Back to life [privado]

por **Arachne Bakó** Jue Abr 26, 2018 9:15 pm

Para una mujer que siempre se las arreglaba sola y se sabía capaz de lograr cualquier cosa que se propusiera, pedir ayuda resultaba ser un completo martirio, en especial cuando al pedirla resultaba que estaban dispuestos a otorgarla a cambio de un favor.

En un inicio la cazadora creyó que los amigos inquisidores que alguna vez tuvo de sus tiempos mozos como soldado de la inquisición, guardarían en su memoria un poco de respeto por quien en más de una vez les había salvado el pellejo durante las misiones; así que su sorpresa fue mayúscula cuando varios de esos llamados amigos le dieron la espalda a la muchacha. Arachne sabía que al haber ella abandonado la inquisición, aquellos hombres y mujeres ya no poseían ninguna deuda para con su persona, sin embargo, había creído ingenuamente en que podrían hacerse de la vista gorda y ayudar a una vieja colega pero al parecer, la verdad era que nadie estaba dispuesto a arriesgarse a ser descubierto por el antiguo mentor de la Bakó. Lastor de cierta manera pues, aun controlaba parte de la vida de Arachne.

La carta que Ara recibiera, esa que la llevaba a movilizarse, estaba escrita por el puño y letra de su padrastro, en ella el hombre daba a entender que su muerte no era un suicidio sino un asesinato y eso perturbaba mucho a la ahora cazadora, quien insistió en buscar ayuda entre sus antiguos compañeros esperando que al estar ellos tan cerca de sobrenaturales, pudieran averiguar algo más respecto a la muerte del hombre que la criara. Claro que la Bakó también tenía otra forma de conseguir la información que necesitaba, pero ver a Lastor una vez más y pedir su ayuda, era algo que simplemente no figuraba en sus planes.

Finalmente, después de tocar muchas puertas, la cazadora recibía un trato de un inquisidor a punto de retirarse. El trató que el hombre pedía, era que Arachne acompañara a un familiar suyo con una misión y a cambio, él investigaría un poco sobre la carta y los posibles involucrados en la muerte del padrastro de la húngara, algo que ella agradecía demasiado. Aquel viejo y experimentado inquisidor le dio indicaciones a Arachne de lo que haría al lado de su familiar y que básicamente era una cacería que la húngara creía podía hacer sola, más por respeto a aquel que le ofrecía su ayuda se guardaba las ideas para si misma.

Así, con un acuerdo que le brinda esperanzas de que pronto podrá resolver el misterio que envuelve la muerte de su padrastro y quizás también la de su madre, la cazadora marcha en dirección a la zona de bosques, punto de encuentro con un desconocido.

por **Ward** Sáb Jun 16, 2018 7:19 pm

El bosque es un lugar en el que las criaturas del bosque salen a jugar a escondidas, al que van los brujos a recoger sus plantas para sus pociones o para sus brebajes mágicos. El bosque también es lugar de los gitanos del que ellos pertenecían y muchos de estos vagan a sus anchas en busca de una mujer que está perdida y de paso poder aprovecharse de ella, pero en ese día, estaba Lilyanne recogiendo muestras de algunas plantas para poder hacer una prueba que su primo le había asignado para así poder elevar su adiestramiento en brujería.

Lilyanne caminaba por doquier buscando un poco de acónito que su primo le dijo que había por esta sección del bosque, veía árboles de rama amarilla y a lo lejos se veía las casitas del bosque que su primo le dijo que vería si buscaba el acónito. Lilyanne seguía buscando, saco su libro de plantas medicinales y diversas plantas, busco el ejemplo del acónito y con el libro abierto fue buscando entre la hierba alguna señal de acónito.

No fue hasta unos 15 minutos que encontró un poco de acónito, pero en ese momento, como si fuera por arte de magia, las nubes comenzaron a moverse en lo alto del cielo, demostrando que donde había un cielo claro y despejado ahora estaba siendo cubierto con las manos de Dios, estaba siendo tapado de nubes oscuras. Ella evidentemente no podía hacerlo, no tenía esas habilidades, solamente se le ocurría a alguien y ese era su primo Darius quien si tenía poder sobre el clima a su antojo, pero ¿Él aquí? ¿Acaso no quería dejarla sola o era una de sus bromas? No. Tendría que ser alguien diferente que tuviera que estar haciendo eso.

Lilyanne entonces cerró el libro de manera rápida, lo guardo en la bolsa que llevaba consigo esa tarde, y fue corriendo hacia su medio de transporte, el cochero de su primo lo esperaba a la entrada del bosque, Lilyanne seguía corriendo para que no le pillara la tormenta que se pudiera estar avecinando pero hasta que no llego al carruaje no paro de correr, no hasta que por poco estaba en el carruaje pero la espesa raíz de un árbol, hizo que esta se tropezara de golpe sin querer o sin hacerlo a propósito. Quedo en el suelo tras haber caído de bruces, soltó algunas hojas de su boca y se levantó del suelo mientras se sacudía la suciedad del vestido que llevaba ese día, pero lo que le alarmo fue lo que escuchó detrás de ella.

Lilyanne se giró sobre el sitio, observo como de los arboles salían a su encuentro unos lobos que al parecer la miraban fijamente. Miró hacia atrás un segundo y vio como el cochero la dejaba allí sola y sin protección alguna, el carruaje se lo llevo consigo y Lilyanne se quedó sola frente a un trio de lobos que podrían estar hambrientos. No quería morir, ni tenía poderes que les sirviera para la lucha. Tenía el acónito pero de nada servía si no era trabajado antes.

Estaba aterrada, no sabía que hacer.

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