Deads tells no tales

por **Killian De'Ath** Sáb Oct 21, 2017 11:21 pm

Alguien más, primero había llegado el hermano desaparecido y ahora a Taeyang se le ocurre enamorarse ¿era esto una broma de mal gusto? Como si ya no los compartiera con el grupo de Condenados que han cazado desde cientos de años. Ahora se le ocurre transformar a uno de ellos y Hyun no hace más que aceptarlo; como siempre sucede cuando se trata de Taeyang. Juro que de no ser por la maldita sonrisa que se curva en sus labios cada mil años lo odiaría más de lo que los Ostrogodos odiaron a Atila.

Sin embargo, y aunque los caprichos de Tae han de contarse con los dedos, tanto Hyun como yo llegamos a la conclusión —y le convencimos de ello— que es necesario probarla, no todos están hechos para esta vida ni siquiera ellos que nacieron con la marca de la maldición en sus estrellas incluso antes de ser concebidos. Giro a la derecha, luego a izquierda y rumbo donde se supone he de encontrarla. Acertada tomando en cuenta que fue su caballero en brillante armadura quien me indicó cómo y dónde encontrarla.

La noche es tan tétrica como la noticia misma. El cielo de Paris siempre será el mismo ante mis ojos, las calles sin color y los personajes sin emoción…. Aburrido. No tardo en dar con ella. Destila curiosidad a simple vista, tanto como vulgar. Prendas cubriendo sus brazos, harapos típicos de su estirpe que no hacen más que cuestionar la razón que le hizo ganarse el favor del vampiro. Leyendo la fortuna es como le encuentro con rapidez. Enarco una ceja intrigado al observar como un señor, de seguro en sus cuarenta, se levanta colérico demandando estafa, acusándola de perpetradora y mentirosa. Resoplo hastiado tan pronto alza la mano al aire con claras intenciones de golpearla, Taeyang-Ri me matará si se entera que fui espectador de primera fila mientras golpeaban a su damisela en apuros; y era esa la verdad, era SU damisela no mía. Con gusto la dejaría a su suerte, sin embargo, un Taeyang enojado es lo último que cualquier demonio quisiera ver.

—¿No cree usted que es patético culpar a una pobre muchacha de su mala fortuna? —intervengo atrapando la mano que se dirigía estrepitosamente hacia el rostro de la gitana—. Yo le engañaría, también —admito observándole de pies a cabeza. Capto un tercio de sonrisa brotar en los labios de quien he de llamar Ker.

—No vayas a creer que estás frente a un caballero, pequeña. Aquel puede que sea un estúpido petulante…, yo soy peor —digo tan rápido el viejo se marcha—. Sentémonos, algo me dice que teneos mucho de qué hablar.

De un gruñido despejo la lista de espera que ansiosos aguardaban por echarle un vistazo a o fatídico de sus desdichados futuros. La sonrisa en el rostro de la gitana se desvanece y, tan pronto sus ojos nadan en sincera incertidumbre sé que las palabras de Hyun son ciertas: no puede ver el futuro.

por **Epoch** Lun Dic 18, 2017 11:32 am

La ciudad es un desastre completo, las calles sin sentido se vuelven una sobre otra y en ellas la gente pobre muere de frío y hambre. Yo no recordaba que oliera así, yo no recordaba cuanto descontento había en los rostros de quienes con miradas torvas amenazan con sacar las inexistentes garras.

Defienden lo poco que tienen, a estas horas en que la oscuridad se apodera de los callejones pues el sol es apenas un fantasma. Recuerdo luminoso en el borde del mundo.

Los arcos de aquella especie de mercado me resultaron familiares, algo en ellos que no supe definir me recibió como si fuese la sonrisa de un viejo amigo de modo que me dejé llevar por aquella leve nostalgia hasta el interior de aquella maraña de tiendas desde donde cien músicas enloquecidas se entrecruzan en el aire sucio de la ciudad.

Sin embargo dentro de aquel lugar una sensación oscura de inmediato puso todos mis sentidos alerta. Una presencia tenebrosa se apoderó de todo el lugar, una de quien una parte de mí quería huir y que sin embargo me vi arrastrado a encontrar, como si presintiera que aquella gente que no reconozco corría peligro.

Mientras caminaba erráticamente entre los pasillos de aquel lugar pensaba - "¿que es lo que vas a hacer cuando lo encuentres?" - pero mi olfato seguía el olor del miedo, cuyo origen terminó revelándome el origen de aquella terrible presencia.

Un hombre, o lo que aparenta ser un hombre, tiene acorralada a una mujer, están sentados uno frente al otro, hablando apenas en murmullos. Aparentan normalidad, sin embargo puedo sentir el temor que ella le tiene a este personaje.

De nuevo en mi cabeza la pregunta insiste -"¿que lograrás si intervienes?"- pero el cuerpo que se llena de un calor ardiente que lo invade todo y no permite poner un alto. Las orejas arden, la sangre se agolpa en la cabeza que parece latir mientas me acerco al "caballero" y a la asustada mujer.

La voz de la razón, derrotada, clamaba que al menos estudiara la situación antes de hacer juicios. Quizás había una buena explicación para que aquella mujer tuviese miedo de él, es decir, otra a parte de su aura horripilante. Quizás le debía algo a él...

- Bonsoir... discúlpenme ustedes, creo que me he extraviado.

Después de todo solo necesitaba ella una ventana para escapar, si escapar era lo que ella quería, o para gritar delatando a su acosador. Solo tenía que darle un pretexto para ayudarle a salir del predicamento en que voluntaria o involuntariamente se había metido.

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