó a ella, invadiendo completamente el espacio de la cazadora hasta atrapar sus labios, rodeó la cintura de la mujer, apretando posesivamente sus dedos en su cintura, como si temiera que se alejara de él.
Levantó la vista cuando hizo una pregunta y Ave y no le contestó, se dio cuenta entonces de que la mujer ni siquiera le estaba escuchando pero parecía muy entretenida solo mirándole. Se sintió observado y algo avergonzado, se movió incómodo en la silla y sonrió como un idiota. ¿Había hecho algo mal..Había hablado demasiado? Estaba feliz, no había podido evitar aplacar el nerviosismo con una especie de verborrea sobre lo ilícito y cautivador que era comer con ella, como si fueran normales, como si su relación fuera como la de cualquier otro.
Se limpió a las prisas con la servilleta cuando se vio arrastrado por la impetuosa rubia que le arrastró por toda la mansión. Se quedó callado al ver dónde estaba. Él no tenía ni idea de música, pero aun así supuso que era una especie de lugar zen para ella, su zona de confort y liberación. Contempló las partituras con solemnidad, porque si aquella habitación le pertenecía serían suyas y le parecían sagradas, como cualquier cuadro del Louvre, sabía que eran importantes. Ni siquiera se atrevió a tocarlas por miedo a estropearlas.
Siguió a la mujer y se sentó obediente, con miedo de partir aquel banco que le pareció tan pequeño. Se quedó observando el instrumento con la misma mirada que tenía cuando se le acercaba demasiado un niño, con ganas de salir corriendo y subirse al pico más alto. Giró el rostro hacia Ave, impactado, se quedó en silencio una vez más pero aunque quisiera no podría, se había quedado mudo, sobrecogido..Sin aliento y sin reacción. Estático, mientras escuchaba cómo la mujer cantaba, lo que cantaba...Su pecho empezó a encogerse aunque él no se movió y su gesto tampoco cambió, pero por dentro todo su ser se retorcía en una agonía que no le importaba sufrir.
Cuando la voz terminó y el piano se calló, aun estuvo unos largos minutos mirando a la mujer, como si su mente intentase volver a su cauce, a su ritmo, pero..Era como si no pudiera moverse de allí, como si no pudiera avanzar o dejar atras ese revoltijo de sentimientos. Apretó los labios, sin coger aire porque en su pecho se había instalado una nube de gelatina que le impedía respirar. Se acercó a ella, invadiendo completamente el espacio de la cazadora hasta atrapar sus labios, rodeó la cintura de la mujer, apretando posesivamente sus dedos en su cintura, como si temiera que se alejara de él.
Corbin Lockwood- Humano Clase Baja
- Mensajes : 135
Fecha de inscripción : 02/02/2017
Re: Pink. (+18) {Priv. Corbin}
Pero de ninguna de las maneras iba a alejarse de él, todo lo contrario. Lo único que quería era fundirse en él, pero no de cualquier manera. Corbin había compartido sexo y cama con infinidad de personas, y ella no quería ser una más, quería regalarle la sensación de hacer el amor, no de dar placer a cambio de dinero o comida. Ella misma se había acostado con Joanna y más prostitutas y prostituos del gremio parisino y londinense, en un mero acto de satisfacción de la carne. Sexo que no contaba más que como alivio de una necesidad física, como comer o dormir.
Pero con Corbin siempre fue distinto, desde su primer, único y fallido encuentro. Allí ya se percató de que su conexión iba más allá de lo comprensible y no quería desvirtuar esa conexión con un acto animal. Quería sentirlo todo, deseaba que él también también, y que esa sensación nueva los embargase y los llevase a algo parecido al paraiso. Se levantó del asiento para sentarse sobre él, encajarse en su regazo y poder besarlo como ambos deseaban, con hambre, con necesidad, sin miedos ni lastres, tan sólo con el claro objetivo de fundirse en uno.
Los besos fueron húmedos, tórridos, cargados de todo eso que a veces querían decirse y no lo hacían porque la comunicación era compleja, la confesión de las almas torturadas era una gesta que preferían no acometer. Sus manos pasaron por su cuello, sus hombros y pecho, acariciando por encima de la tela, consciente de que aún le quedaban marcas frescas que le había hecho el hijo de puta que estaba muerto y bien muerto. Desabrochó algunos botones de su camisa y coló las manos por dentro, hasta que él le diera permiso a quitarla, quería admirar la obra de arte perfecta que era su cuerpo, aunque tuviera las marcas y cicatrices, quería besar cada una de ellas y explicarle a su piel lo que eran las caricias sentidas y llenas de sentimientos, la diferencia que había entre el sexo pagado y el amor compartido.
De un tirón deshizo el lazo de su corsé blando, no los llevaba rígidos por si tenía alguna complicación y necesitaba correr o pelear, así que éste cayó al suelo junto con la parte superior de su vestido. Sobre la falda y las enaguas sólo quedaba su fina ropa interior.
Pero con Corbin siempre fue distinto, desde su primer, único y fallido encuentro. Allí ya se percató de que su conexión iba más allá de lo comprensible y no quería desvirtuar esa conexión con un acto animal. Quería sentirlo todo, deseaba que él también también, y que esa sensación nueva los embargase y los llevase a algo parecido al paraiso. Se levantó del asiento para sentarse sobre él, encajarse en su regazo y poder besarlo como ambos deseaban, con hambre, con necesidad, sin miedos ni lastres, tan sólo con el claro objetivo de fundirse en uno.
Los besos fueron húmedos, tórridos, cargados de todo eso que a veces querían decirse y no lo hacían porque la comunicación era compleja, la confesión de las almas torturadas era una gesta que preferían no acometer. Sus manos pasaron por su cuello, sus hombros y pecho, acariciando por encima de la tela, consciente de que aún le quedaban marcas frescas que le había hecho el hijo de puta que estaba muerto y bien muerto. Desabrochó algunos botones de su camisa y coló las manos por dentro, hasta que él le diera permiso a quitarla, quería admirar la obra de arte perfecta que era su cuerpo, aunque tuviera las marcas y cicatrices, quería besar cada una de ellas y explicarle a su piel lo que eran las caricias sentidas y llenas de sentimientos, la diferencia que había entre el sexo pagado y el amor compartido.
De un tirón deshizo el lazo de su corsé blando, no los llevaba rígidos por si tenía alguna complicación y necesitaba correr o pelear, así que éste cayó al suelo junto con la parte superior de su vestido. Sobre la falda y las enaguas sólo quedaba su fina ropa interior.
Aveline Blackmore- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 155
Fecha de inscripción : 07/01/2017
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Pink. (+18) {Priv. Corbin}
Los besos eran pasionales, teñidos de un sabor salado, que sin embargo no le hizo retroceder o amedrentarse, deseaba obtener de Faith todo aquello de lo que siempre le habían privado. Los secretos de cama eran de todo menos secretos para él, no le gustaba besar a sus clientes, igual que se veía en la obligación de yacer con ellos, pero los besos eran una auténtica cordura, pese a ello era un experto en el tema porque sabía que un beso podía despertar lo que todo lo demás no, pero estos besos no tenían nada que ver con los que había dado dentro de las paredes del burdel, eran algo completamente nuevo y único como si todo lo que le habían mostrado hasta ahora fuera una auténtica mentira y Faith la única ventana a la realidad. A esto debían saber los besos de verdad, a dicha, a días de playa. Se sentía un hombre engañado, cegado, todo cuanto le habían mostrado era un mundo oscuro y cruel y había creído que no había nada más allí para él. Aveline Blackmore le estaba partiendo en dos, desmontando completamente su visión de la vida, de su propia existencia.
Se alegraba de haber estado en un burdel, de haber permanecido en el lúgubre reverso de la vida de otros porque de otro modo hubiera sido imposible conocerla, al menos eso tenían que reconocerlo, no hubiera conocido a ninguno de ellos, ni a ella..Ni al maldito hechicero. Toda su vida, desde el primer día al último había merecido la pena solo por esto, solo por tenerla entre sus brazos y sentir que todo su cuerpo temblaba al sentir cómo aquella mujer le despojaba de las ropas sin importarle cuántas veces lo hubieran hecho ya. Se sentía desnudo, pero no de cuerpo, de alma, frente a esa mujer. Le había robado algo más que la máscara apática y sin vida con la que resistía su día a día.
Se echó hacia atrás para poder respirar, pero no se alejó, su frente permaneció contra la de la cazadora mientras movía los hombros para ayudarla a despojarse completamente de la camisa que cayó al suelo, en otra ocasión hubiera sentido vergüenza de sus heridas y cicatrices, algunas creía que no iban a borrarse nunca, pero delante de Faith sabía que no tenía motivos para incomodarse, ella lo conocía todo de él y se había entregado a la mujer hacía mucho tiempo, porque él mejor que nadie sabía que el cuerpo era lo que menos importaba de una persona, aunque esta vez fuera diferente. Cogió aire y lo soltó con mucha lentitud, separándose un poco más de ella para poder apreciar el movimiento del corsé al deslizarse por su cuerpo igual que sus lágrimas se deslizaban por sus mejillas hasta desaparecer en su barba, aun no entendía por qué lloraba pero no era capaz de contenerlas, sencillamente rodaban igual que había aparecido el amor que sentía por ella..¿Sería el famoso llanto de felicidad? Él no creía en algo así y seguiría sin creérselo si no le estuviera pasando. Pero ahí estaba, en el momento más decisivo de su vida llorando como hacía malditos siglos que no hacía.
Tragó saliva, nervioso, feliz..Acojonado. Todo a la vez. Echó la cabeza hacia atrás un segundo antes de agarrar el cuerpo de la cazadora y alzarse llevándola consigo en el camino. No estaba pensando, se dejaba llevar por ese mar de sentimientos, por el nudo en su pecho que se hacía cada vez más pesado. Sentó a la mujer sobre el piano y se inclinó lo suficiente como para dejar la frente contra su pecho, apoyando sus enormes manos en su espalda, sin creerse que pudiera ser tan afortunado. Sería el oscuro secreto de aquella mujer por el resto de su existencia, lo sabía, no le importaba, temía el día en el que aquel paraíso se desvanecería pero..Hoy no era ese día. Hoy era suya. Era su mujer. Suya.
Bajó las manos por su cintura desnuda hasta pasar por las caderas hacia sus piernas. Deslizó la mirada por sus fuertes piernas mientras sus manos seguían el recorrido tramo a tramo, hasta llegar a sus pies. Cogió el zapato de la mujer hasta quitárselo con lentitud, dejándolo sobre el banco del piano con todo el mimo del mundo, al llevar su mano nuevamente hacia arriba deslizó las enaguas y la falda hacia arriba, descubriendo la piel de que ocultaban, dejó besos en su rodilla cerrando los ojos mientras ascendía con sus labios por aquella pierna, mientras con la otra mano quitaba el otro zapato.
Faith se merecía toda su dedicación, toda su atención y esta vez, no era fingida.
Se alegraba de haber estado en un burdel, de haber permanecido en el lúgubre reverso de la vida de otros porque de otro modo hubiera sido imposible conocerla, al menos eso tenían que reconocerlo, no hubiera conocido a ninguno de ellos, ni a ella..Ni al maldito hechicero. Toda su vida, desde el primer día al último había merecido la pena solo por esto, solo por tenerla entre sus brazos y sentir que todo su cuerpo temblaba al sentir cómo aquella mujer le despojaba de las ropas sin importarle cuántas veces lo hubieran hecho ya. Se sentía desnudo, pero no de cuerpo, de alma, frente a esa mujer. Le había robado algo más que la máscara apática y sin vida con la que resistía su día a día.
Se echó hacia atrás para poder respirar, pero no se alejó, su frente permaneció contra la de la cazadora mientras movía los hombros para ayudarla a despojarse completamente de la camisa que cayó al suelo, en otra ocasión hubiera sentido vergüenza de sus heridas y cicatrices, algunas creía que no iban a borrarse nunca, pero delante de Faith sabía que no tenía motivos para incomodarse, ella lo conocía todo de él y se había entregado a la mujer hacía mucho tiempo, porque él mejor que nadie sabía que el cuerpo era lo que menos importaba de una persona, aunque esta vez fuera diferente. Cogió aire y lo soltó con mucha lentitud, separándose un poco más de ella para poder apreciar el movimiento del corsé al deslizarse por su cuerpo igual que sus lágrimas se deslizaban por sus mejillas hasta desaparecer en su barba, aun no entendía por qué lloraba pero no era capaz de contenerlas, sencillamente rodaban igual que había aparecido el amor que sentía por ella..¿Sería el famoso llanto de felicidad? Él no creía en algo así y seguiría sin creérselo si no le estuviera pasando. Pero ahí estaba, en el momento más decisivo de su vida llorando como hacía malditos siglos que no hacía.
Tragó saliva, nervioso, feliz..Acojonado. Todo a la vez. Echó la cabeza hacia atrás un segundo antes de agarrar el cuerpo de la cazadora y alzarse llevándola consigo en el camino. No estaba pensando, se dejaba llevar por ese mar de sentimientos, por el nudo en su pecho que se hacía cada vez más pesado. Sentó a la mujer sobre el piano y se inclinó lo suficiente como para dejar la frente contra su pecho, apoyando sus enormes manos en su espalda, sin creerse que pudiera ser tan afortunado. Sería el oscuro secreto de aquella mujer por el resto de su existencia, lo sabía, no le importaba, temía el día en el que aquel paraíso se desvanecería pero..Hoy no era ese día. Hoy era suya. Era su mujer. Suya.
Bajó las manos por su cintura desnuda hasta pasar por las caderas hacia sus piernas. Deslizó la mirada por sus fuertes piernas mientras sus manos seguían el recorrido tramo a tramo, hasta llegar a sus pies. Cogió el zapato de la mujer hasta quitárselo con lentitud, dejándolo sobre el banco del piano con todo el mimo del mundo, al llevar su mano nuevamente hacia arriba deslizó las enaguas y la falda hacia arriba, descubriendo la piel de que ocultaban, dejó besos en su rodilla cerrando los ojos mientras ascendía con sus labios por aquella pierna, mientras con la otra mano quitaba el otro zapato.
Faith se merecía toda su dedicación, toda su atención y esta vez, no era fingida.
Corbin Lockwood- Humano Clase Baja
- Mensajes : 135
Fecha de inscripción : 02/02/2017
Re: Pink. (+18) {Priv. Corbin}
Lo besó como si entre sus labios se encontrase la fuente de la vida eterna, la cura para cualquier dolor físico o del alma. Besos sanadores que reconstituían sus maltrechos corazones, que los sacaban del pozo oscuro donde los habían ocultado para hacerlos latir y brillar con cien soles. Cuando él se apartó se le encogieron las entrañas. ¿Lloraba? ¿Estaba llorando? fuera lo que fuese lo que había provocado en él tal reacción, también provocó un nudo en la garganta de Faith. Acaba de desbloquearle algún tipo de emoción, como hizo él la primera noche que se conocieron. Acababa de demoler algún tipo de muro interno para dejar al descubierto el corazón sangrante.
Atrapó la cara de Corbin entre sus manos y con los pulgares barrió las lágrimas, besando sus mejillas por donde éstas discurrían.
— shhhhh...está bien...ya está, estoy aquí contigo...juntos. Me vas a hacer llorar también...— sonrió para aliviar el nudo que se había instalado en su pecho sin dejar de besarlo y acariciarlo. Sabía que al final siempre acabarían con lágrimas, porque llegaría el día que Corbin recuperase la autoestima y cogiera las riendas de su vida, llegaría el día en que ser uno de tres no sería suficiente y tendría toda la razón del mundo en querer ser el único que le robase el sueño a alguien. Pero ese día estaba lejos y él tenía mucho camino que recorrer. Por lo pronto había conseguido que quisiera salir del burdel y tratar de emprender un camino diferente, eso ya era un paso enorme. Pero rehabilitar aquella alma cosida a navajazos por la vida, sería complicado y largo. Estaba dispuesta a darle todo su amor, todo su cariño, a tener paciencia (la que no solía tener con nadie) y a sesgar su propia alma y su propia vida. Le estaba prometiendo no querer a Stein más de lo que lo quería a él, incluso aunque éste se convirtiera en su marido.
Corbin, como siempre, con sus maneras gentiles y atentas, comenzó a desvestirla y eso hizo que se convirtiera en un puñado de carne trémula. Sabía lo que iba a continuación, sabía del placer de la carne y sin embargo se sentía novata, porque era Corbin, y era todo diferente y nuevo, era la excitación de algo tan deseado que asustaba no estar a la altura. El piano era un Steinway de concierto que superaba ampliamente el valor de un coche de caballos con los animales incluidos, por lo tanto era robusto y bien hecho. Por eso no crujió cuando la sentó allí y comenzó a dirigir sus atenciones hacia ella, empezando por quitarle los zapatos y medias, siguiendo por las enaguas y acabando por la ropa que quedaba cubriendo apenas la carne.
Atrapó la cara de Corbin entre sus manos y con los pulgares barrió las lágrimas, besando sus mejillas por donde éstas discurrían.
— shhhhh...está bien...ya está, estoy aquí contigo...juntos. Me vas a hacer llorar también...— sonrió para aliviar el nudo que se había instalado en su pecho sin dejar de besarlo y acariciarlo. Sabía que al final siempre acabarían con lágrimas, porque llegaría el día que Corbin recuperase la autoestima y cogiera las riendas de su vida, llegaría el día en que ser uno de tres no sería suficiente y tendría toda la razón del mundo en querer ser el único que le robase el sueño a alguien. Pero ese día estaba lejos y él tenía mucho camino que recorrer. Por lo pronto había conseguido que quisiera salir del burdel y tratar de emprender un camino diferente, eso ya era un paso enorme. Pero rehabilitar aquella alma cosida a navajazos por la vida, sería complicado y largo. Estaba dispuesta a darle todo su amor, todo su cariño, a tener paciencia (la que no solía tener con nadie) y a sesgar su propia alma y su propia vida. Le estaba prometiendo no querer a Stein más de lo que lo quería a él, incluso aunque éste se convirtiera en su marido.
Corbin, como siempre, con sus maneras gentiles y atentas, comenzó a desvestirla y eso hizo que se convirtiera en un puñado de carne trémula. Sabía lo que iba a continuación, sabía del placer de la carne y sin embargo se sentía novata, porque era Corbin, y era todo diferente y nuevo, era la excitación de algo tan deseado que asustaba no estar a la altura. El piano era un Steinway de concierto que superaba ampliamente el valor de un coche de caballos con los animales incluidos, por lo tanto era robusto y bien hecho. Por eso no crujió cuando la sentó allí y comenzó a dirigir sus atenciones hacia ella, empezando por quitarle los zapatos y medias, siguiendo por las enaguas y acabando por la ropa que quedaba cubriendo apenas la carne.
Aveline Blackmore- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 155
Fecha de inscripción : 07/01/2017
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Pink. (+18) {Priv. Corbin}
Corbin le miró al principio con seriedad, pero sonrió cuando notó que se estaba preocupando por él. Cogió una de sus manos y se la apartó de su mejilla para besársela, no podía estar mejor, no lloraba porque no estuvieran juntos, precisamente lo hacía por estarlo, pero no sabía cómo decírselo a la cazadora sin sentirse estúpido. Siempre se preguntaba hasta cuándo Faith estaría con él, hasta cuándo habría espacio para él en su corazón, pero no era momento para preocuparse de esas cosas, lo importante era que la tenía ahora y que lo aprovecharía, porque nunca sabía cuándo cambiarían las cosas. Nunca le podría reprochar nada, solo quería que ella fuera feliz y si él no entraba en la ecuación de su vida no iba a ponérselo difícil. Quería una vida nueva en parte por eso, porque deseaba liberar a Aveline de toda responsabilidad o sentimiento de compromiso el día que sus caminos se separasen, de ese modo ella podría estar tranquila sabiendo que él viviría por si mismo. Aunque no tenía claro qué clase de vida tendría sin ella.
Estaba igual de nervioso que ella y eso que en cuanto a peleas de cama estaba muy curtido, pero una cosa eran sus escarceos en el burdel y otra muy diferente hacer el amor a la mujer que tenía delante de él, porque jamás lo había hecho y no sabía ni por dónde empezar. Era lo mismo que le había pasado con Stein, fue incómodo y se sintió como un inútil, pero sabía que no era tanto el placer físico como el de los sentimientos lo que estaban explotando, lo que estaba colocado sobre el piano no era el cuerpo de lady Blackmore, era su alma. Cogió aire, procurando rechazar todo nerviosismo, se iba a colmar de ella, así de simple. Quería todo de ella, demostrarla cuánto la amaba, hasta dónde llegaban sus sentimientos por Ave y que, si por él fuera, seguirían con la misma intensidad hasta que ella se cansara.
Acarició la fuerte pierna, ahora desnuda, después de haber hecho un montón con la ropa de la mujer. Se inclinó hacia delante sobre el piano, que por suerte era de una manufactura digna así que no se quejó ni una vez, ni siquiera cuando Corbin apoyó ambas manos sobre él para tener un punto donde sostenerse cuando empezó a besar una de las piernas de Faith, desde el empeine del pie, ascendiendo por el tobillo hacia su rodilla. Besó cuanta carne tenía al alcance de su boca y pellizcó sus muslos con los mismos labios antes de rodear su cintura con los brazos. Le empujó suavemente hacia atrás, invitándola a que se tumbase para así poder alcanzar la fruta prohibida. Ya la había probado antes pero ni de lejos con el mismo interés, con el mismo deseo. Porque Dioses...Nadie podía negar que deseaba a esa mujer más que el aire que respiraba.
No pensaba dejarla en paz hasta que ella no le pidiera que lo dejase ya, no se podía cansar mientras exploraba el cuerpo de Faith en busca de su placer, de arrancarle cualquier muro y objeción que todavía pudiera tener, porque estaba dispuesto a entregarse a ella, en cuerpo y en alma y se lo iba a demostrar con cada caricia de su lengua, hasta que estuviera seguro de que ella no estaba pensando en nada más que en él. Y en ese piano.
Estaba igual de nervioso que ella y eso que en cuanto a peleas de cama estaba muy curtido, pero una cosa eran sus escarceos en el burdel y otra muy diferente hacer el amor a la mujer que tenía delante de él, porque jamás lo había hecho y no sabía ni por dónde empezar. Era lo mismo que le había pasado con Stein, fue incómodo y se sintió como un inútil, pero sabía que no era tanto el placer físico como el de los sentimientos lo que estaban explotando, lo que estaba colocado sobre el piano no era el cuerpo de lady Blackmore, era su alma. Cogió aire, procurando rechazar todo nerviosismo, se iba a colmar de ella, así de simple. Quería todo de ella, demostrarla cuánto la amaba, hasta dónde llegaban sus sentimientos por Ave y que, si por él fuera, seguirían con la misma intensidad hasta que ella se cansara.
Acarició la fuerte pierna, ahora desnuda, después de haber hecho un montón con la ropa de la mujer. Se inclinó hacia delante sobre el piano, que por suerte era de una manufactura digna así que no se quejó ni una vez, ni siquiera cuando Corbin apoyó ambas manos sobre él para tener un punto donde sostenerse cuando empezó a besar una de las piernas de Faith, desde el empeine del pie, ascendiendo por el tobillo hacia su rodilla. Besó cuanta carne tenía al alcance de su boca y pellizcó sus muslos con los mismos labios antes de rodear su cintura con los brazos. Le empujó suavemente hacia atrás, invitándola a que se tumbase para así poder alcanzar la fruta prohibida. Ya la había probado antes pero ni de lejos con el mismo interés, con el mismo deseo. Porque Dioses...Nadie podía negar que deseaba a esa mujer más que el aire que respiraba.
No pensaba dejarla en paz hasta que ella no le pidiera que lo dejase ya, no se podía cansar mientras exploraba el cuerpo de Faith en busca de su placer, de arrancarle cualquier muro y objeción que todavía pudiera tener, porque estaba dispuesto a entregarse a ella, en cuerpo y en alma y se lo iba a demostrar con cada caricia de su lengua, hasta que estuviera seguro de que ella no estaba pensando en nada más que en él. Y en ese piano.
Corbin Lockwood- Humano Clase Baja
- Mensajes : 135
Fecha de inscripción : 02/02/2017
Página 2 de 3. • 1, 2, 3
Temas similares
» Orchid. {priv.Corbin}
» Tan roja como la granadina (priv. Corbin)
» Corbin Lockwood ID||
» Tales from the tavern // Privado - Roberts, William, Corbin y Altair
» Behind us [Priv]
» Tan roja como la granadina (priv. Corbin)
» Corbin Lockwood ID||
» Tales from the tavern // Privado - Roberts, William, Corbin y Altair
» Behind us [Priv]
Página 2 de 3.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour