Sonata de sangre {Patrick}

por **Eva M. Tolvaj** Lun Abr 17, 2017 8:17 am

La enorme mansión suele ser lúgubre, fría y majestuosamente elegante, es como describirse a ella misma, pues todo movimiento de su frio y pálido cuerpo es simplemente pare hacerle feliz y es ese simple motivo por el que en este momento sus delicados dedos que se mueven despacio dejando brotar melodiosas y delicadas notas de música convirtiéndose rápidamente en una curiosa y viva tonada, da una que otra mirada rápida a la partitura recargada en el negro y elegante que ha llegado tan solo un par de semanas antes. Él hombre a su lado es joven, atractivo y le sonríe con admiración sentado a su lado, sin embargo ella continua concentrada, en la melodía, en cada acorde y fuerza ejercida en cada tecla, en el ritmo que lleva despacio y rápido al mismo tiempo –Eres una prodigio Eva, deberías aprovechar el maravilloso talento que posees fuera de esta casa– ella sonríe al sentir la mano del hombre en su hombro, de no poseer aquella nueva naturaleza se habría sonrojado, pero no lo hace, ni siquiera se inmuta o se siente cohibida porque sabe que es debido a aquellos nuevos reflejos que posee. Con unas cuantas clases a aprendido lo necesario, sus reflejos le permiten observar y comprender a un nivel mucho mas rápido mientras que su oído le permite retener y captar los sonidos con mayor precisión –Es usted muy amable – sonríe descuidadamente pensando en el motivo porque lo hace.

Es un vampiro desde hace poco mas de cuatro años, ella no cambiara pero ha visto como su amado hermano lo ha estado haciendo y no solo el, los sirvientes van y vienen, los libros y los vestidos, todo comienza a gastarse poco a poco pero ella continua atrapada en esta eternidad, jamás envejecerá y jamás morirá de forma natura asi que lo único que a comprendido que le queda es aprender nuevas cosas, serle útil a su hermano y a preparado ello con empeño. Desde las últimas cuatro semanas atrás tomado clases a escondidas de Patrick con el único propósito de ofrecer otra virtud a su hermano.

Ella trata por todos los medios continuar pareciendo una joven casadera de clase alta, aunque lo que siempre olvida es “respirar” hasta que escucha los pasos lejos que se acercan a la habitación, pero no solo eso, los cascos de un par de caballos y las ruedas de un carruaje al inicio de la propiedad le develan que será descubierta. Sus dedos se detienen y la música se interrumpe de golpe extrañando a su joven, apuesto, profesor que le mira a punto de exclamar algo que ella interrumpe –Mi hermano a llegado– anuncia poniéndose de pie –Tiene que irse– pide sin decoro y con extremo apuro dirigiéndose a la puesta y abriendo esta misma. Su hermano no es paciente y mucho menos permite que alguien que no sea él este a solas con ella, sin excusa alguna.

Vestido:

Melodia:

por **Patrick M. Tolvaj** Miér Abr 26, 2017 5:47 pm

—Si no puedes hacer lo que digo, entonces no tiene valor tu existencia—

El sonido de un estallido se escuchó en medio de los oscuros callejones. Saliendo de este un joven con capa y sombrero cubierto con las salpicaduras de sangre sube al carruaje que le ha esperado junto a otro sirviente que no habla —Encargarte del cuerpo, además consigue a otro inquisidor corrupto y que valga la pena realmente no un maldito gusano cobarde—

El carruaje anduvo lo más aprisa posible, la noche cubría la ciudad; desde temprano ha estado ausente de su mansión y de su pequeña muñeca de carne y hueso. Al llegar, un sonido melodioso que invitaba a dar un baile muy sensual, casi erótico, se podía oir por toda la casa; su mente divagó en confines prohibidos y deleites con su hermana mayor esperándolo para la cena. En su mano un manojo de flores blancas que teñiría con el rojo de la sangre de ambos sobre las finas sedas de su habitación. Sonrió con ese deseo en su rostro pero al entrar a su hogar otra fue la sorpresa.

—Eva, he regres — Las palabras quedaron suspendidas en el aire al ver a un intruso colocar sus manos sobre lo que le pertenecía, lo que era suyo ha sido tocado y ensuciado. Su mandíbula se tensa apretando los dientes con fuerza que se puede oír el estruendo que provoca eso en su cuerpo. Su mirada de furia se dirige a su hermana tornándose casi rojos de la rabia que siente al ver que han mancillado algo de su propiedad, pero tiene una idea mejor. Relaja su ira, pero el aura amenazante aún queda en el aire con esa tensión.

—¡Oh! Parece que tenemos visitas y no estaba enterado de esto. Mucho gusto, soy Patrick Tolvaj, dueño de esta mansión, jefe de familia — y dueño de la puta que estas tocando De repente toma asiento indicando que siga con aquella melodía. —¿Se quedará para la cena? Espero que sí, ya envié a preparar el menú, para los tres. Además, ¿no le parece que Eva es muy bella? Casi una joya tan hermosa y sensual que haría a cualquier hombre su esclavo —

Se acerca a su hermana tocando los hombros bajando por la blanca y florida tela hasta donde el inicio de sus pequeños senos se encontraría y ante el sonrojo del mortal que con ojos bien abiertos devora el cuerpo de la pequeña vampira, de su hermana. Sus labios los acerca a la cabeza de ella besando la coronilla, recoge el cabello besando el cuello hasta su oreja sonriendo a aquel maestro que no da crédito a lo que ven sus ojos. —Es tan bella que nadie creería que es capaz de hacer algo malo— en silencio se acercó al joven que tenía los ojos clavados en la belleza letal de la jovencita cayendo de rodillas a ella dando la espalda al muchacho.

El sonido del gatillo y la bala que impacta el hombro del caballero, salpicando parte del líquido carmesí sobre la mujer, sobre ese hermoso vestido y blanco rostro —La cena está servida, hermanita, solo no lo mate que quiero algo de él— invita a que coma, pero tiene un castigo para aquel par por su atrevimiento. Ella por insinuarse a ese tipo, y a él la muerte por tener sus ojos sobre algo ajeno.

por **Eva M. Tolvaj** Mar Mayo 16, 2017 3:23 pm

El hombre no comprende, se apresura a ponerse de pie y se acerca a ella posando su mano nuevamente en el hombro de ella… un escalofrió es creado por los nervios se refleja en el cuerpo de la joven al mirar a su hermano y la reacción que esta tiene por el hombre no bienvenido en aquella casa. Patrick reafirma su posición como amo y señor de todo aquello que hay en aquella morada y todo la incluye a ella. Puede que ella olvide ser una humana mortal que necesite aire en sus pulmones, que debe alimentarse y dormir frente a los demás… es muy distinto frente a Patrick, hace que suspire por él, hace que se sonroje y el solo aroma de su hermano, aunque este lejos, le despierta un hambre hasta el punto de hacérsele agua la boca, su amado hermano le da vida que el mismo le arrebato.

Ella niega moviéndose los largos risos negros ante la afirmación y la forma en que lo esta diciendo su consanguíneo –Él ya se iba hermano– susurra con la voz temblorosa, su secreto ha sido descubierto y sabe que pagara caro su osada decisión. El maestro ha retirado la mano de donde la posaba al mirar al joven hermano de la chica acercarse a ellos y sentarse en la sala del piano. El joven parece no comprender porque Patrick le pregunta cosas tan intimas y malintencionadas, pero afirma que Eva es hermosa e incluso se anima a decir que ella es un prodigio repitiendo que debe ser expuesta al mundo, pues concuerda que es una hermosa joya que haría a cualquier hombre caería a sus pies cual esclavo.

–Por favor Patrick, no es lo que crees… todo es un mal entendido– pero una sola mirada de su hermano la hace callar de una. Las manos de su hermano la dejan si el aliento que ya no posee, cierra los ojos disfrutando descaradamente del toque morboso y libido, siente como aprieta sus pechos dejando escapar un imperceptible gemido de satisfacción, gira un poco el cuello dejándole el acceso librea los labios masculinos mientras ella misma muerde los suyo apretando las manos en puños arrugando la tela de su falda. La brusca interrupción de la caricia hace que ella tema lo peor… El sonido del gatillo y la bala que impacta el hombro la hace reaccionar temblando bruscamente de pies a cabeza, la tibia sangre salpica su rostro, la parte superior de su vestido, sus manos y sus ojos se comienzan a tornar rojos cuando acerca su mano manchada de sangre para probar el liquido vitae que le permite mantenerse –No…– pide despertando su hambre que ha callado de hace dias –No me hagas beber de él… por favor– susurra acercándose a su hermano –No quiero saber a él ni tener su aroma en mi… quiero el tuyo Patrick– su hermano esta molesto, lo ve en sus reacciones, en el tono de su voz incluso en el aroma de su cuerpo lo que provoca que se excite, esa fuerte esencia que desprende su cuerpo se empequeñece ante el aroma del humano que apesta a miedo y desesperación mezclándose con la sangra...

Su ahora ex maestro suplica pero ella no le presta atención, sabe lo que sucederá, siempre resulta peligroso para cualquier que este cerca de ambos hermanos en una situación así.

por **Patrick M. Tolvaj** Lun Jun 26, 2017 11:13 pm

—¡Oh, pero que he hecho! Disculpe usted mi amigo no quería hacer esto—

Su sonrisa es siniestra como de un perro a punto de devorar a su presa, se divierte ante la situación presentada y sus ojos son muestra de ello con el brillo negro que se ha mostrado tono de maldad y satisfacción insana ante el dolor en el rostro humano, pero, no contento con el sufrimiento del hombre se acercó a él agarrándole de los cabellos para que vea el rostro manchado de su pequeña propiedad, que su hermana viera los ojos del miserable lleno de lágrimas y este la viera a ella deseosa de tenerle a él no al maldito humano.

Tiró con fuerza de la cabeza del humano con el arma empujando con fuerza la herida abriéndola más derramando la sangre sobre la fina y cara alfombra inglesa —¿Ve lo que le estoy diciendo? Mi hermana es tan bella e inteligente sabe lo que realmente le sienta a ella y no es cualquier esencia vulgar si no la mía ¿verdad, Eva? Por qué no le dices lo que quieres de mí, quieres que te tome delante de él que vea como te corres con solo unas caricias, unos besos, con mi sangre corriendo sobre tu cuerpo, ¡Ya sé, tengo una brillante idea!—

Suelta el arma apuntándose a la nuca, se acerca a su hermana lamiendo parte de la sangre del tipo metiendo su lengua en la boca de ella empujándola contra el piano, sus manos suben el faldón del vestido apoyándolas a su cadera aparta lamiéndole la nariz —Ya que has dicho palabras sensatas le dejaré con vida, ve ayuda al hombre Eva, le perdonaré la vida, solo por esta ocasión— lo que ha dicho suena sincero pero no lo es; suelta el cuerpo de su hermana apoyando el revolver sobre el piano con sus manos sosteniéndose de este como alguien que busca recuperar la cordura, en su rostro tiene la sonrisa ensanchada los ojos de la crueldad que emanan con fuerza golpeando su cabeza y sus dedos que tamborilean cerca del arma siguiendo los pasos del humano y de su pequeña y adorada hermanita.

El sonido de su arma se escuchó, el humo del cañón saliendo y la bala que impactó el cuello del hombre expulsando una gran cantidad de sangre sobre el cuerpo de la vampira —¿Quién dijo que puedes darle la mano a otro hombre?— sobre su hombro mira a su hermana sonriéndole así como al humano al que la voz le falta por la ausencia de sus cuerdas vocales —Quieres mi esencia en ti, pero ¿quiero yo dejártela? No, la esencia que tendrás dentro de ti será la de este infeliz para que sepas lo que ocurre si otro imbécil llega a tocar lo que es mío— el cuerpo cae y el camina despacio metiendo sus dedos en el cuello del humano chorreando su sangre cálida directa a los labios de su hermana ante los ojos de horror de ese pobre infeliz —Chúpalo, como dije antes ¡la Cena esta servida!— apunta con el arma al hombre en el suelo que trata de pedir clemencia que solo haya la vileza de un par de hermanos.

por **Eva M. Tolvaj** Sáb Nov 04, 2017 6:09 pm

Eva miro la escena, su hermano insistió pero ella no se movió. En su mente aun podía oír las notas golpear las cuerdas creando aquel hermoso y enigmático que tocaba no mas haya de una hora atrás. Amaba a su hermano, había permitido que hiciera con su cuerpo lo que el mas placer le produjera. Puede que días atrás simplemente hubiera bebido pero esta vez algo la incomodaba terriblemente y no era su antiguo maestro, el olía delicioso, en repetidas ocasiones había tenido que soportar aquella sed que el aroma de su sangre le provocaba, olía a vino y almizcle, algo masculino, la briza de la lluvia y a lo que huele la pasión.

–No, dije que no deseo beber de él, solo bebo de ti Patric no deseo hacer de otra persona– exclamo mirando a su hermano con los ojos tiñéndosele de rojo.

Se acerco al hombre que se encontraba de rodillas. Deslizo su mano por la mandíbula en una suave y cariñosa caricia. Amaba a Patrick pero sentía una extraña cercanía y compasión por la humanidad de su maestro que pocas recordaba haber sentido. Admiro sus ojos llenos de horror y miedo, era muy atractivo, probablemente en algunos años había encontrado a una mujer y habría tenido hijos si no se hubiera cruzado en el camino de Patrick –No tengas miedo. Prometo que todo acabara pronto.– sonrió un instante acariciando con ambas manos el rostro masculino. Acerco sus labios manchados de sangre a los de su maestro besándolo…

… Dos segundos después la cabeza se había desprendido del cuerpo de aquel joven que el único error fue haberse cruzado con Patrick aquel día. Su cuerpo había creado una fuente de sangre manchándola por completo junto a la estancia, el suelo y el piando donde habían pasado horas practicando. Se negó a pasar la lengua en busca de saborear aquella exquisita sangre.

Miro a Patrick como cuando eran niños y al hacer una travesura buscaban el ser perdonados.

En cuento su hermano había puesto un pie en la casa la vida de su querido maestro había terminado, lo único que había podido hacer por el era demostrarle un poco de piedad ofreciéndole una muerte rápida y sin dolor.

Ahora solo quedaba esperar su propio dolor en manos de su hermano.

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