Misery's No Crime | Privado

por **Ivka** Jue Mayo 17, 2018 6:07 pm

Existían días completamente lóbregos, donde el demonio bailaba con ella por las noches en vela y le traía nuevamente el recuerdo inoportuno de su hermano, la sangre fresca, el olor de muerte que aún destilaba por los poros de su piel. El saberse sola en un lugar de fantasía como lo era Paris, rodeada de la pomposidad que los altos renombres presumían a la mínima provocación delineando esa tenue división en las distintas clases sociales le tenía sin cuidado. La joven rusa había perdido su único lazo consanguíneo por razones que iban más allá de banalidades como el tono de la piel o los bienes materiales, pues conoció la muerte a muy temprana edad y aunque los años posteriores a ese evento ella se mantuvo callada al respecto de vez en cuando se hundía en los pantanos de suciedad de su tormentoso pasado. La macilenta luminosidad que prestaban un par de antorchas era la única manera de poder ver a través de las penumbras que reinaban en el lugar, fuera de eso no tenía más resguardo.

Cuando por tercera vez caía al suelo, infestado de lodo y excremento comprendió que debía ser rápida y certera en su próximo contra ataque, no era la primera vez que se veía envuelta en una situación de dicha naturaleza. Ivka escupió su propia sangre que había sido provocada por la serie de golpes que recibió minutos atrás, las voces enardecidas de los espectadores clamaban un vencedor y aunque esta vez tenía muy complicada la afrenta, la mujer de cabeza rapada no mostraba signos de cansancio. Su cuerpo aunque aparentemente frágil como el de cualquier otra mujer soportaba más dolor que muchos otros que ya habían caído ante aquel gladiador.

–Debiste matarme cuando tuviste la oportunidad hijo de puta–

La mujer se arrojó contra su oponente y aunque el ataque fue bloqueado de inmediato no le tomó más de 5 segundos para clavar sus dientes en el oído ajeno. El grito de dolor fue desgarrador y en efecto, sería la última exhalación que tendría esa noche, pues Ivka de inmediato clavó una daga en el cuello para terminar con su vida, su peso cayó de lleno sobre el cuerpo inerte de su víctima y la mirada de asombro de todos fue suplantada por la ovación y gritos de los presentes. No era extraño ver que Ivka se había hecho de cierto renombre en Rusia y otras partes de Europa pero en Paris las cosas eran muy diferentes. Los personajes como ellos eran vistos como la escoria de la sociedad, así que en ese mundo la supervivencia era un factor clave, no había segundas oportunidades, no había camaradería ni amistad. Todos tenían una sola oportunidad para volver a respirar y si era desperdiciada sería su último error.

–Ya pueden largarse el espectáculo terminó–

Escupió con desgano y se dirigió hacia una de las compuertas abriéndose paso entre la múltitud, la siguiente pelea estaba por ser anunciada aunque para la gladiadora de cabeza rapada era la última ya que había conseguido su libertad en ese momento, o eso era lo que pensaba. Desde su último encuentro con Thaddeus no tenía noticias suyas, un rufián como él cabía en pocos lugares y lo sabía, así que seguramente no le tomaría más de un par de días averiguar sobre él, su mente estaba aún asimilando muchas cosas, porque aunque aparentemente su fachada siempre era la de un monstruo en ocasiones su consciencia no la dejaba tranquila. Detuvo su andar cuando le pareció reconocer a un viejo amigo en la tribuna, alguien a quien pensó había perdido un par de semanas atrás.