El grito del Dolor

por **Sophia D'Luca** Dom Nov 28, 2010 4:35 pm

El sol comenzaba a ponerse en Paris mientras la ciudad parecía en calma, con todo esos secretos a voces, pareciese ser que muchos ignoraban lo que ocurría mas para otros se habían acostumbrado a este tipo de vida, en peligro, si el peligro estaba en todos lados, pero yo no presentaba ningún peligro… mas solo para ser una presa fácil; llevaba días que no veía al pintor, de seguro andaba con el vampiro, no me preocupe por eso, sabia que así eran felices, pero cuando la soledad se hace presente en la mente de una mujer… muchas cosas pueden pasar.

Salí de aquel piso casi corriendo, lo bueno era que con mi cuidado nunca nadie se daba cuenta de mi presencia o al menos así lo sentía yo , la tarde estaba mas fresca que de lo normal, me encamine por los callejones, entre vagabundos y algunos animales, el sol ya se había extinguido pero aun, aun había una extraña claridad, mas por mi condición aun podía ver de noche perfecta mente así que eso no me preocupaba, seguí mi camino alejándome de la ciudad, y de todo lo que ella trae, mi caminar era en silencio, en calma.

Seguí un rastro de algunas aves nocturnas, pero como humana no podría hacer mucho así que tome todas las precauciones, poniendo mis sentidos a un nivel mas alto y así poder saber que era exactamente lo que me rodeaba, cuando no vi peligro, me quite mi vestido y lo deje colgado de una rama, la mas alta de la que pude hacerlo. Y aun en pleno silencio mas el sonar de la naturaleza llevé a cabo mi transformación, una que no hacia hace ya bastante tiempo, asi que solamente me concentre en la naturaleza, relajándome, llevando mi nivel de pensamiento a otro lugar, mas allá de ese mismo lugar, y como si una extraña magia me envolviera senti los cambios en mi…. Ahora ya era un guepardo

Comencé a correr entre los arboles, mientras sentía la hierba fresca a mi alrededor abrirse haciendo un paso para pasar por ahí, corrí y corrí hasta llegar a un extraño lugar, un sendero lleno de mucha hierba corta, me puse al acecho al escuchar un extraño ruido provenir de entre los arboles, mi olfato no fallaba y el olor a perro era casi una peste, seguí con mi concentración y no era tan solo un perro era un licántropo, me quede muy quieta entre la hierba que me cubría casi hasta el lomo, respire suavemente pero al parecer fue en vano vi como se acercaba hacia mi a pasos agigantados…. Sin pensarlo dos vece comencé a correr, si tenia una ventaja era la rapidez y sin dudarlo la ocupe en ese momento… corrí y corrí, pero aun era asechada por tal bestia que quería mi cabeza, rugí y rugí… pero era en vano lo sabia, seguí mi caminar y deje de sentirlo… pero… no era así… solo vi cuando salto sobre mi y me agarro entre sus garras, en ese momento sentí el dolor recorrer por mi cuerpo, en conjunto del miedo y la desesperacion de no poder hacer algo por zafarme, me dio vueltas y le arañe la cabeza el color carmesí de la sangre corría tanto por mis patas como por su cara… saque mis garras y el las suyas… enterrándomelas en las patas traseras, volví a rugir de dolor… y volví arañar la cara enterrando mis garras en sus ojos… fue en ese momento cuando me soltó, y mi cuerpo cayó al suelo como si fuera un saco cualquiera… mis rugidos se opacaban con el correr de licántropo que se alejaba de mi… di mi ultimo rugido….

El dolor no me dejaba pensar, poco a poco sentía como todo se nublaba, ya no sabia si estaba como animal o como humano….

por **Ankhiara - Cannette** Dom Nov 28, 2010 7:33 pm

"Tus manos conjurando a media noche, la magia y un derroche... La luna y un ritual"

La penumbra cubre con sus alas negras todo atisbo de luz, las tétricas ramas de los árboles gritan a la par de las hojas crujir bajo sus desnudos pies. El frío recorre su cuerpo, abrigándola entre sus brazos, estremeciéndola en un escalofrío que va desde la punta de sus pies hasta su cabeza. Una delgada capa de tela barata cubre su piel en un intento fracasado por resguardarla de ese gélido aliento nocturno. La maraña de sus cabellos se enreda una y otra vez entre si mismos cuando intenta aparcarlos de su vista, la melena de color rojo resalta en la negrura del desolado bosque. Es como una llama infernal con vida propia, una lengua de fuego que se pasea punzante entre la maleza.

La voz femenina, cálida, delicada y de un matiz escalofriante rebota en el eco, es el susurro de alguna lengua antigua, latín para ser más exactos. Repasa concentrada en esa lírica de antaño, hechizos maléficos, otros no tantos… Frunce su ceño, da dos pasos, se detiene, baja la mirada, piensa… Vuelve a tomar su camino, una flor blanca brota de la tierra y Cannette brinca de felicidad, al fin consiguió que una rosa brotara de tierra infértil, lo cual en una enseñanza más allá de lo ordinario, significa que aún frente a las puertas del abismo eterno se puede tener una frágil esperanza. Aplaude y se regocija ante su fechoría, más su festejo se ve opacado por el rugir de una bestia…

En lo alto la luna brilla en su completo esplendor, tan magna, tan llena de vida y poder… Tan escarlata… Sus hijos aprovechan los rayos plateados que esta les entrega para sufrir su metamorfosis. Tras su cuerpo se escucha la respiración brava de un monstruo, gira sobre sus talones. Frente a ella un lobo de gigantesco tamaño le mira con cólera, Cannette siente el miedo hundirse en sus entrañas, congelándole por completo, no puede correr, no puede pensar, está atrapada en una cárcel de pánico. Cuanto hubiese deseado que su gemela le acunara esta noche, más por sus arrebatos de egoísmo decidió salir sola, en su búsqueda por tranquilidad… Ingenua, encontró únicamente la pesadilla más letal.

El animal aspira fuertemente el olor que la bruja despida, esta cierra sus ojos retrocediendo hasta que su espalda choca contra el tronco de un árbol. Atrapada y sin salida alguna reconoce la muerte que se aproxima. – Incendia – Pronuncia levantando las manos sobre su cabeza, creando con tan solo una chispa de fuego una capa de llamas, resguardándola tras su calor. El lobo sale disparado hacia otra parte del bosque. Incineradas las hojas secas frente a ella, se deja caer para respirar un poco, un sudor frío aparece en su frente como perlas en un collar, las limpia con un mano y en ese instante, tiene una amarga visión.

Aullidos, rugidos, alaridos y desesperación… En algún lugar de allí alguien esta sufriendo el ataque de una bestia. Se pone de pie, crispando sus manos en puños – ¡Nooo! – Sin importarle que las espinas se le claven en la planta de sus pies, corre en aquellas tinieblas, buscando, esperando poder encontrar con vida a alguien más. Es una batalla campal entre los rugidos de un felino y un canino, no puede equivocarse… No cuando ha estudiado a los animales tan cerca, adorando sus cualidades y envidiando su fuerza. Bajo la extinta luminiscencia de su Diosa, dos criaturas se disputan la vida, una de ellas se marcha con graves heridas en su cuerpo, más la otra, inerte sobre la tierra se retuerce del dolor. Lentamente se dejo vencer ante la agonía.

Cannette se arrodilla frente a la silueta, se muerde el labio y piensa detenidamente cual de los hechizos puede ayudarle para salvarle la vida. Pero la única forma de hacerlo es mencionar aquel conjuro que casi le cuesta la vida a su hermana. Golpea la tierra en un arrebato de histeria. Acaricia el pelaje del felino, tratando de no lastimar sus heridas. Coloca su palma sobre una yaga, cierra sus ojos y se concentra para reparar los daños. Es un esfuerzo sobrehumano pero debe intentarlo. Sus manos son envueltas por un halo difuminado entre el azul y el blanco. Lentamente las heridas comienzan a sanar mientras ella pierde conciencia.

por **Sophia D'Luca** Lun Nov 29, 2010 6:52 pm

Una briza algo fria envolvió mi cuerpo a medida que intentaba recobrar mis fuerzas y abrir mis ojos, necesitaba ver como estaba, como habia quedado después de aquel encuentro que quizas pudo ser mortal o quizás ya estoy muerta. El dolor crecía a medida que el frió calaba en mi cuerpo, mis pensamientos poco a poco desaparecían, extraños recuerdos reveladores aparecían por mi mente.

"Los gitanos bailaban al rededor de una fogata, el fuego limpiaba las impurezas renovando todo en aquel campamento, era una celebración... una nueva vida... había nacido una pequeña de ojos misteriosos... con un pasado que la condenaría por siempre... pero había... en aquel campamento gitano había alegría... se oyó una voz diciendo - ella es mas que un rayo de sol... es misterioso como la luminosidad de da luna-"

Todo desapareció así como llego, logre abrir uno de mis ojos y la oscuridad me embargo mas podía sentir una presencia acercándose, roge a todos los santos que no se tratara del licantropo que me había dejado herida, pero no podía ni siquiera concentrarme y todo se volvió mas oscuro de lo normal, un extraño silencio llego a mis oídos, ¿a caso era el final?

Sentí un extraño calor que apocaba el dolor que sentía en mi cuerpo, el cansancio físico aun estaba presente, abrí con gran esfuerzo mis ojos en un principio me costo acostumbrar mi vista note que aun estaba como felino, mas vi una cabellera que no era ni mía ni del licantropo... ¿Que era aquello? intente levantar mi cuerpo pero no podía, mis músculos estaban contractura-dos, me arrastre hacia aquello y olfatee minuciosamente, humano, pensé ese olor solo lo tenían los humanos, era una mujer de cabellos rojizos, no parecía presentar ningún daño, que mas podía hacer yo si no tenia las fuerzas para transformarme, me acerque a sus manos y le pase la lengua suavemente, el frió que sentiría después en aquel lugar de seguro la despertaría.

por **Ankhiara - Cannette** Miér Dic 01, 2010 8:42 pm

El viento acariciaba sus mejillas sin ser percibido por su tacto, los rayos lunares resaltaban más la pálida piel en el antifaz de sus ojos y las sombras de los árboles se posaron sobre su cuerpo. El silbido de las hojas secas al caer es tan solo el triste recuerdo de una melodía recitada al final, a lo lejos del bosque. Sus costillas resaltadas a través de la delgada capa de ropa que le cubría miserablemente del frío otoñal, suben y bajan al compás de sus respiraciones, unas que son profundas y algo un poco inusuales.

En alguna parte de su cuerpo la humedad le hace reaccionar, siente una gélida punzada y se levanta rápidamente, su cadera aún se encuentra reposada sobre la tierra del bosque. Sentada frente a lo parece ser un felino, se soba la cabeza, frunce el ceño. Trata de incorporarse pero su cabeza aún le da vueltas por el esfuerzo que realizo minutos atrás. Se muerde el labio inferior mientras busca con la mirada algo, no sabe que es, pero ella escruta la obscuridad y se detiene ante la figura del animal.

- ¿Estas bien? ¿No te paso nada? – Su voz sonaba preocupada, sus manos buscaron la forma para sostenerse de pie, se aproxima sin temor a la criatura. Se pierde en los felinos y profundos ojos de la bestia, sonríe de lado ¡Cuánto le gustaban los felinos! Su mirar se desvió por cada rincón del cuadrúpedo, sin conciencia alguna buscaba las heridas que le habían dejado. El cantar de los grillos creaba una atmosfera más tranquila, más pacífica que perdió al escucharse el agónico aullido de un lobo. Abre sus ojos como platos y ahoga un grito en su interior.

– Tenemos que irnos de aquí – Sin miramientos toma el cuerpo entre sus brazos, es tan pequeña para cargarlo, su fuerza está más que desaparecida pero aún no iba a dejarlo solo en aquella penumbra tan traicionera con un demonio escondido en ella. Su cuerpecillo tambalea entre los árboles y se desploma – ¡Maldición! – Cae al suelo, golpea la tierra con cólera ¿Por qué era tan débil? Levanta la mirada hacia la luna, esta le responde con un destello y Cannette sonríe. – No te preocupes, si regresa … - Se encoge de hombros – Ya sé que hacer – La verdad es que no tenía la más mínima idea de cómo reaccionar ante un ataque de algo legendario como lo es un licántropo, ese trabajo está dedicado a Ankhiara y ella solo se dedica a las cosas sutiles de la magia, no obstante, cree que es necesario darle ánimos a su inusual amigo.

por **Sophia D'Luca** Jue Dic 02, 2010 7:03 pm

¿como es que una perfecta noche podía terminar así? la noche seguía con su mismo curso, el viento corría entre los arboles haciéndose presente en el lugar donde me encontraba junto con aquella mujer, mire al cielo, buscando algo pero en realidad no había nada, me sentía confundida, aquella mujer me había ayudado y yo le debía... le debía la vida, me acerque lentamente a ella mientras por fin sus ojos se abrieron, respire algo fuerte era un alivio verle en pie. Ronrone sonoramente de felicidad cuando me hablo, mas no podía responderlo pero lo mejor era que parecía agradarle y eso me tranquilizaba, las heridas habían pasado mas el dolor seguía latente, aquella jovencita parecía estar débil y yo, no lo hacia tan mal.

Cuanto avanzo con mi cuerpo entre sus brazos, intente hacerme la liviana mas mi peso fue en contra y caímos ambas, la luna como fiel compañera nos iluminaba el paso, el frió aumentaba y mi pelaje no ayudaba mucho mi piel no era para soportar el frió, mas para el calor si estaba adecuada, las palabras de la joven servían de alivio... o mejor su compañía era agradable al menos tranquilizaba a la fiera que estaba en mi interior... la fiera que quería salir arrancando.

Ronronee respondiendo mas di un pequeño rugido solo para que mi acompañante oyera, no sabia como expresarle mi agradecimiento, mas tendría que estar como humana para darle mi agradecimiento formal, pero mientras tanto seguiría en mi condición, no tenia miedo a los licantropos, mas podía escalar temía por aquella joven que parecía ser tan simple, tan ella...

Me acerque mas a ella para aunque sea darle un poco de abrigo, si ya estábamos juntas era mejor no separarnos tanto, podía aun estar cerca de nosotros aquel lobo que me había atacado, ayude a la joven para que se levantara y saliéramos de este lugar, el bosque era traicionero y mas en noches como estas.

por **Ankhiara - Cannette** Sáb Dic 04, 2010 1:59 pm

El silencio le cala en lo más profundo de sus pensamientos, los animales nocturnos han decidió resguardar sus voces ante la posible amenaza de un predador más grande, ni el sonido de las cigarras se escucha en lo hondo esa inmensa penumbra llamada bosque. El susurro del viento congela su piel, eriza los bellos de sus brazos y estremece su alma, sabe que la noche habla por si sola; la luna por encima de su cabeza canta un augurio de muerte para ambas criaturas. Solo se escucha la respiración de Cannette y el latido acelerado de su pequeño corazón.

Su cuerpo se refugia en el pelaje del felino, es tan cálido, suave y confortante que aparece una curvatura en sus labios, los ojos ambarinos de la bruja visualizan las garras que el animal posee, al menos si la bestia regresa una de las dos se salvaría de la trágica muerte, subiendo a un árbol, corriendo más rápido con cuatro patas que con dos pies. El rugir de un lobo se escucha a sus espaldas…

Dicen que los animales no pueden tener sentimientos, que son solo eso, animales… Pero la mirada llena de odio le demuestra a la pelirroja que esa fiera la recuerda, sí… él sabe que ella fue quien le quemo hace unos instantes. Sus movimientos torpes y vacilantes le hacen reaccionar de una forma estúpida y sobre protectora, se coloca en medio del monstruo y el felino; una arruga en su frente denota el coraje que la simpática bruja posee, un acto de valentía que seguramente le llevará a la muerte, pero defenderá a cualquier precio la vida de alguien más.

Una zarpa se eleva por encima de su cuerpecillo, el terror no hace esperar cuando Cannette arroja un grito estruendoso, cierra los ojos por un esporádico segundo y las palmas de sus manos explotan con un halo bastante luminoso, cegando temporalmente a la nefasta criatura. - ¡Vámonos! – Se dirige al felino, sus pies comienzan a correr en dirección al norte, busca un río, una cueva, un sendero, lo que sea que pueda ayudarles en ese momento a escapar. Las ramas que bajo sus pies mueren al romperse en un tétrico sonido, laceran su piel dejando un camino mortal con su sangre, el dolor se impregna en su cuerpo pero no puede sentirlo, es más aterradora la sensación que alguien esta detrás de ella, acechándola…

Tras un par de metros corriendo, su brazo arde… ha sido herida mortalmente por la garra elevada al cielo de licántropo minutos atrás. ¿Y el felino?

por **Sophia D'Luca** Sáb Dic 04, 2010 9:26 pm

Y la noche con todos sus extraños sonidos que iban y venían, algunos sonidos de la madre naturaleza y otros de algunos animales inofensivos pero había un extraño sonido que me inquieto, sin darme cuenta aquella jovencita, se había puesto entre yo y el licantropo no me cabía en la cabeza aquella reacción ella podría salir mal herida y no se lo merecía, aquella bestia venia por mi, lo podía sentir en todo su ser.

El frió se apodero del lugar, haciendo que el temor y el miedo creciera, no permitiría que le pasara algo aquella joven y ya lo había decidido, "vamos" escuche mientras aquella mujer de cabellera rojiza salia corriendo, y mas me sorprendió el actuar del Lobo, con esos horribles ojos rojos, sediento mas diría yo que hambre era lo que tenia. Pude premeditar el ataque de la bestia, mis sentidos me ayudaron a eso, cuando se lanzo a seguir a mi rescatista, sin mas reparo me abalance sobre aquello sacando mis garras y arañandolo lo mas que podía.

Los rugidos de ambos fueron como una extraña melodía para aquel bosque que era nuestro espectador, "favor con favor se paga" pensé al tiempo que recibía una mordida a la altura de la costilla, con mis patas traseras le empuje con todas mis fuerzas o al menos las que tenia en ese momento logrando separarlo de mi pero alcanzo a arrancarme una parte de mi costado izquierdo, rugí de dolor observando como comenzaba a sangrar paulatinamente, inspire aquel aire frió que calo en mi interior despertándome el lobo parecía disfrutar de mi carne mas mi sangre escurría por sus colmillos, me arriesgue y salte sobre el, agarrando su cuello entre mis colmillos, la bestia me doblaba en porte mas yo con mis garras enterradas sobre su peculiar pelaje, me afirmaba como podía, el licantropo desesperado se movía de un lugar a otro... pero estaba bien sujeta y no lo dejaría escapar, el rugido de dolor proveniente de la bestia aumentaba mientras yo seguía sujeta de su cuello, mordiendo fuertemente... pero no vi venir su siguiente movimiento avanzo hacia atrás y golpeo mi cuerpo con el tronco de un árbol, la fuerza del impacto no lo pude soportar, solte al lobo y mi cuerpo cayo al suelo azotándose con algunas rocas que había en el suelo, el lobo adolorido corrió desapareciendo de aquel lugar...

Intente levantarme pero fue en vano... solo esperaba que la joven de cabellera roja hubiera escapado...

por **Ankhiara - Cannette** Lun Dic 13, 2010 8:38 pm

Los latidos de su corazón palpitan estrepitosamente contra su pecho, sus pies ya no pueden continuar la terrible caminata a la cual les ha sometido, el cansancio en su cuerpo se hace presente, los parpados le pesan, no puede sentir sus manos en donde se supone deberían encontrarse. La luna en su esplendor de ella se burla con una carcajada muda y el festejo de un lobo a lo lejos ¿Quién iba a imaginar que esta noche probaría la frialdad del manto de la muerte? Sus rodillas flagelan y cae al suelo, sus puños se entierran por debajo de las hojas secas, el chasquido de estas al ser allanadas parece un grito de dolor, están muriendo al igual que sus fuerzas.

– No puedo, no debo, no tengo que… - El susurro de Cannette se pierde en la inmensidad, en lo desolado de aquel bosque. Se ha metido en la cabeza la idea de ir a buscar al felino, más su cuerpo no puede sostenerse de pie y su hombro arde cada vez un poco más. A gatas, como puede se arrastra entre la maleza buscando el paradero del animal. Suspira y se queja, en cortos instantes descansa su cuerpo reposando su espalda en el tronco de un árbol. En una de esas su mano sana toca la herida que le ocasiono la bestia, siente el ardor en su hombro y observa su sangre derramada ¡Es un desperdicio! Cualquier vampiro desfallecería por probar ese líquido carmesí que emana de su cuerpo y ahora se despilfarra… “¡Maldita sea! ¡¿Ankhiara donde estás cuando te necesito?!” Piensa para sus adentros más que una replica, se trata de una suplica desde lo más profundo de su ser.

Necesita continuar su camino, su cuerpo deslizándose entre la vegetación deja un sendero con hojas removidas y sangre. En la cercanías el animal que intento proteger se encuentra tendido al igual que ella. Lentamente con el peso en su mano y el ímpetu en su espíritu llega hasta donde él se encuentra, suspira sintiendo su dolor como si fuese propio, pasa su mano sobre aquel pelaje y recuesta su cabeza sobre su cuerpo – Lo siento, hice lo que pude… - Su cuerpo se refugia en posición fetal junto al felino, una lágrima se desprende de su ojo. Sus ojos se cierran lentamente pese a sus esfuerzos por mantenerse conciente.

por **Warren Szretter** Miér Ene 26, 2011 10:06 am

((off: leí que necesitaban un lobo asesino y de sangre fría aparte sin corazón, pero no se si aun lo necesiten para este tema o no, de cualquier manera espero que puedan enviarme un mp, tanto como para que borre este mensaje {antes de que escriban} o como para responder con un post, espero su respuesta y lamento la intromisión))

por **Sophia D'Luca** Lun Feb 14, 2011 10:30 pm

El grito del dolor es ahogado entre los rugidos que salen de mi interior, una piedra hundida sobre mi costado abierto hace presión, dejándome poco espacio para pensar, mirar, sentir y mas para moverme. ¿A caso este seria el final? no, no podía ni siquiera pensar en su final, aun había una vida por salvar me dije a mi misma aun retorciéndome de dolor. En la lejanía el aullar del lobo hacia que mi cuerpo temblara, mi corazón latía a gran velocidad extasiado por todo lo sucedido pero ese latir era mas de miedo, inseguridad, de oscuridad. La luna seguia brillando en lo alto expectante a lo que sucedia. Era el momento de odiar todo en ese momento.

Un extraño calor sentí sobre mi cuerpo, mas su voz me trajo algo de tranquilidad, la humana llegaba a mi auxilio. Pero las cosas para ambos no era para nada fácil, ella tenia una herida, podía sentir el olor de su sangre, un olor fuerte e inconfundible. Rugí suavemente haciéndole saber que, al menos estaba viva, que aun podía hacer algo; dándole animo a quien me había ayudado en escasos minutos atrás. "No te rindas" deseaba decirle pero no podía y mis fuerzas no me dejarían transformarme.

El viento comenzó a soplar como si cubrirnos con el manto de hojas esparcidas nos diera abrigo, el cuerpo de la mujer yacía a mi lado intente acercarme a ella y darle abrigo, aquel movimiento solo hizo que la piedra se introdujera mas en mi cuerpo, Rugí con las pocas fuerzas que aun me quedaban y mi cabeza cayo junto a la de ella. Las hojas comenzaron a cubrirnos como si supieran que es lo que pasaba, mas el alma del bosque nos guardaría, y nos intentaría cuidar.

El viento seguí soplando quizás con mas fuerzas, mi cuerpo yacía casi inerte junto al de la humana que parecía pasarla mal, me negaba a cerrar los ojos, las sombras y los recuerdos vendrían como imágenes presentes y no quería eso, moví los ojos y me quede ahí suplicándole a la luna que este no fuera el final, suplicándole en silencio que no nos abandonara. Y mi cuerpo se rindió al cerrar mis ojos solo negrura me rodeo.

por **Ankhiara - Cannette** Miér Mar 02, 2011 7:44 pm

El miedo se ciñe sobre su piel, cada caricia del viento, cada rose de los pétalos (hojas) en los árboles le llenaba de aliento, pero ¿Cómo poder seguir adelante, si las fuerzas de tu cuerpo ya se han desvanecido? Escruta la profundidad de su mente, ese silencio abismal que le ha envuelto con su total penumbra. Necesita encontrar la forma para salir de allí. Ya el bosque le comienza a susurrar los secretos, esos conjuros que solo una bruja puede escuchar en la hora muerta. Suspira mientras siente el dolor en la herida de su brazo. Bajo su propia agonía puede escuchar el respirar del animal junto a ella, lo siente, lo vive… su dolor también le pertenece.

Ankhiara:

Se encontraba lo suficientemente intranquila por reconocer que su hermana no está a su lado. Las uñas de sus manos ya son tan solo un vestigio de lo fueron. Sus pies vacilan entre el piso y el vacío, esa mirada ambarina viaja a través del tiempo-espacio para tratar de localizarla, pero aparentemente su hermanita había tomado la decisión de salir sola sin la ayuda de gemela. – GRRRR – Ruge con fiereza encontrando la aberración en los ideales de Cannette ¿Por qué tenía que ser tan diferente a ella? ¿Por qué no simplemente se dejaba sucumbir ante la maldad que guarda en su interior? Un golpe fuerte hace volar despavoridos a los murciélagos que posaban tranquilos en las copas de los árboles; la mano de Ankhiara sangraba de los nudillos, estos se habían clavado en la tierra pretendiendo hacer un hueco para calmar la furia de la bruja. No funcionó.

“¡¿Y aún así te empeñas en eso?!” Recuerda la última frase que su hermana le dedico antes de salir por la puerta de aquella choza. Su pecho vuelve a emitir nuevamente ese rugir, está más que furiosa, pero no con la que es su igual, más bien con su reflejo. – Ya no lo soporto – Dice entre dientes, poniéndose de pie. Sacude las enaguas para despejarlas del polvo acumulado en la prenda, resopla los labios y comienza a caminar sin rumbo fijo. El bosque era infinito, Ankhiara sabe perfectamente que Cannette esta allí, en alguna parte de esa inmensidad, puede sentirlo en su interior como si de su tacto se tratara, pero había algo raro en ese calor que le hacía colapsar los sentidos.

Vacila entre la maleza buscando sin encontrar, cada segundo que pasa el ardor se vuelve más inestable, más insoportable. – No, no, no, no…. Cannette – Susurra al tocar el tronco de un árbol con su palma y percibir la esencia de su gemela en él. Sus ojos parecen salirse de sus orbitas, ¿está teniendo una precognición, una visión o será que solo observa desde un ángulo diferente lo que ya ocurrió? Corre desesperadamente, su respirar se agita al igual que los latidos de su corazón, no es el miedo de la noche, se trata del pavor a perderla. Podría alejarse de la nigromancia, puede dejar toda la magia del mundo, incluso no volver a usar el latín, pero aparcarse de su hermana… ¡Jamás! - ¡Maldición Cannette responde! – Escupe mientras sus pies se dedican a esquivar las rocas, las espinas, las ramas y cualquier estupidez que pudiese impedir su llegada hasta ella. Tras hacer morir la maleza frente a ella, la encuentra enfrascada en un sueño junto a un felino. Su sorpresa fue desgarradora, el impacto cruel, la impresión errónea.

El odio que hace un par de minutos atrás había sentido para si misma, ahora se ha convertido en un rencor insensato para el animal que posaba al lado de su hermana. Cree que fue él quien lastimo a Cannette, quiere destruirlo, desea partirlo en dos o tal vez torturarlo antes de que muera. Sonrisa sádica en sus labios, después regresa a la realidad, la otra bruja la necesita. Para poder arrancarle la vida al felino es necesario quitar el cuerpo de su hermana de allí, Se arrodilla frente a ambos, coloca sus manos sobre la herida de Cannette y hace una pequeña invocación. De una bolsita que cuelga a sus caderas saca una hoja gigantesca de alguna especie de árbol, arranca un mechón de su cabello y lo ata alrededor del hombro de su hermana.

Aparca el cuerpo de su gemela y suspira, pronto sanará en cambio el gato… Levanta sus manos y busca entre sus ropas alguna daga que pueda servirle, nunca sale sin ellas, esta a punto de sacrificar a la bestia…

- ANKHIARA NO -

por **Sophia D'Luca** Lun Mar 14, 2011 5:16 pm

Era sin dudarlo la noche mas fría de aquel invierno mi cuerpo comenzaba a perder calor y por mas que intentaba abrigar a la humana que estaba a mi lado no podía hacer nada, el ruido que producían las ramas al chocar entre ellas hacia que el momento fuera escalofriante y mas con la escena que se estaba viendo, un animal junto a un humano cualquiera pensaría que habían peleado entre ellos pero la historia era muy diferente. En la lejanía se oían los aullidos del lobo que se alejaba, la luna majestuosa iluminaba aquella noche invernal, ¿que mas podría suceder?.

Abrí mis ojos con dificultad agradecía que podría ver perfectamente bien durante esa oscuridad paulatina, una sombra se comenzó a acercar y mi corazón se acelero parecía querer escaparse de mi pecho que con dificultad podía respirar el grito asusto a cada célula de mi cuerpo felino, un temblor extraño comenzó a recorrer mi cuerpo de la punta de mi cola hasta mis orejas, ¿Era el fin?. UN grito y todo se volvió aun mas confuso ¿Cannette? quiera... fue cuando vi a la otra pelirroja y note el parecido con la mujer que yacía a mi lado, su aura era diferente a la de mi bruja que me había salvado y sus ojos mostraban ¿Odio, Rabia? y todo paso muy rápido. La recién llegada socorría a su hermana y yo, yo seguía ahí casi con el cuerpo tan inerte y lamentaba estar como felino, necesitaba pedir un poco de ayuda.

Di un rugido suave, mis ojos cristalizados sin brillo, sin vida... reflejaban el miedo que había en mi interior, no quería morir hoy no, el dolor me hacia pensar muchas cosas, quería moverme y decirle a ellas que necesitaba un poco de su ayuda. Y... la pelirroja saco una daga mi corazón pareció detenerse ese momento la luz de mi mirada brillo, el miedo fue algo mas fuerte que todo lo que sentía en ese momento y antes de cualquier cosa rugí, rugí con el ultimo aliento que me quedaba. El miedo me consumió en ese momento y apreté mis ojos fuertemente y todos los músculos de mi cuerpo se contrajeron el dolor aumento y todo ya no era negro era blanco.

Y una voz empezó hablar, en mi subconsciente una historia relato....

“Cuenta un gitano que la noche mas oscura de ese año en que los vientos corrian al sur y las estrellas fugaces hacian presencia en los cielos del norte del pais un hombre de clase alta se escapo de su jaula, la cual era conocido como su hogar, llego al bosque donde una gitana de ojos oscuros y de pelo rojizo lo obserbaba desde lejos de arriba de los arboles, atrás de ellos, hasta que este hombre llego a un pequeño lago, donde se tiro al agua y quedando boca arriba se puso a disfrutar de tan majestuoso espectaculo. La gitana curiosa se acerco hasta la orilla de este, y se adentro a las aguas oscuras aun mas oscuras que la misma noche. El hombre sintio una presencia y quedo mirando a aquella mujer que llegaba a su lado… cuenta la historia que ellos se juraron amor eterno, pero las cosas del destino… el hombre poseia una maldicion… crearas un moustro cuan amor tengas… y asi fue… enamorado de aquella gitana regreso a su hogar donde nadie lo acepto… ella juro que lo que llebaba creciendo en su vientre seria lo mas perfecto que podian a ver visto… cuenta tambien la leyenda que nunca mas se supo de la pareja… de amantes prohibidos… otros dicen que fueron con los gitanos y ahí nacio una pequeña joya… y otros dicen que volvieron a aquel lago y murieron ahogados haciendo un pacto con el mismisimo demonio.”

Y en un segundo aquella historia, atormento mi cuerpo y alma... y solo me quedo esperar que mi vida terminara en ese momento.

por **Ankhiara - Cannette** Sáb Abr 02, 2011 5:10 pm

La bruja de pie sede ante el fuerte grito proclamado por su hermana, una aterradora suplica que no pudo pasar desapercibida. Retrocede dos pasos admirando el cuerpo del felino con curiosidad, extrañeza, confusión… sus orbes divagan de entre su hermana al animal y aún no logra discernir que es lo que paso en ese lugar. Las huellas pintaban que una batalla tuvo a lugar, inclusive podía percibir el olor a magia, lo cual quiere decir que Cannette se defendió para sobrevivir a lo que se que le haya atacado. Suelta la daga con furia y se arrodilla frente a su gemela. Sus brazos la encarcelan en un manto lleno de ternura - ¿Qué fue lo que paso? – Le pregunta con la voz quebrada y sus ojos cristalizados por un par de lágrimas que desean escaparse de sus lagrimales. Esta sufriendo, la única manera para que esa maldita bruja llore o por la cual ella se sentiría de esa forma; tiene descrito el nombre de Cannette.

La acuna entre su regazo y sus brazos ignorando al animal que esta al lado de ambas, solo puede pensar en reparar el cansancio que ha dejado el hechizo en la otra pelirroja, se muerde el labio inferior, juega con sus dedos sobre la piel ajena. Está entrando en un ataque de nervios, no saber que hacer, como reaccionar… Si tan solo hubiese sido ella y no al revés. La culpa comienza por lacerar su espalda, es una idea insoportable. Besa su frente, se maldice en sus pensamientos, pronuncia palabras inentendibles y espera un milagro – Ankh… - El tenue susurro de su hermana le hace abrir los ojos y mirarla, allí sobre su pecho, tan débil, tan hermosa. Le es inevitable sentir como esas lágrimas que apenas eran capullos, ahora se deslizaban por sus mejillas, dejando un camino húmedo de dolor – ayúdalo, por favor… me… salvo… la vida – Logra sentir como las respiraciones de Cannette se hacen torpes con forme pronuncia aquellas palabras, también se da cuenta que es su voluntad proteger al animalejo. ¡Por su gemela ella es capaz de cualquier cosa!

Asiente una vez con su cabeza y se dispone a ayudar al felino. Acaricia el lomo de este, observando con sumo cuidado las partes que tiene las timadas, aunque quisiera no podía ayudarle pues los utensilios, las pócimas y demás se encuentran en aquella cabaña abandonada en medio de la nada, otras tantas se encuentran en la mansión Ralph y lo que utilizo para sanar a su hermana era todo lo que le quedaba – Canny, si quieres ayudarle debemos llevarlo a la choza – Le dice a su hermana, pero al verla deshecha también se rinde ante sus posibilidades - ¡Hay no! – Exclama enojada, fastidiada por ser una maldita humana con la fuerza restringida. Al mismo tiempo logra apreciar a su hermana ponerse de pie con cierta dificultad, no piensa dos veces las cosas antes de correr a ayudarle pero esta la aparca con un rotundo “No, levántalo y vámonos” La bruja clava las pupilas en su hermana desconcertada, pero esta continua firme en lo que dice, así no le queda de otra a Ankhiara más que coger el cuerpo del felino con sus manos para arrastrarlo a la choza abandonada – Solo porque ella me lo pide – Se queja del peso en sus brazos, su respiración se corta – Eres un gato bastante grande. ¿Puedes andar Canny? – Le pregunta a la otra pelirroja, para lo cual esta asiente, le señala el camino con la barbilla y espera a que su hermana inicie el camino, así podrá velar su camino.

FDR: Disculpa la demora

por **Sophia D'Luca** Jue Abr 07, 2011 2:12 pm

Aun con mis ojos cerrados espere a que mi vida terminara, ¿Pero acaso no teníamos siete vidas? al parecer esta era la última que me quedaba, aun tenia mis dudas sobre mi cuerpo al matarme quedaría como felino o como humano eso era algo que no sabría y nunca tendría la respuesta para aquello. Lograba distinguir voces a mi alrededor, pero no sabía bien si estaba hablando la que me había protegido o la otra dama que había llegado, sus voces eran muy parecidas por no decir que sonaban perfectamente igual. Mi respiración disminuía poco a poco, me costaba mantener mi mente clara, muchos recuerdos y esas voces... ¿acaso no terminarían?

Levemente sentí como mi cuerpo estaba siendo corrido, o mejor dicho arrastrado con lentitud por el suelo, ¿Había cambiado de opinión? abrí mis ojos intentando buscar a la bruja que me había ayudado, mis ojos algo nublados la encontraron y me fue imposible lamentarme, un pequeño aullido comenzó a salir por mi hocico una combinación entre lamento y dolor. No podía moverme así que solo logre mover mis ojos en dirección a la otra dama que se quejaba del peso de mi cuerpo, anhelaba ser un gatito así me podría llevar con más facilidad pero no, hacer la transformación ahora sería riesgoso, tanto para mis heridas como para la vitalidad. Nunca lo había intentado bajar y ser un gatito. ¿Y si lo intentaba?... Seguí quejándome del dolor que sentía, no me daba tregua y necesitaba de alguna forma ayudar, para que me ayudaran… busque con la mirada a la pelirroja que caminaba con algo de dificultad y me concentre en ella, necesitaba un punto de tranquilidad y ella de cierta forma llenaba de paz mi interior.

Quería guardarme su imagen aunque fuera la última, ella me había ayudado. Cerré los ojos y apreté los mismos con gran fuerza… “Sophia… vamos tu puedes… busca la paz en tu interior, así saldrás de esta” me dije a modo de consuelo y ánimo. Mi pelaje se erizo, tanto por el dolor, el miedo y la desesperación de hacer algo que podía atentar con mi propio bienestar hacia que el miedo reinara en cada pelo de mi pelaje. Mi corazón que parecía latir con debilidad pero cuando comencé a sentir el temblor recorrer por mi cuerpo supe que la transformación venia mi respiración se aceleró y sentí como ardía todo mi interior era como si me estuvieran quemando viva, rugí con todas mis fuerzas; mi corazón parecía una máquina de la velocidad con la que empezó a latir y las pupilas de mis ojos se contrajeron pude ver su rostro y sentí como todo se detuvo en ese mismo instante. Mi corazón, mi respiración… todo… era un gato… ¿pero estaba viva o muerta?

por **Ankhiara - Cannette** Lun Abr 18, 2011 1:29 am

Cannette se enfrentaba con su propio destino a la par en que su hermana llevaba a cuestas el cuerpo del felino. El bosque parece construirse a sus alrededores sin ningún final, al igual que un laberinto de pasiones que no conduce a nada. El cansancio se lee en las facciones de ambas mujeres, en sus pupilas ambarinas que con cada paso que dan, lentamente sus parpados les obstruyen la visión. El viento se arremolina entre sus largas y coloridas cabelleras para despeinarles, para susurrarles en el oído que no están solas que él, con cada caricia, cada abrazo, cada escalofrío; las acompaña de cerca. Ankhiara, aunque mostrara la fuerza suficiente como para soportar eso y más, por dentro se estaba consumiendo de la preocupación. Sus pensamientos son acaparados por el bienestar de su gemela, la única persona por la cual daría la vida sin pensarlo dos veces, la única criatura que valía la pena en esta noche. Divaga una y otra vez, admira la siluet de Cannette frente a ella, tratando de dar pasos ligeros, intentando llegar a su escondite. Verle esforzarse de esa manera le quebrantaba el cuerpo a la otra bruja, podía oler la tristeza de su hermana por no saber como defenderse, por no lograr proteger al animal que ella lleva en sus brazos – Estará bien Canny, de eso me encargo yo – Se adelanta lo suficiente como para alcanzar a colocar su mano en el hombro de su hermana y darle consuelo. La bruja al sentir el cálido tacto de la pelirroja sonríe y asiente una vez con su cabeza. Sabía perfectamente que Ankhiara podría hacerlo, de lo que no estaba segura era de llegar a tiempo.

En sus andanzas, en sus distracciones Ankhiara ignora un hecho bastante importante, algo que noto poco después que sintió la contracción en el cuerpo del felino – ¡Por las barbas de Merlín! ¡Cannette! ¡Cannette! – Llama a su gemela un tanto asustada. Frente a sus ojos lo imposible parece tomar forma, lo impredecible se aloja sobre sus brazos y lo indiscutible parece formular más preguntas. La transformación del cambiaformas le desconcierta por completo, ¿ella qué iba a saber de su existencia? A causa de la impresión, deja caer al felino al suelo, el impacto se escuchó un poco hueco -¿Pero qué demonios está ocurriendo? – Sus orbes no dan crédito a lo que observan, su cuerpo comienza a temblar, no podía ser a causa del miedo… era algo diferente ¿acaso preocupación por alguien que no es precisamente su hermana? A estas alturas de su vida, sabe que nada es imposible.

- ¡Dios bendito! Es un… - Cannette balbucea apoyada de un tronco a dos pasos de distancia de ellos – metamorfo – Con cierta dificultad logra acercarse hasta ellos – ¡No quedes allí, levántale! ¡Esta muy lastimado! –
- ¿Un meta qué? –
- es un cambiaformas. Algo leí sobre ellos en los pergaminos más antiguos que nos robamos, pero creí que eran un mito como todo lo demás y las deidades del pasado –
- ¡Un mito! Al igual que los humanos hablan de las brujas –
- ¡No fastidies y cógelo! –
- ¿Todavía existe ese pergamino? –
- Sí, sí… lo buscaré llegando, así sabremos como ayudarle… Ahora ¡Apresúrate! –

Tras la conversación, Ankhiara toma al gato entre sus brazos, el peso ya no es igual, ha disminuido a sobremanera, puede sentir su cuerpecillo ocupar solo una cuarta parte de lo que ocupaba anteriormente, inclusive así le queda una mano libre para socorrer a Cannette en el camino de regreso a la choza. Pasaron un par de minutos, entre tropezones y esquivos de maleza, lograron arribar sin ninguna otra herida aparte de las ya provocadas.

– Recuéstalo allí, iré a buscar el grimorio -

por **Sophia D'Luca** Miér Mayo 11, 2011 11:01 am

La transformación había sido un éxito, el golpe de mi cuerpo con el suelo me hizo despertar de la somnolencia que traía, mas no todo era bueno mis costillas rotas estaban dañando mi interior lo podía sentir. El fuego corría por mis pulmones, mi pecho se inflaba con debilidad, respirar en ese momento era muy dificultoso, el fuego en mi interior quemaba no tan solo mi cuerpo si no que mi pensamiento se desvanecía poco a poco, las palabras de las brujas se debilitaba y entre exclamaciones, calor, frio, angustia y otras cosas más que sentía todo se fue apagando mi corazón que parecía latir a mil por hora en este momento bajaba las revoluciones. En mi inconciencia sentí como se detenían y mi cuerpo extrañamente descansaba. ¿Acaso eso podía ser posible? En realidad no sabía. Quería ayudar a las brujas, pero no encontraba la forma de hacerlo, con dificultad abrí mis ojos y pude observar el lugar de lado a lado, en realidad me costaba tener mi vista fija en un solo lugar, tenía que encontrar la manera de hacer que mi cuerpo y mi mente se unieran para así dar un paso a la vez, no podía transformarme en humana porque si lo hacía no viviría para contarlo.

Una voz comenzó a hablarme lentamente, mi propio interior me consolaba en ese momento donde la desesperación envolvía mi pelaje. Sophia, Tu eres más brillante que la luz del sol no te puedes dar por vencida ahora la vida continua, tienes un destino, tienes una búsqueda… aun te falta por conocer la verdad… No es necesario que te levantes ahora pero solo resiste por ti, por la pelirroja que te ayudo y por qué esta noche no quedara así… otro lugar, otra situación y lo volverás a ver. La extraña voz que retumbaba en mi cabeza me deba ánimo para resistir lo que fuera aun cuando sentí que todo acabaría las palabras de mi madre aquella frase me hicieron recapacitar “Tu eres más brillante que la luz del sol” sus últimas palabras.

El grito del dolor estaba ahogado en mi garganta, no podía ni siquiera maullar o rugir, necesitaba escucharme sentir que mi cuerpo aun me pertenecía que había esa conexión cuerpo y alma. El estómago se me contrajo, los músculos de mi cuerpo sufrieron de una tensión que empezó desde mis patas pasando por cada centímetro de mi cuerpo concentrándose en la garganta de la cual el sabor a sangre aumentaba y como si se tratase de un shock eléctrico un grito de sufrimiento salió por mi hocico, pero eso no fue lo único que salió de él. Mi lengua sintió el sabor único de la sangre y una suave tos comenzó a sofocar mi interior y exterior coágulos de sangre comenzaron a salir… Ver y sentir aquello me dejo en un estado en donde ya no podía reaccionar ni a mi pensamiento, cerré los ojos para no ver nada pero el aroma de la sangre se impregnada en mí. ¡¡AYUDA!! Quise gritar pero era en vano, ellas no me entendería.

Off: Disculpa la demora, he tenido una gran variedad de problemas que me impidieron responder.

por **Ankhiara - Cannette** Vie Ago 26, 2011 11:30 pm

El olor de la humedad se escabulle entre las débiles fosas nasales de Cannette, puede percibir ese hedor a tierra mojada desde el interior de la cabaña, sus ojos débilmente buscan entre los recuerdos de un baúl abandonado, el grimorio que ayudaría al felino en su cruzada para sobrevivir. Está cansada, necesita reposar pero para ella es imprescindible la vida de un extraño antes que la propia, sobre todo si ese alguien le ha salvado la vida. Muerde su labio inferior, Ankhiara la reprime. Se supone que ella es la bruja que no se mete en problemas, entonces ¿Qué hacía en el bosque a esas horas de la noche? No se sabe con exactitud la intención quedada en la memoria de Cannette, sólo ella comprenderá sus razones. Su hermana comienza a sentirse culpable ¿Habrá sido ella quien no le dio otra opción a Cannette más que salir huyendo de la atadura que representaba? Baja su mirada al suelo, completamente ensimismada ignora el dolor del felino, está batallando contra sus propios demonios y ¿Quiénes son? Sólo ella, solo Ankhiara frente al espejo. Mientras tanto la gemela herida por la batalla, se enfrenta contra la idea que tiene su cuerpo por caer en la inconciencia, primero debe encontrar ese texto.

El polvo viaja desde la textura de una hoja amarillenta y antigua, hasta los alrededores de la habitación desolada. Las diminutas partículas parecen ser el polvo que las hadas depositaron en los sueños olvidados de los mortales, la luminiscencia que se escabulle entre los espacios del techo y ese vaivén mágico de las llamas en las velas, hacen del espectáculo una maravilla poética. Si hubiese sido otra ocasión, los demonios le cantarían a la luna el versículo prohibido de un aquelarre y entonces se iniciaría la festividad, el credo sería suyo, ¡No era así! No existe nada por lo que alegrarse. La muerte se asoma desde las penumbras del infinito bosque, amenaza con arrastrar hasta su posada a alguna de ellas, su manto negro se confunde con el de la noche, pero esa cara huesuda y carcajeante jamás podría ocultarse. Los labios de Cannette siguen soplando el papel para desvanecer el polvo acumulado en él, desdobla el pergamino con impaciencia. Sólo un par de páginas lo conforman, su escritura apenas si logra percibirse, no está escrito en Francés, mucho menos en su idioma… es Hebreo antiguo, el que rige el origen de la magia. – Ankh, necesito que me lo leas yo lo traduciré. Mi vista se ha tornado borrosa – Confiesa. Extiende su brazo hasta donde se encuentra su hermana y vacila antes de llegar al lado del cambiaformas, pasa su mano por encima de su pelaje, lo acaricia con delicadeza mientras es observado con la preocupación en los orbes ambarinos de la bruja. Realmente deseaba su salvación.

Al sentir el contacto de su piel con la de Cannette, despierta de su sueño y toma el pedazo de libro que le era extendido. Frunce el ceño ¿Qué carajo era todo eso? Ella no comprende el idioma, no sabe si lo que leerá será una invocación o sólo información recopilada de un demente empedernido y amante del ocultismo. Niega con su cabeza, sabe que su hermana terminará por caer tarde o temprano, la cura a sus heridas ya estaba en proceso pero necesitaba el reposo, también entiende que, mientras el gato esté herido, no descansará. Suspira lamentando la benevolencia de Cannette, no conoce a nadie en el mundo con un corazón tan noble como el de ella o… ¿sí? Después de todo, ella termina haciendo lo que Canny dicta. Inicia su lectura, tartamudea… lo hace a pausas pues primero necesita descifrar el garabato. Mientras Ankhiara leía, Cannette traducía lo mejor que su escaso conocimiento se lo permitía.

“Y la luna fue testigo del castigo de los dioses al hombre; sus pies se encogieron, de sus manos surgió pelaje tan negro como la misma noche, las fauces de un gran monstruo se apoderaron de su rostro, los ojos se incendiaron en frustración, las palmas de sus manos mutaron en garras. Fue en ese instante en que gritó pero sólo el rugido de una bestia se escuchó a los alrededores. Él debía pagar a Gaia por el error y la madre tierra lo maldijo desde su perspectiva, pero para los animales nunca ha sido otra cosa que una bendición, un hombre con habilidades que jamás podría imaginar, un mortal con el poder de entender la vida de la naturaleza; el rugido de las bestias”

Ciertamente el texto no está completo, en alguna parte de esa cabaña se encontraba la otra mitad del libro, era demasiado tarde para buscarlo. Cannette observa por el rabillo de su ojo al felino. Parece que se ha quedado dormido o… - ¡Ankhiara, Ankhiara! Haz algo por favor, no dejes que… - Sus fuerzas decaen en ese instante, se marea, puede caer en cualquier momento, pero se aferra a la pared más cercana, respira profundamente y trata de incorporarse - ¿recuerdas la concesión de energía? ¡Hagámosla nuevamente! – Toma de las manos a su hermana para iniciar el ritual, pero por otra parte era para mantenerse de pie a su lado. Una concesión, en el estado en el que se encuentra podría dejarla catatónica. Ankhiara niega con su cabeza – Yo lo haré – susurra alejándose de su hermana colocando las palmas de sus manos sobre el cuerpo del felino. Sus ojos se cierran, sus labios pronuncian palabras inentendibles, está sumergida en una concentración que presumiría de seriedad. Un halo de luz se percibe bajo sus palmas y es absorbido por el cuerpo herido del gato. Sus labios continúan balbuceando frases sin sentido alguno, el viento comienza a soplar de una forma descomunal que amenaza con tumbar las frágiles vigas de la choza, la pared es azotada por su furia. Las ramas de los árboles aúllan al igual que los lobos, tal pareciera que se avecina una tormenta, los relámpagos acechan los espacios en el techo, la temperatura disminuye… El vaho de la bruja se logra ver desde un ángulo superior, su respirar se agita y, en el segundo en que ella abre los ojos para culminar su conjuro, un relámpago ilumina la obscuridad ceñida sobre los tres seres de la cabaña…

por **Sophia D'Luca** Miér Ago 31, 2011 10:40 pm

Como demonios danzantes podía sentir que entre la oscuridad que me encontraba veía más allá de lo que normalmente podría ver un ojo humano, había perdido la conciencia de mis actos y pensamientos, ya no estaba en la tierra, ya no estaba inmersa en la noche que como aliada de aquellos demonios venían en búsqueda de mi alma, el mundo espiritual parecía sacado de la mejor obras de artes, colores sobrios, velos por todos lados espíritus observando el cuerpo de un alma herida, ya no tenía cuerpo, no tenía pelaje, no tenía corazón en ese momento solo era una energía que se aferraba a lo único real que tenía, la vida. ¿Qué es la vida? Pregunto alguien que su voz se opacó con los destellos de luces que se acercaban, gire por todos lados mirando, buscando a los únicos humanos que estaban conmigo, pero no eran ellas, ¿Qué es la vida? Volvió a preguntarme, ahí en completo silencio mire mi cuerpo que yacía recostado en aquel lugar. Mire con algo de ansiedad ya que las palabras se agolpaban en mi ser ese momentos – La vida es vivir – dije con suavidad escuchando el eco de mis palabras retornar a mi como agujas que hacían sentirme aún con vida. ¿Qué es vivir? Otra pregunta, otro acertijo en ese momento mi energía comenzó a brillar, comencé a sentir que todo a mi alrededor brillaba de una manera sin igual. Tenía una respuesta para aquella pregunta, claro que sí.

Vivir es sentir que el viento pasa junto a nosotros.
Vivir es saber que la lluvia cae desde el cielo
y que con ella, la naturaleza revive feliz y preciosa.
Vivir es saber que todos los días saldrá el sol,
es conocer que nos rodean seres maravillosos
y monstruos que deberían desaparecer bajo el cielo.
Vivir es sentir que nuestro cuerpo se despierta,
que tenemos la sensibilidad para sentirnos emocionados,
ante el contacto de otro ser, que nos acaricia dulcemente.
Vivir es saber que somos todos un granito de arena
en un planeta lleno de felicidad y de dolor,
Vivir es querer e intentar ayudar a los que sufren,
con un granito de algo que sea nuestro, personal...
Vivir es saber que todo se mueve a nuestro alrededor,
esperando levantarnos al próximo amanecer.
Vivir es sentirnos cogidos de la mano de otros seres,
que desde cualquier rincón del mundo nos serien.
Vivir es reír con el que ríe, llorar con el que llora,
saber dónde y porqué tenemos enemigos
y reírnos si son gentes que no quieren sonreír,
y si no saben jamás tendernos su mano,
porque ellos deben seguir, lejos de nuestro espíritu.
Vivir es simplemente sentirnos vivos,
Amar a nuestra gente, familia, amigos, conocidos,
y saber sonreír y tener sentimientos positivos,
aún en momentos de profundo dolor y oscuridad.
Porque, Vivir es solo eso Vivir, caminar y avanzar,
para poder sentirnos siempre Vivos...

Aquellas palabras salieron de mi alma, de mi cuerpo era la mezcla entre aquellos dos mundo el limbo quizás, pero ahí estaba yo respondiendo una pregunta que nunca pensé responder, aun viviendo con la esperanza muchas veces me rendí, me deje caer, maltratar pero cuando las cosas van más allá de aquel reino todo cambia.

Un dolor electrificante comencé a sentir en cada parte de mi cuerpo, palabras sin sentido de alguna lengua extraña podía escuchar y en lo que una vez hubo luz termino por oscurecerse por completo, ya no estaba en energía, si no que estaba en cuerpo, unida a lo que más me gustaba vivir, en medio de la oscuridad logre sentir, nuevamente la humedad del suelo, la voz de aquella pelirroja en la lejanía se iba acercando lentamente, ya no estaba en penumbras si no que basto un rayo el más fuerte de todos para que mis pulmones se inflaran, explotando en una respiración que profundamente me devolvía a la vida, mis ojos se abrieron como si hubiera estado durmiendo todo el tiempo la imagen borrosa ahora cobraba vida podía ver la realidad que me envolvía, el llanto ahogado de un dolor ajeno cubría mis pensamientos, estaba viva. Mi corazón latió con fuerzas filtrando la sangre que volvía a recorrer mi cuerpo de un extremo a otro. Gracias fue mi pensamiento al ver aquellas manos sobre mi cuerpo.

por **Ankhiara - Cannette** Miér Sep 28, 2011 12:38 am

La tormenta se traga a la tierra tras su paso, desquebraja la fortaleza de los árboles y los amenaza con derribarlos tras el resplandor de sus relámpagos, el cielo ruge con ferocidad, los animales se inquietan, la luna huye a su escondite en el amanecer. El balance se ha rompió. La bruja conoce las consecuencias que acarrearán sus acciones, la mirada de tristeza, la mueca amarga en sus labios, la serenidad de sus movimientos… Está hecho, no existe marcha atrás. La cambiaformas sobreviviría porque Ankhiara consiguió arrancarle su alma al ángel de la muerte, porque fue la pelirroja quien arriesgó su vida a cambio de alguien más. ¿Sacrificio? Sí, pero no por el animal, el mundo entero reconoce lo valiosa que es Cannette para ella. Deja salir su aliento, se encuentra completamente agotada. Marcas extrañas aparecen en sus manos semejantes a las quemaduras provocadas por el fuego, manejar ese tipo de energía, aún para un experto, resulta devastador. Las rodillas le fallan y caen al suelo, su cuerpo se encuentra débil pero no es nada que un poco de descanso no solucione, sin embargo, se puede apreciar en su rostro, la piel demacrada… Cualquier extraño podría asegurar que esa bruja es más anciana de la edad real que tiene, cada que realiza esa invocación, años de su vida perecen a cambio de nada o ¿Sí? Con la gratitud de Cannette le basta, pero ha decidido que será la última vez en la que haga una concesión. Cierra sus ojos con lentitud, sonríe satisfecha… Al menos reconoce que su bondad no es un mito.

Afuera la tormenta no es más que sólo la imaginación del paso de la muerte sin conseguir un alma que arrastrar hasta las profundidades de su abismo. La luz de un nuevo día se escabulle entre las hojas amarillentas de los árboles, el viento las acaricia y despeina excitando su libido para hacerlas carcajear en un susurro casi místico. Cannette se aproxima hasta donde yace su hermana admirando el tejado desgastado de la choza en la que se encuentran, se arrodilla frente a ella, su cabeza posa en el arco de su cuello – Gracias – Logra murmurar antes de desviar la mirada hasta el felino, a partir de ahora todo depende de él. ¿Cuál es su razón para vivir? Aún cuando sienta haberlo perdido, aún cuando se esperanza se haya visto desvanecida por el dolor, Cannette sabe que el tiempo de esa criatura no ha llegado. El destino la arrastró junto a ella para ¿Protegerla? ¿Salvarla? ¿Ayudarla? Las telarañas que se han cruzado esta noche son inciertas, no puede adelantarse y arrojar las runas para admirar lo que el futuro les depara, los augurios han muerto y con ellos cualquier visión o advertencia. ¿Será acaso que sería ella quien las rescate a las dos? La pelirroja pasa su mano sobre el pelaje del animal, aspira el aire que la rodea profundamente y lo deja salir despacio, encontrando la tranquilidad perdida. Ya estaban a salvo, las tres allí, reunidas en un rincón de París aparentemente abandonado pero con el calor que tiene un hogar.

El sonido de su estómago rugir la saca de su ensimismamiento, recuerda la última vez que proó bocado… ¡Maldición! Seguramente su pequeño amigo también tendría hambre al despertar, pero allí no había nada que pudiese servirles de alimento más que las hierbas con las cuales preparan sus brebajes. Se pone de pie con dificultad, Ankhiara la mira con recelo y la detiene antes de que trate de dar un paso hacia la salida. – Espera – Esboza una sonrisa, la mano con la que sujetaba a su hermana cae rendida a un costado – Aún estás débil, no puedes cazar… El centro de la ciudad está a kilómetros, no existe ánima que nos socorra Cannette. – Pronuncia con seguridad, Ankhiara conoce los pensamientos de su hermana mejor que los propios, por eso no le fue difícil adivinar a donde es que iría – Seguro ella lo comprenderá - ¿Ella? ¿Cómo lo supo? En el momento en que sus almas se unieron en la concesión de energía, la bruja pudo ver el rostro del humano tras la bestia, el color de sus ojos y la voluntad de su corazón. Una de las razones por la cual no se arrepentiría de haberle entregado una parte de su vida.

por **Sophia D'Luca** Dom Oct 09, 2011 4:12 pm

Poco a poco conseguía despertar de aquel dolor que me había tocado vivir, mi respiración con lentitud volvía a una extraña normalidad y mi ser felino aclamaba por algo haciendo que mi interior se inquietara por completo, aun habían cosas que no conocía pero para eso estaba ahí para conocer lo que me faltaba. La tormenta se alejaba del lugar donde nos encontrábamos las tres, era extraño decir aquello pero mi alma había sentido aquella energía calar hasta lo más hondo de mí. Pasaron pocos segundo y logre ver con claridad el lugar, su humilde morada que me daba cobijo una noche que pudo ser la última, pero no lo seria gracias a ellas, las brujas que eran mal vista por todos, habían dado su vida literalmente por mí, alguien que aún no encontraba el verdadero sentido a la vida. Con lentitud, estire mis cuatro patas para que mi cuerpo se volviera acomodar cada hueso sonó uniendo y dándome una fortaleza diferente, esa era yo una mujer con alma de felino que no se daría por vencida. Abrí mi boca, el aire frio entro por ella y calo en mi ser como agujas despertándome, sacándome de aquel lecho que poco antes había parecido ser mi propio lecho de muerte.

Me quede ahí mirando a las hermanas, agradecía, pero aún me faltaba algo por hacer, las luces del día en la lejanía se hacían presentes y mi alma necesitaba un espacio más grande para habitar, echando mis patas delanteras hacia adelante enterré mis uñas en el suelo húmedo y un rugido desbocado salió de mi interior, mis sentidos se volvieron agudizar aun cuando el resentimiento de la pelea seguía latente sabía que era algo necesario, para mí. Ellas o al menos una de ellas sabía quién era, tal como ella yo la había visto de otra forma, de otra manera quizás podría atreverme a decir que de una manera intima. Mi cola se engrifo y mis ojos abiertos mostraron la grandeza que había detrás de aquel pelaje; mis garras ya no eran las mismas mi pelaje desaparecía provocando escalofríos reiterados en mi piel que pálida se mostraba, mis dientes ya no tenían ese filo si no que todo, con calma volvía a la normalidad. Mi corazón se calmó, mis pulmones se agrandaron, mis sentidos seguían abiertos por que de ellos nunca me desprendería. En ese momento cerré mis ojos, apretándolos con fuerza mis brazos abrazaron mis piernas ocultando la marca que me había dejado aquel lican en una de mis costillas. ¿Por qué? Simplemente porque las marcas de batallas en mi cuerpo normal quedaban grabadas por algunas semanas, un lapso largo que me haría recordar esta noche pero al final… todo desaparecía.

Ankhiara, Cannette – mi voz salió casi como un suspiro de mis labios, tome aire para no sentir aquel mareo que me venía cada vez que pasaba una mala noche – Mi vida… - abrí los ojos para mirarlas, no quería suponer así que me dedique a observar la grandeza de ellas dos – Mi vida estuvo en sus manos y agradezco el hecho de darme esta oportunidad… Los gatos tenemos siete vidas y al parecer solo me quedaba una – baje la mirada buscando algo a que afiatarme, apreté con fuerzas mis piernas y sin mirarlas volví hablar – El ángel de la muerte me visito, venia por mi… me iba a entregar a él, pero… recordé lo que es vivir y si no fuera por su hermandad nunca hubiera podido doblarle la mano al destino, gracias, por ayudarme en el momento que pensé que nada valía, sus fuerzas, su magia me ha salvado… ahora – suspire para no caer en desmayo, levante mi cabeza sintiendo que mis palabras no serían olvidadas que tanto ellas como yo las recordaríamos – Ahora es cuando quiero vivir y descubrir cuál es el verdadero sentido de mi vida – Sonreí suave, hacía mucho que no lo hacía por la simple razón que no tenía ganas de sonreírle a la vida, pero ya me había demostrado a mí misma que mi vida valía, valía más de lo que alguna vez imagine – Sophia es mi nombre, Lit como gato y Leis como gueparo – ellas más que nadie merecían conocer mi identidad y tras mis nombres al fin lograba entender su verdadero significado, Sophia sabiduría, Lit voluntad y Leis fortaleza, algo que me había sido necesaria esta noche donde el mas oscuro verdugo esperaba por mi. Ahora ya nunca más seriamos desconocidas, algo más fuerte nos mantenía unidas un pacto de protección mutua.

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