Descubriendo máscaras de papel (Libre)

por **Henry Bennet** Jue Oct 05, 2017 7:48 pm

Henry no estaba de buen humor ese día.

El motivo, la herencia de su familia. Aún nadie había decidido nada ni nadie le había traído noticias sobre su hermano. La fortuna que había ganado de su difunta esposa, ahí lo tenía guardado. No lo usaba a no ser que hubiera una urgencia de la que entonces tuviera que hacer uso de ello, pero ahora, en ese instante, en el banco en el que estaba sentando mientras echaba migas de pan a las palomas, Henry comenzaba a odiar más y más a su hermano por no dar siquiera señales de vida. Lo mismo tendría él que empezar a buscar pero él había contratado a personas que hicieran dicho trabajo, pero estas, o han sido eliminadas en el camino o simplemente lo han dejado tirado y estafado.

Sabía que el dinero se entregaba después de que aquel que contratas regresa con total seguridad, pero estando tan desesperado por tener la asquerosa cantidad de dinero de la herencia de sus padres, lo mismo hubo cometido algún tipo de error. Lo mismo fue que pago antes, pudiendo pagarle la mitad y después el resto, pero no. Lo había hecho mal.

-Maldita sea.

Henry Maldijo entre dientes.

-¡AAHH!!

Henry se sobresaltó en cuanto escucho el grito de una muchacha, miró hacia delante y vio como le robaban el bolso delante de sus narices, Henry se levantó intuitivamente para salir corriendo detrás del ladron para poder recuperar el bolso que le había sustraído a la muchacha que había gritado de puro miedo. Con razón. Henry estaba persiguiendo a un hombre de tintas canas, ropa desechada y estropeada, el olor no le era difícil ya que el mismo beodo llevaba aroma de basura propio, le sería fácil seguirlo, vio como el ladrón aminoraba el ritmo de los pies por lo que pudo hacer un placaje contra el hombre, tirándolo al suelo y cogiendo finalmente el bolso de la mujer. No dijo nada, porque simplemente no valía la pena malgastar saliva con palabras vanas a alguien que no se las merece. Con el ritmo que pudo, volvió sobre sus pasos y encontró a la mujer asustada, vio que esta al ver su bolso de nuevo de vuelta se quedó mucho más aliviada. Los policías que había alrededor, felicitaron la buena obra de Henry y este mismo entrego el bolso a la muchacha. Lentamente se fue alejando de la escena y con paso ligero se fue yendo del montón de gente apelotonada.

Esperaba a que algo interesante ocurriera de verdad.