AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Tan roja como la granadina (priv. Corbin)
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Tan roja como la granadina (priv. Corbin)
Miraba al cielo observando las estrellas, París por la noche se veía bonita ciertamente, eso desde luego, pero ahora los susurros de la vampiresa eran leves, solo un tenue murmuro, que era casi relajante para Bloondy de lo tranquila que había empezado la noche, hacía poco que se había despertado de su sueño diurno, y aun iba con cierta cara de sueño, incluso sus ojos entrecerrados aun, y mirada perdida mientras seguía hacía delante sin prestar atención mucho por que calles se metia, si había problemas generalmente los susurros daban el aviso para ponerse en guardia, pero ahora la noche era relajante y tranquila, siseó levemente de manera involuntaría, por suerte no había nadie y dejaba escapar pequeños sintomas de su locura que normalmente disfrazaba como podía. Aunque a veces se le iba de las manos...gajes del oficio como quien dice.
El paseo terció más interesante de lo que en un principio parecía, ya que las voces repentinamente se activaron, al igual que la vampiresa abrió los ojos notablemente, el aroma de alguien era realmente delicioso, pero no sabía de donde venía, una pena, por que olía tán bien, Bloondy prosiguió su camino, mirando la vieja ciudad que ya recogida se estaba mostrando, era tarde, pero siempre quedaban algunas personas con la calle, cuchicheantes por ver a una damisela sola, pero eso a Bloondy le preocupaba entre poco y nada, sonrió para si misma divertida por la situación de los que la miraban escandalizados por ir sola, corderos...eso penso la vampiresa, en que eran corderitos que no veian al lobo pasearse entre ellos, se relamió disimuladamente.
Dió unos pequeños saltos, "Uhm por ahí hay mucho sonido, quizás algo interesante encontremos" Dijo la voz tranquila y profunda en la cabeza de Bloondy. -Uhm...creo que es por aquí por donde huele mejor. - Susurró Bloondy mirando hacía su derecha, sin duda podía olerlo a tanta distancia, incluso era como un iman para ella, ¿Quien sería el culpable de ello?. -Seguro que es un chico...o no me atraería tanto.- Comentó la vampiresa a la voz que ahora la acompañaba, al que ella veia a su derecha, esté la observo y asintió, Bloondy aceleró su busquedad caminando de manera saltarina.
El paseo terció más interesante de lo que en un principio parecía, ya que las voces repentinamente se activaron, al igual que la vampiresa abrió los ojos notablemente, el aroma de alguien era realmente delicioso, pero no sabía de donde venía, una pena, por que olía tán bien, Bloondy prosiguió su camino, mirando la vieja ciudad que ya recogida se estaba mostrando, era tarde, pero siempre quedaban algunas personas con la calle, cuchicheantes por ver a una damisela sola, pero eso a Bloondy le preocupaba entre poco y nada, sonrió para si misma divertida por la situación de los que la miraban escandalizados por ir sola, corderos...eso penso la vampiresa, en que eran corderitos que no veian al lobo pasearse entre ellos, se relamió disimuladamente.
Dió unos pequeños saltos, "Uhm por ahí hay mucho sonido, quizás algo interesante encontremos" Dijo la voz tranquila y profunda en la cabeza de Bloondy. -Uhm...creo que es por aquí por donde huele mejor. - Susurró Bloondy mirando hacía su derecha, sin duda podía olerlo a tanta distancia, incluso era como un iman para ella, ¿Quien sería el culpable de ello?. -Seguro que es un chico...o no me atraería tanto.- Comentó la vampiresa a la voz que ahora la acompañaba, al que ella veia a su derecha, esté la observo y asintió, Bloondy aceleró su busquedad caminando de manera saltarina.
Elyon Enhydra- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 340
Fecha de inscripción : 07/03/2017
Re: Tan roja como la granadina (priv. Corbin)
La noche era como cualquier otra en el burdel, siempre estaba allí de todas formas pero últimamente era aun más importante. Las heridas no se le habían curado del todo, aun sentía el cuerpo pesado y los golpes frescos, aunque no tenía ninguna herida abierta o a la vista. Se había cuidado de ponerse una camisa blanca que había abotonado hasta el cuello, teniendo en cuenta que su trabajo era vender su cuerpo no era muy inteligente por su parte, pero algo había en ese gesto de recato que había despertado el interés de la gente del local más de lo deseado. Aun no podía servir a nadie y Brody, el dueño del burdel, estaba que se mordía los codos, a fin de cuentas Corbin era de los más deseados del Golden.
Cuando tuvo que rechazar a su tercer cliente, al que no le pareció nada agradable ser rechazado por una puta, decidió que lo mejor sería despejarse fuera y esperar a que la clientela escogiera sus acompañantes antes de volver a entrar, así que el inmenso hombre se encontraba en el callejón contiguo al burdel, donde un gato callejero se afanaba en encontrar algo comestible en la basura. Corbin cerró los ojos y dejó caer la cabeza hacia atrás, apoyando esta en la pared cuya espalda también apoyó allí. Estaba dolorido, cansado..Y muy harto. Era como si tuviera el peso del mundo sobre los hombros, como si fuera un anciano que ya había vivido todo lo que debía.
No se dio cuenta de que alguien se acercaba al callejón, estaba con los ojos cerrados, demasiado distraido disfrutando de la divina sensación de estar absolutamente solo.
Cuando tuvo que rechazar a su tercer cliente, al que no le pareció nada agradable ser rechazado por una puta, decidió que lo mejor sería despejarse fuera y esperar a que la clientela escogiera sus acompañantes antes de volver a entrar, así que el inmenso hombre se encontraba en el callejón contiguo al burdel, donde un gato callejero se afanaba en encontrar algo comestible en la basura. Corbin cerró los ojos y dejó caer la cabeza hacia atrás, apoyando esta en la pared cuya espalda también apoyó allí. Estaba dolorido, cansado..Y muy harto. Era como si tuviera el peso del mundo sobre los hombros, como si fuera un anciano que ya había vivido todo lo que debía.
No se dio cuenta de que alguien se acercaba al callejón, estaba con los ojos cerrados, demasiado distraido disfrutando de la divina sensación de estar absolutamente solo.
Corbin Lockwood- Humano Clase Baja
- Mensajes : 135
Fecha de inscripción : 02/02/2017
Re: Tan roja como la granadina (priv. Corbin)
Bloondy seguía literalmente su olfato y su instinto, casi iba cerrando los ojos siguiendo el rastro, sin problemas mientras esquivaba de manera instintiva a las personas. "ve abriendo los ojos o te chocaras con alguien o si no lo hace queda sumamente extraño" Dijo la suave voz que oia a su derecha. -Uhm...tienes razón queda raro.- Murmuró la vampiresa para sí misma, "Ya, queda raro..es una forma muy suave de expresarlo.." Dijo ahora la voz de la izquierda, Bloondy sacudió la cabeza y lanzo la mano hacía atrás como si golpease a alguien, nadie más que el ser de su mente quedó afectado por el manotazo, por suerte quizás Bloondy miraba alrededor, era una calle bastante transitada, incluso parecía un sitio...bastante peculiar, se quedó frente a uno de las edificaciones mirandola con la cabeza ladeada y pasandose la lengua por los labios recordando a un reptil cuando hacía eso. Una de las miles de manias que tenía la joven vampiresa.
Parpadeó varias veces mirando el edificio de enfrente, tardo varios instantes en darse cuenta en que lo que tenía delante es un burdel, miraba a la gente que entraba y salía buscaba quíen era el culpable del aroma, pero no lo encontraba ahí. Miró a sus lados a los que no estaban allí en realidad y luego el sitio. "Bueno, hay que admitir que esto es una fuente de comida facil" Dijo la tranquila voz a su derecha. -Oh vamos Beckett, ¿Quieres entrar ahí? esto es una fuente de vicio.- Abrió los ojos y alzó una ceja, incluso se le escapó una risa divertida de solo pensarlo, aunque sus pensamientos se tercieron algo sadico imaginandose una matanza, gritos y sangre, la fría risa a su izquierda mostraba que estaba deacuerdo con eso, mas la voz de la derecha la despertó "Despierta Bloondy la mascarada" Bloondy casí dió un sobresalto cuando escuchó esa palabra...mascarada. Bloondy sacudió la cabeza y entrecerró los ojos. -Sigamos buscando...- Musitó la vampiresa, mientras se dejaba guiar por el aroma, que le conducía a la vuelta del burdel.
Siguió por los callejones en paralelo y encontró la retirada por asi decirlo del burdel, mientras se acercó el olor era más contundente, se relamió un poco y avanzó, empezo a ver a alguien de extraordinaria altura, casi de la misma que su hermano si no la misma, ella se acercaba a la silueta enorme, que estaba apollada en la pared, con la cabeza hacía atrás seguramente meditando, Bloondy se acercaba a la enorme silueta, enormemente atractivo sin duda, el joven parecía no haberse dado cuenta de la presencía de la joven vampiresa, que con una sonrisa se plantó en silencio delante de él. La verdad que Bloondy parecía una jovencita de 15 años o asi de altura frente al altisimo chico que ahí había, echó los brazos atrás y se balanceaba mientras seguía observando al inmenso hombre, sonriendo lo suficiente para no mostrar los colmillos, eso si abriendo mucho los ojos dejando una inquietante cara de loca quizás, pero de manera irremediable de lo bien que le olia aquel hombre a la vampiresa.
Parpadeó varias veces mirando el edificio de enfrente, tardo varios instantes en darse cuenta en que lo que tenía delante es un burdel, miraba a la gente que entraba y salía buscaba quíen era el culpable del aroma, pero no lo encontraba ahí. Miró a sus lados a los que no estaban allí en realidad y luego el sitio. "Bueno, hay que admitir que esto es una fuente de comida facil" Dijo la tranquila voz a su derecha. -Oh vamos Beckett, ¿Quieres entrar ahí? esto es una fuente de vicio.- Abrió los ojos y alzó una ceja, incluso se le escapó una risa divertida de solo pensarlo, aunque sus pensamientos se tercieron algo sadico imaginandose una matanza, gritos y sangre, la fría risa a su izquierda mostraba que estaba deacuerdo con eso, mas la voz de la derecha la despertó "Despierta Bloondy la mascarada" Bloondy casí dió un sobresalto cuando escuchó esa palabra...mascarada. Bloondy sacudió la cabeza y entrecerró los ojos. -Sigamos buscando...- Musitó la vampiresa, mientras se dejaba guiar por el aroma, que le conducía a la vuelta del burdel.
Siguió por los callejones en paralelo y encontró la retirada por asi decirlo del burdel, mientras se acercó el olor era más contundente, se relamió un poco y avanzó, empezo a ver a alguien de extraordinaria altura, casi de la misma que su hermano si no la misma, ella se acercaba a la silueta enorme, que estaba apollada en la pared, con la cabeza hacía atrás seguramente meditando, Bloondy se acercaba a la enorme silueta, enormemente atractivo sin duda, el joven parecía no haberse dado cuenta de la presencía de la joven vampiresa, que con una sonrisa se plantó en silencio delante de él. La verdad que Bloondy parecía una jovencita de 15 años o asi de altura frente al altisimo chico que ahí había, echó los brazos atrás y se balanceaba mientras seguía observando al inmenso hombre, sonriendo lo suficiente para no mostrar los colmillos, eso si abriendo mucho los ojos dejando una inquietante cara de loca quizás, pero de manera irremediable de lo bien que le olia aquel hombre a la vampiresa.
Elyon Enhydra- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 07/03/2017
Re: Tan roja como la granadina (priv. Corbin)
Corbin pensaba en lo cómodo que se estaba fuera, sintiendo al brisa pegar la camisa contra su cuerpo, era difícil encontrar ropa de su talla, pero al ser un trabajador tan bueno sencillamente Brody decidía gastarse parte del dinero en ropa hecha a medida, como una especie de inversión, así que le era bastante cómoda. Se frotó la nuca mientras descansaba a la intemperie, había cosas que no se escapaban de su cabeza, una cosa para ser exactos..O dos..Más bien dos. El encontronazo en la ópera, la cara de Ackerman cuando despertó. Cogió aire soltándolo lentamente, sabía que algo se le estaba rompiendo, que no podría continuar así por mucho tiempo y también conocía las consecuencias. Una puta sin burdel, era una puta muerta.
Abrió los ojos cuando notó ese hormigueo en el cuerpo, el mismo que le ponía en alerta cuando un cliente le miraba con demasiado interés, solo que no había escuchado a nadie acercarse. Al bajar el mentón para ver lo que le sacaba de su descanso, se quedó helado al encontrarse con unos ojos oscuros e inmensos que estaban demasiado abiertos y fijos en él. Al principio, Corbin ni siquiera acertó a reaccionar, su mente estaba intentando asimilar que alguien hubiera aparecido delante de sus narices, porque eso era lo que parecía, hacía un instante en ese callejón no había absolutamente nadie. Supuso que era un cliente..Pero ella..Era muy joven..¿Se habría perdido?..No..Esa mirada no era de alguien inocente.
Poco a poco, su gesto de sorpresa fue cambiando a uno serio, hasta convertirse en una máscara, escondiendo todas sus dudas, sentimientos y pensamientos detrás de un caparazón, igual que el caracol protege la parte blanda dentro de la concha. Corbin volvió a ser el fulano del burdel, alguien serio, distante, pero sin ser agresivo o desagradable. Aquella niña que no era una niña, no era difícil de entender, quería algo, qué era lo que quería era un asunto diferente, pero tenía interés en él, eso..Saltaba a la vista sin necesidad de ser telépata.-...¿Se ha..perdido..Señorita..?- Sabía que aquella mujer no aparentaba ser lo que realmente era y empezaba a notar que estaba más en peligro él que ella, a pesar de la diferencia de tamaños, no sabía distinguir entre un tipo de sobrenatural u otro, pero esta chica sin duda alguna era uno de ellos.
Abrió los ojos cuando notó ese hormigueo en el cuerpo, el mismo que le ponía en alerta cuando un cliente le miraba con demasiado interés, solo que no había escuchado a nadie acercarse. Al bajar el mentón para ver lo que le sacaba de su descanso, se quedó helado al encontrarse con unos ojos oscuros e inmensos que estaban demasiado abiertos y fijos en él. Al principio, Corbin ni siquiera acertó a reaccionar, su mente estaba intentando asimilar que alguien hubiera aparecido delante de sus narices, porque eso era lo que parecía, hacía un instante en ese callejón no había absolutamente nadie. Supuso que era un cliente..Pero ella..Era muy joven..¿Se habría perdido?..No..Esa mirada no era de alguien inocente.
Poco a poco, su gesto de sorpresa fue cambiando a uno serio, hasta convertirse en una máscara, escondiendo todas sus dudas, sentimientos y pensamientos detrás de un caparazón, igual que el caracol protege la parte blanda dentro de la concha. Corbin volvió a ser el fulano del burdel, alguien serio, distante, pero sin ser agresivo o desagradable. Aquella niña que no era una niña, no era difícil de entender, quería algo, qué era lo que quería era un asunto diferente, pero tenía interés en él, eso..Saltaba a la vista sin necesidad de ser telépata.-...¿Se ha..perdido..Señorita..?- Sabía que aquella mujer no aparentaba ser lo que realmente era y empezaba a notar que estaba más en peligro él que ella, a pesar de la diferencia de tamaños, no sabía distinguir entre un tipo de sobrenatural u otro, pero esta chica sin duda alguna era uno de ellos.
Corbin Lockwood- Humano Clase Baja
- Mensajes : 135
Fecha de inscripción : 02/02/2017
Re: Tan roja como la granadina (priv. Corbin)
Los ojos de Bloondy estaban clavados en aquel enorme y guapo hombre, la verdad es que ni la vampiresa podría negar el atractivo del hombre, le observó como quedo absorto cuando derrepente lo que vió fue una joven mirandole muy de cerca, y que se había acercado con el sigilo digno de un felino. Bloondy le observaba y no pudo evitar sonreir cuando el joven cambio su expresión de sorpresa a una más seria recobrando la compostura. Bloondy seguía como una estatua mirandole. -Hola...- Dijo sonriendo ampliamente, incluso con un tono amistoso se podría decir, acto seguido miró de un lado a otro de manera lenta comprobando la soledad del callejón primeramente antes de volver a clavar los ojos en ese joven. -Perderme...¡oh! ¿perderme? no, no, bueno...aun no conozco mucho París pero se volver sobre mis pasos a mi casa, no se preocupe encantador joven...aunque esta zona no la conozco muy bien, pero se llegar a calles que si conozco.-comentó la vampiresa algo ida, perdiendo la mirada en la nada.
Tardó unos segundos en parpadear volviendo al presente y volvió a observar al joven .-Vaya, que guapo eres, seguro que te lo dicen mucho, pero eres de un atractivo que quita el aliento...jijijiji, seguro que las doncellas te persiguen allá donde vayas. - Dijo de repente la vampiresa con notable emoción en la voz, como una niña que encuentra su muñeco favorito, incluso pegó varios brinquitos aplaudiendo mirandole de arriba abajo "¡¡Para!! le vas a espantar, y no queremos que se vaya, y deja de mirarle como si lo fueses a deborar" Gruño una de las voces. -¡Uh! desde luego que quiero hacerlo...ñam..- Susurro la vampiresa, sin mucho cuidado si era oida por el joven o no, pero olía tan bien que la joven tenía las pupilas dilatadas totalmente, y pasaba una y otra vez la lengua por los colmillos. Mientras le miraba bien cerca "¡¡¡Para psicotica!! ¡¡Que lo vas a asustar!!" Grito la voz en la cabeza de Bloondy, esta parpadeo varias veces volviendo algo a la realidad dentro de lo que cabía y volvío a mirar a aquel chico. -Me llamo Lady Bloondy Blackbird, es un placer conocerte mi Lord...¿cual es vuestro nombre?- Dijo en tono cordial, mientras intentaba no sonreir tanto para que no viera los colmillos, el joven podría asustarse por eso, y ella no quería que se fuera, de hecho lo que realmente le apetecía era palparle, pero eso era invasivo, quizás demasiado. -¿Que haceis en un callejón asi? no pareces un maleante y mucho menos un ladrón.-
Tardó unos segundos en parpadear volviendo al presente y volvió a observar al joven .-Vaya, que guapo eres, seguro que te lo dicen mucho, pero eres de un atractivo que quita el aliento...jijijiji, seguro que las doncellas te persiguen allá donde vayas. - Dijo de repente la vampiresa con notable emoción en la voz, como una niña que encuentra su muñeco favorito, incluso pegó varios brinquitos aplaudiendo mirandole de arriba abajo "¡¡Para!! le vas a espantar, y no queremos que se vaya, y deja de mirarle como si lo fueses a deborar" Gruño una de las voces. -¡Uh! desde luego que quiero hacerlo...ñam..- Susurro la vampiresa, sin mucho cuidado si era oida por el joven o no, pero olía tan bien que la joven tenía las pupilas dilatadas totalmente, y pasaba una y otra vez la lengua por los colmillos. Mientras le miraba bien cerca "¡¡¡Para psicotica!! ¡¡Que lo vas a asustar!!" Grito la voz en la cabeza de Bloondy, esta parpadeo varias veces volviendo algo a la realidad dentro de lo que cabía y volvío a mirar a aquel chico. -Me llamo Lady Bloondy Blackbird, es un placer conocerte mi Lord...¿cual es vuestro nombre?- Dijo en tono cordial, mientras intentaba no sonreir tanto para que no viera los colmillos, el joven podría asustarse por eso, y ella no quería que se fuera, de hecho lo que realmente le apetecía era palparle, pero eso era invasivo, quizás demasiado. -¿Que haceis en un callejón asi? no pareces un maleante y mucho menos un ladrón.-
Elyon Enhydra- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 07/03/2017
Re: Tan roja como la granadina (priv. Corbin)
Corbin observaba a la mujer, muy quieto, sopesando la situación. Desde el principio no parecía una muchacha normal, eso seguro, pero las capacidades de Corbin iban más allá. No era la primera vez que se encontraba con un espécimen como aquel, tal vez intentase disimular, comportarse como un humano promedio pero..Al final, Corbin captaba cuando estaba frente a alguien que de humano tenía más bien poco. No sabía qué tipo de ser sobrenatural era, pero que lo era lo tenía muy claro.
Tenía experiencia con gente así, por el tipo de trabajo que tenía había vivido un sin fín de situaciones extrañas y únicas, entre ellas conocer todo tipo de gente, lo más curioso era que, por lo general, los seres con poderes extraordinarios eran los que menos le asustaban. Lo que la gente que fingía ser humana, eso era otra historia diferente, las mentes más retorcidas eran aquellas cuyas personalidad sanguinaria mantenían bajo llave y Corbin vivía en el mundo que había al otro lado de la puerta.
Suspiró, aunque procuró no parecer hastiado. Si, le habían dicho que era guapo o más bien, que tenía un cuerpo digno del mejor escultor, pero nada de eso le importaba ni le impresionaba, con el tiempo su carne se marchitaría y acabaría siendo un viejo como otro cualquiera, si es que conseguía llegar a esa etapa de la vida. Cogió aire y lo soltó muy lentamente, suponía que aquella enigmática mujer buscaba lo que buscaban todas las demás. - Sería un problema si las mujeres no me persiguieran, lady Blackbird. - Se quedó callado, cuando ella pareció hablar sola...Bien, además de un ser sobrenatural le había tocado uno que no estaba en sus cabales.
Echó la cabeza ligeramente hacia atrás para frotarse el mentón, observando cada uno de los movimientos de la chica, cómo se lamía constantemente los labios, cómo le miraba como si quisiera comerle..Literalmente, nada de connotaciones eróticas ni nada semejante, esa mujer tenía hambre y a él le interesaba saber muy urgentemente de qué. Porque dependiendo de lo que fuera pues..podría dárselo o no, aunque había visto a gente de su tipo actuar, conocía al mejor mentalista entre los hechiceros y a una de las mejores cazadoras, cualquiera de los dos podría destrozarle en apenas un pestañeo..¿Qué no le podría hacer alguien como Bloondy?- No soy un Lord..Estaba descansando.- Señaló hacia atrás, hacia las paredes del burdel.- Trabajo aquí. Mi nombre es Corbin.
Tenía experiencia con gente así, por el tipo de trabajo que tenía había vivido un sin fín de situaciones extrañas y únicas, entre ellas conocer todo tipo de gente, lo más curioso era que, por lo general, los seres con poderes extraordinarios eran los que menos le asustaban. Lo que la gente que fingía ser humana, eso era otra historia diferente, las mentes más retorcidas eran aquellas cuyas personalidad sanguinaria mantenían bajo llave y Corbin vivía en el mundo que había al otro lado de la puerta.
Suspiró, aunque procuró no parecer hastiado. Si, le habían dicho que era guapo o más bien, que tenía un cuerpo digno del mejor escultor, pero nada de eso le importaba ni le impresionaba, con el tiempo su carne se marchitaría y acabaría siendo un viejo como otro cualquiera, si es que conseguía llegar a esa etapa de la vida. Cogió aire y lo soltó muy lentamente, suponía que aquella enigmática mujer buscaba lo que buscaban todas las demás. - Sería un problema si las mujeres no me persiguieran, lady Blackbird. - Se quedó callado, cuando ella pareció hablar sola...Bien, además de un ser sobrenatural le había tocado uno que no estaba en sus cabales.
Echó la cabeza ligeramente hacia atrás para frotarse el mentón, observando cada uno de los movimientos de la chica, cómo se lamía constantemente los labios, cómo le miraba como si quisiera comerle..Literalmente, nada de connotaciones eróticas ni nada semejante, esa mujer tenía hambre y a él le interesaba saber muy urgentemente de qué. Porque dependiendo de lo que fuera pues..podría dárselo o no, aunque había visto a gente de su tipo actuar, conocía al mejor mentalista entre los hechiceros y a una de las mejores cazadoras, cualquiera de los dos podría destrozarle en apenas un pestañeo..¿Qué no le podría hacer alguien como Bloondy?- No soy un Lord..Estaba descansando.- Señaló hacia atrás, hacia las paredes del burdel.- Trabajo aquí. Mi nombre es Corbin.
Corbin Lockwood- Humano Clase Baja
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Fecha de inscripción : 02/02/2017
Re: Tan roja como la granadina (priv. Corbin)
La mirada de Bloondy recorrían el cuerpo del joven como si despues le fuesen a preguntar los detalles de él, ella sonrió de medio lado con los ojos abiertos como platos, como si hubiese encontrado la más dulce de las piruletas, "Controla esos tic, que das miedo" recordó uno de los susurros, Bloondy ladeó la cabeza, e hizo una leve reverencia finalmente. -Un placer Lord Corbin.- Dijo ignorando que el joven mencionase que no era un Lord, es una manía que mantiene, llamar a todo el mundo de Lord, y el no comprender en que se empeñen en que no lo haga, aunque parpadeó varias veces seguidas antes de caer en la cuenta de que él joven acababa de mencionar que trabajaba en aquel lugar. Sacudió su cabeza y le miró sorprendida. -Vaya, ¿enserio? si que tienen buen material aquil desde luego.- rió entre dientes, mientras empezó a andar levemente de lado a lado como una fiera enjaulada, oliendolo, y haciendo un increible esfuerzo por no salibar, miró a su derecha. -Él es Bertram, que no te asuste su apariencia, tiene una gran personalidad, aunque no se por que tiene el blanco de los ojos de color negro, pero sabe mucho.- Dijo la vampiresa señalando al lateral izquierdo vacio "Si, tu dale detalles, y se ira nuestra cena" gruñó el susurro. -No se va a ir, es un joven muy educado. ¿Verdad?
Bloondy sonrió intentando seguir sin mostrar sus colmillos, olía tan bien, y era tán atractivo, desde luego, eso nadie se lo podía quitar, pero había algo más en él, tenía que haberlo, Bloondy sabía muy bien que las apariencias engañan, y desde luego no parecía ese tipo de hombre, esos hombres guapos que cuan Narciso, estaban encantados de conocerse así mismos y con la cabeza más vacía que el hueco de un arbol muerto, y una conversación mas vanal que la de un infante de 3 años. Bloondy suspiró y miró con atención al joven rubio, tenía tantas ganas de alargar el brazo y tocarlo para sentir las venas y la sangre bajo la piel, abría mucho sus negros ojos pero pronto su atención se desvió, miro el edificio, esa parte de atrás del burdel. -Así que este es tu lugar de trabajo...- Dijo la vampiresa sumida en sus pensamientos, despues le miro fijamente. -¿Por qué?
Bloondy sonrió intentando seguir sin mostrar sus colmillos, olía tan bien, y era tán atractivo, desde luego, eso nadie se lo podía quitar, pero había algo más en él, tenía que haberlo, Bloondy sabía muy bien que las apariencias engañan, y desde luego no parecía ese tipo de hombre, esos hombres guapos que cuan Narciso, estaban encantados de conocerse así mismos y con la cabeza más vacía que el hueco de un arbol muerto, y una conversación mas vanal que la de un infante de 3 años. Bloondy suspiró y miró con atención al joven rubio, tenía tantas ganas de alargar el brazo y tocarlo para sentir las venas y la sangre bajo la piel, abría mucho sus negros ojos pero pronto su atención se desvió, miro el edificio, esa parte de atrás del burdel. -Así que este es tu lugar de trabajo...- Dijo la vampiresa sumida en sus pensamientos, despues le miro fijamente. -¿Por qué?
Elyon Enhydra- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 07/03/2017
Re: Tan roja como la granadina (priv. Corbin)
Hacía rato que Corbin se había dado cuenta de que esa muchacha no estaba muy bien de la cabeza, pero se había encontrado tanto en su oficio que no le sorprendió ni le apreció amenazador. Estaban solos, en un callejón, podría matarle allí mismo y nadie se enteraría de nada hasta que alguien le echase en falta, era un riesgo que todas las putas corrían y a él, francamente, le daba un poco igual morir..Cierto era que pensaba en Faith ante la posibilidad de no verla nunca más, pero tal vez sería todo más fácil, para ambos. Cogió aire y observó a la mujer, siguiendo sus andares de un lado a otro, sin apartar su mirada. No le molestaron esas miradas, aunque no supo identificar si eran deseo carnal o algo más allá.
Levantó una ceja cuando volvió a llamarle Lord, pero no entró a discutir, porque tal vez era una especie de “juego” que esa dama quería mantener y dado que estaba allí en calidad de prostituto no iba a quejarse por ello, lamentaba que su momento tranquilo se hubiera convertido en un encuentro con la clientela, pero no tenía más opción, por el momento. Miró a su izquierda, para encontrarse con el hueco vacío de Bertram pero..Tal vez no estaba vacío y sencillamente él no podía ver. Había escuchado y visto las suficientes locuras como para ser escéptico. Podría ser verdad que hubiera algo allí o solo fueran imaginaciones de esa pobre desdichada, en cualquiera de los casos, ni era asunto suyo ni le importaba lo más mínimo. - No me iré, quédese tranquila.- No había miedo en los ojos claros del gigantón, era más bien hastío, tal vez indiferencia.
Tenía una santa paciencia, eso no lo podía dudar nadie, pero no estaba en el mejor momento de su vida, ni en el más fuerte. Solo quería saber qué quería esa mujer de él y dárselo para que le dejara tranquilo. En algo no se equivocaba la mujer, Corbin era escaso en palabras y aunque sabía mantener una conversación tranquila nunca eran muy profundas, era más de la especie de hombre seco y parco en palabras, que disfrutaba más escuchando a otros que a sí mismo. Por lo tanto, cuando preguntó sobre el motivo por el que trabajaba allí suspiró, él no entraba en detalles de su vida con los clientes, nunca y tampoco era muy dado a la mentira, así que sencillamente contestó con honestidad.- Circunstancias de la vida, lady Blackbird. Las mismas que le han traido a usted hasta aquí.- Miró los oscuros ojos de la mujer, le parecieron profundos pozos, incapaz de descubrir lo que había en el fondo. Decidió que aquello no tenía sentido, que no quería esperar y notaba que Bloondy quería algo de él, así que fue al grano.- ¿Qué quiere de mi, lady Blackbird?
Levantó una ceja cuando volvió a llamarle Lord, pero no entró a discutir, porque tal vez era una especie de “juego” que esa dama quería mantener y dado que estaba allí en calidad de prostituto no iba a quejarse por ello, lamentaba que su momento tranquilo se hubiera convertido en un encuentro con la clientela, pero no tenía más opción, por el momento. Miró a su izquierda, para encontrarse con el hueco vacío de Bertram pero..Tal vez no estaba vacío y sencillamente él no podía ver. Había escuchado y visto las suficientes locuras como para ser escéptico. Podría ser verdad que hubiera algo allí o solo fueran imaginaciones de esa pobre desdichada, en cualquiera de los casos, ni era asunto suyo ni le importaba lo más mínimo. - No me iré, quédese tranquila.- No había miedo en los ojos claros del gigantón, era más bien hastío, tal vez indiferencia.
Tenía una santa paciencia, eso no lo podía dudar nadie, pero no estaba en el mejor momento de su vida, ni en el más fuerte. Solo quería saber qué quería esa mujer de él y dárselo para que le dejara tranquilo. En algo no se equivocaba la mujer, Corbin era escaso en palabras y aunque sabía mantener una conversación tranquila nunca eran muy profundas, era más de la especie de hombre seco y parco en palabras, que disfrutaba más escuchando a otros que a sí mismo. Por lo tanto, cuando preguntó sobre el motivo por el que trabajaba allí suspiró, él no entraba en detalles de su vida con los clientes, nunca y tampoco era muy dado a la mentira, así que sencillamente contestó con honestidad.- Circunstancias de la vida, lady Blackbird. Las mismas que le han traido a usted hasta aquí.- Miró los oscuros ojos de la mujer, le parecieron profundos pozos, incapaz de descubrir lo que había en el fondo. Decidió que aquello no tenía sentido, que no quería esperar y notaba que Bloondy quería algo de él, así que fue al grano.- ¿Qué quiere de mi, lady Blackbird?
Corbin Lockwood- Humano Clase Baja
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Re: Tan roja como la granadina (priv. Corbin)
La vampiresa le miraba relamiendose recordando a un reptil, le miraba fijamente, con ese hambre mala cuando un vampiro encontraba el más sabroso sabor de sangre, seguía en su paseo de lado a lado cuan puma enjaulado mientras meditabam Bertram hechaba sus brazos hacía atras y sonreia enseñando todos su afilados dientes, Bloondy miró en su dirección y despues se frenó en seco y miro al apuesto joven que ante un acto de valor se atrevió a quedarse allí con ella, Bloondy alargó su blanco y fino dedo tocandose los labios a modo de silencio y sonrió de perversa forma. -Espero que no rompas la mascarada que se va a desvanecer ante ti. Si..si...no la rompas..o me enfadare mucho, y nadie quiere verme enfadada.- Dijo ella de manera fria y cargada de intenciones cada vez más malvadas. Pero en ese momento a la vampiresa le pareció hasta una fabulosa idea mostrarse de manera más reveladora.
Se acercó de manera algo brusca y pasó un dedo por el pecho del joven, mientras se embriagaba de su aroma, desde luego que quería comerselo "¿Crees que eso es una buena idea? a mi se me ocurre más cosas que podrias hacerle" Dijo Bertran de manera sadica, mientras se acercaba un poco, Bloondy gruño un poco y miro a su izquierda a Bertram. -Silencio, dejame a mi.- Dijo más seria, y volvió a observar al enorme joven, sintiendose algo bajita, puesto aunque pasase su dedo por el pecho de jove, Bloondy le llegaba por debajo de los pectorales de él, y haciendo que Bloondy mirase para arriba para poder observar su rostro, finalmente Bloondy sonrió, de manera tan amplia que sus colmillos quedaron completamente a la vista, mientras seguía pasando el dedo por el pecho del hombre. -Tranquilo, mis deseos no son carnales, o tal vez si, pero seguro que a eso estas acostumbrado, pero hueles tan bien que no podría vaciarte y no volver a probarte nunca más, eso sería un terrible drama para mí.- El tono de la vampiresa era frió, malicioso, rió mientras le miraba, y se mantenía lo suficientemente cerca por si derrepente presa del panico intentaba huir.
Bloondy negó con la cabeza, como negando algo que había oido, puesto que las voces eran tán sonoras y ansiosas que casí le costaba escucharse a si misma los propios pensamientos. Bufó de manera sobrenatural para mandarlos callar y volvío fijar la vista en el joven. -Eres grande, fuerte, da gusto verte jijiji y me gustan los secuaces, si quiero un secuaz, tu podrías serlo...incluso algo más, incluso...ser más.- Dijo con ansiedad y euforia, mientras pasaba su lengua por los colmillos, y dejaba escapar una risa notablemente nerviosa por la emoción. -Serías poco usual, con ese tamaño, mi hermano tambien es grande...jijiji...podrías morar en la noche, podrías ser la oscuridad, ser algo más, un vastago, un cainitia...un vampiro....jijiji yo puedo hacerte un vampiro y asi romper esa piel que impida que tu sangre sea para mi.- Susurró Bloondy mirandole con los ojos abiertos como platos, mientras tenía que hacer un esfuerzo mayor por no abalanzarse sobre él a las bravas, le miró impaciente, ansiosa aunque no estaba segura de aceptar cualquier respuesta del joven.
Se acercó de manera algo brusca y pasó un dedo por el pecho del joven, mientras se embriagaba de su aroma, desde luego que quería comerselo "¿Crees que eso es una buena idea? a mi se me ocurre más cosas que podrias hacerle" Dijo Bertran de manera sadica, mientras se acercaba un poco, Bloondy gruño un poco y miro a su izquierda a Bertram. -Silencio, dejame a mi.- Dijo más seria, y volvió a observar al enorme joven, sintiendose algo bajita, puesto aunque pasase su dedo por el pecho de jove, Bloondy le llegaba por debajo de los pectorales de él, y haciendo que Bloondy mirase para arriba para poder observar su rostro, finalmente Bloondy sonrió, de manera tan amplia que sus colmillos quedaron completamente a la vista, mientras seguía pasando el dedo por el pecho del hombre. -Tranquilo, mis deseos no son carnales, o tal vez si, pero seguro que a eso estas acostumbrado, pero hueles tan bien que no podría vaciarte y no volver a probarte nunca más, eso sería un terrible drama para mí.- El tono de la vampiresa era frió, malicioso, rió mientras le miraba, y se mantenía lo suficientemente cerca por si derrepente presa del panico intentaba huir.
Bloondy negó con la cabeza, como negando algo que había oido, puesto que las voces eran tán sonoras y ansiosas que casí le costaba escucharse a si misma los propios pensamientos. Bufó de manera sobrenatural para mandarlos callar y volvío fijar la vista en el joven. -Eres grande, fuerte, da gusto verte jijiji y me gustan los secuaces, si quiero un secuaz, tu podrías serlo...incluso algo más, incluso...ser más.- Dijo con ansiedad y euforia, mientras pasaba su lengua por los colmillos, y dejaba escapar una risa notablemente nerviosa por la emoción. -Serías poco usual, con ese tamaño, mi hermano tambien es grande...jijiji...podrías morar en la noche, podrías ser la oscuridad, ser algo más, un vastago, un cainitia...un vampiro....jijiji yo puedo hacerte un vampiro y asi romper esa piel que impida que tu sangre sea para mi.- Susurró Bloondy mirandole con los ojos abiertos como platos, mientras tenía que hacer un esfuerzo mayor por no abalanzarse sobre él a las bravas, le miró impaciente, ansiosa aunque no estaba segura de aceptar cualquier respuesta del joven.
Elyon Enhydra- Vampiro Clase Alta
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Re: Tan roja como la granadina (priv. Corbin)
Cuando la desconocida se acercó, Corbin se puso tenso pero no se apartó cuando pasó un dedo por su pecho. Odiaba que le tocasen pero una vez tenía claro en qué circunstancias estaba no lo exponía, encerraba esa parte de sí mismo tan profundamente como cualquier otro sentimiento, pero esta vez costó más de lo estrictamente necesario, como si una vez deshecho el ovillo fuera difícil volverlo unir. No dejaba de mirarla, porque era un espectáculo mientras se movía, hablaba con algo que solo ella veía y escuchaba pero Corbin seguía sin sentir miedo. Miró los colmillos fijamente, pensando que finalmente sabía a qué atenerse, si era un vampiro tal vez buscase su sangre, había algo en su olor que atraía a cualquiera, más a los de su tipo, por lo que no era el primero que veía. Él sabía guardar secretos mejor que nadie, por eso precisamente era puta. Mantener la boca callada era uno de sus dones.
Tardó unos instantes en comprender de qué estaba hablando la cainita, pero en sus últimas palabras fue concisa. No necesitó pensarlo demasiado, cualquiera en su sano juicio temería tanto a esa mujer que accedería a cualquier cosa, pero Corbin no tenía nada que temer, no le aterraba la muerte ni le preocupaban las torturas, su día a día era una.- Mi morada ya es la noche, lady Blackbird.- Por su profesión, era obvio que el hombre no tenía una vida diaria como cualquier mortal, él vivía en la oscuridad, era el oscuro secreto de sus clientes, de todos.- La eternidad sería para mi lo que para usted es el sol. Solo que usted moriría instantáneamente y para mi sería una condena. Le está pidiendo a un hombre que no soporta su existencia una vida eterna. Desde luego, no podía haber sido más cruel, ni estar menos acertada. No deseo contrariarla, pero aquello que me pide no se lo puedo dar.- Suspiró, siendo todo honestidad, porque de lo contrario esa mujer no iba a darse por entendida.-Puedo darle mi sangre, si quiere, puede atravesar mi carne y tomarla cuanto desee. Por un módico precio. Pero nada más.
Tardó unos instantes en comprender de qué estaba hablando la cainita, pero en sus últimas palabras fue concisa. No necesitó pensarlo demasiado, cualquiera en su sano juicio temería tanto a esa mujer que accedería a cualquier cosa, pero Corbin no tenía nada que temer, no le aterraba la muerte ni le preocupaban las torturas, su día a día era una.- Mi morada ya es la noche, lady Blackbird.- Por su profesión, era obvio que el hombre no tenía una vida diaria como cualquier mortal, él vivía en la oscuridad, era el oscuro secreto de sus clientes, de todos.- La eternidad sería para mi lo que para usted es el sol. Solo que usted moriría instantáneamente y para mi sería una condena. Le está pidiendo a un hombre que no soporta su existencia una vida eterna. Desde luego, no podía haber sido más cruel, ni estar menos acertada. No deseo contrariarla, pero aquello que me pide no se lo puedo dar.- Suspiró, siendo todo honestidad, porque de lo contrario esa mujer no iba a darse por entendida.-Puedo darle mi sangre, si quiere, puede atravesar mi carne y tomarla cuanto desee. Por un módico precio. Pero nada más.
Corbin Lockwood- Humano Clase Baja
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Re: Tan roja como la granadina (priv. Corbin)
La vampiresa observaba a ese rubio joven, podía ver su actitud, una actitud muy gris, asi era como lo encontraba la vampiresa, de hecho había bromeado con convertirlo, pero en cambio dió una desalentadora explicación de lo que ser convertido sería para él, pero que vendería su sangre si eso era lo que Bloondy deseaba, la vampiresa le miraba con sus grandes ojos negros como el abismo absorta por esa respuesta, Bloondy empezó a gruñir de manera sobrenatural mirando al chico. -Puede no ser una petición y ser una declaración de intenciones...te guste o no, si quisiera no podrías hacer nada para impedirlo....bueno si, darme las gracias despues.- Rió la vampiresa enseñando sus colmillos y danzó al rededor del joven. -Sería un privilegio, no cualquiera es merecedor de ser convertido por un miembro de la familia Blackbird...- Le miró de arriba a abajo.- Te falta vivir un poco chico.
Bloondy paseaba de lado a lado cuan bestia enjaulada asegurandose que el joven no se fuera, mientras la mente de la vampiresa recibía muchas ideas de los susurros que escuchaba, le miró y sonrió. -¿Sabes? yo estaba aunque no lo parezca en una institución psiquiatrica, ya sabes, camisas de fuerza, terapias de "choque" para "curarme" jiji que graciosos eran...pero cuando salieron los colmillos libre cuan pajarito...y tu eres como un monigote que dibujan los niños con la sonrisa boca abajo..- ¿Por que le contaba eso? ni idea, quizás la vampiresa hasta sentía pena por el gris joven, de hecho miro a todos lados y saco de su bolso su espejo roto en el que se miró comprobando que su maquillaje seguía correcto, un maquillaje muy...llamativo a la vez que oscuro. -Eres chico de compañia...¿cuanto vale tu tiempo?- Dijo buscando su monedero y despues miró entrecerrando los ojos mirandole. -tú te vienes conmigo un rato...amigo vamos a pasarlo muy bien...jijiji.- Dijo de manera sumamente oscura, mientras le dió un puñado de francos. -Te daré el preció entero a la vuelta.- Gritó con una voz aguda y rota, mientras agarraba al joven de la ropa tirando de él. -Vas a serme muuuuuy útil.- La cabeza se le llenaban de oscuras ideas a la que iba a obligar a ese humano a seguirla.
Bloondy paseaba de lado a lado cuan bestia enjaulada asegurandose que el joven no se fuera, mientras la mente de la vampiresa recibía muchas ideas de los susurros que escuchaba, le miró y sonrió. -¿Sabes? yo estaba aunque no lo parezca en una institución psiquiatrica, ya sabes, camisas de fuerza, terapias de "choque" para "curarme" jiji que graciosos eran...pero cuando salieron los colmillos libre cuan pajarito...y tu eres como un monigote que dibujan los niños con la sonrisa boca abajo..- ¿Por que le contaba eso? ni idea, quizás la vampiresa hasta sentía pena por el gris joven, de hecho miro a todos lados y saco de su bolso su espejo roto en el que se miró comprobando que su maquillaje seguía correcto, un maquillaje muy...llamativo a la vez que oscuro. -Eres chico de compañia...¿cuanto vale tu tiempo?- Dijo buscando su monedero y despues miró entrecerrando los ojos mirandole. -tú te vienes conmigo un rato...amigo vamos a pasarlo muy bien...jijiji.- Dijo de manera sumamente oscura, mientras le dió un puñado de francos. -Te daré el preció entero a la vuelta.- Gritó con una voz aguda y rota, mientras agarraba al joven de la ropa tirando de él. -Vas a serme muuuuuy útil.- La cabeza se le llenaban de oscuras ideas a la que iba a obligar a ese humano a seguirla.
Elyon Enhydra- Vampiro Clase Alta
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Re: Tan roja como la granadina (priv. Corbin)
Se notaba que la vampira no entendía nada o tal vez era él, porque le había preguntado si quería abrazar la noche, Bloondy le dio opción o al menos al principio, que cambiase de opinión después era otra cosa harto distinta. Sin embargo, seguía observándola sin miedo o cólera, sus vacíos ojos azules le seguían allí a donde iba, sin moverse del sitio. Tal vez le faltaba vivir, eso no se lo podía negar y si ella quisiera matarle o revivirle como un no-muerto era enteramente capaz y él no se defendería, pero nadie le obligaría a seguir existiendo una ver convertido, ni siquiera ella. Había formas muy sencillas de morir para los vampiros, solo necesitaría sentarse y esperar la luz de un nuevo día. Todo terminaría. Visto así tampoco era tan malo como podría esperarse.
Observó a la mujer, levantando una ceja porque si podía ver perfectamente a ese extraño ser encerrado en un psiquiátrico, vamos, que no le costaba nada de nada imaginársela. Tal vez era donde debía estar, con una camisa de fuerza pero no era la primera loca suelta por el mundo que se encontraba. Supuso que al no ser muy normal, tampoco le pediría cosas normales así que suspiró con hastío- Cobro dependiendo de lo que haga, lady Blackbird.- Le dijo una cantidad aproximada y sintió sus dedos como dardos de hielo tirando de su camisa. Siguió a la mujer, instintivamente, aunque ahora no dejaba de pensar qué podría ser lo que ella buscaba.-...Entiendo que para usted pertenecer a una familia como los Blackbird es todo un privilegio, pero no estoy interesado.- Aclaró, solo por si ella seguía con la idea de convertirle, para eso no había francos en todo el país para pagarlo..Además..¿Qué harían Stein..Y Aveline, cuando se enterasen? No, preferiría que nunca lo supieran, desaparecía y punto. Ahorraría sufrimiento y pesar a todos.
Caminaba detrás de la mujer, cogiendo aire a grandes bocanadas, como si ese aire además de oxígeno le suministrara valor, para lo que le venía encima.- Señorita Blackbird..¿Qué es lo que quiere?
Observó a la mujer, levantando una ceja porque si podía ver perfectamente a ese extraño ser encerrado en un psiquiátrico, vamos, que no le costaba nada de nada imaginársela. Tal vez era donde debía estar, con una camisa de fuerza pero no era la primera loca suelta por el mundo que se encontraba. Supuso que al no ser muy normal, tampoco le pediría cosas normales así que suspiró con hastío- Cobro dependiendo de lo que haga, lady Blackbird.- Le dijo una cantidad aproximada y sintió sus dedos como dardos de hielo tirando de su camisa. Siguió a la mujer, instintivamente, aunque ahora no dejaba de pensar qué podría ser lo que ella buscaba.-...Entiendo que para usted pertenecer a una familia como los Blackbird es todo un privilegio, pero no estoy interesado.- Aclaró, solo por si ella seguía con la idea de convertirle, para eso no había francos en todo el país para pagarlo..Además..¿Qué harían Stein..Y Aveline, cuando se enterasen? No, preferiría que nunca lo supieran, desaparecía y punto. Ahorraría sufrimiento y pesar a todos.
Caminaba detrás de la mujer, cogiendo aire a grandes bocanadas, como si ese aire además de oxígeno le suministrara valor, para lo que le venía encima.- Señorita Blackbird..¿Qué es lo que quiere?
Corbin Lockwood- Humano Clase Baja
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Re: Tan roja como la granadina (priv. Corbin)
Bloondy miraba mientras tiraba de el guapisimo y enorme joven, que se dejó arrastrar, realmente no entendía por que aquel joven estaba tán ¿abatido seria la palabra? de bajón, ella sonreía de manera maliciosa mientras lo hacía avanzar por las Parisinas calles. -Amigo vamos a pasarlo muy bien.- Dijo de manera fria y divertida, sí sabía que su amigo podía servirle de mucho, con ese enorme tamaño y esa belleza que el joven poseía podía serle realmente útil. No siempre una iba acompañada de semejante hombre. Bloondy avanzaba y miraba alrededor, como siguiendo un rastro. -Bien vamos a jugar a un juego...seguro que te diviertes, igual empiezas a parecer menos triste.- Comentó la vampiresa, mientras iba calle arriba, hasta que pareció que encontró lo que buscaba, miró la puerta de una majestuosa casa, sin duda de alguien adinerado, Bloondy se mordió el labio observando.
Despues se giró y miró a Corbin con aire serio, mientras jugaba con sus dedos entrelazandolos entre sí y se empezó a balancear de alante hacia atrás usando sus pies como balancin, incluso se quedó callada de inquietante manera durante un largo minuto, mientras cerraba un poco más un ojo que otro, seguidamente observo al mortal de manera fija y volvió a sonreir ampliamente. -Bien la cosa va así, tu y yo ahora somos amigos...¿Sí? los amigos se ayudan entre sí, empecemos...espera aquí.- Dijo con un tono cargado de intenciones y salió a sobrenatural velocidad, aunque por suerte para ellas no había nadie, quizás por eso lo hiciera, al poco vino de forma saltarina con un ramo de rosas, el cual entrego a Corbin sonriendo. -Relajate, no es para tí, eres encantador, pero no quiero tu carne...no jijijiji muy mansito para mi gusto lascivo...pero como amigo creo que eres ideal...jijijiji a Beckett le gustas.- Señalo a su vacio a la derecha. Mientras volvía a balancearse con aire tranquilo relativamente.
-Este es el plan, tu llamas a la puerta y preguntas por la señora de la casa, Lady Glare, y dile que eres su amante. Dilo alto, jijiji y cuando salga su maldito marido...uh, cuando eso haga va a ser divertido, tu tienes que huir y llevarle al callejón.- Se relamió sus afilados colmillos. -Ese cerdo merece la muerte, no solo por serle infiel a su mujercita, si no por que ha hablado con gente que sabe cosas, y ha estado pregonando cosas que no debía, hay que proteger la mascarada, asi que esta noche vamos a jugar a los justicieros dulce granadina mia.- Dijo de manera melosa, emocionada, mientras miraba al enorme rubio. -Es un plan genial ¿verdad? claro que...esto va con doble filo...si tu me ayudas a mí, yo te ayudo a ti si asi lo dispones...es un juego divertido, ¿verdad amigo?- Se llenó la boca con esa ultima frase, mientras miraba la casa y el ramo de flores que le había entregado a Corbin. -Vamos mi Lord, muestra cuan Romeo puedes ser...solo es una actuación.
Despues se giró y miró a Corbin con aire serio, mientras jugaba con sus dedos entrelazandolos entre sí y se empezó a balancear de alante hacia atrás usando sus pies como balancin, incluso se quedó callada de inquietante manera durante un largo minuto, mientras cerraba un poco más un ojo que otro, seguidamente observo al mortal de manera fija y volvió a sonreir ampliamente. -Bien la cosa va así, tu y yo ahora somos amigos...¿Sí? los amigos se ayudan entre sí, empecemos...espera aquí.- Dijo con un tono cargado de intenciones y salió a sobrenatural velocidad, aunque por suerte para ellas no había nadie, quizás por eso lo hiciera, al poco vino de forma saltarina con un ramo de rosas, el cual entrego a Corbin sonriendo. -Relajate, no es para tí, eres encantador, pero no quiero tu carne...no jijijiji muy mansito para mi gusto lascivo...pero como amigo creo que eres ideal...jijijiji a Beckett le gustas.- Señalo a su vacio a la derecha. Mientras volvía a balancearse con aire tranquilo relativamente.
-Este es el plan, tu llamas a la puerta y preguntas por la señora de la casa, Lady Glare, y dile que eres su amante. Dilo alto, jijiji y cuando salga su maldito marido...uh, cuando eso haga va a ser divertido, tu tienes que huir y llevarle al callejón.- Se relamió sus afilados colmillos. -Ese cerdo merece la muerte, no solo por serle infiel a su mujercita, si no por que ha hablado con gente que sabe cosas, y ha estado pregonando cosas que no debía, hay que proteger la mascarada, asi que esta noche vamos a jugar a los justicieros dulce granadina mia.- Dijo de manera melosa, emocionada, mientras miraba al enorme rubio. -Es un plan genial ¿verdad? claro que...esto va con doble filo...si tu me ayudas a mí, yo te ayudo a ti si asi lo dispones...es un juego divertido, ¿verdad amigo?- Se llenó la boca con esa ultima frase, mientras miraba la casa y el ramo de flores que le había entregado a Corbin. -Vamos mi Lord, muestra cuan Romeo puedes ser...solo es una actuación.
Elyon Enhydra- Vampiro Clase Alta
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