Fausse innocence [privado]

por **Jeremy Legrand** Sáb Mayo 19, 2018 1:30 pm

Recuerdo del primer mensaje :

La fresca brisa del comienzo de la noche parisina llegaba acompañada de una torrencial lluvia de primavera. Todo el mundo se apresuraba a abandonar las calles, cubriéndose con sus paraguas, con periódicos, con sus chaquetas, sombreros, buscando el calor de tabernas, fumaderos y cualquier tipod e local que pudiera ofrecerles un techo sobre sus cabezas. Jeremy Legrand, en cambio, no tenía tiempo que perder. Chapoteó por la calle todo lo rápido que podía dada su cojera, las insistentes gotas de lluvia golpeando incesantes contra la tela de su chaqueta, la cual trataba de proteger su cabeza del repentino diluvio, huelga decir que con no muy buenos resultados.

Acababa de salir de una pequeña función privada en una casa de la baja burguesía, y solo deseaba haber podido salir antes y evitarse la carrera en la lluvia. Sabía que por lo menos podría acortar unos minutos el camino a casa si pasaba a través de un par de callejuelas secundarias, por lo que se desvió en la siguiente esquina, su bastón marcando el ritmo de sus torpes pasos. Andrè, su hermano pequeño, estaba acostumbrado a quedarse solo en casa en la noche, pero eso no quería decir que le gustase ni a él ni a Jeremy.

Sin embargo, algo inusual llamó la atención del pianista. Una chica joven, de no más de 18 años, se encontraba parada frente a la puerta de una taberna. Un hombre discutía con ella desde la puerta y no pudo evitar escuchar lo que decía:

-¡Ya te lo he dicho! ¡No vas a pasar por esta puerta hasta que pagues tu deuda! ¡Ya puede estar el cielo cayéndose sobre nuestras cabezas!

¿Cómo podía decir algo así? ¿Iba a dejar a una mujer en la calle, sin más? Jeremy no era ningún héroe de último minuto, pero saber que la chica estaba bien le levantaría un peso de encima.

-¿Se encuentra bien, señorita?-preguntó, refugiándose bajo la cubierta del edificio donde ella se encontraba.- ¿Vive muy lejos? Si espera aquí puedo pedir a un coche que venga a recogerla.

por **Jeremy Legrand** Jue Jun 28, 2018 6:17 pm

No podía evitar dudar de que realmente tuviera un amigo humano... pero no veía mentira en sus ojos, gestos o tono. Y eso era algo que se le daba bien percibir, siempre aleta, desconfiado, esperando que los demás intentaran engañarle o burlarse... pero no era como ella. Él, pese a todo, siempre daba el beneficio de la duda, y estaba dispuesto a perdonar, si era el perdón merecido. No sabía lo que era aquella que se hacía llamar Arikel Voerman, y eso le asustaba, especialmente después de sentir lo que era capaz de hacer, estando seguro de que solo le había dejado ver una pequeña parte del poder que podría ejercer sobre él.

-¿Q-qué?-abrió los ojos totalmente incrédulo a lo que le estaba pidiendo, su cuerpo tensándose en la silla.- ¿Es...? ¿Es una broma?-miró en sus ojos, arqueando una ceja en desconfianza, pero... ella parecía totalmente seria.- A ver si lo he entendido... quiere que yo...-levantó la cabeza de su bastón, haciendo referencia a su clara incapacidad para seguir el ritmo de un depredador como ella en una cacería, nada más y nada menos, de otro depredador, según cómo lo pintaba.-... sea su ayudante en la cacería de esa cosa? Señorita Voerman... por mucho que quisiera y que confiara en usted, ¿cómo pretende que...? NO.-como si tuviera una revelación, se echó hacia atrás en el asiento, pegando la espalda al respaldo de la silla en una reacción que, aunque no pretendía serlo, fue bastante cómica.- No me estará pidiendo que haga de cebo para usted, ¿verdad?

por **Arikel Voerman** Vie Jun 29, 2018 5:25 pm

La vampiresa no se estaño mucho de ver la reacción del joven, que parecia haberse quedado sin duda sin aire al saber cual era el alocado plan de la vampiresa, más Arikel le observaba mientras sonrió de medio lado con esa cara de no haber roto nunca un plato, mientras este parecía analizar más detenidamente la petición que no daba credito, más a la vampiresa le parecía una de las mejores ideas que había podido tener, mientras negaba con la cabeza, parecía aterrarle la idea, pero Arikel negó con la cabeza como buscando calmar al humano que pareció histerico al pensar en la idea que había propuesto la platina.
-No, mira, tranquilo, serías el cebo perfecto, pareces indefenso, hueles bien.- Quizá eso le pareció algo extraño que ella dijera que huele bien, pero para los sobrenaturales eso era algo bastante notable en alguien. -Tu solo tendrás que interponerse en su camino y cuando te seleccione de objetivo ira a por ti, es sencillo.- Dijo Arikel sonriente.

Se quedó unos segundos pensando, igual lo que dijo le pintaba demasiado peligroso, asi que Arikel alzó la mano para que no dijera nada y terminar de esa forma de explicarse. -Veras, él ira a por ti, y yo le interceptaría antes de que llegara ni siquiera a rozarte, soy más rapida y más fuerte que él, no tiene nada que hacer contra mi y mi jefe estará contento conmigo.- Aseguro la vampiresa mientras seguía con su mirada clavada en los orbes ajenos que no parecía dar credito a lo que decía, y Arikel se avalazó en un rapido movimiento tomando la mano de Jeremy con sus frias y palidas manos de vampiresa. -Te prometo que no te va a tocar, te doy mi palabra, por favor.- Rogó poniendo cara de cachorro perdido.

No sabe si esas tacticas funcionarian con el joven humano, pero con los demás siempre a funcionado, se echó hacia atras en su asiento y se quedó pensativa. -Puedes pedirme a cambio lo que quieras, y trataré de dartelo.- Asegura mientras se queda unos segundos en silencio y de repente le mira con sus azules ojos muy abierto, como ocurriendosele la mejor idea de la historia. -¡oh! ¿quieres probar mi sangre? a los humanos os da efectos, sería una gota claro, pero te hará sentir bien, ¿quieres?- Se cortó el dedo con uno de sus afilados colmillos y entendió este como esperando que Jeremy lo lamiese. -No te hara daño.- Asegura y le sonrie con cierta euforia.

por **Jeremy Legrand** Sáb Jun 30, 2018 6:30 am

-¿T-tranquilo? ¡¿Cómo voy a estar tran...?!

Ella le interrumpió alzando su mano. Aquella era, de lejos, una de las situaciones más bizarras en las que se había encontrado, hasta el punto que no sabía decir si era una broma o si iba totalmente en serio.

-Bien, y si es tan sencillo y sin riesgos, ¿por qué no se lo dice a su buen amigo "humano"? Estoy seguro de que, si en verdad es su amigo, no le importará hacerle ese favor sin pedir nada a cambio.-se encogió de hombros, sus labios sellados en una mueca sarcástica.- Para eso están los amigos, ¿no?

No apreció en absoluto la mano de ella sobre la suya, apartándola inmediatamente, dejando ambas de nuevo sujetando su bastón, en su regazo. Sabía que no iba a tener elección, que si no hacía eso por ella las consecuencias podrían ser, como mínimo, desagradables. Soltó un suspiro resignado, tornando la mirada a un lado como si le estuviera costando dios y ayuda rendirse ante aquella petición. Fue entonces cuando ella volvió a hablar, ofreciéndole... ¿se acababa de hacer sangrar el dedo? Y lo que era peor... ¿se lo estaba ofreciendo? Una mueca de notable desagrado se dibujó en el gesto del pianista.

-¡No! ¡Lo único que quiero a cambio es que me deje tranquilo! Mi vida ya era bastante complicada sin.. sin...-no sabía lo que era ella.- ...criaturas como usted de por medio. Si le hago este favor, lo único que pido a cambio es que me prometa dejarme a mi y a mi familia en paz.

por **Arikel Voerman** Dom Jul 01, 2018 5:10 pm

Sin duda le estaba poniendo muchas pegas, aunque eso era algo dentro de lo que estaba previsto, mientras le miraba cuando sugirió que se lo dijese al humano que era amigo suyo, más la albina le miró y negó rotundamente con la cabeza. -Veras, ya lo pensé pero si hiciera eso mi Si.....digo, mi padre me mata, y no quiero problemas, asi que por eso decido confiar en ti.- Dijo finalmente la albina, sin duda podría ser algo divertido, o eso pensaba la chica se deslizó hasta colocarse al alado de él.
Más se quedo observandole, como parecía que estaba a punto de explotar por el enfado, y como se resignaba en la ferrea creencia de que Arikel le haría cosas terribles si no accedía a sus peticiones, no tenía el don de la telepatía como otros vampiros, pero no le costaba adivinar que se le pasaba por la cabeza a aquel hombre, deseaba ansiar la tranquilidad y al parecer la acción extraña de ofrecer su dedo sangrante no fue una idea que le entusiasmase al hombre, aunque tampoco se espero una reacción muy distinta a esa, para alguien tan ajeno al mundo sobrenatural era incluso algo normal.

Más las palabras del hombre se le antojaron algo crueles, lo que hizo que la joven enarcara las cejas y frunciera el ceño agarrando con brusquedad el cuello de la camisa del hombre para que este estuviera bien cerca de ella, mientras Arikel apretaba los dientes presa de la ira. -Tanto lloriquear, tanto lamentarse...dime, ¿sabes lo que es levantarte una mañana con los gritos de tus hermanos? correr al salón y ver como un hombre a entrado a tu casa, y ha matado a tu madre, a tu padre y está terminando de segar la vida de tus dos hermanos ¿lo sabes? intentar plantar cara y que todo lo que haces no le hace nada...¿sabes que es que te conviertan en lo mismo que él? te obligue a seguirle, cambiando tu vida por completo..- Ruge de manera furiosa, antes de soltarle bruscamente. -No, claro que no...

Arikel frunció el ceño como dolida por la forma de referirse a ella, cosa...ella no es una cosa, emitia bufidos sobre naturales mientras cogia la taza que había estado bebiendo, giró la mirada como si se hubiera enfadado con él, lo cierto es que no estaba muy contenta, pero su paciencia con el mortal se tambaleaba, lo creía más dulce, pero cuando quería picaba como un autentico escorpión. -¿me vas a ayudar o no? si no... largate, sigue pensando en tu ombligo..-dijo con tono herido mirandole con enfado.

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