Huellas y sangre (Priv. Fletcher)

Los callejones eran habitualmente un buen sitio para la cazar, sin duda pocos eran los que se adentraban en ellos, y los que lo hacían solian ser rufianes con oscuras intencionas, y quizás aquella noche la rubía tenía ganas de algún rufían, era la segunda noche con cierta euforía despues de aquel oscuro incidente, y ese cainita tan encantador que consiguió que la rubia le hechase una mano. Se sentía orgullosa de la ayuda prestada para librarse de los cazadores, a veces eran realmente molestos y algunos casos peligrosos. Pero ahora la vampiresa estaba más centrada en otro tipo de juego, uno que era el gato y el ratón, se relamía con ansiedad en busca de la siguiente presa, y no tardo en dar con ella.

Un delincuente de poca monta se encontraba contando lo robado de seguramente la gente de más alta cuna, ella entrecerró los ojos con avidez, y se acercó con aire superior mirandole. -Eso no es tuyo..- Dijo de manera fria y sumamente burlona, el ladrón levantó la mirada y se puso en pie sacando una navaja del bolsillo del pantalón, la rubía solo ladeó su rostro observandole. -¿Que crees que haces?.- Comentó ella como si no le tomara en serio, y la triste realidad para aquel humano es que asi era. Pero no fue algo que achantase al maleante, pues pensando que solo estaba ante una jovencita insolente e impertinente hundió el cuchillo en el abdomen de la muchacha rompiendo su vestido con ello, pero el joven terció a una mirada de terror cuando la vampiresa despues de un sonido de dolor se saco el cuchillo y unos ojos rojos como el rubí y le muestra de sus colmillos desvelaron al maleante que el final estaba cerca, y no perdío mucho tiempo en aplacar la vida de aquel que se atrevió a desafiarla.

Pero una vez la sed saciada y la vida segada la chica se colocó los ropajes y se puso la capucha continuando el camino por los oscuros callejones, hasta llegar a determinado lugar las cosas no se le enrarecieron a la vampiresa, que se detuvo en mitad del callejon mirando hacia atrás, con una sensación que la tensaba, a pesar de su situación de inmortal no se creía que estaba fuera de peligro ante las adversidades, y ciertamente se estaba irritando a la vez que tensando, aunque no sabría decir por qué, quizás percibía que no se encontraba tan sola como aparentemente estaba el oscuro callejón, simplemente metió la mano entre los ropajes buscando su daga por si acaso. -Sé que estás por ahí..- Masculló con alteración y atenta a lo que podría venir.

La vampiresa ladeó ligeramente la cabeza girandose muy lentamente para enfrentar a ese otro vampiro que se había presentado, había salido como de la nada, alzó una ceja que indicaba una ligera muestra de sorpresa por ello, pero no paso de esa señal, se limpió los resquicios de sangre que había disfrutado hace apenas unos minutos, más no perdió un gesto altivo observando a ese vampiro, que si bien no terminaba de comprender que hacía espiandola dió en principio por sentado que solo fue casualidades del destino.

Le resultó extraño que ese individuo la tratase de usted, pues los vampiros solían tener un ego demasiado grande y generalmente la trataban de niña por su aspecto, la rubia se cruzo de brazos observando al nuevo vampiro. Los azules ojos de la vampiresa tercieron rojizos por el enfado que empezó a sentir por las burlas de aquel vampiro. -Me gusta darle emoción a mis cazas, supongo que tú no puedes comprender eso, tienes pinta de tener un palo directamente metido por tu recto.- Dijo de la forma más grosera que se le ocurrió a la muchacha, efectivamente pudo haber sido más grosera pero habría quedado demasiado forzado, más se limito a alzar levemente el labio superior para amenazarle enseñando sus afilados colmillos a modo hostil, dejando claro de que podía haber enfrentamiento que ese vampiro parecía buscar.

Arikel podía percibir que el vampiro era más joven que él, lo que hizo que se relejada creyendose claramente la superior de esta contienda. -La lastima es que tú me resultarias igual de debil que el mortal, quizás tambien te dejaría dar el primer golpe.- Dijo devolviendo la burla al contrario de más que gustosa forma. Más empezó a ver que algo distrajo la atención del otro y le puso en alerta, la rubia comprovó este hecho y percibió al encantador vampiro de la noche anterior y miró al nuevo individuo, las dudas quedaron sumamente despejadas cuando este tuvo una reacción tan clara.

Abrió los ojos, el vampiro le cayó bien y no iba a dejar que este otro le quitase de su no-vida, Arikel fulminó con la mirada cuando la amenazó, entonces la vampiresa soltó un señor bufido y se pusó rapidamente en medio cortandole el paso, sin previó aviso dió un señor empujón al vampiro con la intención de tan solo lanzarle un poco hacía atrás, solo para mostrarle la fuerza que tenía. -Creo que el que no sabe pelear aquí eres tú cara bonita, me cae bien..o al menos mejor que tú, asi que solo por divertirme....no te voy a dejar alcanzarlo...tan aburrida estoy.- Comentó Arikel con aire superior y engrandeciendo su propió ego, le gruñó amenazandole con que le golpearía si volvía a intentar pasar, pero no pudo evitar dibujar una sonrisa maliciosa en sus labios.

La rubia vampiresa le miraba impasible, no es que se aburriera, simplemente era por el hecho de que le había desafiado ese vampiro notablemente más joven que ella, y tampoco mintió al decir que el otro vampiro le caía bien, pues fue un caballero con ella, simplemente los factores incitaban a que buscase cierta diversión, aunque por alguna extraña razón ese vampiro no estaba por la labor de tal cosa. Arikel no obstante le había empujado de manera que lo hizo caer, y lo miraba mientras se cruzaba de brazos, con cierto aire de dominancia, la vampiresa a veces se excedía de brava, aunque ahora la vampiresa miraba al otro cainita con los ojos color rubí y le mostraba sin pudor los afilados colmillos, pero con un poco efecto intimidante, "Otro más que ve solo a una niña" Pensó para si misma viendo la reacción del vampiro rival, era algo que le frustraba en demasía, pero por contra, empezaba a estar ya acostumbrada a ese tipo de trato.

-No le voy a llamar..- Aseguró la rubia en respuesta del otro vampiro de rasgos atractivos, más la vampiresa arqueó una ceja con sumo desconcierto cuando abrió los brazos exponiendose tan voluntariamente a más agresiones por parte de Arikel, que hizo una ligera expresión de sorpresa que apenas duró unos segunso antes de volver a un semblante inexpresivo, y dificil de leer en intenciones, más el último comentarío hizo que la rubia se carcajease de una forma un tanto cruel. -Espera, ¿eso es una amenaza? ¿Y que me vas a hacer?- Desafió mientras disimulaba con el desconcierto cuando el vampiro seguía acercandose a ella, ese cainita pecaba de confiado, no sería el primero, ni sería el último en hacerlo, pero por contra lo que vino a continuación dejo sumamente sorprendida a la vampiresa, pues el otro se atrevió a agarrarla y hacerla chocar contra la puerta abriendola para despues salir a toda velocidad en busca del tercero en discordia.

Arikel se quedo unos segundos ahí antes de salir a toda velocidad detras del vampiro, al que consiguió interceptar acortando por un pequeño atajo y saltando sobre él tirandolo al suelo, hecho que aprovechó para atrapar su brazo y torcerselo para inmovilizarlo. -Pero...¿Como te atreves?, ¿ves un vampiro más fuerte y más antiguo que tú y lo único que se te ocurre es eso? no se como demonios sigues vivo...- Se inclinó sobre él sujetandolo y olisqueó sue cuello. -Creo que me ha entrado sed.- Dijo de una muy maliciosa forma, cargada de intenciones mientras observaba el cuello del vampiro. -Que ironia...un vampiro mordido por otro..- Rió de manera maliciosa, y se acercó a su oido. -Dame un motivo para que no lo haga...si puedes.- Dijo con un tono burlon pero suave, rozando lo dulce.

La muchacha parecía tener la sarten por el mango, incluso había concluido en atrapar el brazo del condenado, aunque ella contaba con que el dolor fuera suficiente para mantener al vampiro bajo control. lo que no esperó para nada es que este siguiera moviendose hasta incluso romperse el brazo que la vampiresa trataba de inmovilizarle para que parara quieto de una vez, con notable poco exito. Pues de un rodillazo se quitó a la rubia bruscamente de encima, quizás si hubieras sido más grande no se la habría quitado con tanta facilidad, pero la vampiresa era de tamaño pequeño, al igual que su ligero peso que hizo aun mas sencillo el safarse de ella, la vampiresa cayó al suelo pesadamente, no dando credito a lo que acababa de pasar, no se daba cuenta de que ella solo le detenía, no tenía intención de acabar con él, pero estaba llevandola al limite de la paciencia.

Le escuchaba hablar y la opinión no variaba, que pocos últimamente comprendían lo que era devolver un favor, o ser amable con alguien que lo había sido, no, ese vampiro era demasiado estrecho de miras, y lo estaba demostrando con cada palabra que escupia. -Quien nada sabe nada entiende.- Gruñó la rubia mientras se giraba, pero al parecer cuando la vampiresa tenía intención de incorporarse, el vampiro dió un poco de información reveladora, o al menos que hizo que la vampiresa abriese los ojos, "me envien" eso fue algo que dejo desconcertada a la rubia, quizás demasiado tiempo, ya que el otro vampiro la tomo de los hombros y la estampo contra el suelo con fuerza nuevamente, la rubia emitió un simple gruñido de queja por el golpe mientras le miraba, enrabietada.

Más pataleó cuando la bota en el cuello agarrando la pierna del condenado para que dejase de meter tanta presión como lo andaba haciendo en ese momento. -Veo que te has enfrentado a vampiros antiguo...eres demasiado habilidoso...pero necesitaras más para detenerme.- Aseguró la rubia costosamente con la bota en su delicado cuello, más cuando echó aquel trozo de pared en su abdomen y se retiró para seguir con su caza, Arikel buscó recuperar durante unos segundos el aliento antes de seguir con el intenso ataque que el condenado la estaba provocando, ahora quería una respues "quien envia a un vampiro a acabar con otro" no tiene sentido...aquí había gato encerrado, suspiró y levanto el trozo de pared y se levantó sacudiendose los restos de polvo. -Maldito..- Gruñó la vampiresa y no tardó en seguirle por donde se había ido, seguramente había conseguido dar con el otro cainita.

La vampiresa llegó en el momento justo para ver como su rival había atrapado al amigo. -Alto ah....ahi.- Dijo con titubeo, ya que el olor de sangre hizo que se distrajera, la sedienta vampiresa se giró a mirar a la sangrante mortal, miró a los dos vampiros y se acercó a la chica. -¿Vas a salvarla?- Preguntó con suma malicia olfateando el aroma de esa sangre. -Ha visto demasiado...y está muy consciente.- Dijo mientras mostraba el hambre que poseía mostrando los ojos de un rubí tan brillante como diamantes en el infierno. Les miró a los dos deslizandose detras de la muchacha y mirando a ese vampiro tan insistente que ahora tenía al otro.

El vampiro había cazado al otro más neofito, o eso era la percepción que tenía Arikel, más no dijo nada, debido a que su atención había sido captada por la mortal ensangrentada y gimoteando, no era una falta de corazón, pero no se iba a pegar con el insistente vampiro más de lo debido por alguien que solo había sido encantador con ella unos minutos, todo tenía un limite, y ya había recibido los suficientes golpes por parte del otro cainita. Al cual miraba con cierto desdén cuando vio que la llamaba "niña" algo que de normal frustraba a la rubia, pues tenía problemas para que los demas vampiros la tomasen en serio, y por alguna razón este parecía saber enfrentarse a vampiros antiguos, ya averiguaría el por qué.

Ahora se deslizaba rapidamente esperando la respuesta de este. Pues la sed era creciente, y paso su femenina mano palida por el hombro de la mujer que gimoteaba y pedía ayuda, ayuda a una chica aparentemente adolescente, pero despues de las heridas que podía ver sin duda había descubierto que no todos los seres son lo que parecen ser, más los azules ojos de la rubía estaban clavados en el otro viendo como al que en un principio trató de dar ventaja había caido y con el cuello roto por parte del cainita "cazador", no le dió mucha importancia a eso, simplemente arqueó una ceja y ladeó ligeramente la cabeza por su comentarió. -Oh, creo que te has confundido...en todo momento he jugado suave contigo para no destrozarte, pues no lo veía necesario, pero futuramente le recomiendo que no intente provocarme o no jugare suave. - Chasqueo la lengua moviendo a la mortal como si fuera una muñeca para que ofreciera su cuello. - Ademas...tengo hambre...y sació mi sed cada vez que puedo, no creo que eso me haga menos.- Masculló con cierto fastidio, sus orbes azules tornaron rojos como el rubí y sus colmillos rompieron la piel del cuello de la joven para llenar su boca de la deliciosa sangre, aunque...había que reconocer que las había provado mucho mejores y deliciosas, la desangraba sin pudor, hasta que su corazón bombeó solo aire en una artería vacía y se parase, Arikel dejo caer la presa muerta y observó al otro vampiro relamiendo la sangre de sus labios.

-Imagino que un cuello roto no parará vuestra caza mucho tiempo, es un vampiro...se recuperara, ¿o es que tengo que darle yo lecciones de como se mata otro vampiro?.- Dijo en una clara mofa por devolverle la gentileza de meterse con ella debido a su antigüedad y la inexperiencia que moestraba a veces, e acercó al vampiro aun con los orbes color rojo, amenazante y ladeando una maliciosa sonrisa que dejaba ver sus colmillos. -Y ahora, ¿por que no me dice quien eres?, ¿quienes son tus superiores? ¿por que le perseguias?- Preguntaba con curiosidad, curiosidad que estaba dispuesta a saciar por las buenas o por las malas, y sinceramente esperaba que quien estaba frente a ella se mostrara razonable y quisiera compartir un poco de su congelado tiempo a responderla, por curiosidad, Arikel ladeaba la cabeza observandole de arriba a abajo buscando pistas que dieran luz sobre el tema de identificación, nadie caza a otro de los sullos sin una buena razón y mucho menos un vampiro joven se enfrentara a otro que le doblara la edad, y menos con tanta habilidad. -Responde....por favor. - Aunque sus palabras eran amables su tono de voz tercia gelido, manteniendo el semblante serío y el contacto visual.

La vampiresa percibía el desagrado del otro vampiro cuando la rubia se alimentó de la mujer que perdía la vida a no mucho tardar, cosa que para ella se le antojo insoluto, pues ella era alguien que su deseo despertaba cuando veía a otro con el compartía condición alimentarse, y a muchos vampiros les pasaba, lo había comprobado, más no le dió mayor importancia a las muestras de desagrado, así como ella no dió más replicas a la acción hecha por el vampiro dandole muerte a uno de los suyos, para lo que la rubía se le antojo bastante gratuita, pero dió por imposible las replicas contra aquel joven. Más enarcó una ceja cuando pudo apreciar como se limpiaba la sangre en sus propias prendas, mientras tanto Arikel se relamía, no le había resultado especialmente deliciosa, solo aceptable, algo que ahogaba la sed para calmarla unas horas.
Más las siguientes palabras del vampiro quizá no fueron las más adecuadas, puesto que captaron la atención de Arikel aunque quizás nada para bien, en principio solo enarcó una ceja mirandole arrugando ligeramente la nariz mostrando una mueca de molestia. -Eres entonces un simple que recoge la basura.- Comentó con sarcasmo por el mero hecho de que este se molestase.

Más cuando el otro vampiro comentó lo del compañero de edad proxima a la de la vampiresa, la rubia en principio solo se cruzó de brazos observandole con avidez, de manera sería y ladeando la cabeza manteniendo los ojos rojos como el rubí. Enarcó una ceja mirandole esta vez de forma penetrante, escuchando como ese vampiro aseguraba que tenía entrenamiento para hacer frente a uno más antiguo, empezó a tener ligeras sospechas que ese joven que tenía delante era parte de algun tipo de culto, si no no entendería que sentido tenia pasar hambre, entrenarse tanto, más no le interrumpió, solo le observaba, silente, atenta.
Abrió mucho los ojos cuando el joven tras rodearla aseguró que debia conocer el culto, ciertamente a Arikel se le escapaba a quienes refería, pero esa amenaza fue muy gratuita para el gusto de la rubía que seguía sin moverse, inmovil como una estatua. Escuchando las amenazas que el vampiro destilaba ¿Quien la iba a perseguir? ese hombre nisiquiera sabía como se llamaba ella, ¿era una amenaza real?

Entonces pasó, la gota que colmó el vaso, sus ojos destellearon rojos como las puertas del infierno, se giró a mirar repentinamente al otro vampiro, y haciendo uso de su velocidad sobrenatural se colocó rapidamente al lado del vampiro, le tomó por el cuello y le chocó contra la pared agrietando esta por el impacto con el cuerpo del vampiro, se acercó a el. -No me toques los cojones vampiro, ya está bien de juegos...si sigues entero ha sido por el mero hecho de que no me gusta dañar a los que comparten mi condición, pero he de admitir que nadie más joven que yo había tenido la osadia de amenazarme y has acabado con mi paciencia.- Gruño con una voz fria, cargada de ira, mientras apretaba más el cuello del joven clavando sus afiladas uñas en la piel del vampiro haciendo salir pequeños hilos de sangre. -¿Contener la sed? eso te hace debil, no usas la plenitud de tus habilidades, asi que sugiero que no me pongas a prueba.- Se acercó olfateandole, memorizando su aroma. -Si algún enviado tuyo llega te buscaré a tí....¿Que culto es el que hablas joven?- Preguntó notandose la falta de paciencia, sin soltarle desenfundando su vieja daga. -Ahora responde y tal vez te deje irte a tu guarida.- Gruñó la rubia mirandole desafiantemente.

Los ojos de Arikel se clavaron en el vampiro que tenía delante cuando se liberó del agarre, más lo que le sorprendió fue lo siguiente a seguir, sabía su apellido, eso hizo que la vampiresa abriera los ojos con sorpresa e incredibilidad, ella no había dicho su nombre y muchisimo menos su apellido, eso hizo entrar en un estado de alta alteración por lo que podía conocer ese vampiro de ella, un vampiro al que ella no conocía, y eso sinceramente hacía que se alterase más por segundos y estuviera más desconcertada y enfadada si cabía, le siguió con la mirada mientras el vampiro empezó a dar luz sobre su identidad, parecía no ser un simple vampiro con ganas de matar a otro, o el subordinado de un tercero, los ojos abiertos de la chica desde luego revelaban la sorpresa que sentía por sus palabras enseguida empezó a tener sospechas. -Cuidado o perderas tú la cabeza.- Amenazó empezando a impacientarse, le inquietaba que era quien frente a ella estaba.


Observó como el vampiro tronoaba sus dedos mientras se encaminaba en direción a la vampiresa que no sabía muy bien por qué empezaba a perder seguridad en si misma, pero no obstante seguía con los ojos de color escarlata gruñendo con alteración. Más las siguientes palabras hicieron que hasta la piel se le erizase, ¿como sabia todo eso ese vampiro? hizo que la vampiresa rugiera, un rugido sobrenatural por parte de la vampiresa, que se aproximó al vampiro exageradamente rapido. -¿Y tu que sabes? ¡¡NADA!! ¡¡no sabes nada estupido neofito!!.- Dijo perdiendo los estribos, sabía demasiado y no tenía ni idea de donde había salido esa información que acabó en los oidos de aquel vampiro, pero sin duda eso no le gustaba un pelo a la rubia.


De haber respirado se le habría cortado esta, y parado el corazón, los ojos de la chica casi brillaban de ese color rubí, se tensó de una manera casi de proporciones imposibles, solo había algo que le aterrara de manera completa, y eran los inquisidores, y entonces ese vampiro debía ser un condenado, la vampiresa le dió un tremendo derechazo al vampiro aunque le miraba con suma alteración sacudiendo la mano con el que le había dado el puñetazo al otro vampiro. -Malditos inquisidores...te arrancare la lengua y no podas decirles, te cortaré los dedos y no podrás escribirles...que me sigan buscando en Inglaterra.- Dijo amenazante, quizás bastante nerviosa por quien tenía delante.