Notte rossa, cuore bianco (Privado)

por **Jianna Scogliere** Miér Nov 29, 2017 8:20 pm

¿Porqué los bosques eran su lugar preferido? tal vez porque en ellos podía ilusionarse que se encontraba en aquellos bosques cercanos a su Turín natal, que si continuaba cabalgando por unos minutos mas, podría encontrarse con su querido hermano. Cuantas noches, había dejado su mansión, con la sola idea de internarse en ellos, y llamar a su hermano. Claro que sabe que él esta muerto, pero allí, en mitad de la noche, rodeada de peligros, siente que de alguna manera él viene a luchar con ella. Siempre a su lado, como cuando aún era una adolescente y juntos salían en busca de alguna presa. Tarde comprendió que las presas que solía cazar junto a su querido Piero, no eran las mismas que él cazaba en noches de luna llena, o en cementerios abandonados, no, él se había encargado de ocultar la verdad, Hasta que ésta golpeó en el rostro de la italiana, con la fuerza de un rayo, el día en que trajeron los soldados de su padre, el cuerpo ensangrentado de su amado fratello.

Llorando desconsolada, se había abrazado al pecho inerte de Piero, mientras oía a su padre maldecir y llamar a gritos a su guarda personal, para salir apenas la noche se presentó. ¿Porqué cazar de noche? ¿cual había sido el animal que matara de tal forma a su adorado hermano? no lo supo, hasta que el mismo Piero, le suplicara terminar con su maldita existencia, la noche en que se presentó en su habitación, con su bello rostro pálido como el mármol, su boca roja y sus labios manchados de sangre, - Jianna, picola bambina, por favor, matame, matame antes que ésta maldición me lleve a herirte -, y aunque había intentado resistirse, aquel ser ya no era su hermano, entre gritos espantosos, el vampiro que alguna vez había sido parte de su familia, se abalanzó contra ella. Asustada, con sus manos temblando, sostenía una ballesta que usando flechas de plata, embebidas en agua bendita, estaban destinadas a repeler a los inmortales, aunque no a matarlos. Jianna, cerró sus ojos giró su rostro y disparó, escuchando el aullido del inmortal, que como si por un instante la locura le dejara, suplicó a su hermana para que le matara - solo cortando mi cabeza acabaré descansando en paz... te lo suplico... hazlo - dijo su fratello, al instante en caer herido en el piso de la habitación.

Jianna, en medio de la obscura arboleda del bosque de París, recordaba aquella fatídica noche, sus manos estaban bañadas en la sangre de su hermano, odiaba a los vampiros por lo que le habían hecho a su hermano, pero mas aún por haberla convertido en una fratricida. Aquella cuenta jamás se saldaría, podría matar a mil inmortales y no llegaría a menguar el dolor de haber tenido que asesinar a Piero. Las lagrimas bañaron sus mejillas, su mandíbula se tensó al momento de escuchar ruidos que no eran típicos de la vida del bosque en la noche profunda. Silenciosa, como la letal asesina que era, se escondió entre los arboles, mientras, lejos de allí, en las margenes del lago, su caballo le esperaba paciente, sabiendo que en cuanto acabara con la vida de un vampiro mas, iría a buscarlo para regresar a la ciudad, con la cuita saldada, por lo menos, una noche mas.

por **Raoul Bowlby** Miér Dic 27, 2017 12:07 am

Con la respiración entrecortada por el esfuerzo, el rosto pálido del miedo y el corazón agitado en su pecho, Raoul Bowlby corría como alma que persigue el diablo por la zona boscosa. Ocultándose entre arbustos se detenía a tomar algo de aire antes de continuar con su huida, esa que sabía no le resultaría de nada, después de todo, ¿Qué mortal tenía realmente alguna posibilidad contra un sobrenatural, en especial si iba desarmado?. Esa terrible noche, que muy probablemente sería la última de su corta vida, Raoul había asistido solo a una reunión con quienes habían sido las amistades del verdadero Bowlby. Si bien la idea de pasar una velada al lado de personas que le eran completamente desconocidas no era su ideal, se había obligado a si mismo a poner buena cara e ir, para satisfacer a la pareja que simulaban ser sus padres y que tanto le habían ofrecido. Cierto era que durante el transcurso de la velada todo pareció normal. Raoul charló con amigos de la infancia del Bowlby muerto, bebió con algunos otros amigos más recientes y rió de viejas anécdotas con los primos que poseía que eran de su edad; pero fue en el trayecto de regreso, cuando su cochero detecto que eran perseguidos y en un intento por desviar a los perseguidores se adentró en el bosque, donde pronto fueron interceptados por el hombre que les perseguía y quien resultó ser un inmortal.

Aquel vampiro, pidió al Bowlby que descendiera del carruaje, que no hiciera su trabajo más complicado y que le ahorrara la molestia de tener que asesinar también a su cochero. Con cautela, Raoul había descendido del carruaje, solo para escuchar como es que el inmortal le decía que aquello no era personal, que era meramente trabajo y que quienes lo querían muerto era su familia política. Escuchar aquello no sorprendió al joven pues ya desde que supo de la muerte del verdadero Raoul sospechó que la familia que tanto decía amarlo y extrañarlo durante su larga ausencia había sido la culpable del deceso del verdadero Bowlby, sin embargo, no creyó que actuarían tan pronto en su contra.

Aceptando de cierta manera su destino, Raoul comenzó a avanzar en dirección al inmortal, solo para que a medio camino su cochero saltará y armado, se enfrentara al vampiro.

Lo último que escucho entonces Raoul fue la voz de su cochero pidiéndole que corriera y no se detuviera hasta llegar a algún lugar público, que de eso dependería su supervivencia. Así que llevaba pues corriendo varios minutos cuando debió ocultarse en un nuevo arbusto para tomar aire e impulso antes de continuar con la carrera por su vida. Más antes de lanzarse nuevamente a la carrera, escuchó un ruido muy cerca de donde se encontraba y aterrorizado, creyendo que el vampiro estaba por alcanzarlo, salió de su escondite únicamente para toparse directamente con una joven.
– ¡CORRE! – fue lo único que pudo gritar antes de sujetar la mano de la muchacha y tirar de ella de manera desesperada.

por **Jianna Scogliere** Dom Ene 14, 2018 9:21 am

Había dado unos pasos hacia el lugar desde donde se oían aquellos ruidos, podía ser un cervatillo, algún tipo de animalillo, un roedor, un felino, alguno de los tantos perros abandonados en la ciudad que terminaban huyendo a la espesura del bosque, con el fin de cazar aluna rata, conejo o pájaro, ¿ero de noche?, eso no era tan común, en especial si pretendían cazar aves. - Entonces, puede ser un lobo - caviló, intentando recordar si la luna se encontraba en cuarto creciente, y cuantas noches faltaban para que se enseñoreara en el firmamento, llamando a sus hijos lobunos. - No, todavía faltan algunas semanas... entonces... ¿un brujo tal vez? - prosiguió con sus pensamientos, mientras se acercaba cada vez mas, con una de sus manos, presta para tomar el revolver que escondía en su cintura, a la altura de la espalda.

Un paso, dos pasos, se detuvo, inspiró lentamente, para que no la pudieran detectar, contuvo el aire y comenzó nuevamente su andar, un paso, dos paso, cuando iba a realizar el tercero, ya muy cerca del arbusto donde la joven creía, el animal se había refugiado, un bulto negro y de gran estatura surgió desde el follaje. Sorprendida, soltó el aire que contenían sus pulmones y trastabilló hacia atrás, a punto de perder el equilibrio.

La voz fuerte y varonil, cargada de firmeza, la hicieron callar, cuando el extraño, la tomó de la muñeca, sin miramiento alguno y tiró de ella, imperioso por salir corriendo de aquel lugar. Se notaba que estaba atemorizado, o mas bien aterrado. Jianna, dejó que la arrastrara, casi literalmente, unos cuantos metros. pero luego plantó sus pies en el húmedo suelo boscoso, - Deténgase, no sirve de nada huir, solo enfrentar la situación - le reclamó con firmeza, ¿como u hombre huía de aquello que lo atemorizaba? jamás habían hecho eso, los hombres de su familia, claro que ellos, conocían de bestias naturales y sobrenaturales, que tras enfrentarlas una y otra vez, habían logrado comprender la forma en que había que luchar contra ellas.

Sin esperar que el hombre reaccionara, se abalanzó sobre él, tirándolo al suelo y cubriéndose con las hojas muertas, algo húmedas y barrosas. Ella había quedado sobre él, con sus ojos muy cerca el uno del otro, sus labios a poca distancia. Con movimiento veloz, puso su mano en la boca del hombre y llevó el dedo indice a sus labios, indicando que hiciera silencio. Pronto pisadas pesadas y en diferentes direcciones, le hicieron comprender que el joven tenía razón por correr, intentando salvarse, pero que era inútil, si no poseía un arma, o algún elemento para defenderse.

Su mirada intensa, se posó en la ajena, esperaba que él fuera capaz de entender sus gestos, cerró los ojos una vez, y al volverlos a abrir, bajó su mano hasta su cintura, tomando el revolver, cargado con balas de plata. - Quédese quieto, si quiere vivir - susurró casi de manera imperceptible. Con otro movimiento veloz. puso el arma en la mano del hombre y tras dar una voltereta, desapareció entre los arboles, en busca de su presa. Aquel extraño le había traído un regalo, uno que no dejaría pasar por alto, podría al fin cobrar su cuota de venganza.

por **Raoul Bowlby** Miér Feb 14, 2018 11:30 pm

Estaba asustado y eso resultaba completamente normal cuando las personas comprendían a que se enfrentaban, y vaya que él sabía a lo que se enfrentaba. Antes de ser contratado por los Bowlby y convertido en un suplente del hijo verdadero de ellos, Raoul había vivido en las calles y en más de una ocasión, sido testigo de horrorosos encuentros entre humanos y sobrenaturales, mismos que en su mayoría, terminaban con la vida del humano finiquitada. De hecho, en una terrible noche, una que él juró durante años que fue un sueño, él mismo había sido atacado por un inmortal, un ser que cerca estuvo de acabar con su vida, de no ser porque de manera efectiva aparecieron un grupo de inquisidores. Aquellos hombres le salvaron de una muerte segura y le dieron refugio temporal en un lugar que ellos aseguraban seguro, sin embargo, la mala experiencia del ataque resultó tan traumática para un mucho más joven Raoul que su mente termino por olvidar todo lo sucedió, al menos hasta ese momento.

Encontrarse una vez más en peligro le atemorizaba tanto, que ni siquiera fue capaz de detenerse a pensar si es que la joven a la que encontraba y a la que ahora sujetaba firmemente mientras corría, era una ayudante del inmortal enviado a eliminarlo. Antes de que la mente del joven Bowlby pensará con mayor claridad, la joven se detuvo, provocando que Raoul casi se fuera de espaldas ante la forma tan brusca en que era frenado.
– ¡Tenemos que correr si queremos vivir! – le dijo a la chica, quien pronto le aseguro que escapar no serviría de nada. La realidad golpeo entonces al joven. Él, al igual que la muchacha sabía que correr significaba únicamente retrasar lo inevitable. Morir en aquel lugar, fingiendo ser alguien que no era. Al menos esperaba que los señores Bowlby le echaran en falta.

Raoul soltó la mano de la joven, dándose por vencido. Más de pronto, sintió un fuerte golpe en su cuerpo, uno que provoco que cayera al suelo, con el cuerpo de la muchacha sobre él y la mano derecha de ella impidiéndole el habla. Sorprendido y sinceramente fascinado, el Bowlby escucho a la joven decirle que permaneciera quieto si quería vivir, solo para después recibir de manos de ella un arma.
– ¿Qué harás? – preguntó en un susurró, más no recibió respuesta pues para cuando su pregunta fluyo de sus labios, la muchacha ya desaparecía en la oscuridad de la noche.

por **Jianna Scogliere** Mar Mar 06, 2018 6:58 pm

Tras dejarle seguro en aquel lugar entre los arboles, Jianna, fue en busca de aquel demonio, se bañaría en la sangre de aquel inmortal, cobraría su infinita ofrenda, como una forma de vengar la terrible e inevitable decisión de asesinar a su propio hermano, la noche que le suplicó lo matara. Mientras estuviera en sus manos, ningún vampiro volvería a tener la oportunidad de convertir a un humano en un monstruo sediento de sangre. ¿podía llegar ser convertida en un engendro como los que tanto detestaba?, claro que cabía la oportunidad, pero de ser así, ella misma se inmolaría, antes de hacer daño o matar a un ser inocente.

Con la mente puesta en su único objetivo, buscó por el bosque cercano, hasta que dió con el vampiro, era un hombre de mediana edad, mas en sus ojos color purpureo, demostraba con orgullo y prepotencia su naturaleza sobrenatural, - Vaya, vaya, lo que la noche trajo como aperitivo - fueron las palabras del inmortal al observarla, - no eres para nada desagradable a la vista, diría que tienes lo que necesito para calmar mis deseos de sangre y sexo - se rió mientras mojaba sus labios con su lengua, en una total actitud lasciva. Jianna tuvo que contener sus ganas de vomitar, odiaba a los hombres que poseían ese despreciable comportamiento, y en un inmortal era algo que desertaba sus instintos asesinos.

-¿A caso te sientes con suerte esta noche? ¿crees que serías capaz de dar a una mujer todo lo que necesita? - le contestó, intentando hacer que el vampiro se acercara a ella, sin prestar atención a los armas que la italiana mantenía ocultas, pero prontas para usar sobre el inmundo ser. La carcajada del vampiro se hicieron escuchar por gran parte del bosque - solo espera que mis manos y colmillos se apoderen de tu cuerpo, no podrás huir de mi... ésta será tu última noche - le gritó, mientras caía sobre ella, mas en ningún momento la cazadora mostró miedo alguno, le espero, segundo a segundo, milímetro a milímetro, lista para dar batalla.

por **Raoul Bowlby** Vie Mar 23, 2018 10:50 pm

Se quedó inmóvil en su sitió, sintiendo el frió metal del arma en sus manos y el corazón latiéndole desbocado en el pecho puesto que todo sucedió tan rápido que aún no sabía si estaba ocurriendo de verdad. Había sido atacado, su vida estaba en peligro y de manera milagrosa, una mujer le entregaba para su defensa un arma que él no tenía ni idea de cómo usar. Raoul, aunque no siempre fue parte de la clase alta de Francia, jamás tuvo que sujetar un arma, quizás entrar en una que otra pelea sí, pero jamás tomó entre sus manos algo que pudiera acabar definitivamente con una vida.
– ¿Qué estoy haciendo? – se preguntó a si mismo, antes de levantarse del sitio donde se encontraba.

El Bowlby sabía que la única opción que tenía contra un ser sobrenatural era si usaba el arma que le fuera entregada por la muchacha, ya que de otra manera, sería solo un juguete. Por eso fue asiendo firme el arma, se movió con cautela, buscando al vampiro pero sobre todo a la chica, ya que aunque en ese momento podía definirse a si mismo como un cobarde, por más miedo que tuviera a morir, no pensaba abandonar a una mujer.

Para su buena o mala suerte, no tuvo que caminar mucho, pues pronto, encontró bañados bajo la luz de la luna y las estrellas, tanto al inmortal como a la chica. El despreciable ser de la noche amenazaba con tomar no solo la vida de la muchacha sino también su cuerpo y aunque a Raoul le sorprendió la entereza con que ella recibió la amenaza así como la manera en que respondía, le sorprendió aún más su propia reacción ante el siguiente movimiento del vampiro.

El inmortal, confiado o centrado completamente en la muchacha, pareció olvidarse por un par de minutos de la presencia de Raoul, quien al ver como es que el vampiro caía sobre el cuerpo de la fémina, estiro el arma y disparó, dando la bala en la espalda del vampiro que soltó una maldición para acto seguido, girarse y observar con odio al Bowlby.

por **Jianna Scogliere** Dom Jun 03, 2018 10:16 am

Todo pasaba con la velocidad de los acontecimientos en mitad de un sueño. Lo que vivía parecía casi irracional, casi onírico. El vampiro que a penas uno segundos atrás, se lanzara sobre ella y aferrara con sus manos los brazos de Jianna, la soltó en el instante que la bala se introdujo en su espalda. Por sobre el hombro del vampiro, había visto al caballero, quien se había incorporado y caminaba hacia ellos. El arma en la mano, temblaba levemente, pero al momento de apuntar y disparar la había aferrado con las dos manos y apretado el gatillo. Podría haber salido mal, pues el vampiro girando sobre si mismo al sentir la explosión, habría usado a la cazadora como escudo. Mas Jianna, haciendo calculos de lo que el joven podía hacer, metió sus manos por entre el cuello del vampiro y golpeó sus oídos haciendo que ésto impidiera escuchar el disparo, a la vez que lograba deshacer el amarre y tirar su cuerpo a un costado.

Sorprendido el vampiro había girado en busca de su nuevo atacante, enceguecido por lo que el humano había hecho, intentó caer sobre el caballero, pero Jianna, con la rapidez de quien está acostumbrada a los movimientos de sus presas, extrajo un arma blanca, de hoja larga y afilada, cortando los tendones de los pies, aquello hizo que el inmortal cayera de rodillas, aullando de dolor.

Aun con sus manos húmedas de la sangre del vampiro, se abalanzó sobre éste y le giró. A horcajadas sobre el inmortal, y con la velocidad de un áspid, clavó la estaca en su corazón - Muere bastardo asesino -. Otra voltereta y quedó parada a unos metros del caballero, con su rostro salpicado de la sangre sobrenatural. Su mirada, se dirigió al caballero quien la contemplaba, con el terror aún pintado en el rostro. Sonrió con timidez, - ¿Se encuentra bien?, dijo con voz dulce y algo afligida, como si la mujer que acababa de liquidar a un ser siniestro, no tuviera nada en común con esa que ahora se comportaba con la timidez de una joven sencilla.

por **Raoul Bowlby** Sáb Jun 30, 2018 12:17 am

Había disparado y el mundo ante sus ojos pareció ir en cámara lenta, aunque la realidad era que la pelea entre la muchacha y el sobrenatural fue demasiado rápida. Tan veloz había sido todo, que así como empezó, termino. Raoul, quien con los ojos abiertos como platos contemplara toda la escena, se mantuvo inmóvil, con las manos aún aferradas al arma estirada y la mirada fija en el vampiro que ahora yacía en el suelo, asesinado por la fémina que se incorporaba para preguntarle si es que se encontraba bien.

Pálido como si de un vampiro se tratase y tembloroso cual hoja que mece el viento, bajo las manos mientras que aún sujetaba el arma y solo después de que su mente aceptara del todo que la amenaza había acabado, el joven presto atención a su salvadora. Confuso aún, el Bowlby llevó su mirada al angelical rostro de la joven, ese que ahora se encontraba manchado con la sangre que salpicara del vampiro, siendo eso lo que le llevó a caminar con paso aun vacilante en dirección a ella para una vez cerca, entregarle el arma y tomarle el rostro con ambas manos.
– ¿Es… Estas herida? – preguntó, limpiando con sus manos los restos de sangre y buscando al mismo tiempo alguna herida en ella, más al ver la manera tan dulce y comprensiva en que ella lo miraba, le soltó y dio un paso para separarse – ¿Ya esta muerto, verdad? – señaló entonces al vampiro, esperando porque la joven confirmara que aquel ser no volvería a levantarse y que estaría él a salvo, por lo menos esa noche.

Si bien Raoul supo desde el inicio que tomar el lugar de un muerto sería difícil y en algunos momentos peligroso, nunca imagino que las cosas llegarían a tornarse de aquella manera, así pues, una vez que se supo a salvo y que se dio cuenta de que su salvadora estaba bien, se dejó caer pesadamente sobre la tierra del bosque, pensando en que ese nuevo intento de asesinato cambiaría no solo ya la vida de los que le tomaban como su hijo, sino que también la suya.
– Y ahora… ¿Qué voy a hacer? – se preguntó a si mismo.

por **Jianna Scogliere** Miér Jul 04, 2018 6:46 pm

Su mirada, recorrió el cuerpo del caballero, en busca de alguna posible herida, o un mordisco, ya que antes no había podido percatarse de eso. Pues a veces los vampiros solían usar a sus esclavos, a sus sirvientes, para poner trampas a los inquisidores o a los cazadores como ella, y así, terminar matándolos. Pero en éste caso, ni él parecía ser un esclavo, ni se hubiera quedado tan campante esperando que ella terminara con su amo, sin ir en su auxilio, por lo que solo podía ser una posible victima de un vampiro, que lo había elegido al azar.

Tras comprobar, con una inspección veloz, que no tenía herida alguna, sonrió con tranquilidad, - si, me encuentro bien - contestó a la primera pregunta del caballero. Miró a donde el vampiro comenzaba a desintegrarse en un montón de cenizas que terminaron volando en dirección contraria a donde ellos se encontraban, borrado como un mal recuerdo. - A si es, él, no volverá a causar mas daño, puede estar tranquilo - le aseguró.

en el rostro del caballero, podía encontrar incertidumbre y temor, -¿que debe hacer? - le observó, inclinando levemente su cabeza, - pues puede hacer lo que desee, ya no está en peligro - volvió a sonreír, - por mi parte, primero, me lavaré un poco, y luego iré a comer algo - dijo satisfecha, al sentir que su cuota del día o mejor dicho, de la noche estaba saldada. Giró su mirada hacia donde el camino del bosque llevaba a una fuente en donde solían abrevar manadas de ovejas y otros animales, - ¿desea acompañarme? no creo que sea buena idea que se quede solo en mitad del bosque... ademas, por lo que parece, el vampiro que lo perseguía iba tras de usted, pero en solitario - dijo en voz alta, aunque aquella última parte de la contestación era mas un pensamiento para ella.

Caminó dos pasos en dirección de la fuente, pero se detuvo, al comprobar que el hombre se mantenía quieto, un tanto tembloroso, y con sudor en el rostro. Se giró, caminó hasta donde él se mantenía paralizado, tomó su brazo y tiró de él, - vamos, acompáñeme, le prometo que brindaremos por la caza, con un buen vaso del mejor vino que encontremos - sonrió satisfecha por su triunfo.

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