I've been all my life being selfish. Now it's time to change [ Dima Yakovlev ]

por **Isobella A. Van Trousse** Dom Nov 14, 2010 7:26 pm

“Si hay una facultad de nuestra naturaleza que puede considerarse maravillosa, esa es la memoria.”
Jane Austen;

Era dicho y hecho. Bella era de las personas que no podía pasar incontable lapso en su residencia, se sentía recluida entre cuatro muros. No era claustrofóbica pero… escuetamente, no podía.
Los sirvientes eran muy respetuosos con ella, no lograba que se dirigieran a ella con suma confianza, hacerles concebir que aunque la “ley” demostrara que no eran iguales, para ella si lo eran.

Salió de su residencia únicamente con una sombrilla y un vestido bastante sencillo, el más sencillo que tenía, el cual era amarillo canario, no de esos amarillos chirriantes que eran desagradables a la vista.
Dejó la crinolina en su pieza, para que el vestido fuera ligero, sin tanto vuelo como los que tenía que usar a diario.
Su cabello iba recogido en una media coleta, llevaba unos pequeños aretes de oro y una gargantilla de lo mismo. Sin que la nodriza se diera cuenta, se llevó unos zapatos que no fueran de taco para que pudiera caminar con bienestar. Pidió un carruaje, para poder ir a la laguna.
El cochero le abrió la puerta mientras ella agradecía con una cálida sonrisa y se sentaba cerca de la ventana para observar el panorama en la calzada.
Se dejó llevar por el panorama, sin pensar en nada más que en eso, porque sabía que si se llegaba a perder en sus pensamientos, concluiría abatida.

Al arribo a la laguna, bajó con cuidado, frecuentando de no caerse. Bella era muy descoordinada en ciertos casos, osase, todo el tiempo.

Le pidió al cochero, que aguardar ahí, que podía ir a donde deseara, pero sin alejarse mucho de ahí.

Emprendió su caminar, primero por un sendero de tierra que daba a la laguna, se detuvo en la orilla, contemplando la cristalina agua, que se movía con suavidad. Giró sobre su eje, para dejar la sombrilla en la sombra de un árbol que se encontraba cerca de su posición.

Regresó para encaminarse hacia el caminito de madera que se adentrada más, donde la brisa era ligeramente más fuerte que en la orilla.

Caminó viendo sus pies, posarse uno frente al otro, en una rutina constante. No se percató de que ya no había más madera, por lo que dio un paso al aire, poco más se caía. Su respiración se volvió violenta y agitada, regresó con rapidez su pie a tierra firme, tambaleándose con nerviosismo.

Se llevó una mano a su pecho aun asustada por la impresión que acaba de llevarse.

por **Dima Yakovlev** Miér Nov 17, 2010 2:28 pm

Dima había decidido escaparse del hotel donde se hospedaba para poder pensar con claridad cómo iba a decirle a su pequeña prima que quería mudarse a vivir con los gitanos. Sabía que en cuanto se lo nombrase, Alina se enfurecería y cargaría contra él de tal manera que acabaría logrando que él también se enfadase, y odiaba hacerlo.
Así que se decidió, aquella mañana, a tomar su bello acordeón y caminar por la ciudad tocándolo sin ningún pudor. La gente le miraba con cada paso y nota que daba, y él sonreía feliz de poder otorgar algo de música a la vida de aquella gente.
Sin saber bien cómo, Dima fue a parar a una pequeña laguna, cuyas aguas lo encandilaron y llevaron a un estado de ensoñación que lo dejaron boquiabierto unos segundos. Sabía bien que en Rusia era imposible ver agua sin estar congelada, creía recordar que el mismo río Neva pasaba la mayor parte del año congelado.
Solo la respiración agitada de una joven lo sacó de aquel estado.
Dirigió su mirada al camino de madera que situado cerca de la laguna, y observó como aquella joven parecía estar completamente asustada.
Dima se decidió a dejar su acordeón en el suelo y correr hacia la chica para comprobar que le había ocurrido.
-¡Señorita!.- exclamó poniendo una mano en el hombro de la chica con suavidad. -¿Se encuentra usted bien? ¿Qué le ha ocurrido?.- por un momento le pareció un completo atrevimiento hacerle aquel tipo de preguntas a la joven, pero cuando observó el rostro de ésta, buscó su mejor sonrisa en él y se la colocó en los labios con afán de contagiársela a la joven que se hallaba frente a él. -Cálmate, o te dará un infarto....- rió suavemente clavando sus azules ojos en los de la joven.

por **Isobella A. Van Trousse** Dom Nov 21, 2010 5:44 pm

“El amor es una traba. Sin sufrir, no se ama realmente ¿Qué no es una condición eso? Si no sufres, es únicamente un simple cariño.”
Dizoara Cartagena;

Comenzó a respirar por su boca, ya que el aire le faltó por unos momentos. No sabía que se iría a espantar tanto, pero no sabía nadar y le temía al agua, sobretodo a las aguas profundas, ya que, viéndolas desde su punto de vista simbolizaban nada más que, la muerte.
No sería la primera vez, ya antes había experimentado la angustia y el sufrimiento al estar sumergida en unas aguas, de las cuales era imposible salir. Por suerte, siempre tuvo a alguien quien pudiera “rescatarla”. Como a una doncella en apuros.

Escuchó un voz que se alarmaba al verla asustada. La escuchó sin problemas, pero no le salían las palabras & mucho menos la voz.
Se giró con suavidad, viendo a un joven de ojos azules, como el mar, el más azul que en toda su vida había visto, sus cabellos eran rubios y brillaban con la luz natural del sol.

¿Acaso nunca han sentido la terrible necesidad de un abrazo? ¿Para poder tranquilizarse? Pues, eso mismo sentía Bella. No pensó con claridad las cosas, solo sabía que era lo que necesitaba.
Con rapidez, tal vez más de la normal, rodeó los hombros de su acompañante, escondió su rostro en aquel hombro, que en aquel momento, era lo más cómodo que podía imaginarse, cerró los ojos unos momentos.

¿¡Qué acabo de hacer!? Gritó en su interior, eso no iba con ella, tal vez un poco, pero él, era un desconocido, alguien que en su vida había visto.
Se quedó ahí, mordiendo su labio inferior con los ojos abiertos de par en par.

Off: Siento que el post sea tan corto >.< y siento la tardanza -.- Jaja, ya sabes, escuela .______________.

por **Dima Yakovlev** Mar Nov 23, 2010 3:53 pm

Dima no borró la sonrisa de sus labios, intentando transmitir un poco de calma a aquella joven que no dejaba de respirar tan alterada.
Justo cuando estuvo a punto de pronunciar un par de palabras más de calma para aquella joven, ésta lo abrazó sin más, apoyando la cabeza en el hombro de él mientras cerraba ojos asustada.
Su reacción no fue otra que echarse a reír divertido, rodeando el cuerpo de la joven cuando ésta abría los ojos de par en par percatándose de lo que acababa de hacer.
Se separó de ella, lentamente y sin dejar de sonreír, miró los ojos de la joven con toda la tranquilidad del mundo. ¿Por qué aquella chica debía sentir vergüenza si acababa de llevarse un buen susto?
-¿Te ha ayudado el abrazo?.- sonrió colocando un mechón de pelo tras la oreja de la chica. -Hace mucho que nadie usaba mi hombro como almohada consoladora....- bromeó sin borrar la sonrisa de sus labios. -No debes avergonzarte... te has llevado un buen susto, no me molesta para nada.- sentenció divertido sin apartar su mirada de los ojos de la joven.
A Dima aquel tipo de cosas no le sobresaltaban, no a él, que era un loco impulsivo que se divertía tocando el acordeón y cantando por las calles sin pudor alguno. Pero quizá para aquella joven, que parecía de clase alta, fuera algo inusual, así que pretendía tranquilizarla como fuera.
-Dime... ¿qué te ha ocurrido?

PD: Sin problemas, no tengas prisa xP

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