Death Whispered a Lullaby

por **Helga Fokke** Miér Mayo 02, 2018 11:24 pm

Sorceres

Había cometido errores, lo sabía, y no podía estar menos arrepentida, no por lo que le pudiera pasar a ella, sino a su hija. Aquello que atormentaba a la pequeña estaba ligado a una decisión terrible que jamás debió haber tomado, sin embargo, en su desesperación por intentar alejarse de toda la presión social que recaía sobre sus hombros, creyó que lo mejor había sido eso. ¡Qué estúpida! El destino mismo se lo hizo ver, y de un modo doloroso, porque sí, le dolía ver a su niña padecer algún mal siendo tan pequeñita, tan inocente...

Pero ella nunca había sido mujer de rendirse tan fácilmente, ese concepto no estaba en su diccionario. Si la magia había contribuido a atar a ese maldito infeliz a este mundo, también podría regresarlo al misero lugar que se merecía. No iba a permitir que ganara la batalla, aunque para ello tuviera que sacrificar su propia existencia. Estaba dispuesta a eso y a más.

¿Acaso podía existir un amor más grande que el de una madre hacia su hijo? Antes no lo había experimentado, pero desde que Eloise apareció en su vida, supo comprender esos sacrificios que, creía, sólo estaban hechos para historias surrealistas. La frialdad de su corazón sólo pudo volverse más cálida cuando aquella niña estuvo en sus brazos, y luego demandaba siempre su atención. Atención que, con todo el gusto del mundo, ella le daba. Tal parecía que únicamente se tenían a ambas en este mundo corrupto.

Pese a toda la felicidad, y a ese regocijo que estar con su hija significaba, la angustia también empezaba a surcar su alma; la fortaleza de su espíritu iba deteriorándose lentamente, pero no paraba de darle vueltas a todo, de poner el mundo patas arriba de ser necesario. Tenía que destruirlo; acabarlo hasta que no quedara ni una partículo de su existencia en este mundo. Él supo golpearla en lo más profundo. La hirió justo en su vulnerabilidad. Aunque eso no era igual a una derrota inminente, porque ella nunca, ¡jamás!, le permitiría la victoria a ese demonio, y menos que se quedara con la voluntad de su pequeña Eloise. Así pasaran mil siglos, ella seguía siendo más notable en poder, y si tendría que regresar de la muerte mil veces; mil veces lo haría...

BY FAYETTE