널 기억해 (I remember you)

por **Hyun Seung** Dom Jun 11, 2017 2:41 pm

"No me recuerdes, no traigas al presente el funesto pasado pues con él deberé recitarte los momentos del sangriento futuro que aguarda por nosotros."

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Dicen que estoy roto, que no soy más que un alma perdida en busca de redención…, ilusos, ¿cómo puede un alma inexistente anhelar redención alguna? Sí, me he dedicado acumular odio, rencor…, a desear sangre en busca de sesear la sed que atormenta mis sentidos. Y no existen noches más tormentosas como aquellas en la que el trozo de alma perteneciente a mi hermano, intenta persuadirme, cree saber la respuesta y admite quizás lo que no tengo el coraje de declarar: al final del día tan solo deseo haber nacido como un mortal más.
—Hyun, 가자—Taeyang anuncia desde la entrada. Su expresión es ausente tal como ha sido los últimos tres mil años.
—¿Crees que algún día me recuerde? —pregunto ignorando su discurso, a sabiendas que no obtendré la mentira que necesito.
—¿La vampira? ¿Qué necesitas escuchar? —en un breve sigilo se acerca a la ventana. La tenue luz de la luna hace presencia, ilumina nuestros rostros sin vida y trae con su llegada memorias que a causa de la longevidad no deberían existir pero que, debido a los pecados acumulados se apilan una tras otra.
—Lo que realmente piensas.
—Tú mismo te has encargado de borrar sus memorias…,
Me pregunto si causé algún daño peor en mi otra vida. Si existe peor existencia que la llevo de equipaje en esta era…, me gustaría dar un vistazo a mi anterior existencia y encontrar pecado tal que justifique lo que soy ahora. He sido maldito con una existencia que no pedí, guiado por el demonio que habita en mí, como si no fuera ya castigo suficiente, he de pagar la deuda del alma que jamás deseé con la sangre de la única persona que tiempo atrás me amó tal como soy sin ningún lazo que la forzara a ello. Rememorar sus manos entrelazada, el vacío en su mirada al verme…, pretendo creer que aquel fue el dolor que sintió la noche en que orquesté su muerte, tal es mi codicia que se empeña en justificar el suplicio en el que he estado encerrado desde la última vez que la escuché pronunciar mi nombre con las atrocidades que he lanzado hacia ella, con la insolencia que hoy he cometido una vez más a raíz de celos que no tengo el derecho de conservar.
—Aun no fuese por los motivos correctos, hiciste bien. Mientras menos recuerde de ti será mejor para ambos.
—Te veré en el puerto —salto por la ventana tan pronto pronuncio las palabras. No con la misión de detener al vampiro, menos esperar que me recuerde…, atravieso las calles de Francia como un susurro con la empresa de presenciar el acto, de comprobar que su amor sea tan puro como para objetar por ambos sin su consentimiento. Irónico, solo bastara enfrentar su mirar para remover cien años de culpa; su hermano era quien debía morir aquella noche en Italia, no ella. Era el otro gemelo, él era quien estaba supuesto a llevar consigo toda la magia del clan. Empero ¿habría detenido la obra de corroborar que se trataba de quien en esta vida lleva el nombre de Enaylen y el rostro de Ahn Yo? ¿Habrían sido mis sentimientos suficientes para escogerla? No, es la clase de bestia que soy. La misma que fui cuando arranqué su corazón y lo devoré placido sin remordimiento alguno.
Me detengo al llegar a la entrada, la esencia del hechizo brota en el aire y ella sale abrigada sin necesitarlo, sin compañía como no era acostumbrado causando media sonrisa rota en mis labios, quizás no ha sido lo asazmente exorbitante mas la brecha entre ambos ha surgido y para el monstruo que la ha reclamado como suya es suficiente.
—Debería ser usted más discreto si es el anonimato lo que se propone —gira sobre sus talones en mi dirección.
—Imposible ante tan afinados instintos —alego sumido en las sombras—. Tenga usted una noche acogedora, 아가씨 —digo, en busca de algún indicio. A la espera de confirmar si realmente es ella.
—그럼 —tan pronto pronuncia aquella palabras ajenas a su lengua, emprende la marcha dejándome atrás dudando de pie frente a dos caminos, ambos concluyen en ella…, uno es su muerte mientras que el otro es incierto.

Conocer palabras tan sencillas no es certeza mas es la esencia que expide su aura, la familiaridad, el hueco en su corazón perceptible a largas distancias. Es el demonio que recuerda con deleite su corazón en mis manos y el trozo de alma que derramó lágrimas saladas mientras su cuerpo descansaba en mis brazos y su sangre goteaba de mis labios. Es el deseo de poseerla que reclama la locura y perjura destrozar a quien ose acercarse a su tersa piel.