AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Quid Pro Quo | privado
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Quid Pro Quo | privado
Si algo tenía la eternidad es que actuaba cual reloj de arena, enterrando uno a uno los recuerdos del pasado haciendo que poco a poco olvidara incluso que nació como cualquier otro ser humano. No obstante, en el momento que bajó del caballo frente a su viejo hogar, los pocos momentos que vivió ahí revivieron en su mente como el pasto bajo la lluvia. La voz de su madre leyendo cuentos en el jardín, los juegos que se inventaba con sus primos, su primera vez a caballo... todos ellos marcados por el fatídico día en el que los otomanos lo arrancaron de aquella vida para convertirlo en un soldado más. La dura infancia por la que pasó le hizo inmune al sentimentalismo, mas no a la nostalgia, y conforme avanzaba por el camino de tierra que llevaba al castillo se dejó lentamente impregnar por esta. De pequeño sentía cierto miedo al caer el sol. Los árboles, altos y sombríos, creaban monstruosas sombras que ni un beso de buenas noches lograba empañar. Ya no era así en absoluto, y no porque él hubiera madurado. Quien fuera que habitara ahora el castillo había trabajado para alejarlo del frío carácter rumano.
La noche que Hania le mordió y, por consecuente, trajo consigo un retal del pasado, no se lo pensó dos veces. Debía volver a Oltenia e indagar hasta hallar la luz. Tal vez saber la verdad no cambiara para nada como era su vida ahora, pero no se perdonaría dar la espalda a su familia. Quería saber quién o qué motivo había acabado con la familia Ardelean y por qué él fue condenado a la vida eterna, cuando lo único que buscaba era una muerte rápida. Antes de llegar a Francia ya sabía que el apellido estaba muerto, él era el único que quedaba en pie e iba a ser imposible seguir adelante con el linaje. Su madre murió enferma de pena poco después de que a él se lo llevaran; su padre fue asesinado, igual que su hermano, y tras más de tres siglos, le había perdido la pista a sus primos. Era consciente pues que el castillo habría pasado a manos ajenas a la familia, pero contrario a sentir el deseo de recuperarlo, se alegró que quien moraba ahora en él lo conservara en tan buenas condiciones.
Unos golpes firmes sonaron en la puerta a escasos minutos de las diez de la noche. Drakul había dejado sus armas junto al caballo y vestía ropas más sencillas que alejaran cualquier pensamiento de amenaza. No quería asustar a nadie. Se había dejado incluso la barba más larga para ocultar parte de su boca al hablar, camuflando así sus evidentes colmillos que le marcaban como vampiro. En cuanto el servicio le abrió inclinó la cabeza y se presentó.
-Mi nombre es Drakul Ardelean. No tema, no soy una amenaza ni vengo pidiendo nada que no pueda ofrecerme. Siento mi visita en estas horas intempestivas de la noche, pero ha sido un viaje muy largo y solo vengo en busca de información. Quisiera saber si el amo o ama de la casa se encuentra despierto en este momento, de ser así pido formalmente una cita... y tal vez permitir a mi corcel que pueda descansar un poco en su establo.
La noche que Hania le mordió y, por consecuente, trajo consigo un retal del pasado, no se lo pensó dos veces. Debía volver a Oltenia e indagar hasta hallar la luz. Tal vez saber la verdad no cambiara para nada como era su vida ahora, pero no se perdonaría dar la espalda a su familia. Quería saber quién o qué motivo había acabado con la familia Ardelean y por qué él fue condenado a la vida eterna, cuando lo único que buscaba era una muerte rápida. Antes de llegar a Francia ya sabía que el apellido estaba muerto, él era el único que quedaba en pie e iba a ser imposible seguir adelante con el linaje. Su madre murió enferma de pena poco después de que a él se lo llevaran; su padre fue asesinado, igual que su hermano, y tras más de tres siglos, le había perdido la pista a sus primos. Era consciente pues que el castillo habría pasado a manos ajenas a la familia, pero contrario a sentir el deseo de recuperarlo, se alegró que quien moraba ahora en él lo conservara en tan buenas condiciones.
Unos golpes firmes sonaron en la puerta a escasos minutos de las diez de la noche. Drakul había dejado sus armas junto al caballo y vestía ropas más sencillas que alejaran cualquier pensamiento de amenaza. No quería asustar a nadie. Se había dejado incluso la barba más larga para ocultar parte de su boca al hablar, camuflando así sus evidentes colmillos que le marcaban como vampiro. En cuanto el servicio le abrió inclinó la cabeza y se presentó.
-Mi nombre es Drakul Ardelean. No tema, no soy una amenaza ni vengo pidiendo nada que no pueda ofrecerme. Siento mi visita en estas horas intempestivas de la noche, pero ha sido un viaje muy largo y solo vengo en busca de información. Quisiera saber si el amo o ama de la casa se encuentra despierto en este momento, de ser así pido formalmente una cita... y tal vez permitir a mi corcel que pueda descansar un poco en su establo.
Drakul Ardelean- Vampiro Clase Baja
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Fecha de inscripción : 22/01/2017
Re: Quid Pro Quo | privado
La baronesa estaba leyendo junto al fuego, Elaine dormía ya a esas horas y fue el ama de llaves quien abrió la puerta del castillo custodiada por dos licántropos, pues la noche solía traer a lomos el infortunio y era su misión protegerla.
— No pasarás esta puerta, aquí no entra nadie como tú.— le gruñó uno de los lobos, pues podía percibir su aura.
— Pero ha pedido las cosas de forma educada, debería ser la señora quien decida...— el ama de llaves replicó.
— El rey Landvik no permite la presencia de estas criaturas en sus dominios.
— El rey Landvik no está aquí, y es la señora la que manda. Espere aquí, por favor.
Los lobos se quedaron en la puerta impidiendo el paso de Drakul mientras la mujer iba en busca de Brianna, que ya llevaba la ropa de dormir y una bara gruesa encima. Ésta salió de la sala hacia el hall principal y se acercó a la puerta.
— Buenas noches señor Ardelean, soy la baronesa de Oltenia, ¿en qué puedo ayudarle?
Les hizo un gesto a los lobos apra que se apartasen y dejasen entrar al cainita, al que dio la mano sin tapujo alguno. Ella no prejuzgaba a nadie porque sabía de sobra lo que era que la gente te encasillase en un papel y no vieran más allá de sus propios prejuicios.
— Por descontado que su montura puede ocupar alguna cuadra, Ozana, ocúpate de avisar al mozo. Disculpe los modales, es por seguridad, entiendo que son razas enemigas y mis hombres desconfíen de los suyos. No me crea tonta, no lo soy, sé lo que pueden hacer los vampiros, pero confío en que si usted ha llamado a mi puerta con buenas intenciones, las mantenga. Mi casa está siempre abierta para quien no busque problemas, tanto da de qué raza o condición sean.
Indicó a los lobos que se quedaran en la puerta, aunque ésta se quedó abierta mientras ellos pasaban a la sala, al calor de la lumbre, y la baronesa se sentaba de nuevo en la butaca donde estaba leyendo.
— Usted dirá.
— No pasarás esta puerta, aquí no entra nadie como tú.— le gruñó uno de los lobos, pues podía percibir su aura.
— Pero ha pedido las cosas de forma educada, debería ser la señora quien decida...— el ama de llaves replicó.
— El rey Landvik no permite la presencia de estas criaturas en sus dominios.
— El rey Landvik no está aquí, y es la señora la que manda. Espere aquí, por favor.
Los lobos se quedaron en la puerta impidiendo el paso de Drakul mientras la mujer iba en busca de Brianna, que ya llevaba la ropa de dormir y una bara gruesa encima. Ésta salió de la sala hacia el hall principal y se acercó a la puerta.
— Buenas noches señor Ardelean, soy la baronesa de Oltenia, ¿en qué puedo ayudarle?
Les hizo un gesto a los lobos apra que se apartasen y dejasen entrar al cainita, al que dio la mano sin tapujo alguno. Ella no prejuzgaba a nadie porque sabía de sobra lo que era que la gente te encasillase en un papel y no vieran más allá de sus propios prejuicios.
— Por descontado que su montura puede ocupar alguna cuadra, Ozana, ocúpate de avisar al mozo. Disculpe los modales, es por seguridad, entiendo que son razas enemigas y mis hombres desconfíen de los suyos. No me crea tonta, no lo soy, sé lo que pueden hacer los vampiros, pero confío en que si usted ha llamado a mi puerta con buenas intenciones, las mantenga. Mi casa está siempre abierta para quien no busque problemas, tanto da de qué raza o condición sean.
Indicó a los lobos que se quedaran en la puerta, aunque ésta se quedó abierta mientras ellos pasaban a la sala, al calor de la lumbre, y la baronesa se sentaba de nuevo en la butaca donde estaba leyendo.
— Usted dirá.
Brianna de Montreil- Licántropo/Realeza
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Fecha de inscripción : 10/04/2016
Localización : al lado del hombre al que ama
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Re: Quid Pro Quo | privado
Fue paciente y silencioso mientras los lobos interactuaban con la sirvienta. Había leído suficiente sobre ellos, más allá de los encuentros cuando cazaba, y sabía lo territoriales y protectores que podían llegar a ser. Nada tendría en contra de ellos mientras fueran civilizados, aunque de todos modos no había ido allí con intenciones de caza, revolver su pasado era una prioridad mayor en ese instante. En cuanto la baronesa apareció inclinó la cabeza como saludo cortés y entró, agradeciendo con un escueto "gracias" que atendieran a su caballo.
La curiosidad le ganó y mientras caminaba fue observando a su alrededor, dándose cuenta de lo tan cambiado que estaba el lugar. El paso del tiempo no había hecho mella en su estructura, seguía intacta tal cual la recordaba, pero la decoración sin duda había avanzado adaptándose a los tiempos que corrían. No le molestó, era algo totalmente normal, aunque se preguntaba qué habría sido de los cuadros familiares, de las reliquias si es que los ladrones no se las llevaron.
-Como bien le he dicho a su sirvienta, no es mi intención crear problemas en sus tierras - se mantuvo de pie, pues no había sido invitado a sentarse, y la miró a los ojos con neutralidad. - No sé si tiene conocimiento de la historia de este castillo, pero perteneció a varias generaciones Ardelean hasta que la estirpe finalizó con mi maldición. No se inquiete, por favor, no he venido a reclamar nada, este castillo es ahora de su familia y debo decir que me alegra ver que lo han vuelto un lugar cálido y acogedor. Mi visita se debe a otro asunto que, como propietaria actual, le concierne. ¿Es conocedora que este castillo es más grande de lo que a simple vista se percibe?
El castillo fue construido como una fortaleza y Bogdan, su primer propietario y un hombre paranoico en demasía, lo llenó de habitaciones y pasadizos secretos desde la primera a la última planta. Él conocía algunos, pero tras saber que su padre y otros familiares formaban parte de alguna especie de aquelarre, pondría la mano en el fuego de que había muchas más salas de las que él visitó.
-Por ponerle un ejemplo, puedo asegurarle que si apaga usted la lumbre y presiona la roca central al fondo de la chimenea, abrirá un hueco cuya escalera lleva a una pequeña sala entre las mazmorras donde solamente se puede acceder desde aquí.
La curiosidad le ganó y mientras caminaba fue observando a su alrededor, dándose cuenta de lo tan cambiado que estaba el lugar. El paso del tiempo no había hecho mella en su estructura, seguía intacta tal cual la recordaba, pero la decoración sin duda había avanzado adaptándose a los tiempos que corrían. No le molestó, era algo totalmente normal, aunque se preguntaba qué habría sido de los cuadros familiares, de las reliquias si es que los ladrones no se las llevaron.
-Como bien le he dicho a su sirvienta, no es mi intención crear problemas en sus tierras - se mantuvo de pie, pues no había sido invitado a sentarse, y la miró a los ojos con neutralidad. - No sé si tiene conocimiento de la historia de este castillo, pero perteneció a varias generaciones Ardelean hasta que la estirpe finalizó con mi maldición. No se inquiete, por favor, no he venido a reclamar nada, este castillo es ahora de su familia y debo decir que me alegra ver que lo han vuelto un lugar cálido y acogedor. Mi visita se debe a otro asunto que, como propietaria actual, le concierne. ¿Es conocedora que este castillo es más grande de lo que a simple vista se percibe?
El castillo fue construido como una fortaleza y Bogdan, su primer propietario y un hombre paranoico en demasía, lo llenó de habitaciones y pasadizos secretos desde la primera a la última planta. Él conocía algunos, pero tras saber que su padre y otros familiares formaban parte de alguna especie de aquelarre, pondría la mano en el fuego de que había muchas más salas de las que él visitó.
-Por ponerle un ejemplo, puedo asegurarle que si apaga usted la lumbre y presiona la roca central al fondo de la chimenea, abrirá un hueco cuya escalera lleva a una pequeña sala entre las mazmorras donde solamente se puede acceder desde aquí.
Drakul Ardelean- Vampiro Clase Baja
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Fecha de inscripción : 22/01/2017
Re: Quid Pro Quo | privado
Así que el señor Ardelean era el antiguo propietario de su hogar, del título que ella ostentaba ahora como baronesa de Oltenia. seguramente no había ninguna ilegalidad en lo que hu ieran hecho al cambiar las propiedades de manos, pero si un legitimo sucesor era revelado, lo que era justo es que recuperase las tierras de su familia.
Un momento...se le estaba ocurriendo algo descabellado. Su maldición le impediría tener descendencia, así que en caso de reclamarlas no podría legarlas a nadie. Ella sí iba a tener descendencia, recientemente había descubierto que iba a ser madre por segunda vez, y el bebé sería el hijo bastardo del rey Landvik. El propio Damon le había dicho que si encontraba el candidato ideal que se casara con él, que le diera un apellido y el soporte de la legitimidad, pero que fuera un marido sólo sobre el papel, porque lo que ambos tenían claro es que eran el uno para el otro. Quizás el vampiro fuera una buena opción, recuperaría lo que era suyo compartiendolo con ella, le daría estabilidad a su baronía y todos contentos. Era una idea algo descabellada, tenía que pensarla mejor, pero le curzó rauda por la cabeza.
— Entiendo...aunque tampoco sería de extrañar que quisiera recuperar su hogar, sus tierras, lo que un día fue el legado de su familia. Le ruego que si tiene alguna inquietud en mente no les dé salida por la fuerza, hablemos y seguro que llegaríamos a un acuerdo. ¿Quiere quedarse? puedo mandar que le preparen una estancia o si encuentra más cómoda la bodega donde no hay luz...
Escuchó atentamente sus explicaciones sobre los pasadizos y sonrió, Elaine había descubierto uno por accidente jugando con Lobbo al escondite.
— Sabía que había algunos pasadizos, mi hija Elaine descubrió uno accidentalmente, pero supuse que serían los normales para el servicio. ¿Está buscando algo en concreto? supongo que si había tantos deben haber objetos, papeles o algunas cosas escondidas que quizás sean de su propiedad.
Se levantó y le señaló las botellas de fino cristal que estaban sobre una mesita, algunas de ellas eran vinos de su propia cosecha.
— Verá la propiedad muy cambiada. Mi familia siempre se dedicó a los viñedos y al vino y es lo que he tratado de consolidar aquí, hay varias bodegas más, una prensa y una sala de fermentación para los vinos jóvenes. Recibí una baronía bastante expoliada y me ha costado un buen esfuerzo poner las cosas en marcha para devolverle la prosperidad a sus gentes, pero creo que estoy en el buen camino. Le acompañaría con gusto a verla, pero no esperaba visita tan tarde y estoy bastante cansada. ¿Quiere una copa? perdone que no le acompañe.— Seguramente el vampiro pudiera escuchar el segundo corazoncito latiendo en su interior, asi queno hacían falta las explicaciones.— Si le parece bien, mañana dormiré un poco por la tarde y por la noche le enseñaré lo que guste. Esta era su casa, siéntase como en ella.
Su condicion de amante del rey era de sobra conocida por todo el mundo y que Damon era el alfa de una de las manadas más grandes de Europa también, al menos en los entornos sobrenaturales. No necesitaba ir amenazando ni gritando quién era y lo que podía pasarle si le tocaba un pelo. Igualmente el hombre había sido sumamente correcto con ella, así que no era de recibo mantener malos modales con él.
Un momento...se le estaba ocurriendo algo descabellado. Su maldición le impediría tener descendencia, así que en caso de reclamarlas no podría legarlas a nadie. Ella sí iba a tener descendencia, recientemente había descubierto que iba a ser madre por segunda vez, y el bebé sería el hijo bastardo del rey Landvik. El propio Damon le había dicho que si encontraba el candidato ideal que se casara con él, que le diera un apellido y el soporte de la legitimidad, pero que fuera un marido sólo sobre el papel, porque lo que ambos tenían claro es que eran el uno para el otro. Quizás el vampiro fuera una buena opción, recuperaría lo que era suyo compartiendolo con ella, le daría estabilidad a su baronía y todos contentos. Era una idea algo descabellada, tenía que pensarla mejor, pero le curzó rauda por la cabeza.
— Entiendo...aunque tampoco sería de extrañar que quisiera recuperar su hogar, sus tierras, lo que un día fue el legado de su familia. Le ruego que si tiene alguna inquietud en mente no les dé salida por la fuerza, hablemos y seguro que llegaríamos a un acuerdo. ¿Quiere quedarse? puedo mandar que le preparen una estancia o si encuentra más cómoda la bodega donde no hay luz...
Escuchó atentamente sus explicaciones sobre los pasadizos y sonrió, Elaine había descubierto uno por accidente jugando con Lobbo al escondite.
— Sabía que había algunos pasadizos, mi hija Elaine descubrió uno accidentalmente, pero supuse que serían los normales para el servicio. ¿Está buscando algo en concreto? supongo que si había tantos deben haber objetos, papeles o algunas cosas escondidas que quizás sean de su propiedad.
Se levantó y le señaló las botellas de fino cristal que estaban sobre una mesita, algunas de ellas eran vinos de su propia cosecha.
— Verá la propiedad muy cambiada. Mi familia siempre se dedicó a los viñedos y al vino y es lo que he tratado de consolidar aquí, hay varias bodegas más, una prensa y una sala de fermentación para los vinos jóvenes. Recibí una baronía bastante expoliada y me ha costado un buen esfuerzo poner las cosas en marcha para devolverle la prosperidad a sus gentes, pero creo que estoy en el buen camino. Le acompañaría con gusto a verla, pero no esperaba visita tan tarde y estoy bastante cansada. ¿Quiere una copa? perdone que no le acompañe.— Seguramente el vampiro pudiera escuchar el segundo corazoncito latiendo en su interior, asi queno hacían falta las explicaciones.— Si le parece bien, mañana dormiré un poco por la tarde y por la noche le enseñaré lo que guste. Esta era su casa, siéntase como en ella.
Su condicion de amante del rey era de sobra conocida por todo el mundo y que Damon era el alfa de una de las manadas más grandes de Europa también, al menos en los entornos sobrenaturales. No necesitaba ir amenazando ni gritando quién era y lo que podía pasarle si le tocaba un pelo. Igualmente el hombre había sido sumamente correcto con ella, así que no era de recibo mantener malos modales con él.
Brianna de Montreil- Licántropo/Realeza
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Re: Quid Pro Quo | privado
Estaba agradecido que fuera una mujer quien dominara entonces el castillo, facilitaba en gran medida las cosas, pues de lo contrario probablemente habría tenido que lidiar con el ego de algún noble temeroso de perder el castillo y su fortuna. - Por favor, despreocúpese esta noche y descanse. Mi visita ha sido imprevista y debe recuperar fuerzas - señaló sutilmente su vientre con una sutil, casi imperceptible, sonrisa en los labios. - Yo he pasado muchos años lejos de mi hogar, aprovecharé para ver qué tanto ha cambiado la ciudad y sus gentes. Mañana por la noche hablaremos tranquilamente, pero, si le ayuda a dormir, quiero que sepa que no tengo intención alguna de reclamar este castillo ni el título que otorga.
Pensó si sería más acertado aceptar dormir en el castillo, presentarse a la noche siguiente todo lleno de tierra no sería muy cortés, aunque la primera impresión ya estuviera superada. Aún así, sería incapaz de lograr un descanso adecuado con la presencia de tantos lobos alrededor, no al menos hasta que estos se tranquilizaran y vieran que sus intenciones no eran malas. Le dio las buenas noches a la dama y se retiró por donde entró, dejando que el caballo descansara mientras él se encaminaba hacia la ciudad.
Visitó los lugares que de pequeño recorría junto a sus primos, los paisajes de batalla o las tabernas donde descansaban. Pero nada de aquello existía ya. Lo que en otrora fueron campos y sembrados, estaban ahora edificados; no quedaban señales apenas del sádico rastro que Vlad dejó a su paso, ni siquiera su nombre se pronunciaba, lo cual era en parte un alivio. No iba errado al creer que Rumanía estaría plagada de vampiros, en efecto así era, y fue fácil encontrar a quienes estaban dispuestos a ceder su sangre a cambio de seguir con vida. Se aseguró de alimentarse bien y guardarse una botella, al menos para la siguiente noche que compartiría con madame Montreil. Cerca del amanecer se encaminó a las afueras, en el bosque, donde una sencilla y derruida cabaña de madera ocultaba bajo suelo lo que tiempo atrás servía a sus antepasados para escapar de amenazas. El polvo y telarañas le aseguraron que nadie conocía ese pasillo, de modo que ahí durmió de día, a resguardo de la luz y los lobos, esperando impaciente la siguiente noche.
Apenas el sol se ocultó, Drakul salió de su escondite para encaminarse de vuelta al castillo, donde una vez más se presentó desarmado y en señal de paz. No mostró ego ni orgullo alguno ante los lobos para no provocarlos, y esperó paciente a que le recibieran. La humedad de la noche anterior alzó potente el agradable olor de los viñedos, que impregnaba de madera y uva la suave brisa.
-Ha hecho usted de este sitio un estupendo hogar en el que vivir. Me satisface saber que el castillo que construyeron mis antepasados con sus propias manos da ahora cobijo a tan buena gente - en la ciudad se había informado acerca de la señora de la casa, esperando saber un poco más de ella. La presencia de lobos ya no se le hacía tan extraña tras saber quién era su amante, aunque esa parte realmente sí le hizo levantar sutilmente una ceja. No estaba acostumbrado a mujeres independientes que aceptaran libremente vivir solas ante los ojos de una sociedad llena de prejuicios.
Pensó si sería más acertado aceptar dormir en el castillo, presentarse a la noche siguiente todo lleno de tierra no sería muy cortés, aunque la primera impresión ya estuviera superada. Aún así, sería incapaz de lograr un descanso adecuado con la presencia de tantos lobos alrededor, no al menos hasta que estos se tranquilizaran y vieran que sus intenciones no eran malas. Le dio las buenas noches a la dama y se retiró por donde entró, dejando que el caballo descansara mientras él se encaminaba hacia la ciudad.
Visitó los lugares que de pequeño recorría junto a sus primos, los paisajes de batalla o las tabernas donde descansaban. Pero nada de aquello existía ya. Lo que en otrora fueron campos y sembrados, estaban ahora edificados; no quedaban señales apenas del sádico rastro que Vlad dejó a su paso, ni siquiera su nombre se pronunciaba, lo cual era en parte un alivio. No iba errado al creer que Rumanía estaría plagada de vampiros, en efecto así era, y fue fácil encontrar a quienes estaban dispuestos a ceder su sangre a cambio de seguir con vida. Se aseguró de alimentarse bien y guardarse una botella, al menos para la siguiente noche que compartiría con madame Montreil. Cerca del amanecer se encaminó a las afueras, en el bosque, donde una sencilla y derruida cabaña de madera ocultaba bajo suelo lo que tiempo atrás servía a sus antepasados para escapar de amenazas. El polvo y telarañas le aseguraron que nadie conocía ese pasillo, de modo que ahí durmió de día, a resguardo de la luz y los lobos, esperando impaciente la siguiente noche.
Apenas el sol se ocultó, Drakul salió de su escondite para encaminarse de vuelta al castillo, donde una vez más se presentó desarmado y en señal de paz. No mostró ego ni orgullo alguno ante los lobos para no provocarlos, y esperó paciente a que le recibieran. La humedad de la noche anterior alzó potente el agradable olor de los viñedos, que impregnaba de madera y uva la suave brisa.
-Ha hecho usted de este sitio un estupendo hogar en el que vivir. Me satisface saber que el castillo que construyeron mis antepasados con sus propias manos da ahora cobijo a tan buena gente - en la ciudad se había informado acerca de la señora de la casa, esperando saber un poco más de ella. La presencia de lobos ya no se le hacía tan extraña tras saber quién era su amante, aunque esa parte realmente sí le hizo levantar sutilmente una ceja. No estaba acostumbrado a mujeres independientes que aceptaran libremente vivir solas ante los ojos de una sociedad llena de prejuicios.
Drakul Ardelean- Vampiro Clase Baja
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Re: Quid Pro Quo | privado
Elaine estaba ya vestida con el camisón para irse a la cama y portaba en la mano un oso de trapo.
— Buenas noches señor vampiro, yo soy Elaine. Tiene el pelo muy blanco ¿es por que es muy viejo?.— La niña era muy curiosa y Brianna hizo un facepalm pidiendo disculpas, a menudos su lengua la ponía en situación comprometida.— ¿Qué? no me dijiste que los vampiros son viejos?, éste además lo parece.— miró de nuevo a Drakul con aquellos enormes ojos verdes.— Pues yo soy una loba, no me dan miedo los vampiros y si me quita a mi osito sacaré las garras y le morderé hasta que aprenda que eso no se hace.
Brianna reprimió la carcajada y negó con la cabeza.
— Anda, mira, tenemos nueva guardiana en el castillo, pero ojo, que sólo saca las garras si le quita su osito. Pues menuda guardiana estás hecha. Anda, vete a la cama, dame un beso.— La niña beso la mejilla de su madre y se fue escaleras arriba.— Disculpe el comentario, es de carácter muy vivo y aún se está acostumbrando a su nueva condición. Sé que por discreción usted no lo preguntará, pero es una situación extraña que provoca curiosidad. La convirtió el rey Landvik porque se me moría, siempre fue muy débil de pulmones y fue la única forma de arrancársela a la muerte de las manos.
Salieron a los jardines y recorrieron el escaso trecho que separaba el castillo de las bodegas. Le fue enseñando a Drakul en qué consistía todo aquello, se notaba que Brianna sabía del negocio y le apasionaba el mundo del vino y los viñedos.
— Mi padre siempre decía que a poco que pueda crecer una vid, no hay excusa para hacer un mal vino. El proceso es un ciclo cerrado, cultivamos las cepas más adecuadas según el suelo y el clima, compro la uva de toda la región a un precio justo para que los campesinos puedan vivir de su trabajo. He liberado de impuestos este cultivo y los demás, jamás deberían pesar diezmos sobre algo que es el motor de la riqueza. Los nuevos impuestos son una tasa fija y porcentual sobre la extensión de las propiedades. Quien más campos tiene, más paga, creo que es más justo. Los años de malas cosechas esa tasa no se paga y sí se aplica un porcentaje sobre la cosecha final conseguida. No tiene sentido ahogar a la gente en diezmos cuando ni siquiera tienen qué llevarse a la boca. De los excedentes y ganancias, la mitad son reinvertidos en semillas para replantar la región y mejorar los caminos, puentes y las lindes. La otra parte está muy dividida, hay que mantener estas instalaciones adecuadamente, el castillo y una parte que destino a ayudar a los más desfavorecidos. Construí una escuela en cada pueblo mayor de 500 habitantes para que todos los niños aprendan al menos a leer y ecribir. Así que los ladrones no se interesan en nosotras, no tenemos joyas ni riquezas, todo mi dinero crece en forma de uva.
Ser la amante de un rey no implicaba necesariamente ser una trepa ni una arpía, ella no lo era. No la movían el oro o las riquezas, sólo quería tener una vida digna y justa y poder disfrutar del hombre que amaba, lo cual era algo complicado, pero se apañaban.
– ¿Y cuál es el motivo que le trae de nuevo a sus raices?
— Buenas noches señor vampiro, yo soy Elaine. Tiene el pelo muy blanco ¿es por que es muy viejo?.— La niña era muy curiosa y Brianna hizo un facepalm pidiendo disculpas, a menudos su lengua la ponía en situación comprometida.— ¿Qué? no me dijiste que los vampiros son viejos?, éste además lo parece.— miró de nuevo a Drakul con aquellos enormes ojos verdes.— Pues yo soy una loba, no me dan miedo los vampiros y si me quita a mi osito sacaré las garras y le morderé hasta que aprenda que eso no se hace.
Brianna reprimió la carcajada y negó con la cabeza.
— Anda, mira, tenemos nueva guardiana en el castillo, pero ojo, que sólo saca las garras si le quita su osito. Pues menuda guardiana estás hecha. Anda, vete a la cama, dame un beso.— La niña beso la mejilla de su madre y se fue escaleras arriba.— Disculpe el comentario, es de carácter muy vivo y aún se está acostumbrando a su nueva condición. Sé que por discreción usted no lo preguntará, pero es una situación extraña que provoca curiosidad. La convirtió el rey Landvik porque se me moría, siempre fue muy débil de pulmones y fue la única forma de arrancársela a la muerte de las manos.
Salieron a los jardines y recorrieron el escaso trecho que separaba el castillo de las bodegas. Le fue enseñando a Drakul en qué consistía todo aquello, se notaba que Brianna sabía del negocio y le apasionaba el mundo del vino y los viñedos.
— Mi padre siempre decía que a poco que pueda crecer una vid, no hay excusa para hacer un mal vino. El proceso es un ciclo cerrado, cultivamos las cepas más adecuadas según el suelo y el clima, compro la uva de toda la región a un precio justo para que los campesinos puedan vivir de su trabajo. He liberado de impuestos este cultivo y los demás, jamás deberían pesar diezmos sobre algo que es el motor de la riqueza. Los nuevos impuestos son una tasa fija y porcentual sobre la extensión de las propiedades. Quien más campos tiene, más paga, creo que es más justo. Los años de malas cosechas esa tasa no se paga y sí se aplica un porcentaje sobre la cosecha final conseguida. No tiene sentido ahogar a la gente en diezmos cuando ni siquiera tienen qué llevarse a la boca. De los excedentes y ganancias, la mitad son reinvertidos en semillas para replantar la región y mejorar los caminos, puentes y las lindes. La otra parte está muy dividida, hay que mantener estas instalaciones adecuadamente, el castillo y una parte que destino a ayudar a los más desfavorecidos. Construí una escuela en cada pueblo mayor de 500 habitantes para que todos los niños aprendan al menos a leer y ecribir. Así que los ladrones no se interesan en nosotras, no tenemos joyas ni riquezas, todo mi dinero crece en forma de uva.
Ser la amante de un rey no implicaba necesariamente ser una trepa ni una arpía, ella no lo era. No la movían el oro o las riquezas, sólo quería tener una vida digna y justa y poder disfrutar del hombre que amaba, lo cual era algo complicado, pero se apañaban.
– ¿Y cuál es el motivo que le trae de nuevo a sus raices?
Brianna de Montreil- Licántropo/Realeza
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Re: Quid Pro Quo | privado
Hizo una leve reverencia de cabeza en cuanto estuvo ante la presencia de la señora de la casa y se fijó en la pequeña, sin importarle la forma en la que se dirigió a él. No era hombre orgulloso. Los otomanos se aseguraron de eliminar aquella característica de su persona, y si quedaba algún vestigio lo perdió al traicionar a Têpes. - En efecto soy anciano. Demasiado para pelear por tu oso de juguete... - la presencia de la pequeña le recordó a Hania, a quien había tenido que dejar en Francia. Allí estaría más que protegida por Hector, lo sabía, y aún así... - Despreocúpese, señora, jamás me ofendería el comentario inocente de una niña. Espero que con el tiempo no pierda esa bondad que he visto en su corazón... - no iba a decir a qué se dedicaba, no era necesario alarmar en demasía a los custodios del castillo. Además él no era una amenaza como vampiro para los humanos, sabía que en el caso de los lobos ocurría de igual modo. Había excepciones en todas partes. - No soy hombre muy curioso, puedo decir que es usted buena persona y eso me es suficiente para saber que sus buenos motivos tuvo para exponer a su hija a tal riesgo...
Dio gracias mentalmente por salir al exterior. Sentía que los recuerdos le perseguían desde las grietas entre piedras, esperando cualquier oportunidad para atraparle e inundarle de nostalgia. Y no quería eso. Ya habría tiempo para recordar, lo más importante era seguir adelante con su misión y regresar a casa pronto, de ser posible, donde la compañía de Hania le haría sentir de nuevo como en casa, aunque ya se encontrara en ella.
-Admiro en gran cuantía lo que está haciendo por este país que ha sido siempre mi patria, aunque a veces prohibida. Los antiguos gobernantes, como en muchos otros lugares, jamás se han preocupado por el bienestar del pueblo. Tal vez sería bueno para el mundo que más mujeres se pusieran al cargo... - comentó con una fugaz y escueta sonrisa, dejándose embriagar por el olor a fermento que desprendía la madera dentro de la bodega. Era un olor muy agradable, le hacía sentirse celoso de los humanos por no poder disfrutar en su paladar lo que a su olfato satisfacía tanto. - No obstante, no he conocido tantas mujeres en mi vida para poder decirlo con total seguridad.
Guardó silencio hasta nuevamente salir al exterior, donde se dio cuenta que el denso aroma de la uva había impregnado incluso su ropa. Le indicó que se sentaran para hablar con tranquilidad, colocándose a su lado a una distancia prudencial que no la incomodara, ni a ella ni a sus constantes vigilantes, los cuales percibía allá a donde iban. - No puedo decirle con total detalle el motivo de mi visita, pues ni yo mismo tengo tanta información. Recientemente he sabido de cierta doble vida que mi familia escondía con celosía, una vida relacionada con la hechicería. Trescientos años han pasado desde estuve con ellos por última vez, no tengo posibilidad alguna de obtener respuestas por su parte. De modo que pensé que tal vez mi viejo hogar me diera las respuestas que estoy buscando... - alzó la vista al cielo, un cielo nocturno que no recordaba haber visto nunca tan estrellado. Tal vez se debiera a su visión más perfecta, o a la nostalgia que empezaba a afectarle al alma. - Fuera lo que fuera que trataban de hacer tenía relación directa conmigo... y tal vez incluso con el motivo por el cual fui convertido en vampiro en contra de mis deseos.
La amabilidad con la que había sido recibido le hizo tomar una decisión, solo esperaba que la señora de la casa estuviera de acuerdo en ofrecerle lo que pedía. Giró el rostro y la miró a los ojos, llevándose la mano al pecho.
-Le doy mi palabra de que en ningún momento voy a representar una amenaza para usted o su familia, mucho menos su reputación. Humildemente quiero pedirle que me abra las puertas de su hogar y me permita investigar a fondo - separó la mano de su pecho dejándola descansando sobre el muslo. - Como ayer le hice saber, este castillo está lleno de pasillos y estancias ocultas. Si mi familia escondía algo, sin duda debe encontrarse en uno de esos pasajes. Todo cuanto deseo es saber la verdad sobre mi existencia. Una vez resuelto, me iré por donde he venido. A cambio puedo ofrecerle lo que esté a mi alcance. Puede quedarse con los tesoros que encuentre escondidos, úselos como le plazca, no es dinero lo que busco...
Dio gracias mentalmente por salir al exterior. Sentía que los recuerdos le perseguían desde las grietas entre piedras, esperando cualquier oportunidad para atraparle e inundarle de nostalgia. Y no quería eso. Ya habría tiempo para recordar, lo más importante era seguir adelante con su misión y regresar a casa pronto, de ser posible, donde la compañía de Hania le haría sentir de nuevo como en casa, aunque ya se encontrara en ella.
-Admiro en gran cuantía lo que está haciendo por este país que ha sido siempre mi patria, aunque a veces prohibida. Los antiguos gobernantes, como en muchos otros lugares, jamás se han preocupado por el bienestar del pueblo. Tal vez sería bueno para el mundo que más mujeres se pusieran al cargo... - comentó con una fugaz y escueta sonrisa, dejándose embriagar por el olor a fermento que desprendía la madera dentro de la bodega. Era un olor muy agradable, le hacía sentirse celoso de los humanos por no poder disfrutar en su paladar lo que a su olfato satisfacía tanto. - No obstante, no he conocido tantas mujeres en mi vida para poder decirlo con total seguridad.
Guardó silencio hasta nuevamente salir al exterior, donde se dio cuenta que el denso aroma de la uva había impregnado incluso su ropa. Le indicó que se sentaran para hablar con tranquilidad, colocándose a su lado a una distancia prudencial que no la incomodara, ni a ella ni a sus constantes vigilantes, los cuales percibía allá a donde iban. - No puedo decirle con total detalle el motivo de mi visita, pues ni yo mismo tengo tanta información. Recientemente he sabido de cierta doble vida que mi familia escondía con celosía, una vida relacionada con la hechicería. Trescientos años han pasado desde estuve con ellos por última vez, no tengo posibilidad alguna de obtener respuestas por su parte. De modo que pensé que tal vez mi viejo hogar me diera las respuestas que estoy buscando... - alzó la vista al cielo, un cielo nocturno que no recordaba haber visto nunca tan estrellado. Tal vez se debiera a su visión más perfecta, o a la nostalgia que empezaba a afectarle al alma. - Fuera lo que fuera que trataban de hacer tenía relación directa conmigo... y tal vez incluso con el motivo por el cual fui convertido en vampiro en contra de mis deseos.
La amabilidad con la que había sido recibido le hizo tomar una decisión, solo esperaba que la señora de la casa estuviera de acuerdo en ofrecerle lo que pedía. Giró el rostro y la miró a los ojos, llevándose la mano al pecho.
-Le doy mi palabra de que en ningún momento voy a representar una amenaza para usted o su familia, mucho menos su reputación. Humildemente quiero pedirle que me abra las puertas de su hogar y me permita investigar a fondo - separó la mano de su pecho dejándola descansando sobre el muslo. - Como ayer le hice saber, este castillo está lleno de pasillos y estancias ocultas. Si mi familia escondía algo, sin duda debe encontrarse en uno de esos pasajes. Todo cuanto deseo es saber la verdad sobre mi existencia. Una vez resuelto, me iré por donde he venido. A cambio puedo ofrecerle lo que esté a mi alcance. Puede quedarse con los tesoros que encuentre escondidos, úselos como le plazca, no es dinero lo que busco...
Drakul Ardelean- Vampiro Clase Baja
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Re: Quid Pro Quo | privado
La enorme empatía de Brianna la hacvía capaz de ponerse siempre en los zapatos del prójimo, era por eso por lo que podía soportar las adversidades sin quejarse y sin montar dramas innecesarios, era por ese motivo por el que podía aguantar al lado de Damon el egoismo y posesividad irracional que a veces lo dominaban; bueno, por eso y porque lo amaba demasiado. Pero la cuestión es que su infinita comprensión la hacía confiada y las palabras y la actitud de Drakul merecían su cinfianza.
— Así que va en busca de su historia, supongo que un secreto así remueve muchas cosas en su interior. Creo que tiene usted todo el derecho a obtener respuestas a las preguntas que le atormentan, lo entiendo más de lo que cree. Yo misma le oculté a mi hija el nombre de su padre por su propia seguridad, pero sé que eso algún día tendrá un coste muy elevado para mi, tendré que decírselo, porque es su derecho y merece saberlo. Pero ahora mismo sería una catástrofe, el rey Landvik está siendo un padre maravilloso para ella y sólo complicaría más las cosas. Puede ir y venir a su antojo y buscar donde le parezca en la casa. Sólo le pido que respete el descanso de la niña y que si necesita pasar por algun pasadizo que dé a mi alcoba, me lo haga saber y yo me trasladaré a otra para dejarle realizar su búsqueda cómodamente.
Le enseñó a Drakul toda la propiedad, estaba muy orgullosa de las bodegas y de todo cuanto había conseguido.
— Pasado mañana nos iremos a la capital por un dia o dos, sientase libre de venir como si estuviera en su hogar...que de hecho lo es. Informaré al rey Landvik de su presencia, no quiero malentendidos innecesarios, ya me entiende.
Velkan comenzaba a agitarse en su vientre y se detuvo unos instantes con la mano sobre el ombligo, a veces le pegaba unas patadas verdaderamente dolorosas, no se podía negar que era hijo de Damon.
— Creo que por hoy he tenido suficiente actividad, el pequeño reclama su descanso. Si me disculpa, me retiro por hoy, cuénteme sus avances, me gustará saberlo. Buenas noches señor Ardelean.
— Así que va en busca de su historia, supongo que un secreto así remueve muchas cosas en su interior. Creo que tiene usted todo el derecho a obtener respuestas a las preguntas que le atormentan, lo entiendo más de lo que cree. Yo misma le oculté a mi hija el nombre de su padre por su propia seguridad, pero sé que eso algún día tendrá un coste muy elevado para mi, tendré que decírselo, porque es su derecho y merece saberlo. Pero ahora mismo sería una catástrofe, el rey Landvik está siendo un padre maravilloso para ella y sólo complicaría más las cosas. Puede ir y venir a su antojo y buscar donde le parezca en la casa. Sólo le pido que respete el descanso de la niña y que si necesita pasar por algun pasadizo que dé a mi alcoba, me lo haga saber y yo me trasladaré a otra para dejarle realizar su búsqueda cómodamente.
Le enseñó a Drakul toda la propiedad, estaba muy orgullosa de las bodegas y de todo cuanto había conseguido.
— Pasado mañana nos iremos a la capital por un dia o dos, sientase libre de venir como si estuviera en su hogar...que de hecho lo es. Informaré al rey Landvik de su presencia, no quiero malentendidos innecesarios, ya me entiende.
Velkan comenzaba a agitarse en su vientre y se detuvo unos instantes con la mano sobre el ombligo, a veces le pegaba unas patadas verdaderamente dolorosas, no se podía negar que era hijo de Damon.
— Creo que por hoy he tenido suficiente actividad, el pequeño reclama su descanso. Si me disculpa, me retiro por hoy, cuénteme sus avances, me gustará saberlo. Buenas noches señor Ardelean.
Brianna de Montreil- Licántropo/Realeza
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Re: Quid Pro Quo | privado
-Estoy muy agradecido por su amabilidad y comprensión. Espero que no me tome más tiempo del necesario, no quisiera causarle problemas con respecto a su... al rey - no supo si llamarlo amante, a su parecer un hombre debía cuidar de su mujer. De por sí los gobernantes no le gustaban, demasiado ego, y que ese tuviera a su amada ahí abandonada no estaba haciendo puntos para que fuera a verlo con buenos ojos. Pero él no estaba ahí para juzgar. - Descanse y tenga buena noche. Supongo que nos veremos poco, no quisiera hacerla trasnochar todos los días, así que tengan las dos un buen viaje - inclinó la cabeza con una escueta sonrisa cortés y la observó marchar de regreso al castillo, quedándose él fuera un momento para tomar consciencia de que iba a pasar una temporada en su viejo hogar.
En la siguiente noche, Drakul se instaló finalmente en las dependencias del castillo. Optó por una de las habitaciones subterráneas que antiguamente era usada por el servicio, pero que con el paso del tiempo se convirtió en almacén para conservas y, en esa época, ya solo era un cuarto vacío más. Lo aseó lo justo para quitar polvo y telarañas, y colocó en el centro una caja de madera llena de tierra donde dormiría durante el día. Si los lobos no custodiaran los alrededores habría seguido cavando tierra fértil, no obstante no podía fiarse de ellos. Le seguían por todas partes, lo cual podía comprender.
Empezó de inmediato la misión que había ido a llevar a cabo, pero no fue hasta el cuarto día que dio finalmente con la habitación oculta que esperaba: una biblioteca secreta. Durante los días anteriores apenas había cruzado dos palabras con la señora de la casa; tal como le dijo no iba a ser una molestia. Drakul se centró en su trabajo y dejó que los demás siguieran con sus quehaceres diarios, saliendo al exterior únicamente para alimentarse y mantener la sed bajo control. Aquella cuarta noche en el castillo llegaban madre e hija de su viaje y, en un acto de cordialidad, decidió dejar a un lado momentáneamente su investigación en la biblioteca para ir a recibirlas junto al resto del servicio.
-Bienvenidas. Espero que hayan tenido un buen viaje - le tendió el brazo a la señora para ayudarla a bajar del carruaje y le sonrió a la pequeña, cuyos enormes ojos le recordaban a Hania cada vez que la veía. - Imagino que estarán ustedes agotadas del trayecto, así que podemos esperar a mañana para mostrarle las estancias que he ido descubriendo durante su ausencia. El servicio les ha preparado la cena, ¿le importaría que las acompañe y hablemos un rato? Suelo ser un hombre solitario, pero siempre me gusta disfrutar de alguna agradable conversación y, no se ofenda, pero sus custodios y yo no parecemos llevarnos demasiado bien...
En la siguiente noche, Drakul se instaló finalmente en las dependencias del castillo. Optó por una de las habitaciones subterráneas que antiguamente era usada por el servicio, pero que con el paso del tiempo se convirtió en almacén para conservas y, en esa época, ya solo era un cuarto vacío más. Lo aseó lo justo para quitar polvo y telarañas, y colocó en el centro una caja de madera llena de tierra donde dormiría durante el día. Si los lobos no custodiaran los alrededores habría seguido cavando tierra fértil, no obstante no podía fiarse de ellos. Le seguían por todas partes, lo cual podía comprender.
Empezó de inmediato la misión que había ido a llevar a cabo, pero no fue hasta el cuarto día que dio finalmente con la habitación oculta que esperaba: una biblioteca secreta. Durante los días anteriores apenas había cruzado dos palabras con la señora de la casa; tal como le dijo no iba a ser una molestia. Drakul se centró en su trabajo y dejó que los demás siguieran con sus quehaceres diarios, saliendo al exterior únicamente para alimentarse y mantener la sed bajo control. Aquella cuarta noche en el castillo llegaban madre e hija de su viaje y, en un acto de cordialidad, decidió dejar a un lado momentáneamente su investigación en la biblioteca para ir a recibirlas junto al resto del servicio.
-Bienvenidas. Espero que hayan tenido un buen viaje - le tendió el brazo a la señora para ayudarla a bajar del carruaje y le sonrió a la pequeña, cuyos enormes ojos le recordaban a Hania cada vez que la veía. - Imagino que estarán ustedes agotadas del trayecto, así que podemos esperar a mañana para mostrarle las estancias que he ido descubriendo durante su ausencia. El servicio les ha preparado la cena, ¿le importaría que las acompañe y hablemos un rato? Suelo ser un hombre solitario, pero siempre me gusta disfrutar de alguna agradable conversación y, no se ofenda, pero sus custodios y yo no parecemos llevarnos demasiado bien...
Drakul Ardelean- Vampiro Clase Baja
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Re: Quid Pro Quo | privado
— Buenas noches señor Ardelean, ¿ha tenido unos días fructíferos en su busqueda? me alegro entonces. Elaine ha cenado durante el trayecto y se va a dormir ya, está agotada, pero con mucho gusto le acompañaré en la cena, o más bien me acompañará usted a mi. Este es Lobbo, el sobrino de Damon, para nosotros es un hijo más, y para Elaine un hermano. La señora Mildred, que es de mi total confianza, nos acompañarán estos días hasta que Damon venga, que lo hará en una semana.
Dejó a la niña en su cuarto tras hacer las presentaciones de Mildred y Lobbo que también roncaba sobre el hombro de la vieja loba a quien Brianna quería casi como una madre. Bajó a cenar y mientras lo hacía conversaron tranquilamente.
— Así que...¿ha encontrado lo que buscaba? cuénteme. Si le parece bien, mañana me lo puede mostrar.— Jugueteó con el postre porque estaba llena y prefería no tomar mucho dulce de noche, al parecer le daba energías a Velkan que empezaba a moverse y no la dejaba dormir.— Le he pedido a Damon que venga unos días, le hablé de usted y como me temía se preocupó en exceso. Entiendo que su presencia, siendo de una raza enemiga natural, no es lo que él más desea para su familia, y más estando lejos de nosotros. Pero es un hombre que pasado el primer pronto, es razonable y me gustaría que se conocieran, asi las cosas serían más fáciles para todos. Sé que le pido algo poco corriente, pero me haría un gran favor si ambos ponen por su parte para que esto salga bien.
Cualquiera entendería la postura de Damon teniendo en cuenta la difícil situación en la que vivían y más vieniedo su primer vástago en camino, del cual se estaba perdiendo muchas cosas y muy a su pesar. Si por él fuera hubiera mandado la corona de Rumanía a tomar viento, pero eso era dejar el páis en manos de aquella bruja despiadada que tenían por reina. Por otro lado Drakul era el legítimo dueño del suelo que pisaban, donde estaban criando a Elaine y Lobbo y donde se criaría Velkan al nacer. Una tierra que en realidad no era suya, pues quedaba un heredero vivo, yni qué decir tenía que estaba siendo extremadamente colaborador en todo.
De esa reunión podían salir chispas, pero ella intentaría que no fuera así y que todo discurriese en medio del sentido común y la sensatez.
Dejó a la niña en su cuarto tras hacer las presentaciones de Mildred y Lobbo que también roncaba sobre el hombro de la vieja loba a quien Brianna quería casi como una madre. Bajó a cenar y mientras lo hacía conversaron tranquilamente.
— Así que...¿ha encontrado lo que buscaba? cuénteme. Si le parece bien, mañana me lo puede mostrar.— Jugueteó con el postre porque estaba llena y prefería no tomar mucho dulce de noche, al parecer le daba energías a Velkan que empezaba a moverse y no la dejaba dormir.— Le he pedido a Damon que venga unos días, le hablé de usted y como me temía se preocupó en exceso. Entiendo que su presencia, siendo de una raza enemiga natural, no es lo que él más desea para su familia, y más estando lejos de nosotros. Pero es un hombre que pasado el primer pronto, es razonable y me gustaría que se conocieran, asi las cosas serían más fáciles para todos. Sé que le pido algo poco corriente, pero me haría un gran favor si ambos ponen por su parte para que esto salga bien.
Cualquiera entendería la postura de Damon teniendo en cuenta la difícil situación en la que vivían y más vieniedo su primer vástago en camino, del cual se estaba perdiendo muchas cosas y muy a su pesar. Si por él fuera hubiera mandado la corona de Rumanía a tomar viento, pero eso era dejar el páis en manos de aquella bruja despiadada que tenían por reina. Por otro lado Drakul era el legítimo dueño del suelo que pisaban, donde estaban criando a Elaine y Lobbo y donde se criaría Velkan al nacer. Una tierra que en realidad no era suya, pues quedaba un heredero vivo, yni qué decir tenía que estaba siendo extremadamente colaborador en todo.
De esa reunión podían salir chispas, pero ella intentaría que no fuera así y que todo discurriese en medio del sentido común y la sensatez.
Brianna de Montreil- Licántropo/Realeza
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Re: Quid Pro Quo | privado
Tal y como me iba acercando un sentimiento encontrado me absorbía. Por un lado, sentía esa necesidad de ver a Brianna, asegurarme de que mi vástago crecía fuerte en sus entrañas y que mis dos “hijos” estaban a salvo ante la presencia de ese cadáver que se paseaba por las tierras de la baronesa como si fueran suyas.
Mis hombres me habían advertido de lo mucho que conversaba con la que era y siempre seria mía, y aunque esta me garantizaba que sus intenciones para con ella distaban de lo que mi sucia imaginación veía, yo no estaba muy convencido de esa patraña.
Brianna era inocente, una mujer inteligente pero confiada, su corazón puro la hacia no ver la maldad en nadie.
Por suerte, parte de mi manada y la misma Mildred estaban allí para cuidar de ella y abrirle los ojos ante un desenlace terrible si es que no se andaba con cautela.
Mis experiencias con Vampiros no habían sido buenas y aunque admito que alguno con honor había conocido, la sed de sangre ciega e impera.
Yo era una bestia en luna llena, controlaba la trasformación y aun así, en ocasiones en las que la rabia me invadía me costaba controlar el frenesí. ¿Como pedir a un inmortal que se sustenta de quebrar vida que la respete?
Había dado mi palabra de que escucharía, que le daría una oportunidad ”hazlo por mi” dijo y por ella lo haría, pero si no me gustaba lo que veía, si aquello que detectaba era que podía dañar a mi familia se largaría, aunque lo tuviera que sacar de allí yo mismo a patadas.
Dejé escapar el aire de forma lenta tal y como se abrieron los portones, crucé el patio de armas seguido de mi séquito hasta detenerme frente a las escalinatas de piedra blanca que llevaban al palacete.
Brianna bajaba por ellas con una radiante sonrisa, Lobbo en brazos de Mildred palmeaba alegre mientras la pequeña Elaine corría hacia mi montura gritando para contarme sus grandes progresos.
Mi familia era demasiado importante para jugármela por un simple “hazlo por mi”
Escucharía, le había dado mi palabra y lo cumpliría, pero mi incontinente es que si era tan buena persona como decía ser, entendiera mi desazón y en cuanto terminara con lo que lo había llevado hasta allí, se largara sin mas.
Mis hombres me habían advertido de lo mucho que conversaba con la que era y siempre seria mía, y aunque esta me garantizaba que sus intenciones para con ella distaban de lo que mi sucia imaginación veía, yo no estaba muy convencido de esa patraña.
Brianna era inocente, una mujer inteligente pero confiada, su corazón puro la hacia no ver la maldad en nadie.
Por suerte, parte de mi manada y la misma Mildred estaban allí para cuidar de ella y abrirle los ojos ante un desenlace terrible si es que no se andaba con cautela.
Mis experiencias con Vampiros no habían sido buenas y aunque admito que alguno con honor había conocido, la sed de sangre ciega e impera.
Yo era una bestia en luna llena, controlaba la trasformación y aun así, en ocasiones en las que la rabia me invadía me costaba controlar el frenesí. ¿Como pedir a un inmortal que se sustenta de quebrar vida que la respete?
Había dado mi palabra de que escucharía, que le daría una oportunidad ”hazlo por mi” dijo y por ella lo haría, pero si no me gustaba lo que veía, si aquello que detectaba era que podía dañar a mi familia se largaría, aunque lo tuviera que sacar de allí yo mismo a patadas.
Dejé escapar el aire de forma lenta tal y como se abrieron los portones, crucé el patio de armas seguido de mi séquito hasta detenerme frente a las escalinatas de piedra blanca que llevaban al palacete.
Brianna bajaba por ellas con una radiante sonrisa, Lobbo en brazos de Mildred palmeaba alegre mientras la pequeña Elaine corría hacia mi montura gritando para contarme sus grandes progresos.
Mi familia era demasiado importante para jugármela por un simple “hazlo por mi”
Escucharía, le había dado mi palabra y lo cumpliría, pero mi incontinente es que si era tan buena persona como decía ser, entendiera mi desazón y en cuanto terminara con lo que lo había llevado hasta allí, se largara sin mas.
Damon Landvik- Licántropo/Realeza
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Re: Quid Pro Quo | privado
Era consciente de cuán celoso podía ponerse un hombre cuando la amada se encontraba presente. Aunque nunca hubiera padecido tal sentimiento, sí había sido testigo de innumerables peleas producto de dichos celos. Por supuesto, Damon no tenía ningún motivo para enrabietarse con Drakul, él solamente estaba ahí por su búsqueda, en cuanto terminara regresaría al lado de Hania, lugar del que no debería haberse ido. Cada vez que pensaba en ella se le encogía el pecho de preocupación, pero aún le quedaba mucho por hacer en Rumanía.
Observó al rey bajar de su montura y se mantuvo estático en su sitio, a unos metros apartado de la familia para darles su tiempo en saludarse. No fue hasta que sus ojos se encontraron, fuego contra hielo, que avanzó para presentarse. - Bienvenido, lord Landvik. Mi nombre es Drakul Ardelean. Como bien le dije a su señora, no tengo intención alguna de quitarle la potestad del castillo o hacerles daño alguno a ella o su familia. He venido para investigar acerca de mi nacimiento, eso es todo, le doy mi palabra - se mantuvo serio como él era, sin dar muestra alguna de que estuviera mintiendo. Cierto que, en un hombre como él, ver entre líneas la mentira sería muy difícil, de modo que comprendía la preocupación del rey.
Se giró hacia Brianna inclinando como siempre la cabeza, más por cortesía para estar más cerca de su altura. - ¿Queréis que me retire y os deje a solas? Tengo libros que leer, no notaréis mi presencia en absoluto si así lo queréis.
Observó al rey bajar de su montura y se mantuvo estático en su sitio, a unos metros apartado de la familia para darles su tiempo en saludarse. No fue hasta que sus ojos se encontraron, fuego contra hielo, que avanzó para presentarse. - Bienvenido, lord Landvik. Mi nombre es Drakul Ardelean. Como bien le dije a su señora, no tengo intención alguna de quitarle la potestad del castillo o hacerles daño alguno a ella o su familia. He venido para investigar acerca de mi nacimiento, eso es todo, le doy mi palabra - se mantuvo serio como él era, sin dar muestra alguna de que estuviera mintiendo. Cierto que, en un hombre como él, ver entre líneas la mentira sería muy difícil, de modo que comprendía la preocupación del rey.
Se giró hacia Brianna inclinando como siempre la cabeza, más por cortesía para estar más cerca de su altura. - ¿Queréis que me retire y os deje a solas? Tengo libros que leer, no notaréis mi presencia en absoluto si así lo queréis.
Drakul Ardelean- Vampiro Clase Baja
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Re: Quid Pro Quo | privado
Se fundió en un abrazo con Damon, al que echaba terriblemente de menos a diario y éste pasó sus manos por la redondez de su vientre. Aun quedaba mucho para la llegada de Velkan, cinco meses, pero ya se le notaba y no se esforzaba en disimularlo, prefería ir cómoda y que el feto no sufriese en absoluto por los rigores del corsé. Tras los saludos y la absorción por parte de Elaine, que quería enseñarle a Damon sus progresos antes de que la mandasen a la cama, se reunieron en la sala de estar donde Brianna sirvió unas copas de fino cristal tallado e hizo las presentaciones oficiales.
— El señor Ardelean está realizando pesquisas sobre su pasado y nos está descubriendo pasadizos, cámaras y estancias secretas de este castillo. Lo está anotando todo en ese mapa.— le señalo a Damon un plano dibujado al detalles con todo lo que estaba oculto marcado en rojo.— Por cierto, casi lo olvido, han traido esta carta para usted, si quiere quedarse a leerla mientras nosotros cenamos algo le prometo que nos reuniremos al acabar el postre.
Le alargó el sobre a Drakul, su remitente era Hania Doe. La joven le preguntaba por sus avances con la visión que había tenido al morderlo, el abrir esa puerta de su pasado lo había empujado a abandonar París y estaba preocupada por él. Sabía dónde estaba porque lo había rastreado mentalmente y hacía días que se quedaba en el mismo sitio. A su vez, le contaba que habían avanzado mucho con el orfanato y que en pocas semanas abrirían sus puertas, se sentia muy feliz por ese hecho y le deseaba un buen final para su búsqueda.
Brianna y Damon cenaron en el comedor, la baronesa sabía que al lobo no le hacía ninguna gracia que estuviera allí ese hombre y acarició su mano.
— Sé el esfuerzo que estás haciendo y lo valoro de verdad. Significa mucho para mi que confíes en mi criterio y que me des la oportunidad de hacer las cosas a mi modo. Como ves, es un hombre educado y no quiere causar molestias.
— El señor Ardelean está realizando pesquisas sobre su pasado y nos está descubriendo pasadizos, cámaras y estancias secretas de este castillo. Lo está anotando todo en ese mapa.— le señalo a Damon un plano dibujado al detalles con todo lo que estaba oculto marcado en rojo.— Por cierto, casi lo olvido, han traido esta carta para usted, si quiere quedarse a leerla mientras nosotros cenamos algo le prometo que nos reuniremos al acabar el postre.
Le alargó el sobre a Drakul, su remitente era Hania Doe. La joven le preguntaba por sus avances con la visión que había tenido al morderlo, el abrir esa puerta de su pasado lo había empujado a abandonar París y estaba preocupada por él. Sabía dónde estaba porque lo había rastreado mentalmente y hacía días que se quedaba en el mismo sitio. A su vez, le contaba que habían avanzado mucho con el orfanato y que en pocas semanas abrirían sus puertas, se sentia muy feliz por ese hecho y le deseaba un buen final para su búsqueda.
Brianna y Damon cenaron en el comedor, la baronesa sabía que al lobo no le hacía ninguna gracia que estuviera allí ese hombre y acarició su mano.
— Sé el esfuerzo que estás haciendo y lo valoro de verdad. Significa mucho para mi que confíes en mi criterio y que me des la oportunidad de hacer las cosas a mi modo. Como ves, es un hombre educado y no quiere causar molestias.
Brianna de Montreil- Licántropo/Realeza
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Re: Quid Pro Quo | privado
Me mantuve ausente durante la comida, estaba haciendo un esfuerzo por no saltar. No se trataba de que ese hombre no me resultara educado o condescendiente, es mas, en todo momento aseguró que nos dejaría solos si ese era mi deseo.
Me limité a estrechar su mano con la educación que merecía tener un rey, pero con la rudeza que puede presentar un lobo cuando otro invade su territorio.
Quizás ese tono ambarino que me esforzaba en ocultar y que dejaba su leve matiz en mis pardos era la viva muestra de lo que esa situación me molestaba.
Puede que fuera cierto ,que su única motivación fuera descubrir hechos pasados, mas ¿alguien podía culpar a un hombre que trata de proteger a su esposa en cinta y a su hija?
No podía olvidar que era un vampiro, que en cierto modo se alimentaba de eso que corría por las venas de mi “esposa” y que en cualquier momento el descontrol podía apoderarse de él.
Mas mentiría si dijera que esa era mi única preocupación, sabia que compartían desayunos,cenas y comidas, paseos y conversaciones, yo estaba lejos y el roce hace el cariño.
Pasaba meses lejos de Brianna y aunque confiaba en ella y en ese amor que me ofrecía sin preguntas, sin condiciones y sin prisas, no podía negar que tener a otro regando mis flores me molestaba de sobremanera.
Era mi naturaleza y Branna me pedía un imposible, que luchara contra ella.
Quizás hubiera preferido encontrar alguien que me pusiera las cosas fáciles, un arrogante vampiro al que sacar a patadas de la mansión de Brianna y ahora si, con motivos, hacerla ver lo equivocada que estaba al darle refugio. Mas su comportamiento era intachable, ningún motivo me empujaba a enfrentarlo y eso me cabreaba mas todavía.
Brianna acarició mi mano, estaba distante y algo distraído, así que en ese instante la busqué con la mirada y me limité a sonreirle de forma hastiada pero sin hacerle ningún tipo de comentario al respecto.
-Estoy cansado -aseguré depositando un beso en la frente de la baronesa -si me disculpáis -les dije ambos -el viaje a sido largo y prefiero retirarme a mis aposentos.
Dejé caer la servilleta sobre la mesa antes de largarme dejando a Brianna con la palabra en la boca.
No iba a ocultar que esto me hastiaba, mas había dado mi palabra y la cumpliría, no había existido enfrentamiento, pero de ahí a celebrar su llegada con champan había un mundo y algo mas.
Me limité a estrechar su mano con la educación que merecía tener un rey, pero con la rudeza que puede presentar un lobo cuando otro invade su territorio.
Quizás ese tono ambarino que me esforzaba en ocultar y que dejaba su leve matiz en mis pardos era la viva muestra de lo que esa situación me molestaba.
Puede que fuera cierto ,que su única motivación fuera descubrir hechos pasados, mas ¿alguien podía culpar a un hombre que trata de proteger a su esposa en cinta y a su hija?
No podía olvidar que era un vampiro, que en cierto modo se alimentaba de eso que corría por las venas de mi “esposa” y que en cualquier momento el descontrol podía apoderarse de él.
Mas mentiría si dijera que esa era mi única preocupación, sabia que compartían desayunos,cenas y comidas, paseos y conversaciones, yo estaba lejos y el roce hace el cariño.
Pasaba meses lejos de Brianna y aunque confiaba en ella y en ese amor que me ofrecía sin preguntas, sin condiciones y sin prisas, no podía negar que tener a otro regando mis flores me molestaba de sobremanera.
Era mi naturaleza y Branna me pedía un imposible, que luchara contra ella.
Quizás hubiera preferido encontrar alguien que me pusiera las cosas fáciles, un arrogante vampiro al que sacar a patadas de la mansión de Brianna y ahora si, con motivos, hacerla ver lo equivocada que estaba al darle refugio. Mas su comportamiento era intachable, ningún motivo me empujaba a enfrentarlo y eso me cabreaba mas todavía.
Brianna acarició mi mano, estaba distante y algo distraído, así que en ese instante la busqué con la mirada y me limité a sonreirle de forma hastiada pero sin hacerle ningún tipo de comentario al respecto.
-Estoy cansado -aseguré depositando un beso en la frente de la baronesa -si me disculpáis -les dije ambos -el viaje a sido largo y prefiero retirarme a mis aposentos.
Dejé caer la servilleta sobre la mesa antes de largarme dejando a Brianna con la palabra en la boca.
No iba a ocultar que esto me hastiaba, mas había dado mi palabra y la cumpliría, no había existido enfrentamiento, pero de ahí a celebrar su llegada con champan había un mundo y algo mas.
Damon Landvik- Licántropo/Realeza
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Re: Quid Pro Quo | privado
Nada más ese sobre fue puesto en sus manos, Drakul se retiró de inmediato a buen recaudo en una de las salas descubiertas. Una de las que de pequeño más frecuentaba, pues desde el hueco entre ladrillos, por el que de día entraba el sol, de niño podía ver a su padre regresar de caza o de la guerra y bajar corriendo a recibirle. En las paredes había aún dibujos y juguetes de cuando era infante, todos polvorientos. Tomó asiento en una destartalada silla y abrió el pergamino para leer la misiva, ansioso por saber más de su pequeña Hania. Que las cosas le estuvieran yendo tan bien fue un gran alivio, a la vez que sentía desazón por no poder estar allí y verla sonreír emocionada. Antes de volver con la pareja de amantes se distrajo escribiendo la respuesta.
Querida Hania, no sabes cuánto desearía estar ahí contigo para celebrar tan buena noticia. Mis avances son lentos, pero el castillo donde vivía me está dando la información necesaria para ir recomponiendo la visión que tuviste al morderme. Desearía que pudieras venir a visitarme y así mostrarte esta tierra tan querida, mi pequeña, y presentarte a la buena mujer que me ha acogido con amabilidad. Te echo de menos, Hania, y todos los días sueño contigo. Esperaré saber de ti bien pronto. Hasta entonces, me despido de ti. D.A.
Tras guardársela en el bolsillo para, más tarde, entregarla al mensajero, se dispuso a bajar de regreso con los amantes. La sorpresa fue ver que el rey ya se había retirado, lo cual le hizo saber que no estaba muy de acuerdo con su presencia en el castillo.
-Mi señora, tal vez sería mejor que abandonara el castillo y me buscara otro lugar en el que aposentarme entre archivos. No quisiera ser motivo de discusiones innecesarias entre usted y el rey, pues imagino que la distancia es suficiente para cierto descontento... Tal vez, mientras esté el rey de visita, pueda quedarme en la ciudad. De ese modo mi presencia no será un impedimento para que disfruten de su tiempo juntos - la idea no le entusiasmaba, mucho menos tras leer la carta de Hania. Deseaba encontrar cuanto antes sus respuestas a la visión para poder regresar a su lado y estar ahí como le prometió en el pasado. Sin embargo, tampoco quería causar problemas a la mujer que tan amablemente le había abierto las puertas del castillo.
Querida Hania, no sabes cuánto desearía estar ahí contigo para celebrar tan buena noticia. Mis avances son lentos, pero el castillo donde vivía me está dando la información necesaria para ir recomponiendo la visión que tuviste al morderme. Desearía que pudieras venir a visitarme y así mostrarte esta tierra tan querida, mi pequeña, y presentarte a la buena mujer que me ha acogido con amabilidad. Te echo de menos, Hania, y todos los días sueño contigo. Esperaré saber de ti bien pronto. Hasta entonces, me despido de ti. D.A.
Tras guardársela en el bolsillo para, más tarde, entregarla al mensajero, se dispuso a bajar de regreso con los amantes. La sorpresa fue ver que el rey ya se había retirado, lo cual le hizo saber que no estaba muy de acuerdo con su presencia en el castillo.
-Mi señora, tal vez sería mejor que abandonara el castillo y me buscara otro lugar en el que aposentarme entre archivos. No quisiera ser motivo de discusiones innecesarias entre usted y el rey, pues imagino que la distancia es suficiente para cierto descontento... Tal vez, mientras esté el rey de visita, pueda quedarme en la ciudad. De ese modo mi presencia no será un impedimento para que disfruten de su tiempo juntos - la idea no le entusiasmaba, mucho menos tras leer la carta de Hania. Deseaba encontrar cuanto antes sus respuestas a la visión para poder regresar a su lado y estar ahí como le prometió en el pasado. Sin embargo, tampoco quería causar problemas a la mujer que tan amablemente le había abierto las puertas del castillo.
Drakul Ardelean- Vampiro Clase Baja
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Re: Quid Pro Quo | privado
Brianna negó con la cabeza, en seguida subiria a buscar a Damon, pero quería darle unos momentos a solas porque el lobo a veces necesitaba calmarse antes de entablar una conversacion importante.
— No se preocupe, siga con sus investigaciones, y si encuentra papeles importantes, por favor déjeme que le ayude a descifrarlos si es que puedo hacer algo así por usted.— Se encogió de hombros.— Créame, esperaba que las cosas fueran mucho peores, siga trabajando tranquilo, que tenga una buena noche.
La baronesa se retiró subiendo escaleras arriba con la ansiedad corriendo en procesión por dentro. Quizás pudiera mantener la calma delante de la gente y que no se le notara la inquietud, pero ciertamente quería arreglar las cosas con Damon porque no quería que del poco tiempo que pasaran juntos, la mitad fuera cabreados. Entró en el cuerto cerrando la puerta despacio y buscó con la mirada al dueño de su corazón. Se acercó a él casi corriendo para abrazarlo con fuerza.
—Damon...Damon mi amor ¿qué te pasa? no puedo verte así, si quieres que le diga que se marche...el señor Ardelean lo entenderá, él miso se ha ofrecido a marcharse a la ciudad en vez de estar aqui, no quiere molestarnos.
Le pasó las manos por las mejillas acariciando su rostro. Para una semana que tenían, no estaba dispuesta a que Damon estuviera a disgusto.
— Cada vez queda menos... te sigo escribiendo cada dia todas las sensaciones, cada pequeño momento que miro mi vientre y me acuerdo de ti... No quiero que estemos mal. ¿Y si no sobrevivo al parto? mueren muchas mujeres a diario por ese motivo, si eso me sucediese no querría haber pasado nuestros días enfadados. Trato de explicarle a Velkan, por si algo me pasase, lo importante que eres para mi; eres el hombre que elegí para compartir mi vida y todo lo demás me da igual. Quiero que cuando crezca sea como tú, capaz de asumir las responsabilidades y liderar a otros si es su destino. El coste n o importa, yo estoy orgullosa de ti y también lo estaré de él.
— No se preocupe, siga con sus investigaciones, y si encuentra papeles importantes, por favor déjeme que le ayude a descifrarlos si es que puedo hacer algo así por usted.— Se encogió de hombros.— Créame, esperaba que las cosas fueran mucho peores, siga trabajando tranquilo, que tenga una buena noche.
La baronesa se retiró subiendo escaleras arriba con la ansiedad corriendo en procesión por dentro. Quizás pudiera mantener la calma delante de la gente y que no se le notara la inquietud, pero ciertamente quería arreglar las cosas con Damon porque no quería que del poco tiempo que pasaran juntos, la mitad fuera cabreados. Entró en el cuerto cerrando la puerta despacio y buscó con la mirada al dueño de su corazón. Se acercó a él casi corriendo para abrazarlo con fuerza.
—Damon...Damon mi amor ¿qué te pasa? no puedo verte así, si quieres que le diga que se marche...el señor Ardelean lo entenderá, él miso se ha ofrecido a marcharse a la ciudad en vez de estar aqui, no quiere molestarnos.
Le pasó las manos por las mejillas acariciando su rostro. Para una semana que tenían, no estaba dispuesta a que Damon estuviera a disgusto.
— Cada vez queda menos... te sigo escribiendo cada dia todas las sensaciones, cada pequeño momento que miro mi vientre y me acuerdo de ti... No quiero que estemos mal. ¿Y si no sobrevivo al parto? mueren muchas mujeres a diario por ese motivo, si eso me sucediese no querría haber pasado nuestros días enfadados. Trato de explicarle a Velkan, por si algo me pasase, lo importante que eres para mi; eres el hombre que elegí para compartir mi vida y todo lo demás me da igual. Quiero que cuando crezca sea como tú, capaz de asumir las responsabilidades y liderar a otros si es su destino. El coste n o importa, yo estoy orgullosa de ti y también lo estaré de él.
Brianna de Montreil- Licántropo/Realeza
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Re: Quid Pro Quo | privado
La puerta se abrió, la verdad es que quería estar solo y mis ámbar dejaron claro que mi parte animal estaba presente en estos momentos.
Cerré los ojos cuando sus manos acariciaron mis mejillas, como siempre sus palabras resultaban envolventes, mucho mas cuerdas que las mías, quizás porque no se regia tanto por instintos como y lo hacia.
No tenia nada mas allá de su condición de inmortal que alegar en contra de aquel hombre que mantuvo en todo momento las formas, respetuoso y educado.
Sinceramente parecía un buen hombre y aunque su aura era pálida como la de todos ellos no encontré oscuridad en él.
Parecía comportarse bien con mi Brianna, con la niña y no causar problemas a mi manada, no tenia ningún motivo para pedirle que se largara de allí.
-No, no es necesario que se marche. Mañana partiré con mis hombres de nuevo, tengo asuntos que atender en la fortaleza y te ruego que me envíes una misiva cuando este hombre acabe sus investigaciones -dije llevando mis manos a su rostro antes de besarla rodeando su cintura con mi brazo para pegarla contra mi cuerpo.
Si me quedaba acabaría saltando y había dado mi palabra a Brianna sobre que mi comportamiento seria le adecuado.
No era un mal hombre, pero estaba en mis tierras, con mi mujer y mi hija mientras yo era la ausencia eterna. Él veía crecer a mi hijo en el vientre de mi “mujer”, veía jugar a Elaine y compartía noches de charlas y risas con ambas ¿como podían pedirme que no existieran celos por mi parte cuando él tenia la vida que yo quería?
Entendía que ella podía decirme lo mismo de la reina, pero la diferencia era que nuestra relación era distante, inexistente diría y eso ella lo sabia.
-No va a pasarte nada Brianna, estaré aquí para esas fechas, organizaré todo para poder ver nacer a mi hijo y estar a tu lado cuando eso pase.
Me ha gustado leer lo que escribes, me siento participe sin serlo de tu día a día y te pido que sigas haciéndolo.
He traído el diario, podemos cambiarlo, así siempre tendré tus letras acompañándome.
Tiré de ella hacia el lecho, mis labios recorrieron su piel, al menos esa noche quería dormir con ella, sentirla mía aunque mis sentimientos estaba encontrados.
Nuestros labios colisionaron, jadeos de uno y otro, una pasión contenida durante demasiado tiempo.
Cerré los ojos cuando sus manos acariciaron mis mejillas, como siempre sus palabras resultaban envolventes, mucho mas cuerdas que las mías, quizás porque no se regia tanto por instintos como y lo hacia.
No tenia nada mas allá de su condición de inmortal que alegar en contra de aquel hombre que mantuvo en todo momento las formas, respetuoso y educado.
Sinceramente parecía un buen hombre y aunque su aura era pálida como la de todos ellos no encontré oscuridad en él.
Parecía comportarse bien con mi Brianna, con la niña y no causar problemas a mi manada, no tenia ningún motivo para pedirle que se largara de allí.
-No, no es necesario que se marche. Mañana partiré con mis hombres de nuevo, tengo asuntos que atender en la fortaleza y te ruego que me envíes una misiva cuando este hombre acabe sus investigaciones -dije llevando mis manos a su rostro antes de besarla rodeando su cintura con mi brazo para pegarla contra mi cuerpo.
Si me quedaba acabaría saltando y había dado mi palabra a Brianna sobre que mi comportamiento seria le adecuado.
No era un mal hombre, pero estaba en mis tierras, con mi mujer y mi hija mientras yo era la ausencia eterna. Él veía crecer a mi hijo en el vientre de mi “mujer”, veía jugar a Elaine y compartía noches de charlas y risas con ambas ¿como podían pedirme que no existieran celos por mi parte cuando él tenia la vida que yo quería?
Entendía que ella podía decirme lo mismo de la reina, pero la diferencia era que nuestra relación era distante, inexistente diría y eso ella lo sabia.
-No va a pasarte nada Brianna, estaré aquí para esas fechas, organizaré todo para poder ver nacer a mi hijo y estar a tu lado cuando eso pase.
Me ha gustado leer lo que escribes, me siento participe sin serlo de tu día a día y te pido que sigas haciéndolo.
He traído el diario, podemos cambiarlo, así siempre tendré tus letras acompañándome.
Tiré de ella hacia el lecho, mis labios recorrieron su piel, al menos esa noche quería dormir con ella, sentirla mía aunque mis sentimientos estaba encontrados.
Nuestros labios colisionaron, jadeos de uno y otro, una pasión contenida durante demasiado tiempo.
Damon Landvik- Licántropo/Realeza
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Re: Quid Pro Quo | privado
Tras dejar marchar a la dama, se encaminó escaleras abajo hacia el sótano, último lugar en el que seguía investigando. Dejó a un lado las espadas -las cuales siempre cargaba consigo por mera costumbre- y recogió el papiro que había estado leyendo la noche anterior. Se trataba de una especie de mapa que le había llevado hasta ese rincón húmedo y frío de lo que antiguamente fueron los mazmorras, calabozos de guerra, pero que la señora de la casa había hecho adecuar para preservar el vino. El mapa le llevó hacia lo que sería la zona debajo de la cocina y de ahí torció a la izquierda, pero ante él solo había un muro de piedra. Masculló entre dientes, revisando las directrices por si se había equivocado en alguna, pero no era así. Aquel era el lugar que marcaba el mapa.
Tocó la pared con las manos, acariciando cada punto con los dedos por si había alguna piedra especial entre todas ellas. Al no tener suerte, le dio vueltas al pergamino con el ceño fruncido, maldiciendo al creer que se encontraba en un punto muerto... otra vez. Pero entonces reparó en las pequeñas letras en un rincón. Las había pasado por alto creyendo que eran simples líneas de un dibujo a medias, pero fijándose mejor se dio cuenta que eran frases.
-Muchas estrellas fueron olvidadas
muchas desvanecidas se convirtieron en fantasmas
mis hermanas aún brillan en el cielo
siempre allí cuando más las necesito...
Mientras leía en voz alta aquel extraño cántico, los ojos del lobo que formaba su collar se iluminaron en un intenso verde, expulsando luz a través de ellos directamente hacia el muro que, ante su anonadada respuesta, se abrió para él. Las piedras se retiraron hacia los lados dejando paso a un nuevo pasillo que se adentraba en la más absoluta oscuridad. Sin miedo, solo lleno de curiosidad y expectativa, cruzó el hueco al otro lado y, a cada paso que daba, una antorcha se iba encendiendo iluminándole el camino. El hedor ahí abajo era insoportable. Mezcla de fruta podrida, humedad y moho. El polvo lo cubría todo como nieve sobre las montañas. A lado y lado había pequeñas habitaciones sin puerta, con apenas un camastro; libros y papeles desperdigados, como si quien fuera que hubiera habitado aquel lugar hubiera huido sin mirar atrás.
¿Qué demonios era aquel lugar...?
Tocó la pared con las manos, acariciando cada punto con los dedos por si había alguna piedra especial entre todas ellas. Al no tener suerte, le dio vueltas al pergamino con el ceño fruncido, maldiciendo al creer que se encontraba en un punto muerto... otra vez. Pero entonces reparó en las pequeñas letras en un rincón. Las había pasado por alto creyendo que eran simples líneas de un dibujo a medias, pero fijándose mejor se dio cuenta que eran frases.
-Muchas estrellas fueron olvidadas
muchas desvanecidas se convirtieron en fantasmas
mis hermanas aún brillan en el cielo
siempre allí cuando más las necesito...
Mientras leía en voz alta aquel extraño cántico, los ojos del lobo que formaba su collar se iluminaron en un intenso verde, expulsando luz a través de ellos directamente hacia el muro que, ante su anonadada respuesta, se abrió para él. Las piedras se retiraron hacia los lados dejando paso a un nuevo pasillo que se adentraba en la más absoluta oscuridad. Sin miedo, solo lleno de curiosidad y expectativa, cruzó el hueco al otro lado y, a cada paso que daba, una antorcha se iba encendiendo iluminándole el camino. El hedor ahí abajo era insoportable. Mezcla de fruta podrida, humedad y moho. El polvo lo cubría todo como nieve sobre las montañas. A lado y lado había pequeñas habitaciones sin puerta, con apenas un camastro; libros y papeles desperdigados, como si quien fuera que hubiera habitado aquel lugar hubiera huido sin mirar atrás.
¿Qué demonios era aquel lugar...?
Drakul Ardelean- Vampiro Clase Baja
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Re: Quid Pro Quo | privado
Damon se marchaba de nuevo y cada despedida era como desgarrar un jirón de alma. Conforme avanzaba su embarazo se sentía más débil y lo necesitaba más a su lado, pero era consciente de que su deber le impedía estar con ella y lo aceptaba. Pasaron la noche enredados, amándose y entregándose el uno al otro como su corazón les dictaba. Todavía no había despuntado el alba cuando les avisó alguien del servicio de que en el sótano y la bodega se escuchaban ruidos extraños.
Damon se levantó como un resorte, se vistió rápidamente y fue en busca de sus armas. Brianna se calzó una bata y lo acompañó, pese a que el lobo le dijo que no lo hiciera.
— Será sólo el señor Ardelean, no te preocupes. Al parcer este castillo guarda más secretos de lo que pensamos.
Bajaron la escalera hacia donde la baronesa solía pasar bastante tiempo inspeccionando las barricas y botellas y que todo estuviera en orden. Su sorpresa fue grande cuando vieron la pared que estaba abierta y una corredor oscuro ante ellos. Brianna cogió una antorcha, porque ella no tenía sentidos sobrenaturales y se quedó tras Damon.
— ¿Quién va?.— preguntó hacia ese pasillo oscuro y lleno de puertas. Minutos antes cuando Drakul se adentró en el pasillo activó un mecanismo trampa que hizo que el suelo cediera bajo sus pies como si fuera una rampa hacia abajo y de el subsuelo emergió una criatura grimosa y negra, hecha de cendales de humo, oscuridad y polvo. Una criatura insuflada de vida por la magia.
Damon se levantó como un resorte, se vistió rápidamente y fue en busca de sus armas. Brianna se calzó una bata y lo acompañó, pese a que el lobo le dijo que no lo hiciera.
— Será sólo el señor Ardelean, no te preocupes. Al parcer este castillo guarda más secretos de lo que pensamos.
Bajaron la escalera hacia donde la baronesa solía pasar bastante tiempo inspeccionando las barricas y botellas y que todo estuviera en orden. Su sorpresa fue grande cuando vieron la pared que estaba abierta y una corredor oscuro ante ellos. Brianna cogió una antorcha, porque ella no tenía sentidos sobrenaturales y se quedó tras Damon.
— ¿Quién va?.— preguntó hacia ese pasillo oscuro y lleno de puertas. Minutos antes cuando Drakul se adentró en el pasillo activó un mecanismo trampa que hizo que el suelo cediera bajo sus pies como si fuera una rampa hacia abajo y de el subsuelo emergió una criatura grimosa y negra, hecha de cendales de humo, oscuridad y polvo. Una criatura insuflada de vida por la magia.
- elemental de sombra:
Brianna de Montreil- Licántropo/Realeza
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Re: Quid Pro Quo | privado
Escuchamos ruidos en el sótano y las bodegas. Salté de la cama calzandome con rapidez la ropa, muchos eran los que podía querer a Brianna muerta y aunque mis hombres hacían guardia de forma incesante alguien debía haberse colado.
Ese alguien representaba un peligro para ella y mi descendencia y si así era, acabaría muerto entre mis manos.
Cogí el acero y con el gesto tenso bajé las escaleras corriendo, Brianna se había puesto la bata, cogida a mi brazo empeñada en acompañarme pese a mis negativas firmes.
Según ella tenia que tranquilizarme, Drakkul investigaba y quizás fuera él y no un extraño el dueño de los ruidos que escuchábamos.
En las bodegas una pared estaba abierta, un corredor oscuro se abría tras ella. Cogió una antorcha para iluminar el pasadizo y juntos nos adentramos por él.
-No me gusta que ese inmortal se pasee como dueño y señor en tu casa, esto es peligroso ¿si yo no estuviera que? -pregunté
Mis palabras se cortaron cuando vi una rampa bajada y de ella emerger un ser oscuro, grimoso y enorme que se apareció ante nosotros, de un empujón tiré hacia atrás a la madre de mi hijo.
Desenvainé el acero decidido a hacer frente a la bestia mientras mis ojos se tornaban de un intenso tono mostaza.
-¡Corre Brianna! ¡Saca de aquí a los niños! -ordené
Desconocía si era lo único que habitaba en ese agujero, pero lo que tenia claro es que no podía dejarlo llegar a la casa.
De un saltó hundí el acero netre la bruma y juntos descendimos por aquella rampa enredados en una contienda de dos bestias.
Ese alguien representaba un peligro para ella y mi descendencia y si así era, acabaría muerto entre mis manos.
Cogí el acero y con el gesto tenso bajé las escaleras corriendo, Brianna se había puesto la bata, cogida a mi brazo empeñada en acompañarme pese a mis negativas firmes.
Según ella tenia que tranquilizarme, Drakkul investigaba y quizás fuera él y no un extraño el dueño de los ruidos que escuchábamos.
En las bodegas una pared estaba abierta, un corredor oscuro se abría tras ella. Cogió una antorcha para iluminar el pasadizo y juntos nos adentramos por él.
-No me gusta que ese inmortal se pasee como dueño y señor en tu casa, esto es peligroso ¿si yo no estuviera que? -pregunté
Mis palabras se cortaron cuando vi una rampa bajada y de ella emerger un ser oscuro, grimoso y enorme que se apareció ante nosotros, de un empujón tiré hacia atrás a la madre de mi hijo.
Desenvainé el acero decidido a hacer frente a la bestia mientras mis ojos se tornaban de un intenso tono mostaza.
-¡Corre Brianna! ¡Saca de aquí a los niños! -ordené
Desconocía si era lo único que habitaba en ese agujero, pero lo que tenia claro es que no podía dejarlo llegar a la casa.
De un saltó hundí el acero netre la bruma y juntos descendimos por aquella rampa enredados en una contienda de dos bestias.
Damon Landvik- Licántropo/Realeza
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