AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Fri som vindem (privado)
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Fri som vindem (privado)
Frunció el ceño cuando el barco atracó en el muelle francés. Nunca le había gustado París, tantos edificios, tantas calesas tiradas por caballos, ruidos tan dispares y atronadores que hacían el ambiente pesado. Olía a carbón quemado y suciedad humana, nada que ver con el aire puro que se respiraba en los fiordos. Por no decir que a ella no se le había perdido nada en una ciudad tan cosmopolita, donde las mujeres llevaban corsés que las oprimían dentro de incómodos vestidos de llamativos colores, con sofisticados peinados y tocados. Ciertamente la moda parisina no iba con ella, así como Valeska lo llevaba bien y podría decirse que hasta le gustaba, a ella le parecía todo una tortura, pero hacía tiempo que no veía a su madre y sabía que le hacía mucha ilusión que fuera a verla.
Bajó la pasarela llevando su propia maleta en la mano, vestida con un sencillo atuendo que era más propio de una empleada de una fábrica textil que de la hija de un conde. Allí la esperaba su madre destacando en la puesta de sol entre todas las personas que estaban en el muelle, su cabellera rubia peinada a la perfección, sus labios carmesí y el porte felino que se gastaba le daban esa aura de inalcanzable que siempre la seguía a todas partes. Sonrió cuando pueso los pies en tierra y directamente fue a darle un abrazo, ella era así de espontánea y las formalidades le daban absolutamente igual.
— ¡Madre! Pensaba que París olería mejor de la última vez a ésta pero que va, siempre me sorprende para mal. ¿No se supone que aquí la gente usa perfumes?
Un coche de caballos las recogió y las llevó a la mansión Cavey donde el servicio había dispuesto una habitación para ella, una bañera tamaño king y una colección de ropa "cómoda" especialmente diseñada para ella, pues su madre ya sabía que Fiolett no gustaba de los encajes y aderezos y sólo pedía comodidad. La moda sofisticada iba en dirección opuesta, así que le habían cosido elgantes vestidos adecuando tejidos y patrones para darle libertad de movimiento.
— Sólo me quedaré cuatro días, no puedo ausentarme más de una semana. ¿Podemos ir al zoo?.— parecía algo infantil pedirle eso, pero es que allí había animales que a ella le parecían sacados de un sueño tras una resaca, siempre se había maravillado con eso desde pequeña y ahora a sus veinte años mantenía ese recuerdo vívido, la primera vez que vio una zebra y un mono.
Bajó la pasarela llevando su propia maleta en la mano, vestida con un sencillo atuendo que era más propio de una empleada de una fábrica textil que de la hija de un conde. Allí la esperaba su madre destacando en la puesta de sol entre todas las personas que estaban en el muelle, su cabellera rubia peinada a la perfección, sus labios carmesí y el porte felino que se gastaba le daban esa aura de inalcanzable que siempre la seguía a todas partes. Sonrió cuando pueso los pies en tierra y directamente fue a darle un abrazo, ella era así de espontánea y las formalidades le daban absolutamente igual.
— ¡Madre! Pensaba que París olería mejor de la última vez a ésta pero que va, siempre me sorprende para mal. ¿No se supone que aquí la gente usa perfumes?
Un coche de caballos las recogió y las llevó a la mansión Cavey donde el servicio había dispuesto una habitación para ella, una bañera tamaño king y una colección de ropa "cómoda" especialmente diseñada para ella, pues su madre ya sabía que Fiolett no gustaba de los encajes y aderezos y sólo pedía comodidad. La moda sofisticada iba en dirección opuesta, así que le habían cosido elgantes vestidos adecuando tejidos y patrones para darle libertad de movimiento.
— Sólo me quedaré cuatro días, no puedo ausentarme más de una semana. ¿Podemos ir al zoo?.— parecía algo infantil pedirle eso, pero es que allí había animales que a ella le parecían sacados de un sueño tras una resaca, siempre se había maravillado con eso desde pequeña y ahora a sus veinte años mantenía ese recuerdo vívido, la primera vez que vio una zebra y un mono.
Fiolett- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 14/06/2017
Localización : Akershus
Re: Fri som vindem (privado)
Todo estaba preparado para la llegada hijas, sus dos más preciados tesoros. La mansión Cavey contaba con incontables habitaciones pero en el caso de sus hijas, siempre quisieron dormir en la misma a pesar de tener gustos muy diferentes, no podían vivir la una sin la otra. A Valeska le mandó a hacer dos nuevos vestidos, los negocios con uno de los mejores mercaderes de Londres le había reservado las mejores telas de seda y cuero. Colores vivos para los de seda, dispondría de complementos a juego. Con el cuero mandó hacer ropa más acorde para Fiolett, conocía sus gustos a la perfección, como su sastre personal solía mascullar entre dientes “esa muchacha sólo dispone de ropa de montar a caballo”, por eso, mandó a hacer ciertos arreglos pero sin dejar de ser de su estilo.
Y en cuanto vislumbró entre todas las personas que abandonaban el barco a una larga y rebelde cabellera azabache, mirada fiera y decidida que no había abandonado aquella inocencia que siempre le había caracterizado. Las dos siempre fueron su debilidad pero esa chica rebelde y tan norteña, destacaba por encima de los demás con su gracia y forma de ser. Le recordaba mucho a Höor, esa belleza salvaje con carácter endemoniado, Valeska era más parecida a la propia Valeria.
-Mi pequeña Fio -murmuró entre risas, uniéndose a su abrazo, enredando sus finos y largos dedos en la cabellera indomable de su hija, la que tantas noches hubiese deseado desenredar, pasar más tiempo al lado de sus pequeñas pero nunca era tarde -Se supone que usan perfumes pero son de la competencia, los míos no huelen a agua estancada o no darse un baño en un mes -susurró divertida, intentando peinarle con los dedos, observarla en silencio. Desde la última vez había crecido tanto que no podía creer que estuviese en París.
Las esmeraldas de Valeria, centelleaban llenas de ilusión y alegría, tenerlas a su lado le hacía tremendamente feliz. Sabía que en el Norte eran felices, siempre estuvo tranquila, Höor y Danielle habían criado a sus hijos, ella como propios y no habría gratitud suficiente.
-Podemos ir dónde tú quieras. Es más, iremos esta tarde. No suelen tener excepciones pero...podrás acercarte siempre y cuando tengas cuidado, no removamos y termine tu padre trayendo a todo su ejército ¿te lo imaginas? París llena de vikingos y sus gruñidos -esperó paciente, Fio siempre tan ligera de equipaje, sin embargo Valeska, hubiese necesitado otro barco para traerse todo lo necesario que era... todo el contenido de su armario -¿Cómo están por allí? Te haré de mensajera una vez más , mandaré unos presentes al Norte. Y... sí, tienes un regalo encima de la cama, tendrás muchos pero no como ese. Un arco nuevo con tus iniciales... y creo que no he encargado suficientes flechas -
El carro les esperaba, la tarde en el zoo y las mil y una anécdotas que esperaba le contase. Cuando viaja al Norte se sentía como en casa, ellos eran su hogar.
-¿En qué lío se han metido últimamente? Cuéntame -
Y en cuanto vislumbró entre todas las personas que abandonaban el barco a una larga y rebelde cabellera azabache, mirada fiera y decidida que no había abandonado aquella inocencia que siempre le había caracterizado. Las dos siempre fueron su debilidad pero esa chica rebelde y tan norteña, destacaba por encima de los demás con su gracia y forma de ser. Le recordaba mucho a Höor, esa belleza salvaje con carácter endemoniado, Valeska era más parecida a la propia Valeria.
-Mi pequeña Fio -murmuró entre risas, uniéndose a su abrazo, enredando sus finos y largos dedos en la cabellera indomable de su hija, la que tantas noches hubiese deseado desenredar, pasar más tiempo al lado de sus pequeñas pero nunca era tarde -Se supone que usan perfumes pero son de la competencia, los míos no huelen a agua estancada o no darse un baño en un mes -susurró divertida, intentando peinarle con los dedos, observarla en silencio. Desde la última vez había crecido tanto que no podía creer que estuviese en París.
Las esmeraldas de Valeria, centelleaban llenas de ilusión y alegría, tenerlas a su lado le hacía tremendamente feliz. Sabía que en el Norte eran felices, siempre estuvo tranquila, Höor y Danielle habían criado a sus hijos, ella como propios y no habría gratitud suficiente.
-Podemos ir dónde tú quieras. Es más, iremos esta tarde. No suelen tener excepciones pero...podrás acercarte siempre y cuando tengas cuidado, no removamos y termine tu padre trayendo a todo su ejército ¿te lo imaginas? París llena de vikingos y sus gruñidos -esperó paciente, Fio siempre tan ligera de equipaje, sin embargo Valeska, hubiese necesitado otro barco para traerse todo lo necesario que era... todo el contenido de su armario -¿Cómo están por allí? Te haré de mensajera una vez más , mandaré unos presentes al Norte. Y... sí, tienes un regalo encima de la cama, tendrás muchos pero no como ese. Un arco nuevo con tus iniciales... y creo que no he encargado suficientes flechas -
El carro les esperaba, la tarde en el zoo y las mil y una anécdotas que esperaba le contase. Cuando viaja al Norte se sentía como en casa, ellos eran su hogar.
-¿En qué lío se han metido últimamente? Cuéntame -
Valeria Cavey- Realeza Neerlandesa
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Fecha de inscripción : 26/05/2016
Localización : Paris
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Re: Fri som vindem (privado)
Valeska había llegado tres semanas antes.
A diferencia de su hermana, ella sí disfrutaba de la vida parisina y solía alargar las visitas que hacía a su madre. No podía permanener demasiado tiempo lejos de Akershus, pues comenzaba a sentirse inquieta, por eso rara vez se quedaba en la capital francesa más de un mes. Pero, dado que no podía estar todo el tiempo en el camino, prefería hacer un único viaje al año, de varias semanas, y aprovechar el tiempo con su madre.
Le gustaba hacerlo en primavera, porque la ciudad parecía brillar de un modo especial. Además el buen tiempo solía implicar vestidos más coloridos, sombrillas de encaje, largos paseos disfrutando del sol.
No había hecho amigas, le costaba intimar con las personas, pero sí contaba con algunas conocidas con las que quedaba alguna vez para visitar alguna tienda o tomar un refresco y charlar un rato. Chicas de su edad, hijas de amigos de su madre, que la acogían en sus planes cuando estaba de visita.
Su hermana llegaba ese día y Valeska estaba contenta. La relación entre las hermanas tenía sus más y sus menos, como todas, pero a pesar de sus diferencias, la quería y la respetaba, no concebía la vida sin ella, sin esa extraña unión que tenían. Sin embargo, no fue a esperarla junto a su madre, porque había tenido una noche de sueños inquietos y estaba algo cansada. Sus dones eran muy útiles, pero a veces le jugaban una mala pasada.
Así que esperó a que Fiolett y su madre regresaran a casa para salir a saludar a su hermana.
-Hola. ¿Has tenido un buen viaje?
A diferencia de las ropas que solía lucir en su tierra, Valeska llevaba un bonito vestido rosa frambuesa y se habia recogido el pelo como hacían las mujeres parisinas.
-Ya estoy lista para ir al zoo.
Nadie se lo había dicho, pero tampoco se extrañaron de que lo supiera.
A diferencia de su hermana, ella sí disfrutaba de la vida parisina y solía alargar las visitas que hacía a su madre. No podía permanener demasiado tiempo lejos de Akershus, pues comenzaba a sentirse inquieta, por eso rara vez se quedaba en la capital francesa más de un mes. Pero, dado que no podía estar todo el tiempo en el camino, prefería hacer un único viaje al año, de varias semanas, y aprovechar el tiempo con su madre.
Le gustaba hacerlo en primavera, porque la ciudad parecía brillar de un modo especial. Además el buen tiempo solía implicar vestidos más coloridos, sombrillas de encaje, largos paseos disfrutando del sol.
No había hecho amigas, le costaba intimar con las personas, pero sí contaba con algunas conocidas con las que quedaba alguna vez para visitar alguna tienda o tomar un refresco y charlar un rato. Chicas de su edad, hijas de amigos de su madre, que la acogían en sus planes cuando estaba de visita.
Su hermana llegaba ese día y Valeska estaba contenta. La relación entre las hermanas tenía sus más y sus menos, como todas, pero a pesar de sus diferencias, la quería y la respetaba, no concebía la vida sin ella, sin esa extraña unión que tenían. Sin embargo, no fue a esperarla junto a su madre, porque había tenido una noche de sueños inquietos y estaba algo cansada. Sus dones eran muy útiles, pero a veces le jugaban una mala pasada.
Así que esperó a que Fiolett y su madre regresaran a casa para salir a saludar a su hermana.
-Hola. ¿Has tenido un buen viaje?
A diferencia de las ropas que solía lucir en su tierra, Valeska llevaba un bonito vestido rosa frambuesa y se habia recogido el pelo como hacían las mujeres parisinas.
-Ya estoy lista para ir al zoo.
Nadie se lo había dicho, pero tampoco se extrañaron de que lo supiera.
Valeska- Hechicero Clase Alta
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Fecha de inscripción : 26/03/2017
Re: Fri som vindem (privado)
Siempre estaba llena de energía, era como uno de los chicos y prácticamente se había criado como tal, pues su compañero de correrías había sido Orn desde bien pequeña. Entró en la casa y se encontró con su hermana nada más acceder al salón.
— Si,bueno, no es la Reina Ana, pero no estaba mal. Me vomitó un italiano encima y no le partí los morros porque me pidió disculpas de inmediato. ¿Ya has saqueado todas las tiendas de París? Debería decirle a papá que te construya medio castillo nuevo para poner todos tus vestidos, por los cuervos de Odín.
En verdad se llevaban bien, se respetaban sus propias identidades aunque no compartieran gustos ni costumbres.
—¿Lios? aquellos no son simples líos, cada vez hay un frente al que poner atención. Mueren personas, algunos sufren hambrunas o saqueos...en fin, dejemos el tema de la guerra para otro momento.
Lo que quería decirle con eso a su madre, es que mejor no preguntase por los líos en los que se metían, porque no le iba a gustar la respuesta, aquello no era un simple juego en el patio de armas. Fiolett se jugaba el pellejo como cualquiera de los que formasen parte del ejército de Akershus.
—¿Dónde está mi regalo?— subió las escaleras con zancadas de dos en dos y sobre la cama descubrió el nuevo arco. Era muy bonito, tenía sus iniciales grabadas, pero para no contrariar su madre no le dijo que Höor le había regalado uno de tejo negro con runas de protección en él y ése era el que más usaba, nunca estaba de más la protección de sus dioses.— es muy bonito.— lo levantó y lo tensó, seguramente fuera muy preciso.— Con esto podré sacarle un ojo a Randulf si se me pone a tiro... o a cualquiera que te corteje..— Sonrió con picardía, el corazón de su madre estaba ocupado, pero para ella siempre sería digna de que la cortejasen por allá por donde pasaba, y Valeska había heredado su belleza aunque no era consciente de ella ni le interesaba en absoluto el sexo masculino.
—¡Ah! antes de ir al zoo... me muero de hambre, en ese barco nos daban galletas mohosas. ¿Hay..? ¿cómo se llama?.— no le salía el nombre para ese delicado postre que le encantaba y que era impensable que algo así lo hubiera en Akershus. Los vestidos no la seducían, pero la comida era otro cantar. El asado estaba cien veces mejor que algunos platos delicatessen de la cocina francesa, pero en los postres era imposible competir, la repostería francesa era insuperable.
— Si,bueno, no es la Reina Ana, pero no estaba mal. Me vomitó un italiano encima y no le partí los morros porque me pidió disculpas de inmediato. ¿Ya has saqueado todas las tiendas de París? Debería decirle a papá que te construya medio castillo nuevo para poner todos tus vestidos, por los cuervos de Odín.
En verdad se llevaban bien, se respetaban sus propias identidades aunque no compartieran gustos ni costumbres.
—¿Lios? aquellos no son simples líos, cada vez hay un frente al que poner atención. Mueren personas, algunos sufren hambrunas o saqueos...en fin, dejemos el tema de la guerra para otro momento.
Lo que quería decirle con eso a su madre, es que mejor no preguntase por los líos en los que se metían, porque no le iba a gustar la respuesta, aquello no era un simple juego en el patio de armas. Fiolett se jugaba el pellejo como cualquiera de los que formasen parte del ejército de Akershus.
—¿Dónde está mi regalo?— subió las escaleras con zancadas de dos en dos y sobre la cama descubrió el nuevo arco. Era muy bonito, tenía sus iniciales grabadas, pero para no contrariar su madre no le dijo que Höor le había regalado uno de tejo negro con runas de protección en él y ése era el que más usaba, nunca estaba de más la protección de sus dioses.— es muy bonito.— lo levantó y lo tensó, seguramente fuera muy preciso.— Con esto podré sacarle un ojo a Randulf si se me pone a tiro... o a cualquiera que te corteje..— Sonrió con picardía, el corazón de su madre estaba ocupado, pero para ella siempre sería digna de que la cortejasen por allá por donde pasaba, y Valeska había heredado su belleza aunque no era consciente de ella ni le interesaba en absoluto el sexo masculino.
—¡Ah! antes de ir al zoo... me muero de hambre, en ese barco nos daban galletas mohosas. ¿Hay..? ¿cómo se llama?.— no le salía el nombre para ese delicado postre que le encantaba y que era impensable que algo así lo hubiera en Akershus. Los vestidos no la seducían, pero la comida era otro cantar. El asado estaba cien veces mejor que algunos platos delicatessen de la cocina francesa, pero en los postres era imposible competir, la repostería francesa era insuperable.
Fiolett- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 14/06/2017
Localización : Akershus
Re: Fri som vindem (privado)
Tan diferentes pero ¿qué sería la una sin la otra? La sonrisa de Valeria se ensanchó al oír maldecir a Fio, si por Höor fuese, no le importaría construir seis castillos si hacía falta. El tema del Norte no debió sacarlo, sólo preguntó por el bienestar de su familia pero...todo iba casado, asintió de forma leve, sería mejor olvidar el tema del Norte, disfrutar de cada segundo juntas. No era ningún secreto que Fiolett y París no eran buenos amigos, en eso también se parecía a su padre.
-Iremos en cuanto Fio acomode sus cosas y...vale, ya ha dejado su pequeño equipaje sobre la cama, ella también está lista para ir al zoo ¿no vas a coger al menos algo que te proteja del sol? No tiene que ser un elegante sombrero, ya lo sabes -recorrió con el dedo índice la sombrilla de Valeska, el encaje iba a juego con el vestido que tanto le favorecía, le recordaba tanto a sí misma de más joven... -Fio, vamos, deja el arco y...puedes llevar tantas armas como desees siempre y cuando no estén a la vista, aunque ¡qué diablos! Terminarás haciendo lo que desees. Y yo misma me comería los ojos de ese ser despreciable...pero ya dejo el tema del Norte en el Norte. -
Podrían ir en carruaje pero prefería pasear con las dos, tener conversaciones perdidas y disfrutar cada segundo que se encontrasen en su tierra natal. Tras salir de la mansión Cavey y bajo su sombrilla, el vestido color vino tinto, resaltaba su figura, a pesar de no ser tan joven seguía teniendo ese atractivo tan usual que siempre tuvo.
-Hace poco, Valeska y yo estuvimos en una pastelería del centro, la mejor tarta de chocolate que he probado y he de admitir que el café es sublime, creo que tenía ¿unos treinta sabores en la carta? Puedes comer todo lo que quieras , a tu hermana se le quitó el apetito durante días... más bien, a ambas...creo que probamos medio escaparate -unos diez minutos caminando llegaron a la tienda en cuestión, desde fuera se podía apreciar con el mínimo detalle que estaba decorado dicho establecimiento. Sonrió, la gula le perdía...más una buena tarta de zanahoria.
-Dispondré una mesa más grande, así nos podrán dar de probar todas las que elijais...y creo que vamos a saltarnos el primer plato ¿o preferís ir al asador antes? No volveré a pedirme costillar, no suelen hacerlo todo lo hecho que signifique no quemado...pero así sólo saben asar en Akershus, la mejor carne y ¿ya habéis decidido?
-Iremos en cuanto Fio acomode sus cosas y...vale, ya ha dejado su pequeño equipaje sobre la cama, ella también está lista para ir al zoo ¿no vas a coger al menos algo que te proteja del sol? No tiene que ser un elegante sombrero, ya lo sabes -recorrió con el dedo índice la sombrilla de Valeska, el encaje iba a juego con el vestido que tanto le favorecía, le recordaba tanto a sí misma de más joven... -Fio, vamos, deja el arco y...puedes llevar tantas armas como desees siempre y cuando no estén a la vista, aunque ¡qué diablos! Terminarás haciendo lo que desees. Y yo misma me comería los ojos de ese ser despreciable...pero ya dejo el tema del Norte en el Norte. -
Podrían ir en carruaje pero prefería pasear con las dos, tener conversaciones perdidas y disfrutar cada segundo que se encontrasen en su tierra natal. Tras salir de la mansión Cavey y bajo su sombrilla, el vestido color vino tinto, resaltaba su figura, a pesar de no ser tan joven seguía teniendo ese atractivo tan usual que siempre tuvo.
-Hace poco, Valeska y yo estuvimos en una pastelería del centro, la mejor tarta de chocolate que he probado y he de admitir que el café es sublime, creo que tenía ¿unos treinta sabores en la carta? Puedes comer todo lo que quieras , a tu hermana se le quitó el apetito durante días... más bien, a ambas...creo que probamos medio escaparate -unos diez minutos caminando llegaron a la tienda en cuestión, desde fuera se podía apreciar con el mínimo detalle que estaba decorado dicho establecimiento. Sonrió, la gula le perdía...más una buena tarta de zanahoria.
-Dispondré una mesa más grande, así nos podrán dar de probar todas las que elijais...y creo que vamos a saltarnos el primer plato ¿o preferís ir al asador antes? No volveré a pedirme costillar, no suelen hacerlo todo lo hecho que signifique no quemado...pero así sólo saben asar en Akershus, la mejor carne y ¿ya habéis decidido?
Valeria Cavey- Realeza Neerlandesa
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Re: Fri som vindem (privado)
Sonrió a su madre y a su hermana, con esa expresión perdida como si acabara de volver a este mundo. Ambas estaban ya acostumbradas a esos momentos en los que la mente de Valeska parecía desconectar un poco de la realidad, así que no le dieron más importancia.
-Puedo prestarte una sombrilla si quieres, Fiolett. Mamá me compró una nueva la semana pasada, pero no combina con el vestido tan bien como ésta. ¿Quieres verla?
Sabía que a su hermana no le interesaban esas cosas como a ella, que parecía que había dejado de jugar a vestir muñecas a jugar a vestirse a sí misma. Pero el ofrecimiento estaba ahi.
-¡¡Mamá!! No era necesario que le dijeras que probamos todos los dulces. Ahora pensará que soy una glotona. Yo que pensaba pedir de todo con la excusa de que lo probase ella... -se echó a reír.
Mientras paseaban, sacó a relucir un tema que la había tenido en las nubes unos días atrás.
-¿Sabes, Fio? Mamá ha recibido una invitación para un evento social en los Campos Elíseos. Por lo visto a no me acuerdo quién se le ha ocurrido organizar una merienda a lo grande y, según decía la invitación, habrá música, apetirivos y juegos. Quizás haya alguno de destreza o de tiro al blanco. ¡Podrías participar! Seguro que ganas y dejas a más de uno con la boca abierta. Los parisinos no tienen aún claro cómo las gastamos en el norte.
Sobre todo ella, sí, que era un florero precioso con un montón de visiones extrañas en la cabeza.
-Puedo prestarte una sombrilla si quieres, Fiolett. Mamá me compró una nueva la semana pasada, pero no combina con el vestido tan bien como ésta. ¿Quieres verla?
Sabía que a su hermana no le interesaban esas cosas como a ella, que parecía que había dejado de jugar a vestir muñecas a jugar a vestirse a sí misma. Pero el ofrecimiento estaba ahi.
-¡¡Mamá!! No era necesario que le dijeras que probamos todos los dulces. Ahora pensará que soy una glotona. Yo que pensaba pedir de todo con la excusa de que lo probase ella... -se echó a reír.
Mientras paseaban, sacó a relucir un tema que la había tenido en las nubes unos días atrás.
-¿Sabes, Fio? Mamá ha recibido una invitación para un evento social en los Campos Elíseos. Por lo visto a no me acuerdo quién se le ha ocurrido organizar una merienda a lo grande y, según decía la invitación, habrá música, apetirivos y juegos. Quizás haya alguno de destreza o de tiro al blanco. ¡Podrías participar! Seguro que ganas y dejas a más de uno con la boca abierta. Los parisinos no tienen aún claro cómo las gastamos en el norte.
Sobre todo ella, sí, que era un florero precioso con un montón de visiones extrañas en la cabeza.
Valeska- Hechicero Clase Alta
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Fecha de inscripción : 26/03/2017
Re: Fri som vindem (privado)
Cazó unas galletas con delicado glaseado blanco y florecillas de un color rojo intenso decorando por encima. Las miró y sin más ceremonia las engulló paseando por la sala y cogiendo una sombrilla de un paragüero. La abrió y se puso a danzar cómicamente por el salón imitando a Valeska entre risas.
—¡Oh si! una merienda en los Campos Elíseos!! donde tú y mamá pasearéis y todo el mundo os mirará, criticarán los vestidos, pero dará igual porque seguro que serán perfectos. Y el peinado...¡Oh! el peinado...esas cabelleras rubias como el triogo reluciendo bajo la luz de París...
Rodó alrededor de Valeska atrapando un mechón de su larga cabellera mientras reía y después le lanzó un guante a su madre antes de cerrar la sombrilla y dejarse caer sobre el sofá espatarrada.
— Y yo tendré que beberme todas las copas de champán para no poner caras raras, y que mamá me tenga que decir "ponte derecha Fio, que pareces una abuela chocha". Bueno, no diría eso, diría que no es de señoritas.
Las tres rieron y finalmente Fiolett fue a su cuarto a cambiarse, se recogió el pelo en una cola alta y se decidió por un vestido en tonos marrones y ocres, con apliques de cuadros escoceses, nada de encajes y pedrería. Pero por darle gusto a su madre, se pondría las faldas y se sentiría una damisela por unos días, a fin de cuentas era hija de un conde y eso la situaba en la tesitura de saber comportarse y adaptarse.
— Pues ya estoy lista, pienso arrasar con todas las cosas dulces que haya en esa pastelería...tengo tanta hambre que me comería un oso.
—¡Oh si! una merienda en los Campos Elíseos!! donde tú y mamá pasearéis y todo el mundo os mirará, criticarán los vestidos, pero dará igual porque seguro que serán perfectos. Y el peinado...¡Oh! el peinado...esas cabelleras rubias como el triogo reluciendo bajo la luz de París...
Rodó alrededor de Valeska atrapando un mechón de su larga cabellera mientras reía y después le lanzó un guante a su madre antes de cerrar la sombrilla y dejarse caer sobre el sofá espatarrada.
— Y yo tendré que beberme todas las copas de champán para no poner caras raras, y que mamá me tenga que decir "ponte derecha Fio, que pareces una abuela chocha". Bueno, no diría eso, diría que no es de señoritas.
Las tres rieron y finalmente Fiolett fue a su cuarto a cambiarse, se recogió el pelo en una cola alta y se decidió por un vestido en tonos marrones y ocres, con apliques de cuadros escoceses, nada de encajes y pedrería. Pero por darle gusto a su madre, se pondría las faldas y se sentiría una damisela por unos días, a fin de cuentas era hija de un conde y eso la situaba en la tesitura de saber comportarse y adaptarse.
— Pues ya estoy lista, pienso arrasar con todas las cosas dulces que haya en esa pastelería...tengo tanta hambre que me comería un oso.
Fiolett- Humano Clase Alta
- Mensajes : 77
Fecha de inscripción : 14/06/2017
Localización : Akershus
Re: Fri som vindem (privado)
Fiolett siempre les hacía reír, era incorregible y eso le hacía única y especial. A Valeska, le dedicó una mirada cómplice, se entendían a la perfección con sólo mirarse fijamente a los ojos, con simples gestos. Sus hijas eran lo más valioso y lo que realmente le hacían sentirse vivas. Se acercó a Valeska mientras Fio se dedicaba a describir el baile aún no celebrado y lo más gracioso de todo, no falló ni un detalle, seguramente terminaría discutiendo con más de un asistente a la merienda, cuando visitaban París, las jóvenes Cannif causaban un revuelo considerable, la clase alta no estaba acostumbrada a ciertas actitudes, bellezas salvajes como las llamaban.
Y la aclamada invitación, fue aceptada por Valeria y sus hijas. Dispuso los vestidos adecuados para cada hermana según sus gustos y pareció aceptar de pleno cuando las vio bajar por las escaleras, brillaban con luz propia, cada una a su estilo. Para no perder la costumbre, el color rojo resaltaba en un escotado y llamativo vestido con adornos dorados tan sólo en el corsé y liso en la falda. El vestido en cuestión le quedaba como un guante, lo inusual, se había recogido el cabello en un moño bajo, mostrando su hermoso rostro que a pesar de los años, seguía siendo tan perfecto como siempre.
-Iremos andando, hace buen día para estrenar la sombrilla nueva de Valeska. -no acostumbraba a ver a Fiolett con vestido, sin querer, se le escapó una risa por lo bajo, ambas tan diferentes pero tan iguales pues no podrían vivir la una sin la otra -Fiolett, no te has peinado ¿para qué? ¿hace viento y no me he enterado? Ninguna de las dos os habéis molestado en... ¡maldita sea! Todo se arregla con una flor, la colocas en el lugar indicado y...-del jarrón de la entrada, tomó un par de rosas blancas, pequeñas flores que ofrecían su encanto en cualquier parte dónde se colocase.
Valeria se esmeró en peinar más a la rebelde Fiolett, lo que le dejó, la rosa quedó a media altura de su larga coleta, le quedaba perfecta. A Valeska, la dejó tras la oreja, dejando caer su bonita cabellera dorada por uno de sus hombros.
-¡Voilá! Nos vamos. Y por favor, si veis al hijo del señor Harridson aguantad la risa, pensad en algo que casi os haga llorar. Ese ojo que tanto se le mueve debería estar prohibido sacarlo a la calle. Y espero no tener que usar la sombrilla para algo más que taparme del sol, querrán saber de vosotras... y nada de apuntar a los traseros ajenos -se lo advirtió a ambas, manejaban el arco, Fiolett la que mejor.
-Bien, sonreid y comed todo lo que querais. Intentaré no quedarme dormida con el sermón de la anfitriona, creo que esa mujer no entiende mis gruñidos de desagrado, eso o está sorda. ¡Llegamos! -dio las invitaciones, esperando a ser anunciadas. Las esmeraldas de Valeria, examinaron a los asistentes, ya les estaba advirtiendo con tan sólo una mirada.
Y la aclamada invitación, fue aceptada por Valeria y sus hijas. Dispuso los vestidos adecuados para cada hermana según sus gustos y pareció aceptar de pleno cuando las vio bajar por las escaleras, brillaban con luz propia, cada una a su estilo. Para no perder la costumbre, el color rojo resaltaba en un escotado y llamativo vestido con adornos dorados tan sólo en el corsé y liso en la falda. El vestido en cuestión le quedaba como un guante, lo inusual, se había recogido el cabello en un moño bajo, mostrando su hermoso rostro que a pesar de los años, seguía siendo tan perfecto como siempre.
-Iremos andando, hace buen día para estrenar la sombrilla nueva de Valeska. -no acostumbraba a ver a Fiolett con vestido, sin querer, se le escapó una risa por lo bajo, ambas tan diferentes pero tan iguales pues no podrían vivir la una sin la otra -Fiolett, no te has peinado ¿para qué? ¿hace viento y no me he enterado? Ninguna de las dos os habéis molestado en... ¡maldita sea! Todo se arregla con una flor, la colocas en el lugar indicado y...-del jarrón de la entrada, tomó un par de rosas blancas, pequeñas flores que ofrecían su encanto en cualquier parte dónde se colocase.
Valeria se esmeró en peinar más a la rebelde Fiolett, lo que le dejó, la rosa quedó a media altura de su larga coleta, le quedaba perfecta. A Valeska, la dejó tras la oreja, dejando caer su bonita cabellera dorada por uno de sus hombros.
-¡Voilá! Nos vamos. Y por favor, si veis al hijo del señor Harridson aguantad la risa, pensad en algo que casi os haga llorar. Ese ojo que tanto se le mueve debería estar prohibido sacarlo a la calle. Y espero no tener que usar la sombrilla para algo más que taparme del sol, querrán saber de vosotras... y nada de apuntar a los traseros ajenos -se lo advirtió a ambas, manejaban el arco, Fiolett la que mejor.
-Bien, sonreid y comed todo lo que querais. Intentaré no quedarme dormida con el sermón de la anfitriona, creo que esa mujer no entiende mis gruñidos de desagrado, eso o está sorda. ¡Llegamos! -dio las invitaciones, esperando a ser anunciadas. Las esmeraldas de Valeria, examinaron a los asistentes, ya les estaba advirtiendo con tan sólo una mirada.
Valeria Cavey- Realeza Neerlandesa
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Re: Fri som vindem (privado)
Valeska arqueó una ceja y chasqueó la lengua.
-Búrlate cuanto quieras. No es culpa de mamá ni mía que tú no sepas valorar estos pequeños placeres de la vida. Sabes que te adoro, hermanita, pero con esa actitud acabarán por confundirte con alguno de los soldados a las órdenes de papá en el norte. Aunque creo que a ti te encantaría la idea…
Charló con su madre mientras esperaban a que Fiolett bajara de nuevo. La sonrisa casi siempre un poco ida de la oráculo cobró vida al ver a su hermana vestida como toda una señorita.
-Deberías vestir así más a menudo. Estás preciosa. ¿Nos vamos? –cuestionó mientras se ponía unos delicados mitones de encaje que combinaban a la perfección con los detalles de su vestido.
Agarró su sombrilla nueva, más feliz que una perdiz. Ah, como le encantaba pasar tiempo en la ciudad con su madre. Adoraba el norte, sí, pero el clima allí era mucho más apacible y podía permitirse llevar otro tipo de vestido que en el norte siempre debían ser más gruesos o acabar cubiertos por espesas capas de lana o pieles.
-Puff, mamá, es que es casi imposible no fijarse. Es incapaz de mantenerse enfocado y claro, con el ojo dando vueltas, pues es difícil centrarse en la conversación.
Lo decía, porque ya le había ocurrido que, como solía quedarse a veces mirando al infinito, o con los ojos fijos en algo, perdida en sus pensamientos, en una ocasión se había quedado embobada mirando los movimientos del ojo del muchacho, perdiendo completamente el hilo de la charla, ladeando la cabeza, mordiéndose el labio inferior, con total concentración. Finalmente, tras varios intentos del joven por hacerla responder, Valeska había murmurado lo fascinante que le parecía que pudiera dar tres giros consecutivos y el ofendido caballero se había marchado, dejándola con la palabra en la boca. Por suerte, su madre había resuelto la situación con diplomacia y todo había quedado en una anectoda.
-Búrlate cuanto quieras. No es culpa de mamá ni mía que tú no sepas valorar estos pequeños placeres de la vida. Sabes que te adoro, hermanita, pero con esa actitud acabarán por confundirte con alguno de los soldados a las órdenes de papá en el norte. Aunque creo que a ti te encantaría la idea…
Charló con su madre mientras esperaban a que Fiolett bajara de nuevo. La sonrisa casi siempre un poco ida de la oráculo cobró vida al ver a su hermana vestida como toda una señorita.
-Deberías vestir así más a menudo. Estás preciosa. ¿Nos vamos? –cuestionó mientras se ponía unos delicados mitones de encaje que combinaban a la perfección con los detalles de su vestido.
Agarró su sombrilla nueva, más feliz que una perdiz. Ah, como le encantaba pasar tiempo en la ciudad con su madre. Adoraba el norte, sí, pero el clima allí era mucho más apacible y podía permitirse llevar otro tipo de vestido que en el norte siempre debían ser más gruesos o acabar cubiertos por espesas capas de lana o pieles.
-Puff, mamá, es que es casi imposible no fijarse. Es incapaz de mantenerse enfocado y claro, con el ojo dando vueltas, pues es difícil centrarse en la conversación.
Lo decía, porque ya le había ocurrido que, como solía quedarse a veces mirando al infinito, o con los ojos fijos en algo, perdida en sus pensamientos, en una ocasión se había quedado embobada mirando los movimientos del ojo del muchacho, perdiendo completamente el hilo de la charla, ladeando la cabeza, mordiéndose el labio inferior, con total concentración. Finalmente, tras varios intentos del joven por hacerla responder, Valeska había murmurado lo fascinante que le parecía que pudiera dar tres giros consecutivos y el ofendido caballero se había marchado, dejándola con la palabra en la boca. Por suerte, su madre había resuelto la situación con diplomacia y todo había quedado en una anectoda.
Valeska- Hechicero Clase Alta
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Re: Fri som vindem (privado)
La merienda se llevaría a cabo en una local cerca de los Campos Elíseos, y para llegar hasta allí un carruaje las transportaría dejándolas a unos cuantos metros del sitio convenido, a Valeria le gustaba hacer la entrada triunfal, que las vieran por la calle cuanta más gente, mejor.
Porque París era un nido de chismorreos, de apariencias y de mantener el estatus social a cualquier precio. La francesa sabía moverse bien en ese ambiente y coronar la cresta de la ola todas y cada una de las veces que hacía apariciones en público. Esta vez más de una arpía había sugerido que sus hijas iban con ella a regañadientes o movidas por su avaricia de conseguir bonitos vestidos y perfumes exclusivos que a Noruega no llegaban, pero nada más lejos de la realidad.
Si bien Valeska se inclinaba más a esa vida tranquila y social, Fiolett deseaba perderse por los bosques y cazar piezas con las que competir con sus hermanos y primos. Pero por unos días, sentirse como una princesa y dejar que su madre la mimase era un lujo y para no dejarla en ridículo, se comportaría como una señorita aunque sus muecas con lops caballeros fueran de "te reviento la cabeza como me vuelvas a decir otra estupidez".
Entraron en la Boulangerie du Paradis, allí se celebraba el cumpleaños del susdicho, del "ojo de pollo" como Fio lo había bautizado de coña en casa, no faltaba detalle ostentoso por colgar de la pared y el techo, los invitados e invitadas llevaban galas que con sólo lo que costaban las ropas alimentarían una aldea entera en Akershus. Valeria enviaba dinero regularmente, era su forma de contribuir a la causa, además de facilitarles contactos para comerciar o mantener algunos negocios a flote.
Cuando entraron las tres, en un gesto instintivo la morena agarró a su hermana del brazo y a su madre de la mano, eran ellas tres con sus peculiaridades, unidas contra el mundo. ¡Ah! porque no la dejaban sacar a relucir sus armas pero podría con la mayoría de todos esos gañanes y chismosas. Sin embrago aquello era territorio Valeria-Valeska, donde se desenvolvían mejor que ella y le tocaba guardar silencio y sonreir.
Saludaron con todo el entusiasmo falso e hipócrita que requería la ocasión y mientras lo hacía pensaba que esa mujer gruesa, pintarrajeada como una mona y llena de perlas y diamantes bien podría ser la primera esposa de Randulf, y por eso el rey se volvió un tirano loco. La sonrisa que afloró a sus labios fue sincera, pero por lo que estaba pensando y no porque le pareciese lo más encantador del mundo.
Cuando se dirigieron a acomodarse en el salón de té, le susurró a su madre.
— El día que se muera no cabrá en el ataúd de tantas alhajas. Como se le escape un gas vamos a morir todos.
Porque París era un nido de chismorreos, de apariencias y de mantener el estatus social a cualquier precio. La francesa sabía moverse bien en ese ambiente y coronar la cresta de la ola todas y cada una de las veces que hacía apariciones en público. Esta vez más de una arpía había sugerido que sus hijas iban con ella a regañadientes o movidas por su avaricia de conseguir bonitos vestidos y perfumes exclusivos que a Noruega no llegaban, pero nada más lejos de la realidad.
Si bien Valeska se inclinaba más a esa vida tranquila y social, Fiolett deseaba perderse por los bosques y cazar piezas con las que competir con sus hermanos y primos. Pero por unos días, sentirse como una princesa y dejar que su madre la mimase era un lujo y para no dejarla en ridículo, se comportaría como una señorita aunque sus muecas con lops caballeros fueran de "te reviento la cabeza como me vuelvas a decir otra estupidez".
Entraron en la Boulangerie du Paradis, allí se celebraba el cumpleaños del susdicho, del "ojo de pollo" como Fio lo había bautizado de coña en casa, no faltaba detalle ostentoso por colgar de la pared y el techo, los invitados e invitadas llevaban galas que con sólo lo que costaban las ropas alimentarían una aldea entera en Akershus. Valeria enviaba dinero regularmente, era su forma de contribuir a la causa, además de facilitarles contactos para comerciar o mantener algunos negocios a flote.
Cuando entraron las tres, en un gesto instintivo la morena agarró a su hermana del brazo y a su madre de la mano, eran ellas tres con sus peculiaridades, unidas contra el mundo. ¡Ah! porque no la dejaban sacar a relucir sus armas pero podría con la mayoría de todos esos gañanes y chismosas. Sin embrago aquello era territorio Valeria-Valeska, donde se desenvolvían mejor que ella y le tocaba guardar silencio y sonreir.
Saludaron con todo el entusiasmo falso e hipócrita que requería la ocasión y mientras lo hacía pensaba que esa mujer gruesa, pintarrajeada como una mona y llena de perlas y diamantes bien podría ser la primera esposa de Randulf, y por eso el rey se volvió un tirano loco. La sonrisa que afloró a sus labios fue sincera, pero por lo que estaba pensando y no porque le pareciese lo más encantador del mundo.
Cuando se dirigieron a acomodarse en el salón de té, le susurró a su madre.
— El día que se muera no cabrá en el ataúd de tantas alhajas. Como se le escape un gas vamos a morir todos.
Fiolett- Humano Clase Alta
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Re: Fri som vindem (privado)
Inevitable reír por lo bajo, aunque no oyese a su hija Fiolett podía oírla en pensamiento, nada más localizar al el invitado estrella de la fiesta a su mente llegase las palabras mágicas “ojo de pollo”, imposible no fijarse, por más que lo advertía ella misma intentaba que no se percatasen de la risa y grima que le resultaba apreciar cierta parte en cuestión.
Y todas las miradas se centraron en Valeria y sus hijas, hermosas y radiantes con ese toque exótico norteño que más de un galán no podía pasar desapercibido. La sonrisa de Valeria se ensanchó al oír semejante comentario sobre esa madame, la verdad no tenía gusto en lo que de por sí ya era vestirse, menos comportarse. Un caso imposible, entre el muchacho con el ojo a la virulé y la señora que hay que mencionar apestaba a sudor contenido, Valeria tuvo que hacer verdaderos esfuerzos por fingir las naúseas que comenzaban a aprisionarle el pecho.
-Creo que tomar aire fresco nos vendrá mejor...a todas. -dedicó una reverencia de disculpa y junto con sus hijas se alejaron del círculo que rodeaba a esa señora y su hijo, pobre muchacho...si no fuese por su dinero...nadie querría estar a su lado, una pena pero así era la sociedad. -Si no tomaba el aire, juro que el pollo de la cena sí que hubiese parado al ojo...eso sí que habia sido un ojo de pollo total -murmuró para sus hijas, riendo por la broma, esa tarde se encontraba de buen humor ¿cómo no estarlo? Tenía a sus hijas, Fiolett se había vestido como una auténtica señorita (sólo por esta tarde, lo tenía asumido) y su Valeska lucía esplendorosa con sus complementos nuevos.
2
-Espero no tener que soportar las pedidas de mano esta tarde... aunque estais tan preciosas que no me extrañaría nada -las observó a ambas, las dos a su modo eran especiales, Valeska seguía ensimismada en su sombrilla y sorprendida por la cantidad de dulces y aperitivos dispuestos en la mesa. Fiolett seguamente, estaría pensando en el modo de exterminarlos a todos por lo que no pudo evitar inclinarse hacia ella -Haz lo que estés pensando, seguro que harás un favor a la humanidad....y ¡mon dieu! se nos ha olvidado darle el regalo al del cumpleaños, ahora sí que os pido encarecidamente no os riais ¿de acuerdo? hice unos gemelos acorde al susodicho y...me salió pedirlos tal cual ojo de pollo ¿Creeis se dará cuenta?
Mostró la caja, como dos pequeños ojos, éstos fijos... no iba a ser ella quién se lo diese, alguien con más rostro...como su hija Fio, Valeska ya tuvo bastante con dejarlo en ridículo y de qué buena manera.
-Fiolett, tú se lo das y...te seguimos 'oh vamos! ¿qué puede pasar? ¿te imaginas que te pide matrimonio? ¡vamos! luego nos divertiremos, sabeis jugar muy bien a las cartas, si no...que Valeska me descubra las de mis contrincantes, siempre ganaba las manos y no entendían porqué....-el muchacho se quedó solo, encima era muy bajito, las tres le sacaban una cabeza, Valeria le dio un codazo a Fio, otro a Valeska para que no se riese, cuanto antes le dieran el regalo...antes podrían comer y jugar hasta cansarse.
Y todas las miradas se centraron en Valeria y sus hijas, hermosas y radiantes con ese toque exótico norteño que más de un galán no podía pasar desapercibido. La sonrisa de Valeria se ensanchó al oír semejante comentario sobre esa madame, la verdad no tenía gusto en lo que de por sí ya era vestirse, menos comportarse. Un caso imposible, entre el muchacho con el ojo a la virulé y la señora que hay que mencionar apestaba a sudor contenido, Valeria tuvo que hacer verdaderos esfuerzos por fingir las naúseas que comenzaban a aprisionarle el pecho.
-Creo que tomar aire fresco nos vendrá mejor...a todas. -dedicó una reverencia de disculpa y junto con sus hijas se alejaron del círculo que rodeaba a esa señora y su hijo, pobre muchacho...si no fuese por su dinero...nadie querría estar a su lado, una pena pero así era la sociedad. -Si no tomaba el aire, juro que el pollo de la cena sí que hubiese parado al ojo...eso sí que habia sido un ojo de pollo total -murmuró para sus hijas, riendo por la broma, esa tarde se encontraba de buen humor ¿cómo no estarlo? Tenía a sus hijas, Fiolett se había vestido como una auténtica señorita (sólo por esta tarde, lo tenía asumido) y su Valeska lucía esplendorosa con sus complementos nuevos.
2
-Espero no tener que soportar las pedidas de mano esta tarde... aunque estais tan preciosas que no me extrañaría nada -las observó a ambas, las dos a su modo eran especiales, Valeska seguía ensimismada en su sombrilla y sorprendida por la cantidad de dulces y aperitivos dispuestos en la mesa. Fiolett seguamente, estaría pensando en el modo de exterminarlos a todos por lo que no pudo evitar inclinarse hacia ella -Haz lo que estés pensando, seguro que harás un favor a la humanidad....y ¡mon dieu! se nos ha olvidado darle el regalo al del cumpleaños, ahora sí que os pido encarecidamente no os riais ¿de acuerdo? hice unos gemelos acorde al susodicho y...me salió pedirlos tal cual ojo de pollo ¿Creeis se dará cuenta?
Mostró la caja, como dos pequeños ojos, éstos fijos... no iba a ser ella quién se lo diese, alguien con más rostro...como su hija Fio, Valeska ya tuvo bastante con dejarlo en ridículo y de qué buena manera.
-Fiolett, tú se lo das y...te seguimos 'oh vamos! ¿qué puede pasar? ¿te imaginas que te pide matrimonio? ¡vamos! luego nos divertiremos, sabeis jugar muy bien a las cartas, si no...que Valeska me descubra las de mis contrincantes, siempre ganaba las manos y no entendían porqué....-el muchacho se quedó solo, encima era muy bajito, las tres le sacaban una cabeza, Valeria le dio un codazo a Fio, otro a Valeska para que no se riese, cuanto antes le dieran el regalo...antes podrían comer y jugar hasta cansarse.
Valeria Cavey- Realeza Neerlandesa
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Re: Fri som vindem (privado)
Valeska se había quedado un instante con la mirada fija en la lámpara que colgaba del techo, como si las sutiles variaciones de los brillos en el cristal quisieran decirle algo. Apenas dos segundos, pero lo justo para tener que dar tres o cuatro pasos rápidos para alcanzar a su madre y su hermana.
Era habitual en ella fijarse mucho en algunos detalles y pasar por alto otros mucho más evidentes.
-Dudo que alguien venga a pedirte la mano de Fiolett, es más que probable que se la corte –bromeó un poco a costa de su hermana, pero era parte del juego. Se querían y se aceptaban en sus diferencias.
Además, la que seguro no iba a tener un marido era ella. Su hermana sería la que daría a luz a la siguiente generación de aguerridos guerreros norteños. Ella era diferente, más mística, menos carnal. Sus dones estaban ligados a la pureza de su cuerpo y el deseo sexual no era algo que hubiera experimentado. Alguna vez se lo había planteado, como curiosidad, pero jamás había sentido esa necesidad de otro cuerpo contra el suyo. Su alma era solitaria y no necesitaba encontrar otra mitad.
Observó los gemelos que había encargado su madre y se echó a reír, ocultando su risa tras la mano enguantada en encaje blanco.
-Oh, mamá. Son más que adecuados. Sí, venga, Fiolett. ¿Qué puede pasar? Como mucho vas a asesinarlo con la mirada y el pobre muchacho no se te acercará en lo que queda de noche. ¡Todos saldremos ganando!
Esperó a que su hermana hiciera los honores, aguantándose la risa, junto a su madre. ¡Estaba siendo una velada muy divertida! Pronto podrían bailar y jugar. Sólo esperaba no tener ninguna visión inoportuna. Porque una cosa era quedarse con la mirada perdida, visualizando imágenes en su cabeza, y otra muy distinta era sufrir un ataque de ésos que la dejaban chillando en el suelo porque sentía en carne propia las atrocidades que se le mostraban.
Era habitual en ella fijarse mucho en algunos detalles y pasar por alto otros mucho más evidentes.
-Dudo que alguien venga a pedirte la mano de Fiolett, es más que probable que se la corte –bromeó un poco a costa de su hermana, pero era parte del juego. Se querían y se aceptaban en sus diferencias.
Además, la que seguro no iba a tener un marido era ella. Su hermana sería la que daría a luz a la siguiente generación de aguerridos guerreros norteños. Ella era diferente, más mística, menos carnal. Sus dones estaban ligados a la pureza de su cuerpo y el deseo sexual no era algo que hubiera experimentado. Alguna vez se lo había planteado, como curiosidad, pero jamás había sentido esa necesidad de otro cuerpo contra el suyo. Su alma era solitaria y no necesitaba encontrar otra mitad.
Observó los gemelos que había encargado su madre y se echó a reír, ocultando su risa tras la mano enguantada en encaje blanco.
-Oh, mamá. Son más que adecuados. Sí, venga, Fiolett. ¿Qué puede pasar? Como mucho vas a asesinarlo con la mirada y el pobre muchacho no se te acercará en lo que queda de noche. ¡Todos saldremos ganando!
Esperó a que su hermana hiciera los honores, aguantándose la risa, junto a su madre. ¡Estaba siendo una velada muy divertida! Pronto podrían bailar y jugar. Sólo esperaba no tener ninguna visión inoportuna. Porque una cosa era quedarse con la mirada perdida, visualizando imágenes en su cabeza, y otra muy distinta era sufrir un ataque de ésos que la dejaban chillando en el suelo porque sentía en carne propia las atrocidades que se le mostraban.
Valeska- Hechicero Clase Alta
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Re: Fri som vindem (privado)
Si, claro, ¿y qué más? ¿le daba el regalo de los gemelos en forma de ojos y después lo sacaba a bailar? andaban listas esas dos!!.
— ¿pero por qué yo? Valeska siempre queda mejor nadie le puede tener en cuenta una maldad con esa cara de niña buena...¡Está bien! si no lo hago estaremos toda la noche con esta tontería y no podremos hacer nada más. Trae.
Le arrebató los gemelos a su madre resoplando y de forma decidida se acercó al cumplañero, que era un joven con el pelo relamido como si se lo hubiera pegado una vaca a lametazos, una barbita y un bigote algo ridículos y esos horribles ojos estrábicos que te hacían mirar hacia a otro lado porque no sabías si estaba mirandote a ti o al zapato. carraspeó cuando llegó a su altura.
— Hola..eh... disculpe. Si, soy Fiolett Cannif. Felicidades y... eso. ¡Ah! y gracios por invitarnos.— le tendió la cajita y el hombre la sujetó con las manos, esperaba que no la abriese y la guardase para después pero...¡oh! no cayó esa breva. Entre que Fiolett y los momdales era algo que no se llevaban bien y el espantoso regalo que le había dado...suponía que debería poner pies en polvorosa, pero de inmediato la mujer gruesa, madre del susodicho la trincó del brazo y se la llevó a un rincón a contarle lo estupendo que era su hijo, a vendérselo y a tratar de que Fiolett quisiera hablar con él, bailar o cualquier otra cosa.
Miró a su madre y a su hermana por encima del hombro de la mujer con cara de "socorro", pero ellas se reían disimuladamente. El joven también puso cara de desconcierto cuando vio los gemelos y la morena desvió los ojos hacia la vieja, al menos a ella no parecía importarle.
¡Eh!. ¿Qué estaba hablando de casamientos? qué? que ella estaba soltera y nadie la quería por tener malas pulgas y comportarse como un chico? que a su hijo tampoco? que podían estar juntos por ese motivo? Quéeeeee?
— ¿pero por qué yo? Valeska siempre queda mejor nadie le puede tener en cuenta una maldad con esa cara de niña buena...¡Está bien! si no lo hago estaremos toda la noche con esta tontería y no podremos hacer nada más. Trae.
Le arrebató los gemelos a su madre resoplando y de forma decidida se acercó al cumplañero, que era un joven con el pelo relamido como si se lo hubiera pegado una vaca a lametazos, una barbita y un bigote algo ridículos y esos horribles ojos estrábicos que te hacían mirar hacia a otro lado porque no sabías si estaba mirandote a ti o al zapato. carraspeó cuando llegó a su altura.
— Hola..eh... disculpe. Si, soy Fiolett Cannif. Felicidades y... eso. ¡Ah! y gracios por invitarnos.— le tendió la cajita y el hombre la sujetó con las manos, esperaba que no la abriese y la guardase para después pero...¡oh! no cayó esa breva. Entre que Fiolett y los momdales era algo que no se llevaban bien y el espantoso regalo que le había dado...suponía que debería poner pies en polvorosa, pero de inmediato la mujer gruesa, madre del susodicho la trincó del brazo y se la llevó a un rincón a contarle lo estupendo que era su hijo, a vendérselo y a tratar de que Fiolett quisiera hablar con él, bailar o cualquier otra cosa.
Miró a su madre y a su hermana por encima del hombro de la mujer con cara de "socorro", pero ellas se reían disimuladamente. El joven también puso cara de desconcierto cuando vio los gemelos y la morena desvió los ojos hacia la vieja, al menos a ella no parecía importarle.
¡Eh!. ¿Qué estaba hablando de casamientos? qué? que ella estaba soltera y nadie la quería por tener malas pulgas y comportarse como un chico? que a su hijo tampoco? que podían estar juntos por ese motivo? Quéeeeee?
Fiolett- Humano Clase Alta
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Re: Fri som vindem (privado)
El regalo debía ser entregado por la más valiente de las tres, la que cortar la mano de ese hombre gallina no supondría ningún problema, Fiolett intimidaba con su firmeza y determinación, hacía las cosas tal como las sentía y tanto Valeska como ella misma…terminarían diciendo alguna barbaridad o peor…
En un rincón, la observaron avanzar hacia el joven en cuestión, Valeria, tomó del brazo a su hija, los dedos de la francesa juguetearon con el mango de la sombrilla de Valeska. Para disimular, tomo una copa de vino rosado, todo sabía mejor si tomabas una buena copa de vino. Y allí iba, se echó a reír sin poder evitarlo.
-Mon dieu ¿lo ves, hija? Él tiembla, le tiene miedo… seguramente sea la mujer más bonita y valiente que se le ha presentado esta noche para darle el presente ¿cuántos años crees que tendrá? ¿treinta? Ojalá llegue a la edad que aparenta…-arqueó ambas cejas, dedicándole a su hija de cabellos de oro una bonita sonrisa, no era tan cariñosa y no lo manifestaba tan a menudo pero por sus gestos y miradas, sin duda amaba a sus hijas más que cualquier cosa.
-Creo que a ese tonel con faldas necesita que le diga unas cuantas cosas ¿vamos? Fio nos necesita -tiró de su Valeska hacia las dos mujeres en cuestión, la mujer de buen comer se echó a reír, se podía ver el diente de oro… y cómo le olía el aliento aún así -Ma cherie… creo que no me ha ido visitar nunca a la perfumería Cavey ¿cierto? Alguien tan sofisticada como usted no puede permitirse crear polémica con los indeseables olores, no os preocupéis… a todas nos pasa. -con el tono empleado y esa sonrisa deslumbrante nadie podía tomárselo a mal. -Fiolett, acompaña a tu hermana a tomar algo fresco, creo que se ha mareado un poco ¿qué le ocurre a su hijo? Parece traspuesto… esos ojos ENTORNADOS -
La mujer no supo qué decir, salió corriendo a auxiliar al joven y Valeria se echó a reír mirando a sus hijas de lo más divertida.
-Espero que la tarta esté rica y me sepa a algo más que a esos gases nauseabundos… -Valeria era muy especial con ciertos olores, la mujer a medida que se alejaba entre los invitados, podía oírse esos gases indeseables de los que la parisina hablaba… no paraba de ventosear sin parar por los nervios. Seguro que hasta había ganado una clienta.
En un rincón, la observaron avanzar hacia el joven en cuestión, Valeria, tomó del brazo a su hija, los dedos de la francesa juguetearon con el mango de la sombrilla de Valeska. Para disimular, tomo una copa de vino rosado, todo sabía mejor si tomabas una buena copa de vino. Y allí iba, se echó a reír sin poder evitarlo.
-Mon dieu ¿lo ves, hija? Él tiembla, le tiene miedo… seguramente sea la mujer más bonita y valiente que se le ha presentado esta noche para darle el presente ¿cuántos años crees que tendrá? ¿treinta? Ojalá llegue a la edad que aparenta…-arqueó ambas cejas, dedicándole a su hija de cabellos de oro una bonita sonrisa, no era tan cariñosa y no lo manifestaba tan a menudo pero por sus gestos y miradas, sin duda amaba a sus hijas más que cualquier cosa.
-Creo que a ese tonel con faldas necesita que le diga unas cuantas cosas ¿vamos? Fio nos necesita -tiró de su Valeska hacia las dos mujeres en cuestión, la mujer de buen comer se echó a reír, se podía ver el diente de oro… y cómo le olía el aliento aún así -Ma cherie… creo que no me ha ido visitar nunca a la perfumería Cavey ¿cierto? Alguien tan sofisticada como usted no puede permitirse crear polémica con los indeseables olores, no os preocupéis… a todas nos pasa. -con el tono empleado y esa sonrisa deslumbrante nadie podía tomárselo a mal. -Fiolett, acompaña a tu hermana a tomar algo fresco, creo que se ha mareado un poco ¿qué le ocurre a su hijo? Parece traspuesto… esos ojos ENTORNADOS -
La mujer no supo qué decir, salió corriendo a auxiliar al joven y Valeria se echó a reír mirando a sus hijas de lo más divertida.
-Espero que la tarta esté rica y me sepa a algo más que a esos gases nauseabundos… -Valeria era muy especial con ciertos olores, la mujer a medida que se alejaba entre los invitados, podía oírse esos gases indeseables de los que la parisina hablaba… no paraba de ventosear sin parar por los nervios. Seguro que hasta había ganado una clienta.
Valeria Cavey- Realeza Neerlandesa
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Re: Fri som vindem (privado)
-¡Mamá! –exclamó la oráculo con bastante diversión. Le hacía mucha gracia la soltura con su madre se desenvolvía y cómo soltaba pullas a diestro y siniestro, con tal desparpajo que nadie podía justificar ofenderse ante el resto, así que les veía masticar avispas… cuando lograban entender lo fino que hilaba su madre en algunos comentarios.
Siguió a Valeria al rescate de su hermana y fingió estar acalorada, abanicándose con la mano.
-Uy, sí, es que este ambiente satura mis delicados sentidos. Fiolett, acompáñame, por favor.
Con un gesto algo exagerado, se agarró del brazo de su hermana y tiró de ella para alejarla de su madre y aquella mujer, hacia un lugar donde pudieran estar tranquilas y comentar la jugada.
-Ha sido muy divertido. ¿Has visto su cara? Mamá tiene a veces unas ocurrencias…
Valeska era buena, no solía reírse de la desgracia ajena, pero en ese caso… esa familia la había avergonzado con sus comentarios en alguna ocasión, cuando asaltada por una de sus visiones, se había quedado petrificada, o incluso había tenido un ataque. Había corrido el rumor de que estaba loca, de que sus padres la drogaban para evitar que saltara de alguna ventana y algunas lindezas más fruto de las ganas de aquella mujer de agradar en una sociedad cotilla y prejuiciosa. El hablar mal de otros unía a la gente como aquella. Por eso no se sentía mal por hacerle pasar un poquito un mal rato.
-Vamos, cuéntame, ¿ya te ha elegido el vestido de novia para casarte con su “apuesto” heredero?
Siguió a Valeria al rescate de su hermana y fingió estar acalorada, abanicándose con la mano.
-Uy, sí, es que este ambiente satura mis delicados sentidos. Fiolett, acompáñame, por favor.
Con un gesto algo exagerado, se agarró del brazo de su hermana y tiró de ella para alejarla de su madre y aquella mujer, hacia un lugar donde pudieran estar tranquilas y comentar la jugada.
-Ha sido muy divertido. ¿Has visto su cara? Mamá tiene a veces unas ocurrencias…
Valeska era buena, no solía reírse de la desgracia ajena, pero en ese caso… esa familia la había avergonzado con sus comentarios en alguna ocasión, cuando asaltada por una de sus visiones, se había quedado petrificada, o incluso había tenido un ataque. Había corrido el rumor de que estaba loca, de que sus padres la drogaban para evitar que saltara de alguna ventana y algunas lindezas más fruto de las ganas de aquella mujer de agradar en una sociedad cotilla y prejuiciosa. El hablar mal de otros unía a la gente como aquella. Por eso no se sentía mal por hacerle pasar un poquito un mal rato.
-Vamos, cuéntame, ¿ya te ha elegido el vestido de novia para casarte con su “apuesto” heredero?
Valeska- Hechicero Clase Alta
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Fecha de inscripción : 26/03/2017
Re: Fri som vindem (privado)
Fiolett frunció el ceño cuando Valeska le dijo lo del vestido de novia. A veces la mosquita muerta tenía una lengua viperina como la de Valeria, pero la gemela no se quedaba corta cuando quería fastidiar a su hermana.
—¡Oh tranquila! cuando me case con ese esperpento cuidaré mucho el vestido para que tú puedas usarlo en tu boda con Brökk.— Miró a Valeria achinando los ojos y poniendo sonrisa pérfida.— ¿no lo sabías mamá? Brökk y Valeska pasan mucho tiempo juntos. Dice que es están "entrenando"... si, si... ya, ya. Ya sabes como acabn los entrenamientos en Akershus. Seguramente estén entrenando sus polvos mágicos...jijijiji.
Valeska le dio un manotazo que Fio esquivó estallando en carcajadas. La broma repetitiva de Akershus era esa, que como Valeska era oráculo, Brökk no podría ni tocarla, ellos se reían y se encogían de hombros, porque cuando no le tocaba a Einar y su preñada mujer, le tocaba a Brökk o a Dritt o Orn. Y ni qué hablar de Ragnar, a quien Ulf persiguió con un hacha porque creía que había tocado a su hija pequeña. En el norte eran así.
Tras dejar a Valeria y Valeska hablando del tema, porque la rubia quería contarle a su madre la verdad del asunto, una complacida Fio se agenció una bandeja de dulces y se puso a comerlos sin recato ninguno. Un caballero se le acercó y la invitó a pasear.
— Yo no pafeo, eftoy merenfdando...— dijo con la boca medio llena.— Pero fi quiere un fartida a lof dardof, le reto.
Así era Fiolett, siempre con ganas de dejar a todo el mundo boquiabierto con su puntería. El caballero asintió sorprendido y fueron hacia la diana, con un "las damas primero" dejó que Fio agarrase los conco dardos entre las manos, calibró su peso y dio unos cuantos pasos atrás ¿qué dificultad tendría si estaba tan cerca? el hombre sorprendido por su osadía puso cara de incredulidad, pero la joven lanzó con puntería certera los cinco dados haciendo diana central con todo ellos, a los que el caballero reaccionó con sorpresa.
—No se preocupe, si quiere evitar la vergüenza, le perdono la tirada.— y le guiñó el ojo.
—¡Oh tranquila! cuando me case con ese esperpento cuidaré mucho el vestido para que tú puedas usarlo en tu boda con Brökk.— Miró a Valeria achinando los ojos y poniendo sonrisa pérfida.— ¿no lo sabías mamá? Brökk y Valeska pasan mucho tiempo juntos. Dice que es están "entrenando"... si, si... ya, ya. Ya sabes como acabn los entrenamientos en Akershus. Seguramente estén entrenando sus polvos mágicos...jijijiji.
Valeska le dio un manotazo que Fio esquivó estallando en carcajadas. La broma repetitiva de Akershus era esa, que como Valeska era oráculo, Brökk no podría ni tocarla, ellos se reían y se encogían de hombros, porque cuando no le tocaba a Einar y su preñada mujer, le tocaba a Brökk o a Dritt o Orn. Y ni qué hablar de Ragnar, a quien Ulf persiguió con un hacha porque creía que había tocado a su hija pequeña. En el norte eran así.
Tras dejar a Valeria y Valeska hablando del tema, porque la rubia quería contarle a su madre la verdad del asunto, una complacida Fio se agenció una bandeja de dulces y se puso a comerlos sin recato ninguno. Un caballero se le acercó y la invitó a pasear.
— Yo no pafeo, eftoy merenfdando...— dijo con la boca medio llena.— Pero fi quiere un fartida a lof dardof, le reto.
Así era Fiolett, siempre con ganas de dejar a todo el mundo boquiabierto con su puntería. El caballero asintió sorprendido y fueron hacia la diana, con un "las damas primero" dejó que Fio agarrase los conco dardos entre las manos, calibró su peso y dio unos cuantos pasos atrás ¿qué dificultad tendría si estaba tan cerca? el hombre sorprendido por su osadía puso cara de incredulidad, pero la joven lanzó con puntería certera los cinco dados haciendo diana central con todo ellos, a los que el caballero reaccionó con sorpresa.
—No se preocupe, si quiere evitar la vergüenza, le perdono la tirada.— y le guiñó el ojo.
Fiolett- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 14/06/2017
Localización : Akershus
Re: Fri som vindem (privado)
La elegancia de la francesa restaba importancia a sus palabras, por muy impropias que fuesen solía salir airosa y con una sonrisa victoriosa en sus labios color carmesí. Se unió a la risa de su hija Valeska una vez que por fin se había librado de esa insufrible mujer que no tenía ni idea ni de vestir ni de cómo comportarse. Y como si hubiese sacado una bolsa enorme de basura, se sacudió las manos dirigiéndose hacia sus hijas, Valeska solía buscarle las cosquillas a Fiolett que no se cortaba un ápice y soltaba lo primero que se le pasaba por la cabeza, ¿ y ella era la de las ocurrencias?
Y a todo esto ¿desde cuándo no era informada de las cosas que ocurrían en el norte? Lo de Brökk no lo sabía, el hijo de los Tollak y el que siempre andaba aprendiendo con su hija, gracias a Giulana controlaba sus poderes, ese joven era poderoso y el ojo derecho de Loki si no recordaba mal , respetaba las creencias norteñas por supuesto y la magia aún más, a Valeria le resultaba simplemente fascinante.
-El hijo de los Tollak ¿tu compañero de polvos mágicos? Pero no se supone que no puedes…¿Fiolett? -interrogó con la mirada a su hija quien le dejó con la palabra en la boca, con ganas de saber qué demonios ocurría con esos dos…tantos chismorreos y el más importante se quedaba en el aire -Valeska, hija, no hay nada de malo en que quieras casarte con ese joven, podemos elegir el traje de novia las tres -bromeó con la misma sonrisa pérfida de Fio, si cuando las dos se compinchaban podía ser de lo más divertido -Temo decirte que no voy a alegar eso de que en tu caso el sexo no es importante, pero …si a mí me ocurriese seguramente me volvería loca -entornó los ojos, rodeando los hombros de su hija, no hablaba en serio pero intentaba que todo este asunto le fuese más llevadero.
-Valeska Cannif, sabes que te deseo toda felicidad y si tus sentimientos y los de ese joven son mutuos, no hay nada ni nadie que pueda compararse a tal cosa. El amor verdadero solo pasa una vez en la vida , los demás…dicen que sólo son para olvidar pero lo cierto es que cada persona te aportará lo mejor de sí misma y… yo quiero a tu padre, ante todo somos compañeros de la vida , fue importante en su momento y que mejor regalo que vosotras. Así que si lo quieres, agárralo con fuerza pero no de las partes bajas -se echó a reír, mirando a Fio y al boquiabierto hombre -Otro que seguro no duerme en días porque crea que es una especie de hechicera, tu hermana ha sacado eso de mí persona…para nada eso de la puntería es del norte y si no, comprobémoslo
Adelantó los pasos para arrebatarle al hombre los dardos, no cabía en su asombro y ahora más. La francesa dio un par de pasos hacia atrás, cerró un ojo y tiró de forma seguida, dando en el blanco, no sabría luchar pero tenía una puntería excelente.
-De niña me encantaba tirarle manzanas a Haytham, acertaba siempre
Y a todo esto ¿desde cuándo no era informada de las cosas que ocurrían en el norte? Lo de Brökk no lo sabía, el hijo de los Tollak y el que siempre andaba aprendiendo con su hija, gracias a Giulana controlaba sus poderes, ese joven era poderoso y el ojo derecho de Loki si no recordaba mal , respetaba las creencias norteñas por supuesto y la magia aún más, a Valeria le resultaba simplemente fascinante.
-El hijo de los Tollak ¿tu compañero de polvos mágicos? Pero no se supone que no puedes…¿Fiolett? -interrogó con la mirada a su hija quien le dejó con la palabra en la boca, con ganas de saber qué demonios ocurría con esos dos…tantos chismorreos y el más importante se quedaba en el aire -Valeska, hija, no hay nada de malo en que quieras casarte con ese joven, podemos elegir el traje de novia las tres -bromeó con la misma sonrisa pérfida de Fio, si cuando las dos se compinchaban podía ser de lo más divertido -Temo decirte que no voy a alegar eso de que en tu caso el sexo no es importante, pero …si a mí me ocurriese seguramente me volvería loca -entornó los ojos, rodeando los hombros de su hija, no hablaba en serio pero intentaba que todo este asunto le fuese más llevadero.
-Valeska Cannif, sabes que te deseo toda felicidad y si tus sentimientos y los de ese joven son mutuos, no hay nada ni nadie que pueda compararse a tal cosa. El amor verdadero solo pasa una vez en la vida , los demás…dicen que sólo son para olvidar pero lo cierto es que cada persona te aportará lo mejor de sí misma y… yo quiero a tu padre, ante todo somos compañeros de la vida , fue importante en su momento y que mejor regalo que vosotras. Así que si lo quieres, agárralo con fuerza pero no de las partes bajas -se echó a reír, mirando a Fio y al boquiabierto hombre -Otro que seguro no duerme en días porque crea que es una especie de hechicera, tu hermana ha sacado eso de mí persona…para nada eso de la puntería es del norte y si no, comprobémoslo
Adelantó los pasos para arrebatarle al hombre los dardos, no cabía en su asombro y ahora más. La francesa dio un par de pasos hacia atrás, cerró un ojo y tiró de forma seguida, dando en el blanco, no sabría luchar pero tenía una puntería excelente.
-De niña me encantaba tirarle manzanas a Haytham, acertaba siempre
Valeria Cavey- Realeza Neerlandesa
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Re: Fri som vindem (privado)
-¡¡No es cierto, mamá!! -se defendió con un tonillo de queja infantil, incluso golpeando una mesa imaginaria en el aire con los puños crispados.
Ella era tan inocente y pura como el primer día, porque de ello dependía su don y eso era más importante que todo. Quería a Brökk, por supuesto, pero no de esa forma que su hermana insinuaba. Ella quería verle feliz, por supuesto, y hacer cosas juntos, reírse y entrenar, contarse sus cosas como los buenos amigos que eran. Pero no sentía atracción sexual por él. Ni por él, ni por nadie.
Bufó y asumió que era una vez más la broma de siempre. Hasta que al final se echó a reír. Realmente Brök sería el único con el que se plantearía casarse si tuviera que hacerlo. Aunque ambos sabían que sería un matrimonio sólo de nombre, porque jamás podrían tener ese tipo de intimidad. A ella tampoco le importaría si Brökk la buscaba en otras mujeres.
-Brökk y yo estamos trabajando en su control de la magia. Ha tenido algún episodio... peliagudo. Y como se supone que no puede aprender los verdaderos caminos de la magia, lo único que puede aprender es a controlarlo. Eché un vistazo a su futuro, lo poco que podía ver, porque ya sabes que el destino es algo incierto y cambiante, pero a lo que voy, que necesitaba ayuda, así que estamos pasando tiempo juntos, para ayudarle. Pero no es nada de lo que Fiolett dice. Le encanta meterse conmigo, cuando todos sabemos que se casará ella mucho antes que yo. Y seré yo la que se encargue de malcriar a sus hijos, ya que no tendré los mios.
Desde aquella distancia, siguiendo la conversación con su madre, observó la tirada de su hermana. Ella hubiera dejado ganar al caballero la primera vez, sólo por el placer de demostrar esa maravillosa puntería en una segunda tirada.
Ella era tan inocente y pura como el primer día, porque de ello dependía su don y eso era más importante que todo. Quería a Brökk, por supuesto, pero no de esa forma que su hermana insinuaba. Ella quería verle feliz, por supuesto, y hacer cosas juntos, reírse y entrenar, contarse sus cosas como los buenos amigos que eran. Pero no sentía atracción sexual por él. Ni por él, ni por nadie.
Bufó y asumió que era una vez más la broma de siempre. Hasta que al final se echó a reír. Realmente Brök sería el único con el que se plantearía casarse si tuviera que hacerlo. Aunque ambos sabían que sería un matrimonio sólo de nombre, porque jamás podrían tener ese tipo de intimidad. A ella tampoco le importaría si Brökk la buscaba en otras mujeres.
-Brökk y yo estamos trabajando en su control de la magia. Ha tenido algún episodio... peliagudo. Y como se supone que no puede aprender los verdaderos caminos de la magia, lo único que puede aprender es a controlarlo. Eché un vistazo a su futuro, lo poco que podía ver, porque ya sabes que el destino es algo incierto y cambiante, pero a lo que voy, que necesitaba ayuda, así que estamos pasando tiempo juntos, para ayudarle. Pero no es nada de lo que Fiolett dice. Le encanta meterse conmigo, cuando todos sabemos que se casará ella mucho antes que yo. Y seré yo la que se encargue de malcriar a sus hijos, ya que no tendré los mios.
Desde aquella distancia, siguiendo la conversación con su madre, observó la tirada de su hermana. Ella hubiera dejado ganar al caballero la primera vez, sólo por el placer de demostrar esa maravillosa puntería en una segunda tirada.
Valeska- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 66
Fecha de inscripción : 26/03/2017
Re: Fri som vindem (privado)
Fiolett se cruzó de brazos enarcando una ceja, todos sabían en Akershus que el "trío calavera" estaba sentando cabeza, Orn, Dritt y Brökk estaban ya dejando de lado sus correrías "infantiles" para plantearse al menos otras cosas más importantes. Orn que era el más pazguato de todos, parecía estar a gusto en una relación y los otros dos andaban sumidos en las obligaciones de la guerra, tratando de destacar y labrarse un futuro como generales o algo similar. Pero eso de que los dos rubios andasen siempre juntos "practicando la magia" era fuente de muchas bromas.
— Si, claro...practicar, charlar, o follar, tanto da. La cosa es que siempre está con él, no con la tia Giuliana que es la que sabe de magia, algo le dará el brujildo.
Le encantaba malmeter a Valeska, para algo eran gemelas y se picaban a todas horas. Bostezó sonoramente cuando Valeria dijo lo del vestido.
— Eso os lo dejo a vosotras; por mi, que se case ya en bragas, que el pobre debe tenerle muchas ganas.
Sin pelos en la lengua, no se cortaba un duro en decir lo que pensaba, y como buena norteña, sin tapujos. Ella no estaba con nadie, había tenido rollos por aquí y por allá, pero nada serio, no le gustaba especialmente nadie en ese momento, asi que si su madre preguntaba, eso de las relaciones y los hijos lo veía muy lejos. Quería ser general como Khayla, la única mujer que había alcanzado ese honor y lo conseguiría, porque daba igual si tus piernas no funcionaban del todo, si el corazón era fiero y noble, era posible. Quería ser el orgullo de su casa, quería hundirle una felcha en el corazón a Randulf y a su hijo y a todo aquel que tuviera que ver con ese rey maldito.
—¿Nos vamos ya? esto es muy aburrido. ¿Por qué no vamos al teatro? pero a ese que ponen obras cómicas, que no me apetece ver más dramas de damas que suspiran por amor...qué ridiculez, por Odín.
— Si, claro...practicar, charlar, o follar, tanto da. La cosa es que siempre está con él, no con la tia Giuliana que es la que sabe de magia, algo le dará el brujildo.
Le encantaba malmeter a Valeska, para algo eran gemelas y se picaban a todas horas. Bostezó sonoramente cuando Valeria dijo lo del vestido.
— Eso os lo dejo a vosotras; por mi, que se case ya en bragas, que el pobre debe tenerle muchas ganas.
Sin pelos en la lengua, no se cortaba un duro en decir lo que pensaba, y como buena norteña, sin tapujos. Ella no estaba con nadie, había tenido rollos por aquí y por allá, pero nada serio, no le gustaba especialmente nadie en ese momento, asi que si su madre preguntaba, eso de las relaciones y los hijos lo veía muy lejos. Quería ser general como Khayla, la única mujer que había alcanzado ese honor y lo conseguiría, porque daba igual si tus piernas no funcionaban del todo, si el corazón era fiero y noble, era posible. Quería ser el orgullo de su casa, quería hundirle una felcha en el corazón a Randulf y a su hijo y a todo aquel que tuviera que ver con ese rey maldito.
—¿Nos vamos ya? esto es muy aburrido. ¿Por qué no vamos al teatro? pero a ese que ponen obras cómicas, que no me apetece ver más dramas de damas que suspiran por amor...qué ridiculez, por Odín.
Fiolett- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 14/06/2017
Localización : Akershus
Re: Fri som vindem (privado)
Volver a la niñez inconscientemente, es uno de los mejores placeres de la vida.
Y eso mismo le ocurrió cuando presenció la escena entre sus hijas, Valeska intentaba defenderse sin mucho argumento sostenible ¿no daba muchas explicaciones? Valeria intentó no reírse, siseando para que se calmasen…bueno, en realidad sólo a Valeska porque Fio parecía estar como pez en el agua en esa situación.
Y…inevitablemente, la francesa se echó a reír negando con la cabeza, en este caso ninguna de las dos ganaba, ese momento no lo cambiaba por nada. Tomó de los hombros a ambas, una a cada lado de su cuerpo y comenzaron a caminar fuera de ese lugar, ya habían cumplido y hecho acto de presencia, no tenían ni que despedirse, simplemente Valeria le dedicó una reverencia al anfitrión. Una vez fuera resopló, el aire fresco de la tarde renovó sus fuerzas, comenzaban a agobiarse allí dentro.
-Al teatro, buena idea. -pensativa y sin dejar de caminar, se adentraron en las calles de París, la zona de clase media-baja, ella sabía dónde iba…estaba claro que no iba a ciegas ni era la primera vez que iba -En la pequeña plaza tienden a representar obras nuevas y alguna antigua, actores recién estrenados que aprenden de los de toda la vida. Necesitamos unas risas y creo que es el lugar perfecto, pagan la voluntad con ello pagan sus vestimentas y disfraces, adornos para las representaciones…alguna vez he asistido , tanta ópera me rompen los oídos
Efectivamente, la pequeña plaza comenzaba a llenarse de gente, un modesto escenario donde habían fabricado su máquina de sueños. Valeria sonrió, ese lugar le traía recuerdos gratos, obligaba a su mano derecha a velar por su seguridad mientras ella disfrutaba del espectáculo.
-¿No sentamos en un lateral? Podremos visualizar mejor la obra, suelen dar panfletos -ya los habían repartido, ella cogió uno del suelo que pululaba medio roto y sucio, poco le importó -Fiolett, creo que serías una gran actriz ¿no crees, Valeska? Ese joven realmente ha creído que fuiste hasta amable -su madre también la picaba a su modo, se sentó junto a ambas pasándoles el panfleto -No es tan cómodo como las sillas de la ópera pero al menos las representaciones son buenas -el narrador comenzó la historia, la hora perfecta pues con la tenue luz tenían una mejor visión.
Esos momentos con sus hijas era el mayor regalo que podían darle pero Valeria jamás diría una cosa como esa, sólo las tomó de la mano a ambas y apretó con sutileza, su modo de afecto.
Y eso mismo le ocurrió cuando presenció la escena entre sus hijas, Valeska intentaba defenderse sin mucho argumento sostenible ¿no daba muchas explicaciones? Valeria intentó no reírse, siseando para que se calmasen…bueno, en realidad sólo a Valeska porque Fio parecía estar como pez en el agua en esa situación.
Y…inevitablemente, la francesa se echó a reír negando con la cabeza, en este caso ninguna de las dos ganaba, ese momento no lo cambiaba por nada. Tomó de los hombros a ambas, una a cada lado de su cuerpo y comenzaron a caminar fuera de ese lugar, ya habían cumplido y hecho acto de presencia, no tenían ni que despedirse, simplemente Valeria le dedicó una reverencia al anfitrión. Una vez fuera resopló, el aire fresco de la tarde renovó sus fuerzas, comenzaban a agobiarse allí dentro.
-Al teatro, buena idea. -pensativa y sin dejar de caminar, se adentraron en las calles de París, la zona de clase media-baja, ella sabía dónde iba…estaba claro que no iba a ciegas ni era la primera vez que iba -En la pequeña plaza tienden a representar obras nuevas y alguna antigua, actores recién estrenados que aprenden de los de toda la vida. Necesitamos unas risas y creo que es el lugar perfecto, pagan la voluntad con ello pagan sus vestimentas y disfraces, adornos para las representaciones…alguna vez he asistido , tanta ópera me rompen los oídos
Efectivamente, la pequeña plaza comenzaba a llenarse de gente, un modesto escenario donde habían fabricado su máquina de sueños. Valeria sonrió, ese lugar le traía recuerdos gratos, obligaba a su mano derecha a velar por su seguridad mientras ella disfrutaba del espectáculo.
-¿No sentamos en un lateral? Podremos visualizar mejor la obra, suelen dar panfletos -ya los habían repartido, ella cogió uno del suelo que pululaba medio roto y sucio, poco le importó -Fiolett, creo que serías una gran actriz ¿no crees, Valeska? Ese joven realmente ha creído que fuiste hasta amable -su madre también la picaba a su modo, se sentó junto a ambas pasándoles el panfleto -No es tan cómodo como las sillas de la ópera pero al menos las representaciones son buenas -el narrador comenzó la historia, la hora perfecta pues con la tenue luz tenían una mejor visión.
Esos momentos con sus hijas era el mayor regalo que podían darle pero Valeria jamás diría una cosa como esa, sólo las tomó de la mano a ambas y apretó con sutileza, su modo de afecto.
- Spoiler:
Valeria Cavey- Realeza Neerlandesa
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