Layla Fitzsimmons

Nombre & Apellido

Layla Simonette Fitzsimmons

Edad

38 años — Nacida en 1.762.

Especie

Humana, Hechicera.

Clase Social

Clase alta.

Orientación Sexual

Heterosexual.

Lugar de Origen

Estados Unidos.

Poderes y Habilidades

→ Hechicería: Habilidad para hacer que cosas sucedan, ya sean a favor o en contra de alguna persona, por medio de conjuros, hierbas y pociones. Esto incluye altos conocimientos de herbolaria que les permiten hacer también curaciones.

→ Percepción del aura: Habilidad para ver las auras de otros seres, cuyos colores indican su humor, identidad y nivel de hostilidad, de este modo saben si están bajo amenaza. Este poder les permite reconocer a licántropos y cambiantes cuando no están transformados e identificar a los vampiros gracias a su aura pálida.

→ Empatía: Permite conocer los sentimientos de otras personas e intuir sus movimientos. En formas más avanzadas, permite incluso variar sentimientos ajenos o controlarlos. Funciona de manera parecida a la telepatía, pero no es tan eficiente como esta.

→ Creación de Ilusiones: Habilidad que le permite crear ilusiones a su alrededor; imitará texturas, sonidos, olores, etc., desconcertando así a su oponente y brindándole una excelente arma defensiva. El poseedor de este don será capaz de entrar a la mente de su adversario con sus ilusiones.

→ Vigoris: Habilidad para insuflar energías a una persona, ya sea que esté moribunda o débil, traspasándole algo de su energía mediante un conjuro. Se requiere contacto físico y este poder no permite revivir a una persona muerta o evitar que muera si esta gravemente herida.

Definir a Layla puede ser un tanto difícil. La castaña peca de paciente y esto muchas veces la hace pensar a los demás que se trata de una persona débil pero a pesar de eso, día a día demuestra todo lo contrario, de naturaleza pacifica no suele meterse mucho en los asuntos ajenos para no meterse en problemas, solo lo hace cuando se trata de algún ser querido. Como amiga es fiel y confiable, puedes contarle tus más oscuros secretos y ten por seguro que no solo te lo guardara como nadie más, si no que tratara de ayudarte en todo lo que le es posible.

No le gusta la violencia pero como cualquier otro ser en este universo, si se le provoca demasiado por supuesto que se enoja, Inteligente y llena de sabiduría, está decidida a usar sus conocimientos mágicos para hacer el bien y ayudar a otros. Muchas de las veces su felicidad al final y antepone las necesidades de otros a las suya, ayuda más a otras personas antes que ayudarse a sí misma, logra que otras personas sean felices mucha antes de que ella lo sea.

Layla nació en las colonias inglesas en América en 1762. Fue la única hija de un singular matrimonio que vivía a las afueras de Nueva York. Eran una familia modesta, su madre, Spring, regentaba una pequeña botica y, en secreto, practicaba la hechicería. Su padre, Simon, escribía historias de misterio para una gaceta poco vendida de la ciudad.

Desde que era pequeña, su madre enseñó a Layla la magia que ella practicaba para que la niña pudiera hacer lo miso cuando fuese lo bastante mayor. Y así ella creció en un ambiente cálido y amoroso, aunque bastante poco habitual.

Su padre era un temperamental y frío, pero muy inteligente, en ocasiones daba la sensación de que solo sentía afecto por Layla y su esposa, pero sus capacidades llamaron la atención de las autoridades, que acudían a él para que los ayudara a resolver crímenes especialmente complicados. Simon, aunque un humano corriente, enseñó muchas cosas a su hija también, pues le gustaba que Layla cultivara su intelecto.

Fueron unos años prósperos para los Fitzsimmons, sin embargo la vergüenza no tardó en alcanzar a la familia cuando Simon fue descubierto tras asesinar a un oficial británico... Para sorpresa de la policía, resultó que ese no fue el primer crimen que el hombre había cometido y tras un breve periodo en una prisión, fue ahorcado.

Spring no permitió a su hija acudir a la ejecución, pero ella si que fue y cuando regresó, ya no era la misma, la muerte de su esposo había causado un impacto tremendo en la mujer, que por supuesto afectó mucho a Layla.

Por suerte ya era lo bastante mayor como para valerse por si misma, sobre todo ayudando a su madre en la botica o practicando sus primeros conjuros.

Por entonces el país ya estaba revuelto, crecía la oposición a los ingleses y empezaba a extenderse el rumor de una posible guerra. La población ya se veía obligada a tomar partido. Spring que tenía un buen contacto en el congreso continental, se mostró favorable a los rebeldes, una ideología que transmitió a su hija a pesar de la apatía que se había apoderado de ella tras la muerte de Simon.

Su madre ya no hacía magia, por más que Layla intentara que volviera a ser la de antes, la falta de su madre obligó a la pequeña a hacerse cargo por completo de todos los detalles del negocio de su madre, aunque el experimento no duró mucho, pues en 1775 empezó la guerra... Layla tenía trece años, su madre murió pocos meses antes.

Al principio se quedó en Nueva York, pero era territorio inglés y de todos era conocido la relación de los Fitzsimmons con los hombres que ahora se habían convertido en el enemigo. Layla no tuvo más remedio que cerrar la tienda y huir de la ciudad.

No tenía más familia, ni un lugar al que ir, así que buscó al amigo de su madre, ahora convertido en el general al frente del Ejercito Continental, el comandante en jefe... Resultó que él estaba muy agradecido con la madre de Layla, pues ella lo había ayudado en más de una ocasión y había tratado de salvar la vida de su hermano cuando enfermó -aunque terminó falleciendo-. Ambos fueron amigos cercanos, tanto, que el militar conocía el secreto que Spring y su hija compartían. Gracias a él, Layla pudo quedarse como una enfermera en el campamento militar, sus conocimientos de magia debían ayudar a sanar más fácilmente las heridas de los soldados, siempre y cuando nadie más descubriera sus talentos.  

Ese se convirtió en su nuevo hogar y la gente que allí conocía en su nueva familia, nunca era fácil y varios de los soldados a los que atendió no pudieron sobrevivir. Sin embargo, era lo único que tenía y Layla estaba segura de que luchaban por una buena causa.

Dos años más tarde conoció a Gilbert de Lafayette, un noble venido de Francia para ayudar a los rebeldes. Era un soldado bastante capaz, que no tardó en ascender entre los rangos, pero también era intrépido y descuidado, por lo que terminaba siempre necesitando cuidados médicos y Layla no tardó en entablar una estrecha amistad con él.

Ella nunca le contó que era una hechicera, especialmente cuando descubrió que él se dedicaba a cazar criaturas sobrenaturales en Francia, sabía que era un buen hombre, pero temía que creyera que ella no era una buena mujer.

Al terminar la guerra con la victoria del Ejercito Continental, Layla podría haber encontrado un hogar en el nuevo país, el general se habría encargado de ella, sin embargo, la joven hechicera decidió aceptar la oferta de Gilbert y marcharse con él a Francia.

Layla sabía que él tenía una familia, pero se había enamorado de él, además, sabía que seguiría corriendo peligro, por lo que creyó que podría seguir protegiéndolo en secreto. Durante años Layla trabajó como la doncella de los Lafayette.

A pesar de ser solo una empleada, se sintió siempre parte de la familia. Volvía a tener un hogar.

Cuando la esposa de Gilbert enfermó, Layla hizo cuando pudo por ayudarla, pero no fue capaz de salvarla y Adrienne murió. Layla se sintió culpable, pues a pesar de sus sentimientos por el hombre, Gilbert amaba a su mujer y ella siempre había sido buena con Layla.

Era 1791, pero las cosas tardaron en volver a la normalidad. Layla siguió cuidando de su señor, ahora que solo quedaban ellos dos.

Tuvieron que pasar años hasta que Gilbert se diera cuenta que Layla estaba enamorada de él y que él respondía sus sentimientos, aunque antes de empezar una relación, la hechicera tuvo que sincerarse con él y confesar que había usado magia desde mucho antes que él la conociera. La reacción de él no fue tan terrible, ya estaba acostumbrado al mundo sobre natural, aunque lamentó no haberlo sabido antes.

Cuando empezó a cortejarla, Gilbert contrató una nueva doncella.

— Siempre va acompañada de un búho al que llama Jason.
— No se considera una cazadora, pero ayuda a Gilbert a menudo.
— Aprendió a hablar francés antes de que terminara la guerra, Lafayette y un amigo suyo se lo enseñaron para distraerse del combate.
— Conserva los libros de hechizos de su madre y los diarios que su padre escribía.