Erzsébet Rákóczi

Datos

Nombre: Erzsébet Isabel Rákóczi.
Edad: Aparente: 25 años | Real: 50 años.
Especie: Cambiante felino.
Tipo de clase social o cargo: Clase alta.
Orientación sexual: Demi-heterosexual.
Lugar de Origen: Transilvania, Reino de Hungría.

Habilidades

► HABILIDADES Y ATRIBUTOS INNATOS:

→ Habilidades: Sigilo, sentidos aumentados, buenos reflejos, agilidad, flexibilidad, velocidad y fuerza sobrehumana.
→ Atributos: Longevidad. Sus demás atributos dependen de los animales en que se transforma. Los cambiantes no pueden convertirse en varios animales que no tengan nada en común entre sí, pueden transformarse hasta en tres animales distintos siempre y cuando pertenezcan a la misma familia de animales.

► PODERES INNATOS:

→ Transformación: Habilidad de cambiar de forma humana a animal y viceversa. Cuando el cambiante está en su forma transformada aumenta un 50% su potencia física.
→ Sanación acelerada: Habilidad para sanar rápidamente heridas y contusiones no tan graves (esto no aplica al desmembramiento, si les arrancan un brazo, el brazo no volverá a crecer). El tiempo de recuperación varía según el personaje y la gravedad de la herida o lesión. Cuando se trata de balas de plata o fuego pueden morir si las heridas son muy graves.
→ Percepción del aura: Habilidad para ver las auras de otros seres, cuyos colores indican su humor, identidad y nivel de hostilidad, de este modo saben si están bajo amenaza. Este poder también les permite reconocer a otros cambiantes o licántropos cuando no están transformados e identificar a los vampiros gracias a su aura pálida y su característico olor.

► PODERES DESARROLLADOS:

→ Bloqueo mental: Es la habilidad para bloquear su mente y nadie (ni siquiera los vampiros que leen mentes) pueden saber lo que piensa.
→ Rastreo: Poder de rastrear la localización de un objeto o criatura. El personaje puede descubrir la situación de cualquier persona a la que conozca, donde quiera que esté el blanco en un radio de veinte kilómetros.
→ Visión compartida y visión remota: Habilidad de poder ver a través de los ojos de los demás o en otros casos, hacer que los demás puedan ver lo que estamos viendo en ese momento. Esta habilidad funciona únicamente cuando se toca a la persona.

Personalidad

Erzsébet es de esas personas difíciles de leer, como si de un libro cerrado con candado se tratase. Sí, la verdad es que resulta alguien con muchas complicaciones a la hora de relacionarse con otros, en especial si no tiene la suficiente confianza para dirigirse a ellos. A veces tiende a ser un dolor de cabeza hasta para ella misma debido a esta nefasta actitud, que en vez de favorecerla, la perjudica mucho más de lo que cree. Aunque, es algo que no le preocupa demasiado, por el simple hecho de que es excesivamente orgullosa. Así es, Erzsébet nunca será capaz de admitir que se equivocó, al menos no lo oirás nunca de su boca, así esté quemándose de la frustración. Y no hay que cuestionarse nada, porque poco basta para darse cuenta que es testaruda, y hasta arrogante, si se necesita llegar a llamarle de ese modo y de una manera completamente justificada.

Terriblemente reservada. No puede sencillamente llegar a confiar en una persona de las buenas a las primeras, porque es un proceso complicado tratándose de ella. Pero tampoco es misión imposible, porque, aunque parezca increíble, si puede llegar a pasar. Lo que sucede es que Erzsébet prefiere antes tantear el terreno para no caer en una mina y no terminar herida. Claro, eso sólo demuestra el miedo y la insana seguridad de su lado más humano (irónico, ¿no?), mientras que ese orgullo... bueno, dejémoslo en que sigue siendo como un felino, y su naturaleza siempre va a demostrar ese tipo de conductas tan cercanas a la astucia, y, desde luego, a la previsión.

No sólo ha heredado los rasgos físicos de su padre, también el carácter; vale, quizás no esa actitud noble que tiene para con todos, pero si esa parte de absoluta firmeza al momento de tomar decisiones. Erzsi no se acobarda tan fácilmente, en realidad, tiende a enfrentarse a los obstáculos sin mirar atrás, algo totalmente contradictorio con esa figura de chica frágil que la caracteriza (sólo físicamente). Y claro, en algunas ocasiones puede pasarse de cabezota, y eso, indudablemente, le trae consecuencias, mismas que termina guardándose muy en el fondo, tal vez porque tiene la insana tendencia de seguir lastimándose por no permitir que sus emociones salgan a la luz y no mostrar debilidad ante nadie.

Aunque su capacidad de liderazgo sea admirable y sus modales genuinos, llega a salirse de sus cabales en determinadas ocasiones, sobre todo cuando la fastidian en todos los aspectos posibles. Porque sí, Erzsébet está al tanto que no es perfecto, y a pesar de que pretenda demostrarles a todos que lo es, la verdad dista mucho de eso. Está frustrada, lo sabe, pero no lo va a reconocer. Tal vez lo haga ante su padre, incluso ante Mihai, ya que son los únicos que conocen a una Erzsébet diferente, la de antes de la muerte de Ana; aquella joven optimista que se mostraba siempre con una sonrisa; esa misma que simplemente se convirtió en la sombra de una mujer amargada, distante, aferrada a un terrible deseo de venganza y rechazo, y por sobre todas las cosas, con demasiado miedo en su interior. Sí, miedo ante el mundo que la rodea; miedo a ser vulnerable... miedo a ella misma.

Y no, no todo es amargura. Claro que no. Porque, si de verdad se le quiere ver con una sonrisa, o con mucha hiperactividad y emoción desbordada, es justamente cuando está de cacería. Exacto... aunque parezca una actividad horrorosa, descabellada, entre otros sinónimos de inconcebible, esa actividad es la le permite drenar todo su malestar, es capaz de vivir por eso minutos, de sentirse libre de esas ataduras que ella misma se ha puesto.

Historia

Cuando Jozséf fue electo como líder de la familia Rákóczi, ocupando un importante cargo nobiliario después de tantísimo tiempo, había contraído nupcias con una mujer de nombre Ana, descendiente de la estirpe de los Báthory. Y no, no fue un matrimonio por conveniencia; aunque a Jozséf le costó conquistar a Ana, al final lo logró, junto con su ascenso repentino gracias a su capacidad de liderazgo y también para la resolución de problemas inmediatos. Claro, quizás la edad le había permitido luchar durante largos años para legitimar a su familia hasta conseguir hacerlo; su longevidad le fue una grandísima aliada. Y sí, longevidad, pues Jozséf había heredado los genes de un cambiaformas felino, tal y como lo hicieron algunos de sus ancestros. Y para mayor coincidencia, su esposa también pertenecía a tan peculiar raza. Pero ya no entremos más en detalles innecesarios sobre razas, nobleza, títulos nobiliarios, no... Esto apenas es una burda introducción para saber el origen de Erzsébet Isabel Rákóczi, la única que había concebido el mencionado matrimonio unos meses después de su unión.

Tal vez Erzsébet no tuvo el cabello dorado de su madre, pero si tenía unos preciosos ojos claros como los de ella, acompañados por las facciones felinas tan características de Jozséf. Aunque no fue el primogénito varón que cualquier padre esperaría, para él, su hija era igualmente especial, por eso le brindó toda la protección y amor que cualquier infante necesitaría. Así es, Erzsébet nació bajo una buena estrella, porque tenía a unos padres cariñosos y bondadosos, de quienes no se despegaba ni un segundo, aparte de estar rodeada de lujos, a diferencia de otros niños, que tenían que apañárselas para sobrevivir desde que veían la primera luz de este mundo corrupto. Algo que ella, desde temprana edad, ignoraba.

Y sí, ya con lo anterior dicho han de saber que Erzsébet tuvo una buena infancia, sin demasiadas complicaciones, y desde luego, con una muy buena educación. Ya con eso hemos adelantado una buena parte, ya que, por el simple hecho de que sea una cambiaformas, implica entrar en demasiados detalles superfluos debido a la lentitud con la que estos seres envejecen, así que no es completamente necesario añadir cosas que no van al cabo, porque no acabaríamos nunca, y porque nos aburriríamos con excesiva facilidad. Ya algunos estarán al tanto que a una persona no la define toda su existencia, sino los eventos que más influyen en su vida de manera directa, causando impresiones que pueden prestarse tanto para bien como para mal. Pero, bueno, eso significaría ahondar en temas filosóficos con tanta complejidad que le dolería la cabeza al buen lector.

Por ser hija única, fue educándose en todo lo competente a los asuntos familiares, manteniendo la notoria influencia que poseía su padre Jozséf. Pero todos sabemos que en estas cosas se necesitan aliados dentro de la misma familia, por eso es que Erzsébet había forjado una íntima relación con su primo Mihai, quien, a pesar de estar residenciado en Valaquia, frecuentaba el hogar de los Rákóczi en Transilvania. Él terminaría siendo la mano derecha de Erzsi, y aquella conexión se afianzó mucho más, luego de la muerte de sus padres debido a una bestia. Mihai había sido convertido en licántropo al haber sobrevivido al ataque. Así que, como era de suponerse, Jozséf decidió adoptarlo, brindándole un espacio más en su hogar, aparte de ocultar su nueva naturaleza, pues, luego del ataque, muchos cazadores empezaron a frecuentar la región, algo que no dejaba muy tranquilo a Jozséf.

Pero poco tardó su mal presentimiento en convertirse en una pesadilla, porque sería Ana quien pagaría las consecuencias de todo el tormento que inició con la muerte de los padres de Mihai. Por alguna razón, aquellos cazadores terminaron dándose cuenta de la naturaleza de Ana y le tendieron una emboscada durante una de las tardes en la que salía a cabalgar. El golpe para Jozséf fue tremendo, pero la que más sufrió fue Erzsébet. Este es, quizás, el evento que más marcó su existencia y todo aquel dolor lo convirtió en un odio inquebrantable hacia cualquier ser humano corriente. Apenas empezaba a tolerar a sus demás familiares. Aunque Jozséf quiso intervenir para evitar que ella no tomara un rumbo diferente cercano a una venganza dolorosa, al menos para mantener tranquila el alma de Ana, Erzsébet simplemente no pudo olvidar. Mihai, a espaldas de su tío, apoyó en todo a la única mujer que le había atraído en años, aunque nunca decidió confesárselo, y menos luego de todo lo ocurrido.

Así fue como Erzsébet empezó a cambiar su perspectiva con respecto a muchas cosas, aunque prefirió optar por mantener las apariencias para no disgustar a su padre, pues no quería causarle problemas innecesarios. Para ella era evidente el vacío que había dejado su madre, y no descansaría hasta vengarla. Fue esa misma razón por la que terminó tomando represalias con cualquier humano, aferrándose a la idea de que ella, al ser una sobrenatural, estaba muy por encima de ellos, dejando en evidencia ese terrible orgullo felino que tanto pretendía hundir Jozséf. Erzsébet, incluso, fue ganándose enemigos dentro de la familia debido a la actitud arrogante que dejaba entrever de vez en cuando, y la misma que debía reservar sólo para conservar las apariencias. Pero no le importó, a su déspota personalidad le dio completamente igual.  

Y ha continuado del mismo modo, sin medir las consecuencias, a pesar de tener en cuenta que, tarde o temprano, la vida le va a cobrar cada una de sus malas acciones, casi todas injustificadas. Pero, ¿quién será capaz de hacerla entender? No es Erzsébet sea una mujer especialmente mala, es que no ha hallado una solución al vacío que ha dejado su madre, así de fácil. Por eso, y como último recurso a su ofuscada búsqueda, decidió viajar a Francia, sólo por capricho y por querer poner en práctica su curioso deporte: cazar humanos. Se ha relacionado, quizás, con la persona equivocada, un sujeto no menos sádico, quien se encargará de influenciar terriblemente en su carácter.

Datos Extras

—Por si no ha quedado lo suficientemente claro: Sí, odia mucho a los humanos, porque los considera una amenaza.
—Sufre de claustrofobia.
—Aún conserva el diario de su madre, es uno de sus más preciados recuerdos.
—No se relaciona con otros miembros de la familia, salvo en ocasiones especiales.
—Es autodidacta. Le gusta aprender por su propia cuenta, sin esperar a que otro le enseñe.
—Se estresa fácilmente, aunque no lo demuestre.
—Sus estaciones favoritas son otoño e invierno.
—Escribir es un pasatiempo al que suele recurrir a veces.
—Es organizada a un punto un tanto obsesivo, al menos para otros.
—Escéptica a más no poder.