Echoes From The Past ~ Privado

Recuerdo del primer mensaje :

Mis días, o mejor dicho mis noches, se habían convertido en casi una rutina diferente a la que había llevado siempre durante tantos siglos. Para empezar no sabía que iba a tener una… ¿relación? Con un vampiro al que siempre habíamos jugado al gato y al ratón durante siglos y que ahora se había convertido en parte de mí no vida, y de mí día a día. Nunca me había gustado la idea de tener esclavas, o algún esclavo, de sangre para alimentarme de ellos y prefería más salir a cazar mis presas, dejar que la depredadora que llevaba dentro saliera y se adueñara de mí. Disfrutaba con esos momentos en los que seguía a la presa elegida y al final terminaba por cercarla sin saber que iba a acabar con su vida, para yo poder seguir otra noche más en aquel mundo de sombras.

Hacía ya un tiempo que no había sentido la presencia de mí Sire, aquel vampiro que hacía tantos siglos decidió convertirme en lo que era hoy en día. Estuve a su lado un tiempo pero no compartía su forma de vivir, era como si quisiera tenerme siempre bajo su ala algo que él siempre me decía, y yo parecía más un parajillo que quería volar y conocer mundo ahora que tenía toda la eternidad y que era algo que como humana no podría haber hecho nunca. Por eso decidí alejarme de él, ¿intentó buscarme? Sí, muchas veces lo había encontrado en mis incontables viajes pero al final pareció que iba cediendo poco a poco ante la idea de no tenerme bajo su ala para siempre, había experimentado lo que era la libertad y me había sabido demasiado dulce como para dejar que él me encarcelara de forma tan amarga.

Reí entre dientes sin poder evitarlo, siempre había sido libre y ahora me había anclado a un vampiro perdiendo parte de algunas “libertades” que tenía pero que compensaban totalmente por estar a su lado. Si alguien me hubiera dicho hacía tantos siglos atrás, que aquel vampiro que conocí y que me llevó por un camino que mí Sire jamás me habría enseñado, iba a terminar por quedarme a su lado… lo habría matado. Sin dudas, sin contemplación alguna por las palabras pronunciadas. Esa noche iría de caza sin tener prisa alguna ya que mí demonio particular tenía otros asuntos que atender y que le traían de cabeza como eral consejo, fruncí levemente el ceño tras recordarlo y seguí recorriendo las calles de París en busca de una nueva presa.

Pero no fue el olor de uno de ellos los que captó mí atención, sino más bien, el aura de cierto vampiro que hacía tiempo que no sentía tan de cerca y que había pasado por mis pensamientos hacía unos instantes, como si hubiera sido convocado desde las profundidades de estos. No hacía falta hacer ver que no lo había notado, él sabía que así había sido y además es que sabía que quería que yo lo notara también… sino se podría haber mantenido en un rango en el que no hubiera podido captarle. Me paré en mitad de la calle abarrotada de gente y me giré, de forma lenta, para encontrarme su figura parada a unos pocos metros de distancia.

Mis ojos se fijaron en los suyos que me contemplaron de arriba abajo como siempre hacía, examinándome, no dejando un trozo de cuerpo sin explorar con esos ojos rojos que siempre me devolvían la mirada. Llevaba un traje negro que contrastaba con su tez pálida y una camisa de color burdeos a juego con sus ojos, estaba igual que siempre algo que no era una novedad para un vampiro, una sonrisa se instauró en sus labios como una invitación muda a que me acercara y, por si no lo había entendido, extendió sus brazos sin dejar de observarme para que me acercara hacia él.


-Vamos Sun, ven hacia tú creador –sus palabras aunque las dijo en un susurro las pude oír perfectamente, fruncí el ceño por aquello y acorté la distancia sin saber por qué se había atrevido tanto a acercarse, pero mantuve unos pasos en los que no acorté dicha distancia como él quería- Oh, ¿así es como saludas a tú padre? Te enseñé mejores modales –le gruñí por ello y él solo sonrió de lado, bajando sus brazos dejándolos a ambos lados.
-¿A qué has venido? No voy a volver de nuevo bajo tú ala, “padre” –dije la palabra con desprecio, casi escupiéndola. Él hizo una mueca y cogió una de mis manos que intenté soltar pero que me reprochó negando con la cabeza.
-Qué hija más desobediente y rebelde tengo… ¿eso es lo que él te enseña ahora? –Lo miré frunciendo el ceño por ello, me dejó ver en sus pensamientos y ondear en ellos para ver una imagen clara del vampiro y mía. Lo miré con rabia por ello y me solté de su agarre, quise mostrarle los colmillos pero estábamos rodeados de humanos y no sería lo más correcto.
-¿Me espías? –Él solo rió entre dientes y no me respondió- Entonces sabrás que si antes no pretendía volver contigo, ahora mucho menos. Y si eres lo suficientemente inteligente, te alejarás de mí si no quieres que esto acabe muy mal para ti.
-¿Por mano de quién, de Assur Black? –Soltó una carcajada seca y fría, divertida diría, por mis palabras- No, mí pequeña Sunshine… no he venido a por ti –eso hizo que lo mirara confundida- He encontrado la mujer que por fin se quedará a mí lado y se irá dejándome solo –su dedo subió para acariciar mi mejilla y me aparté de su toque. Solo venía para decirme ¿adiós? No me lo creía ni por un solo segundo- Alguien que es como tú, igual que tú… alguien que no se irá de mí lado nunca, porque no la dejaré –me miró de forma fija y solo pude ver un poco antes de que alzara el bloqueo mental que tenía no permitiendo que viera nada- alguien de tú estirpe que me amará como tú no me has amado nunca –lo miré sorprendida por sus palabras, y algo en mí interior me dijo, que no era ningún estratagema para que volviera a su lado. Debía de averiguar qué tramaba aquel vampiro ahora que me había dejado con esas palabras. Nadie volvería a caer bajo su yugo.

Darlan parecía desconcertada con el hecho de que no sabía qué estaba pasando exactamente en esos momentos, no sabía lo que el vampiro y yo estábamos diciendo y me mordí el labio preguntándome si sería lo mejor contárselo y decirle exactamente lo que ocurría. Obvio era, ahora que la tenía frente a mí, los planes que mi Sire tenía y las palabras que una vez me había dicho cuando nos encontramos la última vez, algo tramaba y no me cabía duda de que ese algo pasaba por la mujer que tenía frente a mí, que parecía una gota de agua exacta a mí como si fuera una copia y que sin duda alguna planeaba hacer algo con ella, una vez me perdió a mí y tiempo después encontraba que había alguien idéntico a mí... era una opción que él no dejaría escapar y seguramente ya intuía más o menos cuáles era los planes que el vampiro tenía, la cuestión era si decírselo a ella o no. La peor parte ya la sabía; que existían vampiros y seres de la noche más allá de ser meros mitos y leyendas, pero decirle que un vampiro pretendía cobrarse una “venganza” o cobrarse una obsesión que no había podido tener conmigo no sabía si le sentaría tan bien o no... lo cierto es que no sabía muy bien si decírselo, quizás fuera bastante con el hecho de que supiera que habían vampiros como para decirle que uno pretendía utilizarla para llevar a cabo algo que conmigo no pudo.

Mis ojos se centraron en Assur al notar como había cambiado su aura y su humor, sintiendo esos ojos rojos que centelleaban cuando se enfadaba y que ahora se había puesto así tras mis palabras, sabía que a él mi Sire nunca le había caído bien, por decirlo de alguna manera, y ya había jurado más de una vez que lo mataría si siquiera se acercaba a mí o me ponía un solo dedo encima... y con las ganas que le tenía no dudaba en que lo hiciera en ningún momento. Mis ojos lo contemplaron sabiendo que él ya planeaba eliminarlo del mapa y de aquel tablero que él se traía entre manos, para él era demasiado fácil decir “lo mato y lo elimino del tablero” pero las cosas no eran tan fáciles. Sabía que le tenía ganas desde hacía muchísimo tiempo y él mismo me había reconocido alguna que otra vez que si no lo había matado ya, o hacía tiempo, era simplemente por “no tenerme de morros”. Lo cierto es que yo había cortado lazos con mi Sire hacía muchísimos siglos, casi prácticamente desde el momento en que lo había conocido a él y había aceptado su mano mostrándome un mundo muy diferente al que mi Sire me había mostrado siquiera una vez, y ahí a él ya le dieron ganas de matarlo. Se podría decir que, aunque no me hubiera convertido Assur, él me había mostrado muchísimas más cosas que él... ningún lazo quedaba con el que un día me convirtió en lo que era.


-Para ti es demasiado sencillo decirlo y sé que de haber sido por ti mi Sire llevaría ya muchos siglos muertos –era algo que no me cabía duda alguna, parecía que se presentaba la ocasión perfecta para que el vampiro lo eliminara del juego, más ahora que parecía que habíamos encontrado aquello que quería de mí y por lo que sin duda me chantajearía cuando supiera que haría algo a Darlan si no me iba con él, o quizás solo pretendía convertirla y hacerla suya por toda la eternidad, imponerse de nuevo como hizo conmigo aunque no obtuvo muy buen resultado, quizás esta vez pensaba que sí podría tenerlo subsanando errores del pasado. Miré a Darlan que nos observaba sin perder detalle de lo que decíamos pero sin enterarse de nada cuando Assur lanzó esa pregunta, una que ni siquiera a mí se me había pasado por la cabeza. ¿Convertirla? Jamás había convertido a nadie y no pensaba hacerlo en esos momentos, lo cierto es que una cosa era quitar una vida para alimentarte y otra quitarla para darle la inmortalidad... no era muy dada a hacer ese tipo de cosas. En cuanto él lo sugirió miré a Darlan quien negó con la cabeza, no hacía falta que negara podía leer en sus pensamientos que no quería eso para ella, que quería seguir siendo humana y en cierta forma no la culpaba, nadie podía elegir convertirse en vampiro, al menos un porcentaje muy minoritario lo hacía- ella no quiere ser como nosotros, apenas ha descubierto que existimos de verdad y quiere seguir siendo humana –los dedos del vampiro se deslizaron por mi cuerpo al tenerme pegada a él y pronto sentí sus labios que recorrían mi cuello hasta subir a mi oreja donde dejó un mordisco en el lóbulo que me hizo morderme los labios, las preguntas de Darlan eran realmente normales, apenas conocía nada de nuestro mundo y entendía sus dudas- un Sire es... quien te convierte en vampiro, quien te da la nueva vida –aclaré sin entrar demasiado en detalle, más que nada porque con los dedos de Assur deslizándose por mi cuerpo y sus labios en mi cuello y por mi oreja me costaba dar respuestas demasiado largas- no he dicho que alguien pueda quererte, pero tengo la sospecha... –mis ojos fueron de nuevo hacia el vampiro intentando que me dejara centrarme en aquello y no me distrajera del todo, iba a responderle cuando un pensamiento alto y claro por parte de ella llamó mi atención, de hecho, fue más bien un nombre ligado a unas condiciones que le hacían creer a ella que podría ser un vampiro. Me paré de golpe justo cuando iba a responderle a Assur y mis ojos se clavaron en los de Darlan frunciendo ligeramente el ceño- ¿qué has dicho? –Ninguno de los dos sabía exactamente a qué se refería pero yo sí lo sabía- ¿a quién acabas de nombrar? –Me separé del cuerpo de Assur para acercarme a ella quien me miraba confusa, llevé mi mano a su mentón y la alcé para que sus ojos se quedaran clavados en los míos- ¿conoces a Armand? –Pregunté demandándole una respuesta, hacía demasiado tiempo que no escuchaba su nombre pero me había llegado alto y claro- contéstame –exigí para ver en su cabeza lo que ella tenía sobre aquel hombre que sí, conocía, y para mi mayor sorpresa... se había cruzado con él. Más que eso... ¿había comenzado una relación con él?- ¿Te estás enamorando de él, de Armand? –Ella no contestaba pero tampoco hacía falta, podía leerlo en su mente con facilidad y al final acabé soltándola y retrocediendo para quedar al lado del vampiro sin apartar mi mirada de la suya- así es como empieza, ese es su juego favorito –dije en aquel silencio que se había instalado- Armand no es quien tú crees que es Darlan, es un vampiro, de hecho fue el vampiro que me convirtió en lo que soy y me temo que si te ha estado rondando ha sido con un objetivo claro: convertirte. Te quiere para él y esta vez me temo que no volverá a cometer el error que cometió conmigo... –ahora encajaba todo, ahora entendía todo. Ella se quedó más descolocada de lo que ya estaba, no quería creer mis palabras pero las similitudes eran obvias, piel pálida, manos gélidas... la rondaba, y sabía las intenciones que tenía. Miré al vampiro ahora centrándome en él- quiero que pase aquí esta noche, permite que se quede y mañana solucionaremos las cosas. Él por el día no puede hacer nada pero por la noche, esta noche, podría hacer algo si descubre que lo sabemos. No pienso dejar que arruine también su vida Assur, dejémosle creer que no sabemos nada y que crea que va a darme ese golpe... pero nosotros iremos dos pasos por delante. Vamos demonio, pongámosle un hándicap sin que él se de cuenta y se entere en esta partida... llevémosle por donde él no sepa que lo estamos encerrando –mi mirada quedó fija en la suya, sabía que quizás aceptaría y mi mano se dirigió hacia su rostro mientras lo miraba y sonreía- déjame llevar esta partida a mi modo, juntos le daremos ese jaque mate.

No entiendo nada en mi cabeza es un constante ir y venir de preguntas sin respuesta que no logro entender todavía del todo, no comprendo muchas cosas pero lo cierto es que quizás ellos pueden darme las respuestas. Ellos hablan y yo no sé lo que dicen mientras por mi mente surcan muchas cosas, él me da un poco de miedo y me intimida mientras que ella es algo más cercana, quizás es por el hecho de que nos parecemos demasiado y que es de mi familia que la noto de esa forma, me tranquiliza algo más la forma que tiene de hablarme y de explicarme las cosas. Aun me cuesta comprender y entender que son vampiros, que los licántropos existen, que hay hechiceros... todo un mundo que se muestra ante nosotros y sin embargo somos incapaces de verlo, si no me hubiera cruzado con Sunshine ahora mismo en mi vida seguiría pensando que todos somos humanos y que no hay un bando de luz y uno de oscuridad, aunque tampoco sé si se puede llamar así. Alzo la vista cuando él dice si quiero convertirme en lo que son ellos y la respuesta sale rápida de mi mente: no. Quiero seguir siendo humana, me gusta la vida que tengo y si es cierto lo que las leyendas cuentas no quiero perderme ciertas cosas que siendo humana tengo pero de vampira no, no quiero acabar como ellos y prefiero seguir con la vida mundana como dice él. Por suerte para mí, aunque no sé cómo, ella sabe mi respuesta y le dice al vampiro que no, hablan y yo les pregunto que es un Sire, él la rodea con sus brazos como si yo no estuviera en la habitación y ella me explica que es la persona que te convierte en vampiro, entiendo que hablan de quien la convirtió a ella pero no entiendo que tiene que ver eso conmigo.


-¿Y eso que tiene que ver conmigo? –Pregunto porque hasta hace nada no he sabido de la existencia de los vampiros, así que no sé a qué se refiere pero me gustaría saberlo. Dice que alguien me quiere pero no me dice quién y yo me pregunto quién me querría a mi, ella parece que puede leer mi mente porque aunque no alzo la pregunta me responde que cree que me quieren... a mí solo me quiere una persona, recuerdo esos momentos con él y me percato de que cuando lo he tocado su tacto siempre ha sido frío, él dice que porque es de noche pero... me ha recordado al tacto de Sunshine, tan parecido y tan familiar... ¿quizás Armand puede ser vampiro? Mi pregunta de alguna forma hace que Sunshine se gire a mirarme y me pregunte qué he dicho, pero lo cierto es que no he dicho nada- no he dicho nada –afirmo pero ella se acerca y me pide que le conteste a lo que yo solamente la miro, acorta la distancia y levanta mi mentón para que mis ojos coincidan con los suyos de color rojo, me hace una pregunta y abro la boca por ella. ¿Cómo sabe ella lo de Armand? ¿Cómo puede saber que me estoy enamorando de él? Porque sí, ese hombre me gusta demasiado y me estoy enamorando de él con cada día que pasamos juntos, no le contesto pero al parecer ella tiene la respuesta- ¿puedes leer mi mente? –Asiente con la cabeza y yo abro más la boca... pero ahí no se queda todo, me dice que él empieza así de esa forma y no sé lo que me dice, la sorpresa viene cuando me dice que él fue su Sire, eso quiere decir que...- ¡no! –Dijo porque me niego a creer que es un vampiro y que fue él quien en su día la hizo vampira. Dice que quiere convertirme en vampiro y que si lo hace es porque soy igual que ella, porque antes no la pudo tener a ella y ahora me quiere a él y que no va a cometer el miso erro... llevo mis manos a los oídos y los tapo mientras niego con la cabeza, pero en el fondo sé que tiene razón, desde que sé lo de los vampiros la idea me ha estado rondando y esas dudas que él me hacía tener ahora han salido a la luz... eso quiere decir también que... ¿todo ha sido mentira? ¿No me quiere? No soy consciente de lo que dicen pero ella quiere que me quede ahí esa noche y lo cierto es que no me apetece volver a casa, no quiero verlo, no sé si al verlo voy a poder aguantar el no decirle que es un cabrón por mentirme, por no decirme lo que es...- no quiero irme... –digo en un murmullo y siento un peso a mi lado, sus brazos me rodean y yo apoyo la cabeza en su hombro mientras más preguntas asolan mi mente. Ella dice que me calme y que me va a contar todo, pero que primero tengo que descansar un poco, que no va a dejar que me convierta en vampira y por primera vez la creo, quiero creerla.

Las escucho hablar, la humana es frágil, como todos los mortales, sus preguntas la llevan a una encrucijada y Sun mucho mas rápida le deja muy claro pero con dulzura y paciencia como están las cosas.
Ese al que ella parece decir amar, es solo un mentiroso que ha jugado con el parecido de las dos damas.
Su obsesión por Sun es ciertamente asquerosa, podría decapitar a ese hijo de puta, acabaría con el problema de ambas de un zarpazo, pero como de costumbre Sun sale en su defensa pidiéndome que me calme, que hagamos las cosas a su manera.

Dejo escapar el aire de forma resignada, entiendo que es eso que ata a un sire y a un chiquillo, entiendo que para Sun el tal “Armand” siempre sera especial como lo es para mi Hania aunque intente no nombrarla jamás.
No voy a culparla y si así lo quiere respetaré su forma de obrar porque odiaría que lela se involucrara en lo que yo tuviera con mi chiquilla.

La humana se aferraba a la inmortal como si fuera su salvavidas, quizás no erraba, lo era porque si de mi dependiera pondría final a su sufrimiento sin ningún tipo de condescendencia, la tras formaría y así le quitaría ese gusto al cabrón de “Armand”
-Quédate, mi prometida te preparará la habitacion de invitados, esta es tu casa mientras ella quiera darte cobijo- sentencié sin apartar mis azules de los pardos de Sun.

Me lo había pedido y sabia sobradamente que no iba a negarme si para ella cuidar de esa humana era importante, peor ciertamente no veía el modo en el que quería salvaguardar su seguridad sin liquidar a Armand.
-puedo pedirle amablemente que la deje estar -aseguré ladeando la sonrisa de forma engreída -sabes lo sumamente persuasivo que puedo resultar.

Deslicé mis dedos por el pelo de Sun que seguía aferrando el cuerpo humano, ciertamente eran idénticas, clonicas y tampoco podía culpar al vampiro de quererla trasformar, yo mismo lo hubiera hecho en algunas de esas ocasiones en las que ella me faltaba, me hubiera divertido con ella, eramos vampiros, no podían esperar actos nobles por nuestra parte si no egoístas.
-Pondré un par de hombres custodiando su puerta por si envía Ghoulds por ella, peor sinceramente no creo que se atreva a presentarse aquí, no si no quiere conmigo una confrontación directa y nadie en su sano juicio la querría.

Me acerqué por detrás y rodeé con mi brazo su cintura tirando de ella hacia mi.
-Te quiero en mi lecho Sun, no en el de ella -y ahí estaban mis celos enfermizos, nunca dije que hubieran desaparecido y saber que era bisexual no ayudaba.

Podía notar como estaba Darlan dándole vueltas a lo que le había dicho, sin duda no se había esperado que pudiera leerle la mente y mucho menos se había esperado que hablara sobre Armand y que le dijera que era un vampiro, el mismo que a mí me convirtió en lo que yo era. No fue fácil decírselo, no cuando sabía lo que empezaba a sentir por aquel hombre, sabía que ese era su juego favorito y que seguramente lo estuviera haciendo a consciencia, podría entrar en su mente y saber que empezaba a enamorarse de ese vampiro, quizás hubiera conseguido acercarse tanto a ella de esa forma y por ese motivo, había actuado como un humano y había rondado a su presa de tal modo y forma que al final había acabado estando con ella, ganándose su confianza, ganándose su afecto a tal modo que ella comenzaba a enamorarse de él, pero no dejaría que ella pasara por lo mismo que había pasado yo, no pensaba dejar que se saliera con la suya con su enfermiza obsesión que tenía, ella debería de decidir qué hacer con su vida y por lo que sabía quería seguir siendo humana, así que no dejaría que hiciera con ella lo que él quisiera. Ahora sabía cuál era su plan y pensaba desbancarlo, a mí lado tenía a un vampiro que sabía moverse por el tablero mejor que nadie y que me ayudaría en las jugadas, sabía que a Assur no le hacía especial gracia mi Sire, no le había hecho nunca a decir verdad y si por él fuera lo habría matado hacía ya muchos siglos, los mismos que podíamos afirmar que nos conocíamos. Sentía que Darlan se derrumbaba ante mis palabras sin poder creerse lo que le estaba diciendo, pero era totalmente cierto, se desmoronaba intentando creerse que él era un vampiro pero las evidencias estaban más que claras en ese momento y ella misma se estaba empezando a dar cuenta de ello.

Le pido que se queda esa noche allí con nosotros, al menos de esa forma me podía asegurar que ese cabrón no se acercaba a ella porque veía cómo estaba, quería decirle que sabía lo que era pero debía de llevar cuidado con eso, si quería que el plan funcionara debía de hablar con ella para que no pensara en esas cosas cuando estuviera con Armand o descubriría todo. Niega mis palabras pero al final decide quedarse porque ella sabe, tan bien como yo, que al final acabaría por ir a buscarla y ella le diría que es un vampiro, y a él no le costaría demasiado saber cómo lo sabía. Me senté a su lado en la cama cuando la vi que peor estaba y rodeé sus hombros con mi brazo para calmarla, su cabeza se apoyó en mi hombro, su cabeza es un ir y venir constante de preguntas sin respuesta y le prometo que voy a contestarle a todas sus preguntas, voy a ser franca con ella y necesito que confíe en mí. El primer paso ya lo he dado al decirle lo que soy, bien podría haberle mentido para que no lo supiera y se lo he dicho, necesito que vea que soy sincera con ella para que crea en mí o de lo contrario Armand acabará por realizar sus planes. Mis ojos subieron a los del vampiro para mirarlo y escuché sus palabras, me mordí el labio observándolo porque sabía que quería quitárselo de en medio y que lo haría con gusto, pero me gustaría más hacerlo a mi modo y sonrío cuando él le dice que se puede quedar y que aquel lugar le dará cobijo mientras yo lo quiera. Sus azules estaban fijos en los míos y le sonreí por ello, agradeciéndoselo.


-Darlan te prometo que te ayudaré a que Armand no cumpla sus planes, te responderé a todo lo que quieras saber con la verdad, como he hecho esta noche, pero necesito primero que descanses y que te quedes aquí, es el sitio más seguro. De día él no puede hacerte nada pero por la noche sí, quiero que estés un par de días sin verlo hasta que aclaremos todo ¿te parece bien? –La miré buscando sus ojos y su afirmación, necesitaba que estuviera tranquila y que descansara por esa noche. Sentí los dedos de Assur enredándose en mi pelo y alcé mis ojos para mirarle de forma fija y morderme el labio, podría haber tomado el control de esto y sin embargo me había dejado a mí llevarlo como quisiera, esas eran unas concesiones que él raramente daba, asentí con la cabeza ante la mención de poner a alguien en su puerta pero no me preocupaba esa noche, sabía que Armand no era tan estúpido de buscar confrontación directa con Assur aunque este lo deseara. El vampiro rodeó mi cintura y tiró hacia él para pegarme a su cuerpo y decirme aquellas palabras que me hicieron mirarlo de forma fija, mis dedos recorrieron su rostro y enarqué una ceja- y yo te quiero a ti en mi lecho, qué feliz coincidencia –sonreí restándole importancia- Assur... –comencé con un tono bajo como en un suspiro, no era difícil saber en lo que estaba pensando- ¿de verdad? –Enarqué una ceja- ¿con mi doble? No, eso es más típico para una fantasía sexual tuya –murmuré sobre sus labios rozándolos con los míos- déjame llevarla a la habitación de invitados y vuelvo, quiero que vea que aquí no tiene nada que temer –dejé un mordisco en su labio inferior y una mirada pícara como promesa y ayudé a Darlan a levantarse para acompañarla, la guie hasta el cuarto de invitados y le pedí que le trajeran algo para comer y para beber, cualquier cosa que pidiera se lo darían, le pedí que por la noche al día siguiente volviera allí a la mansión conmigo, un carruaje la recogería por la tarde y la traería aquí para que Armand no la siguiera, me despedí de ella y volví a mi habitación para encontrarme con el vampiro esperándome- me gusta cuando me haces caso, demonio –cogí su mano y tiré de la misma para ir hacia nuestra habitación, cerré la puerta al entrar y empujé al vampiro hasta hacer que cayera sobre la cama para subirme sobre él gateando por su cuerpo hasta pararme sobre su rostro- ¿alguna vez me creerás cuando te digo que no hay nadie en este mundo que me importe más que tú? ¿Qué nadie es capaz de volverme tan loca como lo haces tú, o de excitarme con tan solo una mirada? Puede que observe el mundo Assur, pero solo te veo a ti –mis labios buscaron los suyos con mi pelo cayendo como cascada y mis manos recorrieron su pecho deshaciéndome de su camisa con prisa y necesidad- estoy bajo tu hechizo y me tienes encadenada –mis labios buscaron los suyos para besarlo de una forma necesitada queriéndole demostrar lo que para mí era, y si se lo tenía que demostrar toda la noche no me importaba en absoluto- gracias por dejar que se quede –dije mis dedos recorrieron su rostro mientras él me quitaba también la ropa, nos desnudamos mutuamente y las prendas volaron por la habitación, esa noche me convertí en esa reina que jugaba con él en aquel tablero y me apoderé de cada uno de sus movimientos, de sus gruñidos, de sus jadeos y de sus gemidos. Su cuerpo fue mi tablero y me moví sobre él ganando aquella partida entre besos y caricias, lo hice mío porque me pertenecía todo de él igual que todo lo mío era suyo, le demostré lo que era para mí y gemí tantas veces su nombre que perdí la cuenta hasta que alcanzamos el orgasmo y mi cuerpo se quedó sobre el suyo sin moverme, sin separarme, besándonos y acariciándonos haciéndole saber que nadie, salvo él, me importaba en todos y cada uno de los sentidos.

No entiendo nada de lo que sucede y solo puedo pensar que es una pesadilla lo que me está ocurriendo, pero de alguna forma siento que todo es real y que por mucho que quiera despertar no voy a hacerlo. No quiero irme de esa casa, no después de saber lo que Armand pretende hacer y aunque acabo de conocer a Sun siento que no me miente, me ha mostrado lo que es sin esconderlo, ha ido con la verdad de frente aunque eso signifique que duela y en parte se lo agradezco. De la otra forma siento que soy engañada y que todo es una mentira, como si es una venda lo que hay en mis ojos que me impide ver la realidad, no voy a negar las emociones que siento por Armand porque después de tanto tiempo es algo inútil; lo quiero aunque no puedo decir que estoy enamorada de él como Sun afirma. No quiero dejar esa casa y su invitación a quedarme me parece muy tentadora y que voy a aceptar, pero tengo muchas dudas y mientras ellos se han acercado para hablar en voz baja mi mente divaga en todo lo que he descubierto en ese día, en todo lo que se me ha ocultado y que he descubierto por una coincidencia que seguro que ni Sun ha podido prever ni esperar. Levanto de nuevo mis ojos cuando es él quien me habla, me dice que me puedo quedar tanto como ella me permita quedarme y de alguna forma entiendo que lo hace por ella, aunque no los conozco de nada se nota que mi presencia no le agrada del todo y es ella la que hace que me quede. Miro a Sun y es como mirarme en un espejo, somos tan iguales que tengo la sensación de que si extiendo la mano y mis dedos la rozan me voy a encontrar con el cristal de un espejo, pero no es así, sus labios se mueven y me dice que me va a contar todo lo que necesito saber, pero que descanse y que vuelva al día siguiente, que va a mandar un carruaje a por mí. Asiento con la cabeza un poco mareada y confundida por toda la información y me ayuda para levantarme, me acompaña a la otra habitación y me dice que va a mandar que me lleven algo de comer, me pide de nuevo que tome el carruaje que va a mandar a la dirección que le diga antes de que caiga la noche y que me espera allí.

Cuando me deja sola no pasan ni diez minutos cuando tocan a la puerta, un tenue “adelante” sale de mis labios y entra una chica joven morena con una bandeja en sus manos, me mira con cierta sorpresa y supongo que será por mi parecido con Sun. Deja la bandeja y me avisa que si quiero algo más se lo pida, que va a traerme algo de ropa para dormir en terminar y que cualquier cosa la avise, me dice que se llama Mina y yo asiento con la cabeza. Ceno entre dudas y me tomo todo lo que hay en la bandeja, al terminar es Mina quien me trae la ropa para dormir y quien me dice que por la mañana va a venir a despertarme para que le diga la dirección y así que el cochero me lleve al trabajo. No puedo decir que duermo algo esa noche, doy vueltas y vueltas en la cama y no consigo conciliar el sueño, al final duermo tan solo un par de horas y es Mina quien me despierta, me trae el desayuno y cuando termino me espera bajo para que le diga la dirección, me monto en el carruaje y este me deja en el trabajo con la promesa de recogerme antes de que caiga el sol. Mi día no es muy diferente de cualquier otro salvo por mis pensamientos, ella dice que de día no puede hacerme nada así que estoy a salvo, no sé por qué pero cuando pienso en Armand siento algo de temor, me ha mentido y su plan era utilizarme para convertirme como hizo con ella, quiero seguir siendo humana y eso es algo que no quiero que cambie. Por la tarde antes de que caiga el sol el carruaje aparece tal y como me han dicho, me subo en este y pone rumbo de nuevo a la mansión. No puedo evitar que sienta cierto alivio cuando estoy dentro, Mina dice que va a prepararme algo y que espere en el salón, me siento a la espera de que Sun baje pero sin embargo es con el vampiro con quien primero me encuentro. Siento sus ojos rojos en mi persona y siento como si de alguna forma me estuviera analizando.


-Buenas noches –es lo único que digo, en cierta forma el vampiro me da mucho respeto y me intimida, Sun es todo lo contrario y quizás es por el hecho de que tiene la misma apariencia que yo y me invita a confiar más en ella. No puedo evitar que me recorra cierto nerviosismo cuando me encuentro con él a solas, todos mis sentidos están alerta y tengo la piel de gallina literalmente, mi corazón bombea con fuerza y quiero cambiar mis pensamientos hacia otra cosa- ¿Y Sun? –Pregunto con cierto temblor en la voz, creo que nota que me intimida bastante mientras juego con mis dedos a la espera de que baje la vampira.

Sus palabras siempre eran las adecuadas, peor aunque si sabia que y le excitaba, que posiblemente era cierto, nadie mas que yo podía llevarla al infierno y al cielo al mismo tiempo.
No me ayudaba saber de sus gustos, estaba siendo muy cariñosa con ella y aunque era cierto que esto sonaba mas a fantasía sexual propia que a ajena..no me gustaba que estuviera sola con ella.
-Lo hago por ti -aseguré cuando me agradeció que se quedara.
Mi boca sentenciaba la suya, hambriento de sus besos me embebí de ellos mientras mis dedos ávidos de un placer inusitado la despojaban de toda prenda que cubriera su cuerpo.

Hicimos el amor sobre las blancas sabanas, complacidos, serpenteando como culebras, embestidas, mordiscos la convertí en la única mujer que me importaba en este mundo.
Mis celos no conocían parangón, si alguien trataba de arrebatármela inocencia de mi propia mano lo que era la destrucción.
Laxos cayeron nuestros cuerpos tras un orgasmo de dimensiones épicas, nos besamos despacio, disfrutandonos.

Con el ocaso y perfectamente vestido para la ocasión baje al salón, allí estaba la joven replica de mi preciosa “novia”, enarqué una ceja y ladeé la sonrisa al ver como me temía. Su corazón latía fuerte, vigoroso, admito que era tentadora para cualquier vampiro loco obsesionado con Sun.
-El sire de Sun no va a detenerse -le dije sin responder a su pregunta mientras con elegancia me movía por el salón para servir dos copas de bourbon.
-Podría decirte que nada va a pasarte, pero francamente lo único que hace que proteja tu vida es porque Sun a desarrollado por ti un cierto aprecio.

Di un trago de la copa mirándola.
-Dicho esto, te aseguró que si te paseas por ahí ese hombre te dará caza, no lo culpo, eres idéntica a ella, y hasta yo si no la poseyera te convertiría para que la reemplazaras -me eche a reír por su cara -somos vampiros, no almas caritativas, pero puedes estar tranquila, el original es infinitamente mejor que la replica.

Di un nuevo sorbo y la animé a beber.
-Con esto solo quiero decirte que te comportes como debes, que no te hagas la heroína, si quieres que te ayudemos, haznos caso, nada de andar por ahí sola, ni de noche, ni de día.
No es que me importe especialmente lo que te pase, para mi eres simplemente una mortal mas, pero no quiero disgustar a la inmortal.

Hablado de ella la vi bajar.
-Buenas noches preciosa, charlaba con tu "doble"

La noche llegó de nuevo después de haber pasado parte del día amándonos en el lecho, por una parte podía entender los celos que tenía el vampiro conmigo pero no después de haberle demostrado que solamente me importaba él, que los demás no me importaban en absoluto y que solo me fijaba en él. Sabía, por sus palabras, que había pensado en algo con Darlan y conmigo de nuevo llevándose por esos celos posesivos que lo caracterizaban, pero más bien podría tildarse de una fantasía suya más que mía porque yo no había pensado en nada de eso. Sí, era cierto que iba a ayudar a Darlan porque en cierto sentido era de mi familia y el hecho de que se pareciera tanto a mí me hacía acordarme de cuando yo era humana y Armand me convirtió en lo que era contra mi voluntad. Ya sabía que quería hacerle algo a Darlan y seguramente fuera el convertirla para que se quedara con él y lo amara como yo no lo hice... pero iba a evitarlo. Ocho siglos atrás no pude evitar que me convirtiera en vampira pero en esos momentos podía evitarlo si ella no quería serlo y, por lo que había dicho, quería seguir siendo humana y yo la ayudaría a que así fuera. Sabía que a Assur mi sire no le gustaba y que si por él fuera ya lo habría matado hacía ya tiempo, quizás podría acabar cumpliendo ese sueño porque Armand se estaba volviendo de nuevo, aparecía y desaparecía mayormente pero esa vez con su plan de obtener a Darlan había aparecido y no se había ido. Confiaba en Assur y si me decía que no iba a tocarlo, por el momento, es que así iba a ser porque el vampiro lo que decía lo cumplía, así que esperaba que él confiara en mí y me ayudara con el plan que tenía en mente. También sabía que si por él fuera convertiría a Darlan y jodería todos los planes de mi Sire, si no lo había hecho ya había sido porque yo le había dicho que no era lo que quería, Darlan debía de elegir seguir siendo humana o no y hasta la fecha quería seguir siéndolo y yo la ayudaría a ello. Con la llegada de nuevo de la noche abrí los ojos buscando al vampiro pero ya no se encontraba en el lecho, su olor sí estaba en las sábanas pero él no, aunque podía sentirlo perfectamente bajo junto a Darlan que había vuelto tal y como me había prometido. Me levanté del lecho y me di un baño antes de bajar por las escaleras escuchando la conversación que mantenían o, más bien, las palabras que el vampiro le dedicaba a mi descendiente. Cuando me acercaba a la puerta él me notó antes siquiera de verme y se giró para mirarme con un vaso de bourbon seguramente, le sonreí acercándome a él para dejar un beso en sus labios.


-Buenas noches demonio –mordí su labio inferior tras el beso y lo miré- es Darlan –le dije con una sonrisa ladeada para mirarla quien parecía algo nerviosa en esos momentos, podía escuchar su corazón latir con fuerza y su respiración un tanto agitada así que miré al vampiro con una leve sonrisa porque sabía que él la intimidaba un poco, y luego me acerqué sentándome a su lado- me alegro que hayas venido, Darlan –lo cierto es que ella podría no haberlo hecho, tal y como habían sucedido las cosas podría haberse ido de París aunque de nada le serviría porque él la encontraría, o bien pasar de mis palabras y encontrarse con mi Sire antes de que pudiéramos hablar nada- entiendo que si has venido es porque de alguna forma confías en mí, no vamos a dejar que te pase nada Darlan –porque si el vampiro me había dado su palabra de que me ayudaría es que lo haría, le gustara más o menos- conozco bien a mi Sire y sé lo que pretende así que evitaremos que lo haga, pero tú también tienes que poner de tu parte y vas a tener que hacer ciertas cosas si no quieres que nos descubra, los vampiros tenemos ciertos poderes y Armand tiene la capacidad de leer la mente igual que yo puedo hacer contigo, lo primero que quiero que tengas en cuenta es que si cuando estés con él algo de esto se te pasa por la cabeza lo sabrá, no es idiota y pensará que algo tramamos y entonces no podremos hacer mucho en ese momento –no quería engañarla, quería decirle todos los riesgos que corría con aquello- pero si evitas eso, si puedes controlar tus pensamientos y no pensar en mí en ningún momento te garantizo que él no te hará nada. Tenemos esta noche para que hablemos y me preguntes todas las dudas que tengas, sería extraño que si os habéis estado viendo todas estas noches ahora de pronto no te encuentre y sospechará, ya nos inventaremos algo, pero quiero que sepas que deberás de seguir con todo esto y hacerle creer que no sabes nada, si nos haces caso seguirás siendo humana y podrás tener el control de tu vida y de tus decisiones, no voy a dejar que te condene para sus perversos planes y que te ate a él con mentiras –de alguna forma sentía que la existencia de mi Sire tenía las noches contadas.

Estoy segura de que él nota que no estoy cómoda del todo en su presencia, de los dos es él quien más me intimida y me impone bastante puede que por el hecho de que Sun y yo somos tan parecidas que no pienso que es vampira igual que él, la noto más cercana y eso hace que me sienta segura con ella a mi lado. Pero el vampiro es diferente, el vampiro intimida con su sola presencia y su ladeada sonrisa solo me hace pensar que se ha dado cuenta, pregunto por la vampira pero él no me contesta sino que se pone a hablar sobre cómo es su Sire. Él cree que no va a detenerse y quizás lo dice porque lo conoce aunque por lo que dijo anoche nada me hace pensar que le tenga especial afecto, sigo sus movimientos gráciles y fluidos por el salón y lo veo servir dos copas, me tiende una de ellas y huelo el alcohol de la copa de cristal, no soy propensa a beber pero esa vez hago una excepción solo con la intención de sentirme algo más tranquila y calmada, el alcohol quema conforme baja y evito una mueca para que él no la vea. Nada tenemos que ver el uno y el otro, lleva un traje puesto de forma pulcra que se ajusta como un guante a su cuerpo, que denota lo caro que es y debe de ser así para vivir en esta mansión, mientras que yo llevo un sencillo vestido color lila y mi pelo cae suelto porque hoy no he puesto cuidado ni a mi vestido ni a mi pelo, llevo todo el día dándole vueltas al asunto de Armand y no me siento cómoda, ahora que estoy aquí y que sé que estoy protegida me he dado el lujo de respirar con calma aunque Sun me haya dicho que los vampiros a la luz del sol no pueden estar, pero ya no me fío de nada de lo que me rodea. El vampiro es sincero y directo, no mide sus palabras y sin ninguna consideración me hace saber que mi vida no le importa y que si me protege es porque Sunshine me tiene algo de apego, no puedo ni culparlo a él por eso ni a ella por sentirse así porque es cierto que somos familia, lejana, pero es la similitud física la que hace que esa sensación crezca. No espero que me trate con un trato especial pero tampoco que me suelte, a bocajarro, que no le importa mi vida para nada y que solo soy una humana más de todas las que hay en el mundo.


-El tacto no es lo tuyo, me parece –comento cuando él bebe de la copa, no quiero crear un malestar ni problemas pero quizás sí pueda decir las cosas de otra forma aunque pienso que no, y que si puede, no lo va a hacer. Tampoco me deja más tranquila que él piense que de no tener a la vampira a su lado de haberme encontrado me hubiera transformado igual, se ríe por mi cara y me tranquiliza cuando aporta que los vampiros no son caritativos y que puedo estar tranquila porque la original es mucho mejor. No sé cómo tomarme esas palabras y elevo una de mis cejas, quizás deba de tomármelo como un insulto porque me ha sonado a eso pero no le quiero dar importancia. Siento la necesidad de hacerle ver que no quiero ser ninguna heroína y que solo quiero retomar mi vida, pero me callo porque Sun baja y es entonces cuando veo el cambio en el vampiro de actitud, doy un trago a la copa con el alcohol y no los miro cuando se saludan aunque sí oigo sus palabras. Solo la miro cuando se acerca para sentarse a mi lado, se alegra de verme y tengo la sensación de que una parte de ella esperaba que no fuera, me lo he pensado mucho pero no me encuentro cómoda sabiendo que hay un loco que quiere convertirme en vampira y que además me miente para hacerle daño a ella y tenerme como si fuera un trofeo, una sustituta de la mujer que tengo enfrente- tú has sido sincera desde el principio y aunque me ha costado creerme todo esto de los vampiros... me siento más segura. Lo he estado pensando, sé que si Armand me hubiera dicho todo desde un principio me hubiera negado pero... ¿jugar con los sentimientos de esa forma? Y todo por una enfermiza obsesión que tiene –digo mientras dejo la copa sobre la mesa de cristal que tengo enfrente- estoy dispuesta a hacer lo que haga falta para que no cumpla sus planes –ella tiene razón, no puedo evitarlo por siempre porque nos hemos visto todas las noches en los últimos días, y lo más complicado de todo; evitar que yo piense en ellos- eso va a ser mucho más difícil, me temo. Yo puedo intentar no pensar en ello pero va a ser difícil y quizás me ponga nerviosa y –me muerdo el labio- ¿cómo puedo controlar no pensar en todo esto, no saber que es un vampiro y que me quiere utilizar para hacer daño a otra persona convirtiéndome en lo que es él? Es bastante complicado –lanzo un suspiro porque como ella dice lo que quiero es seguir con mi vida, seguir siendo humana, mi trabajo, mis sueños... todo lo que tengo lo quiero conservar. Su plan es a simple vista sencillo pero que requiere sobre todo que yo no piense en ella ni en lo que estamos haciendo, dice que me va a poner a alguien para que me vigile durante el día aunque él no pueda hacerme nada y que mañana por la noche debo de quedar con él como siempre y actuar normal pero yo siento que no voy a poder, que no voy a poder evitar comportarme con él igual y lo voy a hacer de forma diferente... lo va a notar y todo el plan que estamos trazando no va a funcionar- no puedo Sun –digo negando con la cabeza- no puedo hacerlo.... no creo que pueda fingir tan pronto que no pasa nada, que él es el hombre que me ha contado y ni el vampiro que sé ahora que es. No voy a poder evitar pensar en ti cuando lo vea, en todo esto, y se va a enterar –niego con la cabeza- debe de haber otra opción que no sea esa, no quiero volver a verle hasta que esté segura de que no me va a hacer nada y de que no va a llevar a cabo su idea. Quiero quedarme aquí mientras dure todo esto, vendré antes de que caiga el sol para que no pueda pillarme, pero no quiero encontrármelo de nuevo y que me pille a solas.

Sun bajó las escaleras depositando un beso casto en mis labios, pero su paso lejos de terminar a mi lado se fue para arropar a su doble lo que me llevó a enarcar una ceja ¿por que cojones esa me estaba quitado la atención de mi chica?
Como un niño ofendido miré la escena en pie dando sorbos a mi copa, podía ser un egoísta, pero a mi los problemas de esa muchacha me traían sin cuidado.

Dejé escapar el aire contra el liquido ambarino cuando Sun empezó a hablar sobre el modo en el que harían las cosas para salvar a su “nueva amiga”
La chica aterrada negaba sin parar, el plan no era descabellado, pero la mente humana era frágil y dudaba esa joven pudiera no pensar en ningún momento cuanto odiaba al inmortal o la rabia que le procesaba por haberla engañado.
-Sinceramente creo que lo mas útil seria clavarle una estaca en el corazón y así acabar con este problema -alcé las manos cuando la mirada furibunda de Sun me atravesó -pero vosotras sabréis si queréis jugar con el ratón antes de cazarlo -dije en tono mordaz.

Para mi su sire era solo eso, un ratoncillo insignificante que se creí algo cuando en el fondo podría aplastarlo dejando caer sobre el mi gran zarpa.
-Lo que hay que hacer pro contentar a las mujeres -alcé las cejas -¿lo he dicho en alto?
Ladeé la sonrisa cuando Sun de nuevo me devolvió una mirada de “cállate”

La chica aterrada pidió quedarse aquí hasta que pasara todo esto.
-¿se va a quedar? -pregunté a Sun frunciendo el ceño.
Una cosa era que durmiera una noche y otra compartir casa con ella. Negué, supongo que cuanto antes solucionáramos este problema antes me libraría de ella.
-Vamos a ver, el tipo ese no te va a hacer nada, bueno, si, morderte y convertirte en vampiro, matarte en esencia y luego darte la inmortalidad, si lo piensas bien, creo que sales ganando.
Sun me atravesó con sus ojos rojos como el fuego.
-pero como veo que no es lo que quieres, pues bien, teniendo en cuenta que no la joda..¿cual es el plan de que disimule no saber de sus intenciones? ¿vas a matarlo Sun?