El hada infernal [Hayleigh]

por **Dimitri Lumière** Jue Nov 18, 2010 3:16 pm

Tenía tanta sed que habría sido capaz de bebermbe la sangre de todo el público que asistió aquella noche a ver La divina comedia. La adaptación a obra teatral de el dramaturgo francés amigo de mi familia había triunfado en mi teatro. Había sido la primera vez que el Teatre Lumière abría sus puertas en una larga temporada, y había decidido que aquella obra merecía aquel honor.
La visión de Dante sobre el mundo era demasiado acertada, y tenía, quizás, demasiadas coincidencias con mi visión personal. Tres eran los lugares en los que un ser se podía posicionar: cielo, purgatorio e infierno. En mi vida humana había sido presa del segundo, y ahora, me había entregado por completo al tercero. Era tan fácil.

En aquellos momentos, sentía más que nunca los ardores del infierno en mi garganta, corroída mi vista por la sed de sangre. Salí del teatro exultante, deseoso de una buena mujer y de la carne más joven. No iría a mi hogar aquella noche, sino más bien lo celebraría por lo grande.
Las ansias de acudir a la Fee Verte me acosaban, pero no tenía ganas de ver a toda aquella aristocracia vampírica que tomaba sangre en copas de margarita. Mejor, acudiría a un burdel. Pese a que tenía ganas de salir en busca del más sucio de París y arrasar con toda mujer que se interpusiera en mi camino, me decidí a ir a uno más normal. No era tan elegante como me correspondería, pero aquella noche no tenía ganas de ser lo que se esperaba de mí.

Al entrar, ví a una chica pelirroja cuyo rostro a medio pintar parecía sacado de un fotograma de terror. Parecía uno de los retratos de Ophelia, mi Ophelia. En seguida, aquella mujer captó mi total atención.
-La quiero a ella -murmuré.
Imaginé que aquella noche no iba a ser fácil saciarme.

por **Hayleigh Harley Joke** Miér Nov 24, 2010 10:50 am

Las notas musicales bailan mi alrededor con fuerza y sin descanso durante horas y horas. La melodía suena de mi flauta travesera, plateada y brillante., emiten pasión y emiten tristeza. Quiero bailar, destacar sobre las demás, mostrarles que estoy aquí, quiero un publico que se finge en mi y solo en mi. Miles de ojos mirándome, deseando mi música, mis danzas y mis obras.
Todos piensan que soy rara, soy extraña. Soy un arlequín sin casa y señor. Bailo para ganar dinero, pero ¿Para que lo necesito? La inmortalidad es lo único que necesito para tener todo lo que quiero, pero no se que es lo que quiero.
El inconfundible aroma no me pasa desapercibido, peor si lo ignoro, solo me concentro en la música y estoy apoyada en una pared con la silla al lado. Dulce suena la melodía.
Unas palabras bastaron para mi atención captar, mis ojos se levantaron y la melodía no para de sonar. Una sonrisa negra se posó en mis labios. Ojos azules que miran, mirada llena de locura.
Tengo un admirador ¿Y mi ramo de rosas?

Ooff: Hayleigh es mas bien rubia. Siento la enorme tardanza. Examenes.

por **Dimitri Lumière** Sáb Nov 27, 2010 11:23 am

El sonido parecía delicioso, y hacía que me atrayese aun más el sabor de su sangre. ¿Sería igual de delicioso y placentero? Me acerqué con lentitud, fijándome en el instrumento que sostenía entre las manos, de aquel mismo de donde salía la música. Qué más daba: mi ceguera era mortífera e irreversible. Necesitaba sangre y algo de placer. En aquel momento, cualquier cosa podría haber captado mi atención menos aquello.
-Bonnuit, mon amie, sera-ça que vous voulez venir avec moi? -susurré. La melodía seguía sonando, tan dulce y triste como un baile mortal. Me gustaba aquella chica. El cabello, de cerca, parecía más claro y brillante, del color dorado de los marcos de mis cuadros. Como aquel pasador que tiempo atrás mi hermana llevó en su cabello azabache. Y así era, los recuerdos fluían de un lado a otro de mi cabeza presos de la borrachera que emulaban mis sentidos. No había bebido alcohol, pero tampoco sangre, y aquello último era peor que lo primero. Sed, sed, y sólo sed.
-¿Dónde deseáis estar esta noche, mademoiselle? -le dije con una ambigüa sonrisa. Por supuesto, utilicé mi persuasión, pero no se vió del todo satisfecha. ¿Qué iba mal?

De repente, casi como un rayo surgido de entre la maleza eterna, su olor cálido y, sobre todo, diferente al resto, llegó a mí. ¿Cómo podía haberlo pasado por alto? Aquella dulce dama que bailaba ante mí, sumiéndose en una danza junto a mis pupilas, no era una mortal corriente, no era un ser de los que podías encontrar a cualquier hora y en cualquier lugar. Era algo más que una cara bonito y unos dedos finos que sabían tocar la flauta. Era, una hermosa vampiresa.

Mon dieu

por **Hayleigh Harley Joke** Miér Dic 08, 2010 1:47 pm

Una caja de música siempre va adornada con una frágil muñeca de porcelana vestida de bailarina, con un tutú y un moño en la cabeza. Una pose elegante con los brazos alzados y sujetándose solo con una pierna. Los ojos siempre están cerrados, pues ella también disfruta de la música que suena y a sido compuesta para ella. Triste vida de la muñeca, solo puede oír la melodía cuando la caja esta abierta, mientras tanto la oscuridad y el silencio son sus únicos acompañantes. Yo no quiero ser la frágil escultura, quiero ser la música para poder oírme a mi misma. Mis oídos solo escuchan lo que desean escuchar, ya podéis cantarme si de verdad me apreciáis. Veo miradas celosas y oigo maldiciones hacía mi persona, soy el arlequín endemoniado, mi apariencia es el de un ángel moribundo. Hermoso, frágil, aniñado, necesita ayuda y sus ojos lloran, pero en realidad dicen que tengo hambre, necesito sangre, ayudame a no ser mortal. Parece que te ignoro, parece que no me importas, pero mira mis ojos. Sigo soplando y moviendo los dedos para que las notas salgan de la flauta plateada que tengo en las manos, pero no miro las llaves, se donde están de memoria. Te estoy mirando. Estoy parpadeando. No intentes resistirte, sabes que mi mirada te gusta y quieres besar mis labios pintados que ligeramente sonríen, pero antes tendrás que cortejarme, se que eres y no te lo voy a poner fácil, nada fácil,me gusta jugar contigo.
-¿A donde le gustaría ir a Ofelia o a Julieta?-La melodía se a visto interrumpida, una voz melosa la a sustituido y es igual de hermosa que la música, la cual a regresado. Tengo los ojos cerrados y te lanzo miradas, quiero que juegues conmigo.

por **Dimitri Lumière** Jue Ene 13, 2011 9:01 am

El juego de aquel arlequín me empezaba a cansar. Estaba realmente sediento, y no me valía con la palabrería. Sonreí y me acerqué a ella lo suficiente para tenderle la mano e invitarla a acompañarme, pero sin irrumpir en el corro de gente que había a su alrededor. Miré sus ojos felinos, y su expresión diabólica. Me gustaba aquella chica.

Era consciente de que no podría saciar mi sed de sangre a través de ella, pero sí con ella.

-¿Desea la mademoiselle descender de su nube de música y acompañar al monsieur? -le pregunté con voz suave pero sensual. Mi mano estaba tendida hacia ella, esperando una respuesta o una reacción.
Su cuerpo se movía con sensualidad, y mis colmillos deseaban clavarse en su piel, aunque sabía que un vampiro no se dejaba morder por otro de su especie con facilidad. Pero tenía dinero, y sobre todo, mucha sed.

Y aquella melodía incesante seguía removiendo mi mente, buscando una respuesta a todas aquellas preguntas que ahora me acechaban en silencio.

por **Hayleigh Harley Joke** Lun Ene 31, 2011 3:41 pm

Sonrío divertida al notar que el vampiro esta nervioso. Me gusta jugar a este juego, pero es mas divertido con humanos y no con inmortales. Dicen que los humanos son fáciles de controlar, pero a mi me da miedo que puedan entrar en casa y sacarme fuera y dejarme bajo la luz del sol. ¿Nadie pensaba en aquello? Malditos humanos ¿Luego nos llaman inmortales a nosotros?
Ya no hay melodía. Humedezco mis labios para darles suavidad y brillo, he notado los cortes que hay en ellos. Curioso, antes el frío me cortaba incluso las manos. ¿Podre ahora cortar al frío?
Hoy en el cielo no hay luces.
Esta noche quería volar con las estrellas.
Noto ojos sobre mi, no hago caso, tal vez si. El vampiro es elegante, elegante conmigo ¿Le habrá gustado mi composición.?
-Hoy no hay estrellas-Susurra mi voz sin emoción. ¿Que ocurre? Puede que me pasé algo, pero sigo sin saber el que, Mis ojos vidriosos contemplan la noche. -No tiene sentido volar si no puedes jugar con las estrellas.-Pienso en voz alta, o eso parece. Al vampiro no le importa que es lo que pienso, lo se, lo intuyo. No tiene nada de especial los pensamientos de una maldita, mas aun si son infantiles. Caprichosa y juguetona.
Continuaré actuando un ratito mas. Bajo el brazo izquierdo cuya mano sujeta mi instrumento musical, los dedos de la mano derecha acarician suavemente el metal hasta que este desaparece. Tomo con suavidad la mano del vampiro con la mano derecha, cubierta por un mitón de color rojo y negro. Me doy cuenta de que no levo las uñas pintadas.
-¿Donde quiere ir esta noche? ¿Atravesará el espejo para ir al País de las Maravillas?- Dejo que una sonrisa endulce mi rostro. El recuerdo de alguien llega a mi mente. ¿Quien es el?.
-Hayleigh Harley, hada de las pesadillas-Una reverencia completa la presentación.

por **Dimitri Lumière** Dom Feb 06, 2011 2:08 pm

El relamer de sus labios provocó en mí un agudo escalofrío. Había sido un mero gesto, pero en mi sequía mental, era más que suficiente para provocarme. Me acerqué tan lentamente a ella que fue casi imperceptible. De hecho, lo habría sido de no ser porque se trataba de un vampyr, y no de un humano corriente.
Estrellas, había dicho. Las palabras me llegaban sólo a medias. Estaba en medio de un burdel, horriblemente sediento, y ya había elegido a mi acompañante. ¿A qué esperaba?
-¿Deseáis volar?
Me tomó la mano, y yo la acaricié con suavidad, sujetándola como si fuésemos a bailar un hermoso vals. Quizá un vals mortífero. No oculté mi media sonrisa cuando habló de ella misma, presentándose ante mí como un hada. Sí, sería mi hada.
-Mademoiselle, mi nombre es Dimitri Lumière. -dije. No sabía bien por qué la trataba de mademoiselle, cuando en realidad lo que quería era postrarla sobre una cama. Aprovechando que la tenía tomada de la mano, la empujé levemente hacía mi y la solté, para después volverla a tomar, más cerca de mí. Ahora sí, parecía que íbamos a bailar muy cerca.
-¿Bailaréis conmigo en algún lugar más lóbrego? -sonreí- Quizás desde arriba se pueda ver el País de las Maravillas. Podemos ir a jugar en silencio... -susurré, acercando mis labios a su oído. Su cabello tenía un olor agudo y chillón, dulce, pero muy chillón. Sin duda, concordaba con ella. - Vamos, convirtamos ese País de las Maravillas en el País de las Pesadillas, donde vos seáis el Hada que reine y yo pueda observaros desde mi balcón nocturno.

El juego seguía sin agradarme, pero quería hacer las cosas bien. La melodía, pese a haber cesado, seguía tarareándose en mi mente, aquella que casi estaba cegada por la sed y el deseo del cuerpo de la hermosa vampiresa.

[b]

por **Hayleigh Harley Joke** Sáb Feb 19, 2011 12:25 pm

Después de la presentación de un caballero, lo cortés sería presentarse después.
Una reverencia con la mirada vacía y una voz educada con cierto toque de dulzura.
-Un placer señor Lumiére- Mi voz sigue teniendo cierto acento italiano a pesar de hablar francés. Sonaba un tanto gracioso e incluso cómico.-Mi nombre es Hayleigh Harley, señor.-Una reverencia finalizo el tiempo de las presentaciones de una forma elegante y sencilla; una escena extraña teniendo en cuenta el lugar donde estaban.
Observe las miradas celosas delas prostituas que se encontraban a la espera de un cliente. Oía sus murmullos contra mi y me hicieron sonreír. Tal vez pudiera divertirme un poco...luego.
-Volar sin extremoso sin luna no es divertido. No hay objetivos-Dijo mi voz con un tono peculiar.

Podríamos bailar, si, no sería un mal plan para esta noche y tendríamos un público ideal. Creo.
-¿Conoce alguno? Un lugar conocido pero no común- No sabía muy bien que sitio estaba describiendo, pero cualquier lugar que eligiera aquel apuesto vampiro sería adecuado.
No pude evitar que una sonrisa se dibujará en mi cara pintada. Las damas de compañía miraban atónitas la escena y comentaban que yo estaba loca; como si no lo supiera el mundo ya.
-¿Alguna vez a estado en dicho lugar? Podría guiarle cunado lo encontremos.-Me resultaba raro comportarme de esta forma,la cual no puedo describir. Intentaba mostrarme educada, rebelde e ¿Irónica?.
Me acerque a su oído,pues necesitaba susurrarle para que el resto no escuchara.

¿Que secreto estas contando?

-Tiene sed ¿Verdad? Podríamos jugar con alguna humana...

por **Dimitri Lumière** Lun Feb 21, 2011 11:54 am

Poco a poco, sus palabras se fueron desvaneciendo en mis oídos, sin nisiquiera cumplir su objetivo; ninguna llegó a mi mente, excepto la última frase que pronunciaron aquellos labios que me hacían perder el sentido. Cuánto me gustaban las damas, y más si eran de mi propia raza.
Lo cierto es que mi idea había sido otra, pero en cualquier caso ahora mismo podríamos empezar por ahí. Me pareció que ella quería hacer las cosas con calma. Pese a su apariencia frágil y lunática lo que parecía esconderse detrás de ella era una potente inteligencia. No debía dejarme engañar, quizá eso era lo que ella quería.

Sonreí con suavidad y asentí lentamente, mientras decía:
-Por supuesto, señorita Harley -dije poco a poco, vocalizando cada palabra y sientiéndola mientras salía de mi boca-. Necesito una presa más de lo que pensáis. ¿Seréis tan amable de acompañarme a alguno de los dormitorios y llevarnos a algún bello humano?

Esperé su respuesta impaciente. Comencé a mirar a mi alrededor. Si ella decía que no, probablemente debiera pasar a buscar otra hermosa dama que estuviese de servicio, pero lo cierto es que me había encaprichado de ella. Además, tocaba la flauta tan jocosamente...

por **Hayleigh Harley Joke** Mar Mar 01, 2011 4:11 pm

Pose perfecta, de niña obediente pero posiblemente traviesa. La flauta es sujetada por mis dos manos a mi espalda y escucho atenta cual alumna recibiendo instrucciones. Solo que no es justamente lo que esta ocurriendo.
¿Has oído? Me a llamado Señorita, jamas alguien me había llamado así de forma tan educada y cortés. Me siento feliz, al menos un poco.
Una sonrisa juguetona siempre me ayuda a pensar con claridad.¿Sabes que? Voy a cambiar los papeles, ahora yo seré la teniente y tu el soldado. Camino alrededor del señor Lumiere como la malvada institutriz que va a pasar lista o algo semejante. Una vez en su espalda me doy cuenta de que es mas alto que yo, incluso con tacones. Reprimo un soplo de frustración y lo ahogo.
Me pongo de puntillas y paso mis manos alrededor de su cuello. ¿Y la flauta incluida? Si, incluida en el bote.
-¿Que prefiere? ¿Un joven de lo mas alto de Paris o una joven princesa de los bajos fondos? El único requisito es que debe ser mortal.-Mi voz suena en su oído, no es tan dulce y sensual como el de las humanas, pero es casi igual.

por **Dimitri Lumière** Miér Mar 16, 2011 6:40 am

El comportamiento de aquella muñequita empezaba a agradarme. Posé una mano en su cintura y me acerqué con suavidad a su oído, sorprendiéndola.
-Sinceramente, os prefiero a vos, mademoiselle. Pero puesto que soy consciente de que lo que aquí vendéis no es vuestra sangre, me quedaré con una princesa de los bajos fondos. -susurré. Estaba hambriento, y aquello no se curaba con cháchara. Quería pasar a la acción y ver qué era lo que realmente me ofrecía ella.- Será un guiño a mis gustos, pero no importa. Lo importante es la compañía, ¿no?

Me fijé en su instrumento. Era lo único que faltaba en mi orquesta, pero lo cierto es que ahora no era lugar ni momento para pensar en eso. ¿O sí? Sonreí a la pequeña hada y me pregunté cuánto tiempo llevaría tocando aquella flauta. Le daba un toque infernal, algo un poco anacrónico pero que, al fin y al cabo, era bello.
Esperaría a estar con ella -y con la muchacha- a solas para preguntarlo. Primero era el deber, y luego, el placer. Aunque ciertamente, teniéndola a ella delante los términos se me confundían.
-¿A dónde me lleváis, querida?

por **Hayleigh Harley Joke** Jue Mar 17, 2011 11:10 am

-La princesa siempre es la escogida, la sangre suele ser dulce y de temperatura caliente- Anuncia mi voz como la de un viejo sabio chino. Cierro los ojos y asiento, solo faltaba saber quien era la princesa y quien fingía serlo. No teníamos tiempo para hacer la prueba del guisante en el colchó, así que tendríamos que deducir quien era la elegida.
-Elija usted, fíjese en todas las princesas. La que escoja será la verdadera, las otras solo fingirán serlo.- Una de las de miradas celosas tendrá la oportunidad de acompañarnos, lastima que el destino sea distinto al que piensa. Ni me molestaré en poner monedas en los ojos ¿Eso se hace aquí?
-Por supuesto- Respondí a la primera pregunta.
Pito pito gorgorito donde vas tu tan bonito...
-¿Ha escogido ya a una dama o prefiere que elija yo?-Le pregunto con paciencia. Luego le observo.
-Donde usted prefiera ¿Habitación con vista a la noche o mas privada a interiores?-Le pregunto sin vergüenza alguna.

por **Dimitri Lumière** Miér Mar 30, 2011 4:55 am

Lo cierto es que me daba igual. Todo me daba igual. Quería alimentarme de alguna mujer y escuchar a Hayleigh tocar la flauta. ¿Por qué lo estaba haciendo tan complicado?
-Cualquiera, escogedla vos misma. Ahora, vayamos a la habitación que le plazca, mademoiselle -le rugí- No creo que os guste hacer enfurecer de impaciencia a un vampiro centenario -susurré. ¿Qué edad tendría ella? Ciertamente, no lo sabía. Cada vez que miraba sus ojos negaba la posibilidad de que fuese una auténtica vampiresa, pero su voz y sus colmillos, sus movimientos ligeros y rápidos, decían la verdad: ella era una auténtica hija de la noche. ¿Por qué entonces me parecía tan frágil y sensual como una pequeña muñequita carnal? Quizá había algo que me trastornaba en ella, pero jamás adivinaría el qué. Y eso era parte de su encanto, en cierto modo.

-¿Qué tal si traéis ese instrumento con nosotros? -dije con una sonrisa picarona- Me gustaría acompañar mis actos con música. Adoro la música. Y adoro la sangre -añadí.- Será una bonita combinación, aunque algo macabra. Será como la música de Beethoven, o como las pinturas tardías del español Goya. ¿Qué impedirá que así sea, pues? -rodeé a la doncella y tomé la mano que tenía libre, sin sujetar el clarinete - ¿Seréis el coro de la voz cantante para mí?

Solté una inesperada carcajada y observé los ojos claros de la hermosa mujer.
-Vamos, Hayleigh. Sé que hay algo de tí para mí.

por **Hayleigh Harley Joke** Sáb Abr 16, 2011 8:15 pm

Asentí con una sonrisa pícara y mis ojos brillando de puras ganas de travesuras. Tenía que escoger a una hermosa dama de sangre dulce, pero no mas guapa que yo. Total iba a ser la cena, pero el cliente también tenía que disfrutar en el contacto visual. -Por supuesto que no señor- Respondí con una risita infantil.
Mire la flauta y le mire a el, me encogí de hombros y guiñe un ojo. -¿Le gusta la música cierto? A mi también me gusta, me apasionada, la escucho siempre en mi cabeza.-Digo recordando una mezcla de melodías, vuelven a dejarme sorda pero me gusta. -Me temo que mi música es mas bien mediocre, no se puede comparar con los grandes artistas- Que modesta me muestro. Me quiero y me adoro. También quiero beber sangre, me a vuelto la sed. -Sere el coro de la voz cantante si me lo pediis. Todo lo que me pida se lo daré.
Dirigí al vampiro a través de las miradas deseosas de las humanas con cierto aire de superioridad, me gustaba que me miraran con envidia, sobretodo esa, esa y también esa.
Hice girar el instrumento en mis manos y le toque el hombro a una de las que estaba de espaldas. Guiñe un ojo, un rápido movimiento y una media sonrisa. Ella cedía a mi encandilamiento y con su tímida sonrisa se unió.

por **Dimitri Lumière** Jue Abr 21, 2011 7:14 am

Ahora que teníamos la presa, sólo necesitábamos su sangre. No me pareció mala elección, puesto que realmente lo único que deseaba era alimentarme y ver a Hayleigh haciendo lo propio. En cualquier caso, estaba allí por ella, y ahora también por su música. No era una gran melodía, ni tampoco era ella una gran música, pero sonaba dulce y suficiente para mis oídos, que no era algo fácil de conseguir. Asentí con la cabeza y le pedí a la joven que nos acompañara.

Dicen que el hechizo de un vampiro es letal e inevitable, así pues, el hechizo de dos vampiros, no podía ser otra cosa que perfecto e invulnerable. Sonreí con todas mis fuerzas y me quité la chaqueta. Mi camisa blanca cubierta por un chaleco carmesí estaba deseosa de ser manchada del líquido rojizo que me daba la vida. Sonreí de nuevo a la vampiresa y le pedí que tocase para mí mientras yo me encargaba de cumplir con los honores. Un cuello perfilado, casi marfileño, y unos ojos encantadoramente oscuros se sometieron a mi voluntad, mientras yo daba el primer mordisco de placer y sobre todo, de ansia.

-Es deliciosa, preciosa. -susurré a la vampiresa- Si no fueras inmortal, hermana mía, también a tí te amaría hasta la muerte.
Con los brazos estirados y sentada en mi regazo, la humana pidió más. Lamí la herida que había hecho en su clavícula y volví a hincar los dientes. Toca para mí, hermosa loca.

por **Hayleigh Harley Joke** Jue Abr 21, 2011 7:02 pm

Les conduje a una de las habitaciones del burdel pintadas de burdeos y decoradas con miles de flores y un cuadro de El nacimiento de Venus. Una cama con dosel, sabanas de seda blanca y cojines con bordados. Las velas prendidas desprendían un olor a melocotón.
Me gire para guiñarle el ojo a Dimitri y sonreí mostrando los colmillos. La otro no lo vio.
Ahora era hora de jugar.
Ver a esa humana me daba envidie. ¿Porque los humanos era tan condenadamente apetitosos?
La humana iba a experimentar un placer que le llevaría a la muerte, cierto, pero iba ser el mayor placer que sentiría en su vida. ¿Y yo que sentiré? ¿Como sera para los vampiros?
Miro al vampiro y asiento con una lasciva mirada. Mientras ambos disfrutan yo toco la flauta mientras muevo mi cuerpo, mi cabeza. Es como si bailara.
Huelo la sangre, el frenesi puede conmigo. Acaba con ella ya y quedate conmigo.

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El hada infernal [Hayleigh]

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