Devorame [Priv-Dante]

Doy un par de caladas más al tabaco y lo regreso a su dueño liberando el aire de mis pulmones. Maldito hijo de burra mal parida, cabron, idiota, estúpido, hijo de su re... bueno puede que su madre no tuviera la culpa realmente, pero eso no le quita que sea un maldito bastardo malparido que sabe como joderme.. En ambos sentidos claro esta: tanto sexual como fastidiarme la ya jodida existencia que tengo... Y bueno no es que yo no ayude mucho a la causa tampoco. Eso de pasarme retando a Sam y llevandole la contra y follandome a Dante gratis, que eso no sabe pero sabe que no le cobró como debe y ello me a llevado a uno de sus ya famosos castigos… y por el que estoy metida en este problema en este momento. Estoy caliente, tan caliente y adolorida que el frío que anuncia la próxima llegada del invierno ni me pica, todo lo contrario me alivia un poco. Porque Sam se aseguró por unas cuantas horas de dejarme en claro que mi castigo sería no sacarme las ganas y así me dejo el muy hijo... En mi mente el chiflido no se hace esperar así como un 'buenas noches papacito' … pero me regaño al pensar en que no es lugar.

-Sabes Dante, de alguna forma me debes regresar a parís a mas tardar mañana por la noche- afirmo libero el aire de mis pulmones, tomando el cigarro de la mano del cazador –¿Como diablos me vas a regresar? –pregunto cruzándome de brazos.

La cosa estaba asi, en un arrebato de desobediencia ¿Yo? ¿Entregarme al dulce abrazo de los placeres carnales? pues, no, no siempre, el dinero, retar a los hombres, demostrar que una simple mujer, una simple puta podía mas que ellos, que esos que se creían machos podían ser simplemente doblegados por el placer que una mujerzuela les daba a como ella quería, eso era lo que me gustaba y por ello estaba junto a Dante y su grupo de cazadores a varios días de Paris y estaba segura de que cuando regresara a lado de Sam este me azotaría hasta matarme.

–¿Quieres irte cabalgando? Puedo ponerte ahora mismo sobre un caballo y mandarte derecho a la ciudad pero sabes, tendrás que ir saltando, moviéndote de adelanta hacia atrás como si montaras mi polla solo que no habrá nada metido entre tus piernas más que la silla de un animal– Soltó una risa junto al humo del cigarro para darle a su pequeña compañía femenina no de armas, pero sí de otras armas. Se acercó a ella por su espalda rodeándole con un brazo el cuello de ella pegando su cadera al trasero de ella así como una de sus manos palmea suave el redondo trasero de la prostituta.

Estan algo apartados del campamento que montaron con su grupo de cazadores que los observan de reojo de vez en cuando murmurando cuando podrán compartir a la mujer, pero nadie lo dice en voz alta, pega una mirada a todos ellos que enseguida disfrazan su chismerío con actividades normales –Ves, hasta ellos quieren que te quedes ¿Por qué te quieres ir pronto si aun la diversión no ha comenzado, Coralie? O será que quieres atender más a tus clientes que a tu amigo– le muerde el cuello sin dejarle marca solo para provocarle –Anímate te divertirás disparando y no precisamente mi polla, si no otra arma a unos cuantos bichos como lobos o vampiros, o quieres disparar mi arma – frota su cadera contra ella riéndose al quitarle el cigarro y dar una colada profunda.

Sus mejores hombres terminan de montar el campamentos así como la tienda de su jefe, al o que él invita a la cortesana a que lo acompañe para que entre en calor, pero claro no sin antes rozarle algunas partes del cuerpo como sus hombros, sus espalda y también su trasero donde deja la mano de él a la vista de todos.

–¿Cabalgando?– me estiro un poco mirándolo –Podría ser, pero solo si estoy sobre ti, porque eso de ir sola sobre un maldito caballo no es lo mío– sonrió con picardía. No se que tenia ese maldito cazador que siempre me hacia meterme en problemas con mi Amo, dueño, y señor omnipotente. Tenia ese mala costumbre y fascinación por los de mayor edad, es decir, no me desagradaban los jóvenes pero lo mío lo mío eran los hombres mayores, hombres de verdad, hombre como Dante. El me toma de espalda y mi lengua saborea mis labios ante su toque, porque yo realmente no necesito mucho para prenderme, no necesito mucho para abrí mis piernas a el que tengo tan cerca, el dueño de las manos que me están tocando.

Estar lejos del burdel me era extraño, mucho más estar en aquel campamento, aunque la compañía era realmente buena –Jajaja… –me giro dándole la cara –Lo que ellos quieren es follarse a tu puta favorita– me jacto de tal afirmación, Dante era de muchas al igual que yo pero siempre regresábamos a nuestras andadas éramos como un extraño amor prohibido solo que aquí no había amor de ningún tipo, solo deseo y algo de cariño, incluso tal vez un poco de celos y mucho pero mucho sexo pero nada mas –¿Crees que les gustaría verme follar contigo? ¿A tus hombres les gusta mirar? – Pregunte dejando que el me tocara el cuerpo, una pequeña mordida en mi cuello y ya le estoy ronroneando cual gata en celo –¿Dejaras que cualquiera de ellos me tome frente a ti? – lo estafa molestando, fastidiandolo aunque tampoco era que él y yo nunca hubiéramos compartido la cama con alguien mas, aun recordaba al cazador y a Sam profundamente enterrados en mi cuerpo con el fin de celebrar el cierre de un trato que acababan de realizar, claro que de eso ya unos años atrás –El disparar una pistola no me es emocionante, ya lo he hecho antes en tu compañía y no me ha resultado realmente excitante como tanto asegurabas– le paso los brazos por el cuello acercando mis labios a los de él mientras Dante me apretaba el trasero enfrente de todos los vagos de sus hombres.

–¿Te has follado alguna vez algún de esas cosas que matas? ¿Una loba? ¿Una vampira?– Pregunte poniéndome de puntitas mordiéndole el mentón antes de atrapar sus labios y besándole frente a todos. Esto me gustaba, esto se estaba calentando.

–Primero te follaría delante de ellos sobre la mesa que montarán para comer y luego les dejaría follarme mientras tú me ves ahí observándote mientras otros te follan luego de que yo te haya dejado llena por dentro con mi semilla sentirás como te la entierran más con sus pollas– Tremenda carcajada que se pegó y agarró a la prostituta del trasero llevándola cargada de esa forma a su tienda no sin antes haber dejado que todos sus hombres escucharan y vieran las manoseadas que se pega con la puta calentando el ambiente tanto como para que desviaran la vista y se acomodaran los pantalones maldiciendo la suerte del Jefe.

La sentó sobre la que improvisadamente era una mesa tan rústica como salvaje donde estaba papeles y mapas de ubicación, se metió en medio de las piernas de la mujer frotando su dureza contra ella besando los labios, sus manos bajaban por su espalda y subían por ella entre la ropa tocando la piel y parte de los senos al separarse le mordió el labio inferior tirando de este con algo de rudeza, agarró el pedazo de tronco grueso y duro que hacía como banco para sentarse justo entre las piernas de la mujer acariciándole los muslos –Tan buena crees que eres para afirmar que eres mi puta favorita, cuanta seguridad– besó su muslo interno mordiéndole –No negaré que eres a la que más acudo con o sin dinero porque sabes cómo bajarme la hinchazón y dejar seca la bolsa – solto una carcajada sonora mientras mira por la que hacia como puerta de entrada a su tienda viendo como los hombres miraban a la mujer, como deseaban ver más de cerca –¿Quieres que los dejemos entrar? O quieres que te vean chupármela cuando les estoy dando las órdenes– se mofa con una broma que tenía poco de serlo. Le agarra del trasero empujándola contra él besándole el vientre

Pasa le lengua por la piel de su vientre bajando más al sur pero sin llegar aun para luego subir en una S por toda su piel expuesta –tal vez me he follado a alguna loba en su estado de humana, vampira no pero se sentiría frio y no caliente y la de la loba sería más que caliente me la quemaría con solo metérsela, pero si se da la oportunidad lo haría para probar ¿te han follado esos seres a ti, Coralie?– muerde su vientre mirándola hacia arriba –Me gustaría verte disparar un arma mientras te follo o te hago sentir muy bien– sus dedos rozan parte de su intimidad –Para ver si mantienes el centro y atinas a tu objetivo– juega con la goma de sus braguitas riéndose con su aliento muy cerca a su sexo.

Sentada sobre la mesa me subí la falda hasta la cadera y con la cabeza de mi cazador favorito entre mis piernas, me mordí los labios entrecerrando los ojos mientras metía mis dedos entre el cabello de Dante acariciándolos despacio –Se que nunca admitirás que soy tu favorita–susurre moviendo ligeramente la cadera acomodándome de forma mas cómoda pasando mi lengua por humedeciendo mis labios. Su lengua se sentía tan deliciosa.

Mantenía los ojos cerrados mientras el besaba mis muslos internos, una suave mordida mientras sube por un momento, un beso inocente tan cerca del lugar del que deseaba metira la lengua y me lamiera de esa forma tan única en que lo hacia. Me hizo sonreír anhelante ante lo sabia que pasaría, comencé a suspirar mirando de reojo la entrada de la tienda viendo como sus cazadores alzaban la cabeza y uno que otro se recargaba alzando mas la cabeza intentando ver lo que sucedía dentro –No dejare que me follen… mmhh… sin pagar y bien lo sabes ah.. ah… ya es suficiente con …– solté un largo suave jadeo –Con que me folles gratis…– me estremezco echando la cabeza hacia atrás apoyando las manos a cada extremo, subo mi piernas derecha apoyando mi pie sobre la mesa para que sus hombres alcancen a ver lo que su jefe esta haciendo–Me da igual que me vean ah ah a mi o ah ah ah a ti– comienzo a reírme tomando sus cabellos con fuerza alzando su rostro mirándolo directamente sus profundos y fieros ojos –No dejare que nadie que no seas tu me folle– acerco mis labios soltando su cabello hasta que nuestros labios se unen y comienzo a jugando con mi lengua en busca de la de Dante sin dejar de mirarlo hasta q una de sus manos me aprieta uno de los pezones, rompo el beso mientras paso la pierna izquierda recargándola en su hombro, tomo sus cabellos y sin apartar nuestras miradas regreso su rostro entre mis piernas.

vele atender solo provocándome, maldito cabron, pero era tan suave, tan delicioso –Sam suele ser quien me dice a quien me follo y a quien no... pero había un tipo, un cantinero… que… … oh dios… – susurre sintiendo su lengua acercarse mas y mas, estaba hinchada y húmeda, un poco adolorida por la falta de cualquier cosa entre mis piernas –Una noche las prostitutas estaña haciendo mucho escándalo a la puerta del sótano del burdel. El cantinero se estaba follando una de las chicas de la limpieza contra una pared, sus ojos se vean de un intenso ámbar pero él los tiene verdes, estaba como un verdadero animal sobre ella y ella no paraba de correrse, se veía sumida en un placer desgarrador– mi sexo clamaba por mas –Yo no, pero he visto a no humanos– mientras Dante continuaba jugando entre mis piernas comencé a desabrocharme el corsé.

–Pero te gustaría que te follara ese cantinero verdad, sentir su polla enterrada en ti dándote ese placer que esa pobre chiquilla sintió no es verdad, solo de decírtelo mira cómo te has puesto puedo oler tu excitación y eso que no soy uno de esos seres pero se huele– musitó entre una pícara sonrisa acercando su aliento a la ropa íntima de la mujer que lleva puesta y de cuyo tela se desprendía un sabor dulzón y algo salino como para hacer que relama los labios muy cerca de aquella zona tan íntima y conocida.

El cuchicheo de afuera de parte de sus hombres se hacía más fuerte, comentarios sobre la mujer y lo que hacía con su jefe dentro de la tienda de él, apenas y podían ver lo que la mujer le ofrecía como banquete, tanto como para hacer que con sus manos tomara aquellos muslos abriéndolos más pegando su rostro a esa zona húmeda dando una larga lamida por la ropa íntima hasta subir a su vientre –Ves cómo te pones solo de pensar que uno de esos seres te tomaría, pero lástima mi pequeña putita, quien te follará esta noche duro seré yo– se levantó y sus dedos hurgaron las gomas de las bragas de la chica justo donde la zona íntima se juntaba con la tela, retirándola lentamente, se sacó la camisa y se la tiró a la chica –Mueve ese lindo trasero que te enseñaré a disparar un arma, pero lo harás sin ropa interior solo con la falda de tu vestido y mi camisa, lo encontrarás bien interesante mis lecciones tanto que te desmayarás– la tumbo sobre la mesa tomando sus piernas sobre sus hombros y pegando aquella intimidad descubierta a cierta protuberancia que salía de su pantalón frotándola con fuerza con ella.

Se apartó riéndose abriendo la tienda a la mirada de todos sus soldados que le veían sin camisa y con la erección entre las piernas, miró a la tienda llamando a la mujer –Veamos si mi favorita puede poner a todos estos imbéciles tan duros como para pajearse ellos mismos mientras te miran saltar sobre mi– se mofa extendiendo la mano a la prostituta –Otro día me paso por tu burdel para agradecer a tu jefe los favores que me hace, así como para dejarle una enorme bolsa de monedas, aunque quizás te las deba dar a ti ¿Oh no Coralie?– sus manos amasaron el trasero de la chica a la vista de todos que se quedaron enmudecidos siguiendo el cuerpo de la muchacha con deseo –No creo que ninguno de estos se haya follado a una loba o vampira, si conoces a alguna a ver cuándo me haces una orgia con ellas y contigo primor, para poder probarlas– una palmada dio al trasero de la mujer y con la otra mano chasqueo los dedos.

Los hombres pusieron en la parte de atrás unos escombros de una pared unas cuantas latas y botellas de licor, alineadas de tal manera que sería el blanco para el entrenamiento, uno que todos esperaban con ansia.