Bailemos por toda la noche (priv)

por **Harry "Hýpnos" Mercier** Mar Oct 17, 2017 11:05 pm

Todos en la ciudad que se los han invitado a una fiesta en el palacio royal de su majestad el rey de Francia como un honor y gloria los mejores especímenes de la sucia sociedad han acudido con sus mejores harapos. Desde polìticos hasta los más vejucos dignatarios extranjeros, que nadie se lo ha perdido entre el lujo y el despilfarro del rey de Francia con su canto ¡Larga vida al rey!

Hypnos, que sea el nombre que ha tomado aquella noche ha preferido enlistarse entre los bailes populares, aquellos que llamarìan los de la plebe. Muy humilde con su traje elegante se a acercado a varias señoritas que como polillas habían estado canturreando a su alrededor. Entre pasos de uno dos y tres había bailado con ellas elegantemente, su amigo que había sido su profesor en la academia de parìs varios años atrás lo ha acompañado con la promesa de regresar por el camino hasta el palacio royal para tener un verdadero baile.

Ea, que Harry, su nombre que ha tomado de regreso, que se encontraba de camino al palacio con su coleguilla hasta llegar, pero el pesar de verse inmerso en toda esa mierda de gente le ha hecho sonreìr como un chaval castigado. Con pasos pesados ingresò al salòn bajo la mirada de peso de todos los demàs que seguìan el ritmo de la mùsica de una manera màs a su gusto. Con un suspiro Harry se adelantò llevando a su mano una de las copa de un bebida espumosa y refrescante. Que se habìa regresado la mùsica pero con ni una de las presentes ha querido bailar. Conversaba entre saltos con varios hombres miembros su cìcurlo profesional con mèdicos de renombres y otros que se hacían un camino.

La conversaciòn que le ha sido provechosa pero el humo de los cigarros y de las risas de las damas lo lleva a alejarse hasta perderse entre las cortinas y salirse a por el balcòn admirando la media luna que estaba –Ea, que la mejor parte de esto ha sido el ver volar uno de aquellos zapatos apretados de los rechonchos pies de aquella mujer, que me he imaginado algo gracioso pero mejor mantenerlo en secreto, verdad mi preciosa luna– susurrò dejando caer el liquido burbujeante por el balcón con desprecio.