compter dernière (Jezabel Felivene)

Por supuesto que la hechicera entendía la postura y era totalmente acertado no especular en balde, hasta no tener una pista segura, pero de igual forma deseaba saber cuáles era las hipótesis del mosquetero para poder ayudarle descartando algunas, sin contar que se sentía ciertamente impotente de no poder usar su magia plenamente, le faltaba seguridad y confianza en si misma para poder abrazar lo que era completamente, sin miedos ni dudas de sus capacidades, no quería volverse una carga para nadie si en ella estaba la posibilidad de proteger a los suyos. Los ojos siguieron los pasos que este dio hasta topar con su figura para finalizar con sus manos sobre las de ella, el contacto se sintió tan abrasador, tan cálido que no habia manera en que la bruja se sintiera incómoda con el roce de aquel gesto o le resultara impropio.

-Claro, es lógico que desee corroborar antes de precisar...entiendo...-

Musito con un poco más de color en el rostro que ante los sucesos pasados había palidecido considerablemente dándole un aspecto casi enfermo. Se mantuvo en total silencio expresando a través de sus orbes esmeraldas el asombro que le causo saber que su familia era poseedora de una bóveda, aunque era suficiente razón para que su Tío cometaria tales actos con el afán de tener acceso a ella como el chantajear a su madre y quién sabe si a su abuela también, de esta última no estaba tan convencida. Que era lo que su Edward necesitaba de la bóveda? Y para que?, porque de ser cierto que la mujer misteriosa de su visión era una bruja, las cosas no pintarían nada bien y suponer no era una ventaja ya. Por un momento se quedo pensando en donde podría estar esa bóveda, su padre cuando era niña le contó de donde provenia su Familia, que no era de París como en un principio esta creía pues su progenitor nació aquí; si...lo recordaba vagamente, los primeros fundadores que dieron paso al clan Falivene se dio en Italia y si esta bóveda a pasado tantas generaciones quizás estaba en las ruinas de lo que habia sido la antigua hacienda en Salerno aunque también estaba la probabilidad que hubiesen cambiado la ubicación con magia si desde tiempos atrás los hechiceros habían estado relacionados con ellos. Era romperse la cabeza pensando en todas las posibilidades.

-De alguna manera me tengo que mantener lejos de esa bruja en lo que encuentro algo para ocultar la magia, debe haber algún hechizo, talismán, no se...lo único que se es que tengo que proteger a mi madre y no termino de resolver como, si huimos el nos seguiría con ayuda de esa bruja...yo no concibo en este momento una solución viable.-

La rubia estaba frustrada y aquellas cejas fruncidas en conjunto con sus puños cerrados lo denotaban, sabia que la respuesta estaba en ella, su padre de algún modo se lo dijo, quizás en aquel cofre que le dio Tyler encontrara mas, su rostro se giro viendo el paisaje que tenían por delante.

-Si mi padre sabia la clase de hombre que era su hermano, estoy segura que dejo entre lineas la ubicación de esa bóveda, no lo cree así?...El siempre me recordaba de donde venia nuestro linaje y como surgió...siempre me decía que no debía olvidar donde inicio todo para nuestra Familia.-

Recordó con una sonrisa esporádica, levantando la mirada  para encontrarse con la del mosquetero, sabia que le esperaba grandes vivencias a lado de ese hombro, el como, no estaba muy segura pero tenia claro que en el encontraria mas que una mano para sostenerle.

-Creo que debo regresar al cementerio antes que Antúan note que no estoy en ese lugar, si llego por mi cuenta levantaria sospechas.- dijo mientras caminaba en dirección al carruaje.

Era extraño el sentimiento que le albergaba en esos momentos, los sucesos tan repentinos apenas le daban el tiempo para respirar y analizar con calma, encontrarle camino a todo lo que se le venía encima. Lo primordial era ver la manera de abrir esa bóveda antes de que su Tio tuviera acceso a ella,pero estaba de más decir que para Jezabel era totalmente desconocida la ubicación de la misma,asi que no habia duda que era lo mas sabio confiar en el juicio del mosquetero y su amplio criterio para sobre llevar las cosas; así que asintiendo ante el último comentario del hombre tomo la mano que este le ofrecía sintiéndose mentalmente fatigada a esas alturas solo pensaba en dejar caer su cuerpo sobre el lecho,desconectar de aquel mundo que comenzaba a dejar caer el velo rosa que habia llevado por tanto tiempo sobre sus ojos. Una última mirada le dedicó al cambiante antes de subir al carruaje, no quería irse...la sensación de bienestar que le provocaba la cercanía de Tyler era tan reconfortante,aunque claro no era como si no le volviera a ver nunca más, de hecho le extraño que este no subiera con ella al carruaje así que por instinto asomó el rostro por la ventanilla topándose con la espalda desnuda y fornida del francés, quiso quitarle la mirada de encima pero aquella piel parecía hablarle, hasta que notó la intención del siguiente despojo en las ropas varoniles y por inercia se retiró de la ventanilla recargando la espalda en el asiento con aquel rubor apoderándose de sus mejillas.

-Que rayos estoy pensando...-

Susurro para si llevando su pálida mano a la frente apretando la piel en su sien, no supo en que momento su mejilla terminó apoyada en el marco de la ventana descansando de alguna forma manteniendo los ojos cerrados como si de algún modo su cuerpo buscará recuperar la calma perdida y pudo pasarle el tiempo como años durante el trayecto de vuelta al cementerio de no ser porque sintió el ligero peso de aquel ruiseñor que le hizo abrir los ojos de golpe para encontrarse con aquellos que reconocería en cualquier lugar. La forma en que ese pequeño ser le miraba le provocaba ese cosquilleo, no evito sonreír.

-No me cansaria de ver como toma diferentes formas...creo que ahora entiendo porque siempre eh adorado el canto del ruiseñor-

Aquello se le escapó de los labios sin mostrar un ápice de arrepentimiento en lo dicho, era lógico que en su subconsciente siempre hubiera tenido predilección por esa especie de ave si desde su niñez la habia tenido presente y ahora mas que nunca lo entendia. Cada vez faltaba menos para llegar a su destino y ella no quería, no quería apartarse por más inesperado que le resultara el sentimiento.

El cosquilleo le albergo, producto de la cercanía que tuvo con aquel ruiseñor que se refugiaba en su cuello. Fue inevitable la arribada al cementerio, por fortuna no diviso el carruaje de su familia lo cual le causo demasiado alivio ya que debía guardar en sumo secreto su encuentro con el mosquetero, esa era la forma de estar todos a salvo, hacerle creer a su tio que ella seguía ignorante de todos sus planes.

Sorprendida y admirada no le perdió la vista al Águila majestuosa que se habia posado sobre la copa de un árbol que hasta cierto punto cedía ante la presencia de aquel cambiante, sonrió fascinada por tan bello ser que sin duda imponía respeto. Con ayuda del cochero descendió  quedando frente al mausoleo donde los restos de su padre descansaban, justo a tiempo pues el carruaje de su familia no dilato en llegar y de el bajar el para nada agradable Antuan.

-Señorita Falivene, que bueno verle justo donde le deje-

-No sobre actué su emoción.-

De reojo vio al cambiante mientras respondía al sarcástico comentario de Antuan, camino pasando de largo al joven protegido de su Tio, pues simplemente no soportaba su presencia, tanta hipocresía de su parte le asfixiaba. Las ruedas comenzaron a girar alejándose del cementerio, hasta que la figura del Aguila quedo totalmente perdida, pero aun asi la bruja le sentía cerca y sabía que era así.

No debía dejar pasar mas tiempo asi que esta noche se daría a la tarea de leer aquella carta que su padre plasmó antes de perecer; tenia la esperanza que en esas lineas encontraran algun mensaje oculto, aunque lo último que Jezabel se imaginaba es que iba a encontrar aquel deseo de compromiso pacto,