Victorian Vampires
Tu sangre en mis manos - (Priv. Bernard Favre) 2WJvCGs


Unirse al foro, es rápido y fácil

Victorian Vampires
Tu sangre en mis manos - (Priv. Bernard Favre) 2WJvCGs
PARÍS, FRANCIA
AÑO 1842

Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.

Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.

¿Estás dispuesto a regresar más doscientos años atrás?



NIGEL QUARTERMANE

ADMINISTRADOR

ENVIAR MP
NICOLÁS D' LENFENT

ADMINISTRADOR

ENVIAR MP
ESTACIÓN


Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24


COPYRIGHT/CRÉDITOS

En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.

Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.

Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.

Licencia de Creative Commons
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org


Últimos temas
» Savage Garden RPG [Afiliación Élite]
Tu sangre en mis manos - (Priv. Bernard Favre) NXLYMMiér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones

» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Tu sangre en mis manos - (Priv. Bernard Favre) NXLYMMar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut

» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Tu sangre en mis manos - (Priv. Bernard Favre) NXLYMMiér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane

» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Tu sangre en mis manos - (Priv. Bernard Favre) NXLYMJue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar

» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Tu sangre en mis manos - (Priv. Bernard Favre) NXLYMMiér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer

» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Tu sangre en mis manos - (Priv. Bernard Favre) NXLYMSáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour

» orphée et eurydice ― j.
Tu sangre en mis manos - (Priv. Bernard Favre) NXLYMJue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour

» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Tu sangre en mis manos - (Priv. Bernard Favre) NXLYMJue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke

» labyrinth ─ chronologies.
Tu sangre en mis manos - (Priv. Bernard Favre) NXLYMSáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour


<

Tu sangre en mis manos - (Priv. Bernard Favre)

2 participantes

Ir abajo

Tu sangre en mis manos - (Priv. Bernard Favre) Empty Tu sangre en mis manos - (Priv. Bernard Favre)

Mensaje por Arden Annice Gladstone Dom Mayo 20, 2018 5:54 pm

Lo calculé perfectamente, hasta el más ínfimo detalle. Entendí que mi hermano y mi padre podían utilizar su fuerza bruta, una ventaja de la que carezco; sí que me ví en la obligación de suplantarlo con astucia.
Diez días exactos desde que llegue a París hasta la primera noche de luna llena. Me informé y me eduque a mí misma para salir completamente sola. Esta vez, no tendré apoyo, y mentiría que si digo que la nostalgia y algo de temor no me recorren el cuerpo mientras reemplazo mis exacerbadas indumentarias de sociedad, por algo más… “acorde”

Las féminas de estos tiempos llevan más de 10 kilos de ropa para resguardar su castidad. La hipocresía matara al mundo, si sus ropajes no los aplastan primero. En un viaje a áfrica, mi padre descubrió que los seres que visten menor cantidad de ropaje son menos propensos a las enfermedades. Y yo sé muy bien, que sería incapaz de moverme en los pomposos vestidos. La tela que llevo es muy particular, liviana y flexible. No se utiliza para fabricación de prendas, ni protege bien del frío; pero sirve al propósito de cubrir mi desnudez y no rasparme con lo que realmente llevo puesto. Cubro mis senos con una tela antes de vestirme, como si fuera un vendaje para disimular su existencia. Jamás puedo exponer mi debilidad, y ser una mujer, lo es.

La herrería ha involucionado, que sólo sea artística, es un verdadero desperdició. Pero cuando sobrecalientas el metal en capa sobre capa, se forma una nueva alineación igual que un enorme trozo de hierro, pero más liviano y práctico. Eso es evolución. Mis sirvientes me ayudan, y comienzo a colocar mi protección. Cubre brazos, parte de las piernas, el pecho y abdomen. Una versión guerrera de lo que considero un corset, pero de hecho útil.

Mirarme con fiereza frente al espejo no hace esta noche sea más fácil, aunque mi vestimenta me disponga lista para dar batalla a mi guerra personal. Y el padre Mario lo mencionó desde que llegó aquí con la idea de disuadirme. MI padre y mi hermano están ahí afuera, lo sé. O me convenzo a mí misma de ello mientras termino mi obra con un largo tapado para cubrir no sólo mi condición; sino mi armamento. Dos pistolas con balas de plata. Dos machetes macizos, y un conjunto de navajas con puntas filosas y mangos con la cruz cristiana. El último detalle, mi rosario al cuello, que ha sido santificado en el vaticano mismo; un regalo del padre Mario cuando hicimos de una tragedia un negocio familiar.

Un último suspiro antes de colocar el sombrero que cubre mi rostro y encontrarme con la angustiante mirada del pobre religioso. Me arrodillo, sabe que no me iré sin su bendición; y él sabe que si no me la otorga, tarde que temprano lo haré igual. Resignado a mi determinación, comienza el acto de purificación de alma, y bendición al cazador y buen morir. Beso su mejilla al terminar y le prometo que estaré bien. Quisiera poder prometerme lo mismo, y con la misma seguridad. Pero sonrío mientras salgo al jardín dónde mi corcel aguarda.

Me subo prácticamente de un salto. “Courageux” es el corcel negro de mi hermano. Es una tontería, pero mi coraje aumenta en el segundo en el que lo montó y me arreglo el sombrero.
Y la música que aún no ha sido inventada comienza a sonar en mis oídos, es el zumbido de la ansiedad del cazador. No son personas, no son animales indefensos, son bestias, mounstros rezagados peleando por un último aliento en la modernidad. Son asesinos y derramaré su sangre por mi placer y el bien de toda la humanidad.


- “Iiiaaahhh…” – El caballo arranca su marcha y tomo el camino largo, bordeando los bosques, yendo detrás de los suburbios a la zona peligrosa de la ciudad, dónde de seguro, encontraré mucho más que un vulgar ladrón.
Arden Annice Gladstone
Arden Annice Gladstone
Cazador Clase Alta
Cazador Clase Alta

Mensajes : 173
Fecha de inscripción : 10/05/2018
Edad : 224
Localización : París

DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:

Volver arriba Ir abajo

Tu sangre en mis manos - (Priv. Bernard Favre) Empty Re: Tu sangre en mis manos - (Priv. Bernard Favre)

Mensaje por Bernard Favre Dom Mayo 20, 2018 7:36 pm

-¡No, no, no! Aún no por favor- Exclamaba Bernard entre dientes mientras atravesaba lo más rápido que podía las últimas calles donde la civilización se empezaba a confundir con la maleza de los poco poblados bosques que lindaban con las casas y comercios de aquella zona. Aun así demasiado cerca y para él demasiado tarde para poner toda la separación que le gustaría entre la bestia en la que se transformaría en unos instantes y las gentes a las que intentaba proteger de sí mismo, de una parte de sí que desearía no poseer en muchas ocasiones.

¿Cómo había podido cometer tal descuido? Por atender uno de los muchos eventos de su negocio podía estar a punto de perderlo todo, una estúpida gala de alta sociedad a la que ni siquiera debería haber ido ante la posibilidad de retrasarse, como exactamente ocurrió. Si alguien le veía transformarse la iglesia acabaría con él y si no seguía alejándose, cualquiera pagaría su osadía de la manera más brutal imaginable.
Conforme la Luna llena empezaba a salir por el horizonte, un dolor indescriptible empezó a moler de dentro hacia ahora al licántropo, que respiró aliviado cuando bajo sus pies se encontraba el mullido lecho del bosque. A tirones, guardó su ropa en una oquedad de un roble cercano, mientras su mirada empezaba a volverse aún más nítida y su olfato infalible. Con un grito de dolor, sus aún humanos dedos se clavaron en la madera antes de caer al suelo sudando y convulsionando horadando el suelo con unas cada vez menos humanas falanges. Sus músculos y huesos se partían para luego volver a unir, más largos y fuertes. Su espalda se arqueó y cubrió de una densa capa de pelo rubio mientras su hocico se estiraba buscando la luna que lo llamaba con ansiedad. Al fin, unos bestiales ojos verdes se cerraron mientras un espeluznante aullido desgarraba el cielo nocturno una vez más.

La enorme bestia de pelaje beige se movía en absoluto silencio junto al linde del bosque. Bajos sus enormes garras ninguna rama crujía, ninguna piedra rodaba ni ningún pájaro levantaba el vuelo asustado. La quietud era total mientras sus bestiales ojos escudriñaban las casas pobremente iluminadas, sin atreverse a salir de su bosque, el que había sido su hogar por tantos años. Su pesada respiración apenas hacían ver la anticipación con la que el lobo esperaba pacientemente una víctima hasta que al final su espera fue recompensada, el sonido de un caballo en la lejanía.

Sus silenciosos pasos lo llevaron entre los árboles al encuentro con un soberbio caballo negro, cuyo jinete portaba prendas del mismo color, confundiéndose ambos perfiles en la negrura del bosque que los rodeaba. Como siempre, el viento corría en contra del equino, lo que hacía que su olfato no pudiera detectar al terrorífico predador. Desde tan cerca, aquello que su olfato parecía indicarle desde que encontró su rastro se confirmaba ahora, se acercaba hacia un depredador como él, un depredador que se había atrevido a adentrarse en sus dominios sin vacilar. Una furia animal y primitiva empezó a translucir en sus irises bestiales mientras que sus colmillos quedaban a la vista en un mudo gesto amenazador. Sus piernas, volvieron a ponerse en marcha, manteniendo la distancia con tan temeraria presa.

Allí donde el bosque atenazaba más al camino, donde la Luna apenas podía tocar con su mortecino brillo, el licántropo se abalanzó en un segundo contra montura y jinete, provocando que ramas y arbustos se rompieran con la súbita explosión de violencia contenida en cada uno de sus músculos. Sus poderosas patas traseras proyectan el bestial cuerpo de la bestia desde la espesura,sus garras buscaban herir al soberbio semental mientras sus enormes mandíbulas pretendían sesgar la vida del humano en tan solo un instante, aquella intromisión no merecía más esfuerzo.
Bernard Favre
Bernard Favre
Licántropo Clase Media
Licántropo Clase Media

Mensajes : 57
Fecha de inscripción : 15/04/2018
Localización : París

DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:

Volver arriba Ir abajo

Tu sangre en mis manos - (Priv. Bernard Favre) Empty Re: Tu sangre en mis manos - (Priv. Bernard Favre)

Mensaje por Arden Annice Gladstone Dom Mayo 20, 2018 10:31 pm

La noche es de aquellos que sepan dominar sus propios temores, y aventajarse de los ajenos. En la niñez, nos cuentan que todos los mounstros se esconden en la oscuridad de la noche; y de la adultez pretenden que olvidemos todo eso siendo rígidos y funcionales a la sociedad. ¿Nadie jamás pensó que si dejaran de aterrorizar nuestras infancias, no tendríamos temores en la madurez? Ironías, ironías…

Casi tanto como lo que está a punto de ocurrir frente a mis ojos. No soy la única que recorre estos caminos, y como bien supe reconocer, necesito ser más astuta que voraz. Un jinete va no muy lejos mío, por lo que me subo levemente a la lomada, justo en el borde, con las humildes casas de la clase relegada de París. Lo dejo que avance y observo, espero. En momentos como estos, es que me planteo si soy cazador… o víctima. Sea como sea, un hombre que viene de otra ciudad o, de la clase mejor acomodada de París, y a caballo recorre este rústico sendero despoblado y peligroso, no puede estar buscando nada bueno. ¿Otro cazador u otra víctima en el camino? Como cebo para que me lleve a algo más grande me es útil. Y como carnada, mucho más…

Que gentil de su parte, ofrecerse como carnada para mí. Si con animales salvajes debo lidiar, de la naturaleza es de donde mejor puedo aprender a defenderme. La mantis orquídea es un extraño insecto que para cazar, se mimetiza con la forma de una bella y exótica flor como la orquídea es, dejando que su alimento se acerque a ellos al confundirla con una flor. Por eso visto de negro, con sombreros de largas alas, no sólo ocultan mi rostro; entre las sombras, el reflejo no se ve más que como cualquier otro poste de luz de cualquier pueblo o ciudad. Esconderse en la oscuridad, no es más que un aprendizaje. No hay licántropo, vampiro o cambia formas que sea creado o nacido con esa habilidad, se enseña; y si se puede enseñar, se puede aprender.

Segunda precaución, un poco más compleja. Ningún vampiro es tan estúpido como para enfrentar a un hombre lobo alfa por sí mismo, salvo que sea una extrema necesidad. Ningún lobo atacaría a un alfa a menos que este realmente listo para tomar su lugar, y ningún cambiaformas, atacaría a un contrincante que no sepa que pueda igualar o superar. Mi capa no sólo esconde las curvas de mi cuerpo. La fina tela elástica contra mi piel, no abriga; y los vientos primaverales, dejan que el fresco de los ríos campestres enfríe la ciudad en la noche. Nada que un excelente abrigo de piel de macho alfa licántropo no pueda resolver. Y la sonrisa burlona se dibuja en mi mente, y en mis perversos labios. El pelaje va por dentro, y ayuda a confundir mi olor.

No importa quién, no importa cuando, mencionó lo intoxicante de mi aroma, según expreso, todo un manjar. Dulce, una sangre tentadora y una piel insinuante. La victima perfecta dijo… sino fuera por la bala de plata que llevaba en mi pistola. Ahora es mi pasado quién se burla y complace, con mis heridas sangrantes, con ese cáncer que me devora diariamente desde adentro, logrando vencerme antes de comenzar a luchar. Si pudiera deshacerme de algo, sólo serían los sentimientos, molestos instrumentos de control humano que nos rebajan y dignifican al mismo tiempo.

Y como un reloj suizo, justo cuando el viento se detiene, la maleza se entre abre. Y redoblo el paso para llegar al jinete caído. Lobo, malditos lobos. Salvajes, asesinos… Dejo que la furia me inunde y prohíba expresar nada que no sea dominación y mala fortuna para el futuro abrigo de piel. Determinación, algunas de estas bestías no solo te huelen, te ven en colores que determinan tu rol en la cadena trófica de la vida y en este caso de las especies.

“Courageux” conoce su rol mucho mejor que mi yegua, “Satín”. Una vez que me acercó lo suficiente, huirá hasta que le dé la señal para regresar por mí. Más que un caballo, es un amigo, mi único compañero esta noche y lo protegeré, como siempre. No existen los balazos de advertencia y mientras más me acerque más notorio será el olor a macho alfa; por lo cual tomo mi pistola y comienzo a disparar al lomo de la bestia peluda. El primero parece rozarle, no puedo determinarlo, demasiada oscuridad como para saber por seguro. Pero si es más que obvio que he llamado su atención, bajo del corcel, para que comience su huida, segundo tiro. Este sí es más certero, apunto directo a él; pero sigo demasiado lejos. No me gustaría estar más cerca, pero si quiero deshacerme de él, lo necesito. No huelo sangre, los rugidos se confunden con ataque y dolor, ¿Le atiné? Creo que le atine. Espero haberle atinado. Machete en mano. No tiembles, no te muevas, no temas, esta noche descansaré tranquila con uno de ellos menos en el mundo, cuando me recuerde que esta abominación está durmiendo con los gusanos.

Se acerca, no creo que el jinete haya sobrevivido, tendrá que esperar. Camino firme con mis armas en las manos y Tanatos a mi espalda. Dame fuerza, dame coraje, dame gloria y victoria en mi tarea.


 – “Padre nuestro que estas en los cielos, santificado sea tu nombre…”
Arden Annice Gladstone
Arden Annice Gladstone
Cazador Clase Alta
Cazador Clase Alta

Mensajes : 173
Fecha de inscripción : 10/05/2018
Edad : 224
Localización : París

DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:

Volver arriba Ir abajo

Tu sangre en mis manos - (Priv. Bernard Favre) Empty Re: Tu sangre en mis manos - (Priv. Bernard Favre)

Mensaje por Bernard Favre Miér Mayo 23, 2018 5:15 am

El movimiento es tan preciso como mortal, una sinfonía de movimientos perfectamente coordinados para un único y sencillo fin. Matar. Los fuertes tendones de las patas traseras se tensan al máximo hasta que su dueño decide liberar toda esa energía contenida en lo que dura un suspiro. Con un potente salto la bestia salta directamente de la espesura hasta su presa, sus garras delanteras se hunden profundamente en el lomo del caballo, que relincha aterrado, perdiendo pie con las patas delanteras del horrible impacto, haciendo que caiga al suelo mientras el jinete aterrado apenas tiene capacidad de reacción cuando las mandíbulas del lobo se cierran sobre el brazo izquierdo, desgarrándolo en el acto.

Cuando los tres aterrizan en el suelo, es el licántropo el único que lo hace de pie, mientras que la montura lucha por levantarse malherida y el jinete grita en el suelo. Para ellos todo ha ocurrido demasiado rápido como para reaccionar por algo que no fuera puro instinto de supervivencia. El instinto también mueve a su verdugo, un instinto mucho más antiguo, oscuro y profundo, un instinto que se refleja en aquellos bestiales ojos verdes que expresan un odio inconmensurable mientras las mandíbulas ya manchadas de sangre cercenan la garganta del humano que muere con un gorgoteo lastimoso en su boca.

Opacado por el agónico relinchar del equino que aún intentaba levantarse con el lomo desgarrado, las sensibles orejas de la bestia captan primero el sutil sonido del metal con el metal para tan solo un segundo después escuchar el atronador sonido de la pólvora al detonar. Por pura costumbre tras tantos años cazando, su lomo baja unos centímetros de altura cuando sus fuertes patas lo acercan al aún sangrante cadáver. Sin embargo, aquella agresión toma por completa sorpresa al licántropo, que aúlla de dolor cuando el venenoso proyectil perfora la piel del lomo, golpeando su omoplato dejando una sangrante herida.

Lleno de rabia por la intromisión, gruñe hacia la oscura figura que ha osado dispararle, con sus ojos encendidos como carbones y sus labios contraídos enseñando sus enormes dientes. Con desprecio, salta de nuevo hasta el caballo, esquivando el segundo tiro, para silenciar su agonía para siempre, aplastando la médula espinal bajo la presión de sus poderosas mandíbulas en un instante. Totalmente concentrado ya en aquella nueva presa, permite que se acerque, sin perder de vista ninguno de sus movimientos, evaluándola en mitad de la quietud de la noche. Cuando la humana se ha acercado lo suficiente, el lobo vuelve a abandonar el camino de dos rápidas zancadas, hundiéndose en la oscuridad de la maleza.

Sus ojos no pierden de vista a la presa mientras corrige el ángulo por el que se acercará. Mientras, permite que los segundos pasen, que la oscuridad y la inacción tensen y estremezcan a su presa. Con la misma velocidad de antes a pesar de su lomo aún sangrante, salta de nuevo al camino echándose encima de la cazadora, solo que esta vez al aterrizar, clava con saña las garras en la tierra pisada del camino, quebrando la trayectoria peligrosamente cerca de la cazadora, corrigiendo la trayectoria antes de volver a saltar sobre la víctima por segunda vez, intentando echarse encima de ella con ambas garras describiendo sendos arcos descendentes buscando el frágil cuerpo de la humana.
Bernard Favre
Bernard Favre
Licántropo Clase Media
Licántropo Clase Media

Mensajes : 57
Fecha de inscripción : 15/04/2018
Localización : París

DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:

Volver arriba Ir abajo

Tu sangre en mis manos - (Priv. Bernard Favre) Empty Re: Tu sangre en mis manos - (Priv. Bernard Favre)

Mensaje por Arden Annice Gladstone Vie Mayo 25, 2018 10:02 am

La sangre está en el aire. Los licántropos tienen un olor más perceptible que un… que un lobo común. Y el reflejo de la luna sobre las manchas rojizas hace que se vea un brillo entre negro y violáceo sobre la maleza. Todo se entre mezcla, pero podría apostar que le he dado un golpe certero. Su aullido feroz lo demuestra y  aunque es un sonido habitual en esta línea de trabajo; aún me estremece horriblemente la piel. Genera en mí una sensación entre angustia y horror que nunca podré explicar. Mi padre decía que era la consecuencia de ser una dama. Las mujeres somos más dulces y sensibles al dolor ajeno.
He conocido otras cazadoras antes, ninguna de ellas lo siente como yo… ¿Qué es lo que me hace diferente?

El crujir de los huesos me hace creer que el jinete no tiene posibilidades. El caballo tampoco. Mientras mantengo mi oído en alerta y mi vista a la defensiva, viendo desde la periferia hacia el centro me acerco a ambos. Me dejo agachar solo doblando mis piernas y con una mano busco la yugular del hombre. Maldita tu suerte, hoy debiste quedarte en tu casa y ser un buen hombre. Todos vivimos con las consecuencias de nuestros actos. Y algunos, morimos por ellas.

Pistola en alto. Si salta hacia mí, estoy en desventaja. El caballo aún agoniza y mi lado sensible no puede vivir con esos sonidos de dolor y angustia. Con la segunda mano, con el machete empuñado, prefiero terminar su dolor, y aprovechar el silencio para buscar rastros. Mantengo más atención hacia dónde puedo suponer que se ha movido, pero no descuido mis flancos. Debe subir al terreno más alto, hacia las casas para poder atacarme por detrás, así que lo vería pasar fuera de los matorrales. Necesito una mejor visión. Y muertos ambos, comienzo a retroceder con las armas apuntando en 90 grados a cada extensión de mis brazos. Pasos lentos y seguros. Querrá atacar lo sé. Esto es imperdonable para un salvaje como él. Así que sólo tiento el no resbalarme al ir en retaguardia.

Macho, joven. Es blanco, porque su pelaje es un color claro. Un amarronado similar al que se hace cuando pones unas cucharadas de leche al café. Tiene hambre, lo cual quiere decir que no está acostumbrado a cazar  por diversión. Y quizá no sepa transformarse a voluntad, sino por el mero instinto de la pálida luna en su punto máximo. No te preocupes, yo te liberaré de tu maldición.

No pasan más que segundos pero se hacen eternos en la tensión de la oscuridad, escuchando cada brisa como si fuera el enemigo, cada animal rastrero como cómplice de la bestia, me recuerdo respirar profundo y por milésimas de segundos cierro los ojos dejando agudizar mi audición. Los matorrales se abren, tanto como mi mirada se despierta, sigo el sonido hasta verlo caer en el camino. No tiene otra opción más que presentarse ante mí. Uno contra uno. –“¿La ventaja? Traigo a Dios de mi lado, oh si, y las balas de plata.”


- “Tranquila, bestia, Dios ha decidido que hoy es el día de liberarte de tu agonía. Y pagues por los pecados de tu sangre.”- El tono soberbio, y lleno de excitación reina en mis labios resecos por la pesada respiración. Y me sonrío, él tiene colmillos, también yo. Y bajo ningún instante me considero por debajo de su poderío; por el contrario, me considero mucho mejor. Falle o no falle.

Más cerca de las casa es más sencillo ver, pero también más riesgoso. No debo permitir que me sobre pase o familias enteras estarán en peligro. Apunto directo a su cabeza. Regla número uno: Termínalo antes de que él mounstro te termine a ti. Pero es un bicho veloz y no me permitirá atinarle. Así que dejo abrir mi tapado, exponiendo mi carne joven, mi aroma profundo y mi perfecta piel. Cae en la trampa y déjame ser certera esta noche. Tengo más trabajo y siempre debo regresar antes del amanecer.
Arden Annice Gladstone
Arden Annice Gladstone
Cazador Clase Alta
Cazador Clase Alta

Mensajes : 173
Fecha de inscripción : 10/05/2018
Edad : 224
Localización : París

DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:

Volver arriba Ir abajo

Tu sangre en mis manos - (Priv. Bernard Favre) Empty Re: Tu sangre en mis manos - (Priv. Bernard Favre)

Mensaje por Bernard Favre Mar Mayo 29, 2018 7:15 pm

Una mujer. Para el fino olfato del lobo aquello es tan fácil de distinguir a aquella distancia como la luz de la Luna sobre ellos o el olor a pólvora que emana de la joven. El regusto metálico que capta en sus papilas gustativas, tan diferente de la sangre, propia y la que inunda ahora el camino. Aquella dama lleva más acero encima que aquel que portan sus armas, posiblemente una armadura, no demasiado grande según los movimientos rápidos y ligeros con los que se mueve para ser una humana. El lobo sigue analizando a su presa con el crítico ojo de un depredador. Su respiración está agitada, excitada pues no huele al fétido olor del miedo que suele marcar a los humanos con los que se cruza. Balas del metal envenenado una emboscada completan el fácil rompecabezas en segundos, aquella humana era una cazadora.

Siente la llamada de la Luna sobre él, incitándolo, dominándolo. Jadea de ansiedad y de anticipación. Para la bestia la caza en sí misma es un placer desmedido. La preparación del terreno, buscando un lugar favorable, donde su presa se siente en desventaja tanto física como moral. La embocada, aislando a la presa de su grupo, eliminando cualquier posibilidad de huida, cercenando cualquier respuesta coherente de respuesta de su presa, atacando directamente a la psicología de la misma haciendo que sintiéndose indefensa e inferior acabe cometiendo un fallo fatal. Por último una buena cacería debe concluir con un golpe brutal y decisivo, aplastando la columna de la presa con sus poderosas mandíbulas si tiene suerte, matándola en segundos, sin dolor ni sufrimiento. Aquella humana no obstante, había osado enfrentarse al alfa, interrumpirlo en su propio territorio, hiriendo su hombro con un metal de oscuro aspecto. No tendría tanta suerte, el lobo ya se imaginaba jugueteando con su cuerpo mutilado y secuestrado.

Cuando aquella cazadora lo apunta con una de aquellas armas envenenadas sus fuertes patas lo hacen fintar a su derecha, creando sendos surcos en la arena pisada que forma el camino, moviéndose alrededor de la cazadora hostigándola, esperando que cometa algún movimiento equivocado para acabar con aquella pelea de una vez, rodeándola incansable a tres pasos de distancia. Sus ojos no se despegan de sus movimientos, esperando paciente. Cuando un rápido movimiento de la mujer lo hace agazaparse preparado para responder a la posible lección, el licántropo se queda sorprendido cuando la humana ofrece su cuello en señal de sumisión ante él. En una fracción de segundo, olfatea el aire, más no encuentra el regusto nauseabundo del miedo en ella, por lo que no está entregando su vida derrotada ante el licántropo, una burda imitación para tentar a cazadores sin su fino olfato. Más un aroma acre si llega al lobo, el acre olor de la excitación que lo perturba por lo extraño de la situación.

La tenue luz nocturna es suficiente para que sus irises animales refuljan de odio en mitad de la oscuridad sin apartarse de los humanos, para que su pelaje claro refulja terrible y extraño, alejándolo se los comunes lobos negros que poblaban la región, para que sus siniestros colmillos que sobresalen de sus labios se muestren intimidantes a su presa. Sus poderosos hombros se marcaban imponentes a cada paso, esperando el momento para destrozar a la víctima.

Más el lobo está enfadado, su hombro aún le quema, con la bala aún entre sus músculos, recordándole que aquella humana debe morir. Sin haber cambiado la posición en ese segundo, sus labios se retraen, dejando a la vista unos dientes terribles de los que sale un potente aullido capaz de hacer sangrar los oídos y marear por completo a su presa. Si desea parecer desvalida, lo estará. Con un rugido bestial de triunfo se agazapa saltando contra la víctima, buscando aterrizar encima de su cuerpo sobre las garras delanteras, aplastando el torax de la humana y desgarrando su garganta de un terrorífico bocado como ya hiciera con el jinete hace tan solo unos breves minutos.
Bernard Favre
Bernard Favre
Licántropo Clase Media
Licántropo Clase Media

Mensajes : 57
Fecha de inscripción : 15/04/2018
Localización : París

DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:

Volver arriba Ir abajo

Tu sangre en mis manos - (Priv. Bernard Favre) Empty Re: Tu sangre en mis manos - (Priv. Bernard Favre)

Mensaje por Arden Annice Gladstone Jue Jun 07, 2018 11:14 pm

Me sonrío, ¿acaso crees bestia que eres el único que se deleita con el placer de la cacería, con la ansiedad de la presa rendida a tus pies? Veo como me rodea entre los halos de luz que la luna en su punto más alto extiende sobre las sombras del bosque. Si me sintieras indefensa ya me hubiese atacado. ¿Qué pasa cuando dos alfas se enfrentan, cuando dos iguales se golpean? Estas a punto de averiguarlo, pero tenlo en tu mente retorcida e inhumana; que sólo uno podrá salir de esto caminando, puesto que no pienso rendirme a tus gruñidos. No hay nada que intimidar, ya no eres el primero, y jamás lo serás. ¿Acaso necesitas más? Bueno al menos no eres tonto; o quizás si…

Machete en mano, pero bajo la guardia, dejo que me salte encima y mi espalda se lleva el peso de ambos, pero no sin antes haber subido mi brazo, yo me luxare las vértebras y te odiare en la mañana cuando no pueda caminar, pero créeme, tú le llevarás las quejas de mi existencia a Satanás que te espera con sus brazos abiertos y bastón en mano. En mi mano llevaba empuñado el sable cuando caíste sobre mí; corrección, sobre ambos, lo que me deja que el filo te marque a lo largo del brazo, quizás hasta el rostro; pero no salgo inmaculada de su acción, mi hombro. *¡MALDITO HIJO DE TU PUTÍSIMA LOBA MADRE!* Mi hombro apenas resiste, pero mi clavícula comienza a romperse, eso es seguro. Mi grito de dolor inunda el lugar. Este acto no quedará impune. No puedo tener tanta fuerza en los brazos para seguir reteniendo su mordida; pero si en mis piernas para alejarlo.

Es el metal el que se hunde en mi piel, de lo contrario, me convertiría en una condenada a un instinto primitivo, igual que este pobre idiota. Eso no hace que el dolor sea más leve, pero me sirvo de este para que la rabia haga que la sangre corra más rápido por mi torrente y vigorice mis músculos. Junto toda la fuerza que hay en mis piernas para patearlo primero en sus partes blandas a los laterales justo debajo de sus costillas, hígado, intestinos y riñones. Eso tiene que doler. Ante la debilidad que provoca el impacto, hace que, por acto reflejo, afloje sus garras, y separe levemente la distancia entre nuestros cuerpos. Primera acción. No necesito más espacio para el segundo golpe, lo más cercano a su garganta posible, casi en su pecho para quitármelo de encima. Ha de pesar cerca de unos 120 en su forma garou, si puedo. ¡DEBO HACERLO! ¡LEVÁNTATE, ARDEN MUÉVETE! Como puedo y en el instante en que cojo fuerzas en mi cuerpo me levanto. No está más de un metro de mí. No fue el impulso de mi golpe, fue el terreno lo que me ayudo a lograrlo. Fin del acto dos.


- “¿Qué sucede, lobo? ¿No soy la presa que esperabas? ¡Ven por mí!” – El movimiento es completamente calculado y no puedo perder tiempo. Apenas abro el agujero de esa tonta, y pesada bolsa que llevo a un lado de mi cadera y hecho a correr, la trayectoria parece errática, necesito confundirlo. Es más veloz, y si no me muevo en zigzag sin un patrón definido, lo próximo que sentiré son sus colmillos desmedidos clavándose en mi cuerpo mientras mi tibia sangre me baña el cuerpo. ¡NO! Viviré una noche más, veré otra vez el sol nacer y dormiré tranquila con un monstruo menos en el mundo. Las piedras hacen que los pasos sean difíciles, no voltees, no pierdas tiempo, sólo marca el terreno. Déjalo venir a ti. Aléjalo de los demás. Reza a Dios que no te abandone y que esta noche lleves a casa su sangre en tus manos.
Arden Annice Gladstone
Arden Annice Gladstone
Cazador Clase Alta
Cazador Clase Alta

Mensajes : 173
Fecha de inscripción : 10/05/2018
Edad : 224
Localización : París

DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:

Volver arriba Ir abajo

Tu sangre en mis manos - (Priv. Bernard Favre) Empty Re: Tu sangre en mis manos - (Priv. Bernard Favre)

Mensaje por Bernard Favre Mar Jun 26, 2018 4:18 pm

El lobo se mueve alrededor de su presa, a un par de pasos de ella, rondándola con sus ferales ojos fijos en cada uno de sus movimientos, evaluándola. Es obvio que aquella dama dista de ser una presa, a cada paso del lobo a su alrededor se le sucede uno de la humana, girándola lentamente, tensa, expectante, con cada uno de sus medidos movimientos contrarresta los del licántropo, cerrando cualquier apertura que pudiera ocasionar en sus defensas, con sus armas en ristre, con la paciencia que solo puede exhibir un avezado cazador en vez de dejarse llevar por sentimientos como el miedo, la ansiedad o la ira. La mujer se mantenía intemperita ante el enorme predador que se encontraba frente a ella, sin exteriorizar algo parecido al miedo o la ansiedad ni destilar aquellos olores que tanto agradan a la bestia.

Por la determinación y concentración en sus ojos humanos ella también lo analizaba, estudiaría cada paso, cada movimiento del lobo que no pretendía mostrar a si mismo ninguna debilidad, podría ver la sangra manando lentamente de la herida en su hombro, aquella corrosiva herida que provocaba un dolor lacerante y continuo que le recordaba al lobo que aquella humana no estaba indefensa a pesar de aquel cuerpo escuálido y débil.

Un movimiento en falso de la humana, un paso demasiado largo que ofrece apenas un quiebro en su defensa es aprovechado por el lobo que en una fracción de segundo tensa los poderosos tendones retrayéndolos con fuerza suficiente para aplastar su cuerpo un instante contra el suelo antes de saltar sobre su presa con enloquecida furia. Siempre había sido así, aquellas peleas podían decidirse en un instante ante un depredador con armas tan afiladas como las del licántropo. La enorme masa del lobo salta sobre el cuerpo frágil de la humana en un rapidísimo y devastador salto.

Sus patas delanteras se apoyan en el pecho de la humana para controlar la caída, aunque para sorpresa del licántropo sus poderosas garras no son capaces de penetrar en la coraza que oculta la ropa de la cazadora, resbalando por su curvilínea y pulida superficie impidiendo que la bestia controle la caída como esperaba, atenazando la carne de ella con sus poderosas garras y aplastando la tráquea en una sanguinolenta y letal mordida cuando la espalda de ella tocara el suelo. No obstante la brutal fuerza del salto si es suficiente para desequilibrar a ambos y hacer a la humana caer hacia atrás. Los ojos verdes de la bestia captan una fracción de segundo tarde como el arma blanca de la humana golpea con saña sobre su costado, haciéndolo gemir de dolor cuando su dura piel no resiste el impacto y lo hace sangrar por segunda vez cuando el filo del arma besa todo su costado en una dolorosa herida.

Sus ojos se inyectan en sangre, volviendo la parte amarilla y feral y mirada de un profundo color rojo vino que ejemplifica la furia que siente el monstruo ante el lacerante dolor. Con salvaje abandono y unos reflejos excepcionales, atrapa uno de los brazos de la humana con sus mandíbulas, ignorando los débiles golpes que esta puede ocasionar en su estómago al presionarlo con las patas. Con un gruñido bestial los dientes de la bestia hacen ceder la estructura de hierro del brazalete con tal fuerza que la rígida estructura se empieza a retorcer y astillas, con tal fuerza que la unión de los dientes con la mandíbula del licántropo empieza a sangrar de la terrible presión que está aguantando su encía. Cuando nota que el hierro no cede más, empieza a mover con violencia la mandíbula de un lado a otro intentando dislocar la extremidad de la humana con violencia pero cuando un segundo machetazo se avecina hacia su otro costado cuando la humana se recupera del golpe, salta hacia atrás, soltando a su presa con rapidez y tomando distancia.
Cuando ambos se levantan notan sus heridas, la respiración del lobo es pesada y grave mientras el pelaje de su costado se tizna de color carmesí con cada uno de sus latidos mientras que la humana parece no estar tampoco en su mejor momento.

El lobo vuelve a aullar con fuerza devastadora, buscando aturdir a su víctima que empieza a correr en sentido contrario al licántropo que consumida por la ira clava un instantes las garras en la blanda tierra antes de correr a toda velocidad hacia aquella humana que se había atrevido a herirlo de aquella manera. Aprovechando su velocidad superior con diferencia adelanta con facilidad a la humana, cortando su paso y dejando continuar con su carrera en otra dirección cansándola, acosándola. Aquella humana iba a dejar de respirar entre sus fauces, vería como dejaba de respirar en un instante cuando sus mandíbulas seccionaran su médula espinal de un poderoso bocado en el suelo. Con la furia que le provoca el lacerante dolor en su costado, golpea a la humana con el hombro, pasando por encima de ella cuando cae al suelo por su enviste de un ágil salto para aterrizar y girarse con velocidad a unos metros de ella clavando las garras en la tierra antes de bajar la cabeza gruñendo con ferocidad. Para el lobo está claro que aquella pelea no ha terminado y que la humana no va a irse a ningún lado.
Bernard Favre
Bernard Favre
Licántropo Clase Media
Licántropo Clase Media

Mensajes : 57
Fecha de inscripción : 15/04/2018
Localización : París

DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:

Volver arriba Ir abajo

Tu sangre en mis manos - (Priv. Bernard Favre) Empty Re: Tu sangre en mis manos - (Priv. Bernard Favre)

Mensaje por Contenido patrocinado


Contenido patrocinado


Volver arriba Ir abajo

Volver arriba

- Temas similares

 
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.