La gente descarrilada son los peores (libre)

por **Faith Abbott** Vie Mayo 18, 2018 6:20 pm

No sé qué podía hacer al respecto.

Estando en la búsqueda de solucionar mi patética vida, he cazado a algún que otro bicho horrendo, he recibido mi recompensa y con eso me estoy pagando la supervivencia a pesar de estar trabajando en el Hotel des Arenes como camarera. Ese incomodo uniforme, siempre me picaba a la piel y a veces olía de manera extraña pero el trabajo era trabajo y tenía que apechugar con ello. En fin. Ahora me iba de paseo a ver si algo interesante pasaba por las calles de Paris antes de mi próximo turno en la tarde. Mañana libro, que suerte, pero hoy, según he podido escuchar entre los murmullos de los que trabajan conmigo en el hotel, se dice que esta noche va a venir un hombre importante al que le sobra el dinero. A lo mejor se enamora de una mujer tan hermosa como yo, quien sabe, hay mucha envidia por todos lados.

Sigo caminando a la espera de que algo emocionante ocurra, llevo un vestido no muy llamativo, tapado de escote y a tonos tierra, bastante primaveral para mi gusto, pero ya que estamos en esa época del año, a lo mejor me conviene además de resaltar el verde de mis ojos. Suspiro y estoy divagando en cosas sin sentido. Estoy completamente aburrida y no sé que hacer realmente. Me senté en un banco que había en una zona concurrida del centro, observé como un grupo de palomas se peleaban por los trozos de pan que un niño estaba tirando al suelo, suponiendo que eran para las palomas claro, pero ¡Por fin! Algo pasó que llamo mi atención al final de estar tan aburrida.

Últimamente, ha habido disturbios sobre la plebe que se ha manifestado de noche y de día replegándose mientras gritaban pidiendo comida. Era espantoso, pero lo que me llamó la atención fue ver un carruaje que se paraba en mitad de la calle. Las puertas no se abrieron todavía y ya la plebe se abalanzo sobre dicho carruaje pero de este se abrió la ventana y comenzó a disparar a diestro y siniestro a la gente pidiendo comida. Yo me levante corriendo al igual que el resto de la gente, el niño de las palomas se había caído al suelo y estaba llorando, no lo pensé dos veces, fui corriendo a socorrerlo, lo cogí en brazos y directamente me lo llevé a una zona segura en la que no pudieran darnos ningún disparo que se disparaban desde el carruaje.

-¿estás bien? - Pregunté al niño que recogí de la calle y mientras estábamos refugiados detrás de una pared mi corazón latía apresuradamente esperando una respuesta de aquel niño que salvé.