Jugando a las escondidas [Logan B.]

por **Johanna Wilder** Lun Nov 15, 2010 8:08 pm

Sus pies levantaban las hojas secas del otoño, sus manos rozaban las lapidas mientras Elliot, el gato, rondaba entre sus pies, pasando por en medio de estas a cada paso en una eterna danza, sincronizados a la perfección porque ella no agachaba la mirada para ver donde estaba el gato y no pisarlo y el a su vez parecía no inmutarse por sus pies sino, adivinar su andar y moverse antes de poder ser aplastado, danzaban en un mar de risas y aplausos, de hojas muertas crujiendo bajo sus pies, surcaban la necrópolis con una alegría impropia de quien a un muerto va a ver, porque ella no tenia preocupes, su amor estaba con ella y mientras no le abandonase su cordura, o falsa cordura seguiría en pie.

-vamos Elliot, hasta el amanecer- susurro con una melódica voz que parecía un perfecto tintineo en alguna lengua muerta, el gato pareció responder con un sordo maullido restregando su delgado y afelpado cuerpo contra el de su dueña porque a ella pertenecían sus servicios, salto con la agilidad propia de un felino a una lapida meciendo su negra cola como un péndulo por encima de su cabeza, con aquellas esmeraldas por iris, con aquel rostro impasible, era un demonio con cuerpo felino, asechando siempre el bien de Johanna o quizas procurando, encontrar el momento de arrojarla al vacio, a una fosa de la cual nadie podría sacarla.

-jugaremos a las escondidas…¿estas listo?- le cuestiono girando sobre sus talones, dándole la espalda, dejando ver las cintillas del vestido sujetas a su espalda entre la mata de negros cabellos, escondidas como un preciado tesoro –uno…dos…tres- comenzó a contar como quien cuenta el tiempo de conocer el mas grande secreto porque los juegos eran su modo de vida, jugar a vivir y tener cordura, a no haber asesinado jamás a su marido, a que este era un gato aquel que le seguía fielmente, jugar a ser alguien…

-cuatro…cinco…seis- exclamo en voz alta con la mirada fija en el terroso suelo, su vestido rosando el suelo, manchándose sin mas, ensuciándola –siete…ocho…nueve- meció su cuerpo como una hoja intentando escuchar los pasos del animal el cual se habia ocultado tras una lapida como si realmente pudiese entender lo que los rosados labios de la humana emanaban, como si fuese algo mas que un simple humano -¿estas listo Elliot?- llamo al aire sin recibir respuesta, estaba lista para jugar –diez…- susurro con una amplia sonrisa deformando sus labios, giro sobre sus talones y abrió los parpados con lentitud esperando toparse con una negra inmensidad en que buscar a su preciado Elliot.