Flamma Sacro

HABILIDADES/PODERES

→ Hechicería
→ Percepción del aura
→ Reminiscencia
→ Dominación
→ Apatía

PSICOLOGÍA

Flamma Sacro llegó al mundo fruto de un contrato firmado por sus progenitores. Lucio Sacro, el Gran Maestre de su aquelarre, quería perpetuar su descendencia y apellido, y Erline D'Amencourt simplemente buscaba emociones en su fría y vacía vida, así que encontraron el uno en el otro a su alter ego. Carentes ambos de sentimiento alguno, la niña creció rodeada de frialdad y fingido afecto. Ciertamente ambos la protegían y trataban de transmitirle calidez humana, pero esos dos monstruos insensibles apenas conseguían su objetivo. Desde siempre conoció que la ausencia de sentimientos en ambos no la perjudicaba de ningun modo, al contrario, aprendió de ellos a ser fuerte, fría, implacable, letal y muy lista.

Cuando echaba de menos algo de calor humano se refugiaba en su hermano Arturo, el único que le proporcionaba una afectividad real.

Flamma es muy perfeccionista, disciplinada, sumamente inteligente. Es desconfiada como su padre y su madre, pero no lo muestra, mantiene puesta la máscara casi todo el tiempo y juega con la gente a hacerles creer que es lo que ellos esperan. En su fuero interno, muy interno, anhela sentir el verdadero amor, lo que es que los sentimientos te arrastren, te golpeen y vuelvan tu mundo del revés, algo que no ha visto nunca en su hogar. Pero le han dicho tantas veces que los sentimientos destruyen, que lo cree a ciencia cierta. Para ella la vida es un juego y siempre guarda ases en la manga.

HISTORIA

Lucio y Erline se encontraron por pura casualidad y decidieron unir sus destinos, pues nadie más podría permanecer junto a alguien asi y no acabar destruido. Esa pareja es un reto constante, un pulso eterno por no sucumbir uno ante el otro. Durante una temporaba ambos pudieron recuperar los sentimientos que les fueron arrebatados y fruto de eso nació Flamma, muy querida y deseada. Pero con la vuelta a la normalidad, ambos se enfriaron, el Escorpión y la Araña nunca dejarían de tramar y urdir complots, siempre jugando y apostando para tratar de encontrar algo que les motivase en su vacía vida.

Su infancia se desarrolló junto a Arturo, el hijo bastardo de Lucio, y que Erline "aceptó" como propio. Lo aceptó entre comillas pues era en verdad un rival directo para Flamma, y eso la Viuda de Sada no lo permitiría jamás. En su mansión había de todo, crecieron ambos rodeados de lujo, con los mejores tutores y profesores que les enseñaron las artes de la magia, pero las cenas en familia solían ser poco menos que una pantomima de la que se percató cuando comenzó a tener uso de razón.

Ambos hermanos hablaban mucho sobre su familia y a pesar de que sabían que sus padres no tenían la culpa de ser así y aceptarlos como eran, ellos se hicieron fuertes juntos, recurriendo el uno al otro cuando su humanidad clamaba por un abrazo sincero o unas palabras de ánimo.

Erline había sido prostituta, una muy famosa, y nunca dudó en contárselo a sus hijos, enseñándoles todo aquello que quisieran saber sobre lo que había aprendido en el burdel, sobre todo cómo manipular a la gente y sobre todas las cosas que se hacían y se movían en esos lugares. No quería que sus hijos pecaran de pardillos. Les dio a probar todo tipo de drogas y que supieran lo que les podían hacer en sus cuerpos, ya que además ellos contaba con magia y en caso de descontrolarse podrían crear un buen caos. Flamma no desconocía los secretos de la alcoba, su madre se los explicó y le arrebató cierta parte de emocion por descubrirlos, con lo cual para ella los hombres no presentaban mucho misterio, pues había heredado la belleza letal de su madre.

Arturo se marchó a Noruega con un viejo amigo de su padre y tras meses de ausencia, Flamma decidió que quería ver a su hermano, así que emprendió el viaje hacia esas tierras.