EL LOBO Y LA PRESA ENFRENTADOS || DESSIRE || 18+

Estar furioso es poco, aunque admito que la ratona de biblioteca no esta tan mal, de hecho me recuerda a alguien o puede que la hubiera visto antes en alguna de las otras cedes de la inquisición pero no recordaba en donde –¡¡Uriel!!– La rubia asomaba la cabeza dejando ver su rostro salpicado de sangre saliendo de entre algunos arboles soltando la cabeza de la chupasangre a la que le a cortado la cabeza solo un poco antes mientras he salvado a la loca esta –Dile a Rafael que se queda a cargo ¡Y no me tuerzas la boca que no estoy de humor ángel del demonio!– el ultimo apelativo era como la llamaba de cariño aunque era uno de los mas decentes. Uriel era la única hembra que no me sacaba de quicio, la única que me soportaba y aunque su apariencia era delicada y frágil solía ser una guerrera feroz. Uriel me mira señalándome a la mujer con una mirada y un movimiento de su ceja, la mujer q se remueve balbucenado cosas que no me tomo la molestia de escuchar y que he olvidado que tengo bien sujeta del brazo –Ve a lo que te dije, mata unos cuantos por mí, llevare a esta perra intelectualona de regreso– de un jalón la pongo frente a mi haciéndola caminar –Abre los ojos perra– y ladra como una verdadera perra y después agradece el que le salvase el culo. ¡Que mierda!

Mi naturaleza no me permite ser paciente, nunca he sido ido un hombre con una pisca de paciencia. Detuvo el andar y poniéndola frente a él le soltó una bofetada –Mejor ya cállate, estas en MI territorio no en el tuyo así que mas vale que aprendas a respetar a tus superiores– Un jalón mas y la hago ponerse en marcha –Malditas putas metidas que se presentan donde no las llaman– blasfemo completamente fastidiado. –Todas las demás fracciones creen que pueden mandar sobre los soldados sarrapastrosos, se creen superiores por sobre nosotros al mantener sus manos limpias mientras nosotros los condenados hacemos los trabajos más sucios –la jaloneo tan fuerte que escucho el tronar de su brazo, creo ha sido el hombre. La miro deteniendo el andar gruñéndole antes de jalarla de nuevo a que empiece a andar.

El viento de la noche sopla con fuerza tempestad y el aroma de la mujer que arrastro me pega de lleno, mi amada amante vestida de plata está tan cercana que me nubla el pensamiento más que de costumbre y miro el cuerpo de la mujer que resalta las curvas de la mujer entre aquella ropa que le tapa casi hasta las narices –Demando saber tu nombre mujer– gruño demandando saber la identidad de aquella que me acompaña a la mala.

Rolo los ojos ¡Mierda! ¿Qué nunca se calla? Me queje escuchándola cacarear como una gallina culeca –Niña no me importa lo que pienses, deberías aprender a cerrar la maldita puta boca frente a un superior– ¿lágrimas? Esta era la clásica damisela en apuros. Solo que legáramos le enseñaría en que apuros acababa de meterse. El aroma de la mujer me esta tentando y aquel pequeño y fino dato que acaba de soltar me hace gruñir aun mas. La zarande ante la sarta de estupideces que decía ¿Quién se creía esta puta para ven a mi a darme sermones de jerarquía? El aroma de la mujer me pega de golpe al tenerla tan cerca –Para ser una puta de biblioteca te han enseñado muy mal as jerarquías. Te recuerdo puta inteligente que cualdo no hay un superior de tu fracción otro puede dictar tu castigo y ya cállate antes de que te cierre la boca de otra forma –e ignorando la advertencia sigue. Esta mujer si que es tonta y claro que en el momento en que esta idiota cree que puede venir a amedrentarme. La sigo jalando del brazo, ya casi hemos llegado, unos pasos mas, unos chillidos de niña tonta y de sus dulces y perfectos labios sale lo que hace me reviente la paciencia –¿Asi que haras que tu hermano me castigue? Y que le diras perra– la avente haciendo que ella se fuera de boca, a lo que reacciono rápido parándose y continuando con su discurso. Asi que era una D'Aramitz –No, no te disculpo –afirme cruzando los brazos sonriéndole de forma sínica y burlona, mirando como camina con lagrimas en los ojos, camina y camina lo mas rápido que puede pero esta no se me escapa. Con unos cuantos pasos le tomo del hombro azotándola contra el muro trasero de la fortaleza –¿Así que Xavier y Georgiana son tus hermanos?– la tomo de la cadera bajando un poco mas la mano tomando su trasero haciendo que todo su cuerpo se pegue al mío.

Que mierda, su aroma es insoportable, la mescla de sentimientos que emanan de la humana me esta poniendo duro. Paso la punta de la nariz por el cuello y gruñendo agitado rasgo la túnica a la altura de su pecho –Dessire significa deseo –meto la mano apretando su ceno derecho por sobre el cortes que me los oculta –Te dire algo Dessire, siempre he dicho que si van a hablar de mi lo aran con provecho y si iras de puta chismosa con el cabron de Xavier lo aras con provecho –la tomo de la cintura lamiendo su mandíbula antes de cargarla y cargándola cual costal de papas entrando por una de las puertas secretas –Deja de moverte como un gusano –Unas pataditas y golpes es como una caricia. Bajo las escaleras de piedra hasta llegar a una de las habitaciones mas pequeñas donde esta llena de libros y papiros propiedad de los monjes. Abro la puerta de madera de una patada y la boto dentro sin delicadeza –Ahora si, te dare un buen motivo para que me acuses –cierro la puerta mirando a la D'Aramitz en el suelo alumbrándola entre las tintineantes llamas de las velas que alumbra el lugar.

Chasque la lengua relamiéndome la boca como un perro sarnoso escurriendo la baba del hocico con la carne pegada a los huesos al que le acaban de tirar un gran y suculento trozo de carne cosido. El aroma de la puta me esta enloqueciendo todo gracias a mi amante de plata, ella hermosa y tormentosa para los de nuestro tipo. El florecimiento de su excitación me termina de poner la polla dura –Mierda, ve lo que has hecho –exclamo sin escuchar una sola palabra de todo el parloteo que dice mientras yo me froto la dura erección en los pantalones –Tu padre no tiene huevos, tu madre se los corto hace mucho, como si no lo supieras –agrego tronándome el cuello, esturándome. Comencé a desabrocharme la pechera de piel quedando solo con la camisa y pantalones. Los demás solian usar armaduras de maya o otras cosas, yo prefería patear traseros y tener cicatrices.

Me acerque a ella, intenta escapar aventándose de un lado, la tomo con fuerza a la altura de los pechos apretando uno con fuerza, regresándola sobre pasos hasta estrellarla contra el escritorio. Tomo uno de los mechones de cabello que se le han soltado jugetenado con el mientras esta acorralada entre mi cuerpo y el mueble con la diestra enterrada en su deliciosa carne de la cadera evitando que se mueva –Sabes, tu madre es famosa. Fue una de las mas grande putas… … es una leyenda, en la inquisición si la nombras como guerrera –susurro pegando mi cuerpo al de ella, diciendo cada palabra en su oído mientras mis manos comienzan a delinear su curvilíneo cuerpo –Tu padre no me da miedo y tus hermanos mucho menos. Se rumora que Xavier esta obsesionado con una bruja y que cayo de la gracia dejando de ser el hijo favorito de la inquisición cuando empezó el rumor sobre su “gitana” –en el momento que menciono lo de su gitana subo ambas manos por su torso apretándolo y al llegar a su escote lo rasgo una, dos, tres hasta que se rompe por la mitad hasta el filo de la falda, paso la mano por el borde de su corsé –Toda tu familia esta podrida… Claro excepto tu hermana Georgiana… y tu estas a punto de hacerle honor al apellido que portas –Desgarrando su corse , con un par de jalones termino de arrancar su ropa dejándome ver sus senos y su monte desnudo. Tomo su mano y la llevo a mi verga –¡¡Tócame!! –le ordeno –No me gustan las hembras que esperan que el macho haga todo el trabajo –pero la puta no se mueve, no reacciona, no hace nada, mierda, desabrochándome el pantalón lo suficiente tomo su delicada mano guiándola hasta meterla en mi pantalón, obligo a sus dedos a rodearme mirando su exprecion haciendo que suelte una carcajada –¿No me digas que es la primera vez que tocas a un hombre así? –y comienzo a mover la mano masturbándome mientras los ojos de la inquisidora están a punto de salirse, mi otra mano se mete entre la tela y la piel pasando el brazo por la espalda hasta tomas una de sus nalgas cargándola dejándola en el escritorio besándola con arrebato y obsesión. Me apodero de su boca, el aroma que desprende me esta cegando –Deja de portarte como una mojigata, puedo oler tu excitación –con la diestra tomo su mentón y la beso nuevamente mordiéndola para que abra esa puta boca. La beso con desesperación mientras aquella mano suelta su rostro y bajando, apretando su piel, tomando de ella lo que quiero llega hasta sus piernas en busca de su suave y dulce coño apenas rozando los labios vaginales –Quieras o no te voy a entierre la verga como un puto animal en celo –se decía que entre las D'Aramitz había dos ovejas blancas, la bibliotecaria y la mayor. Alejando las manos de su cuerpo solo lo necesario para me arrarme la camisa. Forceje con sus débiles intentos de cubrirse y arrancando la ropa de sus hombros la miro semi desnuda, son las medias de seda apretando sus muslos, sus ojos lloros y rojos al igual que sus labios –Nos vamos a divertir Dessiré –gruño abriéndole las piernas.