Fri som vindem (privado)

por **Fiolett** Vie Mayo 11, 2018 3:59 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Frunció el ceño cuando el barco atracó en el muelle francés. Nunca le había gustado París, tantos edificios, tantas calesas tiradas por caballos, ruidos tan dispares y atronadores que hacían el ambiente pesado. Olía a carbón quemado y suciedad humana, nada que ver con el aire puro que se respiraba en los fiordos. Por no decir que a ella no se le había perdido nada en una ciudad tan cosmopolita, donde las mujeres llevaban corsés que las oprimían dentro de incómodos vestidos de llamativos colores, con sofisticados peinados y tocados. Ciertamente la moda parisina no iba con ella, así como Valeska lo llevaba bien y podría decirse que hasta le gustaba, a ella le parecía todo una tortura, pero hacía tiempo que no veía a su madre y sabía que le hacía mucha ilusión que fuera a verla.

Bajó la pasarela llevando su propia maleta en la mano, vestida con un sencillo atuendo que era más propio de una empleada de una fábrica textil que de la hija de un conde. Allí la esperaba su madre destacando en la puesta de sol entre todas las personas que estaban en el muelle, su cabellera rubia peinada a la perfección, sus labios carmesí y el porte felino que se gastaba le daban esa aura de inalcanzable que siempre la seguía a todas partes. Sonrió cuando pueso los pies en tierra y directamente fue a darle un abrazo, ella era así de espontánea y las formalidades le daban absolutamente igual.

— ¡Madre! Pensaba que París olería mejor de la última vez a ésta pero que va, siempre me sorprende para mal. ¿No se supone que aquí la gente usa perfumes?

Un coche de caballos las recogió y las llevó a la mansión Cavey donde el servicio había dispuesto una habitación para ella, una bañera tamaño king y una colección de ropa "cómoda" especialmente diseñada para ella, pues su madre ya sabía que Fiolett no gustaba de los encajes y aderezos y sólo pedía comodidad. La moda sofisticada iba en dirección opuesta, así que le habían cosido elgantes vestidos adecuando tejidos y patrones para darle libertad de movimiento.

— Sólo me quedaré cuatro días, no puedo ausentarme más de una semana. ¿Podemos ir al zoo?.— parecía algo infantil pedirle eso, pero es que allí había animales que a ella le parecían sacados de un sueño tras una resaca, siempre se había maravillado con eso desde pequeña y ahora a sus veinte años mantenía ese recuerdo vívido, la primera vez que vio una zebra y un mono.

por **Valeska** Mar Dic 18, 2018 2:36 pm

Valeska sabía que su hermana solo pretendía molestarla. El problema era que ella saltaba con facilidad ante las provocaciones de Fiolett.

-¡¡No es cierto!! Además, tú sabes que a mí no me interesan esas cosas. Tengo un don y no voy a sacrificarlo por cuatro besos.

La pobre, desde luego, no sabía de lo que hablaba, porque jamás la habían besado. Mucho menos llegar algo más lejos. Era tan inocente y pura como el día que nació. Y por suerte o por desgracia, tampoco tenía especial interés en que cambiara esa situación. No sentía atracción hacia otras personas. Les tenía cariño, les quería, tenía sentimientos, pero no atracción sexual.

Valeska levantó la nariz con gesto orgulloso, con un porte sin duda heredado de su madre. Le negaría la palabra a su hermana para lo que le quedaba de vida.

O dos segundos.

Porque ante la idea de ir al teatro, su ánimo cambió de nuevo a uno más alegre y dispuesto. La idea de ella y Brokk quedó olvidada, como tantas otras veces, hasta que alguien volviera a sacarla a la palestra para molestarles a ambos. Estaban ya acostumbrados, pero Valeska seguía saltando.

-¡¡Aahh!! ¡¡Mira qué sombrero más bonito!! -señaló, colgándose del brazo de su madre-. Y con las plumas en azul quedaría ideal. ¿Crees que podría tener uno para mi cumpleaños?

Otro de sus caprichos que hacían que su hermana pusiera los ojos en blanco la mayoria de las veces, porque eran tan diferentes en cuanto a gustos que hasta parecía mentira que fueran hermanas.

Durante la representación, en la oscuridad de la sala, lejos de la atención de los presentes, que estaban centrados en el escenario, Valeska sintió una punzada en el cerebro, como si un rayo le atravesara la base del cráneo.
Ya sabía que después de eso, se formaría una imagen en su cabeza.

Por suerte, fue un episodio corto y no acabó tirada en el suelo, retorciéndose de dolor. Aguantó la respiración hasta que le dolieron los pulmones, para paliar un poco la sensación de las visiones y consiguió serenarse.

No podía interpretar mucho aquel flash, porque apenas había vislumbrado unas manos en torno a algo brillante de color ambar. Se encogió de hombros. Muchas veces tenía esas visiones momentáneas que no significaban nada y que no eran más que un reflejo de la magia que la conectaba con el mundo.

por **Fiolett** Dom Ene 06, 2019 8:49 am

La obra era cómica y Fiolett estalló en carcajadas cuando los actores empezaron a hacer chanzas sobre una señorita pura y virgen que en secreto deseaba al marido de su vecina, que al parecer era invertido. Un triángulo amoroso que acabaría en tragedia desternillante... como si pudiera verlo venir...El alguacil se enamoraría del marido invertido, la muchacha que suspiraba por él acabaría monja y la esposa agraviada mataría a alguien. Previsible, pero divertida. Le dio un codazo a su madre.

— Ese podría ser Brökk, igual de tanto juntarse con los dioses que van siempre en calzones, como dice Dani, se le ha variado el gusto.

Valeria sonrió, pero cuando giró el rostro a mirar a Valeska, se dio cuenta que ésta contenía la respiración, le estaba dando un "momento" de esos. Tiró de law manga de Fiolett para que mirase a su hermana y la morena frunció el ceño.

—A veces le pasa...este no parece fuerte, déjala un instante y en cuento se acabe la obra nos vamos a casa.

La oráculo recuperó la presencia de ánimo a los pocos minutos y media hora más tarde salieron del teatro a buscar un coche que las llevase a la mansión Cavey.

—¿Qué has visto? era algo malo? algo que sucederá en Akershus? Padre está bien? y los demás?

Aunque sabía de sobra que las visiones muchas veces no se podían interpretar literalmente, quería saber si los Cannif estarían bien, si había en su futuro alguna sombra demasiado dura que sortear. Ella sabía que caería en batalla como sus hermanos, como su padre, como su tío Ulf o sus primos...pero quedarían en Akershus Valeska, Bethania, Elaine la mujer de Sirius, Giuliana, Öda y hasta el viejo Eret, necesitaba saber si habría futuro para ellos, porque el del guerrero era simple y corto, sin embargo el camino de quienes no lo eran estaba lleno de obstáculos.

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