AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
Akershus en llamas (Privado)(+18)
2 participantes
Página 1 de 1.
Akershus en llamas (Privado)(+18)
Al galope sobre mi espectro, con Sirius, mi hijo envuelto en una manta y dormido contra mi pecho cruzaba las brumas del norte rumbo a mi castillo.
En mi mente solo una idea, sacar a ese peligroso bebe adelante, apenas tenia dos años y ya había causado muertes, era el caos, y mi misión controlarlo.
Bajé la capucha de mis pieles, el vaho escapó de mis labios cuando alcé el rostro pidiendo a los arqueros apostillados en las almenas que alzaran el rastrillo ante su conde.
Mi petición fue escuchada, ejecutada de inmediato y atravesé el portón con regio porte.
Emprendí de nuevo galope hasta las caballerizas donde desmonté de un salto dejando a la montura a manos del joven mozo que a esas horas hacia guardia frente al establo.
Mi esposa en la balconada, preocupada por mi retraso, bella como el mismo alba que pronto acariciaría sus dorados cabellos y envuelta en pieles norteñas que convertían ese aspecto de refinada señorita parisina en el de una vikinga, mi vikinga.
Llegaba tarde a lo que iba a ser nuestra noche, su cumpleaños y sus esmeraldas me gritaron desde arriba impetuosas que hoy tronaría en mi cuarto.
No sabia aun cuanta razón tenia, pues sabia que ese niño no iba a sr de su agrado.
Subí los escalones que me llevaban al piso superior de dos en dos, con la criatura aun dormida entre mis brazos.
No alcancé la puerta cuando Valeria la abrió, mi demonio me repasó preocupada, buscando herida alguna de batalla en mi cuerpo, mas solo encontró el pequeño cuerpo envuelto y sin palabras podía leer como pedía con su inquisitiva mirada una explicación.
-Es mi hijo … -dije antes de recibir un guantazo que me cruzó la cara.
Vale, me lo merecía, aunque el gruñido que escapó de mi garganta indicaba lo poco o nada que me gustaba que me pegara.
-No es de este tiempo, si no de ese futuro en el que no existes Valeria, nunca te he sido infiel, ni en pensamiento -rugí contra sus labios buscando que me dejara espacio para entrar en nuestro cuarto.
Como un vendaval me adentré en nuestra cámara dejando a la criatura sobre nuestro lecho, su pelo de cuervo caía ocultando el infantil rostro.
Me giré para enfrentar a mi mujer y tiré de su cintura orillandola contra mi cuerpo con una ladeada sonrisa.
-Antes de que te enfades -susurré contra sus labios -te diré que te recompensaré. Es mi hijo ¿que podía hacer? En su realidad es perseguido por la inquisición, no podía dejarlo allí.
Tenemos a Fio y Valeska, Orn, Soleil y Dritt, por uno mas, no lo vamos a notar – me excusé con una picara sonrisa llevando mi mano a su vientre -y los que me darás...
En mi mente solo una idea, sacar a ese peligroso bebe adelante, apenas tenia dos años y ya había causado muertes, era el caos, y mi misión controlarlo.
Bajé la capucha de mis pieles, el vaho escapó de mis labios cuando alcé el rostro pidiendo a los arqueros apostillados en las almenas que alzaran el rastrillo ante su conde.
Mi petición fue escuchada, ejecutada de inmediato y atravesé el portón con regio porte.
Emprendí de nuevo galope hasta las caballerizas donde desmonté de un salto dejando a la montura a manos del joven mozo que a esas horas hacia guardia frente al establo.
Mi esposa en la balconada, preocupada por mi retraso, bella como el mismo alba que pronto acariciaría sus dorados cabellos y envuelta en pieles norteñas que convertían ese aspecto de refinada señorita parisina en el de una vikinga, mi vikinga.
Llegaba tarde a lo que iba a ser nuestra noche, su cumpleaños y sus esmeraldas me gritaron desde arriba impetuosas que hoy tronaría en mi cuarto.
No sabia aun cuanta razón tenia, pues sabia que ese niño no iba a sr de su agrado.
Subí los escalones que me llevaban al piso superior de dos en dos, con la criatura aun dormida entre mis brazos.
No alcancé la puerta cuando Valeria la abrió, mi demonio me repasó preocupada, buscando herida alguna de batalla en mi cuerpo, mas solo encontró el pequeño cuerpo envuelto y sin palabras podía leer como pedía con su inquisitiva mirada una explicación.
-Es mi hijo … -dije antes de recibir un guantazo que me cruzó la cara.
Vale, me lo merecía, aunque el gruñido que escapó de mi garganta indicaba lo poco o nada que me gustaba que me pegara.
-No es de este tiempo, si no de ese futuro en el que no existes Valeria, nunca te he sido infiel, ni en pensamiento -rugí contra sus labios buscando que me dejara espacio para entrar en nuestro cuarto.
Como un vendaval me adentré en nuestra cámara dejando a la criatura sobre nuestro lecho, su pelo de cuervo caía ocultando el infantil rostro.
Me giré para enfrentar a mi mujer y tiré de su cintura orillandola contra mi cuerpo con una ladeada sonrisa.
-Antes de que te enfades -susurré contra sus labios -te diré que te recompensaré. Es mi hijo ¿que podía hacer? En su realidad es perseguido por la inquisición, no podía dejarlo allí.
Tenemos a Fio y Valeska, Orn, Soleil y Dritt, por uno mas, no lo vamos a notar – me excusé con una picara sonrisa llevando mi mano a su vientre -y los que me darás...
Última edición por Höor Cannif el Sáb Ago 05, 2017 3:36 am, editado 1 vez
Höor Cannif- Realeza Neerlandesa
- Mensajes : 976
Fecha de inscripción : 21/09/2016
Localización : el placentero infierno de tus piernas.
Re: Akershus en llamas (Privado)(+18)
La decisión de quedarme en el Norte no fue de la noche a la mañana. Dejé a mi bella e inolvidable Paris, sin despedirme. Lo que iba a ser un viaje fugaz para ver a mis hijas por quizás la última vez...terminó en estancia definitiva. No iba a ser fácil después de lo ocurrido, más que nunca necesité sentirme arropada y amada por el hombre que no había abandonado mi pensamiento ni un solo instante. Él, Hoör Cannif.
El destino nos unió, encauzarnos en la misma dirección pero con distintas bifurcaciones. Nuestra vida no era ni sería perfecta nunca, tendríamos obstáculos, situacciones insostenibles...y pruebas que pasar para que nuestro amor se reforzase. La llegada de mi primer hijo varón no fue bien acogida por mi esposo, aún a sabiendas que vivía con la duda... de si podía ser de él, su orgullo herido le impedía aceptar que mi pequeño pudiese ser un Cannif. Y Drittsekk como bien lo bautizaron nada más nacer, “bastardo” en esas lengua que me volvía completamente loca... así sería llamado.
Y la tormenta vino acompañada de un sol resplandeciente, mi pequeña Soleil. Apenas tenía un mes de vida cuando la recogí de aquel callejón en donde una joven madre, lloraba desconsolada pues no quería que su bebé se muriese de hambre tal como ella lo estaba pasando. Mi vida había cambiado radicalmente, de mí dependían aquellas cuatro criaturas, más el pequeño Orn al que recogimos en aquella aldea. No pude negarme, la necesidad de un hogar...y el mío era tan enorme que ni nos enteraríamos, así era.
Hoör partió de noche, prometió que volvería temprano..antes de que incluso abriese los ojos pero en absoluto fue así. Acababa de dormir al pequeño Dritt junto a Soleil en la cuna, ambos dormían mejor juntos que por separado, lo mismo ocurría con mis pequeñas,...una al lado de la otra. La llegada de su corcel me alivió el corazón, latía apresurado...nunca tenía en mi mano el saber si se encontraba bien, si volvería y lo hizo...pero no solo. No esperé su respuesta , menos un regalo así de cumpleaños, del cual se había olvidado.
-Tu hijo.-repetí sin procesa la información, un tortazo, miradas desafiantes...labios entreabiertos, respirando sobre los labios del otro. “Otra realidad” , demasiado para formarlo en mi cabeza, giré el rostro en cuanto entró como un ventisco...no era eso lo que esperaba. Ya estaba recuperada del parto y demás, lo esperaba ansiosa para perdernos juntos en la cama durante todo el día pero el plan iba a ser uno muy diferente -Me traes de regalo de cumpleaños tu hijo, el de otra que tuviste en una realidad en donde no existo -de locos, el pequeño no tenía culpa...eso era un hecho.
Cuando Dritt nació, algo se rompió entre nosotros. Decidir tener a ese bebé siempre tendríamos la sombra de la duda pero no me importó, la criatura no tenía la culpa al igual que aquel que tenía sentado en mi cama, en donde debía estar yo y no precisamente enfadada. Tensé el gesto, él sí era un Cannif supuestamente, era hijo de Hoör mientras Dritt...sería el bastardo eterno. Aparté la mano de mi vientre, para él ni Soleil ni mi pequeño eran considerados hijos...y sin embargo para mí todos lo eran.
-Ya tienes entonces a tu hijo varón , tu honor...de tu sangre -junté los labios visiblemente molesta. Él no me comprendió, quiso que matase al pequeño que portaba en mi vientre, repetí sus mismas palabras -Eso mismo te dije yo ¿qué podía hacer? Es mi hijo pese a poder quizás tener la sangre de ese infeliz -me acerqué al lecho, en donde el pequeño descansaba, siseé para que no me temiese y suspiré, despacio tendí la mano para enredarla en su cabello y peinárselo con los dedos. Me quité las pieles y se las ofrecí, colocándola y envolviendo al pequeño cuerpo que comenzó a temblar -Tranquilo , amour -susurré melosa...al contrario que su padre,no echaba en cara su comportamiento -Ya ha pasado, entrarás en caliente y...un buen baño ...aplazaremos la fiesta. .-mi primera fiesta en el norte, una en la que él y yo éramos los protagonistas... seguíamos distantes, echándonos tierra sobre nosotros mismos, sin poder avanzar...volver a estar tan enamorados como lo estuvimos en esa cueva.
Bajé la mirada, me encontraba cansada de esperar...demasiado, mi gesto se tensó cuando me levanté, nuestras miradas se cruzaron. Lo miré no con odio y rabia, tristeza....pues habíamos perdido algo que no se si podíamos volver a encontrar...esa paz que solo el otro era capaz de aportar. Mi noruego, se había perdido , estaba cansada de discutir... -Todos te encuentran...menos yo. Busco el camino...-murmuré dejándoles a solas, aquella mañana había vuelto a ...dar un giro a nuestras vidas.
El destino nos unió, encauzarnos en la misma dirección pero con distintas bifurcaciones. Nuestra vida no era ni sería perfecta nunca, tendríamos obstáculos, situacciones insostenibles...y pruebas que pasar para que nuestro amor se reforzase. La llegada de mi primer hijo varón no fue bien acogida por mi esposo, aún a sabiendas que vivía con la duda... de si podía ser de él, su orgullo herido le impedía aceptar que mi pequeño pudiese ser un Cannif. Y Drittsekk como bien lo bautizaron nada más nacer, “bastardo” en esas lengua que me volvía completamente loca... así sería llamado.
Y la tormenta vino acompañada de un sol resplandeciente, mi pequeña Soleil. Apenas tenía un mes de vida cuando la recogí de aquel callejón en donde una joven madre, lloraba desconsolada pues no quería que su bebé se muriese de hambre tal como ella lo estaba pasando. Mi vida había cambiado radicalmente, de mí dependían aquellas cuatro criaturas, más el pequeño Orn al que recogimos en aquella aldea. No pude negarme, la necesidad de un hogar...y el mío era tan enorme que ni nos enteraríamos, así era.
Hoör partió de noche, prometió que volvería temprano..antes de que incluso abriese los ojos pero en absoluto fue así. Acababa de dormir al pequeño Dritt junto a Soleil en la cuna, ambos dormían mejor juntos que por separado, lo mismo ocurría con mis pequeñas,...una al lado de la otra. La llegada de su corcel me alivió el corazón, latía apresurado...nunca tenía en mi mano el saber si se encontraba bien, si volvería y lo hizo...pero no solo. No esperé su respuesta , menos un regalo así de cumpleaños, del cual se había olvidado.
-Tu hijo.-repetí sin procesa la información, un tortazo, miradas desafiantes...labios entreabiertos, respirando sobre los labios del otro. “Otra realidad” , demasiado para formarlo en mi cabeza, giré el rostro en cuanto entró como un ventisco...no era eso lo que esperaba. Ya estaba recuperada del parto y demás, lo esperaba ansiosa para perdernos juntos en la cama durante todo el día pero el plan iba a ser uno muy diferente -Me traes de regalo de cumpleaños tu hijo, el de otra que tuviste en una realidad en donde no existo -de locos, el pequeño no tenía culpa...eso era un hecho.
Cuando Dritt nació, algo se rompió entre nosotros. Decidir tener a ese bebé siempre tendríamos la sombra de la duda pero no me importó, la criatura no tenía la culpa al igual que aquel que tenía sentado en mi cama, en donde debía estar yo y no precisamente enfadada. Tensé el gesto, él sí era un Cannif supuestamente, era hijo de Hoör mientras Dritt...sería el bastardo eterno. Aparté la mano de mi vientre, para él ni Soleil ni mi pequeño eran considerados hijos...y sin embargo para mí todos lo eran.
-Ya tienes entonces a tu hijo varón , tu honor...de tu sangre -junté los labios visiblemente molesta. Él no me comprendió, quiso que matase al pequeño que portaba en mi vientre, repetí sus mismas palabras -Eso mismo te dije yo ¿qué podía hacer? Es mi hijo pese a poder quizás tener la sangre de ese infeliz -me acerqué al lecho, en donde el pequeño descansaba, siseé para que no me temiese y suspiré, despacio tendí la mano para enredarla en su cabello y peinárselo con los dedos. Me quité las pieles y se las ofrecí, colocándola y envolviendo al pequeño cuerpo que comenzó a temblar -Tranquilo , amour -susurré melosa...al contrario que su padre,no echaba en cara su comportamiento -Ya ha pasado, entrarás en caliente y...un buen baño ...aplazaremos la fiesta. .-mi primera fiesta en el norte, una en la que él y yo éramos los protagonistas... seguíamos distantes, echándonos tierra sobre nosotros mismos, sin poder avanzar...volver a estar tan enamorados como lo estuvimos en esa cueva.
Bajé la mirada, me encontraba cansada de esperar...demasiado, mi gesto se tensó cuando me levanté, nuestras miradas se cruzaron. Lo miré no con odio y rabia, tristeza....pues habíamos perdido algo que no se si podíamos volver a encontrar...esa paz que solo el otro era capaz de aportar. Mi noruego, se había perdido , estaba cansada de discutir... -Todos te encuentran...menos yo. Busco el camino...-murmuré dejándoles a solas, aquella mañana había vuelto a ...dar un giro a nuestras vidas.
Valeria Cavey- Realeza Neerlandesa
- Mensajes : 421
Fecha de inscripción : 26/05/2016
Localización : Paris
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Akershus en llamas (Privado)(+18)
Observé las apagadas esmeraldas de mi mujer, sus palabras confirmaron lo que yo ya sabia que no encontraba en mi al hombre que un día conoció..pero ¿podía culparme? Quizás ese hombre de París solo era un espejismo, no tenia que demostrar nada ante los míos y la verdad, como era con ella no era con nadie mas.
Pero no consideraba que ahora la tratara peor, la amaba de igual forma o incluso mas, solo que el reproche continuo pintado en el lienzo de sus labios era una carga difícil de soportar.
Muchas veces pensé en darle la libertad, dejarla partir a París y que rehiciera allí su vida con otro que pudiera entenderla como yo no lo hacia ¿que me detenía? El egoísmo puro y duro, aun sabiendo que ella no estaba bien a mi lado, yo necesitaba su cuerpo en mi lecho, sus labios sobre los míos y esa mirada penetrante clavándose en mi iris.
La detuve cuando pensó en abandonar la habitación, mis dedos acariciaron la palma de su mano, lentos ascendieron por su muñeca, su antebrazo y la atraje contra mi cuerpo dejando que mis labios acariciaran los ajenos despacio.
-No ha terminado la noche Valeria, estoy aquí y el niño duerme, nuestros hijos también lo hacen...y si... ¿yacemos juntos? -pregunte contra su boca mordiendo su inferior, lamiéndolo después para incitarla a abrirme el camino que necesitaba.
Mi hombría alzada acarició su vientre en una suplica muda mientras mis tormentas se hundían en esos profundos océanos que me miraban plagados de deseo aunque ella lo negara.
Gruñí de placer contra sus labios apretando mas su cuerpo contra el mio, suplicando una tregua en aquel día extraño.
-Se que es tu cumpleaños -susurré con la voz ronca -déjame recompensarte en el lecho -pedí introduciendo voraz mi lengua en la ajena, arrasando con ella todos los despropósitos de aquella afrenta, saqueando su esencia, suplicando una redención mientras mis manso sobrevolaban voraces su cuerpo buscando despojarla de esa armadura que se había puesto ante mi.
-Te deseo -susurré mordiendo su mandíbula, deslizando un sin fin de besos húmedos por su cuello en busca de esas montañas que ahora alzaba con mis manos para que mi boca las coronara.
La alcé por las nalgas, mi hombría presionó su centro mientras mi pasos se perdían en la inmensa balconada, la noche seria fiel testigo de nuestra pasión si ella no me detenía en este intento de reconciliación.
-Valeria -gruñí contra su boca -Mi demonio con faldas -bromeé con la voz ronca.
Pero no consideraba que ahora la tratara peor, la amaba de igual forma o incluso mas, solo que el reproche continuo pintado en el lienzo de sus labios era una carga difícil de soportar.
Muchas veces pensé en darle la libertad, dejarla partir a París y que rehiciera allí su vida con otro que pudiera entenderla como yo no lo hacia ¿que me detenía? El egoísmo puro y duro, aun sabiendo que ella no estaba bien a mi lado, yo necesitaba su cuerpo en mi lecho, sus labios sobre los míos y esa mirada penetrante clavándose en mi iris.
La detuve cuando pensó en abandonar la habitación, mis dedos acariciaron la palma de su mano, lentos ascendieron por su muñeca, su antebrazo y la atraje contra mi cuerpo dejando que mis labios acariciaran los ajenos despacio.
-No ha terminado la noche Valeria, estoy aquí y el niño duerme, nuestros hijos también lo hacen...y si... ¿yacemos juntos? -pregunte contra su boca mordiendo su inferior, lamiéndolo después para incitarla a abrirme el camino que necesitaba.
Mi hombría alzada acarició su vientre en una suplica muda mientras mis tormentas se hundían en esos profundos océanos que me miraban plagados de deseo aunque ella lo negara.
Gruñí de placer contra sus labios apretando mas su cuerpo contra el mio, suplicando una tregua en aquel día extraño.
-Se que es tu cumpleaños -susurré con la voz ronca -déjame recompensarte en el lecho -pedí introduciendo voraz mi lengua en la ajena, arrasando con ella todos los despropósitos de aquella afrenta, saqueando su esencia, suplicando una redención mientras mis manso sobrevolaban voraces su cuerpo buscando despojarla de esa armadura que se había puesto ante mi.
-Te deseo -susurré mordiendo su mandíbula, deslizando un sin fin de besos húmedos por su cuello en busca de esas montañas que ahora alzaba con mis manos para que mi boca las coronara.
La alcé por las nalgas, mi hombría presionó su centro mientras mi pasos se perdían en la inmensa balconada, la noche seria fiel testigo de nuestra pasión si ella no me detenía en este intento de reconciliación.
-Valeria -gruñí contra su boca -Mi demonio con faldas -bromeé con la voz ronca.
Höor Cannif- Realeza Neerlandesa
- Mensajes : 976
Fecha de inscripción : 21/09/2016
Localización : el placentero infierno de tus piernas.
Re: Akershus en llamas (Privado)(+18)
Mis orbes esmeraldas, se clavaron en su agarre. La caricia en mi palma me supo a como, me calmó al mismo tiempo. Deseé quedarme así por siempre, él y mis hijas eran la razón de permanecer allí, en un lugar donde aún no me había integrado y en el que pensaba quedarme el tiempo que fuese, aunque con ello significase...toda mi vida. Hasta ese punto lo amaba , deseaba tanto que por fin se diese cuenta...que para mí no había otro y nunca lo hubo desde que nos separamos.
Las miradas se volvieron a enfrentar en una batalla en la que nosotros éramos la protagonistas, mis labios tomaron los ajenos como si fuese el único manantial que podía saciar, esta sed de él. Nada más me gustaría yacer a su lado, volver a nuestra normalidad...loca y desordenada vida. Mis labios tomaron los ajenos con detenimiento, alargando aquel beso ...volviéndolo prohibido y apasionado. Lenguas que se buscaban para acariciarse, mis dientes tomaron tanto su lengua como su labio inferior, atrayéndolo hacia mí de forma fiera.
-Tendrás que darlo todo, recompensarme como nunca lo has hecho para arreglar este desastre -murmuré contra sus labios, solo para pronunciar dichas palabras pues volví a tomarlos, enredando mis dedos en su nuca...atrayéndole hacia mí de forma brusca. Una de mis piernas la enredé en la cintura, para pegarlo aún más hacia mi cuerpo...sentir como mis pechos se abrazaban contra su torso, dispuestos a todo... como lo estábamos nosotros, con todo nuestro ser.
Mi cuerpo se arqueó al deshacer el abrigo de pieles, debajo tan solo llevaba mi camisón rojo como la sangre, como mis labios ahora hinchados por los besos y mordiscos. Reí al hacerme cosquillas, su lengua marcaba el camino hasta hallar su destino. Mis pezones se endurecían contra su boca, deshaciéndose a cada mordisco de sus dientes y mi espalda, se arqueó buscando más. Le ayudé a tomarme de las nalgas, enredando las piernas en su cintura mientras mis manos le quitaban la ropa, me daba igual si estaba helando... yo sería su fuego, como siempre lo había sido.
-Hoör-rugí, echando la cabeza hacia atrás, danzando lenta y provocadoramente sobre su cintura, nuestros sexos palpitando dispuestos a encontrarse después de tanto tiempo. Era desespera, pues no calculé la fuerza , me bajé de su cintura para empujarle hacia la madreselva de la balconada. Sonreí contra su boca, paseando mi índice entre ambos labios. Mi boca se paseó por su barbilla y mandíbula, perfilándola e imitar en sus besos húmedos...perdiéndome en su cuello y aspirar su aroma a hierba fresca, al mismo norte grabado en su piel.
Siseé para que no dijese nada, las ganas locas eran mutuas pero allí los dos necesitábamos algo más. No le deje que me quitase el camisón, me separé lo justo para dejar que los tirantes del vestidos cayesen y la prenda cayese por su peso. Totalmente desnuda ante él, mi piel no era tan perfecta como la conoció... mis hijos me marcaron, dejando huella pero no dejaba de ser su Valeria. Le dejé contemplarme unos minutos, busqué su boca a tientas... besándole como si nada más me importase en ese momento.
Mis manos tomaron vida propia, lo quería desnudo, me abrazase sin nada... vaho que es escapaba de nuestros besos que quemaban, reí contra su boca al comprobar que estaba totalmente perdido... su miembro bailaba contra mi palma y mi otra mano libre acarició su espalda, un engaño pues humdí mis uñas al final de su espalda, atrayéndole hacia mí...quería algo más, algo que sabía necesitábamos los dos.
-Volvamos a esa cueva, volvamos a tener nuestra primera vez...en el norte -solo le pedía eso, fundirnos como aquella noche en la que significó todo... no todo y nada. TODO. Porque le mentí, me enamoré esa noche y como la dama de hierro que era quise echarle de mi vida....pero ahora, no iba a permitir que pasase ni un segundo lejos de mí. -Te deseo, te amo a partes iguales -rugí mordiendo su cuello, sus labios y un susurro que se perdió entre los dos....
Las miradas se volvieron a enfrentar en una batalla en la que nosotros éramos la protagonistas, mis labios tomaron los ajenos como si fuese el único manantial que podía saciar, esta sed de él. Nada más me gustaría yacer a su lado, volver a nuestra normalidad...loca y desordenada vida. Mis labios tomaron los ajenos con detenimiento, alargando aquel beso ...volviéndolo prohibido y apasionado. Lenguas que se buscaban para acariciarse, mis dientes tomaron tanto su lengua como su labio inferior, atrayéndolo hacia mí de forma fiera.
-Tendrás que darlo todo, recompensarme como nunca lo has hecho para arreglar este desastre -murmuré contra sus labios, solo para pronunciar dichas palabras pues volví a tomarlos, enredando mis dedos en su nuca...atrayéndole hacia mí de forma brusca. Una de mis piernas la enredé en la cintura, para pegarlo aún más hacia mi cuerpo...sentir como mis pechos se abrazaban contra su torso, dispuestos a todo... como lo estábamos nosotros, con todo nuestro ser.
Mi cuerpo se arqueó al deshacer el abrigo de pieles, debajo tan solo llevaba mi camisón rojo como la sangre, como mis labios ahora hinchados por los besos y mordiscos. Reí al hacerme cosquillas, su lengua marcaba el camino hasta hallar su destino. Mis pezones se endurecían contra su boca, deshaciéndose a cada mordisco de sus dientes y mi espalda, se arqueó buscando más. Le ayudé a tomarme de las nalgas, enredando las piernas en su cintura mientras mis manos le quitaban la ropa, me daba igual si estaba helando... yo sería su fuego, como siempre lo había sido.
-Hoör-rugí, echando la cabeza hacia atrás, danzando lenta y provocadoramente sobre su cintura, nuestros sexos palpitando dispuestos a encontrarse después de tanto tiempo. Era desespera, pues no calculé la fuerza , me bajé de su cintura para empujarle hacia la madreselva de la balconada. Sonreí contra su boca, paseando mi índice entre ambos labios. Mi boca se paseó por su barbilla y mandíbula, perfilándola e imitar en sus besos húmedos...perdiéndome en su cuello y aspirar su aroma a hierba fresca, al mismo norte grabado en su piel.
Siseé para que no dijese nada, las ganas locas eran mutuas pero allí los dos necesitábamos algo más. No le deje que me quitase el camisón, me separé lo justo para dejar que los tirantes del vestidos cayesen y la prenda cayese por su peso. Totalmente desnuda ante él, mi piel no era tan perfecta como la conoció... mis hijos me marcaron, dejando huella pero no dejaba de ser su Valeria. Le dejé contemplarme unos minutos, busqué su boca a tientas... besándole como si nada más me importase en ese momento.
Mis manos tomaron vida propia, lo quería desnudo, me abrazase sin nada... vaho que es escapaba de nuestros besos que quemaban, reí contra su boca al comprobar que estaba totalmente perdido... su miembro bailaba contra mi palma y mi otra mano libre acarició su espalda, un engaño pues humdí mis uñas al final de su espalda, atrayéndole hacia mí...quería algo más, algo que sabía necesitábamos los dos.
-Volvamos a esa cueva, volvamos a tener nuestra primera vez...en el norte -solo le pedía eso, fundirnos como aquella noche en la que significó todo... no todo y nada. TODO. Porque le mentí, me enamoré esa noche y como la dama de hierro que era quise echarle de mi vida....pero ahora, no iba a permitir que pasase ni un segundo lejos de mí. -Te deseo, te amo a partes iguales -rugí mordiendo su cuello, sus labios y un susurro que se perdió entre los dos....
Valeria Cavey- Realeza Neerlandesa
- Mensajes : 421
Fecha de inscripción : 26/05/2016
Localización : Paris
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Akershus en llamas (Privado)(+18)
De nuevo los ríos de pasión fieles a las vivas aguas del norte sentenciaron nuestro encuentro, como lava de volcanes nos buscábamos hambrientos, su cuerpo se arqueaba entre mies dedos mientras su boca ansiosa de besos moda mi lengua succionandola, devorándola.
Deslizó su cuerpo apartándolo de mi abrazo, dejé escapar un gruñido gutural como queja por la distancia mientras mis pardos oscuros como la misma noche que fuera arreciaba contemplaban la inmaculada tez blanca de mi demonio con faldas.
Deslizó las pieles que cubrían su cuerpo hasta el suelo ,el gélido viento norteño meció aquel camisón tan rojo como sus mismos labios.
-Ufffff susurré frente a ella deslizando mis tormentas por ese mar que pensaba sin duda alguna navegar.
Atraque en puerto, mi piel contra la suya, jadeos, gruñidos y nuestras bocas de nuevo colisionaban con la fuerza de las mareas, con la voracidad de las devastadoras olas.
Todo, siempre fuimos todo y nada, pero en este momento solo pensaba en saquear su cuerpo, coronarme como su único dueño.
Sus dedos traviesos como gaviotas despojaron mi cuerpo de toda ropa, junto a sus pieles las mías y ahora ofrecidos al otro piel con piel ardía.
Gruñí dispuesto a apoderarme de cada resquicio de ella, la volteé con violencia empujándola contra las negras rejas de la balconada, contra ella su perfecto cuerpo, sus pechos prietos contra el hierro forjado endureciendo esos pezones que como duras astas me provocaban.
Restregué mi hombría por su húmeda feminidad, despacio, acariciando con mi glande su clítoris, brillante mi acero acariciado por mi mano seguía imponiendo el demencial ritmo.
De una estocada la clave en su centro, sus pechos se presionaron mas contra la barandilla, gruñimos al unisono cuando como yunque y martillo mi pelvis chocaba con sus nalgas dándole muy duro.
Su boca entreabierta dejaba escapar el vaho por sus labios, mi nombre pronunciado por ellos con cada ruda embestida mientras una de mis manos iba a su pecho presionándolo, rozándole los pezones, retorciéndolos, torturándolos, estaba muy excitado.
A punto de explotar, la giré con brusquedad, alcé sus nalgas volviendo a subirla sobre mi, me hundí en su interior con brío, sus pechos mordidos por mis dientes, succionados.
El hierro en su espalda arqueada, sus dedos entre mi pelo acercándome mas a cada resquicio de su piel.
Deslizó su cuerpo apartándolo de mi abrazo, dejé escapar un gruñido gutural como queja por la distancia mientras mis pardos oscuros como la misma noche que fuera arreciaba contemplaban la inmaculada tez blanca de mi demonio con faldas.
Deslizó las pieles que cubrían su cuerpo hasta el suelo ,el gélido viento norteño meció aquel camisón tan rojo como sus mismos labios.
-Ufffff susurré frente a ella deslizando mis tormentas por ese mar que pensaba sin duda alguna navegar.
Atraque en puerto, mi piel contra la suya, jadeos, gruñidos y nuestras bocas de nuevo colisionaban con la fuerza de las mareas, con la voracidad de las devastadoras olas.
Todo, siempre fuimos todo y nada, pero en este momento solo pensaba en saquear su cuerpo, coronarme como su único dueño.
Sus dedos traviesos como gaviotas despojaron mi cuerpo de toda ropa, junto a sus pieles las mías y ahora ofrecidos al otro piel con piel ardía.
Gruñí dispuesto a apoderarme de cada resquicio de ella, la volteé con violencia empujándola contra las negras rejas de la balconada, contra ella su perfecto cuerpo, sus pechos prietos contra el hierro forjado endureciendo esos pezones que como duras astas me provocaban.
Restregué mi hombría por su húmeda feminidad, despacio, acariciando con mi glande su clítoris, brillante mi acero acariciado por mi mano seguía imponiendo el demencial ritmo.
De una estocada la clave en su centro, sus pechos se presionaron mas contra la barandilla, gruñimos al unisono cuando como yunque y martillo mi pelvis chocaba con sus nalgas dándole muy duro.
Su boca entreabierta dejaba escapar el vaho por sus labios, mi nombre pronunciado por ellos con cada ruda embestida mientras una de mis manos iba a su pecho presionándolo, rozándole los pezones, retorciéndolos, torturándolos, estaba muy excitado.
A punto de explotar, la giré con brusquedad, alcé sus nalgas volviendo a subirla sobre mi, me hundí en su interior con brío, sus pechos mordidos por mis dientes, succionados.
El hierro en su espalda arqueada, sus dedos entre mi pelo acercándome mas a cada resquicio de su piel.
Höor Cannif- Realeza Neerlandesa
- Mensajes : 976
Fecha de inscripción : 21/09/2016
Localización : el placentero infierno de tus piernas.
Re: Akershus en llamas (Privado)(+18)
La bruma de la mañana, provocó una cortina blanquecina que nos separaba a escasos centímetros uno del otro. Humo blanco que me ayudaba a ofrecerle a mi noruego, una imagen de mí que había olvidado. Mi piel nívea, parecía brillar y mis labios, ofrecidos como el fruto prohibido. Sonreí por su reacción, enredando los dedos en mi cabello de oro...dejando que cayese como una cascada tras mi espalda.
Mi risa, hizo eco al voltearme, celoso de que no pudiese ver en su totalidad mi espalda. Noté sus manos acariciarlo todo a su paso, mientras me arqueaba...sentía la necesidad de que por fin fuese mío, una vez más. Me desease tanto como yo lo deseaba, por fin me creyese. Pues no me cansaria de decirle lo importante que era para mí, el único que amaría. Este tiempo me ayudó a encontrarme a mí misma, saber lo que ya sabía... y valorar las pequeñas cosas.
El lujo y la riqueza carecía sin sentido sin ellos, sin mis hijos y él. La necesidad de tanto tiempo separados, todo lo ocurrido y aquel resentimiento , se quedó en un lado. Sonreí contra la reja, dejando escapar un gemido, jadeando al ritmo demencial de sus caderas. Podía sentir mis pezones endurecerse al contacto frío, cuerpos incendiados...sed que solo podía aplacar el otro. Necesitaba más, quería moverme sobre él como su demonio y lo haría.
Ambas tormentas se encontraron desafiantes cuando volvimos a mirarnos a los ojos. Sonreí maliciosa, susurrando su nombre entre gemidos. Mis dedos enredados en la reja, ofrecida por completo, arqueando mis pechos para ser devorados. Mis piernas volvieron a atrapar su cintura , antes de entrar en el mismo infierno, rocé nuestros sexos...tomándome mi tiempo, mirándolo a los ojos...volver a prometerle bajar conmigo al infierno y subir al mismo cielo, dos demonios que se deseaban tanto que dolía.
No me conformaba , quería más y sería yo quien se lo diese. Le obligué a que se diese la vuelta, ser él quien ahora descansaba la espalda apoyada en la reja. Mis dedos seguían anclados allí, mientras mis caderas tomaban impulso para ser yo quien me moviese como una verdadera diosa, ofreciéndole mis pechos a cada una de mis embestidas. Me ayudaba de los dedos enredados en el frío hierro para impulsarme , baile que no detuve hasta estallar, arqueando mi cuerpo abrazado al ajeno. El frío nos acobijaba y nuestros cuerpos se arropaban en el otro.
-Maldito noruego del infierno -jadeé contra su boca, sin dejar de moverme, me encantaba verle perdido y a mi merced, mordiéndole los labios, marcar su cuello como solía hacer. Era mío, solo mio. Me excitaba tanto, el deseo enfermizo que sentía por él me volvía loca, capaz de hacer cualquier cosa.
Mi risa, hizo eco al voltearme, celoso de que no pudiese ver en su totalidad mi espalda. Noté sus manos acariciarlo todo a su paso, mientras me arqueaba...sentía la necesidad de que por fin fuese mío, una vez más. Me desease tanto como yo lo deseaba, por fin me creyese. Pues no me cansaria de decirle lo importante que era para mí, el único que amaría. Este tiempo me ayudó a encontrarme a mí misma, saber lo que ya sabía... y valorar las pequeñas cosas.
El lujo y la riqueza carecía sin sentido sin ellos, sin mis hijos y él. La necesidad de tanto tiempo separados, todo lo ocurrido y aquel resentimiento , se quedó en un lado. Sonreí contra la reja, dejando escapar un gemido, jadeando al ritmo demencial de sus caderas. Podía sentir mis pezones endurecerse al contacto frío, cuerpos incendiados...sed que solo podía aplacar el otro. Necesitaba más, quería moverme sobre él como su demonio y lo haría.
Ambas tormentas se encontraron desafiantes cuando volvimos a mirarnos a los ojos. Sonreí maliciosa, susurrando su nombre entre gemidos. Mis dedos enredados en la reja, ofrecida por completo, arqueando mis pechos para ser devorados. Mis piernas volvieron a atrapar su cintura , antes de entrar en el mismo infierno, rocé nuestros sexos...tomándome mi tiempo, mirándolo a los ojos...volver a prometerle bajar conmigo al infierno y subir al mismo cielo, dos demonios que se deseaban tanto que dolía.
No me conformaba , quería más y sería yo quien se lo diese. Le obligué a que se diese la vuelta, ser él quien ahora descansaba la espalda apoyada en la reja. Mis dedos seguían anclados allí, mientras mis caderas tomaban impulso para ser yo quien me moviese como una verdadera diosa, ofreciéndole mis pechos a cada una de mis embestidas. Me ayudaba de los dedos enredados en el frío hierro para impulsarme , baile que no detuve hasta estallar, arqueando mi cuerpo abrazado al ajeno. El frío nos acobijaba y nuestros cuerpos se arropaban en el otro.
-Maldito noruego del infierno -jadeé contra su boca, sin dejar de moverme, me encantaba verle perdido y a mi merced, mordiéndole los labios, marcar su cuello como solía hacer. Era mío, solo mio. Me excitaba tanto, el deseo enfermizo que sentía por él me volvía loca, capaz de hacer cualquier cosa.
Valeria Cavey- Realeza Neerlandesa
- Mensajes : 421
Fecha de inscripción : 26/05/2016
Localización : Paris
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Akershus en llamas (Privado)(+18)
Mi demonio tomó el control de la situación, perdida contra mi cuerpo ,ofrecida completamente a mi, mi excitación crecía tal y como la tomaba de forma ruda y violenta.
Los dos disfrutábamos de las embestidas, su cabello dorado se perdía por la barandilla negra, su cuerpo arqueado por completó mientras mi boca surcaba el mar bravo de sus alzados pechos, sus pezones rozaban mi nariz, buscaban ser coronados por mi lengua.
Mi mano se adueñó de su cuello, sus gruñidos salvajes inundaron el gélido ambiente norteño, ni una brizna de aire la deje tomar por ellos.
Nuestras bocas bailaban, la suya me pedía mas, mas de todo y mi aliento cálido fue todo cuanto tomó cuando abrí ligeramente mi mano permitiendole una bocanada que hizo que se tambaleara entre mis manos.
Gruñí completamente ido, estaba muy excitado, ella se había corrido pero yo seguía embistiendo como el mismo demonio del averno, ella jadeaba acogiéndome entre sus piernas, sentenciando mi boca con mordiscos, succionaba mi lengua, apoderándose de ella, saqueando mi boca.
-Ufffff -bufé entre gruñidos sacándola y metiendola por completo.
La tenia brillante de la humedad de ambos, los dos jadeábamos sin tregua, tiré de su pelo agachandola para que me la chupara,.
Sus labios se abrieron complaciendome, mientras ella misma se metía los dedos para seguir calcinándose por dentro.
Eso me excitaba, la visión del demonio de mi mujer ofrecida por completo, excitada, mojada, sacudiéndose dentro los dedos mientras engullía mi acero por completo.
Con su otra mano empujaba mis nalgas, mis caderas se movían ansiosas a su encuentro, los dos nos habíamos perdido en aquel encuentro completamente frenético.
Gruñí sintiéndome al borde del abismo, su lengua acariciando mi glande mientras se la metía hasta el fondo me hizo irme por completo, mi semilla se esparció caliente en su boca.
Mis oscurecidos ojos la miraban completamente excitados, ella se tambaleaba presa del orgasmo que de nuevo la recorría por completo.
No sentía el frio de la noche, solo un calor extremo, nuestros cuerpos perlados e sudor aun se buscaban necesitados.
La alcé por la cintura, mi boca se deslizó suave por su cuello, acariciando con ella su piel nívea, perfecta, mía.
-Te quiero Valeria y hoy, en el futuro, he recordado lo que era una vida sin ti y no la quiero -susurré contra su piel con la voz ronca.
Los dos disfrutábamos de las embestidas, su cabello dorado se perdía por la barandilla negra, su cuerpo arqueado por completó mientras mi boca surcaba el mar bravo de sus alzados pechos, sus pezones rozaban mi nariz, buscaban ser coronados por mi lengua.
Mi mano se adueñó de su cuello, sus gruñidos salvajes inundaron el gélido ambiente norteño, ni una brizna de aire la deje tomar por ellos.
Nuestras bocas bailaban, la suya me pedía mas, mas de todo y mi aliento cálido fue todo cuanto tomó cuando abrí ligeramente mi mano permitiendole una bocanada que hizo que se tambaleara entre mis manos.
Gruñí completamente ido, estaba muy excitado, ella se había corrido pero yo seguía embistiendo como el mismo demonio del averno, ella jadeaba acogiéndome entre sus piernas, sentenciando mi boca con mordiscos, succionaba mi lengua, apoderándose de ella, saqueando mi boca.
-Ufffff -bufé entre gruñidos sacándola y metiendola por completo.
La tenia brillante de la humedad de ambos, los dos jadeábamos sin tregua, tiré de su pelo agachandola para que me la chupara,.
Sus labios se abrieron complaciendome, mientras ella misma se metía los dedos para seguir calcinándose por dentro.
Eso me excitaba, la visión del demonio de mi mujer ofrecida por completo, excitada, mojada, sacudiéndose dentro los dedos mientras engullía mi acero por completo.
Con su otra mano empujaba mis nalgas, mis caderas se movían ansiosas a su encuentro, los dos nos habíamos perdido en aquel encuentro completamente frenético.
Gruñí sintiéndome al borde del abismo, su lengua acariciando mi glande mientras se la metía hasta el fondo me hizo irme por completo, mi semilla se esparció caliente en su boca.
Mis oscurecidos ojos la miraban completamente excitados, ella se tambaleaba presa del orgasmo que de nuevo la recorría por completo.
No sentía el frio de la noche, solo un calor extremo, nuestros cuerpos perlados e sudor aun se buscaban necesitados.
La alcé por la cintura, mi boca se deslizó suave por su cuello, acariciando con ella su piel nívea, perfecta, mía.
-Te quiero Valeria y hoy, en el futuro, he recordado lo que era una vida sin ti y no la quiero -susurré contra su piel con la voz ronca.
Höor Cannif- Realeza Neerlandesa
- Mensajes : 976
Fecha de inscripción : 21/09/2016
Localización : el placentero infierno de tus piernas.
Re: Akershus en llamas (Privado)(+18)
En el más completo silencio del alba, nuestros cuerpos se habían encontrado después del caos. No había solución, así lo veíamos y lo pensaba. En estos meses en los que estuve en el norte, la llegada de mi hijo, aquel niño que acababa de traer Hoör , alegando que era de su hijo. Muchos obstáculo, demasiados que nos habían separado, enfrentándonos pero conservando esa atracción y ese amor profundo que nos profesábamos en el más absoluto silencio entre los dos.
El alba nos sorprendió enredados, bebiendo de nuestras bocas, sonriendo contra los labios del otro. Nos volvimos locos una vez más, sonreí ampliamente al notar como volvía a pertenecerme. Lo deseaba, era un hecho, más lo amaba y solo deseaba que me creyese. Busqué su mirada, la mujer de hielo contemplando a la persona que le había quitado la razón, buscaba algo más.
Jadeantes, nos mirábamos a los ojos... no supe qué decir, él me dejaba sin palabras. En este tiempo me enseñó a amar, pero lo que más... a luchar. Valeria Cavey, una luchadora nata que se desmoronó cuando creyó que perder lo que más amaba... sería la razón de mantenerlos vivos. No me sentía orgullosa, ni antes ni ahora...haber sido tan cobarde como para acabar con lo mejor que me había pasado en la vida. El destino era incierto, no sabíamos lo que pasaría pero yo sí tenía algo muy claro y no me lo guardé, lo dije en voz alta...mirándole a los ojos.
-No quiero una vida sin ti. -no dije más, mis finos dedos se enredaron en su pelo , acariciando su mejilla...mientras mi respiración volvía a la normalidad. Sobre las pieles, caímos aún perteneciéndole al otro -No va a ser fácil, vamos a tener momentos malos, de amargura pero si nos dejamos llevar por... los reproches del pasado, lo que ocurrió cuando tan ni siquiera nos conocíamos...nos condenaremos. No quiero eso. Necesitas a tu condesa, no a una mujer cobarde que se achante cuando todo está en peligro y crea que el huir sea lo más acertado -lo abracé contra mí, no era alguien de mostrar mis sentimientos...solo con él y mis hijos.
Besé su cuello, su mejilla... enredando mis brazos en su cuello. Estaba en el norte, con él, viendo aquel amanecer que nos brindaba un día nuevo , un nuevo comienzo.
-No pienso tener diez hijos...confórmate con cinco -sonreí divertida, obligándole a tumbarse en las pieles, mi cuerpo sobre el suyo -Quiero saber luchar, no quiero ser una mujer florero que te espere en el lecho. No soy una vikinga, tampoco francesa...soy Valeria Cannif, así que mueve tu culo de guerrero y vamos al maldito patio de armas, tengo que dar ejemplo a mis hijos. A todos. -ahí puntualicé, para mí todos...lo eran.
Valeria Cavey- Realeza Neerlandesa
- Mensajes : 421
Fecha de inscripción : 26/05/2016
Localización : Paris
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Akershus en llamas (Privado)(+18)
“No quiero una vida sin ti” ambos caímos sobre las pieles abrazándonos, acariciando los labios ajenos no solo con verdades somo esa, si no con besos tibios, necesitados, hacia demasiado tiempo que no sentía esta complicidad con ella, este momento sin escudos, sin afiladas espadas en alto cargadas de reproches, cierto era que ambos nos habíamos equivocado, pero mirar atrás solo iba a destrozarnos.
-Miremos pues hacia delante, porque no quiero, ni puedo permitirme una vida si tu no estas a mi lado, te quiero Valeria Cavey -sonreí cuando esta se alzó sobre mi cuerpo para besarme de nuevo -te he querido desde el instante que te vi bajar por las escaleras y no he dejado de hacerlo nunca aunque en momentos te he odiado de igual manera.
Sus dedos peinaban mi pelo mientras nuestros cuerpos se buscaban entre caricias lentas, mis dedos recorrían cada curva de su cuerpo, memorizando su belleza que si en cierto modo había cambiado con los embarazos, seguía siendo el cuerpo mas bonito que jamas había conocido.
-Me excitas muchísimo señora Cannif.
Otra verdad, nunca había deseado nada tanto como lo hacia con ella, era la única capaz de arrastrarme a Hel y a su vez hacerme tocar con los dedos el Valhalla.
Fruncí el ceño cuando dijo que no iba a darme 10 hijos, que me conformara con 5.
-Pero ...-repliqué -las cuentas no me salen. Fio y Valeska, orn, Dritt, Soleil y ahora Sirius, ya son 6 y de seguro pronto quedaras embarazada de nuevo -bromeé contra su boca.
No era una locura teniendo en cuenta que nunca usábamos métodos anticonceptivos y que por mi parte cuantos mas hijos vinieran mas grande seria mi linaje.
-Que los dioses decidan demonio mio -apunté mordiendo su mentón con suavidad riéndome sin parar por la cara que ponía.
-Entrenar, es tan fácil como despertarte al alba y bajar al patio de armas, yo entreno a diario mientras tu roncas -bromeé riéndome -hoy he estado metido en el cuerpo de una mujer – negué cuando frunció el ceño -no, no metido así, así solo me meto en tu cuerpo. Magia, Elora y yo hemos quedado para vernos y ya sabes que cuando nos juntamos el desastre siempre nos acompaña, total que ha salido mal el conjuro y nos hemos intercambiado los cuerpos, no sabia que era tan jodido vivir dentro de esos infernales vestidos, zapatos endiablados y peinados imposibles que llevas, así que eres bien venida al campo de entrenamiento si puedes con eso manejar la espada sera pan comido.
Ella reía contra mi boca por las caras que ponía, pero mas se hubiera reído si me hubiera visto allí dentro.
-Te quiero -confesé con sinceridad sin dejar de mirar sus esmeraldas -no te lo he dicho mucho últimamente y lo siento.
-Miremos pues hacia delante, porque no quiero, ni puedo permitirme una vida si tu no estas a mi lado, te quiero Valeria Cavey -sonreí cuando esta se alzó sobre mi cuerpo para besarme de nuevo -te he querido desde el instante que te vi bajar por las escaleras y no he dejado de hacerlo nunca aunque en momentos te he odiado de igual manera.
Sus dedos peinaban mi pelo mientras nuestros cuerpos se buscaban entre caricias lentas, mis dedos recorrían cada curva de su cuerpo, memorizando su belleza que si en cierto modo había cambiado con los embarazos, seguía siendo el cuerpo mas bonito que jamas había conocido.
-Me excitas muchísimo señora Cannif.
Otra verdad, nunca había deseado nada tanto como lo hacia con ella, era la única capaz de arrastrarme a Hel y a su vez hacerme tocar con los dedos el Valhalla.
Fruncí el ceño cuando dijo que no iba a darme 10 hijos, que me conformara con 5.
-Pero ...-repliqué -las cuentas no me salen. Fio y Valeska, orn, Dritt, Soleil y ahora Sirius, ya son 6 y de seguro pronto quedaras embarazada de nuevo -bromeé contra su boca.
No era una locura teniendo en cuenta que nunca usábamos métodos anticonceptivos y que por mi parte cuantos mas hijos vinieran mas grande seria mi linaje.
-Que los dioses decidan demonio mio -apunté mordiendo su mentón con suavidad riéndome sin parar por la cara que ponía.
-Entrenar, es tan fácil como despertarte al alba y bajar al patio de armas, yo entreno a diario mientras tu roncas -bromeé riéndome -hoy he estado metido en el cuerpo de una mujer – negué cuando frunció el ceño -no, no metido así, así solo me meto en tu cuerpo. Magia, Elora y yo hemos quedado para vernos y ya sabes que cuando nos juntamos el desastre siempre nos acompaña, total que ha salido mal el conjuro y nos hemos intercambiado los cuerpos, no sabia que era tan jodido vivir dentro de esos infernales vestidos, zapatos endiablados y peinados imposibles que llevas, así que eres bien venida al campo de entrenamiento si puedes con eso manejar la espada sera pan comido.
Ella reía contra mi boca por las caras que ponía, pero mas se hubiera reído si me hubiera visto allí dentro.
-Te quiero -confesé con sinceridad sin dejar de mirar sus esmeraldas -no te lo he dicho mucho últimamente y lo siento.
Höor Cannif- Realeza Neerlandesa
- Mensajes : 976
Fecha de inscripción : 21/09/2016
Localización : el placentero infierno de tus piernas.
Re: Akershus en llamas (Privado)(+18)
-Cannif. Valeria Cannif...-sonreí contra su boca, acariciando los labios mientras mi lengua repasaba sus labios despacio, sin prisa... me gustaba provocarlo y reírme contra su boca, mi mirada se perdía en cada rincón de su rostro. Me encantaba mirarle, una sonrisa divertida se dibujó en mis labios al nombrar lo de más descendencia...ya teníamos suficientes hijos, quizás demasiados pero con una casa tan grande ¿qué importaba? Sonreí, acariciándole el cabello, sin apartar ni un instante mis orbes esmeraldas de él.
Hacía mucho que no estábamos así, en ese instante fui feliz. Me hablaba del futuro, uno juntos en el que aún quedaban tantas cosas por venir. Reí de nuevo contra sus labios al oír “señora Cannif”. Rugí , moviendo las caderas...como si bailase solo para él y fuese mi más y único entregado espectador. Mordisqueé su boca como castigo, imposible que mi sonrisa desapareciese. Lo miraba con deseo pero solo él... era capaz de sacar mi lado tierno...uno tan desconocido.
-Se está mejor en la cama, donde deberíamos estar ahora y TU hijo ha acaparado, que culpa tiene el pequeño de tener un padre tan desastre -lo de ese niño me arrancó un suspiro, no hacía falta que me respondiera y ambos lo sabíamos. -Metido en su cuerpo, intercambiados... -lo de la magia no era ningún secreto para mí pero lo que me había contado no era algo de lo que romper a reír, en mi caso... no tenía amigos, el único que tuve ya no se encontraba allí y no volvería, tampoco era a alguien que le nombrase.
-Seguramente te la hayas pasado manoseándola -enarqué una ceja, acurrucándome en su cuerpo, apoyando mi mejilla en su corazón -Toda una aventura... -sabía la relación que compartía con esa bruja y estaba segura, que si no me hubiese cruzado en su camino...habrían acabado juntos. El hecho de tener allí el niño me dio a pensar que podía ser el fruto de ellos dos, en una realidad donde yo no existía -Muy divertido...sí -sonreía pero...algo de mí se rompía, era inevitable cuando tu marido se veía con otra mujer aunque solo fuesen eso, amigos -Será mi primer cumpleaños en el norte, el regalo no era lo esperado...-no le reprochaba nada, no iba a preguntar nada sobre aquel niño, no me enfadé... al contrario...lo acogí sin preguntar porque eso era lo que debía hacer.
Drittsekk apenas sentía el calor de mi marido, crecería diferente al resto y yo...debía callar, respetar eso cuando no era justo. Me levanté, tomando mi abrigo de pieles... era hora de empezar con los preparativos de la gran comida.
Hoy no te obligaré a llevar traje, con que te comportes es suficiente. -Odette apareció de la nada, entró en el balcón tras dejar las rejas abiertas, la miré fijamente... sobraron las palabras, ella no apartaba los ojos de mi marido, no concebía la idea de que seguía allí...a su lado.
Hacía mucho que no estábamos así, en ese instante fui feliz. Me hablaba del futuro, uno juntos en el que aún quedaban tantas cosas por venir. Reí de nuevo contra sus labios al oír “señora Cannif”. Rugí , moviendo las caderas...como si bailase solo para él y fuese mi más y único entregado espectador. Mordisqueé su boca como castigo, imposible que mi sonrisa desapareciese. Lo miraba con deseo pero solo él... era capaz de sacar mi lado tierno...uno tan desconocido.
-Se está mejor en la cama, donde deberíamos estar ahora y TU hijo ha acaparado, que culpa tiene el pequeño de tener un padre tan desastre -lo de ese niño me arrancó un suspiro, no hacía falta que me respondiera y ambos lo sabíamos. -Metido en su cuerpo, intercambiados... -lo de la magia no era ningún secreto para mí pero lo que me había contado no era algo de lo que romper a reír, en mi caso... no tenía amigos, el único que tuve ya no se encontraba allí y no volvería, tampoco era a alguien que le nombrase.
-Seguramente te la hayas pasado manoseándola -enarqué una ceja, acurrucándome en su cuerpo, apoyando mi mejilla en su corazón -Toda una aventura... -sabía la relación que compartía con esa bruja y estaba segura, que si no me hubiese cruzado en su camino...habrían acabado juntos. El hecho de tener allí el niño me dio a pensar que podía ser el fruto de ellos dos, en una realidad donde yo no existía -Muy divertido...sí -sonreía pero...algo de mí se rompía, era inevitable cuando tu marido se veía con otra mujer aunque solo fuesen eso, amigos -Será mi primer cumpleaños en el norte, el regalo no era lo esperado...-no le reprochaba nada, no iba a preguntar nada sobre aquel niño, no me enfadé... al contrario...lo acogí sin preguntar porque eso era lo que debía hacer.
Drittsekk apenas sentía el calor de mi marido, crecería diferente al resto y yo...debía callar, respetar eso cuando no era justo. Me levanté, tomando mi abrigo de pieles... era hora de empezar con los preparativos de la gran comida.
Hoy no te obligaré a llevar traje, con que te comportes es suficiente. -Odette apareció de la nada, entró en el balcón tras dejar las rejas abiertas, la miré fijamente... sobraron las palabras, ella no apartaba los ojos de mi marido, no concebía la idea de que seguía allí...a su lado.
Valeria Cavey- Realeza Neerlandesa
- Mensajes : 421
Fecha de inscripción : 26/05/2016
Localización : Paris
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Akershus en llamas (Privado)(+18)
Ladeé la sonrisa cuando me dijo que mi hijo ocupaba nuestro lecho, acaricié su piel mientras repasaba con mis labios su mandíbula delicadamente, mordiendo su mentón y volviendo a escalar hasta el precipicio de sus labios.
No podía dejar de mirarla, era preciosa y allí con la luna plata acariciando su dorado pelo parecía la misma diosa Freya.
-No ha pasado nada con Elora, solo es una amiga y bueno, sobarla, no la he sobado mucho, no he metido la mano ahí abajo -apunté divertido mirando su feminidad aun desnuda.
Tiré de ella haciéndola cosquillas, riéndome contra su boca.
-Yo solo te meto mano a ti -aseguré mordiendo su inferior con deseo.
Podía ver la tristeza reflejada en sus ojos, no decía nada pero algo me decía que pensaba en Haytham, en ese hombre que significo tanto para ella y al que no había olvidado.
Dejé escapar el aire de forma pesada, tampoco sabia que decir en ese instante se levantó colocándose las pieles para dejarme solo en el balcón, no sin antes recordarme que este no era ni de lejos el regalo que esperaba tener por su cumpleaños.
Resople, bufé y maldije en mi idioma, sabia que no era lo que esperaba, pero joder acabábamos de hacer el amor en el balcón, no podía darme una maldita tregua.
-Mandaré un mensajero que invite a Haytham al norte, creo que tenéis una conversación pendiente y hasta que no se produzca no dejaras de culparme por todos tus males, siento si esto no era lo que esperabas, siento si yo no era lo que esperabas, pero es lo que soy.
Me puse en pie cuando Odette llegó, sus ojos repasaron mi desnudez mientras cogía el pantalón para calzármelo.
El olor a humo fue lo que llamó mi atención.
-Odette ¿ los niños? -pregunté
-Están durmiendo mi señor, venia a decirte que me iba a dormir, todos duermen ya.
Me adentre dentro de mi cámara, Sirius había desaparecido de la cama, mis ojos se abrieron, me temí lo peor y descalzó corrí hacia la habitación de mis hijos, salio un potente humo negro por debajo de la puerta, se escuchaba el llanto de Fio.
De una patada tiré la puerta abajo, un fogonazo de luz salio de ella, la habitación estaba prendida, muebles, cortinas, aquello era el infierno.
Valeria corría hacia allí, ordené a uno de mis hombres que la sujetara y no le permitiera entrar, a otro que avisara del fuego para que lo sofocaran mientras me adentraba en la cámara intentando ver algo entre tanto humo.
Valeska y Fio estaban en su lecho, una cúpula de magia blanca las protegía, las tomé en brazos a ambas y las saqué de allí dejándolas en brazos de su madre.
Los ojos de Valeria lo decían todo, dentro estaba Orn, Dritt, Soleil y mi hijo Sirius, posiblemente el que había provocado aquel incendio.
Orn salio tosiendo por su propio pie, con la cara manchada de hollín, casi no podía respirar y se desmoronó al llegar en brazos de Odette, entre de nuevo, apenas veía, me quemaba, mis pulmones no podían aguantar, lleve mi antebrazo frente a la cara intentando poder mantenerme en pie.
Sirius estaba allí ,envuelto por las llamas, pero un remolino de aire las alejaban de su cuerpo expandiendo mas aquello hacia el resto.
Corrí, salté por encima abrasándome los pies y lo abracé sacándolo del infierno, estaba en perfecto estado, como a Fio y Valeska nada les había pasado.
Valeria me gritaba que sacara a su hijo como había sacado al mio.
Me adentre entre las llamas de nuevo, justo en ese instante se callo el umbral de la puerta dejándome atrapado en el interior con los dos bebes que no lloraban, posiblemente porque la inhalación de humo los habría si no matado, casi.
Al otro lado oía a mis hombres en una cadena humana tratando de sofocar el fuego con agua.
No llegarían a tiempo, quebré la ventana de una patada, miré hacia abajo, allí había un carro con paja, esperaba que funcionara.
Tomé a sendos bebes entre mis brazos y me encaramé al alfeice antes de saltar con ellos al vació.
No podía dejar de mirarla, era preciosa y allí con la luna plata acariciando su dorado pelo parecía la misma diosa Freya.
-No ha pasado nada con Elora, solo es una amiga y bueno, sobarla, no la he sobado mucho, no he metido la mano ahí abajo -apunté divertido mirando su feminidad aun desnuda.
Tiré de ella haciéndola cosquillas, riéndome contra su boca.
-Yo solo te meto mano a ti -aseguré mordiendo su inferior con deseo.
Podía ver la tristeza reflejada en sus ojos, no decía nada pero algo me decía que pensaba en Haytham, en ese hombre que significo tanto para ella y al que no había olvidado.
Dejé escapar el aire de forma pesada, tampoco sabia que decir en ese instante se levantó colocándose las pieles para dejarme solo en el balcón, no sin antes recordarme que este no era ni de lejos el regalo que esperaba tener por su cumpleaños.
Resople, bufé y maldije en mi idioma, sabia que no era lo que esperaba, pero joder acabábamos de hacer el amor en el balcón, no podía darme una maldita tregua.
-Mandaré un mensajero que invite a Haytham al norte, creo que tenéis una conversación pendiente y hasta que no se produzca no dejaras de culparme por todos tus males, siento si esto no era lo que esperabas, siento si yo no era lo que esperabas, pero es lo que soy.
Me puse en pie cuando Odette llegó, sus ojos repasaron mi desnudez mientras cogía el pantalón para calzármelo.
El olor a humo fue lo que llamó mi atención.
-Odette ¿ los niños? -pregunté
-Están durmiendo mi señor, venia a decirte que me iba a dormir, todos duermen ya.
Me adentre dentro de mi cámara, Sirius había desaparecido de la cama, mis ojos se abrieron, me temí lo peor y descalzó corrí hacia la habitación de mis hijos, salio un potente humo negro por debajo de la puerta, se escuchaba el llanto de Fio.
De una patada tiré la puerta abajo, un fogonazo de luz salio de ella, la habitación estaba prendida, muebles, cortinas, aquello era el infierno.
Valeria corría hacia allí, ordené a uno de mis hombres que la sujetara y no le permitiera entrar, a otro que avisara del fuego para que lo sofocaran mientras me adentraba en la cámara intentando ver algo entre tanto humo.
Valeska y Fio estaban en su lecho, una cúpula de magia blanca las protegía, las tomé en brazos a ambas y las saqué de allí dejándolas en brazos de su madre.
Los ojos de Valeria lo decían todo, dentro estaba Orn, Dritt, Soleil y mi hijo Sirius, posiblemente el que había provocado aquel incendio.
Orn salio tosiendo por su propio pie, con la cara manchada de hollín, casi no podía respirar y se desmoronó al llegar en brazos de Odette, entre de nuevo, apenas veía, me quemaba, mis pulmones no podían aguantar, lleve mi antebrazo frente a la cara intentando poder mantenerme en pie.
Sirius estaba allí ,envuelto por las llamas, pero un remolino de aire las alejaban de su cuerpo expandiendo mas aquello hacia el resto.
Corrí, salté por encima abrasándome los pies y lo abracé sacándolo del infierno, estaba en perfecto estado, como a Fio y Valeska nada les había pasado.
Valeria me gritaba que sacara a su hijo como había sacado al mio.
Me adentre entre las llamas de nuevo, justo en ese instante se callo el umbral de la puerta dejándome atrapado en el interior con los dos bebes que no lloraban, posiblemente porque la inhalación de humo los habría si no matado, casi.
Al otro lado oía a mis hombres en una cadena humana tratando de sofocar el fuego con agua.
No llegarían a tiempo, quebré la ventana de una patada, miré hacia abajo, allí había un carro con paja, esperaba que funcionara.
Tomé a sendos bebes entre mis brazos y me encaramé al alfeice antes de saltar con ellos al vació.
Höor Cannif- Realeza Neerlandesa
- Mensajes : 976
Fecha de inscripción : 21/09/2016
Localización : el placentero infierno de tus piernas.
Re: Akershus en llamas (Privado)(+18)
No dije nada al respecto cuando nombró a aquel que fue mi mano derecha. No procedía nombrar ciertas cosas que no nos hacían bien, aprendí de ello. Acabábamos de hacer el amor, volver a tener esa complicidad. Una complicidad que volvió a evaporarse, aquello que nos unió en Paris parecía no haber ocurrido. Lo intentaba, juro que intentaba por todos los medios estar como siempre pero el norte no paraba de ponernos obstáculos a los dos.
La vi mirarlo, ella también lo había tenido y yo misma lo lancé a sus brazos. Le lancé una mirada fugaz, fulminándola por el simple hecho de seguir cuidando a los niños cuando me opuse. Celosa, lo estaba pero él no me creería nunca, era la sensación que tenía constantemente. La llegada de mi hijo nos cambió, ahora llegaba otro niño a casa...el suyo y lo había aceptado porque sabía que era importante para él.
El llanto de mis niñas, me despertó de mis pensamientos. A mis sentidos...llegó el olor a humo. Tragué saliva, me estaba empezando a poner nerviosa, intenté abrir la puerta pero el pomo me quemó en las manos. Los llantos infantiles, se mezclaron con mis silenciosas lagrimas... me sentí impotente, no podía hacer nada...intenté derribar la puerta. Mis orbes esmeraldas se tiñeron de lagrimas, mis niños... mi todo estaba allí dentro, supliqué en silencio que fuese a por ellos.
Soleil y Drittsekk, seguían en su cuna...cesaron de llorar. Morí por dentro, ...podían haber sido afectado por las llamas. El pequeño salió asustado, más de lo que había podido ocasionar. Me senté en el suelo, con mis hijas a cada brazo, acunando al pequeño en mi regazo, dejando apoyar su mejilla contra mi pecho...le siseaba para que se calmase mientras veía como mi esposo sacaba a mis otros bebés.una lámpara de aceite, explotó y con esa explosión se llevó parte de mí...
dejé al cuidado a mi nodriza particular a las niñas, al pequeño me lo llevé en brazos... necesitaba ser calmado. Mis dedos se enredaron en su nuca, siseándole...cantándole una de mis nanas favoritas , el sueño le repararía. A pesar de haber sido el causante, o no... lo acuné entre mis brazos. Corrí con él hasta el patio trasero en donde vi a Hoör tumbado. Mis niños, descansaban en su pecho y no sabía si estaban vivos o muertos.
Sin soltar al pequeño, me acerqué aterrada al carro...podían estar muertos por la caída. Me aseguré de que el niño no presenciase algo que pudiese causarle traumas. La sensación de perdida volvía a castigarme, no me atrevía a tan siquiera asegurarme... aparté el cabello del rostro de mi esposo, deslizando los dedos por su mejilla.
-Hoör , mi amor... despierta. -los pequeños al oír mi voz entreabrieron los ojos, se encontraban medio despiertos, confusos pero mi Hoör no se despertaba -Amor...por favor, despierta -insistí , la voz me tembló, atrapé a Dritt y a Soleil...dejándolos juntos a un lado, de rodillas ante ellos con Sirius en los brazos mis ojos se poblaron de lagrimas...-No...otra vez no -mi corazón se detuvo, podía perderlo...
La vi mirarlo, ella también lo había tenido y yo misma lo lancé a sus brazos. Le lancé una mirada fugaz, fulminándola por el simple hecho de seguir cuidando a los niños cuando me opuse. Celosa, lo estaba pero él no me creería nunca, era la sensación que tenía constantemente. La llegada de mi hijo nos cambió, ahora llegaba otro niño a casa...el suyo y lo había aceptado porque sabía que era importante para él.
El llanto de mis niñas, me despertó de mis pensamientos. A mis sentidos...llegó el olor a humo. Tragué saliva, me estaba empezando a poner nerviosa, intenté abrir la puerta pero el pomo me quemó en las manos. Los llantos infantiles, se mezclaron con mis silenciosas lagrimas... me sentí impotente, no podía hacer nada...intenté derribar la puerta. Mis orbes esmeraldas se tiñeron de lagrimas, mis niños... mi todo estaba allí dentro, supliqué en silencio que fuese a por ellos.
Soleil y Drittsekk, seguían en su cuna...cesaron de llorar. Morí por dentro, ...podían haber sido afectado por las llamas. El pequeño salió asustado, más de lo que había podido ocasionar. Me senté en el suelo, con mis hijas a cada brazo, acunando al pequeño en mi regazo, dejando apoyar su mejilla contra mi pecho...le siseaba para que se calmase mientras veía como mi esposo sacaba a mis otros bebés.una lámpara de aceite, explotó y con esa explosión se llevó parte de mí...
dejé al cuidado a mi nodriza particular a las niñas, al pequeño me lo llevé en brazos... necesitaba ser calmado. Mis dedos se enredaron en su nuca, siseándole...cantándole una de mis nanas favoritas , el sueño le repararía. A pesar de haber sido el causante, o no... lo acuné entre mis brazos. Corrí con él hasta el patio trasero en donde vi a Hoör tumbado. Mis niños, descansaban en su pecho y no sabía si estaban vivos o muertos.
Sin soltar al pequeño, me acerqué aterrada al carro...podían estar muertos por la caída. Me aseguré de que el niño no presenciase algo que pudiese causarle traumas. La sensación de perdida volvía a castigarme, no me atrevía a tan siquiera asegurarme... aparté el cabello del rostro de mi esposo, deslizando los dedos por su mejilla.
-Hoör , mi amor... despierta. -los pequeños al oír mi voz entreabrieron los ojos, se encontraban medio despiertos, confusos pero mi Hoör no se despertaba -Amor...por favor, despierta -insistí , la voz me tembló, atrapé a Dritt y a Soleil...dejándolos juntos a un lado, de rodillas ante ellos con Sirius en los brazos mis ojos se poblaron de lagrimas...-No...otra vez no -mi corazón se detuvo, podía perderlo...
Valeria Cavey- Realeza Neerlandesa
- Mensajes : 421
Fecha de inscripción : 26/05/2016
Localización : Paris
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Akershus en llamas (Privado)(+18)
Tosí, los pulmones no me respondían, había inhalado demasiado humo y sentía que me costaba dar una bocanada de aire, era como si me ahogara en las marismas sin poder emerger.
Veía a Valeria suplicando, con mi hijo entre sus brazos, tosí de nuevo doblandome, mientras su mano se deslizaba por mi pelo y las lagrimas por sus mejillas.
Finalmente di una bocanada de aire que hinchó mis pulmones y poco a poco fui soltándola alzando mi torso para buscar la boca de mi esposa y engancharme a ella como si fuera mi único salvavidas.
Giré la mirada, con mi frente contra la de mi mujer, mi mano en su nuca, Dritt y Soleil miraban amodorrados la escena desde la paja, por suerte estaban bien.
Busqué de nuevo los orbes de Valeria, ella me aseguró con la mirada que todos estaban en perfecto estado, había llegado a tiempo.
Acaricié el rostro de Valeria, preocupada por todos y cada uno de nosotros, incluso por ese que sujetaba entre sus brazos y que de seguro había ocasionado todo esto.
-Lo siento -susurré contra sus labios -no siento haberlo traído, siento lo que ha pasado, él es mi responsabilidad, solo tiene dos años.
No podía culpar a un niño asustado de este desastre, era mi hijo, aunque yo no lo había engendrado era mi sangre la que corría por sus venas.
-Aprenderá a controlarse, lo juro -susurré mirando fijamente a mi mujer y acariciando el pelo de Sirius.
El niño jugaba con el collar de Valeria, ese que le regalé con las dos cabezas de lobo, algo que no solo me hizo recordar aquel día, la navidad, si no que pinto en mi rostro una sonrisa.
-Aun no ha terminado el día, vamonos, solos, celebremos lo que queda de tu cumpleaños en la intimidad de una habitación de una manceria, o en el lago, o un barco, pídeme lo que quieras y te lo daré Valeria.
Solo quería estar bien con ella, era mi forma de decirle que la quería, que lucharía por nuestra relación, porque aunque el norte o el destino se empeñara en ponernos trabas lo que sentíamos por el otro era fuerte, lo suficiente como para superarlas.
Sonreí mirado a Drittsekk, juro que no vi crio que se pareciera mas a mi de los que mi demonio había traído al mundo, pero era imposible que fuera mio, mi familia siempre engendraba mellizos o gemelos y el había venido solo a este mundo.
Veía a Valeria suplicando, con mi hijo entre sus brazos, tosí de nuevo doblandome, mientras su mano se deslizaba por mi pelo y las lagrimas por sus mejillas.
Finalmente di una bocanada de aire que hinchó mis pulmones y poco a poco fui soltándola alzando mi torso para buscar la boca de mi esposa y engancharme a ella como si fuera mi único salvavidas.
Giré la mirada, con mi frente contra la de mi mujer, mi mano en su nuca, Dritt y Soleil miraban amodorrados la escena desde la paja, por suerte estaban bien.
Busqué de nuevo los orbes de Valeria, ella me aseguró con la mirada que todos estaban en perfecto estado, había llegado a tiempo.
Acaricié el rostro de Valeria, preocupada por todos y cada uno de nosotros, incluso por ese que sujetaba entre sus brazos y que de seguro había ocasionado todo esto.
-Lo siento -susurré contra sus labios -no siento haberlo traído, siento lo que ha pasado, él es mi responsabilidad, solo tiene dos años.
No podía culpar a un niño asustado de este desastre, era mi hijo, aunque yo no lo había engendrado era mi sangre la que corría por sus venas.
-Aprenderá a controlarse, lo juro -susurré mirando fijamente a mi mujer y acariciando el pelo de Sirius.
El niño jugaba con el collar de Valeria, ese que le regalé con las dos cabezas de lobo, algo que no solo me hizo recordar aquel día, la navidad, si no que pinto en mi rostro una sonrisa.
-Aun no ha terminado el día, vamonos, solos, celebremos lo que queda de tu cumpleaños en la intimidad de una habitación de una manceria, o en el lago, o un barco, pídeme lo que quieras y te lo daré Valeria.
Solo quería estar bien con ella, era mi forma de decirle que la quería, que lucharía por nuestra relación, porque aunque el norte o el destino se empeñara en ponernos trabas lo que sentíamos por el otro era fuerte, lo suficiente como para superarlas.
Sonreí mirado a Drittsekk, juro que no vi crio que se pareciera mas a mi de los que mi demonio había traído al mundo, pero era imposible que fuera mio, mi familia siempre engendraba mellizos o gemelos y el había venido solo a este mundo.
Höor Cannif- Realeza Neerlandesa
- Mensajes : 976
Fecha de inscripción : 21/09/2016
Localización : el placentero infierno de tus piernas.
Re: Akershus en llamas (Privado)(+18)
Su beso me insufló más vida a mí que a él pero lejos de devolverme la vida, seguía con ese sabor amargo. Lo habíamos intentado, quizás nos adelantamos y decidimos algo que nos condenaría. Este no era mi hogar, mi vida era muy diferente a la que actualmente llevaba. Éramos tan diferentes que chocábamos sin remedio y la verdad, el amor nos había desbordado hasta saturarnos...pues solo de amor no era suficiente.
Algo se rompió dentro de mí al decir que lo sentía, ¿qué sentía realmente? Demasiadas discusiones, palabras que no sentíamos y al final...terminaba condenándonos a esto. Él no confiaba en mí, lo primero que me echó en cara fue el haber vuelto embarazada y aseguraba que sería de otro, como si me dedicase a visitar cada noche una cama diferente cuando estuvimos separados...la realidad, fue una muy distinta.”Él es mi responsabilidad”, lo era y no mi hijo, Drittsekk...encima accedí a llamarlo bastardo en su idioma ¿en qué había quedado aquella fui? Era de mi sangre, no podía etiquetarlo de algo de lo que él no tenía culpa.
Mi primer cumpleaños juntos en el norte, no era lo que esperé. Le di dos hijas sanas, estuve a su lado y me fui porque no tuve otra...y seguía sin confiar en mí. Daba igual que le perjurase que lo amaba, solo importaba que me fuese...lo cobarde que era por no tener el valor de esas vikingas a las que acostumbraba. Bajé la mirada hasta el pequeño, mis orbes se desviaron hacia Soleil y Dritt, ajenos a todo...a los que nunca querría del mismo modo por el simple hecho de no ser de su sangre.
-Más lo siento yo -Sirius me miraba fijamente, en mis ojos verdes no había signos de culpa...él tenía suerte, sería criado por Hoör Cannif como uno más y sería feliz en el norte -Necesito volver a París, llevar unos meses mi negocio... necesito reponer toda la fuerza que he perdido y no es la física. No soy la misma, no somos los mismos...y estoy cansada de intentarlo cuando no necesitas a una mujer débil a tu lado si no a ese demonio que fui. Mi partida no tiene que ver con que mis sentimientos cambien...sería imposible olvidar lo que siento por ti. -hice una pausa, si no me daba un respiro...nuestra relación terminaría en ruinas, no quería perderlo...solo necesitaba un poco de aire europeo...
Su Condesa no podía ser débil, no deseaba ser la mujer florero de un hombre..ese no fue nunca mi pensamiento y de repente, me veo envuelta en tener que cuidar de cuatro niños...ahora cinco sin darme un respiro. No recuperaría nunca al Hoör que conocí y no podía ser esa mujer que pretendía. No estaba preparada para su respuesta, sabía cuál sería... y por ello, sonreí. Le devolví al que realmente era su hijo y tomé a los míos, Soleil cogió uno de mis mechones con una de sus regordetas manos y tiró, lo que provocó que Dritt sonriese.
-Te quiero, Hoör. Nadie podría ocupar tu lugar porque es imposible pero vivir aquí...entre los tuyos y alejarme de mi vida no es tan fácil como puede parecer. Mientras que tus noches las pasabas en las tabernas, yo iba a fiestas...y en un punto nos encontramos. Tuvo que ser por algo, a veces...-callé porque me quedé sin voz, sentía que lo perdería si seguía hablando...él no apoyaba la idea de regresar a París -Si estuviésemos en París ahora, seguramente estaríamos en el lecho, te diría que he reservado mesa en mi restaurante favorito... y tendrías un regalo en tu bolsillo. -miré a los niños una vez más y negué con la cabeza, no quería una vida de sacrificio en la que ser madre me absorbía la vida -No lo comprenderás...tampoco te pido eso. Solo...quiero dar sentido a nuestra vida -me acerqué a él, sonriendo...deseando volver al momento cuando bajé las escaleras en donde nuestras vidas cambiaron para siempre -Quizás aquellos que se encontraron en París eran un espejismo de lo que deseábamos del otro. No estoy poniendo fin, ni quiero que se acabe...lo que tengo contigo escapa más allá de la razón. Solo necesito encontrame a mí misma...demasiados cambios y...creo que cuando regrese, seguramente lo haga con más fuerza, no ser débil...no quieres a tu mujer débil
deslicé la mano por su mejilla, apartando la suciedad de sus mejillas , temía su respuesta...que él de verdad me dijese adiós cuando solo le pedía un suspiro en aquella vida de caos. En el mismo día de mi cumpleaños , me trajo a un niño que no era mi hijo y sí el suyo, casi pierdo a los demás por el incendio...a él y eso...me saturó, me asustó...no poder ni tan siquiera afrontarlo.
-Te quiero, Hoör pero tanto como yo, necesitas a tu Valeria fuerte... y en este tiempo me he apagado -lo miré a los ojos, no quería que nuestra magia desapareciese...ojalá mi razón no me traicionase.
Algo se rompió dentro de mí al decir que lo sentía, ¿qué sentía realmente? Demasiadas discusiones, palabras que no sentíamos y al final...terminaba condenándonos a esto. Él no confiaba en mí, lo primero que me echó en cara fue el haber vuelto embarazada y aseguraba que sería de otro, como si me dedicase a visitar cada noche una cama diferente cuando estuvimos separados...la realidad, fue una muy distinta.”Él es mi responsabilidad”, lo era y no mi hijo, Drittsekk...encima accedí a llamarlo bastardo en su idioma ¿en qué había quedado aquella fui? Era de mi sangre, no podía etiquetarlo de algo de lo que él no tenía culpa.
Mi primer cumpleaños juntos en el norte, no era lo que esperé. Le di dos hijas sanas, estuve a su lado y me fui porque no tuve otra...y seguía sin confiar en mí. Daba igual que le perjurase que lo amaba, solo importaba que me fuese...lo cobarde que era por no tener el valor de esas vikingas a las que acostumbraba. Bajé la mirada hasta el pequeño, mis orbes se desviaron hacia Soleil y Dritt, ajenos a todo...a los que nunca querría del mismo modo por el simple hecho de no ser de su sangre.
-Más lo siento yo -Sirius me miraba fijamente, en mis ojos verdes no había signos de culpa...él tenía suerte, sería criado por Hoör Cannif como uno más y sería feliz en el norte -Necesito volver a París, llevar unos meses mi negocio... necesito reponer toda la fuerza que he perdido y no es la física. No soy la misma, no somos los mismos...y estoy cansada de intentarlo cuando no necesitas a una mujer débil a tu lado si no a ese demonio que fui. Mi partida no tiene que ver con que mis sentimientos cambien...sería imposible olvidar lo que siento por ti. -hice una pausa, si no me daba un respiro...nuestra relación terminaría en ruinas, no quería perderlo...solo necesitaba un poco de aire europeo...
Su Condesa no podía ser débil, no deseaba ser la mujer florero de un hombre..ese no fue nunca mi pensamiento y de repente, me veo envuelta en tener que cuidar de cuatro niños...ahora cinco sin darme un respiro. No recuperaría nunca al Hoör que conocí y no podía ser esa mujer que pretendía. No estaba preparada para su respuesta, sabía cuál sería... y por ello, sonreí. Le devolví al que realmente era su hijo y tomé a los míos, Soleil cogió uno de mis mechones con una de sus regordetas manos y tiró, lo que provocó que Dritt sonriese.
-Te quiero, Hoör. Nadie podría ocupar tu lugar porque es imposible pero vivir aquí...entre los tuyos y alejarme de mi vida no es tan fácil como puede parecer. Mientras que tus noches las pasabas en las tabernas, yo iba a fiestas...y en un punto nos encontramos. Tuvo que ser por algo, a veces...-callé porque me quedé sin voz, sentía que lo perdería si seguía hablando...él no apoyaba la idea de regresar a París -Si estuviésemos en París ahora, seguramente estaríamos en el lecho, te diría que he reservado mesa en mi restaurante favorito... y tendrías un regalo en tu bolsillo. -miré a los niños una vez más y negué con la cabeza, no quería una vida de sacrificio en la que ser madre me absorbía la vida -No lo comprenderás...tampoco te pido eso. Solo...quiero dar sentido a nuestra vida -me acerqué a él, sonriendo...deseando volver al momento cuando bajé las escaleras en donde nuestras vidas cambiaron para siempre -Quizás aquellos que se encontraron en París eran un espejismo de lo que deseábamos del otro. No estoy poniendo fin, ni quiero que se acabe...lo que tengo contigo escapa más allá de la razón. Solo necesito encontrame a mí misma...demasiados cambios y...creo que cuando regrese, seguramente lo haga con más fuerza, no ser débil...no quieres a tu mujer débil
deslicé la mano por su mejilla, apartando la suciedad de sus mejillas , temía su respuesta...que él de verdad me dijese adiós cuando solo le pedía un suspiro en aquella vida de caos. En el mismo día de mi cumpleaños , me trajo a un niño que no era mi hijo y sí el suyo, casi pierdo a los demás por el incendio...a él y eso...me saturó, me asustó...no poder ni tan siquiera afrontarlo.
-Te quiero, Hoör pero tanto como yo, necesitas a tu Valeria fuerte... y en este tiempo me he apagado -lo miré a los ojos, no quería que nuestra magia desapareciese...ojalá mi razón no me traicionase.
Valeria Cavey- Realeza Neerlandesa
- Mensajes : 421
Fecha de inscripción : 26/05/2016
Localización : Paris
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Akershus en llamas (Privado)(+18)
Ni lo esperé ni lo vi venir, mis pardos apagados se hundieron en sus esmeraldas, quizás preferí callarme lo que pensaba porque no quería una mujer infeliz a mi lado y en eso había convertido al demonio que un día conocí en París.
Una sombra de Valeria Cavey, en eso se trasformó cuando mi apellido acompañó su nombre.
Le hubiera dicho que iría con ella hasta al infierno y no hubiera mentido en ello, pero el norte me necesitaba, París no era para mi, como el norte no era para ella.
No iba a decirle adiós, quizás porque hoy no podía, escuchaba su voz, no se si buscaba mi comprensión, mi asentimiento o una prohibición pero nada de eso iba a encontrar hoy.
Nuestros caminos se separaban, eso era un hecho, motivos no le faltaban para huir de una vida que no la hacia feliz.
-Búscate y encuentraté, solo te deseo que seas feliz. Yo me quedaré con los niños, con todos, Drittsekk no encontrará en París su lugar, lo sabes y lo se, déjalo aquí, con sus hermanos, juro por Odin que cuidaré de él.
Su mano limpio de mi mejilla una mancha, hubiera sonreído por la ironía de tener ganas.
Poco mas tenia que decir a esa mujer que se desvanecía ante mis ojos, lo habíamos intentado todo para ser felices, lo teníamos todo para serlo pero al parecer no era posible, a veces el amor no es suficiente y aunque admito que por dentro estaba roto, por fuera me mantuve sereno, yo era un guerrero y había caído tantas veces al suelo desangrándome que era capaz de entender que esto seria una herida abierta mas con la que tener que lidiar.
Entre mis brazos Sirius , su pequeña mano acariciaba mi barba, el silencio que se abría entre ambos era un abismo, uno que quebraba.
-De verdad te deseo lo mejor Valeria -susurré deslizando mis dedos por los mechones oscuros del pequeño -que encuentres la felicidad.
Me alcé del carro con el crio entre mis brazos, Akershus estaba en llamas, el incendio no se apagaría con palabras.
Caminé hacia el interior del castillo sintiendo como el viento mecía mi pelo negro, la capa de piel ondeaba salvaje a mis espaldas.
Eran tiempos de guerra, se respiraba el aroma de la sangre y la tormenta mezclados con el humo de la destrucción.
El destino lo era todo....
Una sombra de Valeria Cavey, en eso se trasformó cuando mi apellido acompañó su nombre.
Le hubiera dicho que iría con ella hasta al infierno y no hubiera mentido en ello, pero el norte me necesitaba, París no era para mi, como el norte no era para ella.
No iba a decirle adiós, quizás porque hoy no podía, escuchaba su voz, no se si buscaba mi comprensión, mi asentimiento o una prohibición pero nada de eso iba a encontrar hoy.
Nuestros caminos se separaban, eso era un hecho, motivos no le faltaban para huir de una vida que no la hacia feliz.
-Búscate y encuentraté, solo te deseo que seas feliz. Yo me quedaré con los niños, con todos, Drittsekk no encontrará en París su lugar, lo sabes y lo se, déjalo aquí, con sus hermanos, juro por Odin que cuidaré de él.
Su mano limpio de mi mejilla una mancha, hubiera sonreído por la ironía de tener ganas.
Poco mas tenia que decir a esa mujer que se desvanecía ante mis ojos, lo habíamos intentado todo para ser felices, lo teníamos todo para serlo pero al parecer no era posible, a veces el amor no es suficiente y aunque admito que por dentro estaba roto, por fuera me mantuve sereno, yo era un guerrero y había caído tantas veces al suelo desangrándome que era capaz de entender que esto seria una herida abierta mas con la que tener que lidiar.
Entre mis brazos Sirius , su pequeña mano acariciaba mi barba, el silencio que se abría entre ambos era un abismo, uno que quebraba.
-De verdad te deseo lo mejor Valeria -susurré deslizando mis dedos por los mechones oscuros del pequeño -que encuentres la felicidad.
Me alcé del carro con el crio entre mis brazos, Akershus estaba en llamas, el incendio no se apagaría con palabras.
Caminé hacia el interior del castillo sintiendo como el viento mecía mi pelo negro, la capa de piel ondeaba salvaje a mis espaldas.
Eran tiempos de guerra, se respiraba el aroma de la sangre y la tormenta mezclados con el humo de la destrucción.
El destino lo era todo....
Höor Cannif- Realeza Neerlandesa
- Mensajes : 976
Fecha de inscripción : 21/09/2016
Localización : el placentero infierno de tus piernas.
Temas similares
» Llamas Azules(Privado)
» Bailando con las llamas. (privado)
» Las llamas de dos pasiones se consumen entre sábanas (Privado +18)
» Páginas blancas en llamas
» Y en el centro de mi pecho en llamas, la vida mora. - Privado.
» Bailando con las llamas. (privado)
» Las llamas de dos pasiones se consumen entre sábanas (Privado +18)
» Páginas blancas en llamas
» Y en el centro de mi pecho en llamas, la vida mora. - Privado.
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour