El camino desde Inglaterra //Priv. Lance Galahad

Inglaterra, uno de los lugares que la vampiresa había visitado, disfrutando de la moda, y de los paseos por las calles, a veces tán frias y oscuras como las novelas de terror que tanto disfrutaba leer, el sonido de sus zapatos se hacía sonoros contra la mojada piedra de las calles inglesas, niebla y frio, era un ambiente que sin duda deseaba y le gustaba, haciendo girar el mango de sus paraguas, mirando las gotitas salir disparadas debido al resbalar de la tela de este.

Para variar llovía, algo común en esta tierra, más eso no era un impedimento para la cainita de caminar por las calles, disfrutar del frio, mientras pasaba viendo como el resto de la gente que allí paseaba iban bien abrigados, con sus narices rojas a causa del frio. Lo único que podría dar calor sería el sabor de la sangre, recorrer la garganta, revitalizando los sentidos de la pequeña vampiresa, su antiguedad no era visible a su aspecto, pues el abrazo le llego en su adolescencia, y eso ahora era algo que lamentaba y a veces enfurecía.

Seguía siendo una autentica lata en no poder entrar en locales para adultos por que la considerasen una niña. No poder disfrutar de una copa de vino de no ser por engaños, o tratar con la carroña de baja moral que accedía a las ordenes de la rubia a cambio de algo despues, más muchos encontraban lo que había detrás de la pequeña damisela, y era un monstruo sadico sediento de sangre. No era algo que la entusiasmase tener que segar vidas solo por que hay mortales que siempre buscan aprovecharse o saciar sus más bajos instintos con quien no deberían. La vampiresa poca paciencia tenía y cada vez la perdía más rapido, sobre todo cuando otro se intentaba propasar con ella.

Cuando era más joven solía seguirles el juego hasta cierto punto antes de mostrarles lo que ocultaba tras una cara bonita y una celeste mirada. Ahora simplemente si no estaba ociosa no perdía el tiempo en esos pequeños juegos, muchas veces prefería que sus presas forcejeasen y se intentasen defender, le era divertido, aunque tambien podía ser por dejarse llevar por la nostalgia, y añorar una lucha como las que había enfrentado alguna vez en su tierra natal, añoraba esos tiempos, pero debía admitir que esta tenía sus cosas buenas, por ejemplo algo tán efimero como la moda.

Siguió jugando con su paraguas parandose en la plaza, mirando al frente, vacía y la niebla no dejaba ver mucho más allá, alguna que otra persona que cruzaba la plaza la observaba con extrañeza preguntandose que hacía allí una damisela a esas horas, con esta lluvia, Arikel solo deslizaba la vista a mirarle de manera fugaz, preguntandose si le merecía la pena por su sangre o simplemente lo dejaría pasar. Se dejaba llevar demasiado por la sed de sangre, nunca se molestó en esceso en controlar aquello, simplemente evaluaba las ganas o si le merecía o no la pena, y no era el caso. Dejó escapar un suspiro mirando al frente, llevaba ya tiempo allí y tenía cierta intención de cambiar de aires. El conocimiento residia en el viaje, o asi lo pensaba la platina vampiresa. Más entrecerró sus claros ojos con la vista fijada al horizonte, con la mirada perdida, algo captaba, aunque no sabía bien que era, quizás otro grupo de personas deslizandose de un local a otro buscando entrar en calor a golpe de vasos de alcohol, volvió a girar el mango de su paraguas haciendolo girar de distraida forma.

Estando demasiado sumida en sus propios pensamientos, girando su parasol de manera distraida, con la mirada perdida en la nada, quizás de vez en cuando percatandose del pulso de los que cerca de ella paseaban, pero nada que hiciera remarcar su interes, seguía ahí inmovil, a excepción del nombrado para sol giratorio por sus dedos. Más un pequeño impacto la despertó de sus pensamientos haciendo que por unos segundos casi se le fuera, pero ese alguien fue avido en reflejos pues lo impidió junto a una disculpa que casi se ahoga  en acabar la palabra. La rubia levantó la mirada para observar con quien se había topado de tán sorpresiva forma, con el semblante ciertamente inexpresivo y con una mirada algo penetrante. Más mayor fue la sorpresa cuando aquel hombre pareció sonreir satisfecho por algo que en ese momento a Arikel se le escapaba por aun seguir demasiado distraida, más la siguiente frase si que le sorprendió, pero cuando fue más especifico la rubia enarcó una ceja. -Veo que no tanto ya que me habeis...descubierto.- Dijo con aire serio, observandolo fijandose en su palida aura. Aunque le miro de manera inexpresiva realmente estaba sorprendida de lo galan que se mostraba aquel cainita, una reverencia y el tomar la mano de ella para besarla hizo que la rubia empezara a mostrar signos de sorpresa observando con cautela los movimientos de este. -Un placer Lord Galahad, soy Arikel, Arikel Voerman, el gusto es mio.- Respondió educadamente. La verdad le fue grata la sensación de que no la tratasen como a una jovencita, aceptó la invitación del caballero y le acompaño accediendo a tomar el brazo de este.

Ciertamente se sorprendió del lugar que escogió, desde luego un lujoso sitio, la vampiresa se mantenía seria observando a los allí presentes, mientras se dirigían a la parte del reservado, mentiría si dijera que la cosa la ponía ciertamente tensa, sobre todo por lo lanzado que era aquel cainita, amistoso, y ciertamente descarado, la rubia se sentó observandole, ladeó la cabeza mirandole. -Vaya, veo que lo de dar rodeos y tener tacto no se le da del todo muy bien, pero bueno, si tanto interes tienes...- Suspiró la vampiresa, no le molestaba la pregunta, ni siquiera lo más minimo, solo le pareció atrevido y eso ciertamente la tensaba algo. -Está bien, supongo que al igual que habeís notado mi aura, habreis notado mi edad....Es sorprendente que hasta los 17 viviera engañada de la existencia de tal oscuridad salvo la de los dioses, que ironico...-Suspiró mientras guardo silenció cuando vinieron con el encargo para beber, y finjir ser corrientes, como el resto de los mortales y esperó a la discrepción para continuar. -Mi padre acababa de volver de una de las batallas esa noche, me había ido a dormir con mis absurdas inseguridades y mi ignoracia hasta que despertaron los gritos de mis padres y mis hermanos...fué ir al salon y el suelo era rojo carnesí y ninguno de los cinco pertenecía ya a este mundo ¿triste verdad?- Deja escapar una cinica risa provando el vino servido. -Al menos pude hacer algo, agarre la espada de mi padre y se la clavé en el estomago...para mi sorpresa apenas una mueca de dolor, y seguía en pie...despues.....solo recuerdo el gelido aliento en mi cuello, y un angustioso despertar, con una sed insaciable...desconcierto, seguir al ser que más odiaba y más quería.- Hace una pausa mirando a aquel caballero. -¿Te ha entretenido? su turno...- Dijo ladeando una maliciosa sonrisa observandole con avidez mientras daba otro trago a la copa.

La chica saboreaba meticulosamente el vino, no entendía mucho de ellos, y con su vampirico paladar no iba a ayudarle a ello, pero siempre se podía disfrutar de la ocasión de beber alcohol, la rubia miraba la copa ladeando la cabeza levemente, mientras esperaba que ahora aquel curioso cainita, que le dió de primeras la dulce sensación de estar hablando con un neofito de la especie. Le resultó algo curioso esa afirmación de que no había coincidido con otro vampiro. Dió un pequeño sorbo a su copa de manera pensativa. Pero algo en esa conversación le llamo la atención, hizo que alzara una ceja. -¿Enserio? ¿tan simple como eso? ¿te cansastes y le matastes? .- Dijo tensandose ciertamente, no sabiendo si tomar eso como una anecdota o si era una amenaza leida entre lineas.

Ladeó nuevamente la cabeza ligeramente tensa, pero no quisó remarcar en eso. -Yo tambien asesiné a mi Sire por venganza...- Comenta entre dientes. Le mira con detenimiento, le sorprende el echo de que no se haya cruzado con otro cainita. -Se que hay más vampiros, conozco un par de ellos por aquí, aunque no muy recomendables.- Comenta Arikel mientras desliza suavemente el dedo por su copa. Y mira la sala distraidamente mientras escucha las palabras de Lance. -No solo hay vampiros...si no que tambien hay otras criaturas de la noche, pero como bien la discrepción es importante ciertamente y más en estos tiempos ciertamente.- Chasqueó la lengua pensativa, no muy segura de revelar esto por si les oían, así que echó un rapido vistazo alrededor para asegurarse que nadie indevido estaba escuchando, ni siquiera el camarero y miró de nuevo a Lance.- Ciertamente ya he llamado un par de veces, y muy a mi pesar está empezando a tener unas consecuencias exageradamente molestas, así que no descarto el marcharme de aquí a seguir conociendo el amplio mundo.- Sonrie de medio lado mostrando levemente sus afilados colmillos.

Se recuesta en su propio asiento y empieza a jugar con un mechon de su platino cabello, sin perder de vista al caballero que tiene ante ella, mientras amplia su ladina sonrisa. -Ya que estamos conociendonos con este interes tan repentino, voy a atreverme con preguntas algo más personales...¿has sido convertido aquí y no te han enseñado los sitios por donde es más probable cruzarte con otro cainita?.- Ladea la cabeza con cierta curiosidad mientras entrecierra un poco los ojos. - Y ahora algo mucho más personal...¿Que tipo de sangre le gusta querido?- Un poco de liviana conversación dandole ese toque impertinente quizás despeje las dudas sobre las intenciones de ese galan tan caballeroso. Rara vez se encuentra a alguien que sea encantador persé, y con la frialdad que expresó que mató a su Sire por que le aburría habia puesto a la vampiresa en tanto inquieta por sus verdaderas intenciones, o impactada por la tremenda sinceridad de este.

La vampiresa observaba a su compañero vampiro, mientras enlazaba los dedos frente a sus cara dejando solo visible sus celestes ojos, a medida que el vampiro hablaba empezó a despertar los instintos de cazador que poseía la joven noruega, la rubia ladeo la cabeza gustandole la rica explicación que daba el vampiro y su gusto por la sangre, según iba dando los detalles pudo apreciar como él mismo se dejaba llevar por el recuerdo de seguro acciones pasadas, en cuanto a Arikel sus celestes ojos empezaron a cambiar al color del rubí despertando asi a la bestia que escondía la vampiresa, por suerte solo Lance era el que tenía visión de dicha naturaleza y revelación con los rojos ojos de la muchacha.
Desde luego aquel vampiro tenía buenos y exquisitos gustos, no iba a negar eso, pero especialmente la descripción de la segunda le había abierto el apetito que aplacó bebiendo un poquito mas de su copa, antes de buscar la calma para volver sus rubí a los celestes habituales. -Uhm....me despiertas el hambre, eso suele ser peligroso.- No dijo ninguna mentira, pues muchas veces la chica le costaba manejar alguna de sus emociones, sobre todo y especialmente la de la ira, solía dejarse llevar por ella y por su glotonería a la hora de ingerir sangre.

Exhaló ligeramente descubriendo su rostro en una sonrisa que mostraba sus colmillos afilados, tambolireo los dedos sobre la mesa, enarcando una ceja cuando fue ahora él quien preguntó, ella dejó escapar una ligera risa por la cuestión puesta por el cainita. -Si...creo que te doblo la edad, lo cual me da ciertas ventajas bastantes interesantes.- Dijo de manera tranquila mientras clavó su vista en su copa, ladeó maliciosa la sonrisa antes de alzar la vista a volver a mirarlo. -Pues al contrario que a usted mi Lord, yo prefiero la sangre de hombre, ya que es lo que atrae, encontramos mas delicioso algo cuando nos atrae, generalmente y a modo de fetiche mi sabor preferido es cuando la presa ronda entre los 25 y los 35.- Se rió por la ligera confesión delante del otro vampiro.
-No comparto mucho el sabor de los niños, pero es cierto que es mas deliciosa cuando son tan inocentes, que ironico, como la propia personalidad o condición influya en la sangre.- Se relamió lentamente pensativa. - La tortura y la adrenalina siempre le dan un toque delicioso, y entre tú y yo adoro entablar batalla con la presa, que se desconcierte por mi aspecto y crea que puede ganarme, que no supongo una amenaza, son tan dulces cuando creen eso.- El tono burlon en la vampiresa se hizo notable. - De hecho muchas veces me dejo herir por la presa, dejo que crean que me hieren de muerte, y me resulta graciosa la cara que ponen cuando el acero me atraviesa y ven que no he fallecido, que no estoy herida de muerte y que me mantengo en pie, el momento justo que ven a la bestia apunto de deborarlos.

La conversación había tomado un tinte que le había gustado mucho, seguramente al vampiro le habría parecido curioso el hecho de que se dejara herir. -Aunque he de admitir que no siempre mato a la presa aunque beba todos los dias, pues eso me impide el hecho de volver a disfrutarla, igual que la sangre de los artitas, me gusta ir al teatro o a la opera, y colarme despues a probar su "distinguida" sangre, aunque bueno..seguró que tu eso lo catas mas amenudo.- Se rie de manera maliciosa, pocas veces se podía conversar de ese tipo de cosas con nadie. Observó con atención al vampiro mientras se le pasó una idea por la cabeza. -¿Querrías acompañarme en una caza?.- Dijo con un una sonrisa maliciosa, la conversación había despertado su feroz apetito vampirico.