AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Explosión cerebral (Libre)
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Explosión cerebral (Libre)
- Explosión cerebral -
- Nadie es perfecto, por lo que nada te hace un Dios -
Hermes pensaba que en Egipto, a las bibliotecas se las llamaba el tesoro de los remedios del alma. En efecto, curabas en ellas de la ignorancia, la más peligrosa de las enfermedades y el origen de todas las demás, por el grosor del polvo en los libros de una biblioteca pública puede medirse la cultura de un pueblo. Y en una sección abandonada había libros de ese tipo, mundos sin haber sido descubiertos, Hermes esperaba encontrar algo con lo que aferrarse en su tiempo libre y que le ayudara a fabricar con un poco de ayuda algún que otro arma poderoso, esta vez queriendo usar el reloj de su padre, pero temía que si hiciera alguna tontería, consecuencias peligrosas pudieran ocurrir.
Lo que pedía podría ser una locura pero por el momento se pondría a buscar libro por libro. También quería desaparecer del ámbito de su casa y alejarse de las doncellas que parecían estar en celo cuando estas pasaban cerca de su lado. Con ayuda de una joven bruja que vino a su casa, le informo que alguien había esparcido amortentia, un afrodisiaco bastante poderoso que se utilizaba para pociones fuertes de amor y de pasión, pero algo había salido mal y ahora todas estarían así durante un mes más.
Por lo que estar en un lugar silencioso como la biblioteca le agradaba bastante y podía escuchar sus propios pensamientos. Hermes comenzó a reírse de una anécdota que paso en su hogar con una de las doncellas y era que una noche en la que había hecho demasiado calor, al despertarse aquella noche se encontró a una doncella con tan solo el camisón y era un camisón bastante desaliñado por lo que podía ver las generosas curvas de la muchacha a través del camisón semi transparente y en ello, Hermes no supo que hacer en realidad, pero una parte de sí mismo ya había tomado la iniciativa y mando afuera a su doncella para que lo dejara dormir en paz. Fue entonces cuando empezó a sospechar de que algo “extraño” ocurría en su mansión.
- ¿Monsieur Di Bellone?
- ¿Si Madmoiselle Cherié?
- Pronto vamos a cerrar para comer, pero luego volvemos a abrir a las cuatro de la tarde. Esperamos no incomodarle Monsieur Di Bellone.
- Oh no, no hay problema Madmoiselle Cherié, enseguida recojo estos libros y los pondré en su sitio.
La bibliotecaria le miro con una dulce sonrisa y se dio la vuelta para seguir colocando libros y mientras Hermes, comenzó a recoger lentamente los libros pero se dio cuenta de que un extraño papelito cayó de uno de los libros. Estaba en blanco y la curiosidad de Hermes explotó. Ahora quería saber si ese papel que tenía en sus manos era especial o un simple papel inútil que no contenía nada, pero tenía que esperar a las cuatro de la tarde por lo que se lo guardó en el interior de su bolsillo del pantalón y comenzo de nuevo a recoger los libros.
Lo que pedía podría ser una locura pero por el momento se pondría a buscar libro por libro. También quería desaparecer del ámbito de su casa y alejarse de las doncellas que parecían estar en celo cuando estas pasaban cerca de su lado. Con ayuda de una joven bruja que vino a su casa, le informo que alguien había esparcido amortentia, un afrodisiaco bastante poderoso que se utilizaba para pociones fuertes de amor y de pasión, pero algo había salido mal y ahora todas estarían así durante un mes más.
Por lo que estar en un lugar silencioso como la biblioteca le agradaba bastante y podía escuchar sus propios pensamientos. Hermes comenzó a reírse de una anécdota que paso en su hogar con una de las doncellas y era que una noche en la que había hecho demasiado calor, al despertarse aquella noche se encontró a una doncella con tan solo el camisón y era un camisón bastante desaliñado por lo que podía ver las generosas curvas de la muchacha a través del camisón semi transparente y en ello, Hermes no supo que hacer en realidad, pero una parte de sí mismo ya había tomado la iniciativa y mando afuera a su doncella para que lo dejara dormir en paz. Fue entonces cuando empezó a sospechar de que algo “extraño” ocurría en su mansión.
- ¿Monsieur Di Bellone?
- ¿Si Madmoiselle Cherié?
- Pronto vamos a cerrar para comer, pero luego volvemos a abrir a las cuatro de la tarde. Esperamos no incomodarle Monsieur Di Bellone.
- Oh no, no hay problema Madmoiselle Cherié, enseguida recojo estos libros y los pondré en su sitio.
La bibliotecaria le miro con una dulce sonrisa y se dio la vuelta para seguir colocando libros y mientras Hermes, comenzó a recoger lentamente los libros pero se dio cuenta de que un extraño papelito cayó de uno de los libros. Estaba en blanco y la curiosidad de Hermes explotó. Ahora quería saber si ese papel que tenía en sus manos era especial o un simple papel inútil que no contenía nada, pero tenía que esperar a las cuatro de la tarde por lo que se lo guardó en el interior de su bolsillo del pantalón y comenzo de nuevo a recoger los libros.
- (c)Kayak -
Hermes Di Bellone- Humano Clase Alta
- Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 21/11/2016
Re: Explosión cerebral (Libre)
Fran por primera vez en la vida había hecho lo que nunca se había atrevido. Tomó la iniciativa de seguir a aquel joven que había visto en la sinfónica de París hace días atrás. Ces siempre lo esperaba en la calle de la biblioteca, conocía sus gustos hasta el tipo de libros que solía leer, que se lo ha estado siguiendo desde aquella noche que se cruzó con ella.
Hace una semana
–Joder Frances que coño has hecho, le has disparado en la cabeza joder pero que se te ha metido en la puta cabeza–
– Este capullo iba por aquella mujer ves que si no lo mataba tendríamos otro chucho rondando no debéis agradecérmelo joder –
Y entonces lo vio, salir con de aquella casa con su porte tan educado suspirando tras la puerta cerrada de aquella mansión de la mujer casada. Se mantuvo viéndolo durante horas hasta que lo siguió a la sinfónica a donde se coló por entre el techo viendo desde el ventanal a la orquesta y vio a aquel joven tocando perfectamente. Fue un amor a primera vista.
Fin
Frances, ahora, lo está esperando en la biblioteca y ha colado un pedazo de papel para una cita ahí mismo. Lo observaba desde lejos oculta sus ojos detrás de aquel libro de buenos modales que estaba simulando leer. La joven bibliotecaria que le sonreía se acercó a ella, pero Frances se movió rápido huyendo buscando la forma de hacer un encuentro casual aunque estaba muy asustada para ese momento. Revisaba si su vestido, al que no está tan acostumbrado a llevar, estuviera presentable. Frances era muy humilde y eso mostraba en sus pocos modales, su ropa y su actitud ruda. Alisó su cabello que llevaba una trenza de lado atada de manera que fijaba sus cabellos rebeldes.
Con un suspiro Frances siguió regresando a la biblioteca estaba lista ya casi era la hora iba acercándose a donde el joven para hablar con él pero la bibliotecaria soltó un grito en ese momento que hizo que corriera en su dirección pasando por el joven lamentándose. Corrió tan rápido que cuando llegó encontró a un vampiro entre la zona oscura de la biblioteca que arrastraba a la joven por aquel pasadizo por las escaleras hasta la parte baja donde estaba más oscuro.
Frances miró hacia el joven lamentando que él tuviera que verla así, se retiró el vestido quedando en aquel short y pequeña blusa blanca de ropa íntima con sus medias blancas. Dejó los zapatos y de su liguero sacó su arma la cual lamió el cañón como acostumbraba hacerlo, no miró al joven por vergüenza por no haber logrado que fuera como pensó que sería estaba muy molesta y solo miró al joven poniendo la mano para que evitar que viera su rostro enojado – Es mejor que permanezcáis aquí más seguro con la luz de día si bajas estarás muerto Hermes – se ha percatado que le ha llamado por el nombre y que él nunca se lo había dado pero ella lo sabía por haberlo seguido varias veces en secreto.
Frances se puso nerviosa de manera que el arma se le cayó de la mano agachándose a recogerla nerviosa, negó y simplemente bajó lo más rápido con cuidado manteniendo sus oídos bien despiertos escuchando lo que podía, pero solo veía filas y filas de estanterías con libros en ese pasillo con una ventana no tan grande como las del piso de arriba, había más oscuridad así que aquel ser estaría bien escondido. El ser le hablo de pronto – Deja tu arma y la dejaré ir ambas podrán irse y yo me llevaré a ese joven, si es que queréis vivir maldita cazadora entrometida, has sido tú la que impidió que pudiéramos llevárnoslo la otra noche que atacamos su casa, coño que puta más metida has resultado –
– No dejaré que te lo llevéis si yo he tenido una cita a con él ni me lo he follado para que os llevéis – Con el gatillo retirado enfrentó la hombre, era un neófito. Este no dudo en lanzarse contra la cazadora logrando que ella tire el arma y se defienda protegiendo que no la muerda.
Hace una semana
–Joder Frances que coño has hecho, le has disparado en la cabeza joder pero que se te ha metido en la puta cabeza–
– Este capullo iba por aquella mujer ves que si no lo mataba tendríamos otro chucho rondando no debéis agradecérmelo joder –
Y entonces lo vio, salir con de aquella casa con su porte tan educado suspirando tras la puerta cerrada de aquella mansión de la mujer casada. Se mantuvo viéndolo durante horas hasta que lo siguió a la sinfónica a donde se coló por entre el techo viendo desde el ventanal a la orquesta y vio a aquel joven tocando perfectamente. Fue un amor a primera vista.
Fin
Frances, ahora, lo está esperando en la biblioteca y ha colado un pedazo de papel para una cita ahí mismo. Lo observaba desde lejos oculta sus ojos detrás de aquel libro de buenos modales que estaba simulando leer. La joven bibliotecaria que le sonreía se acercó a ella, pero Frances se movió rápido huyendo buscando la forma de hacer un encuentro casual aunque estaba muy asustada para ese momento. Revisaba si su vestido, al que no está tan acostumbrado a llevar, estuviera presentable. Frances era muy humilde y eso mostraba en sus pocos modales, su ropa y su actitud ruda. Alisó su cabello que llevaba una trenza de lado atada de manera que fijaba sus cabellos rebeldes.
Con un suspiro Frances siguió regresando a la biblioteca estaba lista ya casi era la hora iba acercándose a donde el joven para hablar con él pero la bibliotecaria soltó un grito en ese momento que hizo que corriera en su dirección pasando por el joven lamentándose. Corrió tan rápido que cuando llegó encontró a un vampiro entre la zona oscura de la biblioteca que arrastraba a la joven por aquel pasadizo por las escaleras hasta la parte baja donde estaba más oscuro.
Frances miró hacia el joven lamentando que él tuviera que verla así, se retiró el vestido quedando en aquel short y pequeña blusa blanca de ropa íntima con sus medias blancas. Dejó los zapatos y de su liguero sacó su arma la cual lamió el cañón como acostumbraba hacerlo, no miró al joven por vergüenza por no haber logrado que fuera como pensó que sería estaba muy molesta y solo miró al joven poniendo la mano para que evitar que viera su rostro enojado – Es mejor que permanezcáis aquí más seguro con la luz de día si bajas estarás muerto Hermes – se ha percatado que le ha llamado por el nombre y que él nunca se lo había dado pero ella lo sabía por haberlo seguido varias veces en secreto.
Frances se puso nerviosa de manera que el arma se le cayó de la mano agachándose a recogerla nerviosa, negó y simplemente bajó lo más rápido con cuidado manteniendo sus oídos bien despiertos escuchando lo que podía, pero solo veía filas y filas de estanterías con libros en ese pasillo con una ventana no tan grande como las del piso de arriba, había más oscuridad así que aquel ser estaría bien escondido. El ser le hablo de pronto – Deja tu arma y la dejaré ir ambas podrán irse y yo me llevaré a ese joven, si es que queréis vivir maldita cazadora entrometida, has sido tú la que impidió que pudiéramos llevárnoslo la otra noche que atacamos su casa, coño que puta más metida has resultado –
– No dejaré que te lo llevéis si yo he tenido una cita a con él ni me lo he follado para que os llevéis – Con el gatillo retirado enfrentó la hombre, era un neófito. Este no dudo en lanzarse contra la cazadora logrando que ella tire el arma y se defienda protegiendo que no la muerda.
Frances Thatcher- Cazador Clase Media
- Mensajes : 9
Fecha de inscripción : 25/05/2017
Re: Explosión cerebral (Libre)
- Explosión cerebral -
- Nadie es perfecto, por lo que nada te hace un Dios -
Estaba tan apaciguado recogiendo los libros y recolocándolos de nuevo en las estanterías que al escuchar el grito de la bibliotecaria este se sobresaltó de sobremanera que dejo caer un par de libros al suelo pero por suerte a estos no le pasaron nada en absoluto. Saco un poco de aire de su caja torácica y levanto la mirada hacia dónde provino el grito. Vio que algo se estaba llevando a la dulce bibliotecaria pero en cuanto quería ir a ayudar, una chiquilla en pataletas, calcetas y la blusa con el pequeño corsé interior.
Hermes, quedándose embobado, despertó algo incómodo cuando la muchacha desconocida le había llamado por su propio nombre cuando él jamás se la había cruzado por delante. Era algo extraño a no ser que se la hubiera cruzado en algún evento social y de esta no se acordase, aunque se acordaría. El caso es que en aquel momento, no tenía tiempo para pensar en donde había visto a la joven que en aquel momento ya no estaba delante de él. Escuchando ruidos en lo que parecía el sótano, Hermes fue sin miedo alguno aunque su armamento se lo hubiera dejado en su hogar y se encontró que el acechador estaba forcejeando en el suelo con la joven desconocida. En aquel momento vio a la bibliotecaria asustada en una esquina por lo que aprovecho para ayudarla a salir de aquel incomodo suceso.
- ¡Rápido! Pida ayuda a este hombre – Hermes le dio una tarjeta del señor Kriegsgott, del cual sabía que en este mismo día este estaba en la mansión en su día libre - ¡Digale que le manda Hermes, él sabrá y vendrá enseguida! – Con suerte la mansión de Kriegsgott estaba prácticamente al lado de la biblioteca por lo que sería razonable el que pidiera ayuda, con suerte, sabía que si Monsieur Kriegsgott los ayudaba con aquel desarmado, después tendría que abrir un expediente, tener un par de reuniones y no volvería hasta el mediodía del día siguiente, por lo que por la noche podría tener espacio de sobra para poder atreverse por fin a confesarle sus sentimientos hacia Raisha Kriegsgott, su tutora de instrumentos clásicos.
- ¡Sí, claro! Pero…-La bibliotecaria estaba preocupada por algo más – Tienen que tener cuidado acá, estos libros están en la oscuridad por una razón….
- ¿Qué es? – Pregunto Hermes ahora concentrado más en la advertencia de la bibliotecaria que en la pelea que había detrás suya – No me puede hacer esto, mi curiosidad es inmensamente grande y ahora no voy a poder dormir porque usted me dirá que es alto secreto, que es información cualificada y que un ciudadano común como yo no puede leerlo porque está solo permitido la inquisición que lea estos documentos y eso es completamente injusto en contra de mi curiosidad…
- Vaya…parece que sabe del tema – Dijo la bibliotecaria riendo nerviosa – Pero confié en mí, si alguien se golpea contra las estanterías o contra algún lomo de algún libro, este puede desencadenar muchas cosas malas….
- Vale, entiendo…- dijo Hermes tranquilizándose ya que su curiosidad aumento mucho más – Vaya en busca de este hombre ya…Ella no podrá aguantar mucho. Tendremos mucho cuidado. Lo prometo.
Con aquello dicho, Hermes dejo que la bibliotecaria saliera corriendo de donde estaba y fuese hacia la mansión en busca de Monsieur Kriegsgott. Mientras tanto, Hermes avisto la pistola en el suelo, cubriéndose mientras los otros dos seguían forcejeando y cuando tuvo a tiro el blanco, disparo la pistola de fuego acertando en un costado de aquel hombre que estaba por clavar…. ¿colmillos en la piel de la joven? Parpadeo un poco y reacciono rápido apartando a lo que fuera aquella persona de una patada a la joven que ahora sus ropas intimas estaban cubiertas de sangre. Rápidamente, Hermes se quitó la chaqueta para cubrir la desnudez de la chica mientras intentaba no mirar directamente. Dándose la vuelta, se cruzó de brazos sintiéndose incómodo.
-¿Te encuentras bien? – Escuchaba los gemidos del otro que estaba en el suelo, miró al susodicho y le observo demasiado bien. Había algo que le resultaba familiar pero no sabía el que.
Hermes, quedándose embobado, despertó algo incómodo cuando la muchacha desconocida le había llamado por su propio nombre cuando él jamás se la había cruzado por delante. Era algo extraño a no ser que se la hubiera cruzado en algún evento social y de esta no se acordase, aunque se acordaría. El caso es que en aquel momento, no tenía tiempo para pensar en donde había visto a la joven que en aquel momento ya no estaba delante de él. Escuchando ruidos en lo que parecía el sótano, Hermes fue sin miedo alguno aunque su armamento se lo hubiera dejado en su hogar y se encontró que el acechador estaba forcejeando en el suelo con la joven desconocida. En aquel momento vio a la bibliotecaria asustada en una esquina por lo que aprovecho para ayudarla a salir de aquel incomodo suceso.
- ¡Rápido! Pida ayuda a este hombre – Hermes le dio una tarjeta del señor Kriegsgott, del cual sabía que en este mismo día este estaba en la mansión en su día libre - ¡Digale que le manda Hermes, él sabrá y vendrá enseguida! – Con suerte la mansión de Kriegsgott estaba prácticamente al lado de la biblioteca por lo que sería razonable el que pidiera ayuda, con suerte, sabía que si Monsieur Kriegsgott los ayudaba con aquel desarmado, después tendría que abrir un expediente, tener un par de reuniones y no volvería hasta el mediodía del día siguiente, por lo que por la noche podría tener espacio de sobra para poder atreverse por fin a confesarle sus sentimientos hacia Raisha Kriegsgott, su tutora de instrumentos clásicos.
- ¡Sí, claro! Pero…-La bibliotecaria estaba preocupada por algo más – Tienen que tener cuidado acá, estos libros están en la oscuridad por una razón….
- ¿Qué es? – Pregunto Hermes ahora concentrado más en la advertencia de la bibliotecaria que en la pelea que había detrás suya – No me puede hacer esto, mi curiosidad es inmensamente grande y ahora no voy a poder dormir porque usted me dirá que es alto secreto, que es información cualificada y que un ciudadano común como yo no puede leerlo porque está solo permitido la inquisición que lea estos documentos y eso es completamente injusto en contra de mi curiosidad…
- Vaya…parece que sabe del tema – Dijo la bibliotecaria riendo nerviosa – Pero confié en mí, si alguien se golpea contra las estanterías o contra algún lomo de algún libro, este puede desencadenar muchas cosas malas….
- Vale, entiendo…- dijo Hermes tranquilizándose ya que su curiosidad aumento mucho más – Vaya en busca de este hombre ya…Ella no podrá aguantar mucho. Tendremos mucho cuidado. Lo prometo.
Con aquello dicho, Hermes dejo que la bibliotecaria saliera corriendo de donde estaba y fuese hacia la mansión en busca de Monsieur Kriegsgott. Mientras tanto, Hermes avisto la pistola en el suelo, cubriéndose mientras los otros dos seguían forcejeando y cuando tuvo a tiro el blanco, disparo la pistola de fuego acertando en un costado de aquel hombre que estaba por clavar…. ¿colmillos en la piel de la joven? Parpadeo un poco y reacciono rápido apartando a lo que fuera aquella persona de una patada a la joven que ahora sus ropas intimas estaban cubiertas de sangre. Rápidamente, Hermes se quitó la chaqueta para cubrir la desnudez de la chica mientras intentaba no mirar directamente. Dándose la vuelta, se cruzó de brazos sintiéndose incómodo.
-¿Te encuentras bien? – Escuchaba los gemidos del otro que estaba en el suelo, miró al susodicho y le observo demasiado bien. Había algo que le resultaba familiar pero no sabía el que.
- (c)Kayak -
Hermes Di Bellone- Humano Clase Alta
- Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 21/11/2016
Re: Explosión cerebral (Libre)
Estuvo peleando con aquel vampiro. Fran no pudo sostener sus armas pero sus manos fueron rápidas en evitar ser mordida aun no evito que le salpicara saliva y sangre sobre su pequeñas tetas. Fran pateo al vampiro que se refugió entre la oscuridad riéndose a buen pulmón por la desdicha de la cazadora quien había estado escuchando toda la conversación entre Hermes y la joven bibliotecaria. Los nudillos de Fran se tornaron blancos al estar tan apretados como su mandíbula hasta que mordió le labio inferior. Fran quería llorar pero su orgullo era mas
Frances se quitó el abrigo de Hermes tirándolo al suelo, aunque ella quería llevárselo se sentía herida en aquel momento por escuchar el apellido de aquella mujer y su esposo sabiendo ella los sentimientos de él – Iros con la bibliotecaria y no volváis es mejor que os marchéis en busca de aquella mujer – se mordió mas fuerte su labio inferior Frances dejando que la sangre corra por su mentón lo que resulto atractivo al vampiro que en la oscuridad se relamía con hambre – marchaos Hermes, todo es culpa de ella y tuya – susurró casi adentrándose a la oscuridad.
Regresó. Frances volvió sobre sus pisadas arrebatándole el arma de las manos de Hermes mirándole con rabia con celos y estaba por darse vuelta y adentrarse a la pelea pero antes le metió una bofetada en la mejilla tan fuerte que el vampiro comenzó a burlarse de la cazadora – cazadora aun estáis segura que ese pelafustán de humano está interesado en ti el esta tan enamorado de aquella mujer que es como yo, esta tan excitado por follar a aquella mujer como de declararle sus sentimientos– Frances enfurecida por su realidad apuntó su arma a la oscuridad a ojos cerrados disparando hasta que se escuchó un grito y una maldición a la mujer – maldita te lo demostraré – .
Silencio se escuchó cuando ella ingreso a la oscuridad de aquel piso cuando una de las estanterías se abalanzó sobre ella. El polvo que levantó en aquel momento hizo que Frances tapara su rostro pero un libro se abrió delante de ella dejándola en un estado de trance. El vampiro se adelantó con su habilidad a Hermes y Frances les mostró lo que cada uno tenía. A Frances le mostró todo lo que Hermes anhelaba.
Visión sobre los deseos de Hermes
– Hermes soy yo, Raisha. Ven querido es hora de que te levantes y vayas a la sinfónica como director no puedes faltar y nuestro hijo se ve maravilloso, mira ha tomado el anillo que me diste. Aun recuerdo cuando te confesaste a mi esa noche cuando murió aquella mujer y mi esposo. Estaba devastada y tu me confesaste tu amor y me tomaste como tu mujer Hermes de hecho mi amor quiero hacerlo ahora y aquí – Frances apreció una escena de sexo tan vulgar como deprimente para ella.
Visión sobre los deseos de Frances
– Hermes puedes tocar de nuevo, me encanta verte tocar así tu chelo es hermoso y me enamora más cada día. Desde aquella noche que me salvaste debo decir que siempre te he amado te he seguido por días sabía de ti todo y ahora estoy lista para confesarte mis sentimientos. Yo te amo Hermes y quiero… – Hermes se lanza sobre ella en una escena de sexo dulce, una escena de amor
Fin de las visiones
Frances no pudo contenerse y gritó fuerte disparando por todo lado. Algo la había poseído con fuerza que no paraba de apuntar su arma contra el vampiro al que le propinó una bala en la cabeza. El vampiro cayó, pero ella no se quedó contenta corrió sin dejar de disparar a los fantasmas de aquella visión disparando a los libros que cayeron sobre ella y el vampiro quedando ambos en un estado crítico.
Frances se mantenía en sus ropas intimas y el vampiro estaba a medio morir. Pero ambos estaban en un estado de sueño peleando.
Frances se quitó el abrigo de Hermes tirándolo al suelo, aunque ella quería llevárselo se sentía herida en aquel momento por escuchar el apellido de aquella mujer y su esposo sabiendo ella los sentimientos de él – Iros con la bibliotecaria y no volváis es mejor que os marchéis en busca de aquella mujer – se mordió mas fuerte su labio inferior Frances dejando que la sangre corra por su mentón lo que resulto atractivo al vampiro que en la oscuridad se relamía con hambre – marchaos Hermes, todo es culpa de ella y tuya – susurró casi adentrándose a la oscuridad.
Regresó. Frances volvió sobre sus pisadas arrebatándole el arma de las manos de Hermes mirándole con rabia con celos y estaba por darse vuelta y adentrarse a la pelea pero antes le metió una bofetada en la mejilla tan fuerte que el vampiro comenzó a burlarse de la cazadora – cazadora aun estáis segura que ese pelafustán de humano está interesado en ti el esta tan enamorado de aquella mujer que es como yo, esta tan excitado por follar a aquella mujer como de declararle sus sentimientos– Frances enfurecida por su realidad apuntó su arma a la oscuridad a ojos cerrados disparando hasta que se escuchó un grito y una maldición a la mujer – maldita te lo demostraré – .
Silencio se escuchó cuando ella ingreso a la oscuridad de aquel piso cuando una de las estanterías se abalanzó sobre ella. El polvo que levantó en aquel momento hizo que Frances tapara su rostro pero un libro se abrió delante de ella dejándola en un estado de trance. El vampiro se adelantó con su habilidad a Hermes y Frances les mostró lo que cada uno tenía. A Frances le mostró todo lo que Hermes anhelaba.
Visión sobre los deseos de Hermes
– Hermes soy yo, Raisha. Ven querido es hora de que te levantes y vayas a la sinfónica como director no puedes faltar y nuestro hijo se ve maravilloso, mira ha tomado el anillo que me diste. Aun recuerdo cuando te confesaste a mi esa noche cuando murió aquella mujer y mi esposo. Estaba devastada y tu me confesaste tu amor y me tomaste como tu mujer Hermes de hecho mi amor quiero hacerlo ahora y aquí – Frances apreció una escena de sexo tan vulgar como deprimente para ella.
Visión sobre los deseos de Frances
– Hermes puedes tocar de nuevo, me encanta verte tocar así tu chelo es hermoso y me enamora más cada día. Desde aquella noche que me salvaste debo decir que siempre te he amado te he seguido por días sabía de ti todo y ahora estoy lista para confesarte mis sentimientos. Yo te amo Hermes y quiero… – Hermes se lanza sobre ella en una escena de sexo dulce, una escena de amor
Fin de las visiones
Frances no pudo contenerse y gritó fuerte disparando por todo lado. Algo la había poseído con fuerza que no paraba de apuntar su arma contra el vampiro al que le propinó una bala en la cabeza. El vampiro cayó, pero ella no se quedó contenta corrió sin dejar de disparar a los fantasmas de aquella visión disparando a los libros que cayeron sobre ella y el vampiro quedando ambos en un estado crítico.
Frances se mantenía en sus ropas intimas y el vampiro estaba a medio morir. Pero ambos estaban en un estado de sueño peleando.
Frances Thatcher- Cazador Clase Media
- Mensajes : 9
Fecha de inscripción : 25/05/2017
Re: Explosión cerebral (Libre)
- Explosión cerebral -
- Nadie es perfecto, por lo que nada te hace un Dios -
Hermes rápidamente salió de aquella pesadilla gracias a uno de sus anillos encantados que le regalo una conocida de su abuela. Este, al ver que la muchacha estaba disparando como loca, no se pensó dos veces el dejarla ahí para que esta se desahogara subiendo por donde había venido antes siguiendo a la joven que ahora se había vuelto loca. Comenzó a subir la escalinata de piedra encontrándose con la bibliotecaria que seguía corriendo hacia la salida, Hermes en cambio se fue hasta una de las estanterías para poder resguardarse de aquella muchacha despechada. En realidad no sabía lo que había visto en aquella ilusión.
Ahora mismo lo que Hermes quería era no ver a Rolf, no quería estar cerca de la presencia desquiciada de la muchacha la cual supuestamente estaba bien metida por él. Él sin embargo no la conocía de nada y no sabía que….mejor no pensar en la muchacha, estaba pendiente de salir de ahí vivo y coleando como fuera pero un traspiés le llevó a caer sobre otra persona, un hombre – Vaya perdóneme – salió entonces corriendo y cada vez andaba menos consiguiendo llegar a un lugar apartado del exterior de la biblioteca. Pudo ver a Rolf que se acercaba con un par de policías y soldados a su nombre, la diferencia de uniformes marcaba la diferencia de cada uno mientras Hermes intentaba recuperar el aliento.
Cuando se sentó, la bibliotecaria se le acerco con un paño que se lo puso en la frente para quitarle el sudor que le salía de repente. Solamente suspiraba e intentaba coger aire, pero no podía hasta que la bibliotecaria le dijo que respirase y hasta que lo hizo no logro ralentizar su acelerada respiración.
Ahora mismo lo que Hermes quería era no ver a Rolf, no quería estar cerca de la presencia desquiciada de la muchacha la cual supuestamente estaba bien metida por él. Él sin embargo no la conocía de nada y no sabía que….mejor no pensar en la muchacha, estaba pendiente de salir de ahí vivo y coleando como fuera pero un traspiés le llevó a caer sobre otra persona, un hombre – Vaya perdóneme – salió entonces corriendo y cada vez andaba menos consiguiendo llegar a un lugar apartado del exterior de la biblioteca. Pudo ver a Rolf que se acercaba con un par de policías y soldados a su nombre, la diferencia de uniformes marcaba la diferencia de cada uno mientras Hermes intentaba recuperar el aliento.
Cuando se sentó, la bibliotecaria se le acerco con un paño que se lo puso en la frente para quitarle el sudor que le salía de repente. Solamente suspiraba e intentaba coger aire, pero no podía hasta que la bibliotecaria le dijo que respirase y hasta que lo hizo no logro ralentizar su acelerada respiración.
- (c)Kayak -
Hermes Di Bellone- Humano Clase Alta
- Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 21/11/2016
Re: Explosión cerebral (Libre)
Frances apenas pudo escuchar una voz que la llamaba de una manera dulce y suave sentía de su cabeza correr un cálido líquido que le calentaba el rostro trató de levantarse pero algo la apresaba hasta que abrió los ojos de golpe viéndose a si misma atrapada bajo un estantería muy cerca de aquel vampiro. Fran trató de empujar los libros pero no lo conseguía solo lograba enterrarse más un pedazo de metal en la pierna que la dolía. Que se ha percatado en ese instante que el muchacho ya no estaba fue entonces que sus lágrimas salieron, unas lágrimas de pura tristeza y dolor al tumbarse y esperar la muerte.
Frances no podía creer que aquel al que ella amaba la había abandonado porque aquel estaba pringado por otra mujer una vampira. Cubrió sus ojos con su brazo sollozando en puro silencio, o hasta que el vampiro se levantó empujando con su fuerza los libros tan rápido como ha salido se ha puesto a cara de Frances riéndose dispuesto a matarla – cazadora veis como todo cae por su cuenta aquel pusilánime no te ama el solo tiene ojos para su vampira porque no te haces vampira y compites por su amor es justo o venga que podeis ser mi vampira una virgen como tu seria una gozada – buscó morderla y una bala le impacto el corazón cayendo a un lado.
Frances estaba aturdida y vio un hombre alto maduro para la edad entrar y tenderle la mano, estaba con otros hombres, pero ella no estaba escuchando realmente no podía olvidar lo que vi con aquella ilusión y ver que su gran amor la había abandonado. Aquel inquisidor la tomó entre sus brazos llevándola fuera dejando a su sub alternos que acabaran por completo con aquel vampiro, que la llevó hasta afuera y ahí lo vio con la bibliotecaria soltando lágrimas de dolor – pero que tengo de malo es porque no soy muy femenina como esa mujer y aquella vampira Raisha, es porque soy muy tosca y ruda es por eso que Hermes no me ama y ama a esa mujer – que se comenzó a reír con dolor acunándose contra el pecho del inquisidor cuando lo vio mejor a los ojos lo reconoció era el esposo de la vampira, para ese momento sintió frio en su cuerpo por mencionar el nombre de su esposa y el de Hermes, sus nervios la traicionaron y la herida en su pierna comenzó a borbotear bastante sangre como para resultarle doloroso – AAAAAAAYYYYYYYYYYYYY – gritó con fuerza con su sangre cayendo al suelo hasta que fue llevada al hospital
Frances al pasar junto a Hermes desvió la mirada y cuando vio al inquisidor no dudo en agarrarse de la chaqueta de el con fuerza como para quedar blanca – Siento haber nacido así – Frances perdió el conocimiento en ese momento despertando en el hospital.
Frances no podía creer que aquel al que ella amaba la había abandonado porque aquel estaba pringado por otra mujer una vampira. Cubrió sus ojos con su brazo sollozando en puro silencio, o hasta que el vampiro se levantó empujando con su fuerza los libros tan rápido como ha salido se ha puesto a cara de Frances riéndose dispuesto a matarla – cazadora veis como todo cae por su cuenta aquel pusilánime no te ama el solo tiene ojos para su vampira porque no te haces vampira y compites por su amor es justo o venga que podeis ser mi vampira una virgen como tu seria una gozada – buscó morderla y una bala le impacto el corazón cayendo a un lado.
Frances estaba aturdida y vio un hombre alto maduro para la edad entrar y tenderle la mano, estaba con otros hombres, pero ella no estaba escuchando realmente no podía olvidar lo que vi con aquella ilusión y ver que su gran amor la había abandonado. Aquel inquisidor la tomó entre sus brazos llevándola fuera dejando a su sub alternos que acabaran por completo con aquel vampiro, que la llevó hasta afuera y ahí lo vio con la bibliotecaria soltando lágrimas de dolor – pero que tengo de malo es porque no soy muy femenina como esa mujer y aquella vampira Raisha, es porque soy muy tosca y ruda es por eso que Hermes no me ama y ama a esa mujer – que se comenzó a reír con dolor acunándose contra el pecho del inquisidor cuando lo vio mejor a los ojos lo reconoció era el esposo de la vampira, para ese momento sintió frio en su cuerpo por mencionar el nombre de su esposa y el de Hermes, sus nervios la traicionaron y la herida en su pierna comenzó a borbotear bastante sangre como para resultarle doloroso – AAAAAAAYYYYYYYYYYYYY – gritó con fuerza con su sangre cayendo al suelo hasta que fue llevada al hospital
Frances al pasar junto a Hermes desvió la mirada y cuando vio al inquisidor no dudo en agarrarse de la chaqueta de el con fuerza como para quedar blanca – Siento haber nacido así – Frances perdió el conocimiento en ese momento despertando en el hospital.
Frances Thatcher- Cazador Clase Media
- Mensajes : 9
Fecha de inscripción : 25/05/2017
Re: Explosión cerebral (Libre)
Todo habia pasado demasiado rápido que ni él mismo se habia percatado de nada. Bueno sí.
Recapituló.
Primero habia ido a la biblioteca en busca de informacion posible para algun tipo de cosa que ya no recordaba en realidad, sin embargo acabo metido en un embrollo con un vampiro, una cazadora loca y bastante ruda para su tipo de mujer y ahora estaba tendido en el suelo donde le estaban atendiendo las heridas que tuviera en aquel momento. Era evidente que la muchacha había sido una bocazas porque la mirada que le echó Rolf a Hermes había sido como una cuchilla lanzada directo a una diana haciendo diana de lleno.
Hermes solamente pudo tranquilizarse y relajarse debido a que no estaba para broncas en aquel momento. Lo que le extrañaba era ¿Que narices hacía un vampiro a la luz del día? ¿Se habría extraviado? ¿Que vampiro tenia ese tipo de poder o que? ¿O habia sido el libro abierto de la sala prohibida del sótano?
Hermes cada vez entendía cada vez menos. Lo que no podia hacer en una temporada era ver a Raisha y eso a él le quemaba en demasia. No podía levantar sospechas o al menos era un malentendido el de Rolf. Hermes, al ser un fan incondicional del cello tenía clases privadas por la noche con la mujer Raisha, una vampira en las que Hermes solamente la contemplaba y pensaba que era hermosa, como su amor platónico pero era solamente eso, un amor platónico en el que solamente Raisha estaba completamente en sus sueños más profundos.
- Monsieur Di Bellone....
Hermes supo que era la voz de Rolf. Estaba temblando como un feliz flan antes de ser comido por un alma hambrienta, pero lo que sus oídos escucharon, le pillo desprevenido por todos lados. Rolf se había agachado a la altura de Hermes en el suelo.
- Entiendo su apreciación por su profesora de música particular, pero no voy a dudar en usar mi revolver contra su entrepierna si osa pensar o si quiera intentar algo para arrebatarme a mi esposa de mi lado....- Rolf acabó con una sonrisa amistosa y revolvio de manera sarcástica los cabellos rubios de Hermes.
Recapituló.
Primero habia ido a la biblioteca en busca de informacion posible para algun tipo de cosa que ya no recordaba en realidad, sin embargo acabo metido en un embrollo con un vampiro, una cazadora loca y bastante ruda para su tipo de mujer y ahora estaba tendido en el suelo donde le estaban atendiendo las heridas que tuviera en aquel momento. Era evidente que la muchacha había sido una bocazas porque la mirada que le echó Rolf a Hermes había sido como una cuchilla lanzada directo a una diana haciendo diana de lleno.
Hermes solamente pudo tranquilizarse y relajarse debido a que no estaba para broncas en aquel momento. Lo que le extrañaba era ¿Que narices hacía un vampiro a la luz del día? ¿Se habría extraviado? ¿Que vampiro tenia ese tipo de poder o que? ¿O habia sido el libro abierto de la sala prohibida del sótano?
Hermes cada vez entendía cada vez menos. Lo que no podia hacer en una temporada era ver a Raisha y eso a él le quemaba en demasia. No podía levantar sospechas o al menos era un malentendido el de Rolf. Hermes, al ser un fan incondicional del cello tenía clases privadas por la noche con la mujer Raisha, una vampira en las que Hermes solamente la contemplaba y pensaba que era hermosa, como su amor platónico pero era solamente eso, un amor platónico en el que solamente Raisha estaba completamente en sus sueños más profundos.
- Monsieur Di Bellone....
Hermes supo que era la voz de Rolf. Estaba temblando como un feliz flan antes de ser comido por un alma hambrienta, pero lo que sus oídos escucharon, le pillo desprevenido por todos lados. Rolf se había agachado a la altura de Hermes en el suelo.
- Entiendo su apreciación por su profesora de música particular, pero no voy a dudar en usar mi revolver contra su entrepierna si osa pensar o si quiera intentar algo para arrebatarme a mi esposa de mi lado....- Rolf acabó con una sonrisa amistosa y revolvio de manera sarcástica los cabellos rubios de Hermes.
Hermes Di Bellone- Humano Clase Alta
- Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 21/11/2016
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