It's time to change // Privado - Dimitry

Se acercó al condenado por la espalda, como ya era habitual en ella y le olisqueó al inclinarse hacia delante. Era extraño que un aroma que la primera vez la hubiera repelido de manera brutal ahora la atrajera, sobretodo teniendo en cuenta cómo la había tratado el condenado, ¿sería masoquista?

Se encontraba de espaldas, aún sintiendo los ojos ajenos clavados en su espalda, percibía con total claridad el aroma de la fémina y aún así no se volteó cuando sintió la respiración ajena -¿Cuál es tu afán de siempre olfatearme, cachorra?

Dio un respingo al escuchar al condenado dirigirse a ella y se echó hacia atrás, arrugando la nariz. -Soy un lobo, siempre nos guiamos primero por el olfato, es nuestro sentido más desarrollado, nuestro instinto más primitivo...- Murmuró con la boca pequeña, como si hubiese sido pillada in fraganti.

Introdujo ambas manos en su bolsillo, volteándose a enfrentar la mirada ajena con una simple sonrisa en sus labios -Ya conoces bastante bien mi aroma, me has tenido demasiado cerca de ti, varias veces, ¿No crees?- se encogió de hombros, dando pasos alrededor del cuerpo ajeno.

-Lo sé, hueles a hojas de tabaco, romero, sangre y un deje de madera húmeda.- Fue girando como si quisiera evitar darle la espalda al vampiro, siguiendo sus pasos mientras él la iba rodeando. -Pero eso no quita que a veces huelas un poco distinto. Puedo saber dónde estuviste o con quién...- Murmuró.

Estalló una carcajada al escuchar las últimas palabras que nacieron de los labios ajenos -¿Vas a vigilar mis pasos ahora, Reya?- aún no era capaz de borrar por completo la sonrisa -Eso sí que no me lo esperaba, primero los berrinches y ahora... ¿Celos?- dijo ésto último, tuvo que volver a reír de la situación.

Miró mal al vampiro, pues no le gustaba nada que se riera de ella y él no hacía otra cosa. Apretó los labios, deteniendo sus pies y dejando de girar en el centro le respondió. -¿Quién dijo nada de celos? Imaginas lo que quieres y obvias lo más normal. Puedes tramar algo con otra gente, un plan para atormentarme de nuevo y burlarte de mí. Porque está claro que te encanta hacer eso último.- Estaba molesta, pero se la devolvió.

Buscó contener la risa y la observó con curiosidad -Vamos, no seas dramática, no lo hago con intención de molestarte ni nada, solo que me sorprende el hecho de que reacciones así y las cosas que me dices.- le aclaró y buscó acercarse a ella -No siempre debes estar a la defensiva conmigo.

Sabía que mentía porque siempre le andaba buscando las cosquillas y rara vez lo hacía de buena manera. -¿Cómo no voy a estar a la defensiva? Cuando me relajo siempre acabas haciendo que lo lamente... Si no me das un calambrazo de los tuyos, logras que saque lo peor de mí y... Bueno, ya sabes cómo terminaron las cosas...- Resopló, ya que sólo de recordarlo le daban hasta escalofríos. No le gustó la Reya de aquel día, no quería que saliera de nuevo... Pero al condenado parecía gustarle más el monstruo que la humana que había en ella.

Acabó con la distancia que les separaba y se plantó frente al rostro ajeno, hablando firme pero calmado -Creo que es justo que sepas porqué lo hice- Comenzó y sus ojos se volvieron fríos -Tengo que saber, comprobar yo mismo que estarás a salvo cuando yo no esté cerca, que sabrás cómo defenderte y darte las bases para que aprendas a contrarrestar esas cosas que hago y que tanto te frustran.- intentó explicarle de la mejor manera posible, llevando su llamada hasta la mejilla ajena -Quizás lo veas excesivo, pero estoy dispuesto a cargar con eso.

El ceño de la castaña se fue frunciendo más a cada sílaba que pronunciaba el ruso. -Eso me plantea muchas dudas...- Respondió con sinceridad y prosiguió al enumerarlas una a una. -¿Por qué necesito estar a salvo? ¿A dónde vas a ir para no estar cerca? ¿Por qué te preocupa mi seguridad si piensas alejarte?- Sus ojos azules siguieron fijos en los foráneos, confiando en que esa vez no le haría de las suyas con su poder. -¿Es por eso que prefieres a mi peor lado que este?- Y obviamente no se refería a la loba, sino al crinos.

Fue asintiendo frente a cada pregunta que los pétalos de la fémina pronunciaban, y estaba claro, quizás su explicación había sido demasiado inconclusa -A ver, tranquila, y tómate el tiempo para reflexionar en lo que dije, es lógico que quiero que estés a salvo, porqué... Sí, y punto.- frunció los labios, y continuó -No se trata de que quiera alejarme, siempre existirán situaciones a las que debo acudir y puedo tardar más o menos tiempo... Pero siempre estaré esperando para volver aquí.- alzó su ceja ante la última pregunta y negó -Odio a los Lycan, eso no cambiará, por ende no, te prefiero así, tal y como estás ahora... Pero si esa forma es la que podrá defenderte, la necesito alerta.

No entendía la lógica del "porque sí y punto" y lo reflejó claramente en su rostro que se iba compungiendo en una mueca de disconformidad. Aún así, le dejó proseguir hasta que tocó un tema que tenía a Reya en vilo desde hacía ya tiempo. -¿Por qué odias tanto a los lycan? Eso es algo que aún no comprendo...

No esperaba la pregunta ajena, por lo que inconscientemente tenso sus músculos y dejo ser su mano -No creo que sea bueno tocar ese ahora, ni mucho menos contigo por razones obvias.- sentenció, desviando la mirada de lo claros orbes ajenos.