The Fool, The Jester

por **Kavi Reveneki** Jue Dic 07, 2017 6:52 pm

"The crow, the cat, the bird and the bee
I'm sure they would agree
That my one is falling for tricks,
Smoke and mirrors playing your wit"
"Agnes Obel", Smoke & Mirrors

─¿Queda pollo?

─No, infante cagón, sal de aquí. Estoy esperando al próximo cliente, no quiero que tu cara de primate los espante.

Arek, su hermano, dejó escapar una risilla. Le propinó un suave empujón y Kavi, escupió un alarido de dolor significativamente exagerado.

─Infante endemoniado ─gruñó, con una media sonrisa decorando sus labios─. Verás cuando te atrape…

Mostrando su lengua, Arek escapó de la tienda y lo dejó nuevamente solo. Solo, con su botella de ginebra. Le propinó un trago, víctima del aburrimiento. Por alguna extraña razón, los miércoles, nadie sentía la necesidad de resolver los misterios de su vida ante un gitano. Kavi hubiese salido en busca de clientes frescos, sin embargo, beber la noche anterior no había repercutido positivamente en su estado físico actual. Así que, que mejor forma que combatir la resaca que con alcohol. Tomó la corona que colgaba casual sobre su cabeza y dio vueltas con ella alrededor de su dedo. Se la puso, se la quito, la colgó del respaldo de su silla. Dio otro trago a su botella. Volvió a despachar a su hermano. Nadie llamó a su tienda. Ahogó un gemido de puro sopor y al fin, decidió ponerse en pie y emerger para tomar aire fresco. Cuando descorrió las telas purpura de su extravagante tienda, se topó frente a frente con quién supuso que era, un esperado cliente.

─Oh ─masculló─. Vaya, esta no era la presentación que esperaba. ¿Puedes volver a entrar?

Obligó al cliente a retroceder y corrió la cortina.

─Pasa ahora ─farfulló con un “disimulado” carraspeo.

Esta vez sí, la cortina se descorrió y él estaba allí, esperando con una lobuna sonrisa en sus labios de gitano y la arrogante corona de monarca hundida entre los espesos rizos de su cabello.

─Bienvenidos, bienvenidas. ¿Tus problemas resultan angustiosos? La solución hallaré en los posos. ¿Sueños incumplidos? Mis cartas te abrirán caminos divinos. ¿Y si mis rimas desastrosas te han convencido? No está todo perdido ─empujó al cliente hasta la mesa y lo obligó a tomar asiento frente a la misma─. Relajaos, que este humilde gitano va a-

─¿No queda nada de pollo?

Con una sola mirada, Kavi hizo recular a su hermano, que calló al instante. Pálido, sabía que había hablado en un mal momento.

─Lárgate ─siseó el mayor de los dos hermanos.

El niño, salió corriendo y Kavi regresó la atención a la visita.

─¿Por dónde íbamos? ─preguntó, esbozando una sonrisa pirata.

por **Epoch** Dom Ene 07, 2018 11:20 pm

Pues quizás debería empezar por el principio, aunque ese es en parte el problema. Verá usted, pude reconocer el asentamiento, podría decir que hasta me resultó fácil una vez que llegué a las orillas de la ciudad orientarme hasta aquí. Mi memoria visual parece intacta, pues cada paisaje me sonríe como un viejo amigo con sus valles y sus cimas, que me dicen que estoy en casa. Sin embargo...
Mire, recuerdo París, recuerdo estar ahí. Pero no puedo recordar nada antes de la noche y la ciudad, caminar confunido... Entonces doble en una esquina y algunas memorias comenzaron a aparecer. Construcciones y casas de un barrio familiar y al fondo de cierta calle un lugar abandonado en cuya fachada aún se podía leer: "Moon Mountain" Era... un bar. Pero, ya le digo... ¡era un lugar abandonado! ¿Que significa todo eso?

¿Por que no puedo recordarlo? Hay otras cosas que si recuerdo. Mi nombre por ejemplo... Höchsten. Al menos recuerdo a alguien llamándome así. - Mira apenado a su interlocutor durante una breve pausa, es la primera persona con la que podía hablar además de su insidioso pensamiento desde que despertó de nuevo a la consciencia-

quizás debí haber empezado por ahí, por mi nombre, pero es que, disculpe usted, la gente... es díficil que le hablen a un desconocido, entonces, uno debe recurrir a aquellos cuyo oficio es hablar. Usted me entiende, ¿verdad? No estoy seguro que sus oráculos puedan ayudarme, pero al menos tengo este breve espacio para dejar escapar un poco del río de pensamientos que me asedia. El cambiaformas se siente algo liberado ya de una carga desconocida tan sólo por poder expresarse, aunque su corazón duda y esta duda le hace callar un instante, dejar que aquel a quien le habla responda, se defienda, o replique... en su pensamiento retiene sin mucho afán los últimos recuerdos que le quedan: "Recuerdo la ciudad, recuerdo la noche. Recuerdo estar ahí, vagando, cansado, hasta caer rendido y entonces dormí...
...y no recuerdo despertar.... "

por **Kavi Reveneki** Sáb Feb 10, 2018 9:08 am

Kavi palideció ante el hombre que se vio atraído hasta su tienda. Era extraño sin duda que un hombre como aquel acudiera a los servicios de alguien como él. En su mayoría, Kavi lidiaba con viudas, ancianas u hombres desesperados por amor. Sin embargo, aquel tipo no parecía ninguna cosa de aquellas, quizás la última, o la primera, nunca eran escasas las ocasiones en las que uno se veía sorprendido durante su limitada vida.

─Bienvenido, pase, pase…─murmuró contento─. Dígame su nombre por favor.

Al fin algo de dinero, no le vendría nada mal, pero nada nada mal. Últimamente, su hermano pequeño había ido en busca de conejos mientras él se dedicaba al circo o a la lectura de cartas. No es que no fuera buen cazador, pero al pequeño parecía divertirle mil veces más que el retorcer el cuello de aquellos inocentes animalillos. ¡Negaría mil y una veces a quien osara insinuar que lo que le ocurría era que sentía lástima o que era demasiado débil! Tomó asiento frente al hombre, escuchando atentamente su relato. Su mente divagó aquí y allá entre líneas, incluso se permitió escupir un bostezo y rascarse los espesos rizos. Diablos, ¡como picaban! Se preguntó si el enano le habría vuelto a transmitir los piojos. Maldito mocoso.

─Ya veo─ respondió, inclinándose sobre la mesa con aire profesional. Sacó su taco de cartas y los extendió─. Déjeme consultarlo con la baraja.

Posicionó las cartas en un triángulo, como siempre hacía. Le pidió al hombre que escogiese la última carta que colocaría y la posicionó de cara. El loco, hizo su presencia en la ilustración. Kavi se reclinó contra la silla, fingiendo estudiar la carta. A falta de verdaderas habilidades, bueno era su pico de oro para encubrir que todo lo que escupía por aquella boquita eran falacias. Se irguió, como dando con la solución.

─¡Oh! Ya veo lo que le pasa a usted; falta de memoria, recuerdos borrosos, pensamiento, errático. ¡Alcoholismo! Pero no se preocupe, tengo una solución perfecta.

Recogió las cartas bruscamente, volviéndolas a meter en su respectiva caja y se puso en pie, cerca del extraño. Lo miro de cerca, intenso, demorando la solución, que vino de la mano de sus dedos. Los pasó cerca de su cabeza, sin tocarlo, como apartando algo intangible. Realizó aquellos movimientos un rato hasta que al fin terminó y se volvió a sentar sobre su silla, descansando el mentón sobre sus manos entrelazadas.

─Limpieza de aura realizada. Ahora todo estará bien. ¿Alguna pregunta más o podemos proceder a mi pago? Por cierto, la limpieza de aura supone un precio superior al acordado.

Esbozó una sonrisa simplona, casi insulsa y extendió la mano a la espera de su recompensa.

por **Epoch** Mar Feb 13, 2018 4:03 am

Miraba fijamente al joven, sumergido en un instante de perplejidad. Por un momento le pareció que el milagro podría operar en él de manera tan simple. Un pase mágico, y la memoria volvería a tener algún sentido.

Sin embargo con el pasar de los segundos nada cambió en su fragmentada mente. Seguía teniendo una claridad desconcertante sobre su aquí y su ahora, pero el pasado proseguía su caótica marcha de imágenes desconectadas. Al fin, después de percibir la impaciencia oculta en el tono de voz del muchacho sonríe lanzando un suspiro, mirando la mano extendida hacia él

- No, prabu (*persona, gente, tipo, cuate), parece que no me comprendes... no vine por una "limpia" y además... no he tomado una gota de alcohol. Desde que desperté -
quizá es lo que me hace falta - pensó entonces - bebér un trago -
se justificaba en vano, y lo sabía, pero la carta abierta ya le sugería una respuesta. En ella podía observarse un personaje vestido con andrajos, pobre por que no carga con dinero, pero millonario por que es dueño de su tiempo. Lleva al hombro una bolsa con todas sus pertenencias, no ocupa nada más que lo que le cabe ahí dentro. Con su vida a cuestas es libre para ir a donde sea. Esa carta le recuerda que a fin de cuentas no necesita de su pasado para crearse de nuevo.

Esto es algo que el cambiante sabía aún antes de entrar buscando respuestas de un oráculo entre los gitanos. Sin embargo la carta también le sugiere a quien la observe el cuidar los pasos, pues el loco ahí representado camina sobre un peligroso risco. Un paso en falso le hará caer.

- Solo has abierto una carta y mi memoria sigue sin aparecer. Te pagaré en cuanto haya recuperado al menos una parte de lo que perdí - aquel al que llaman Höchsten modifica el tono de su voz a algo más profundo, serio. En esas palabras se nota implícita una esperanza de no tener que usar más que las palabras para convencer al joven gitano de hacer un mejor esfuerzo en su interpretación. Le preocupa toparse con algo desagradable de ese pasado que no recuerda bien. Quisiera encontrar en el libro alguna advertencia, acerca de algo que pudiera escaparse de su vista.

- Vamos! Abre otra carta y dime lo que veas en ella! Tal vez así consiga recordar algo... - tras estas palabras prosigue un silencio expectante en el que el cambiante clava la mirada en las pupilas del gitano. ¿Alcoholismo? ¡Que va! ¡En este momento definitivamente le vendría bien un trago!

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