AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Fausse innocence [privado]
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Fausse innocence [privado]
La fresca brisa del comienzo de la noche parisina llegaba acompañada de una torrencial lluvia de primavera. Todo el mundo se apresuraba a abandonar las calles, cubriéndose con sus paraguas, con periódicos, con sus chaquetas, sombreros, buscando el calor de tabernas, fumaderos y cualquier tipod e local que pudiera ofrecerles un techo sobre sus cabezas. Jeremy Legrand, en cambio, no tenía tiempo que perder. Chapoteó por la calle todo lo rápido que podía dada su cojera, las insistentes gotas de lluvia golpeando incesantes contra la tela de su chaqueta, la cual trataba de proteger su cabeza del repentino diluvio, huelga decir que con no muy buenos resultados.
Acababa de salir de una pequeña función privada en una casa de la baja burguesía, y solo deseaba haber podido salir antes y evitarse la carrera en la lluvia. Sabía que por lo menos podría acortar unos minutos el camino a casa si pasaba a través de un par de callejuelas secundarias, por lo que se desvió en la siguiente esquina, su bastón marcando el ritmo de sus torpes pasos. Andrè, su hermano pequeño, estaba acostumbrado a quedarse solo en casa en la noche, pero eso no quería decir que le gustase ni a él ni a Jeremy.
Sin embargo, algo inusual llamó la atención del pianista. Una chica joven, de no más de 18 años, se encontraba parada frente a la puerta de una taberna. Un hombre discutía con ella desde la puerta y no pudo evitar escuchar lo que decía:
-¡Ya te lo he dicho! ¡No vas a pasar por esta puerta hasta que pagues tu deuda! ¡Ya puede estar el cielo cayéndose sobre nuestras cabezas!
¿Cómo podía decir algo así? ¿Iba a dejar a una mujer en la calle, sin más? Jeremy no era ningún héroe de último minuto, pero saber que la chica estaba bien le levantaría un peso de encima.
-¿Se encuentra bien, señorita?-preguntó, refugiándose bajo la cubierta del edificio donde ella se encontraba.- ¿Vive muy lejos? Si espera aquí puedo pedir a un coche que venga a recogerla.
Acababa de salir de una pequeña función privada en una casa de la baja burguesía, y solo deseaba haber podido salir antes y evitarse la carrera en la lluvia. Sabía que por lo menos podría acortar unos minutos el camino a casa si pasaba a través de un par de callejuelas secundarias, por lo que se desvió en la siguiente esquina, su bastón marcando el ritmo de sus torpes pasos. Andrè, su hermano pequeño, estaba acostumbrado a quedarse solo en casa en la noche, pero eso no quería decir que le gustase ni a él ni a Jeremy.
Sin embargo, algo inusual llamó la atención del pianista. Una chica joven, de no más de 18 años, se encontraba parada frente a la puerta de una taberna. Un hombre discutía con ella desde la puerta y no pudo evitar escuchar lo que decía:
-¡Ya te lo he dicho! ¡No vas a pasar por esta puerta hasta que pagues tu deuda! ¡Ya puede estar el cielo cayéndose sobre nuestras cabezas!
¿Cómo podía decir algo así? ¿Iba a dejar a una mujer en la calle, sin más? Jeremy no era ningún héroe de último minuto, pero saber que la chica estaba bien le levantaría un peso de encima.
-¿Se encuentra bien, señorita?-preguntó, refugiándose bajo la cubierta del edificio donde ella se encontraba.- ¿Vive muy lejos? Si espera aquí puedo pedir a un coche que venga a recogerla.
Jeremy Legrand- Humano Clase Media
- Mensajes : 103
Fecha de inscripción : 12/05/2018
Re: Fausse innocence [privado]
La vampiresa se cruzaba de brazos mientras miraba de fulminante manera al tabernero, que la gritaba negandole la entrada, por la maldita deuda que a la vampiresa más era un problema de actitud de la platina que mostraba su ego y sus caprichos, ese mortal debería regalarla todo el licor que ella decidiera, es encantadora, o esa es la propia imagen que tiene la joven de concepto de si misma, le miraba enarcando una ceja escuchandole berrear como un energumeno, mientras su mirada lo que ocultaba era si usar el daño mental hasta que sangre por oido y nariz o simplemente dejarle creer su propio poder y cuando saliera de trabajar y que las calles se vaciaran, entonces sería el momento idoneo para lanzarse sobre él y romper la piel que impedía que esa sangre fuera a su boca, asi que solo puso os ojos en blanco mientras el hombre gritaba antes de girarse y darla con la puerta en las narices mientras la chica se cruzaba de brazos mientras planeaba como tomar represalias contra el hombre de tan grosero comportamiento.
De hecho el estar sumida en sus pensamientos hizo que se girara a mirar quien era el que la hablaba, ella miró de arriba a abajo, sorprendiendole que se preocuparan por ella, no tenía esa costumbre de que un desconocido se preocupara por su estado, generalmente el mal pensar era que quisiera decir algo a la joven, Arikel ladeó la cabeza observarndole antes de dibujar una muy discreta sonrisa sin mostrar sus colmillos al hombre que se ofreció para que la llevaran a casa y negó con la cabeza. -Oh, vaya que amable eres, no como ese grosero de modales de simio, pero es usted todo un caballero.- Comentó mientras seguía con su mirada fija en él, se centra en el sonido de su pulso, como bombeaba su corazón, el aroma a sangre que le dilataba las pupilas dandole otro tipo de idea a la albina vikinga.
Entonces se le encendió la bombilla a la vampiresa mientras ladeaba la cabeza y jugó con un mechon de su pelo platino, quizá pudiera convencer a ese hombre para que le diera algo más de diversión que pudiera aprovechar. -Aqui esta claro que no me van a atender, en realidad se que es tarde pero no quiero volver a casa aun, me gustaría divertirme un poco, me tiro mucho tiempo estudiando los modales que requiere a una dama.- Comentó dando a entender que era de buena familia, de hecho sus ropas de la moda londinense parecía que tenía mas nivel social del que realmente tenía, pero eso era gracia a los vampiros con los que convivía, que vestian elegantemente a la joven, ella se acercó y tocó con descaro el brazo del joven. -Podría usted guiarme para encontrar algo de diversión y acompañarme a tomar algo ¿le parece?.- Preguntó y le cogío un poco por el brazo sonriendo.- por favor...- Sonrié con fingida inocencia.
De hecho el estar sumida en sus pensamientos hizo que se girara a mirar quien era el que la hablaba, ella miró de arriba a abajo, sorprendiendole que se preocuparan por ella, no tenía esa costumbre de que un desconocido se preocupara por su estado, generalmente el mal pensar era que quisiera decir algo a la joven, Arikel ladeó la cabeza observarndole antes de dibujar una muy discreta sonrisa sin mostrar sus colmillos al hombre que se ofreció para que la llevaran a casa y negó con la cabeza. -Oh, vaya que amable eres, no como ese grosero de modales de simio, pero es usted todo un caballero.- Comentó mientras seguía con su mirada fija en él, se centra en el sonido de su pulso, como bombeaba su corazón, el aroma a sangre que le dilataba las pupilas dandole otro tipo de idea a la albina vikinga.
Entonces se le encendió la bombilla a la vampiresa mientras ladeaba la cabeza y jugó con un mechon de su pelo platino, quizá pudiera convencer a ese hombre para que le diera algo más de diversión que pudiera aprovechar. -Aqui esta claro que no me van a atender, en realidad se que es tarde pero no quiero volver a casa aun, me gustaría divertirme un poco, me tiro mucho tiempo estudiando los modales que requiere a una dama.- Comentó dando a entender que era de buena familia, de hecho sus ropas de la moda londinense parecía que tenía mas nivel social del que realmente tenía, pero eso era gracia a los vampiros con los que convivía, que vestian elegantemente a la joven, ella se acercó y tocó con descaro el brazo del joven. -Podría usted guiarme para encontrar algo de diversión y acompañarme a tomar algo ¿le parece?.- Preguntó y le cogío un poco por el brazo sonriendo.- por favor...- Sonrié con fingida inocencia.
Arikel Voerman- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 15/11/2017
Re: Fausse innocence [privado]
-Bueno, yo...-se encogió de hombros, claramente modesto, quitándose cualquier mérito que ella quisiera darle.- A nadie le sienta mal ser un poco amable de vez en cuando.
El escrutinio al que le sometió no pudo evitar hacerle sentir incómodo, desviando su propia mirada y temiéndose que la joven le hubiera malinterpretado de alguna manera. Pasó una mano por su oscuro cabello empapado, abochornado al comprender que probablemente debería tener una pinta terrible. Se puso en los zapatos de la joven: un completo desconocido hecho unos zorros llega para meter las narices en asuntos que no son de su incumbencia, pregunta si vive cerca y se ofrece a pedir un coche para ella. Bajo otras circunstancias podría pasar por caballerosidad y amabilidad, pero puede que ella lo hubiera malentendido por otra cosa y el mero hecho de pensar en esa posibilidad le dejaba un incómodo nudo en la garganta.
Sus alarmas se dispararon cuando ella le tomó del brazo, haciendo que su rostro se colorease del bochorno. Era demasiado educado como para apartarse una vez que ella ya le había agarrado, pero estaba totalmente tenso y no era precisamente un experto en esconder lo incómoda que la situación le resultaba. ¿Qué pensaría cualquiera que le viera con una desconocida agarrada así? Se escandalizó internamente, su corazón saltándose un par de latidos, cuando barajó la posibilidad de que se tratara de una señorita de la noche. Ni se le ocurriría sugerirlo, perfectamente podría equivocarse y lo embarazoso de la situación ya no tendría arreglo. ¿Pensaría ella que estaba intentando...? Oh Dios... ¡Oh Dios!
-Puedo...-carraspeó, mirando a ambos lados de la calle. Pese a su actitud reacia, algo le obligaba a prestarla atención, a preocuparse por ella, un extraño e inexplicable magnetismo que nada tenía que ver con un deseo carnal, como si una fuerza invisible le empujara a entregarle su atención.- Puedo acompañarla hasta un lugar donde sepan tratar a una señorita, pero...-quedó un momento buscando las palabras, su brazo temblando levemente, aferrándose a su bastón para disimular.- Me temo que, aunque desde luego sería un placer, me es imposible compartir una bebida con usted, es tarde y me esperan en casa.
El escrutinio al que le sometió no pudo evitar hacerle sentir incómodo, desviando su propia mirada y temiéndose que la joven le hubiera malinterpretado de alguna manera. Pasó una mano por su oscuro cabello empapado, abochornado al comprender que probablemente debería tener una pinta terrible. Se puso en los zapatos de la joven: un completo desconocido hecho unos zorros llega para meter las narices en asuntos que no son de su incumbencia, pregunta si vive cerca y se ofrece a pedir un coche para ella. Bajo otras circunstancias podría pasar por caballerosidad y amabilidad, pero puede que ella lo hubiera malentendido por otra cosa y el mero hecho de pensar en esa posibilidad le dejaba un incómodo nudo en la garganta.
Sus alarmas se dispararon cuando ella le tomó del brazo, haciendo que su rostro se colorease del bochorno. Era demasiado educado como para apartarse una vez que ella ya le había agarrado, pero estaba totalmente tenso y no era precisamente un experto en esconder lo incómoda que la situación le resultaba. ¿Qué pensaría cualquiera que le viera con una desconocida agarrada así? Se escandalizó internamente, su corazón saltándose un par de latidos, cuando barajó la posibilidad de que se tratara de una señorita de la noche. Ni se le ocurriría sugerirlo, perfectamente podría equivocarse y lo embarazoso de la situación ya no tendría arreglo. ¿Pensaría ella que estaba intentando...? Oh Dios... ¡Oh Dios!
-Puedo...-carraspeó, mirando a ambos lados de la calle. Pese a su actitud reacia, algo le obligaba a prestarla atención, a preocuparse por ella, un extraño e inexplicable magnetismo que nada tenía que ver con un deseo carnal, como si una fuerza invisible le empujara a entregarle su atención.- Puedo acompañarla hasta un lugar donde sepan tratar a una señorita, pero...-quedó un momento buscando las palabras, su brazo temblando levemente, aferrándose a su bastón para disimular.- Me temo que, aunque desde luego sería un placer, me es imposible compartir una bebida con usted, es tarde y me esperan en casa.
Jeremy Legrand- Humano Clase Media
- Mensajes : 103
Fecha de inscripción : 12/05/2018
Re: Fausse innocence [privado]
Las primeras palabras del joven se le antojarón algo extrañas, unas palabras que escondián quizá un poco de falta de practica social a la hora de comunicarse con alguien. -La amabilidad es un bien escaso en muchas ocasiones, generalmente con sentimientos ocultos.- Dijo la albina mientras se quedaba pensativa, casi parecía más hablar para si misma que para hablar con ese caballero que había aparecido cuando a ella la estaban dando gritos por puros caprichos de la propia vampiresa, finalmente volvió a fijar su azul celeste mirada en los orbes ajenos.
La vampiresa notó enseguida por lo nervioso que se puso el joven pudo adivinar que no estaba acostumbrado a ese tipo de confianzas que en tantas otras veces había tenído buenos resultados, pues su aspecto solia provocar que el contrario se volviera más descuidado, pues siempre pensaban que podían con ella o algun tipo de aprovechamiento, el lobo tenía uno de los mejores disfraces de cordero en esta ocasión menos para ese joven al parece, puesto parece ser que la proximidad o la confianza que intentaba trasmtir la joven no tenía tan buen efecto como le había gustado, sin duda le ponía muy nervioso, y eso lo podía ver con facilidad, sin que el hombre la viera Arikel frunció el ceño mirandole y soltandole repentinamente como si le diera calambre prolongar el tiempo que le tocaba.
Le observó con el semblante ahora más serio que antes, mientras entrelazaba las manos a su espalda y ladeaba la cabeza. -Igual que la amabilidad escasea veo que a ti te falta practica en otras cosas.- Dijo con un tono ahora más frio, mientras meditaba internamente el juego que iba a practicar para cazar al que estaba seleccionando como una nueva presa y como procedería para seguramente volver la noche más agradable para ella, por lo propiamente nervioso que se ha puesto con el propio contacto previo algo le dice que aterrarle sería totalmente pan comido.
Sacudió la cabeza con cierto disgusto mientras seguía con el semblante serio observandole, mientras ladea la cabeza y sin que el joven se percatase la albina paaba la lengua por los colmillos como si quisiera comprobar lo afilados que estos estaban. -No te confundas, no soy una señorita que vende su cuerpo por dinero, era mi forma de expresar alegria, pero aunque tienes más años que yo pareces que te ponen más restriciones que mi padre.- Mintió, aunque no del todo, ciertamente la vampiresa estaba bajo la vigia de otros vampiros, que eran quienes daban la ordenes directas, pero ella estaba comoda con ese trato, era lo má parecido a tener una familia. Emitió un gruñido de molestia. -Intentaba ser amable invitandole a ir a tomar algo...por agradecimiento, pero usted no parece mucho más amable que ese mastodonte- Señaló la taberna, y gruñe cruzandose de brazos mientras niega con la cabeza.
La vampiresa notó enseguida por lo nervioso que se puso el joven pudo adivinar que no estaba acostumbrado a ese tipo de confianzas que en tantas otras veces había tenído buenos resultados, pues su aspecto solia provocar que el contrario se volviera más descuidado, pues siempre pensaban que podían con ella o algun tipo de aprovechamiento, el lobo tenía uno de los mejores disfraces de cordero en esta ocasión menos para ese joven al parece, puesto parece ser que la proximidad o la confianza que intentaba trasmtir la joven no tenía tan buen efecto como le había gustado, sin duda le ponía muy nervioso, y eso lo podía ver con facilidad, sin que el hombre la viera Arikel frunció el ceño mirandole y soltandole repentinamente como si le diera calambre prolongar el tiempo que le tocaba.
Le observó con el semblante ahora más serio que antes, mientras entrelazaba las manos a su espalda y ladeaba la cabeza. -Igual que la amabilidad escasea veo que a ti te falta practica en otras cosas.- Dijo con un tono ahora más frio, mientras meditaba internamente el juego que iba a practicar para cazar al que estaba seleccionando como una nueva presa y como procedería para seguramente volver la noche más agradable para ella, por lo propiamente nervioso que se ha puesto con el propio contacto previo algo le dice que aterrarle sería totalmente pan comido.
Sacudió la cabeza con cierto disgusto mientras seguía con el semblante serio observandole, mientras ladea la cabeza y sin que el joven se percatase la albina paaba la lengua por los colmillos como si quisiera comprobar lo afilados que estos estaban. -No te confundas, no soy una señorita que vende su cuerpo por dinero, era mi forma de expresar alegria, pero aunque tienes más años que yo pareces que te ponen más restriciones que mi padre.- Mintió, aunque no del todo, ciertamente la vampiresa estaba bajo la vigia de otros vampiros, que eran quienes daban la ordenes directas, pero ella estaba comoda con ese trato, era lo má parecido a tener una familia. Emitió un gruñido de molestia. -Intentaba ser amable invitandole a ir a tomar algo...por agradecimiento, pero usted no parece mucho más amable que ese mastodonte- Señaló la taberna, y gruñe cruzandose de brazos mientras niega con la cabeza.
Arikel Voerman- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 15/11/2017
Re: Fausse innocence [privado]
-¿P-perdón?
La insinuación de la joven le pilló completamente desprevenido y no pudo ocultar su confusión por la situación que se había creado en cuestión de meros minutos. Sus siguientes palabras solo le descolocaron aún más, era como si la chica supiera lo que estaba pensando, como si leyera su mente como un libro abierto. Una parte de él le decía que debía marcharse, seguir su camino, que algo no estaba del todo bien. Peor la otra, mucho más enraizada en él, le decía que se quedara, que aquella chica probablemente había pasado por un mal día y que necesitaba alguien con quien hablar en aquellos difíciles momentos. Una mujer sola, en la calle, buscando entrar a una taberna... desde luego no era una visión muy común en aquella sociedad.
-Créame cuando le aseguro que la última de mis intenciones era que se sintiera insultada.-dijo con sinceridad, acercándose un poco a ella cuando ladeó su cabeza.- Mis más sinceras disculpas si he hecho que se sienta incómoda.
Sacó su reloj de bolsillo, observando la hora que indicaban las manecillas. Supuso que podía cederle algo de su tiempo a la joven, después de todo. No demasiado, pero tal vez el suficiente como para enmendar su error.
-Mi nombre es Jeremy Legrand.-se presentó, aunque no era una visión precisamente inspiradora, estando calado hasta los huesos, el pelo revuelto y... todo lo demás.- ¿Qué le parece si, mientras caminamos, me dice quién es y cómo se ha visto envuelta en esta situación? ¡Ah...!-percatándose de la situación, se quitó su chaqueta para ofrecerse a cubrir a la joven de la lluvia. Él no podía empaparse más, y después de todo era lo correcto.- Tendremos que caminar un poco, conozco un lugar no muy lejos... si me permite acompañarla después de todo.
La insinuación de la joven le pilló completamente desprevenido y no pudo ocultar su confusión por la situación que se había creado en cuestión de meros minutos. Sus siguientes palabras solo le descolocaron aún más, era como si la chica supiera lo que estaba pensando, como si leyera su mente como un libro abierto. Una parte de él le decía que debía marcharse, seguir su camino, que algo no estaba del todo bien. Peor la otra, mucho más enraizada en él, le decía que se quedara, que aquella chica probablemente había pasado por un mal día y que necesitaba alguien con quien hablar en aquellos difíciles momentos. Una mujer sola, en la calle, buscando entrar a una taberna... desde luego no era una visión muy común en aquella sociedad.
-Créame cuando le aseguro que la última de mis intenciones era que se sintiera insultada.-dijo con sinceridad, acercándose un poco a ella cuando ladeó su cabeza.- Mis más sinceras disculpas si he hecho que se sienta incómoda.
Sacó su reloj de bolsillo, observando la hora que indicaban las manecillas. Supuso que podía cederle algo de su tiempo a la joven, después de todo. No demasiado, pero tal vez el suficiente como para enmendar su error.
-Mi nombre es Jeremy Legrand.-se presentó, aunque no era una visión precisamente inspiradora, estando calado hasta los huesos, el pelo revuelto y... todo lo demás.- ¿Qué le parece si, mientras caminamos, me dice quién es y cómo se ha visto envuelta en esta situación? ¡Ah...!-percatándose de la situación, se quitó su chaqueta para ofrecerse a cubrir a la joven de la lluvia. Él no podía empaparse más, y después de todo era lo correcto.- Tendremos que caminar un poco, conozco un lugar no muy lejos... si me permite acompañarla después de todo.
Jeremy Legrand- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 12/05/2018
Re: Fausse innocence [privado]
Parecia que el hombre que tenía ante ella era un autentico manojo de nervios, que le ponía nervioso la joven, eso era algo que no se había encontrado hasta ahora, Arikel le observa fijamente, va a tener que andarse de puntillas si tiene intención de cazarlo, el juego se le torna más caprichoso y divertido por momentos, mientras le observa con cierto recelo, suspiró hondo y levanto una mano. -Vale no ha pasado nada, es solo que los hombres tendeís a mal interpretarnos, no te inquiete eso.- Aseguró Arikel, quizá no tan sinceremante, pero si de manera realmente convincente, su pensamiento se centraba en el latido de su corazón, se relamía de solo pensar en él, suspiró escuchando como el corazón del joven parecía desbocarse totalmente, si que era facil alterarle, mientras pensaba con torcer las cosas.
Miró alrededor, con la lluvia había muy poca gente en la calle. Eso daba muchas más posibilidades de una buena caza, el hombre miraba su reloj de bolsillo decidiendo regalar algo de tiempo a la joven a lo que ella recibió esa noticia con una sonrisa que no terminaba de ensanchar del todo, los demas no tenían por que ver sus afilados colmillos, y las presas menos que nadie.
El joven se presentó e hizo algo que descolocó a la vampiresa cuando la cubrió con su chaqueta para que ella no se mojara tanto. Sin dudo fue un gesto encantador por parte del joven en eso la vampiresa no lo podía negar, mientras le sonrió e inclino la cabeza. -Soy Arikel Voerman, un placer.- Respondió la vikinga mientras ladeaba la sonrisa sin pronunciarla nunca del todo, siempre dejando ahí el apenas asomar de sus perlados dientes, no quería que el joven viera esos comillos que eran como agujas. -La situación es un simple mal entendido por falta de caballerosidad, cuando vengo con mi padre siempre invita, pero si vengo sola y pido algo yo, en fin...una trifulca, ya veras cuando se lo cuente a mi padre, se le va a pasar esto.- Amenazó la joven mientras se dejaba guiar.
-¿Hay chocolate caliente? con este tiempo es lo que más apetece.- Aun recuerda lo que es estar viva, y lo que gusta estar en un sitio donde te sirvan algo caliente y humeante, mientras dan el paseo bajo la lluvia le observa con cierto interes. -¿Y a que se dedica?- Preguntó por el placer de conversar para hacer más ameno el viaje.
Miró alrededor, con la lluvia había muy poca gente en la calle. Eso daba muchas más posibilidades de una buena caza, el hombre miraba su reloj de bolsillo decidiendo regalar algo de tiempo a la joven a lo que ella recibió esa noticia con una sonrisa que no terminaba de ensanchar del todo, los demas no tenían por que ver sus afilados colmillos, y las presas menos que nadie.
El joven se presentó e hizo algo que descolocó a la vampiresa cuando la cubrió con su chaqueta para que ella no se mojara tanto. Sin dudo fue un gesto encantador por parte del joven en eso la vampiresa no lo podía negar, mientras le sonrió e inclino la cabeza. -Soy Arikel Voerman, un placer.- Respondió la vikinga mientras ladeaba la sonrisa sin pronunciarla nunca del todo, siempre dejando ahí el apenas asomar de sus perlados dientes, no quería que el joven viera esos comillos que eran como agujas. -La situación es un simple mal entendido por falta de caballerosidad, cuando vengo con mi padre siempre invita, pero si vengo sola y pido algo yo, en fin...una trifulca, ya veras cuando se lo cuente a mi padre, se le va a pasar esto.- Amenazó la joven mientras se dejaba guiar.
-¿Hay chocolate caliente? con este tiempo es lo que más apetece.- Aun recuerda lo que es estar viva, y lo que gusta estar en un sitio donde te sirvan algo caliente y humeante, mientras dan el paseo bajo la lluvia le observa con cierto interes. -¿Y a que se dedica?- Preguntó por el placer de conversar para hacer más ameno el viaje.
Arikel Voerman- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 15/11/2017
Re: Fausse innocence [privado]
-¿Voerman?-preguntó curioso mientras comenzaban a caminar, entregando finalmente la chaqueta a la joven y ayudándose de su bastón.- Suena alemán o, al menos, más norteño que París, ¿de dónde es? Si... si me permite la curiosidad, desde luego.
Se esforzó por ocultar que estaba temblando del frío, calado hasta los huesos y todavía con más agua bañándole por completo. Sus zapatos comenzaban a parecerse más a barcas hundidas, haciendo un característico sonido a cada torpe paso, sus ropas pegadas contra su piel como incómoda sensación omnipresente en su todo cuerpo.
-Siento que haya tenido que pasar por eso.-alzó un momento su mano para apartar su empapado pelo de su rostro con la muñeca, la lluvia chorreando por su rostro y obligándole a entrecerrar los ojos.- No es mi intención meterme en sus asuntos, y mucho menos decirle qué debe hacer, pero... no creo que deba volver a ese lugar tan desagradable.
Continuó caminando, tratando de recordar el camino, pues la insistente lluvia obstaculizaba su visión. No estaban lejos, y ahora que la joven mencionaba el chocolate caliente... la verdad, el propio Jeremy no le haría ascos a uno antes de volver a encaminarse a casa.
-Puede que no sea el mejor de París, pero sí, sirven un chocolate caliente con pastas perfecto para devolverle el calor a uno. No se preocupe, no está muy lejos. ¿Está bien? Siento no traer un paraguas conmigo, pero ni siquiera pensé en que podría ponerse a llover así cuando salí de casa.
Se sentía mal por no poder ofrecerla más que una chaqueta encharcada, más aún después del terrible malentendido, pero además de llevarla a una cafetería más agradable, más no podía hacer por ella.
-P-p-pianista, señorita Voerman.-respondió ante su pregunta, sin poder evitar estremecerse por el frío.- Justamente salía de un trabajo cuando la encontré.
No se le ocurrió preguntarle a qué se dedicaba ella, ya que las mujeres no trabajaban a menos que perteneciera a la clase baja. El simple hecho de preguntar algo así supondría una terrible falta de respeto, incluso aunque fuera ese el caso. De hecho, no se le ocurrió qué más decir, poniendo en evidencia su falta de experiencia en el terreno social.
Se esforzó por ocultar que estaba temblando del frío, calado hasta los huesos y todavía con más agua bañándole por completo. Sus zapatos comenzaban a parecerse más a barcas hundidas, haciendo un característico sonido a cada torpe paso, sus ropas pegadas contra su piel como incómoda sensación omnipresente en su todo cuerpo.
-Siento que haya tenido que pasar por eso.-alzó un momento su mano para apartar su empapado pelo de su rostro con la muñeca, la lluvia chorreando por su rostro y obligándole a entrecerrar los ojos.- No es mi intención meterme en sus asuntos, y mucho menos decirle qué debe hacer, pero... no creo que deba volver a ese lugar tan desagradable.
Continuó caminando, tratando de recordar el camino, pues la insistente lluvia obstaculizaba su visión. No estaban lejos, y ahora que la joven mencionaba el chocolate caliente... la verdad, el propio Jeremy no le haría ascos a uno antes de volver a encaminarse a casa.
-Puede que no sea el mejor de París, pero sí, sirven un chocolate caliente con pastas perfecto para devolverle el calor a uno. No se preocupe, no está muy lejos. ¿Está bien? Siento no traer un paraguas conmigo, pero ni siquiera pensé en que podría ponerse a llover así cuando salí de casa.
Se sentía mal por no poder ofrecerla más que una chaqueta encharcada, más aún después del terrible malentendido, pero además de llevarla a una cafetería más agradable, más no podía hacer por ella.
-P-p-pianista, señorita Voerman.-respondió ante su pregunta, sin poder evitar estremecerse por el frío.- Justamente salía de un trabajo cuando la encontré.
No se le ocurrió preguntarle a qué se dedicaba ella, ya que las mujeres no trabajaban a menos que perteneciera a la clase baja. El simple hecho de preguntar algo así supondría una terrible falta de respeto, incluso aunque fuera ese el caso. De hecho, no se le ocurrió qué más decir, poniendo en evidencia su falta de experiencia en el terreno social.
Jeremy Legrand- Humano Clase Media
- Mensajes : 103
Fecha de inscripción : 12/05/2018
Re: Fausse innocence [privado]
La joven alzó una ceja observando al hombre, sin duda era avispado en cuanto adivinación de la nacionalidad, eso provocó una sonrisa de medio lado en la vampiresa que le miró y asintió con la cabeza. -Veo que eres todo un estudioso, si, soy del norte, concretamente de noruega.- Afirmó con tono amable la joven, que observó en el latido de su corazón contrayendo los vasos sanguinios en una clara disposición a que el joven se estaba congelando, e incluso la vampiresa Arikel estaba empezando a sentir cierta ternura por aquel joven, que parecía que era todo corazón cuanto menos. Le estaba empezando a meditar que si lo cazaba Jeremy no merecía morir, pensaba seriamente en dejarlo con vida, despues de las molestias que estaba teniendo por cumplir los caprichos que exigía la joven vampiresa, que no dejaba de comportarse como en una adolescente caprichosa que estaba consiguiendo todo lo que pedía siendo asi una malcriada.
-Vaya, quizá tenga razón, pero igualmente tendré que arreglar esto antes de que se entere mi padre ahora que lo pienso bien, mejor evitar problemas.- Aseguró Arikel mientras desviaba la mirada notablemente pensativa, si, mejor no dar motivos al vampiro jefe a que se enojase con ella, pues ella en esa si que saldría perdiendo se mirase por donde se mirase en definitiva.
Sonrió cuando escuchó que el joven tenía don con la musica, eso hizo que Arikel enarcase la ceja paseando por sus recuerdos, ella tocando para su amigo licántropo, eso le dibujó cierta sonrisilla nostalgica, mientras volvió a mirar a Jeremy. -Vaya, tendré que ir a verlo, yo tocó el violín, bueno y el chelo, se me dan bien los instrumentos de cuerda en realidad, quizá algún día tenga a bien hacer un dueto si tiene tiempo.-Sonrió y derrepente se frenó mirandole como estaba empapuzado de agua y temblando de tremenda manera, la joven se deshizo de la chaqueta y fue ella quien le cubrió mientras le miraba. -Soy noruega, esta temperatura para mi es una broma.- Sonrió ampliamente y le tomó de la mano tirando de él para apresurarse llegando al sitió que había indicado entrando los dos chorreando.
Arikel usó la manipulación digna de un vampiro para conseguir un buen sitió frente a la chimenea del local, dejando que Jeremy se pusiera mucho más cerca del fuego para que entrase en calor, mientras ella se hacía habilidosamente una trenza para que su pelo no quedase feo al estar mojado. -Un chocolate caliente y la chimenea te dejara como nuevo, yo también pediré uno.- Aseguró, su sangre estaría deliciosa tras tomar el chocolate, más omitió una mirada depredadora mirando las llamas de la chimenea. -¿Vives muy lejos? espero que no le esté robando más tiempo del debido, quería divertirme, pero llueve mucho como para haber ido a la feria a comer algodón de azucar y montar en la noria, pero espero que el proximo día haya mejor noche.- Dijo mostrando las preocupaciones que serían propias de una chica de su edad, más le observó.- ¿Tu como te diviertes?
-Vaya, quizá tenga razón, pero igualmente tendré que arreglar esto antes de que se entere mi padre ahora que lo pienso bien, mejor evitar problemas.- Aseguró Arikel mientras desviaba la mirada notablemente pensativa, si, mejor no dar motivos al vampiro jefe a que se enojase con ella, pues ella en esa si que saldría perdiendo se mirase por donde se mirase en definitiva.
Sonrió cuando escuchó que el joven tenía don con la musica, eso hizo que Arikel enarcase la ceja paseando por sus recuerdos, ella tocando para su amigo licántropo, eso le dibujó cierta sonrisilla nostalgica, mientras volvió a mirar a Jeremy. -Vaya, tendré que ir a verlo, yo tocó el violín, bueno y el chelo, se me dan bien los instrumentos de cuerda en realidad, quizá algún día tenga a bien hacer un dueto si tiene tiempo.-Sonrió y derrepente se frenó mirandole como estaba empapuzado de agua y temblando de tremenda manera, la joven se deshizo de la chaqueta y fue ella quien le cubrió mientras le miraba. -Soy noruega, esta temperatura para mi es una broma.- Sonrió ampliamente y le tomó de la mano tirando de él para apresurarse llegando al sitió que había indicado entrando los dos chorreando.
Arikel usó la manipulación digna de un vampiro para conseguir un buen sitió frente a la chimenea del local, dejando que Jeremy se pusiera mucho más cerca del fuego para que entrase en calor, mientras ella se hacía habilidosamente una trenza para que su pelo no quedase feo al estar mojado. -Un chocolate caliente y la chimenea te dejara como nuevo, yo también pediré uno.- Aseguró, su sangre estaría deliciosa tras tomar el chocolate, más omitió una mirada depredadora mirando las llamas de la chimenea. -¿Vives muy lejos? espero que no le esté robando más tiempo del debido, quería divertirme, pero llueve mucho como para haber ido a la feria a comer algodón de azucar y montar en la noria, pero espero que el proximo día haya mejor noche.- Dijo mostrando las preocupaciones que serían propias de una chica de su edad, más le observó.- ¿Tu como te diviertes?
Arikel Voerman- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 15/11/2017
Re: Fausse innocence [privado]
-¿En serio? Ya decía yo que tenía manos de violinista.-sonrió ante la revelación de su habilidad con el violín.- Desde luego, sería un placer tocar con usted. Quizás algún día.
No pudo negarse ante la devolución de su chaqueta, pese a que lo intentó. Ella parecía convencida, y él... bueno, era obvio que no estaba precisamente acostumbrado al frío.
Éste se disipó en cuanto entraron a la cálida cafetería, sentándose cerca del fuego de la chimenea encendida. Pidió dos chocolates calientes que no tardaron en llegar e insistió en invitarla. No pudo evitar fijarse, pese a todo, en que ella evitaba mirarle, desviando su mirada hacia las llamas. Él se mostró inquieto por este hecho, pensando que algo que había dicho o hecho la había incomodado de algún modo, o tal vez era él, en general; un pensamiento nada disparatado, puesto que ya había tenido ese tipo de experiencias más veces de las que le gustaría.
-¿Di-divertirme? Bueno yo...-la pregunta le pilló desprevenido, y no supo qué responder para no parecer raro o aburrido, desviando brevemente la vista a su taza de chocolate caliente, aferrándola con ambas manos.- Soy de gustos más tranquilos.-resumió con una sonrisa.- Aunque en alguna ocasión he llevado a mi hermano pequeño a la feria. Siempre me arranca una sonrisa, corriendo de arriba a abajo y.... bueno, poco más. Me temo que soy un hombre ocupado.
Se encogió de hombros, resignándose a decepcionar a su compañía. ¿Qué podía contestar para que ella no se riera de él o le tomara por un fracasado? No tenía amigos, no tenía a nadie con quien salir a divertirse y por tanto sus momentos de "diversión" podían resumirse a actividades mucho más solitarias y, para muchos, extrañas o aburridas. Bebió de su taza, siendo él esta vez quien evitaba la mirada de la joven.
-Siéndole sincero, señorita Voerman, debo marcharme ya, mi hermano debe estar esperándome, y no quiero que se preocupe.-se puso en pie, recuperando su bastón.- Ha sido un verdadero placer conocerla, aquí la tratarán bien hasta que pase la tormenta. ¿Puedo hacer algo más por usted antes de despedirme?
No pudo negarse ante la devolución de su chaqueta, pese a que lo intentó. Ella parecía convencida, y él... bueno, era obvio que no estaba precisamente acostumbrado al frío.
Éste se disipó en cuanto entraron a la cálida cafetería, sentándose cerca del fuego de la chimenea encendida. Pidió dos chocolates calientes que no tardaron en llegar e insistió en invitarla. No pudo evitar fijarse, pese a todo, en que ella evitaba mirarle, desviando su mirada hacia las llamas. Él se mostró inquieto por este hecho, pensando que algo que había dicho o hecho la había incomodado de algún modo, o tal vez era él, en general; un pensamiento nada disparatado, puesto que ya había tenido ese tipo de experiencias más veces de las que le gustaría.
-¿Di-divertirme? Bueno yo...-la pregunta le pilló desprevenido, y no supo qué responder para no parecer raro o aburrido, desviando brevemente la vista a su taza de chocolate caliente, aferrándola con ambas manos.- Soy de gustos más tranquilos.-resumió con una sonrisa.- Aunque en alguna ocasión he llevado a mi hermano pequeño a la feria. Siempre me arranca una sonrisa, corriendo de arriba a abajo y.... bueno, poco más. Me temo que soy un hombre ocupado.
Se encogió de hombros, resignándose a decepcionar a su compañía. ¿Qué podía contestar para que ella no se riera de él o le tomara por un fracasado? No tenía amigos, no tenía a nadie con quien salir a divertirse y por tanto sus momentos de "diversión" podían resumirse a actividades mucho más solitarias y, para muchos, extrañas o aburridas. Bebió de su taza, siendo él esta vez quien evitaba la mirada de la joven.
-Siéndole sincero, señorita Voerman, debo marcharme ya, mi hermano debe estar esperándome, y no quiero que se preocupe.-se puso en pie, recuperando su bastón.- Ha sido un verdadero placer conocerla, aquí la tratarán bien hasta que pase la tormenta. ¿Puedo hacer algo más por usted antes de despedirme?
Jeremy Legrand- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 12/05/2018
Re: Fausse innocence [privado]
La vampiresa observaba al joven que tenía frente a ella, al parecer entrando finalmente en calor gracias a la chimenea, se tomaba el chocolate caliente que habían pedido, Arikel lo bebia aunque el sabor apenas se comparaba con el de la sangre, el chocolate para ella casi rozaba lo puramente insipido. Deslizó su visión a la del joven que se seguía mostrando como nervioso y temeroso, recordandole a un cachorro asustadizo que parecía temer de su propia sombra.
Enarcó la ceja cuando consiguió que el joven empezara a hablar un poco de si mismo, al menos aunque fuera para decir las cosas que le divertían. Aunque fue escesivamente escueto, respuestas cortas y notando una y otra vez lo ocupado que era, lo que hizo que la albina ladease la cabeza observandole, mientras entrecerraba los ojos dando un sorbito más a la taza limpiandose los resquicios de chocolate de sus labios con la lengua. Seguía con esa actitud timida, retraida, y esquiva, como si la temiera, y eso era algo que a la platina jamás le había ocurrido, generalmente no le tomaban enserio por su aspecto adolescente que presentaba la joven vampiresa que empujaba a otros a creerse mucho más fuertes que ella.
Más observó como parecía que el asiento le diera calambre ya se estaba despidiendo, deseaba marcharse, lo notaba la platina, asi que simplemente mantuvo el semblante serio, y le observo. -Está bien, ha sido un placer, nos veremos muy pronto.- El tono de la joven fue algo tetrico, pero siguió sentada bebiendose muy lentamente el chocolato, dejando que el joven se fuera, con esa tormenta lo más factible era que atajara por callejones para llegar antes, asi que se acabó el chocolate apenas 5 minutos despues de que el joven miedoso se fuera, seguir su rastro fue sumamente facil, apretó el paso para interceptarle en uno de los callejones que no estaban transitado. -Los atajos no son siempre buena idea.- Dijo Arikel a la espalda del joven, importandole poco empaparse, mientras le observaba, acercandose a él con paso lento, mientras ladeaba la cabeza mirandole con hambre.
Se paró delante de él sonriendo esta vez de manera amplia. -Eres bastante receloso y miedoso, realmente eso está bien, pero me gusta el aroma a miedo en realidad.- Se rió con malicia, y entonces fue cuando solo por diversión cambió sus celestes ojos a color rojo rubí brillante, mostrando sus afiladisimos colmillos y emitiendo un bufido sobrenatural, antes de acercarse a velocidad sobrenatural a él, triando del cuello de su camisa y del pelo para que echara la cabeza hacia atras. -Seguro que ahora tu sangre es dulce...tanto...como tú.- Se rie de manera maliciosa antes de darle opción alguna a nada acercaba sus colmillos al cuello del joven que hasta hace poco la había acompañado, disfrutando del aroma a miedo que destilaba el hombre.
Enarcó la ceja cuando consiguió que el joven empezara a hablar un poco de si mismo, al menos aunque fuera para decir las cosas que le divertían. Aunque fue escesivamente escueto, respuestas cortas y notando una y otra vez lo ocupado que era, lo que hizo que la albina ladease la cabeza observandole, mientras entrecerraba los ojos dando un sorbito más a la taza limpiandose los resquicios de chocolate de sus labios con la lengua. Seguía con esa actitud timida, retraida, y esquiva, como si la temiera, y eso era algo que a la platina jamás le había ocurrido, generalmente no le tomaban enserio por su aspecto adolescente que presentaba la joven vampiresa que empujaba a otros a creerse mucho más fuertes que ella.
Más observó como parecía que el asiento le diera calambre ya se estaba despidiendo, deseaba marcharse, lo notaba la platina, asi que simplemente mantuvo el semblante serio, y le observo. -Está bien, ha sido un placer, nos veremos muy pronto.- El tono de la joven fue algo tetrico, pero siguió sentada bebiendose muy lentamente el chocolato, dejando que el joven se fuera, con esa tormenta lo más factible era que atajara por callejones para llegar antes, asi que se acabó el chocolate apenas 5 minutos despues de que el joven miedoso se fuera, seguir su rastro fue sumamente facil, apretó el paso para interceptarle en uno de los callejones que no estaban transitado. -Los atajos no son siempre buena idea.- Dijo Arikel a la espalda del joven, importandole poco empaparse, mientras le observaba, acercandose a él con paso lento, mientras ladeaba la cabeza mirandole con hambre.
Se paró delante de él sonriendo esta vez de manera amplia. -Eres bastante receloso y miedoso, realmente eso está bien, pero me gusta el aroma a miedo en realidad.- Se rió con malicia, y entonces fue cuando solo por diversión cambió sus celestes ojos a color rojo rubí brillante, mostrando sus afiladisimos colmillos y emitiendo un bufido sobrenatural, antes de acercarse a velocidad sobrenatural a él, triando del cuello de su camisa y del pelo para que echara la cabeza hacia atras. -Seguro que ahora tu sangre es dulce...tanto...como tú.- Se rie de manera maliciosa antes de darle opción alguna a nada acercaba sus colmillos al cuello del joven que hasta hace poco la había acompañado, disfrutando del aroma a miedo que destilaba el hombre.
Arikel Voerman- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 15/11/2017
Re: Fausse innocence [privado]
Todo lo que escuchaba a su alrededor era el sonido de la estrepitosa lluvia, calándole hasta los huesos mientras caminaba por los callejones para volver a la calle principal. Reposaba más peso del habitual en su bastón, pues su pierna se aquejaba especialmente en aquellos días fríos y lluviosos, obligándole a tomarse su tiempo para avanzar. Quizás por todo eso no escuchó los pasos tras de si, acercándose amenazadoramente hacia él. Era una presa fácil, una que, aunque se hubiera percatado del peligro, no habría podido correr muy lejos.
Fue al escuchar esa voz cuando se giró, cubriendo su mirada con una mano para que la lluvia no obstaculizara su visión.
-¿Se-señorita Voerman?
No había logrado interpretar su primera frase, por lo que él también se aproximo a ella, confundido. ¿Por qué estaba sonriendo? ¿Y por qué esa sonrisa le mandaba aquellos escalofríos por toda su columna?
-¿Ha ocurrido algo? ¡Espero que no sea el caso! No... no debería haberla dejado sola, yo...
Algo dentro de él, un instinto primario que los humanos solo sacaban a la luz en situaciones límite, hizo llegar un mensaje alto y claro a su cerebro antes de que la joven siquiera terminara de hablar: "corre".
Supo que debía hacer caso a aquél instinto antes incluso de ver aquella radical e inexplicable transformación. Ni siquiera trató de encontrar una explicación lógica o se hizo preguntas sobre lo que acababa de ver con sus propios ojos. Retrocedió rápidamente y comenzó a correr como bien podía, dando torpes y dolorosas zancadas para alejarse de aquella cosa.
Obviamente, de poco le sirvió todo esto. Con una velocidad antinatural, casi en un parpadeo, el depredador atrapaba a su presa, enganchándolo de la camisa y obligándole bruscamente a inclinar la cabeza. Su bastón cayó al suelo sonoramente, y no importaba cuánto intentara zafarse, era como si bajo aquella frágil apariencia de joven dama, escondiera una fuerza muy superior a la de cualquier hombre, pues lograba mantenerle sujeto sin siquiera esforzarse lo más mínimo. Estaba completamente indefenso ante ella, notando el filo de aquellos antinaturales colmillos peligrosamente cerca de su pálido cuello.
-P-por f-favor...
Incluso en aquella situación, se preocupaba más por su hermano que por su propia seguridad. No podía morir en aquél callejón, a manos de esa criatura que desafiaba todas las leyes de la razón. Había lidiado con un espectro no hace mucho, por lo que no le resultó disparatado el aceptar que bien podían existir otros seres inexplicables, pero eso no significaba que no le aterrase la idea de ser poco más que una marioneta a su merced.
-Se... se lo suplico...-sus palabras apenas eran un murmullo falto de voz contra la lluvia que chocaba sobre su rostro, sus ojos cerrados tanto por esto como por no ser capaz de mirar a la persona a la que había intentado ayudar convertida en un monstruo que se burlaba de su inferioridad y de su buena voluntad. Alejó su cuello todo lo posible, tratando de evitar los letales colmillos.- N-no le diré nada a nadie, dígame qué quiere, p-por favor... tal... tal vez pueda serle útil de alguna forma, por favor...
Fue al escuchar esa voz cuando se giró, cubriendo su mirada con una mano para que la lluvia no obstaculizara su visión.
-¿Se-señorita Voerman?
No había logrado interpretar su primera frase, por lo que él también se aproximo a ella, confundido. ¿Por qué estaba sonriendo? ¿Y por qué esa sonrisa le mandaba aquellos escalofríos por toda su columna?
-¿Ha ocurrido algo? ¡Espero que no sea el caso! No... no debería haberla dejado sola, yo...
Algo dentro de él, un instinto primario que los humanos solo sacaban a la luz en situaciones límite, hizo llegar un mensaje alto y claro a su cerebro antes de que la joven siquiera terminara de hablar: "corre".
Supo que debía hacer caso a aquél instinto antes incluso de ver aquella radical e inexplicable transformación. Ni siquiera trató de encontrar una explicación lógica o se hizo preguntas sobre lo que acababa de ver con sus propios ojos. Retrocedió rápidamente y comenzó a correr como bien podía, dando torpes y dolorosas zancadas para alejarse de aquella cosa.
Obviamente, de poco le sirvió todo esto. Con una velocidad antinatural, casi en un parpadeo, el depredador atrapaba a su presa, enganchándolo de la camisa y obligándole bruscamente a inclinar la cabeza. Su bastón cayó al suelo sonoramente, y no importaba cuánto intentara zafarse, era como si bajo aquella frágil apariencia de joven dama, escondiera una fuerza muy superior a la de cualquier hombre, pues lograba mantenerle sujeto sin siquiera esforzarse lo más mínimo. Estaba completamente indefenso ante ella, notando el filo de aquellos antinaturales colmillos peligrosamente cerca de su pálido cuello.
-P-por f-favor...
Incluso en aquella situación, se preocupaba más por su hermano que por su propia seguridad. No podía morir en aquél callejón, a manos de esa criatura que desafiaba todas las leyes de la razón. Había lidiado con un espectro no hace mucho, por lo que no le resultó disparatado el aceptar que bien podían existir otros seres inexplicables, pero eso no significaba que no le aterrase la idea de ser poco más que una marioneta a su merced.
-Se... se lo suplico...-sus palabras apenas eran un murmullo falto de voz contra la lluvia que chocaba sobre su rostro, sus ojos cerrados tanto por esto como por no ser capaz de mirar a la persona a la que había intentado ayudar convertida en un monstruo que se burlaba de su inferioridad y de su buena voluntad. Alejó su cuello todo lo posible, tratando de evitar los letales colmillos.- N-no le diré nada a nadie, dígame qué quiere, p-por favor... tal... tal vez pueda serle útil de alguna forma, por favor...
Jeremy Legrand- Humano Clase Media
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Re: Fausse innocence [privado]
Le veía forcejear, retorcerse, suplicar mientras la miraba con horror, mientras ella ladeaba la cabeza observandole con sus ojos color rubí, mientras seguia sujetandole con fuerza, le miraba, aterrado como estaba y le inspiraba lastima, el chico le había caido bien a fin de cuentas, asi que no iba a matarlo. -Claro que no diras nada....claro que haras lo que yo quiera...soy caprichosa ¿sabes?.- Se ríe de manera maliciosa, mientras le mantiene fuertemente sujeto, gruñe sonriente mostrandole los colmillos, y su ruego no sirve de nada, ya que la platina muchacha esta vez si que hunde sus colmillos rompiendo la piel que impide que su sangre sea para ella.
La calida sangre toca su boca, tan euforica, tan calida, tan deliciosa, bebío unos cuantos tragos dejando que forcejease, hasta que se debilitase lo suficiente, notó el pulso quedarse fuera de lo normal y eso hizo que soltara y le mirase sonriendo de maliciosa forma. Viendo como esta perdiendo la conciencia, eso hace que Arikel vuelva a comprobar que la soledad del callejón siguiera vigente para agarrar al joven desmayado y pasar el brazo por su hombro dando la imagen de alguien que había bebido más de la cuenta.
Su olor era útil, asi podía rastrear con el aroma de este para llevarlo a su casa, haciendo una imagen de una buena amiga que acompaña a alguien ebrio a su casa, aunque este sea el de una muchacha de 16 años quien lo hiciera, llegando a la puerta de su casa. -Vaya, vaya...asi que aqui vives ¿eh delicoso bocado?.- Dijo al joven inconsciente mientras se acercaba para llegar hasta la puerta de este. -Tú y yo vamos a ser...amigos...si, si...- Dice de manera distraida mientras le posa en el suelo justo en la puerta, mientra saca un trozo de papel para doblarlo con cuidado y meterlo dentro de su bolsillo.
Entonces llamá a la puerta antes de irse a refugiarse entre las sombras mientras espera que le habran la puerta y den con él, con un poco de suerte parecera que se ha mareado o algo, no huele a alcohol ni nada, y con lo recatado que es no le costara mantener esa imagen.
En la nota cuando meta la mano en el bolsillo y encuentre el papel y lo mire leerá lo siguiente: "Como ves sé donde vives, te conozco bien, asi que haría bien en guardar silencio y ya que me pidió que haría lo que yo quiera a cambio de no matarle, le espero mañana por la noche en la misma cafetería, y yo que tú sería discreto. ATTE: Su amiga Voerman"
Si, sin duda sonaría totalemente cinico, pero era la intención de la vampiresa, que se marchó de allí para volver a la guarida esperando encontrarse con él en la cafeteria al dia siguiente.
La calida sangre toca su boca, tan euforica, tan calida, tan deliciosa, bebío unos cuantos tragos dejando que forcejease, hasta que se debilitase lo suficiente, notó el pulso quedarse fuera de lo normal y eso hizo que soltara y le mirase sonriendo de maliciosa forma. Viendo como esta perdiendo la conciencia, eso hace que Arikel vuelva a comprobar que la soledad del callejón siguiera vigente para agarrar al joven desmayado y pasar el brazo por su hombro dando la imagen de alguien que había bebido más de la cuenta.
Su olor era útil, asi podía rastrear con el aroma de este para llevarlo a su casa, haciendo una imagen de una buena amiga que acompaña a alguien ebrio a su casa, aunque este sea el de una muchacha de 16 años quien lo hiciera, llegando a la puerta de su casa. -Vaya, vaya...asi que aqui vives ¿eh delicoso bocado?.- Dijo al joven inconsciente mientras se acercaba para llegar hasta la puerta de este. -Tú y yo vamos a ser...amigos...si, si...- Dice de manera distraida mientras le posa en el suelo justo en la puerta, mientra saca un trozo de papel para doblarlo con cuidado y meterlo dentro de su bolsillo.
Entonces llamá a la puerta antes de irse a refugiarse entre las sombras mientras espera que le habran la puerta y den con él, con un poco de suerte parecera que se ha mareado o algo, no huele a alcohol ni nada, y con lo recatado que es no le costara mantener esa imagen.
En la nota cuando meta la mano en el bolsillo y encuentre el papel y lo mire leerá lo siguiente: "Como ves sé donde vives, te conozco bien, asi que haría bien en guardar silencio y ya que me pidió que haría lo que yo quiera a cambio de no matarle, le espero mañana por la noche en la misma cafetería, y yo que tú sería discreto. ATTE: Su amiga Voerman"
Si, sin duda sonaría totalemente cinico, pero era la intención de la vampiresa, que se marchó de allí para volver a la guarida esperando encontrarse con él en la cafeteria al dia siguiente.
Arikel Voerman- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 15/11/2017
Re: Fausse innocence [privado]
Aquellas fauces afiladas atravesaron su piel sin esfuerzo, sin que su palabrería pudiera salvarle de aquella situación. No obstante, en sus ojos se reflejó su sorpresa al descubrir que no sintió dolor alguno, fue al principio una molestia. No obstante, la sorpresa no vino de aquello, sino que surgió en el momento en que la criatura comenzó a beber la roja sangre que manaba de su cuello. Fue brusco, pero un latigazo de placer recorrió su cuerpo de arriba abajo, haciendo que sus piernas temblaran y tuviera que agarrarse a ella con fuerza para no caer. Su boca se abrió de par en par, no tratando de gritar, sino en un gesto fruto del mayor placer que jamás había sentido en toda su vida. Abrió los ojos, exhalando temblorosamente el aliento que había estado conteniendo. Aquello era su rendición.
No era dueño de sus movimientos, su juicio nublándose por momentos, sintiendo aquella excitación carnal como algo totalmente ajeno a él, algo que sabía estaba manipulado por el depredador en su cuello. Aquello fue lo que más le asustó, el no tener control sobre sí mismo, el estar a merced de aquél monstruo... y, no obstante, la sensación le llevaba de la mano al desconocido terreno de un clímax que terminó por enturbiar su mente al tiempo que las fuerzas y su consciencia terminaban por abandonarle, luciendo por momentos más y más pálido. Su mundo se sumió entonces en la oscuridad.
Despertó con los desesperados golpes de su hermano André contra su pecho. Le había arrastrado al interior de la casa, y su rostro enrojecido por el miedo y el llanto todavía mostraba sus lágrimas. El pianista, aunque abatido por el cansancio y aún pálido, reaccionó inmediatamente ante aquello, abrazando al pequeño, envolviéndolo entre sus brazos. No sabría decir quién temblaba más de los dos.
-Está bien.-susurró al oído de André, aunque también trataba de convencerse a sí mismo de ello.- Todo está bien...
No supo qué explicarle al menor. Ni siquiera sabía qué explicación darse a sí mismo. Estaba absolutamente aterrorizado, pero aquella placentera sensación todavía seguía demasiado reciente en él como para olvidarla. Era una sensación agridulce, pero estaba completamente seguro de que no quería repetirla. Se había sentido como un muñeco de trapo, manejado a placer para satisfacer el instinto másico de aquél monstruo. Un monstruo, sí. Jeremy estaba ahora completamente convencido: los monstruos existían, eran muy reales, y aquél día había encontrado a uno que le había usado y tirado como un pañuelo sucio.
Pasaron unas horas, en las que no se separó de André sobre el sofá de la sala principal, hasta que se percató del papel en el bolsillo de su chaqueta. Sus manos volvieron a temblar, y dentro de él toda la calma de la que había conseguido hacer acopio se disolvió. Podía jugar con él todo lo que quisiera, podía dejarle tirado en un callejón o burlarse de él tanto como deseara, pero no permitiría que pusiera un dedo encima sobre su hermano. ¿Cómo iba a conseguir eso? Eso Jeremy no lo sabía, pero por mucho que todo su ser le pidiera no hacerlo, debía acudir a la llamada de aquella bestia. Sus ojos se humedecieron ante la frustración, sus manos temblando sobre el cuerpo de André, dormido entre sus brazos. El niño abrió los ojos, aún medio dormido.
-Ssshh, sigue durmiendo. Ha sido un día muy largo...
* * *
No faltó a aquél encuentro. No podía permitírselo, pese a que sus manos temblaban no solo de miedo, sino también de rabia, frustración y tintes de humillación. Tal y como comandaba la nota, fue extremadamente discreto. Por lo menos, trató de razonar, no esperaba que la criatura intentase nada en un local frecuentado. Eso despertaba su curiosidad, a la vez que sus alarmas. ¿Qué podría querer de él aquél monstruo?
Convenciéndose a sí mismo, logró al fin dar el paso al interior, buscando a aquella cosa con la mirada, asiéndose firmemente a su bastón.
No era dueño de sus movimientos, su juicio nublándose por momentos, sintiendo aquella excitación carnal como algo totalmente ajeno a él, algo que sabía estaba manipulado por el depredador en su cuello. Aquello fue lo que más le asustó, el no tener control sobre sí mismo, el estar a merced de aquél monstruo... y, no obstante, la sensación le llevaba de la mano al desconocido terreno de un clímax que terminó por enturbiar su mente al tiempo que las fuerzas y su consciencia terminaban por abandonarle, luciendo por momentos más y más pálido. Su mundo se sumió entonces en la oscuridad.
* * *
Despertó con los desesperados golpes de su hermano André contra su pecho. Le había arrastrado al interior de la casa, y su rostro enrojecido por el miedo y el llanto todavía mostraba sus lágrimas. El pianista, aunque abatido por el cansancio y aún pálido, reaccionó inmediatamente ante aquello, abrazando al pequeño, envolviéndolo entre sus brazos. No sabría decir quién temblaba más de los dos.
-Está bien.-susurró al oído de André, aunque también trataba de convencerse a sí mismo de ello.- Todo está bien...
No supo qué explicarle al menor. Ni siquiera sabía qué explicación darse a sí mismo. Estaba absolutamente aterrorizado, pero aquella placentera sensación todavía seguía demasiado reciente en él como para olvidarla. Era una sensación agridulce, pero estaba completamente seguro de que no quería repetirla. Se había sentido como un muñeco de trapo, manejado a placer para satisfacer el instinto másico de aquél monstruo. Un monstruo, sí. Jeremy estaba ahora completamente convencido: los monstruos existían, eran muy reales, y aquél día había encontrado a uno que le había usado y tirado como un pañuelo sucio.
Pasaron unas horas, en las que no se separó de André sobre el sofá de la sala principal, hasta que se percató del papel en el bolsillo de su chaqueta. Sus manos volvieron a temblar, y dentro de él toda la calma de la que había conseguido hacer acopio se disolvió. Podía jugar con él todo lo que quisiera, podía dejarle tirado en un callejón o burlarse de él tanto como deseara, pero no permitiría que pusiera un dedo encima sobre su hermano. ¿Cómo iba a conseguir eso? Eso Jeremy no lo sabía, pero por mucho que todo su ser le pidiera no hacerlo, debía acudir a la llamada de aquella bestia. Sus ojos se humedecieron ante la frustración, sus manos temblando sobre el cuerpo de André, dormido entre sus brazos. El niño abrió los ojos, aún medio dormido.
-Ssshh, sigue durmiendo. Ha sido un día muy largo...
* * *
No faltó a aquél encuentro. No podía permitírselo, pese a que sus manos temblaban no solo de miedo, sino también de rabia, frustración y tintes de humillación. Tal y como comandaba la nota, fue extremadamente discreto. Por lo menos, trató de razonar, no esperaba que la criatura intentase nada en un local frecuentado. Eso despertaba su curiosidad, a la vez que sus alarmas. ¿Qué podría querer de él aquél monstruo?
Convenciéndose a sí mismo, logró al fin dar el paso al interior, buscando a aquella cosa con la mirada, asiéndose firmemente a su bastón.
Jeremy Legrand- Humano Clase Media
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Re: Fausse innocence [privado]
La vampiresa fue a descansar con la panza llena, sin duda, le divertio mucho la reacción al placer que tuvo por el mordisco, no se lo esperaba esa reacción de alguien como él, sonrió pensando en eso antes de dormir a pasar el dia, para ale anochecer partir a la cafeteria para encontrarse con su nuevo jugueten, la cosa había terciado más divertida, nunca se había puesto a atormentar a nadie de esa forma, generalmente solo se alimentaba y pasaba al olvido, pero ese joven se podía decir que le había caido bien, por extraño que pareciese. Se visitó con esas elegantes ropas oscuras taidas del mismo Londres, arregó su ondulado cabello platino colocandose unos lazos y un poco de maquillaje para asegurar su aspecto dulce e inocente antes de ponerse en camino.
Sonreía para si misma, mientras los vampiros no miraban aprovechaba para hacer sus travesuras, antes de que estos ocupasen totalmente su atención, asi que aprovecharía el tiempo libre para jugar con un humano que a lo tonto en mil años no se le había dado la oportunidad de ello.
Se puso en dirección a la cafetería donde pidió mesa en el sitio más alejado, para tener algo de intimidad, aun no había llegado el citado asi que mientras esperaba al citado en la cafetería se pidió un té de menta, y sacó un libro de relatos de terror, bebía tranquilamente mientras deslizaba con delicadeza las paginas al leerlas con sumo interes, mientras de vez en cuando bebía o cogía uno de los bollitos de azucar para darles un suave mordisco mientras seguía con sus orbes azules bailando por entre las lestras de la integrante historia que estaba letendo de ese relato de fantasma, le encantaba saber las historias que tenían los mortales en la cabeza sobre el mundo sobrenatural que conocían tan poco.
El aroma del joven llegaba a su nariz y esta olfateo sonriendo de manera amplia, mientras seguía con la vista en el libro dando un sorbito al té, esperando que este se acercara a ella. -Llegas tarde...creía que ibas a ser mas puntual Jeremy...¿te puedo llamar Jeremy verdad?- Dice mientras sigue leyendo tranquilamente, volviendo a pasar la hoja antes de colocar un bonito marca paginas y cerrar el libro para mirarle. -¿Como te encuentras hoy? debieras comer bien quierido, no quiero que te pongas malito.- Sonrie ladeando la cabeza mientras observa y señala la silla. -Sientate y pide lo que quieras, te recomiendo los bollitos de azucar, son sumamente deliciosos.- Comenta divertida mientras coge su bollito mordido y se lo acaba mientras le mira.
Sonreía para si misma, mientras los vampiros no miraban aprovechaba para hacer sus travesuras, antes de que estos ocupasen totalmente su atención, asi que aprovecharía el tiempo libre para jugar con un humano que a lo tonto en mil años no se le había dado la oportunidad de ello.
Se puso en dirección a la cafetería donde pidió mesa en el sitio más alejado, para tener algo de intimidad, aun no había llegado el citado asi que mientras esperaba al citado en la cafetería se pidió un té de menta, y sacó un libro de relatos de terror, bebía tranquilamente mientras deslizaba con delicadeza las paginas al leerlas con sumo interes, mientras de vez en cuando bebía o cogía uno de los bollitos de azucar para darles un suave mordisco mientras seguía con sus orbes azules bailando por entre las lestras de la integrante historia que estaba letendo de ese relato de fantasma, le encantaba saber las historias que tenían los mortales en la cabeza sobre el mundo sobrenatural que conocían tan poco.
El aroma del joven llegaba a su nariz y esta olfateo sonriendo de manera amplia, mientras seguía con la vista en el libro dando un sorbito al té, esperando que este se acercara a ella. -Llegas tarde...creía que ibas a ser mas puntual Jeremy...¿te puedo llamar Jeremy verdad?- Dice mientras sigue leyendo tranquilamente, volviendo a pasar la hoja antes de colocar un bonito marca paginas y cerrar el libro para mirarle. -¿Como te encuentras hoy? debieras comer bien quierido, no quiero que te pongas malito.- Sonrie ladeando la cabeza mientras observa y señala la silla. -Sientate y pide lo que quieras, te recomiendo los bollitos de azucar, son sumamente deliciosos.- Comenta divertida mientras coge su bollito mordido y se lo acaba mientras le mira.
Arikel Voerman- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 15/11/2017
Re: Fausse innocence [privado]
Al reconocer sus rubios cabellos, el músico se acercó renqueante hasta situarse en pie frente a la alejada mesa, apoyado en su bastón con notable tensión, sus labios sellados en un gesto que intentaba parecer firme, pero reflejándose dolido, traicionado y, obviamente, aterrado, cosa que trataba de ocultar. No dijo nada, observándola desde su posición. No estaba de humor para juegos, por lo que se sentó frente a ella en la mesa, soportando sus burlas.
No tenía nada que hacer contra ella, y eso la criatura lo sabía bien. Podía burlarse, reírse de él y mangonearle todo lo que quisiera, y él no podría hacer nada para evitarlo. Eso era lo que más le asustaba, el estar indefenso ante aquél depredador, no solo física, sino también psicológicamente.
-D-dígame qué quiere de mi, y deje a mi familia en paz.
Requirió de un gran esfuerzo para decir eso, sus manos aferradas a lo largo de su bastón, sobre su regazo. Quería parecer fuerte, pero después de lo que había ocurrido solo parecía un animal herido acorralado contra la pared de un callejón.
-Sé que esto la divierte. Adelante, búrlese de mí, no es algo a lo que sea ajeno.-respiró profundamente, la poca dignidad que tenía, herida.- No... no más juegos. ¿Qué quiere?
No tenía nada que hacer contra ella, y eso la criatura lo sabía bien. Podía burlarse, reírse de él y mangonearle todo lo que quisiera, y él no podría hacer nada para evitarlo. Eso era lo que más le asustaba, el estar indefenso ante aquél depredador, no solo física, sino también psicológicamente.
-D-dígame qué quiere de mi, y deje a mi familia en paz.
Requirió de un gran esfuerzo para decir eso, sus manos aferradas a lo largo de su bastón, sobre su regazo. Quería parecer fuerte, pero después de lo que había ocurrido solo parecía un animal herido acorralado contra la pared de un callejón.
-Sé que esto la divierte. Adelante, búrlese de mí, no es algo a lo que sea ajeno.-respiró profundamente, la poca dignidad que tenía, herida.- No... no más juegos. ¿Qué quiere?
Jeremy Legrand- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 12/05/2018
Re: Fausse innocence [privado]
Ella le mira mientras observa sus rasgos, sin costarle adivinar el como se sentía el joven mortal, mientras ella se comía el bollito de azucar mirandole fijamente, como mostraba valor intentando plantarla cara diciendo que dejara en paz a su familia, lo cual hizo que la albina se encogiera de hombros como si no le importarse nada de esa amenaza o la familia del joven y asustadizo mortal. Arikel jugaba con un mechon de su pelo pensativa observandolo pensativa mientras ladeaba la cabeza. -Relajate, te acompañe a casa y te deje ahí y no por ahí tirado, fui buena.- Aseguró como si fuera la mejor acción que alguien pudiera tener, acariciaba la portada del libro, mientras le mira de arriba abajo, pensativa, y sonrie con malicia sin mostrar los colmillos dejando que él la siguiera observando con esa mirada que ahora tenía pintada en la cara, sin duda no está muy contento.
La vampiresa entrecerró los ojos observandole, mientras enredaba su claro cabello en el dedo mirandole, mientras ladeaba la cabeza pensativa. -Veras no tengo amigos...mortales, y podriamos ser amigos, de hecho quiero que seamos amigos.- Dice con aire seguro mientras se queda pensativa observandole, un humano puede ser util ciertamente, le mira y le señala el cuello. -Sabes delicioso, pero no eres mi tipo y me serás mejor de amigo ¿no estas contento?.- Dijo divertida mientras le observaba atentamente, y por un momento hizo una mueca triste para despues reirse y negar lentamente con la cabeza.
-Veras, un trato, somos amigos, yo te ayudo a ti en lo que quieras y tú....me ayudas a mi en otros asuntos. ¿te parece bien?- La mente maliciosa de la albina iba a toda velocidad, mientras planeaba que iba a hacer con él y lo empezaba a tener claro, ese nerviosismo, ese miedo, esa pinta indefensa, era ideal para Arikel, podría sacar mucho partido al mortal, y tampoco que tuviera mucha opción, pero le pintaba bonita las cosas, quizás diciendole que siendo amigos Jeremy bajara esa postura desconfiada y hostil que había desarrollado para con la vampiresa, con razón, pero ahora la rubia tenía que limar asperezas con el mortal.
La vampiresa entrecerró los ojos observandole, mientras enredaba su claro cabello en el dedo mirandole, mientras ladeaba la cabeza pensativa. -Veras no tengo amigos...mortales, y podriamos ser amigos, de hecho quiero que seamos amigos.- Dice con aire seguro mientras se queda pensativa observandole, un humano puede ser util ciertamente, le mira y le señala el cuello. -Sabes delicioso, pero no eres mi tipo y me serás mejor de amigo ¿no estas contento?.- Dijo divertida mientras le observaba atentamente, y por un momento hizo una mueca triste para despues reirse y negar lentamente con la cabeza.
-Veras, un trato, somos amigos, yo te ayudo a ti en lo que quieras y tú....me ayudas a mi en otros asuntos. ¿te parece bien?- La mente maliciosa de la albina iba a toda velocidad, mientras planeaba que iba a hacer con él y lo empezaba a tener claro, ese nerviosismo, ese miedo, esa pinta indefensa, era ideal para Arikel, podría sacar mucho partido al mortal, y tampoco que tuviera mucha opción, pero le pintaba bonita las cosas, quizás diciendole que siendo amigos Jeremy bajara esa postura desconfiada y hostil que había desarrollado para con la vampiresa, con razón, pero ahora la rubia tenía que limar asperezas con el mortal.
Arikel Voerman- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 15/11/2017
Re: Fausse innocence [privado]
¿Amigos? Si esa cosa quería un amigo, él era la Reina Victoria. Ante su mirada y su comentario, se llevó instintivamente la mano al cuello, a la zona donde aquellos afilados colmillos se habían clavado y, sin poder evitarlo, rememoró todo lo que sintió en aquél momento, sus mejillas encendiéndose ante el recuerdo.
-Perdóneme si no salto de alegría.-murmuró, evidentemente en actitud defensiva, ofendido.- Si tanto quería un amigo, podría haber omitido sus burlas y el... el...-"mordisco", esa era la palabra, pero no la pronunció, desviando la mirada.- Lo que me ofrece no es amistad, sino chantaje. Porque, y deténgame si estoy haciendo asunciones equivocadas, me da la impresión de que si no hago lo que pide, la próxima vez dejará mi cuerpo en un callejón.
Cada segundo sentía el impulso de salir de allí lo más rápido que pudiera y no mirar atrás, pero bien sabía que eso solo empeoraría las cosas. Estaba claro que ella quería utilizarle, Jeremy no era estúpido. Ella tenía planes para él, usarle como una herramienta para conseguir algo y, probablemente, desecharle como tal una vez que hubiera perdido su utilidad.
-¿Qué es usted? ¿Para qué podría necesitar a alguien como yo?
-Perdóneme si no salto de alegría.-murmuró, evidentemente en actitud defensiva, ofendido.- Si tanto quería un amigo, podría haber omitido sus burlas y el... el...-"mordisco", esa era la palabra, pero no la pronunció, desviando la mirada.- Lo que me ofrece no es amistad, sino chantaje. Porque, y deténgame si estoy haciendo asunciones equivocadas, me da la impresión de que si no hago lo que pide, la próxima vez dejará mi cuerpo en un callejón.
Cada segundo sentía el impulso de salir de allí lo más rápido que pudiera y no mirar atrás, pero bien sabía que eso solo empeoraría las cosas. Estaba claro que ella quería utilizarle, Jeremy no era estúpido. Ella tenía planes para él, usarle como una herramienta para conseguir algo y, probablemente, desecharle como tal una vez que hubiera perdido su utilidad.
-¿Qué es usted? ¿Para qué podría necesitar a alguien como yo?
Jeremy Legrand- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 12/05/2018
Re: Fausse innocence [privado]
La rubia jugaba con un mechon de su pelo, sin duda sus comentarios no cayeron en saco roto, pues observó como el joven se llevaba la mano al cuello, donde le había mordido ese delicioso y palido cuello, con la sangre cargada de azucar por el chocolate caliente previamente ingerido por él, una ladina y amplia sonrisa que mostraba sus colmillos solo a él y a nadie más mientras podía advertir el rubor de sus mejillas, sin duda disfruto con ese bocado que ella le dio, más no hizo ningún comentario al respecto, al menos de momento, dejaba que se asentase las cosas, y sin duda le sorprendió que se atreviera a un comentario tan sarcastico como ese cuando parecía temerla más que a otra cosa por el comportamiento anterior.
Más con paciencia escuchó todo lo que soltó sin interrumpirle, sin duda no iba en realidad tan equivocado, aunque si un poco en las intenciones autenticas de la platina vampiresa, que entrelazó los dedos sobre la mesa mientras le miraba de arriba a abajo, mientras mantenía la sonrisa esta vez más discreta sin enseñar esos afilados colmillos que tenía blancos como perlas.
Notaba como su corazón iba a mil por hora, su pulso tan acelerado que hacía que la vampiresa involuntariamente mirase hacia su pecho, si Jeremy era observador y avispado se daría cuenta que cuando la vampiresa desviaba su vista a su pecho sin duda se debía a que estaba prestando atención a su pulso para saber más de su estado que el que ofrecía él propiamente con palabras, la vampiresa observó con atención en silencio hasta se decidió hablar ella para responder por partes sus cuestiones. -Bien, vamos por partes.- Anunció hablando con suma tranquilidad para captar su atención y que nadie más escuchase lo que no debia.
-No me he burlado de usted, bueno sí, pero esperaba que se tomase la misma libertad para devolverme el chascarrillo, eso no me enfada más que una rabieta de quedar por encima, caprichos infantiles que tiene una tal vez.- Comenta mientras sus pensamientos se desvían, tenía un humano que ella consideraba como su hermano, que aunque era asustadizo, e incluso inocente como este hombre, ese humano jugaba con la baza del chantaje para mangonear a la vampiresa al ser un protegido del sire adoptivo de la vampiresa. Lo cual eso podía suponer que se tomase la libertad de hacerla rabiar y Jeremy al no tener esa opción, se mostraba mucho más asustadizo respecto a la vampiresa.
-En cuanto a eso...querido, no te vi muy disgustado, te derretías como una bola de nieve al sol, y pude notar cuanto te excitó, me da que alguien aqui tiene gustos masoquistas.- Le guiñó un ojo con cierto coqueteo, para despues negar con la cabeza indicando que bromeaba. -Respondeme a una cosa sinceramente, te pido una absoluta sinceridad..no te voy a hacer nada, y menos delante de tanta gente.- Asegura Arikel mientras apoya su mejilla en su siniestra. -Si te hubiera dicho que soy en realidad ayer ¿no me habrías dejado tirada y te habrías ido corriendo? y si te lo hubiera ocultado hasta ganar más confianza y te lo hubiera dicho más adelante ¿no te habrías molestado por engañarte y después también habrías salido corriendo? respondeme.- Pide la vampiresa.
Cuando este pide que desvele lo que es, ella niega con la cabeza. -Te diré que soy oscuridad, no confió en ti, y prefiero que te tomen por perturbado si tratas de venderme a la inquisición, no me gustan, es asi de simple. En cuanto a lo del chantaje...si y no, no tengo intención de hacer daño a tu familia, no lo veo necesario, lo dicho, en realidad me caes hasta bien...eres muy dulce, poco habitual ultimamente en la gente me has tratado bien...no me tomes por un ser sin conciencia, cuando no tengo hambre puedo ser adorable...¡¡soy adorable!!.- Asegura ella de manera egocentrica. - Pero ese no es el caso, quiero tu amistad todavia y que tengamos un cierto trato, yo te protejo y tu me ayudas ¿eso te vale mejor querido?
Más con paciencia escuchó todo lo que soltó sin interrumpirle, sin duda no iba en realidad tan equivocado, aunque si un poco en las intenciones autenticas de la platina vampiresa, que entrelazó los dedos sobre la mesa mientras le miraba de arriba a abajo, mientras mantenía la sonrisa esta vez más discreta sin enseñar esos afilados colmillos que tenía blancos como perlas.
Notaba como su corazón iba a mil por hora, su pulso tan acelerado que hacía que la vampiresa involuntariamente mirase hacia su pecho, si Jeremy era observador y avispado se daría cuenta que cuando la vampiresa desviaba su vista a su pecho sin duda se debía a que estaba prestando atención a su pulso para saber más de su estado que el que ofrecía él propiamente con palabras, la vampiresa observó con atención en silencio hasta se decidió hablar ella para responder por partes sus cuestiones. -Bien, vamos por partes.- Anunció hablando con suma tranquilidad para captar su atención y que nadie más escuchase lo que no debia.
-No me he burlado de usted, bueno sí, pero esperaba que se tomase la misma libertad para devolverme el chascarrillo, eso no me enfada más que una rabieta de quedar por encima, caprichos infantiles que tiene una tal vez.- Comenta mientras sus pensamientos se desvían, tenía un humano que ella consideraba como su hermano, que aunque era asustadizo, e incluso inocente como este hombre, ese humano jugaba con la baza del chantaje para mangonear a la vampiresa al ser un protegido del sire adoptivo de la vampiresa. Lo cual eso podía suponer que se tomase la libertad de hacerla rabiar y Jeremy al no tener esa opción, se mostraba mucho más asustadizo respecto a la vampiresa.
-En cuanto a eso...querido, no te vi muy disgustado, te derretías como una bola de nieve al sol, y pude notar cuanto te excitó, me da que alguien aqui tiene gustos masoquistas.- Le guiñó un ojo con cierto coqueteo, para despues negar con la cabeza indicando que bromeaba. -Respondeme a una cosa sinceramente, te pido una absoluta sinceridad..no te voy a hacer nada, y menos delante de tanta gente.- Asegura Arikel mientras apoya su mejilla en su siniestra. -Si te hubiera dicho que soy en realidad ayer ¿no me habrías dejado tirada y te habrías ido corriendo? y si te lo hubiera ocultado hasta ganar más confianza y te lo hubiera dicho más adelante ¿no te habrías molestado por engañarte y después también habrías salido corriendo? respondeme.- Pide la vampiresa.
Cuando este pide que desvele lo que es, ella niega con la cabeza. -Te diré que soy oscuridad, no confió en ti, y prefiero que te tomen por perturbado si tratas de venderme a la inquisición, no me gustan, es asi de simple. En cuanto a lo del chantaje...si y no, no tengo intención de hacer daño a tu familia, no lo veo necesario, lo dicho, en realidad me caes hasta bien...eres muy dulce, poco habitual ultimamente en la gente me has tratado bien...no me tomes por un ser sin conciencia, cuando no tengo hambre puedo ser adorable...¡¡soy adorable!!.- Asegura ella de manera egocentrica. - Pero ese no es el caso, quiero tu amistad todavia y que tengamos un cierto trato, yo te protejo y tu me ayudas ¿eso te vale mejor querido?
Arikel Voerman- Vampiro Clase Alta
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Re: Fausse innocence [privado]
Esa mirada le inquietaba tanto que no podía evitar removerse incómodo sobre su asiento, pese a estar intentando por todos los medios a su alcance tratar de mantener su dignidad alta, actuando a la defensiva, sabiendo que ella se la había arrebatado con sus burlas y aquél condenado mordisco en el callejón con el que le dejó a su merced. porque él sabía bien que aquellas sensaciones en su cuerpo no eran suyas, no lo había disfrutado, sino que ella, de alguna forma, había engañado a sus sentidos para dejarle indefenso, que no luchara contra su sed depredadora.
-¡N-no me excitó! ¡Usted me obligó, de alguna forma!-dijo en un susurro enfadado y abochornado, bajando la cabeza tratando de evitar su mirada, sabiendo que el color de la vergüenza se notaba demasiado en su pálido rostro.- ¡Y baje la voz! ¿Quiere?
Su voz no solo sonaba enfadada, sino dolida. Se sentía utilizado, burlado, tomado por tonto y, desde luego, dudaba mucho que quien tenía delante, fuera quien fuera y fuera lo que fuera, no hubiese matado antes, incluso por diversión. Bajo esa apariencia, se ocultaba un monstruo caprichoso que, tal y como ella dejaba a entender, encontraba retorcido entretenimiento en atormentarle.
-No.
Aquella negativa tan rotunda fue la respuesta a sus preguntas. Ni siquiera tuvo que pensárselo, fue tan sincero que salió de él sin dudarlo por un segundo.
- Si se hubiera molestado en conocerme, lo habría sabido. Pero, como usted misma ha dicho, prefiere dejarse llevar por sus caprichos. Y aquí estamos ahora.
Desde luego que no confiaba en ella, podía ver a través de su máscara. Quizás era sincera al decir que no pretendía dañar a André, pero Jeremy se preguntaba qué haría cuando tuviera hambre. ¿Se saciaría con su hermano para dejarle claro que debía obedecerla? ¿Para aclararle las ideas? ¿O quizás solo por "capricho infantil"?
-No soy su amigo, señorita Voerman, pues la amistad no se cultiva con chantajes y presión. ¿Quiere que sea sincero? No podría serlo más. Pero...-añadió, sabiendo bien que su cabeza estaba en juego.- Sé que tiene algo de luz aún siendo la oscuridad que dice ser. Quizás asumió demasiado pronto que yo la rechazaría, tal vez por pasadas experiencias, y prefirió no molestarse en darme el beneficio de la duda. Mientras pueda ver esa parte de usted, sabré que es posible llegar a perdonarla y considerarla como amiga. O tal vez esté asumiendo demasiadas cosas, tiene mi permiso de burlarse si es el caso. Ahora dígame para qué quiere mi ayuda.
-¡N-no me excitó! ¡Usted me obligó, de alguna forma!-dijo en un susurro enfadado y abochornado, bajando la cabeza tratando de evitar su mirada, sabiendo que el color de la vergüenza se notaba demasiado en su pálido rostro.- ¡Y baje la voz! ¿Quiere?
Su voz no solo sonaba enfadada, sino dolida. Se sentía utilizado, burlado, tomado por tonto y, desde luego, dudaba mucho que quien tenía delante, fuera quien fuera y fuera lo que fuera, no hubiese matado antes, incluso por diversión. Bajo esa apariencia, se ocultaba un monstruo caprichoso que, tal y como ella dejaba a entender, encontraba retorcido entretenimiento en atormentarle.
-No.
Aquella negativa tan rotunda fue la respuesta a sus preguntas. Ni siquiera tuvo que pensárselo, fue tan sincero que salió de él sin dudarlo por un segundo.
- Si se hubiera molestado en conocerme, lo habría sabido. Pero, como usted misma ha dicho, prefiere dejarse llevar por sus caprichos. Y aquí estamos ahora.
Desde luego que no confiaba en ella, podía ver a través de su máscara. Quizás era sincera al decir que no pretendía dañar a André, pero Jeremy se preguntaba qué haría cuando tuviera hambre. ¿Se saciaría con su hermano para dejarle claro que debía obedecerla? ¿Para aclararle las ideas? ¿O quizás solo por "capricho infantil"?
-No soy su amigo, señorita Voerman, pues la amistad no se cultiva con chantajes y presión. ¿Quiere que sea sincero? No podría serlo más. Pero...-añadió, sabiendo bien que su cabeza estaba en juego.- Sé que tiene algo de luz aún siendo la oscuridad que dice ser. Quizás asumió demasiado pronto que yo la rechazaría, tal vez por pasadas experiencias, y prefirió no molestarse en darme el beneficio de la duda. Mientras pueda ver esa parte de usted, sabré que es posible llegar a perdonarla y considerarla como amiga. O tal vez esté asumiendo demasiadas cosas, tiene mi permiso de burlarse si es el caso. Ahora dígame para qué quiere mi ayuda.
Jeremy Legrand- Humano Clase Media
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Re: Fausse innocence [privado]
La vampiresa se pasaba sus finos dedos por sus labios mientras miraba al joven mientras entrecerraba los ojos, si que debía estar disgustado, para que tan timido y bueno estuviera cantandole las cuarenta a la aparentemente joven vampiresa, que le observaba, mientras dijo que bajara la voz en lo que se refería a que le excitó la mordida, y sin duda le avergonzaba la cosa, cosa que la joven encontró realmente adorable, y solo dibujó una sonrisa ladeada, mientras seguía con los ojos azules clavados en los ajenos, sin duda la actitud le había dado un pequeño chispazo, quizá llevado por el enfado que le había provocado la platina, cosa que tenía su razón de ser por motivos obvios, más quizá el joven no se daba cuenta de lo encarado que estaba en ese momento.
Más la vampiresa podía notar los matices que el joven dejaba entre ver, el hecho de que este parecía dolido, y Arikel no entendía cual era el motivo, pues no habían hecho tantas migas como para que lo que ella hizo fuera una traición, la vikinga no lo veía asi, es más juraría que ahora mostraba más interes por ella que la noche anterior que parecía más preocupado por salir huyendo.
Arikel no pudo evitar arquear las cejas con cierta sorpresa cuando despues de enunciar las preguntas donde ella mostraba un gran recelo por la reacción de él, el que negase a lo que dijo ella de su huida cuando le revelara su naturaleza hizo que Arikel ladeara la cabeza con cierto recelo. Pues no creía lo que este decía, que reclamaba que no se había molestado en conocerlo, es cierto no lo había hecho, pero no se fiaba tampoco, era desconfiada bajo esa fachada de seguridad absolutamente abrumadora, tenía ciertas inseguridades y comportamientos, defectos que en el momento de su conversión se le congelase el tiempo y en algunos aspectos también ciertas aptitudes, como comportarse durante toda la eternidad en algunos ámbitos como una adolescente.
Su ceño se frunció poniendo el semblante serio, mientras miraba a Jeremy como si de alguien que la estuviera riñendo se tratase, ella jugaba nerviosamente con las enaguas de su vestido mientras retiraba la mirada del enfadado mortal que la reclamaba, aunque alzó la mirada mirando con tremenda desconfianza cuando afirmó que veía luz en ella, lo dudaba muchisimo, más abrió la boca finalmente.- Pues si, solo tengo un humano de amigo..es como mi hermano, pero los demás...gritos, repudio, etc, por eso peco de cauta, pero no creo que le interese escuchar mi vida.- Dice con cierto desdén.
Suspira de manera larga mientras medita lo siguiente que le va a contar, se inclina bajando aun más la voz. -Visto lo visto no es la mejor de las formas, pero voy a necesitar que confié mucho en mi para cumplir lo que necesito, veras...estoy buscando a otro...como yo...veras, se le escapó a mi superior, por mi culpa y no se lo tomo muy bien.- La vampiresa se pasa la mano por su cuello, recordando el agarre con ferocidad. - Asi que me tienes que ayudar para cazarlo...- Sonrie de medio lado, restando importancia al recuerdo amargo de hace unos segundos, y volviendo a fijar su vista en él.
Más la vampiresa podía notar los matices que el joven dejaba entre ver, el hecho de que este parecía dolido, y Arikel no entendía cual era el motivo, pues no habían hecho tantas migas como para que lo que ella hizo fuera una traición, la vikinga no lo veía asi, es más juraría que ahora mostraba más interes por ella que la noche anterior que parecía más preocupado por salir huyendo.
Arikel no pudo evitar arquear las cejas con cierta sorpresa cuando despues de enunciar las preguntas donde ella mostraba un gran recelo por la reacción de él, el que negase a lo que dijo ella de su huida cuando le revelara su naturaleza hizo que Arikel ladeara la cabeza con cierto recelo. Pues no creía lo que este decía, que reclamaba que no se había molestado en conocerlo, es cierto no lo había hecho, pero no se fiaba tampoco, era desconfiada bajo esa fachada de seguridad absolutamente abrumadora, tenía ciertas inseguridades y comportamientos, defectos que en el momento de su conversión se le congelase el tiempo y en algunos aspectos también ciertas aptitudes, como comportarse durante toda la eternidad en algunos ámbitos como una adolescente.
Su ceño se frunció poniendo el semblante serio, mientras miraba a Jeremy como si de alguien que la estuviera riñendo se tratase, ella jugaba nerviosamente con las enaguas de su vestido mientras retiraba la mirada del enfadado mortal que la reclamaba, aunque alzó la mirada mirando con tremenda desconfianza cuando afirmó que veía luz en ella, lo dudaba muchisimo, más abrió la boca finalmente.- Pues si, solo tengo un humano de amigo..es como mi hermano, pero los demás...gritos, repudio, etc, por eso peco de cauta, pero no creo que le interese escuchar mi vida.- Dice con cierto desdén.
Suspira de manera larga mientras medita lo siguiente que le va a contar, se inclina bajando aun más la voz. -Visto lo visto no es la mejor de las formas, pero voy a necesitar que confié mucho en mi para cumplir lo que necesito, veras...estoy buscando a otro...como yo...veras, se le escapó a mi superior, por mi culpa y no se lo tomo muy bien.- La vampiresa se pasa la mano por su cuello, recordando el agarre con ferocidad. - Asi que me tienes que ayudar para cazarlo...- Sonrie de medio lado, restando importancia al recuerdo amargo de hace unos segundos, y volviendo a fijar su vista en él.
Arikel Voerman- Vampiro Clase Alta
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