AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
Un nuevo día [Privado]
2 participantes
Página 1 de 1.
Un nuevo día [Privado]
Tras un largo camino con Aurora en los brazos Raff llegó a su cabaña, sólo iluminada por la luz de la luna. Se trataba de una pequeña casita de madera en el medio de un claro de unos veinticinco metros de diámetro. Al verla Raff rememoró rápidamente el esfuerzo y sudor que invirtió para construirla desde cero. El mismo taló y colocó cada uno de los tablones, compró lo necesario en el mercado con el dinero que fue sacando a lo largo de los años haciendo recados a gente de dudosa reputación e incluso peleando en tabernas de mala muerte por unos míseros francos.
La cabaña tenía un pequeño porche con un viejo banco al lado de la puerta principal. Apoyó suavemente a Aurora en el banco mientras abría la puerta. Volvió a cogerla en brazos y con cuidado de no golpearle la cabeza con el marco de la puerta entró en la cabaña. Casi tropieza con el tablón suelto, pero por fortuna se acordó y lo esquivó sin problema.
Por dentro, la cabaña no tenía muchos lujos, por no decir ninguno. En un lado tenía un pequeño mueble con algunos utensilios para preparar la comida, una pequeña despensa donde guardaba los conejos que había cazado y una billa con agua potable. Al otro lado había una chimenea, de dimensiones muy reducidas. Raff estaba especialmente orgulloso de la chimenea. Era la única parte de la cabaña hecha en piedra, para aislar el fuego de la madera. Al lado de la chimenea tenía un montón de leña preparada para encender el fuego y una rejilla que utilizaba para asar carne o colocar algún puchero. Enfrente a la chimenea había un pequeño sillón algo desvencijado ya por los años, con unos cojines deshilachados y una manta que utilizaba en los días más fríos del año. En la habitación de al lado estaba su dormitorio con una cama con mantas verdes y un armario donde guardaba la poca ropa que tenía.
Dejó a Aurora en el sofá con cuidado, colgó la chaqueta en un gancho detrás de la puerta de entrada y se acercó a la chimenea para encender el fuego. Llenó un puchero con agua y la puso a hervir, mientras cortaba unas pocas verduras y unos trozos de uno de los conejos para hacer un caldo. Tenía la esperanza de que Aurora despertara pronto y poder ofrecerle algo caliente.
Dejó el caldo al fuego dejando que el olor de la comida llenara la estancia. Estaba preocupado por lo que pensaría Aurora al despertar, no había lujos en esa cabaña, solo tenía lo justo para vivir, a Raff no le impresionaban las grandes mansiones con lamparas de araña gigantescas colgando del techo. El solo quería un pequeño hogar donde nadie le molestara. Su cabaña era el sitio ideal, estaba lo suficientemente alejada para que ningún cazador le diera problemas y el resto de seres sobrenaturales no se acercarían por respeto a Raff.
Con estos pensamientos en la cabeza Raff preparó la mesa, tuvo que ir a buscar una silla a la parte de atrás, donde tenía un pequeño almacén, no acostumbraba a tener visita y en la mesa del comedor, por llamar de alguna manera a la pequeña mesa que había detrás del sofá, únicamente tenía una silla. Con la mesa puesta preparada para dos, se acercó al puchero donde hervían las verduras y el conejo y se sentó a esperar que la cena estuviese lista, contemplando el fuego ensimismado de espaldas a Aurora que descansaba en el sillón.
La cabaña tenía un pequeño porche con un viejo banco al lado de la puerta principal. Apoyó suavemente a Aurora en el banco mientras abría la puerta. Volvió a cogerla en brazos y con cuidado de no golpearle la cabeza con el marco de la puerta entró en la cabaña. Casi tropieza con el tablón suelto, pero por fortuna se acordó y lo esquivó sin problema.
Por dentro, la cabaña no tenía muchos lujos, por no decir ninguno. En un lado tenía un pequeño mueble con algunos utensilios para preparar la comida, una pequeña despensa donde guardaba los conejos que había cazado y una billa con agua potable. Al otro lado había una chimenea, de dimensiones muy reducidas. Raff estaba especialmente orgulloso de la chimenea. Era la única parte de la cabaña hecha en piedra, para aislar el fuego de la madera. Al lado de la chimenea tenía un montón de leña preparada para encender el fuego y una rejilla que utilizaba para asar carne o colocar algún puchero. Enfrente a la chimenea había un pequeño sillón algo desvencijado ya por los años, con unos cojines deshilachados y una manta que utilizaba en los días más fríos del año. En la habitación de al lado estaba su dormitorio con una cama con mantas verdes y un armario donde guardaba la poca ropa que tenía.
Dejó a Aurora en el sofá con cuidado, colgó la chaqueta en un gancho detrás de la puerta de entrada y se acercó a la chimenea para encender el fuego. Llenó un puchero con agua y la puso a hervir, mientras cortaba unas pocas verduras y unos trozos de uno de los conejos para hacer un caldo. Tenía la esperanza de que Aurora despertara pronto y poder ofrecerle algo caliente.
Dejó el caldo al fuego dejando que el olor de la comida llenara la estancia. Estaba preocupado por lo que pensaría Aurora al despertar, no había lujos en esa cabaña, solo tenía lo justo para vivir, a Raff no le impresionaban las grandes mansiones con lamparas de araña gigantescas colgando del techo. El solo quería un pequeño hogar donde nadie le molestara. Su cabaña era el sitio ideal, estaba lo suficientemente alejada para que ningún cazador le diera problemas y el resto de seres sobrenaturales no se acercarían por respeto a Raff.
Con estos pensamientos en la cabeza Raff preparó la mesa, tuvo que ir a buscar una silla a la parte de atrás, donde tenía un pequeño almacén, no acostumbraba a tener visita y en la mesa del comedor, por llamar de alguna manera a la pequeña mesa que había detrás del sofá, únicamente tenía una silla. Con la mesa puesta preparada para dos, se acercó al puchero donde hervían las verduras y el conejo y se sentó a esperar que la cena estuviese lista, contemplando el fuego ensimismado de espaldas a Aurora que descansaba en el sillón.
Raff Pecok- Cambiante Clase Baja
- Mensajes : 16
Fecha de inscripción : 30/10/2017
Localización : Zona de Bosques
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Un nuevo día [Privado]
En cuanto se despertó, Aurora yacía acostada en un pequeño sillón. Se sentía desorientada, y lo primero que hizo al abrir los ojos, fue analizar lo que había a su alrededor con detenimiento. Era una casita hecha casi toda de madera, no muy lujosa, pero tenía lo básico para cubrir las necesidades de una persona. Se veía acogedora, y eso la tranquilizó.
Luego, el olor a comida invadió sus fosas nasales, y, acto seguido, sus tripas rugieron de una manera bastante sonora, haciendo que la chica se sonrojase de inmediato. Tenía mucha hambre, y parecía que hoy iba a darse un buen festín.
Al fijarse en el puchero donde se estaba cocinando algo que tenía todas las papeletas de estar delicioso, vio a Raff sentado en una silla y comenzó a recordar todo lo que había pasado hasta que se desmayó. Seguramente la había cogido en brazos y llevado hasta su hogar. Lo que todavía no comprendía demasiado bien era la razón. ¿Alguien ayudando a otra persona desinteresadamente, con los tiempos que corrían? No era común.
Como el hombre estaba dándole la espalda, y por lo tanto no se percataba de que se hubiese despertado, la muchacha se levantó del sillón poco a poco y comenzó a caminar hacia él con una sonrisa. -Hola Raff. Siento que hayas tenido que carretar conmigo hasta aquí, no quería ser una molestia...- Dijo, mientras rascaba su nuca con su mano izquierda, avergonzada por la situación. -Muchas gracias por traerme hasta tu hogar, es muy acogedor.- En ese instante, se dio cuenta de que estaba en una casa ajena, y no era su intención usurpar ni la vida ni los recursos de nadie. -Y... No te preocupes por mí, estoy bien. Mi cuerpo falla de vez en cuando, como ya has visto, pero es algo normal, no me va a pasar nada. Yo... Me iré cuanto antes, no quiero ser una carga para ti.-
Después de decir esto, su mente fue invadida por infinitas preguntas acerca del joven, tales como el por qué de la ayuda que le había decidido proporcionar a ella en vez de a cualquier otra persona. Por su naturaleza curiosa, quería esclarecerlas cuanto antes, pero todo en su debido momento.
Miró por una de las ventanas del habitáculo, y lo primero que vio fue la luna. -Luna llena...- Pensó, invadiéndole la nostalgia. Estaba en el bosque, se sentía bien al haber vuelto, pero por otra parte tenía miedo. No quería que sus seres queridos la encontraran y se preocuparan en ningún momento por ella a causa de su estado. Al pensar en esto, rodeó su cintura con sus brazos, apretándosela un poco, notando los huesos de sus caderas y costillas, que contrastaban con su vientre abultado. En ese momento, su mente se quedó en blanco, provocando que todo lo que la rodeaba desapareciese de su cabeza por unos segundos.
Luego, el olor a comida invadió sus fosas nasales, y, acto seguido, sus tripas rugieron de una manera bastante sonora, haciendo que la chica se sonrojase de inmediato. Tenía mucha hambre, y parecía que hoy iba a darse un buen festín.
Al fijarse en el puchero donde se estaba cocinando algo que tenía todas las papeletas de estar delicioso, vio a Raff sentado en una silla y comenzó a recordar todo lo que había pasado hasta que se desmayó. Seguramente la había cogido en brazos y llevado hasta su hogar. Lo que todavía no comprendía demasiado bien era la razón. ¿Alguien ayudando a otra persona desinteresadamente, con los tiempos que corrían? No era común.
Como el hombre estaba dándole la espalda, y por lo tanto no se percataba de que se hubiese despertado, la muchacha se levantó del sillón poco a poco y comenzó a caminar hacia él con una sonrisa. -Hola Raff. Siento que hayas tenido que carretar conmigo hasta aquí, no quería ser una molestia...- Dijo, mientras rascaba su nuca con su mano izquierda, avergonzada por la situación. -Muchas gracias por traerme hasta tu hogar, es muy acogedor.- En ese instante, se dio cuenta de que estaba en una casa ajena, y no era su intención usurpar ni la vida ni los recursos de nadie. -Y... No te preocupes por mí, estoy bien. Mi cuerpo falla de vez en cuando, como ya has visto, pero es algo normal, no me va a pasar nada. Yo... Me iré cuanto antes, no quiero ser una carga para ti.-
Después de decir esto, su mente fue invadida por infinitas preguntas acerca del joven, tales como el por qué de la ayuda que le había decidido proporcionar a ella en vez de a cualquier otra persona. Por su naturaleza curiosa, quería esclarecerlas cuanto antes, pero todo en su debido momento.
Miró por una de las ventanas del habitáculo, y lo primero que vio fue la luna. -Luna llena...- Pensó, invadiéndole la nostalgia. Estaba en el bosque, se sentía bien al haber vuelto, pero por otra parte tenía miedo. No quería que sus seres queridos la encontraran y se preocuparan en ningún momento por ella a causa de su estado. Al pensar en esto, rodeó su cintura con sus brazos, apretándosela un poco, notando los huesos de sus caderas y costillas, que contrastaban con su vientre abultado. En ese momento, su mente se quedó en blanco, provocando que todo lo que la rodeaba desapareciese de su cabeza por unos segundos.
Aurora Rose- Humano Clase Baja
- Mensajes : 123
Fecha de inscripción : 31/10/2017
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Un nuevo día [Privado]
Mirando el fuego no se percató de que Aurora se había levantado hasta que habló. -No te preocupes por mí, estoy bien. Mi cuerpo falla de vez en cuando, como ya has visto, pero es algo normal, no me va a pasar nada. Yo... Me iré cuanto antes, no quiero ser una carga para ti-. En realidad Raff entendía el dilema de Aurora. ¿En que estaba pensando? Ella podía entender esto como un secuestro, pero Raff solo pretendía prestar la ayuda que a él le hubiera gustado tener cuando vivía en la calle. Además si Aurora se fuese ahora, podría encontrar peligros en el bosque mucho mayores que en el mercado.
No, no podía dejarla sola, estaba embarazada y Raff sabía que no duraría mucho a la intemperie. Tenía que convencerla para que se quedara, aunque solo fuera esta noche. Al día siguiente ya verían que hacer. Pero esta noche Aurora debía quedarse en la cabaña.
Sin darse la vuelta le dijo -Si quieres irte no te detendré, pero la cena está casi lista, y el bosque es peligroso de noche... Y más con luna llena- Intentó hablar con tranquilidad, no quería asustarla -No eres ninguna carga, tengo comida de sobra-. Se levantó y la miró. A la luz del fuego la joven relucía de manera especial y aunque estaba demasiado delgada a causa de la desnutrición, su vientre dejaba entrever una pequeña curva que revelaba su estado a cualquiera que mirara con atención. A pesar de estar algo sucia y en unas condiciones horribles después de a saber cuanto tiempo viviendo en la calle, era muy guapa. Sus ojos relucían de manera especial cuando miró por la ventana y la luna llena iluminó sus rasgos -Tiene ojos salvajes... - Pensó hipnotizado.
Saliendo de su ensimismamiento dijo seriamente -No te preocupes por nada Aurora, no dejaré que te ocurra nada malo. A ninguno de los dos...- le dijo desviando la mirada hacia su vientre para, acto seguido, apartarla lentamente y dirigirla de nuevo hacia el fuego -Me gustaría conocer tu historia- Su voz en un susurro dijo esto más para si mismo que para ella.
No, no podía dejarla sola, estaba embarazada y Raff sabía que no duraría mucho a la intemperie. Tenía que convencerla para que se quedara, aunque solo fuera esta noche. Al día siguiente ya verían que hacer. Pero esta noche Aurora debía quedarse en la cabaña.
Sin darse la vuelta le dijo -Si quieres irte no te detendré, pero la cena está casi lista, y el bosque es peligroso de noche... Y más con luna llena- Intentó hablar con tranquilidad, no quería asustarla -No eres ninguna carga, tengo comida de sobra-. Se levantó y la miró. A la luz del fuego la joven relucía de manera especial y aunque estaba demasiado delgada a causa de la desnutrición, su vientre dejaba entrever una pequeña curva que revelaba su estado a cualquiera que mirara con atención. A pesar de estar algo sucia y en unas condiciones horribles después de a saber cuanto tiempo viviendo en la calle, era muy guapa. Sus ojos relucían de manera especial cuando miró por la ventana y la luna llena iluminó sus rasgos -Tiene ojos salvajes... - Pensó hipnotizado.
Saliendo de su ensimismamiento dijo seriamente -No te preocupes por nada Aurora, no dejaré que te ocurra nada malo. A ninguno de los dos...- le dijo desviando la mirada hacia su vientre para, acto seguido, apartarla lentamente y dirigirla de nuevo hacia el fuego -Me gustaría conocer tu historia- Su voz en un susurro dijo esto más para si mismo que para ella.
Raff Pecok- Cambiante Clase Baja
- Mensajes : 16
Fecha de inscripción : 30/10/2017
Localización : Zona de Bosques
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Un nuevo día [Privado]
Volviendo de nuevo a la realidad, después de haberse evadido unos segundos de todo lo que ocurría a su alrededor, escuchó a Raff hablar. -Si quieres irte no te detendré, pero la cena está casi lista, y el bosque es peligroso de noche... Y más con luna llena.- Sabía de sobras que esos días en concreto eran especialmente peligrosos, pero ya no le asustaban. Había vivido bastantes años en los bosques, y nada de esto era nuevo para ella.
-No te preocupes por nada Aurora, no dejaré que te ocurra nada malo. A ninguno de los dos...- Esto sorprendió a la joven. Le recordaba a Kray cuando la había encontrado, siendo ella adolescente. Esto le aportó todavía más confianza, y sus ojos comenzaron a humedecerse, emocionada por esta frase. -Muchas gracias por preocuparte por nosotros, Raff... Te debo la vida.- Cerró sus párpados al pronunciar esto último, para intentar que su cuerpo dejase de fabricar lágrimas, pero no lo consiguió. Estas se deslizaron por sus mejillas en cuanto volvió a abrirlos, aunque en seguida se las secó con su mano derecha. Luego, esbozó una sonrisa de alivio al sentirse protegida, y dejó conducirse por el muchacho hasta el fuego.
En un ligero susurro, Aurora comprendió que el joven quería conocer su historia. Lo miró fijamente, y comenzó a hablar. -La verdad es que me inspiras mucha confianza, Raff, así que no creo que tenga motivos para ocultarte nada. Si quieres saber mi historia, te la contaré. Pregúntame lo que quieras.- Hizo una breve pausa, y en seguida retomó lo que estaba diciendo. -Lo primero, quizás te resulte extraño, pero yo también estuve viviendo en el bosque durante bastante tiempo, así que sé lo que se cuece dentro de él. A mí también me gustaría saber acerca de ti. Puedes engañarme si quieres, lo entiendo, pero si decides no hacerlo, quiero que sepas que nada de lo que se hable aquí saldrá de esta casa. Sé los peligros que corren ciertas especies si alguien inadecuado descubre su secreto.-
Diciendo esto, podría estar metiéndose en problemas. A lo mejor era un simple humano que desconocía la existencia de otras razas, o peor aun, un cazador que podría hacerle preguntas y sonsacarle información acerca de sus seres queridos para luego deshacerse de ellos; pero Raff no le causaba esa impresión.
-Adelante, sabes cuándo miento y cuándo no, ¿verdad? Eso debería de ser suficiente para creer o no creer en mí, y decidir si contarme o no sobre ti.- Sus intensos ojos azules profundizaron en los de él, como si tratase de desnudar su interior.
-No te preocupes por nada Aurora, no dejaré que te ocurra nada malo. A ninguno de los dos...- Esto sorprendió a la joven. Le recordaba a Kray cuando la había encontrado, siendo ella adolescente. Esto le aportó todavía más confianza, y sus ojos comenzaron a humedecerse, emocionada por esta frase. -Muchas gracias por preocuparte por nosotros, Raff... Te debo la vida.- Cerró sus párpados al pronunciar esto último, para intentar que su cuerpo dejase de fabricar lágrimas, pero no lo consiguió. Estas se deslizaron por sus mejillas en cuanto volvió a abrirlos, aunque en seguida se las secó con su mano derecha. Luego, esbozó una sonrisa de alivio al sentirse protegida, y dejó conducirse por el muchacho hasta el fuego.
En un ligero susurro, Aurora comprendió que el joven quería conocer su historia. Lo miró fijamente, y comenzó a hablar. -La verdad es que me inspiras mucha confianza, Raff, así que no creo que tenga motivos para ocultarte nada. Si quieres saber mi historia, te la contaré. Pregúntame lo que quieras.- Hizo una breve pausa, y en seguida retomó lo que estaba diciendo. -Lo primero, quizás te resulte extraño, pero yo también estuve viviendo en el bosque durante bastante tiempo, así que sé lo que se cuece dentro de él. A mí también me gustaría saber acerca de ti. Puedes engañarme si quieres, lo entiendo, pero si decides no hacerlo, quiero que sepas que nada de lo que se hable aquí saldrá de esta casa. Sé los peligros que corren ciertas especies si alguien inadecuado descubre su secreto.-
Diciendo esto, podría estar metiéndose en problemas. A lo mejor era un simple humano que desconocía la existencia de otras razas, o peor aun, un cazador que podría hacerle preguntas y sonsacarle información acerca de sus seres queridos para luego deshacerse de ellos; pero Raff no le causaba esa impresión.
-Adelante, sabes cuándo miento y cuándo no, ¿verdad? Eso debería de ser suficiente para creer o no creer en mí, y decidir si contarme o no sobre ti.- Sus intensos ojos azules profundizaron en los de él, como si tratase de desnudar su interior.
Aurora Rose- Humano Clase Baja
- Mensajes : 123
Fecha de inscripción : 31/10/2017
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Un nuevo día [Privado]
Cuando Aurora dijo eso, todo el cuerpo de Raff se tensó. Durante años había huido de cazadores y sabía como defenderse. Sin embargo Aurora le transmitía confianza, y eso era muy difícil de conseguir.
Ella conocía la existencia de seres sobrenaturales, pero no sabía lo que era él. Sus misteriosos ojos azules se mantenían clavados en su mirada, interrogantes. Durante un instante Raff pensó que quizá hubiera cometido un error, que no debería haber metido a una desconocida en su propia casa. Pero enseguida disipó esas dudas, no, su aura no mentía, no había hostilidad por ninguna parte. Raff relajó los músculos y le devolvió la mirada.
Lentamente se dio la vuelta y cogió la cacerola del fuego, la apartó y mientras echaba el contenido humeante en dos platos le dijo a Aurora -Está bien. ¿Porqué conoces la existencia de ciertas especies?- Estaba claro que ella era humana, pero no es habitual que supieran de la existencia de criaturas sobrenaturales así por que si. -¿Como sobreviviste en el bosque?-. Le entregó a Aurora el plato y le indicó con un pequeño gesto que se sentara a la mesa -Cuidado, quema-
Raff se sentó con su propio plato, mirando a Aurora. Estaba fascinado, una humana que vivía en la calle, visiblemente débil y que llevaba una vida en su vientre. No debería haber sobrevivido ni una semana. Pero aun así ahí estaba. Debía de tener un carácter increíble, su aura rebosaba fuerza interior. Esperó paciente a que ella se decidiera a empezar a hablar, seguramente su historia no sería fácil de contar.
Ella conocía la existencia de seres sobrenaturales, pero no sabía lo que era él. Sus misteriosos ojos azules se mantenían clavados en su mirada, interrogantes. Durante un instante Raff pensó que quizá hubiera cometido un error, que no debería haber metido a una desconocida en su propia casa. Pero enseguida disipó esas dudas, no, su aura no mentía, no había hostilidad por ninguna parte. Raff relajó los músculos y le devolvió la mirada.
Lentamente se dio la vuelta y cogió la cacerola del fuego, la apartó y mientras echaba el contenido humeante en dos platos le dijo a Aurora -Está bien. ¿Porqué conoces la existencia de ciertas especies?- Estaba claro que ella era humana, pero no es habitual que supieran de la existencia de criaturas sobrenaturales así por que si. -¿Como sobreviviste en el bosque?-. Le entregó a Aurora el plato y le indicó con un pequeño gesto que se sentara a la mesa -Cuidado, quema-
Raff se sentó con su propio plato, mirando a Aurora. Estaba fascinado, una humana que vivía en la calle, visiblemente débil y que llevaba una vida en su vientre. No debería haber sobrevivido ni una semana. Pero aun así ahí estaba. Debía de tener un carácter increíble, su aura rebosaba fuerza interior. Esperó paciente a que ella se decidiera a empezar a hablar, seguramente su historia no sería fácil de contar.
Raff Pecok- Cambiante Clase Baja
- Mensajes : 16
Fecha de inscripción : 30/10/2017
Localización : Zona de Bosques
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Un nuevo día [Privado]
Aurora persiguió a Raff con la mirada mientras iba a por la comida. Su estómago comenzó a gruñir de sólo pensar que en menos de nada tendría algo que llevarse a la boca. A su vez, escuchó las preguntas que le planteaba. No tenía ningún problema en responderlas, pero no sería fácil. Recordar su pasado era doloroso para ella, pero si eso iba a mejorar la relación y la confianza entre ellos dos, bienvenido fuese.
En cuanto el hombre le entregó el plato, lo cogió con las dos manos y comenzó a sorber de este, sin haberse dado cuenta de que el contenido todavía estaba demasiado caliente. A causa de esto, se quemó el labio superior y una mueca de dolor invadió su cara. Luego apoyó el plato en la mesa y comenzó a reír ligeramente, algo avergonzada. -Perdona, el hambre es lo que tiene, ni siguiera había reparado en que la comida estaba recién sacada del fuego.- Acto seguido, rascó su nuca con una de sus manos, algo sonrojada por su torpeza.
Cogió aire profundamente, lo soltó en un suspiro, y mientras esperaba a que el alimento que le habían ofrecido enfriase, decidió esclarecer las dudas del varón, con una expresión seria y una mirada fija a los ojos del contrario.
-Mi historia es algo complicada de relatar... Así que haré un pequeño resumen de ciertas cuestiones importantes para responder a esas dos preguntas que me has hecho. Luego, si quieres que profundice en algo que he contado de manera más superficial, no dudes en decírmelo.- Hizo una pausa de unos segundos, y continuó.
-Para empezar, mis padres y yo vivíamos en España hasta que nos ofrecieron unas mejores condiciones de vida y trabajo en París. Viajamos a Francia para ello al comenzar mi adolescencia, y allí nos encontramos con que nos habían estafado. Obligaron a mi madre a... Prostituírse y... Asesinaron a mi padre delante de mí...- Su voz comenzó a titubear, y sus ojos se llenaron de lágrimas. A pesar de ello reunió toda la fuerza que tenía, y siguió hablando.
-¿Quiénes eran esos criminales? Te preguntarás. Pues bien, eran vampiros. Lo supe por la forma en que mataban. Se bebieron hasta la última gota de sangre de mi padre. Esa fue la primera vez que tuve contacto con un ser sobrenatural. Por suerte, pude escapar de allí, y corriendo sin parar llegué a un bosque, donde me escondí de ellos.- Sus lágrimas se deslizaron por sus mejillas al rememorar todo, y bajó la mirada.
-Ya... Ya allí, Kray, un hombre lobo, me... Digamos que me adoptó. Me cuidó como si fuese su hija desde ese momento hasta hace unos meses, y bueno... Por eso he logrado sobrevivir en los bosques, principalmente. A parte, también he estado trabajando sin parar, lo que nos ayudaba algo económicamente. Por lo tanto, conozco a estas dos especies bastante bien, y a algún que otro tipo más de ser sobrenatural, pero no en profundidad. Espero que mis respuestas te hayan aclarado algo acerca de mí. Cualquier cosa que quieras saber, pregunta. Todavía me queda mucho por decir.-
Aun con la vista baja, observó que el plato ya no echaba humo, así que decidió dar de nuevo un sorbo a este. Esta vez pudo tomarlo perfectamente, así que en menos de nada acabó la comida, y suspiró del alivio al tener el estómago algo más lleno.
Posó las manos sobre su vientre, y lo acarició. -Muchas gracias por el caldo, estaba delicioso.- Alzó la mirada, y esbozó una sonrisa de alivio. -Ahora, si me permites, es mi turno. Si puedo saber... ¿Qué es lo que eres en realidad? No me pareces un simple humano, la verdad. Y, ¿cómo es que vives solo? Por lo que conozco, los de otras especies, y más las que vivís en los bosques, soléis estar agrupados.-
En parte se sentía mejor al haber confiado de nuevo en alguien e incluso haber llegado hasta el punto de contar su historia. Se había quitado un gran peso de encima. Muy pocos sabían acerca de su pasado, y ella había decidido que él tenía que ser una de esas personas. Ahora, Raff era su confidente.
En cuanto el hombre le entregó el plato, lo cogió con las dos manos y comenzó a sorber de este, sin haberse dado cuenta de que el contenido todavía estaba demasiado caliente. A causa de esto, se quemó el labio superior y una mueca de dolor invadió su cara. Luego apoyó el plato en la mesa y comenzó a reír ligeramente, algo avergonzada. -Perdona, el hambre es lo que tiene, ni siguiera había reparado en que la comida estaba recién sacada del fuego.- Acto seguido, rascó su nuca con una de sus manos, algo sonrojada por su torpeza.
Cogió aire profundamente, lo soltó en un suspiro, y mientras esperaba a que el alimento que le habían ofrecido enfriase, decidió esclarecer las dudas del varón, con una expresión seria y una mirada fija a los ojos del contrario.
-Mi historia es algo complicada de relatar... Así que haré un pequeño resumen de ciertas cuestiones importantes para responder a esas dos preguntas que me has hecho. Luego, si quieres que profundice en algo que he contado de manera más superficial, no dudes en decírmelo.- Hizo una pausa de unos segundos, y continuó.
-Para empezar, mis padres y yo vivíamos en España hasta que nos ofrecieron unas mejores condiciones de vida y trabajo en París. Viajamos a Francia para ello al comenzar mi adolescencia, y allí nos encontramos con que nos habían estafado. Obligaron a mi madre a... Prostituírse y... Asesinaron a mi padre delante de mí...- Su voz comenzó a titubear, y sus ojos se llenaron de lágrimas. A pesar de ello reunió toda la fuerza que tenía, y siguió hablando.
-¿Quiénes eran esos criminales? Te preguntarás. Pues bien, eran vampiros. Lo supe por la forma en que mataban. Se bebieron hasta la última gota de sangre de mi padre. Esa fue la primera vez que tuve contacto con un ser sobrenatural. Por suerte, pude escapar de allí, y corriendo sin parar llegué a un bosque, donde me escondí de ellos.- Sus lágrimas se deslizaron por sus mejillas al rememorar todo, y bajó la mirada.
-Ya... Ya allí, Kray, un hombre lobo, me... Digamos que me adoptó. Me cuidó como si fuese su hija desde ese momento hasta hace unos meses, y bueno... Por eso he logrado sobrevivir en los bosques, principalmente. A parte, también he estado trabajando sin parar, lo que nos ayudaba algo económicamente. Por lo tanto, conozco a estas dos especies bastante bien, y a algún que otro tipo más de ser sobrenatural, pero no en profundidad. Espero que mis respuestas te hayan aclarado algo acerca de mí. Cualquier cosa que quieras saber, pregunta. Todavía me queda mucho por decir.-
Aun con la vista baja, observó que el plato ya no echaba humo, así que decidió dar de nuevo un sorbo a este. Esta vez pudo tomarlo perfectamente, así que en menos de nada acabó la comida, y suspiró del alivio al tener el estómago algo más lleno.
Posó las manos sobre su vientre, y lo acarició. -Muchas gracias por el caldo, estaba delicioso.- Alzó la mirada, y esbozó una sonrisa de alivio. -Ahora, si me permites, es mi turno. Si puedo saber... ¿Qué es lo que eres en realidad? No me pareces un simple humano, la verdad. Y, ¿cómo es que vives solo? Por lo que conozco, los de otras especies, y más las que vivís en los bosques, soléis estar agrupados.-
En parte se sentía mejor al haber confiado de nuevo en alguien e incluso haber llegado hasta el punto de contar su historia. Se había quitado un gran peso de encima. Muy pocos sabían acerca de su pasado, y ella había decidido que él tenía que ser una de esas personas. Ahora, Raff era su confidente.
Aurora Rose- Humano Clase Baja
- Mensajes : 123
Fecha de inscripción : 31/10/2017
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Temas similares
» ¿De nuevo tú? [PRIVADO]
» Un nuevo malentendido (Privado)
» Un nuevo amanecer [Privado]
» Un nuevo amanecer [Privado]
» Un nuevo comienzo | Privado
» Un nuevo malentendido (Privado)
» Un nuevo amanecer [Privado]
» Un nuevo amanecer [Privado]
» Un nuevo comienzo | Privado
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour