AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Son vrai moi { Fleur }
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Son vrai moi { Fleur }
por Julie du Bouëxic de Guich Dom Abr 01, 2018 1:07 am
—Ya no la siento —le dijo Marion a Gertrude, entre lágrimas—. No siento a mi hermana. —Y empezó a rogar que por favor fueran a comprobar que estaba bien.
Fue Gertrude quien convenció a Alain, porque a Marion su hermano no la quería ni escuchar, además, ella no podía parar de hipar y clamar por Fleur. La criada apeló a la enfermedad de ésta, la principal preocupación de Marion Julie. Alain cedió y, cuando abrió la puerta del cuarto (era el único que tenía la llave), la encontraron tirada en el suelo, no del todo consciente. El primer impulso que tuvieron todos fue el de ir a buscar al médico, pero fue Gertrude la encargada de hacerlo, el resto fue a cuidar a Fleur, a quien el mismo Alain llevó al dormitorio. La depositó sobre la cama y allí la vio el médico cuando arribó. Le mandó láudano y reposo.
Julie decidió que era hora de cambiar la ropa maltratada de Fleur —la cual no había dado buena impresión al doctor, pero lo convencieron de que había sufrido una caída en el jardín—, por eso sacó a todos de la habitación a excepción de Alain, quien se rehusó a salir del cuarto. Lo quiso cuestionar, pero después del cachetazo que le había dado, lo pensó dos veces. Con las manos temblorosas, empezó a desvestir a su hermana para ponerle la camisola, así podría descansar bien.
—¿Quieres que siga? —le preguntó en voz baja, pues la mirada de Alain sobre ambas podía resultar incómoda y hasta intimidante.
Julie du Bouëxic de Guich- Hechicero Clase Alta
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Re: Son vrai moi { Fleur }
por Fleur du Bouëxic de Guich Dom Abr 01, 2018 1:31 am
Supo que era Alain quien la sostenía porque de pronto una sombra oscura y atroz la envolvió, hiriéndola. Cuando llegó a la cama le empujó con la poca de fuerza con la que contaba y le pidió a Marion que lo hiciera salir, pero éste se negó. Mucho rato después, entre la agónica espera del médico y sus sueños, Fleur tuvo peores pesadillas que aquella donde la bestia la desgarraba, temía mucho, por Marion, por ella, por todos y era esa misma angustia la que estaba haciéndole tanto daño. Cuando el médico llegó, un hombre mayor que atendía allá en aquellos lares más que nada a mujeres escandalosas que no tenían nada, mandó que le dieran láudano y le realizó una breve sangría, lo único que podían hacer por ella además de esperar y estar al pendiente, si la fiebre aumentaba, sería fatal. Cuando el viejo abandonó la habitación, Fleur estaba semiconsciente y aferraba las manos a las de su hermana, pidiéndole perdón por haberla dejado sola.
Junto con Gertrude, debieron obedecer al médico que exigió que le cambiaran la ropa de inmediato, manteniéndola cubierta a medias y con trapitos de agua fresca sobre la frente y los tobillos, desnudos de preferencia. Alain no se movió, ni siquiera cuando desabotonaron el vestido por detrás y Gertrude comenzó a jalas las mangas hacia abajo, descubriendo así el camisón interior de lino, sucio por la lluvia y la tierra que quién sabe dónde había agarrado. En la parte de las piernas, había manchas de sangre deslavadas pero la mujer tuvo a bien ocultar, junto con las rodillas pues, junto a Marion, lograron cubrir lo prudente con las sábanas y los nuevos cambios de ropa. —Haz que se vaya...— Rogó a Gertrude para no exponer más a Marion y tras ese ruego, la petición llegó.
—Necesita descansar, Mademoiselle Marion y yo nos quedaremos a cuidarla, usted debería bajar a tomar la cena, por favor, Monsieur—, pidió Gertrude. Fleur desde la cama, respiraba agitadamente y un sudor frío le satinaba la piel descubierta del cuello y el pecho, hasta el nacimiento de los pequeños pechos que subían y bajaban. La fiebre no cedía aún y deliraba un poco, llamando a Marion y a su madre, mientras lloraba antes de sufrir pequeños desmayos.
Junto con Gertrude, debieron obedecer al médico que exigió que le cambiaran la ropa de inmediato, manteniéndola cubierta a medias y con trapitos de agua fresca sobre la frente y los tobillos, desnudos de preferencia. Alain no se movió, ni siquiera cuando desabotonaron el vestido por detrás y Gertrude comenzó a jalas las mangas hacia abajo, descubriendo así el camisón interior de lino, sucio por la lluvia y la tierra que quién sabe dónde había agarrado. En la parte de las piernas, había manchas de sangre deslavadas pero la mujer tuvo a bien ocultar, junto con las rodillas pues, junto a Marion, lograron cubrir lo prudente con las sábanas y los nuevos cambios de ropa. —Haz que se vaya...— Rogó a Gertrude para no exponer más a Marion y tras ese ruego, la petición llegó.
—Necesita descansar, Mademoiselle Marion y yo nos quedaremos a cuidarla, usted debería bajar a tomar la cena, por favor, Monsieur—, pidió Gertrude. Fleur desde la cama, respiraba agitadamente y un sudor frío le satinaba la piel descubierta del cuello y el pecho, hasta el nacimiento de los pequeños pechos que subían y bajaban. La fiebre no cedía aún y deliraba un poco, llamando a Marion y a su madre, mientras lloraba antes de sufrir pequeños desmayos.
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Fleur du Bouëxic de Guich- Hechicero Clase Alta
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Re: Son vrai moi { Fleur }
por Alain du Bouëxic de Guich Dom Abr 01, 2018 3:06 am
A pesar de las consecuencias de sus actos calificables como desalmados, Alain no estaba arrepentido de haber encerrado a Fleur completamente empapada en el cuarto más frío del castillo. Aunque tampoco quería que muriera de fiebre, por eso en su momento la auxilió, la llevó en brazos hasta el dormitorio (más cálido) y mandó a Gertrude a buscar al médico para ver qué podían arreglar. Esperaba que no fuera demasiado tarde, no la había disfrutado lo suficiente aún.
Tal vez por eso cuando el médico se marchó y las mujeres comenzaron a obedecer la orden de cambiarla de ropa, Alain permaneció allí como un inoportuno testigo. Sabía que no debía, que era inapropiado, pero no le importaba. Quería presenciar aquello, había algo mágico en la forma en que la desvestían a Fleur, o más bien en la forma en que la piel pecosa como la propia asomaba por entre las telas que las demás mujeres iban deslizando hacia abajo.
Escuchó que Marion le preguntaba si quería que siguieran, entendió que se debía a su presencia, mas aún así, no se movió. Tampoco Fleur hizo nada por sí misma (no es que estuviera en condiciones, tampoco); en cambio, mandó a Gertrude, pudo oírla ordenarle eso, lo cual hasta gracia le hizo porque no pensaba sacar un pie fuera de esa habitación a menos que él realmente quisiera.
—No tengo hambre —dijo cuando Gertrude le “sugirió” ir a tomar la cena. Y permaneció ahí, bien erguido, de brazos cruzados como un vigilante, contemplando la escena hasta que escuchó a Gertrude decirle a Marion que debían ir por paños fríos. Entonces sí salió de la habitación, probablemente desconcertándolas a todas porque lo hizo sin decir nada, sólo de pronto se marchó o eso simuló.
Cuando vio que Marion y Gertrude salían del cuarto, entró de vuelta y cerró la puerta. Se acercó a la doliente Fleur, quien yacía en la cama ya en camisola, y empezó a acariciarle con lentitud el cabello desparramado suavemente por la almohada. Luego pasó a sus brazos estirados; después, le tocó la cadera y deslizó las manos hacia sus piernas, en donde agarró la tela de la camisola para levantarla, frunciéndola en el puño cerrado.
Tal vez por eso cuando el médico se marchó y las mujeres comenzaron a obedecer la orden de cambiarla de ropa, Alain permaneció allí como un inoportuno testigo. Sabía que no debía, que era inapropiado, pero no le importaba. Quería presenciar aquello, había algo mágico en la forma en que la desvestían a Fleur, o más bien en la forma en que la piel pecosa como la propia asomaba por entre las telas que las demás mujeres iban deslizando hacia abajo.
Escuchó que Marion le preguntaba si quería que siguieran, entendió que se debía a su presencia, mas aún así, no se movió. Tampoco Fleur hizo nada por sí misma (no es que estuviera en condiciones, tampoco); en cambio, mandó a Gertrude, pudo oírla ordenarle eso, lo cual hasta gracia le hizo porque no pensaba sacar un pie fuera de esa habitación a menos que él realmente quisiera.
—No tengo hambre —dijo cuando Gertrude le “sugirió” ir a tomar la cena. Y permaneció ahí, bien erguido, de brazos cruzados como un vigilante, contemplando la escena hasta que escuchó a Gertrude decirle a Marion que debían ir por paños fríos. Entonces sí salió de la habitación, probablemente desconcertándolas a todas porque lo hizo sin decir nada, sólo de pronto se marchó o eso simuló.
Cuando vio que Marion y Gertrude salían del cuarto, entró de vuelta y cerró la puerta. Se acercó a la doliente Fleur, quien yacía en la cama ya en camisola, y empezó a acariciarle con lentitud el cabello desparramado suavemente por la almohada. Luego pasó a sus brazos estirados; después, le tocó la cadera y deslizó las manos hacia sus piernas, en donde agarró la tela de la camisola para levantarla, frunciéndola en el puño cerrado.
Alain du Bouëxic de Guich- Humano Clase Alta
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Re: Son vrai moi { Fleur }
por Fleur du Bouëxic de Guich Dom Abr 01, 2018 3:40 am
Tanto Marion como Gertrude se apuraron lo más posible, ayudadas por las criadas de menor rango quienes estaban de verdad preocupadas por la señorita, quien nunca se había puesto tan mal, ¿cómo no? Después de lo que aquel nuevo señor les había hecho a las hermanas. El tiempo breve que estuvieron en la cocina, Gertrude atendió el golpe de Marion limpiándole la sangre seca. —Ese hombre es una bestia... Mira que tratarlas así, ¿pero qué sucedió?, ¿por qué todo esto?, ¿dónde estaba su hermana, mademoiselle?—, le preguntó, mientras la atendía con cuidado y preocupación. Subieron un rato después, a sabiendas de que no podrían dejar más sola a Fleur, así que Gertrude y otra de las criadas se harían cargo para que Marion pudiese quedarse junto a su hermana.
Mientras en la habitación, Fleur comenzó a tener algo de calma, la fiebre cedía a paso lento pero el sudor aún le empapaba la camisola. Por el efecto del láudano no sentía mucho dolor y en breves ratos se quedaba dormida, totalmente inconsciente, sin darse cuenta de nada de lo que sucedía en la habitación. Sus sentidos sobrenaturales también estaban dormidos, quizás por eso no pudo reaccionar ni hacer nada cuando Alain entró a la habitación y se sentó a su lado. El tacto en sus brazos la estremeció, haciéndola crispar los dedos sobre la cama y quejarse quedito, como si le doliera la piel. Las piernas fueron asomándose despacio, primero las pantorrillas, un poco gruesas y muy blancas, sin ningún rastro de pecas o vello corporal, las rodillas, enrojecidas y raspadas por la caída en el río y los muslos, gruesos también, firmes...
Fleur entreabrió los ojos y miró borrosa una figura imponente que reconoció como Alain. —¿Qué haces?—, preguntó dócilmente, llevando una mano hasta el puño que apretaba la tela de la camisola, deteniéndolo cuando subía casi hasta donde él no tenía permitido ver como su hermano que era. —¿Dónde está Marion? Por favor, no le pegues... No le pegues a ella, pégame a mí si quieres pero a ella no, por favor Alain—, le suplicó, comenzando a llorar de nuevo, mareada y muy triste por su hermana. —¿Dónde está Marion?... ¿Hoy hay luna llena?—, preguntó, temiendo también por Howl.
Mientras en la habitación, Fleur comenzó a tener algo de calma, la fiebre cedía a paso lento pero el sudor aún le empapaba la camisola. Por el efecto del láudano no sentía mucho dolor y en breves ratos se quedaba dormida, totalmente inconsciente, sin darse cuenta de nada de lo que sucedía en la habitación. Sus sentidos sobrenaturales también estaban dormidos, quizás por eso no pudo reaccionar ni hacer nada cuando Alain entró a la habitación y se sentó a su lado. El tacto en sus brazos la estremeció, haciéndola crispar los dedos sobre la cama y quejarse quedito, como si le doliera la piel. Las piernas fueron asomándose despacio, primero las pantorrillas, un poco gruesas y muy blancas, sin ningún rastro de pecas o vello corporal, las rodillas, enrojecidas y raspadas por la caída en el río y los muslos, gruesos también, firmes...
Fleur entreabrió los ojos y miró borrosa una figura imponente que reconoció como Alain. —¿Qué haces?—, preguntó dócilmente, llevando una mano hasta el puño que apretaba la tela de la camisola, deteniéndolo cuando subía casi hasta donde él no tenía permitido ver como su hermano que era. —¿Dónde está Marion? Por favor, no le pegues... No le pegues a ella, pégame a mí si quieres pero a ella no, por favor Alain—, le suplicó, comenzando a llorar de nuevo, mareada y muy triste por su hermana. —¿Dónde está Marion?... ¿Hoy hay luna llena?—, preguntó, temiendo también por Howl.
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Re: Son vrai moi { Fleur }
por Alain du Bouëxic de Guich Dom Abr 01, 2018 3:59 am
La miró mayormente a la cara, aunque cuando empezó a descubrir su cuerpo no pudo evitar llevar la mirada hacia esos lugares prohibidos que sólo veían los esposos. Pues él quería ser anterior a un esposo, quería ser el primero en contemplar esa perfecta anatomía como ahora mismo lo estaba haciendo. Y sí, se sentía realizado, por extraño que fuera.
—¿Qué te pasó en las rodillas? —le preguntó cuando la vio entreabrir los ojos, permaneciendo sumamente tranquilo ante esto, como si nada estuviera ocurriendo. Sin embargo, tampoco pudo continuar porque la mano de Fleur detuvo la propia—. No le voy a pegar a Marion —prometió, para después aprovechar la petición de Fleur para poner condiciones—: A menos que le cuentes a alguien de esto, ¿de acuerdo? Entonces buscaré cualquier excusa para romperle la otra mejilla a bofetadas —amenazó—. A ti no te voy a pegar…
No se trataba de una cuestión de piedad. Se trataba de que a Fleur le dolía mucho más que el daño lo sufriera su hermana, por eso apuntaba a ella y no a la misma Fleur.
—No llores… O van a pensar que te estoy haciendo algo malo —le dijo con total cinismo—. Ella está… por aquí, no sé, fue con Gertrude a buscar paños para ponerte en la cabeza. En cualquier momento llegará, así que… —Se levantó de la cama, acomodándole descuidadamente la camisola—. Me tengo que ir. Límpiate esas lágrimas —le ordenó, señalándole el rostro antes de que la pregunta acerca de la luna llena lo tomara completamente por sorpresa. La miró desconcertado. Debía estar delirando por la fiebre, pero aún así, sin saber por qué, le contestó—: Creo que no… ¿Por qué?
—¿Qué te pasó en las rodillas? —le preguntó cuando la vio entreabrir los ojos, permaneciendo sumamente tranquilo ante esto, como si nada estuviera ocurriendo. Sin embargo, tampoco pudo continuar porque la mano de Fleur detuvo la propia—. No le voy a pegar a Marion —prometió, para después aprovechar la petición de Fleur para poner condiciones—: A menos que le cuentes a alguien de esto, ¿de acuerdo? Entonces buscaré cualquier excusa para romperle la otra mejilla a bofetadas —amenazó—. A ti no te voy a pegar…
No se trataba de una cuestión de piedad. Se trataba de que a Fleur le dolía mucho más que el daño lo sufriera su hermana, por eso apuntaba a ella y no a la misma Fleur.
—No llores… O van a pensar que te estoy haciendo algo malo —le dijo con total cinismo—. Ella está… por aquí, no sé, fue con Gertrude a buscar paños para ponerte en la cabeza. En cualquier momento llegará, así que… —Se levantó de la cama, acomodándole descuidadamente la camisola—. Me tengo que ir. Límpiate esas lágrimas —le ordenó, señalándole el rostro antes de que la pregunta acerca de la luna llena lo tomara completamente por sorpresa. La miró desconcertado. Debía estar delirando por la fiebre, pero aún así, sin saber por qué, le contestó—: Creo que no… ¿Por qué?
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Re: Son vrai moi { Fleur }
por Fleur du Bouëxic de Guich Dom Abr 01, 2018 4:17 am
—Me caí en el camino por perseguir un conejo—, respondió a la pregunta de sus rodillas, supuso que estaban raspadas porque le ardían. Se talló los ojos y removió, incómoda por la forma en la que él la estaba tocando y todo empeoró cuando la condición para que no lastimara a Marion fue un total silencio a eso que estaba haciendo. ¿Era malo? Se sentía como algo malo, hasta ese momento ningún hombre la había visto en camisola y aunque él fuese su hermano, había algo en la mirada de Alain que la hacía sentirse... Sucia, como si ella estuviese haciendo algo malo por vestir o más bien, medio vestir así. Buscó cubrirse con la sábana cuando él se levantó y asintió, limpiándose las mejillas. —No le diré a nadie...
Apretó los labios, mirando como la habitación daba vueltas y Alain de pronto se deshacía en el aire, aunque siguiera ahí. Tuvo que abrir y apretar los ojos varias veces para poder definirlo y en ese momento empujaron la puerta, era Marion, quién al ver a Alain de nuevo en la habitación dio un respingo de susto y Gertrude, más prudente y asustadiza, dio un gritito de sorpresa y terror. No pudo objetar, después de todo era el señor de la casa, pero el que hubiese estado a solas con Fleur enferma y en la cama era algo muy malo, aunque fuesen hermanos de sangre, eso no debía ser. —Marion...— Llamó Fleur a su hermana, deseando alejarla de Alain. —Ven conmigo—, pidió, mientras Gertrie acomodaba el agua y los pañitos.
—¿Mi señor se quedará a hacer ronda?, ¿quiere que le subamos la cena?—, preguntó Gertrude, intentando sacarlo de una vez de aquella habitación, donde la incomodidad era creciente. —Marion, cariño, ¿quieres cenar tu también?—, preguntó, aunque ya le había preguntado en la cocina, pero intentaba hacer lo más normal todo, quizás como la propia Fleur, ahora inconsciente, hubiese deseado.
Apretó los labios, mirando como la habitación daba vueltas y Alain de pronto se deshacía en el aire, aunque siguiera ahí. Tuvo que abrir y apretar los ojos varias veces para poder definirlo y en ese momento empujaron la puerta, era Marion, quién al ver a Alain de nuevo en la habitación dio un respingo de susto y Gertrude, más prudente y asustadiza, dio un gritito de sorpresa y terror. No pudo objetar, después de todo era el señor de la casa, pero el que hubiese estado a solas con Fleur enferma y en la cama era algo muy malo, aunque fuesen hermanos de sangre, eso no debía ser. —Marion...— Llamó Fleur a su hermana, deseando alejarla de Alain. —Ven conmigo—, pidió, mientras Gertrie acomodaba el agua y los pañitos.
—¿Mi señor se quedará a hacer ronda?, ¿quiere que le subamos la cena?—, preguntó Gertrude, intentando sacarlo de una vez de aquella habitación, donde la incomodidad era creciente. —Marion, cariño, ¿quieres cenar tu también?—, preguntó, aunque ya le había preguntado en la cocina, pero intentaba hacer lo más normal todo, quizás como la propia Fleur, ahora inconsciente, hubiese deseado.
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Re: Son vrai moi { Fleur }
por Julie du Bouëxic de Guich Dom Abr 01, 2018 6:56 pm
—¿Qué haces aquí? —preguntó Julie, una vez superado el susto inicial que le provocó haber encontrado a Alain de vuelta dentro de la habitación de ambas mellizas. Se suponía que había salido y Fleur estaba bien cuidada, era obvio que no tenía nada que hacer ahí, entonces la pregunta tenía sentido, ¿qué estaba haciendo? Supuso que Alain quería hablar a solas con Fleur, y eso en el mejor de los casos, pero tenía una fea sensación en el pecho que parecía indicar que estaba dañando a Fleur antes de que ella arribara a la pieza.
Pero no supo cómo. La observó y claramente no la había golpeado. Tampoco tenía por qué, a menos que ella otra vez lo hubiese enfrentado, pero en esas condiciones era una posibilidad demasiado remota.
—¿No habías salido? —cuestionó a Alain. «¿Por qué volviste a entrar?», parecía añadir con la mirada, aguardando inútilmente por una explicación. Fue Fleur quien interrumpió la espera al llamarla. Julie se rindió y caminó hacia ella, colocó las manos y las rodillas en el colchón y gateó por la cama hasta llegar a ella. Acto seguido, le hizo una caricia en la frente sudorosa, apartando cabellos del flequillo que estaban medio pegados a la piel perlada, peinándola así con los dedos. Una vez hubo despejado la frente de todo cabello, le dio un beso en ésta aunque no se suponía que entrara en contacto demasiado cercano con ella, pues podía contagiarla. No le importó, quería estar cerca de su hermana, protegerla de todo mal aunque tenía la horrible sensación de que había llegado tarde. Algo había hecho Alain, sólo no sabía qué.
—¿Todo bien? —le preguntó en referencia a eso. Luego le contestó a Gertrude—. Si ceno, ceno acá arriba, con mi querida hermana —dijo, revelando así que no volvería a dejar sola a Fleur. Debía cuidarla de Alain.
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Re: Son vrai moi { Fleur }
por Alain du Bouëxic de Guich Dom Abr 01, 2018 7:49 pm
Confió en que no le diría a nadie. Parecía lo suficientemente asustada, aunque temiera más por Marion que por ella misma. Era lo que Alain buscaba. Se sintió satisfecho, pensó que podría marcharse con total tranquilidad, sin ningún problema, pero entonces entraron Marion y Gertrude a la habitación, sin tocar la puerta ni nada. Claro que le preguntaron —Marion lo hizo— qué hacía ahí, pues se suponía que había dejado el cuarto.
—Charlo con mi hermana, ¿qué, acaso no puedo? —mintió, mirando a Marion Julie de forma desafiante, casi agresiva. Antes de que ésta pudiera responderle, Fleur la llamó. Alain la siguió con la mirada, sobre todo cuando gateó, clavando la vista disimuladamente en la retaguardia del vestido. Luego observó a ambas mellizas, juntas, dándose mimos, completamente unidas… Y sonrió con malicia. Eran suyas.
No le pasó desapercibido el hecho de que Marion aseguró que cenaría con Fleur. No iba a volver a dejarla. ¿Se habría dado cuenta de que algo ocurría? Todo parecía indicar que sí, pero no se preocupó en realidad porque no había forma de que supiera exactamente qué era. No importaba. Si no podía pasar tiempo a solas con Fleur, podría pasar tiempo a solas con las dos. Por eso asintió cuando Gertrude le preguntó si quería que le subieran la cena.
—Sí, por favor —dijo y esperó a que Gertrude fuera a buscarla para volverse hacia las mellizas y sonreírles—. Bueno, parece que vamos a cenar los tres —comentó.
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Re: Son vrai moi { Fleur }
por Fleur du Bouëxic de Guich Dom Abr 01, 2018 9:18 pm
Gertrude, quien a pesar de ser una muchacha sencilla y sin mayores anhelos que casarse con el hijo del panadero, comprendía la naturaleza de las mellizas, las había visto crecer a la par suya y asistía a muchas de sus prácticas de hechicería, sirviendo a veces como conejillo de indias o como límite vivo a las ambiciones de las hermanas, temiendo más que se hicieran daño a sí mismas que a los demás; las apreciaba como si fuesen sus hermanas y más que eso, incluso sus hijas, pues prácticamente habían quedado a su cuidado después de que la ama de leche hubiese muerto tan intempestivamente, cuando las niñas tenían ocho años. Por todo eso y más, no le pasó desapercibida la mirada del joven señor, ni tampoco le gustó la forma en la que había tratado a las mellizas. Cuando se acercó a Fleur, observó la camisola medio alzada y frunció el ceño, mirando con un deje de reproche al hombre, molesta, ofendida.
El que insinuara que quería cenar con las niñas la preocupó aún más. Sin embargo, salió a regañadientes de la habitación porque tampoco podía hacer mucho, si desobedecia, podría también tocarle a ella una buena tunda, peor que la de la señorita Fleur. Por suerte la cena estaba lista y ordenó los dos servicios, pero la charola del joven Alain dispuso que se llevara a su habitación, la que en otros días había sido del Almirante y su mujer. Llegó a la habitación con una sola charola, dispuesta especialmente para Marion pues solo contenía sopa, pan, queso, fresas, miel y leche, dejándola en la mesa a un par de metros de la cama. —Lo siento, Monsieur, pero el médico dijo que entre menos gente hubiese en contacto con Mademoiselle mejor, ya que podría ser muy contagioso...— Se excusó, agachando la cabeza y viendo de reojo a las mellizas, interponiendo el cuerpo entre ellas y Alain. —Envié su cena a su habitación, donde tiene ya puesto el fuego y su equipaje...
El que insinuara que quería cenar con las niñas la preocupó aún más. Sin embargo, salió a regañadientes de la habitación porque tampoco podía hacer mucho, si desobedecia, podría también tocarle a ella una buena tunda, peor que la de la señorita Fleur. Por suerte la cena estaba lista y ordenó los dos servicios, pero la charola del joven Alain dispuso que se llevara a su habitación, la que en otros días había sido del Almirante y su mujer. Llegó a la habitación con una sola charola, dispuesta especialmente para Marion pues solo contenía sopa, pan, queso, fresas, miel y leche, dejándola en la mesa a un par de metros de la cama. —Lo siento, Monsieur, pero el médico dijo que entre menos gente hubiese en contacto con Mademoiselle mejor, ya que podría ser muy contagioso...— Se excusó, agachando la cabeza y viendo de reojo a las mellizas, interponiendo el cuerpo entre ellas y Alain. —Envié su cena a su habitación, donde tiene ya puesto el fuego y su equipaje...
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Re: Son vrai moi { Fleur }
por Alain du Bouëxic de Guich Dom Abr 01, 2018 9:56 pm
Alain no podía soportar que sus planes no salieran como él quería. Por eso, cuando Gertrude regresó a la habitación con una sola charola, la miró con ojos asesinos, especialmente mientras le explicaba lo ocurrido.
—¿Sí? ¿Y no te importa que se contagie Marion? —dijo pues a ella sí le había traído la cena.
Claramente no creía que fuera una cuestión del contagio de la enfermedad, aunque sí era contagiosa, lo de Gertrude no era más que un pretexto para sacarlo de ahí, era demasiado obvio.
—Me importa un bledo lo que haya dicho el médico. Prefiero tomar el riesgo de infectarme. Es una decisión tomada, espero por tu bien que no la cuestiones, criada estúpida, metiche —la insultó sin más, levantándose para ponerse en pie (pues en el interín se había sentado en el borde de la cama), enfrentándola—. ¿Quién te mandó a que enviaras la cena a la otra habitación? Nadie, ¿verdad? Entonces, ¿por qué lo hiciste? ¿Se te olvida el papel que juegas en esta casa? ¿Se te olvida que no eres más que una sirvienta? —preguntó con un aire agresivo e intimidante—. Tú harás lo que yo ordene. No tienes voz ni voto aquí, ¿estamos de acuerdo?
» Iré a mi habitación más tarde —informó luego, dándose la vuelta—. Por ahora me quedaré aquí, con mis hermanas. —Se sentó de nuevo en la cama y, descaradamente, le tocó un pie a Fleur—. Así que, por favor, trae mi cena para acá si no quieres que te reviente el lomo a latigazos.
Asustada, la mujer obedeció. A los pocos instantes, la cena de Alain estaba en la habitación de las mellizas, en la mesa. La de las mellizas, en la cama con ellas, aunque Fleur, enferma, no comía.
—Bien, así se hace. Vete, por favor. Cierra la puerta y no vuelvas a menos que te llamemos —le ordenó entonces a Gertrude, dando su trabajo por concluido ahí. Apenas la mujer salió del cuarto, Alain se sacó los zapatos y llevó su cena a la cama con las mellizas, colocándose entre ambas—. Con permiso, voy a separarlas un momento… Necesito —dijo, haciendo una pausa para probar bocado—, necesito que me disculpen por mi comportamiento anterior. Podemos llevarnos bien, ¿cierto? —preguntó con una sonrisa casi maliciosa, mientras le robaba a Marion una fresa.
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Re: Son vrai moi { Fleur }
por Fleur du Bouëxic de Guich Dom Abr 01, 2018 10:25 pm
—Mademoiselle Marion pidió permiso al médico—, respondió Gertrude, aguando la voz al ver la reacción que comenzaba a tener el joven Alain, pero no se esperaba que fuese tan violenta, verbal y temió que físicamente también, cuando lo vio levantarse del borde de la cama donde estaba. —Lo hice por instrucciones del médico—, volvió a decir, apretando las manos mientras retrocedía todo lo que el hombre avanzaba, chocando contra la orilla de un sillón y elevando ambas manos frente a su rostro, por si le tocaba alguna bofetada.
No fue así, sino que Alain retrocedió y volvió a la cama. Gertrude salió corriendo para obedecer y un silencio atroz se hizo en la habitación, salvo el quejido de Fleur cuando sintió la mano de su hermano en el pequeño pie, no volvió a escucharse nada. Dispuesta la cena de los tres, aunque Fleur no fuese a probar bocado por obvias razones, volvieron a quedarse a solas.
La tensión se hizo presente y se instaló entre los espacios vacíos de la cama que ocupaban ya los tres. Fleur, quién ardía aún de temperatura, se removió y quejó pues entre los movimientos que Alain había hecho para quedar en medio de las hermanas, le había halado el cabello con la espalda y los codos; abrió los ojos y vio sobre las sábanas un par de piernas más largas y enfundadas en pantalones oscuros sobre su cama. —Marion, ¿dónde estás?—, preguntó, mientras intentaba moverse, queriendo alejarse de la insana cercanía que Alain había tomado con ambas.
—No es correcto... No puedes estar aquí—, dijo, con voz pausada. No podía mantener los ojos abiertos, pero no quería cerrarlos por temor a lo que su hermano pudiera hacer con Marion. Comenzó a toser de forma violenta y por la misma acción, derramó la leche de Marion, buscando de esa forma hacer que el tercer ocupante de la cama, quién menos debería estar ahí, se fuera de una vez. —No... No puedo respirar—mintió Fleur, viendo de reojo a Marion para que le siguiera la corriente.
No fue así, sino que Alain retrocedió y volvió a la cama. Gertrude salió corriendo para obedecer y un silencio atroz se hizo en la habitación, salvo el quejido de Fleur cuando sintió la mano de su hermano en el pequeño pie, no volvió a escucharse nada. Dispuesta la cena de los tres, aunque Fleur no fuese a probar bocado por obvias razones, volvieron a quedarse a solas.
La tensión se hizo presente y se instaló entre los espacios vacíos de la cama que ocupaban ya los tres. Fleur, quién ardía aún de temperatura, se removió y quejó pues entre los movimientos que Alain había hecho para quedar en medio de las hermanas, le había halado el cabello con la espalda y los codos; abrió los ojos y vio sobre las sábanas un par de piernas más largas y enfundadas en pantalones oscuros sobre su cama. —Marion, ¿dónde estás?—, preguntó, mientras intentaba moverse, queriendo alejarse de la insana cercanía que Alain había tomado con ambas.
—No es correcto... No puedes estar aquí—, dijo, con voz pausada. No podía mantener los ojos abiertos, pero no quería cerrarlos por temor a lo que su hermano pudiera hacer con Marion. Comenzó a toser de forma violenta y por la misma acción, derramó la leche de Marion, buscando de esa forma hacer que el tercer ocupante de la cama, quién menos debería estar ahí, se fuera de una vez. —No... No puedo respirar—mintió Fleur, viendo de reojo a Marion para que le siguiera la corriente.
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Re: Son vrai moi { Fleur }
por Alain du Bouëxic de Guich Dom Abr 01, 2018 10:46 pm
Ninguna excusa de Gertrude le valió a Alain para aminorar el trato que tuvo con ella. Tampoco aceptaría una por parte de las mellizas para echarlo de ahí, pensó mientras se acomodaba en la cama.
—Marion está aquí, no te preocupes, Fleur —le informó a la melliza que reclamaba la presencia de su hermana. No se había ido, sólo había quedado al otro lado de Alain, tornándose invisible para ella que se removía en la cama pero no se incorporaba para poder verla. Lo único que parecía hacer era querer tomar distancia de él—. Yo puedo hacer lo que quiera, Fleur. No me importa si no es correcto —respondió cuando por fin vino la excusa que, de alguna manera, esperaba. Sólo no sabía que sería esa, es decir, que apelarían a la “corrección” de sus actos. Se le hizo hasta chistoso, pero contuvo la risa.
Ésta se borró del todo cuando Fleur, quien comenzó a toser fuertemente, volcó la leche de Marion sobre el abdomen de Alain. Mirando hacia abajo, hacia aquel desastre, con las manos levantadas ahora, dijo:
—¡Maldita sea! —Y se levantó para poder escurrirse, al menos—. ¡Y yo me estoy quemando! —dijo cuando Fleur se quejó de que no podía respirar, pues la leche estaba caliente—. Mocosa torpe… —No se le ocurrió, para fortuna de Fleur, que hubiera sido a propósito. Aún así, dijo—: Bien… Ustedes ganan. —Comenzó a calzarse, después, tomó la charola con su cena—. Sólo por hoy… Voy a cambiarme —anunció aunque a ellas qué les importaba lo que fuera a hacer.
Salió con la charola de la habitación y fue directo a la asignada como propia, donde efectivamente se quitó la ropa caliente y manchada y, de paso, se colocó la ropa de dormir. Ya no volvería al cuarto de las niñas, no a esa noche por lo menos.
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Re: Son vrai moi { Fleur }
por Fleur du Bouëxic de Guich Dom Abr 01, 2018 11:16 pm
—Llama a Gertrude para que arregle esto—, pidió Fleur, antes de desplomarse por fin. Con Alain fuera de la habitación, Marion estaría segura por al menos esa noche. No podía seguir enferma, tenía que recuperarse a como diera lugar, pero Mimí no estaba ni cerca para poder preparar aquel brebaje al cual le debían la vida ambas. Cuando Gertrude apareció, lo hizo con otras tres criadas quienes ayudaron a cambiar la cama y de paso a atender a Fleur, al menos una hora había pasado cuando todo el gentío que más mal hacía que bien, se retiró por fin; sobre un sillón puesto contra la puerta, Gertrude tejía a la luz de una vela, mientras las mellizas estaban en la cama, una al lado de la otra, fuertemente abrazadas. —No quiero que te quedes sola con Alain, Marion, nunca... ¿Oíste? No le des la oportunidad—, advirtió la mayor de las hermanas, mientras enredaba un dedito en un rulo de la menor. Quizás estuviera delirando, pero la situación que había vivido con él no era correcta, él no tenía porque haber visto debajo de su camisola.
Después de un rato se quedó dormida, mientras el calor y la presencia de su hermana infundía en ella nuevas energías y poco a poco la aliviaba más que cualquier sangría o medicamento que le dañaba el estómago. Gertrude hizo guardia, sin dormir prácticamente el resto de la noche, cambiando los pañitos cuando estos perdían la frescura hasta que su señora parecía recuperar su color y su respiración no era tan atropellada. Presenció de primera mano el milagro que era el cariño de aquel par de hermanas y le juró al Almirante y a Madame Joyce que nunca dejaría de protegerlas, porque ahora parecían tener una sombra peor que la de su tía encima.
Cuando fue hora, las dejó encerradas con llave y bajó para ordenar que se preparara un caldo con muchísimas verduras y la gallina más gorda y sana que tuvieran. Así fue y después de un rato, subió dos platos, agua, té, fresas y pan para que las niñas se desayunaran. Fleur tenía mejor semblante y podía moverse y quejarse del enorme y horrible moretón que las sangrías le habían dejado en el brazo. —Esto no se me quitará en meses...— Se quejó, a la vez que Marion y Gertrie la sentaban en la cama y la ayudaban a comer. —Gertrude, más tarde me alcanzas papel y pluma por favor, quiero escribir a Mimí para que venga—, ordenó, mientras acariciaba el rostro de su hermana y le sonreía. —¿Cómo estás?
Después de un rato se quedó dormida, mientras el calor y la presencia de su hermana infundía en ella nuevas energías y poco a poco la aliviaba más que cualquier sangría o medicamento que le dañaba el estómago. Gertrude hizo guardia, sin dormir prácticamente el resto de la noche, cambiando los pañitos cuando estos perdían la frescura hasta que su señora parecía recuperar su color y su respiración no era tan atropellada. Presenció de primera mano el milagro que era el cariño de aquel par de hermanas y le juró al Almirante y a Madame Joyce que nunca dejaría de protegerlas, porque ahora parecían tener una sombra peor que la de su tía encima.
Cuando fue hora, las dejó encerradas con llave y bajó para ordenar que se preparara un caldo con muchísimas verduras y la gallina más gorda y sana que tuvieran. Así fue y después de un rato, subió dos platos, agua, té, fresas y pan para que las niñas se desayunaran. Fleur tenía mejor semblante y podía moverse y quejarse del enorme y horrible moretón que las sangrías le habían dejado en el brazo. —Esto no se me quitará en meses...— Se quejó, a la vez que Marion y Gertrie la sentaban en la cama y la ayudaban a comer. —Gertrude, más tarde me alcanzas papel y pluma por favor, quiero escribir a Mimí para que venga—, ordenó, mientras acariciaba el rostro de su hermana y le sonreía. —¿Cómo estás?
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Re: Son vrai moi { Fleur }
por Julie du Bouëxic de Guich Mar Abr 03, 2018 12:06 am
«Ufff, no, vete», pensó Julie cuando Alain anunció que iban a cenar los tres juntos. Al poco rato, estaba en medio de las mellizas con la cena, arruinando la de Marion, quien comía tan incómoda que casi no podía deglutir. Había detectado la maniobra de Gertrude para apartarlo, pero nada sirvió, nada hasta que su hermana tosió y se removió para derramarle la leche encima, pudo ver en sus ojos que fue intencional, pero por supuesto, no dijo nada, sólo contuvo una risa: no quería reír abiertamente por miedo a que Alain lo tomara a mal.
No le importaba herir sus sentimientos, lo que no quería era que las hiriera a ellas. Sabía que estaba frustrado por lo que acababa de pasar, después de todo, había insistido tanto para «acompañarlas» en esa cena… Hasta había insultado a Gertrude, a quien Julie no defendió por miedo.
Había mucha tensión en el ambiente cada vez que Alain estaba cerca. No estaba superado el episodio de las bofetadas ni el aura maligna que ambas mellizas detectaban alrededor de él. Por eso colaboró para que se marchara siguiéndole la corriente a su hermana:
—¡Fleur, Fleur! —dijo simulando desesperación, prácticamente pasando por encima de Alain para llegar hasta su hermana. Éste se levantó, cubierto de leche caliente. Como no la estaba viendo, Julie le sonrió a su hermana, como diciendo «bien hecho».
Sintió mucho alivio cuando Alain anunció que ellas «ganaban», aunque ¿qué significaba eso?
—¿Se habrá dado cuenta de que lo hiciste a propósito? —preguntó una vez Alain estuvo fuera de la habitación. Después, llamó a Gertrude para que limpiaran el desastre y, una vez hecho eso, se puso la camisola y se acostó al lado de su hermana, abrazándola fuerte—. Lo sé, hermana, lo sé… Alain es malo —le dijo, medio dormida.
Cayeron rendidas las dos al poco rato, prácticamente al mismo tiempo, arrullándose la una con la respiración calma de la otra. En la mañana, Julie despertó con el olor del caldo. Oyó a su hermana quejarse de los moratones y le dijo en voz baja, un poco burlesca y guiñándole un ojo:
—No te preocupes, el gitano te querrá igual.
Luego ayudó a sentar a su hermana en la cama y, a cambio, recibió unas dulces caricias.
—Bien, aunque no he logrado conciliar el sueño pacíficamente, me quedé pensando, ¿sabes?, en Alain… ¿Realmente estaba charlando contigo cuando lo encontramos en la habitación? —preguntó.
No le importaba herir sus sentimientos, lo que no quería era que las hiriera a ellas. Sabía que estaba frustrado por lo que acababa de pasar, después de todo, había insistido tanto para «acompañarlas» en esa cena… Hasta había insultado a Gertrude, a quien Julie no defendió por miedo.
Había mucha tensión en el ambiente cada vez que Alain estaba cerca. No estaba superado el episodio de las bofetadas ni el aura maligna que ambas mellizas detectaban alrededor de él. Por eso colaboró para que se marchara siguiéndole la corriente a su hermana:
—¡Fleur, Fleur! —dijo simulando desesperación, prácticamente pasando por encima de Alain para llegar hasta su hermana. Éste se levantó, cubierto de leche caliente. Como no la estaba viendo, Julie le sonrió a su hermana, como diciendo «bien hecho».
Sintió mucho alivio cuando Alain anunció que ellas «ganaban», aunque ¿qué significaba eso?
—¿Se habrá dado cuenta de que lo hiciste a propósito? —preguntó una vez Alain estuvo fuera de la habitación. Después, llamó a Gertrude para que limpiaran el desastre y, una vez hecho eso, se puso la camisola y se acostó al lado de su hermana, abrazándola fuerte—. Lo sé, hermana, lo sé… Alain es malo —le dijo, medio dormida.
Cayeron rendidas las dos al poco rato, prácticamente al mismo tiempo, arrullándose la una con la respiración calma de la otra. En la mañana, Julie despertó con el olor del caldo. Oyó a su hermana quejarse de los moratones y le dijo en voz baja, un poco burlesca y guiñándole un ojo:
—No te preocupes, el gitano te querrá igual.
Luego ayudó a sentar a su hermana en la cama y, a cambio, recibió unas dulces caricias.
—Bien, aunque no he logrado conciliar el sueño pacíficamente, me quedé pensando, ¿sabes?, en Alain… ¿Realmente estaba charlando contigo cuando lo encontramos en la habitación? —preguntó.
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Re: Son vrai moi { Fleur }
por Fleur du Bouëxic de Guich Miér Abr 04, 2018 12:35 am
La mención del gitano la desconcertó, haciéndola reaccionar realmente mal, endureció un poco el gesto y regañó a su hermana con la mirada, pues estuvo a punto de cometer una indiscreción frente a las criadas, ya suficiente tenía con los rumores en París, como para tener que lidiar ahora con los rumores de la servidumbre en el único lugar seguro que le quedaba, o algo así, pues la presencia de Alain, como le hizo notar de nuevo Marion, calaba fuerte en sus sensaciones más oscuras. Se puso nerviosa con la pregunta de su hermana, era normal que tuviera la inquietud, después de todo, se sentían mutuamente y la incomodidad de Fleur ante los roces de su hermano fue muy evidente, sólo hacía falta de hecho, tener un poco de intuición.
Aún así y manteniendo su palabra, queriendo evitarle más dolor a su pequeña hermana, Fleur aminoró todo y asintió con la cabeza, mientras bebía de su té con leche. —Me pidió disculpas por haberse comportado así con nosotras—, mintió, limpiando el bordecito de la taza con el pulgar cuando lo dejó de nuevo sobre la charola, se relamió los labios y le sonrió, haciéndole un mimo en el mentón. —Y me preguntó como estabas tú, yo le dije que asustada, nunca nos habían pegado, pero no lo volverá a hacer, te lo juro, Marion—. Prometió y cuando Fleur hacía una promesa, la mantenía aunque eso le costara cualquier tipo de sufrimiento. Pero, ¿cómo reconocer lo que Alain quería? Desde pequeñas supieron diferenciar el bien del mal, pero cuando se está dentro de una burbuja de protección, es difícil llegar a saber que es la maldad realmente; un golpe es malo, un insulto también, quizás Alain solo quería hacerle un mimo, pero ella, quién colmaba de esos a Marion, jamás se atrevería a subirle la camisola, él tampoco debía, era hombre, pero era su hermano, ¿no eran acaso caricias de hermano? Y si lo eran al final, ¿por qué la hacían sentirse tan mal? Tan... Culpable.
Se perdió en esos pensamientos e interrumpió su comida, necesitaba tanto hablar con alguien, preguntarle, pero, ¿a quién? Mimí quizás, pero si resultaba ser algo malo, habría consecuencias; Gertrude, no, ella no entendería. Se resignó entonces, ¿qué podría hacer? No podía desobedecer a Alain, era su hermano, el mayor, era hombre, tenía todas las de perder. —Pero bueno, tenemos una fiesta que organizar, ¿sí? Será pequeña, no podemos empalmar ninguna celebración con la fiesta de los LaMotte, puede ser una cena solamente y un pequeño baile, hace mucho que no bailamos, Marion, creo que nos hace falta—, intentó sonar lo más animada posible, pero, entre su debilidad y todo lo sucedido el día anterior, cualquier buen pensamiento o ánimo se le rompían, ni siquiera pensar en el gitano se permitió, no aún, debía guardarlo muy bien para cuando estuviera a solas, si es que podía volver a estarlo, tuvo entonces el presentimiento de que se le venían días realmente malos y una nube oscura la invadió, dejándola en silencio.
Aún así y manteniendo su palabra, queriendo evitarle más dolor a su pequeña hermana, Fleur aminoró todo y asintió con la cabeza, mientras bebía de su té con leche. —Me pidió disculpas por haberse comportado así con nosotras—, mintió, limpiando el bordecito de la taza con el pulgar cuando lo dejó de nuevo sobre la charola, se relamió los labios y le sonrió, haciéndole un mimo en el mentón. —Y me preguntó como estabas tú, yo le dije que asustada, nunca nos habían pegado, pero no lo volverá a hacer, te lo juro, Marion—. Prometió y cuando Fleur hacía una promesa, la mantenía aunque eso le costara cualquier tipo de sufrimiento. Pero, ¿cómo reconocer lo que Alain quería? Desde pequeñas supieron diferenciar el bien del mal, pero cuando se está dentro de una burbuja de protección, es difícil llegar a saber que es la maldad realmente; un golpe es malo, un insulto también, quizás Alain solo quería hacerle un mimo, pero ella, quién colmaba de esos a Marion, jamás se atrevería a subirle la camisola, él tampoco debía, era hombre, pero era su hermano, ¿no eran acaso caricias de hermano? Y si lo eran al final, ¿por qué la hacían sentirse tan mal? Tan... Culpable.
Se perdió en esos pensamientos e interrumpió su comida, necesitaba tanto hablar con alguien, preguntarle, pero, ¿a quién? Mimí quizás, pero si resultaba ser algo malo, habría consecuencias; Gertrude, no, ella no entendería. Se resignó entonces, ¿qué podría hacer? No podía desobedecer a Alain, era su hermano, el mayor, era hombre, tenía todas las de perder. —Pero bueno, tenemos una fiesta que organizar, ¿sí? Será pequeña, no podemos empalmar ninguna celebración con la fiesta de los LaMotte, puede ser una cena solamente y un pequeño baile, hace mucho que no bailamos, Marion, creo que nos hace falta—, intentó sonar lo más animada posible, pero, entre su debilidad y todo lo sucedido el día anterior, cualquier buen pensamiento o ánimo se le rompían, ni siquiera pensar en el gitano se permitió, no aún, debía guardarlo muy bien para cuando estuviera a solas, si es que podía volver a estarlo, tuvo entonces el presentimiento de que se le venían días realmente malos y una nube oscura la invadió, dejándola en silencio.
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