Delirium ~priv.~

Parecían mariposas, pero eran motas de polvo. Etéreas. Fugaces. Bailarinas suspendidas en un haz de luz. ¿Cuántas horas llevaba así, mirando sin ver, centrando sus ojos en algo tan ínfimo? Tantas como dictaba el castigo por intentar escapar. Siete noches y siete días atada, en aislamiento, sin nadie ni nada más que el sonido ahogado de su propia voz, el de los latidos de su propio corazón, el de su mente gritando en el silencio hasta quedarse ronca.

Quebrar el alma, apaciguar el espíritu, aplacar los demonios que susurraban en su oído. Todo eso era lo que pretendían hacer en ese sanatorio, poque claro, el delirium tremens que sufría la hacía peligrosa. ¿Enferma? ¿poseída? ¿perturbada? todos esos adjetivos y muchos más llenaban un expediente de varias hojas. Fichas y más fichas, doctores y más doctores, pastillas, pinchazos y electroshocks. ¿Estaban expulsando al monstruo o habían creado uno? Sonrió para sí misma, perdida en la contemplación de las pelusas que danzaban por la luz.

"Reclusa 235549". Esa era su identidad, lo único que rememoraba bien y que el tatuaje de números en su muñeca se encargaba de recordarle. Reclusa porque era peligrosa, porque había cometido algun delito. ¿Asesinato? ¿Asesinato múltiple? ¿Tráfico de armas, o drogas? quizás masacró un colegio. Quien sabe. El monstruo estaba dentro, de eso no cabía ninguna duda, sano, fuerte y en forma, tan sólo esperando la oportunidad de salir de nuevo a la luz.

Escuchó el sonido del cerrojo en la puerta, los pasos de los celadores y la monja que rezaba tras ellos. Les había dicho por activa y por pasiva que no recordaba nada, pero que ese no era su mundo, ella no pertenecía a ese lugar, nada era como ella estaba acostumbrada...y la tomaron por loca, encerrándola y sometiéndola a castigos arcaicos como los que salían en las películas de terror que había visto. "No se puede viajar en el tiempo". Claro que no, vaya gilipollez. Pero el caso es que ella no reconocía esas ropas, esas calles con calesas y la falta de luz eléctrica. Quizás fuera todo una gran pesadilla, una broma de su cabeza de proporciones épicas. Se había reido de si misma por estar tan loca, si es que en verdad lo estaba, pero su instinto afloraba una y otra vez, y ahora no iba a cometer los mismos errores.

— ¿está consciente?
— apenas, la han drogado mucho.
— llevadla al pabellón, no le quitéis las correas.

Las monjas rezaban a Dios como benditas pero pegaban unas hostias como soldados, además no dejaban de idear torturas para quienes les alzaban la voz, esas mujeres eran unas sádicas y unas reprimidas. Hacían bien de mantenerla atada porque de estar suelta iba a hacer una escabechina.

Cruzaron pasillos donde los internos e internas paseaban, deambulaban, la mayoría no controlaban los esfínteres o babeaban, y ella dejó que su cabeza colgase laxa, como si estuviera igual que ellos. La desataron para que se bañara, llevaba 7 días en el agujero, haciéndose encima, su hedor era un insulto. Se agazapó contra los azulejos mientras le daban con chorros de agua fría y caliente. Después el jabón y los polvos antipiojos, todo lanzado contra ella como si fuera un perro callejero al que hay que lanzarle las sobras con desdén. le dieron un pijama de pantalones y camisa, al parecer no quedaban batas. Caminó despacio mientras el celador le dejaba los dedos marcados en el brazo.

— esta noche vendré a visitarte pequeña...— le susurró el muy cerdo. Ni se movió, era mejor que pensasen que estaba todo en orden. Le trajeron la cena y las pastillas, que tragó sin problema, revisaban a diario que no se las escondieran bajo la lengua y cerraron la puerta. Vomitó en silencio guardando el contenido expulsado en la funda del almohadon. Iba a estar en plenas facultades cuando el celador apareciese. Una hora más tarde escuchó los pasos y se colocó tras la puerta; el hombre entró en la oscuridad, creyéndola dormida pero Isadora le lanzó la sábana por encima y saltó sobre su espalda. le hizo un candado con los brazos. El celador se catapultó contra la pared, tratando de aplastarla, pero el vómito ya ahogaba sus fosas nasales y pronto caería inconsciente. Apretó y apretó hasta que sintió la flojera de su víctima que se arrodilló tratando se sacarse de encima las telas, pero eso no sucedería. "235549". El pasillo con barrotes. El interruptor rojo. Un flash de luz...y todo su mundo se había venido abajo dando paso a éste, despertando en un cementerio y acabando por ahogar a un celador del sanatorio con un vómito. Genial, era todo muy punk.

El celador dejó de moverse y cuando estuvo seco totalmente, le robó las llaves y corrió al exterior. Se coló por las cocinas, entró en la carbonera y salió al exterior por la trampilla, llena de hollín y portando un pijama del psiquiátrico. Iba descalza, pero la prioridad principal era alejarse de ese centro. ¿Esta loca? sin duda, pero no como ellos pensaban. Su Delirium apenas comenzaba a manifestarse.

Aquella noche mi prometida había salido con unas de sus amigas, podía casi imaginar el tedio que sentiría escuchándolas parlotear sobre los sinsabores de la vida.
Dan había probado todo tipo de experiencias de mi mano, muchas de esas mujeres nunca comprenderían lo que entre ella y yo existía pues aparentemente eramos una pareja mas, de esas que plagan la sociedad.

Aproveché para salir con Assur que había vuelto de Rumanía, al parecer tenia unos problemas en el orfanato, así que entre copa de bourbon y algunas sustancias mas “opiaceas” conversamos durante horas poniéndonos al día.
Si algo teníamos en común ademas de que por nuestras venas corría la misma sangre y que aquel que detuvo el corazón de los dos era el mismísimo Cain, nuestro padre...era la cantidad de enemigos que ambos arrastrábamos por el camino.

Otro tema que ocupó parte de nuestro tiempo fue nuestro nuevo hermano Raziel, padre llevaba mucho que no trasformaba a nadie ¿que habría visto en aquel desgraciado? No sabíamos por donde paraba, pero tendríamos que visitarlo y evaluar su valía, que padre chocheaba era una evidencia para ambos.
-¿y el cabaret lEnfern? -pregunté a mi hermano dejando escapar el humo por mis labios y nariz como si fuera un dragón.
-Se lo habrá dejado a su nuevo cainita -bromeó Assur llevando después la copa a sus labios -yo que se, padre ha vuelto a desaparecer, así que no mentemos al demonio no sea que vuelva a aparecer.

Hablamos de Hania, de Sun, de Dan y de todo lo demás hasta que cansados d beber y fumar decidimos separar nuestros caminos pues Assur decía tener hambre y ansiar ir de caza, no solíamos hacerlo juntos porque entrabamos en ocasiones en un estado tal de frenesí sobre todo cuando andábamos de esta guisa en la que acabábamos teniendo encontronazos, así que en la puerta del Peccato di nostro nos despedimos emprendiendo cada uno su camino.

Me dirigí a los barrios bajos, el hedor a enfermedad, orín y mierda era nauseabundo, pero allí reinaba la pobreza, vagabundos, putas...tenia hambre y drogado y ebrio como iba mejor cazar en una zona que no me ocasionara mayores problemas ¿quien iba a preguntar por una puta desaparecida?

Serpenteó por las callejuelas de los barrios bajos, no daba crédito a lo bien conseguido que estaba todo. ¿Sería posible que la hubieran secuestrado y estuviera en un gran decorado ficticio como en el Show de Truman? Quizás ahora mismo la gente estuviera viendo por las pantallas en sus casas. Pero no, lo de torturar y sacar dientes o dar palizas no solía ser muy legal, seguro que los activistas pro derechos humanos no consentían algo así. ¿Y entonces? Dónde cojones estaba? vale, sí, en París en mil ochocientos y pico, eso le habían dicho. Pero podrían hacérselo creer en una elaborada pantomima.

¿Y si no era eso? Pues había viajado en el tiempo. Qué cojones. Eso era imposible. Entonces seguramente estuviera dormida y drogada en el psiquiátrico de White Falls y todo aquello sólo estaba ocurriendo en su cabeza. Pues vale... genial!! si era un sueño podía hacer lo que le viniera en gana.

Dos prostitutas caminaban calle arriba y calle abajo tratando de conseguir clientes. Se pegó a la pared de ladrillo y las observó, la que llevaba la falda morada calzaba una botas que no tenían tacón, esas podrían venirle bien. Sin saber cómo, su cabeza entró en un modo automático, osculta y sigilosa, se acercó a la mujer por detrás y le hizo una llave y un candado, arrastrándola al callejón si que éste pudiera emitir ni un solo quejido. Guau!! resulta que era como Van Damme, una máquina de matar. Pues mejor que mejor, porque haber sido reclusa por robar en un Primark era vergonzoso, al menos que hubiera sido por algo gordo.

Se agachó y le quitó las botas, colocándoselas por encima del pijama, sus pintas no eran muy buenas, pero esa falda tenía pinta de ser incómoda, y el chal de la mujer tenía más pulgas que un bareto hippie. Pasando, ya encontraría algo por ahí que le fuera de utilidad. Dejó a la puta allí tirada e inconsciente, se levantó y buscó con la mirada en los edificios, en el de la esquina alguien habbía puesto a tender un jersey, eso sí le vendría de perlas, ir en pijama y sin ropa interior era muy poco práctico para no morir de frio. Lo primero era agenciarse ropa que no tuviera chinches y que no contagiara la peste. Después buscar un refugio porque seguro que la iban a poner en búsqueda y captura... aunque claro, si no tenían policía con radios, ni twitter para difundir...¿cómo narices lo hacían para pillar a los delincuentes?

Estaba sediento, el tono rojizo afloraba en mis ojos cuando me despedí de Assur aquella noche, necesitaba ir de caza, no me bastaba con lo poco que había tomado, necesitaba dejar completamente seco a alguien.
Sentía como la adrenalina recorría mis venas, que cargadas de hambre pedían algo para mantener mi no vida.
Sangre, ese liquido carmesí que me sustentaba de noche y de día era el preciado tesoro que hoy buscaría.

Como un demonio recorrí las calles
Hoy era un demonio, un depredador, hoy no había piedad, no quería un poco de vitae, la quería toda.
Dejé que los distintos sonidos entraran por mis oídos, conversaciones mundanas, negocios prohibidos, jadeos de putas en los callejones escondidos.
Sonreí de medio lado al sentir un olor que nada tenia que ver con los demás, un perfume distinto a la podredumbre, al orín, a sexo, a suciedad.
Ella, la dueña de ese olor iba envuelta en ropas raídas, pero su piel por contra estaba limpia de toda enfermedad y suciedad,  desde el otro lado de la calzada se había detenido para mirarme, no pude evitar que de reojo mis ojos se fijaran en ese ser de rostro angelical que hoy iba a probar algo mas de lo que ella esperaba encontrar.

Desaparecí de enfrente de sus ojos, mas yo por ende no la perdí de vista, me escondí en un callejón cercano, dejando que poco a poco pudiera seguirme la pista, hasta que esta se colo en el seguramente atraida pro le misterio que alguien como yo solía producir en presas como ella.
Oscuro, silencioso, tan solo iluminado por la penumbra de la única farola que cercana brillaba en aquellas calles llenas de perversión y oscuridad.

Me sentía como el león que juega con su presa antes de comérsela cometiendo el tercer grado.
-Hola -susurré contra la piel de su cuello rozando por un instante su espalda con mi pecho desde atrás.
Dejando mi aliento golpear su nuca con cada una de esas letras, para desaparecer de nuevo entre las sombras de ese callejón en autentica penumbra.
-¿de verdad que quieres jugar con la muerte pequeña? -pregunté
-Hules de maravilla, hoy seras tu y no otra mi comida.


La empotre contra la pared pegando mi cuerpo al suyo, inmovilizándole con una mano sendos brazos por encima de la cabeza.
La sentía forcejear pegada a mi cuerpo, logrando con cada movimiento alzar mis ganas.
Su aliento golpeaba mis labios mientras nuestros ojos se encontraron llenos de odio.
-tengo hambre -asegure antes de hundir mi cabeza en su cuello para buscar con mis belfos su yugular hundiendo violentamente mis colmillos.

Deje que la sangre fluyera por mi interior, vigorosa, excitante, llena de la adrenalina que el forcejeo había propiciado en ella.

Fue entonces cuando vi como una consecuciones de extrañas imágenes, como una nueva vida, mas bien un nuevo mundo, unos muy distinto, por la carretera iban carros no tirados por caballos, edificios inmensos, una caja donde se veían imágenes ¿que era es? Ropas distintas.
Aflojé el agarre apartando mis agujas de su cuello
-¿que es eso que he visto? -gruñí hundiendo mis turbios ojos en los suyos sin soltarla para que no saliera corriendo, aunque con la debilidad que debía sentir ahora mismo dudaba eso fuera posible para ella.

Había visto a un tipo ricachón detenerse en el callejón y pensó que su cartera debía estar llena, eso le daría la suficiente ventaja para desaparecer unos días y ocultarse en condiciones hasta que pudiera replantearse los siguientes pasos. Pero a la luz del farol de gas parecía fuerte y desechó la idea, había que ser práctica en la vida, lo mejor era no complicarse.

Cruzó la calle rumbo a otra zona donde quizás pudiera noquear a algún cliente de las putas o algún borracho de los tugurios y con lo que sacase, comenzar a tirar del hilo de esa locura en la que se había convertido su vida de pronto. No lo esperaba, a su espalda el tipo grandullón le susurró algo y como respuesta se giró con el puño cerrado dispuesta a reventarle los morros, pero no llegó a suceder. Con una velocidad sobrenatural cazó la mano de Isa y la pegó contra la pared inmovilizándola.

-hijo de puta!! Suéltame, pedazo de mierda!!! Te voy a sacar los ojos, cabrón, me cargaré a toda tu familia!!!.- ¿en serio?¿era así de vulgar hablando? Bueno, quizás hubiera nacido en el Bronx, a saber. Se revolvió como un gato panza arriba, no pensaba volver al psiquiátrico, antes muerta. Pero entonces el tipo comenzó a hablar de que tenía hambre..- Pues si tienes hambre vete al McDonalds, a mi que me cuentas!!!!

Con cierta ceremonia el hombre se recreó en su cuello, hablando de su exquisito olor. ¡La madre que lo parió! Era un pervertido! Y lo que no se esperaba es que la mordiese. De pronto sintió el subidón de adrenalina, sus pupilas se dilataron y la cabeza comenzó a darle vueltas, todo quemaba, sentía como si le hubiera invadido el cerebro y el mundo se plegase y estallase en mil pedazos. Cuando la soltó fue como darle al interruptor de off y regresó a la realidad como si le hubieran dado una patada.

-puto caníbal... me has mordido...¿te crees uno de esos de Crepúsculo? Joder...augh...

Lo empujó para sacárselo de encima pero no podía, estaba muy fuerte y ella sentía las piernas de gelatina. Se llevó la mano al cuello, si no detenía el sangrado moriría y por lo que había visto, en ese lugar los hospitales eran como antes de la guerra mundial. Entonces cayó en la cuenta de lo que le había dicho. ¿Qué era lo que había visto? Se refería a lo que había en su cabeza? Ciertamente lo había sentido invadir sus pensamientos, era algo incomprensible, pero últimamente todo era bastante incomprensible.

-¿estabas en mi cabeza? Bah... no puede ser real. Todo esto es un delirio. Esto me pasa por ver películas de Tarantino.

Pero para ser un delirio lo sentía todo como si fuera real. No quería hacerlo, luchaba con todas sus fuerzas para resistir la flaqueza de las piernas, más no le fue posible y se venció hacia delante apoyando el peso del cuerpo en la frente contra el hombro del caníbal.

Sin mediar palabra, el hombre la cargó al hombro como si fuera un saco de patatas y caminó hasta un hostal cercano, pidió habitación y se adentraron en una que se encontraba en el primer piso. Genial. Iba a ser pasto de una psicópata. Quizás ella también lo era, en cuyo caso era todo una broma muy irónica del destino. La lanzó sin muchos miramientos sobre la cama haciéndole preguntas sobre cajas mágicas donde se veía gente y carros sin caballos.

Isadora seguía alucinando con todo aquello, pero en algún momento su cerebro reconectó con las palabras del extraño y se puso en marcha su maquinaria mental.

- vale tío... lo entiendo... todos tenemos nuestros problemas, eh? Necesitas un chute o algo...y yo también. Mira, no sé si lo has visto o no, o sólo eres como esos adivinos de la tele que dicen que ven cosas... pero es que no te lo vas a creer. Me desperté aquí en esta época o lo que sea que es esto, pero yo solo se que estaba en Vancouver, que Trump era el presidente de los Estados Unidos, que me encerraron en el White Falls y luego... buuuum. Esto. No recuerdo mucho más. Dicen que estoy loca, que alucino, que invento cosas...yo que se, pues igual si. Pero no quiero volver ahí, ese sitio es lo peor. Muere gente ¿sabes? Si te trincan a ti lo vas a pasar mal, esas monjas están muy salidas.

Enarque una ceja ¿McDonals? Que era eso, un lugar donde podían alimentarse los vampiros a voluntad, algo como el Peccato di Nostro donde íbamos para paladear la vitae de las esclavas.
-¿Crepúsculo? -enarqué una ceja sin comprender una mierda de sus delirios. No sabia bien que había visto, pero fuera lo que fuere no era de este mundo y padre me había enseñado a comprender que cuando una posibilidad como esta se presenta ante tus ojos no podía ser desperdiciada.

Sus piernas flaqueaban y aunque la boca de esa doncella era mas similar a la de una furcia que a la de una dama, pasé por alto aquello para cargarla como un saco sobre mi hombro, pataleó como era de esperar, no esperaba menos de alguien como ella, que aunque no parecía una guerrera, no una al menos como las que había visto hasta ahora, si era peligrosa.
Mi diestra sujetaba sus nalgas mientras caminaba sobre el adoquinado suelo sin mirar atrás, escuche voces que se alzaban, pero en aquel barrio de mala muerte, jugar con las putas en moteles no era algo extraño ni que pudiera empañar mi reputación, una que debía cuidar.

Una vez en la cámara dejé caer su cuerpo sobre el lecho sin demasiados miramientos, trataba de entender lo que había visto, pero era complicado, aquel mundo para mi era desconocido ¿de donde cojones venía? Había visto pasar frente a mi civilizaciones, mundo que habían caído ante mis ojos para crear unos nuevos y nada se asemejaba a eso.
Estaba ebrio, así que podía estar algo confuso, pero a tiempo de matarla estaba, así que …

Empecé a hacerle preguntas, una tras otra y todas ellas esperaban una respuesta clara y concisa.
Negué con la cabeza cuando despezo a decirme que necesitaba un chute, vaya eso era de lo poco que entendía.
-Un chute no, pero una copa no me vendría nada mal -apunté caminando hacia el mueble bar para servir un par copas de bourbon.
Fue entonces cuando dijo lo único sensato de la noche, vale, no era lo de Trum o Vancouver, si no que venia del futuro, vale si, también me sonó muy a creíble lo de que estaba internada en un manicomio, pero eso no era realmente importante.
-Del futuro -dije relamiendo las gotas de licor que habían manchado mis labios -perfecto, eso que he visto es el ¿1900? ¿2000? Olvídate de las monjas, no me preocupan, háblame de ese mundo ¿como es?

Le acerqué la copa con una sonrisa ladeada, mas cuando estiró la diestra para atraparla la aparté ligeramente negando con la cabeza.
-Tchtchtch -responde a mis preguntas -dije hundiendo mis orbes en los suyos y después podrás beber cuanto quieras.
-¿Hay vampiros en tu mundo?
Era importante saber si manteníamos la mascarada o nos habíamos impuesto como los depredadores absolutos. ¿Es Trump un vampiro? ¿Que es Crepusculo? ¿como has llegado aquí? ¿magia?
Di un nuevo trago esperando que hablara.

Tras estirarse un poco sobre el colchón recuperó apenas un hilo de cordura, el mareo comenzó a descender y las palabras del extraño sobran claras y concisas. Se fijó en su aspecto a mitad camino entre malote y galán de Hollywood. Se hizo un breve silencio y la viajera del tiempo sonrió de medio lado.

-2018. ¿Que cómo es? Pues un gran vertedero de mierda, como este. Pero al menos tenemos Netflix.- el hombre enarcó una ceja y la morena resopló. - vale...es un servidor online donde puedes ver series y pelis en streaming.- el vampiro enarcó otra ceja y la mujer puso los ojos en blanco.- vale... que aún no se ha inventado el cine...¿en que coño gastáis vosotros las horas muertas? Mira, es como si...hum...¿teatro? De eso si tenéis. Imagina que pudieras ver en el sofá de tu casa en esa caja todas las obras de teatro del mundo, cuando tú quisieras, saltarte la que no te gusta y volver atrás si te perdiste algo... pues algo así. Y no sólo en la caja de tu casa, todos tenemos móviles, que son unos pequeños aparatos que te permiten hacer eso, o hablar con alguien que está al otro lado del mundo. Todo está conectado por una red invisible que se llama internet.

Cuando fue a coger el vaso con el trago el tipo se lo retiró y le dijo que quería saber más cosas. Frunció el ceño. ¿Sería como esos supuestos psiquiatras que le seguían la corriente para sacarle información y luego decir que estaba loca y que necesitaba electroshock? Pero entonces vino la pregunta bomba e Isadora estalló en carcajadas.

-¿vampiros? Claro que si tío!! Está Drácula, Lestat, Louis, los maricas de Crepúsculo...y el puto amo Blade.- de nuevo la expresión de Joe fue sería y ceñuda. ¿Lo decía en serio? Entonces...¿no era un psicópata pirado y caníbal? Era un fucking vamp.- ... Brutal... eres un vampiro de verdad. La hostia!!!...¿y ahora me van a salir colmillos? No me jodas!! Me has mordido

Reculó hacia atrás sobre el colchón llevándose la mano al cuello, había visto demasiadas películas y series de ciencia ficción como para saber que si te mordía un vampiro quedabas vinculado o algo así y si te daba su sangre te crecían colmillos y te convertías en uno de ellos.

-¡eh! No, no, no. Si puedes deshacerlo, quítamelo, lo que sea que me hayas hecho.

No podía demostrarle nada de lo que decía, se despertó en camisón en un cementerio, no recordaba demasiado, sólo lo que era la vida cotidiana en su época y luego difusamente los barrotes y los uniformes militares.

- joder... entonces...Aun no han pasado muchas cosas. ¿Pues sabes que? Que te voy a joder la sorpresa por haberme mordido. El hombre llegará a la luna en julio de 1969, una misión espacial llamada Apolo XI. - levantó la barbilla desafiando al vampiro.- Menudo fraude...una vez vi un documental que decían que los vampiros no eran seres sobrenaturales, que tan solo es una enfermedad llamada porfiria, o sea que a tu sangre la faltan glóbulos rojos y por eso tienes que tomarlos de otro. Así que menos humos, que igual sólo estás enfermo. A todo esto...¿tendrás un nombre, no? Seguro que es algo guay así como Markus o Cornelius... yo no se como me llamo en verdad, les dije el primer nombre que vi, que estaba grabado en una lápida, Isa. Pero podría llamarme algo ridículo como Kimberly, Buffy o Danerys, la gente no tiene gusto para ponerse los nombres, usan los de los personajes de series famosas para parecer más interesantes. Si estás vivo en 2018 no dejes que muera el autor de Juego de Tronos... mierda ahora que caigo no veré el final!!

Di un nuevo trago mirando a la mujer por encima del vidrio, 2018, eso quería decir que quedaban 200 años para llegar a ese “vertedero de mierda” donde al parecer vivía ella. Para alguien como yo eso no era demasiado tiempo, mas bien un suspiro. La llegada de esta mujer nos permitía jugar con ventaja. Esta información podría resultar nos muy útil a los Black, podíamos sabiendo lo que pasaría antes de que sucediera cambiar ese futuro a voluntad.
Dar un golpe maestro contra Hector y su camarilla que se empeñaban en mantenernos ocultos como si fuéramos ratas. Eramos una raza superior, hijo de Cain me sentía agraviado por ser perseguido por cazadores, inquisidores y otras ordenes de humanos a los que de unirnos todos los inmortales y cobrarnos nuestra hegemonía podridas aplastar como hormigas.
¿Que tenia de malo que los humanos supieran que vivían a al a sombra de dioses? Eran ovejas, siempre necesitaban a un pastor ¿por que no coger pues el cayado y azuzarlos?

Enarque una ceja cuando empezó a decirme que en la caja tonta esa que teníamos en casa al parecer había magia invisible o unos hombres haciendo teatro. Debían ser como actores esclavos, les decías adelante y atrás y ellos obedecían tu voluntad, bueno, eso no estaba mal, pero para eso no necesitaba una caja, podía poseer un teatro ¿acaso ir a una obra teatral no era un modo de entrar en sociedad, de cerrar negocios varios?
-¿Magia? ¿Internet es magia?
Ella se reía por el ceño fruncido que tenia y al parecer como mi cabeza echaba humo intentando comprender de lo que hablaba.
-¿Como nos divertimos? -ladeé la sonrisa con picarda mientras con la cabeza señalaba el mismo lecho en el que estaba sentada.
Ella resoplo mientras yo ensanchaba la sonrisa.

Volví a centrarme en sus palabras cambiando mi semblante a otro mas serio mientras ahora si dejaba la copa en sus manos.
-¿Blade es un apodo de Black? Sin duda los maricas de Crepusculo tenían que ser aquello que querían guardar la mascarada escondiéndose como ratas, lo de Dracula y Lestat no lo había pillado, pero serian clanes aparte, no parecía importante..
Llevé mi mano a la sien masajeandola cuando saltó como un resorte para caer ahora en que era un vampiro.
-bien, ahora que lo has pillado, vamos a dejar las cosas claras, yo soy un ser superior y tu solo sigues con vida porque me interesa ese mundo que los Black reinaremos algún día.
No vas a convertirte ¿ de acuerdo? Así que relájate

Esa mujer pasaba de un estado a otro en décimas de segundo, enarqué una ceja ¿enfermo?
-Yo no estoy enfermo, soy el hijo de Cain, soy uno de los primeros vampiros en doblar este mundo, he visto civilizaciones alzarse y caer, héroes y villanos coronarse en los dos bandos y al final solo yo he permanecido inalterable en el tiempo.

¿Juego de tronos? Que era eso, alguna guerra importante que habría en su mundo.
-¿Juego de tronos? -elevé una mano callándola cuando la vi abrir la boca para hacerla callar -da igual, no quiero saberlo -apunté ya imaginando que su explicación sería otro sin sentido -te diré lo que haremos, vas a portarte bien, te llevaré a mi casay vas a ser buena y disciplinada, entraras allí como una de mis esclavas y no hablaras nadie de que eres una viajera del tiempo, de hacerlo te ingresaré en le manicomio, así que a partir de ahora ante la sociedad eres mi preciosa sobrina, una doncella algo descarriada que a venido a París bajo mi cobijo para que le encuentre dote y marido ¿bien?

Se divertían haciendo hijos, claro. Eran esas cosas de las sociedades antiguas que no tenían condones ni televisión, aunque supuso que si era vampiro de verdad sería estéril como todos los de las pelis. Bueno, en casi todas las buenas, lo mejor era no enfrentarse a ellos al menos de noche, porque eran poderosos, y para que arriesgarse cuando solo tenía que levantarle la persiana al amanecer.

-¿magia? Hum... más o menos. Internet es algo invisible que te permite burlar la seguridad de un banco, o localizar un enemigo a tres mil kilómetros y abatirlos con un dron, que es como un pájaro máquina. Te permite ver qué hace otra persona en el otro lado del mundo o enviar con una pulsación a un botón, una canción que queda grabada. Puedes llevar en el bolsillo todas las canciones del mundo, o capturar un momento como este. ¿Ya se ha inventado la fotografía? Es como una pintura pero es idéntica, es tal cual lo ves.

Charlaron un poco más sobre los inventos del siglo XXI y finalmente Joe le dijo que se la llevaría a su casa y que la haría pasar por su sobrina descarriada en busca de marido. Sonrió ampliamente. Eso era un puñetazo.

-esto es como una fiesta de halloween pero diaria, me mola. Quiero decir, que esto de disfrazarme de dama parece divertido. Tendré que ponerme guantes.- giró las muñecas y le enseñó los tatuajes, su número de reclusa y el del grupo Kiss.

Por lo pronto acompañaría al vampiro, le seguiría la corriente y trataría de averiguar si había algún modo de regresar a su tiempo, pero sin influencias ni contactos ni dinero, no sería posible. Había sido una suerte providencial toparse con un ser sobrenatural y poderoso, sería más fácil de ese modo, no tendría que preocuparse además por sobrevivir al frío y al hambre.

Hambre. Tenía un hambre voraz, en el sanatorio les daban unas gachas asquerosas y no recordaba cuando había sido la última vez que comió, al haber estado en aislamiento la ración se reducía, y encima el puto Blade casi la había drenado.

-oye Black, ¿podemos conseguir algo de comida? Creo que tengo un agujero en el estómago. -Ya que no le decía el nombre, usaría el apellido que le había dicho, al menos eso debía ser cierto. A una orden del vampiro alguien subió una bandeja de comida y dio buena cuenta de ella, estaba realmente hambrienta, cuando acabó comenzaba a despuntar el sol. Miró por la ventana y se levantó a cerrar la persiana y echar las cortinas.- ¿estallas en llamas? ¿Explotan tus tripas?en las películas y los libros cada autor pone lo que le dala gana. Yo siempre pensé que era más como reducirse a cenizas. Bueno, ahora eres mi único bote salvavidas, así que dejaré la ventana quieta.

Se estiró en la cama y cerró los ojos, la huida del sanatorio y el drenaje de sangre la habían dejado agotada. No le importaba hacer vida nocturna, es más, a su cabeza acudió un recuerdo difuso de una noche de fiesta, ¿aquello eran los jardines de La Casa Blanca? Quizás tuviera que ver con su vida antes de la amnesia. Seguramente el vampiro no pegase ojo, pero ella estaba literalmente agotada y se durmió, todavía le dolían los golpes de porra en su espalda y el roce de las correas. El electroshock no había dejado quemadura esta vez.

Se despertó porque tenía ganas de ir al lavabo, iba oscureciendo ya y cuando abrió los ojos divisó los orbes brillantes del cainita. Vale, era guay, era como una peli, pero se estremeció, era como una sombra, voraz y letal y eso removió alguna cosa que su cabeza había desterrado al olvido.

-voy a liberar a Mandela. O sea... que tengo ganas de ir al baño.

De la misma forma que ella tenía su jerga, también le sonaba raro esa forma de hablar que tenían en 1800, tendría que tomar nota, pero bueno, lo más prudente sería guardar silencio, sonreír y hacerse la tonta, eso se le daba bien. Salieron del hostal y Black pidió un coche de caballos, eso era cojonudo, era como estar en el parque de atracciones. Se detuvieron frente a una mansión y no pudo evitar pensar en la suerte que había tenido, si la hubiera recogido un cura, ya estaría de nuevo atada y drogada, ese siglo era aún oscuro.

-vale, seré tu sobrina, pero no esperes que acepte de verdad a uno de esos con sombrero de copa y aires de señor. Yo soy un espíritu libre, ¿entiendes, colega? Vale, a ver qué tal así...- se llevo la mano al pecho con cierta afectación, haciendo un poco de teatro.- señor Black, creo que estoy algo mareada de tanta emoción, si me disculpa me iré a, tocador...¿bien?¿doy el pego? Pfffff menos mal que vi Mujercitas y Orgullo y prejuicio.

Le asignaron una habitación y la dejaron darse un baño. Las criadas se quedaron con ella inspeccionando su cabeza y buscando alienígenas, frotaron su piel y le dieron masajes de aceite, tenía más pinta de obrera que de dama, y eso tenían que remediarlo.

Mi “sobrina” deslenguada por fin guardaba silencio, hablaba de un futuro completamente para mi desconocido. Había visto caer civilizaciones y si bien el tiempo siempre era inexorable y los avances del hombre avanzaban sin tregua en esta ocasión esos 200 años me parecían demasiado agresivos, como si fuera otro mundo.
Meditaba en mis aposentos mientras las doncellas preparaban a Isa para adecentarla, sin duda el trabajo con ella era arduo, por no contar que su gran bocaza la perdía, mas era una doncella bella, esperaba que eso bastara para que los hombres escucharan menos y miraran mas y así no ser descubierta.

El mayordomo golpeó mi puerta, Assur y su pequeña mascota venían a visitarme, al parecer mi hermano quería presentarme a Belcebu, si bien en otro momento me hubiera resultado divertido hoy me parecía providencial su visita.
-Hazlos pasar -dije sin mas.
Assur y yo compartimos copas y como no información, este parecía reticente a creerme, así que se lo mostré.

Ambos seguidos del nuevo cachorro de mi hermano nos metimos en el baño, Isa seguía desnuda siendo perfumada y despiojada mientras los dos la mirábamos comentando aquello que había visto y que si él la mordía podría ver por si mismo.
-Vamos Joe, estábamos muy borrachos, hubiéramos podido ver un elefante volando y nos parecería real -apuntó mi hermano con esa socarrona sonrisa que se gastaba.
Asur se distinguir entre un colocon y una visión, lo vi -aseguré.
Esta bien, Belcebú, ve a jugar con Nym.
Cacé del pescuezo al pequeño demonio.
-Vete a jugar contra la pared mostruito -dije enarcando una ceja mientras le señalaba el lado contrario a donde estaba Nymeria.
-Vamos Joe, esa niña será tu perdición.
-no me hagas habla de perdiciones Assur, o te recordaré a la chiquilla de Hector, esa que te acaba e hacer padre de un problema complicado.

Mi hermano ladeo la sonrisa y caminó hacia la tina acuclillándose frente a la joven viajera.
-Mi hermano dice que vienes del futuro, yo solo veo a una furcia que ha visto una oportunidad de llenarse de sedas sin mas, pero si es cierto, déjame comprobarlo -dijo ladeando la sonrisa mientras extendía su diestra para que le prestara la siniestra y morder su muñeca.

Aunque las mujeres del servicio se esmeraban en arreglarle el pelo, tenía la ligera sospecha de que ese vampiro debía tener un poco de trastorno obsesivo-compulsivo con el tema de la suciedad. ¡¡Claro que no tenía piojos!! en el siglo XXI eso sólo pasaba en las guarderías y en los países subdesarrollados. Por contra se había fijado que a la mayoría de la gente le faltaban dientes, probablemente la higiene dental dejaba que desear. Se revolvió con algunos tirones del pelo, pero lo cierto es que el agua caliente sobre la piel la revitalizó, estaba muy a gusto allí con el olor a jabón, lejos de las duchas frías, en un suelo lleno de mierda y compartido con los demás internos, con olor a moho y muerte.

Reposó la cabeza dejando que le pasaran el peine una y otra vez mientras cerraba los ojos unos segundos y una melodía acudía a su boca. Tarareó sin darse cuenta.

Big wheels keep on turning
Carry me home to see my kin...
Sweet home Alabama
Where the skies are so blue
Sweet home Alabama
Lord, I'm coming home to you

Sweet home Alabama:

¡Joder! ¿Era sureña? tenía acento canadiense, no tenía pinta de ser de Alabama. Luego recordó sus habilidades como máquina de matar, quizás fuera soldado, y en Alabama se encontraba Fort Benning, una de las sedes de las fuerzas especiales. ¿Sería una boina verde del 20º batallón de Alabama? Aún tenía muy confusos los recuerdos y sólo tenía algunos flashbacks de escenas sueltas, imágenes inconexas que no le daban la información que necesitaba. Sí recordaba canciones, comidas, películas y todo aquello que tenía que ver con su estilo de vida, pero no recordaba su infancia, su juventud o qué había pasado para acabar siendo una reclusa.

Tratando de poner orden en los retales de su mente, la puerta se abrió y aparecieron los dos hombres y un niño de fría mirada. Hablaban como el que va de paseo al zoo mientras ella estaba allí metida en el agua, sin ropa y con dos mujeres revoloteando a su alrededor frotándola, peinándola y dios sabe qué más. Rodó los ojos y resopló.

— Una mansión de 40 habitaciones y tenéis que estar todos en esta. ¿Era necesario? Tanto sombrero de copa y tantos modales rancios... y sois tan pervertidos como cualquier kinky sureño.

Assur se le acercó, acuclillándose en la bañera y sin pensárselo dos veces se presentó como el hermano y la llamó furcia. Isa pestañeó dos veces y se incorporó lentamente poniéndose las manos sobre el pecho para no enseñar nada, no por vergüenza sino porque no le daba la gana que el otro vampiro disfrutara de las vistas y había un niño presente, hasta que lo enviaron fuera.

— Sí, yo soy la furcia oportunista y tú eres...? ah! ya sé, el hermano mayor que cuida de que no engañen a sus pequeños hermanitos de dos mil años. Blade no necesita una niñera...¿tú sí?— Miró a Joe, provocándolo. Cuando Assur le pidió la mano para comprobarlo por él mismo se pegó a la bañera aún más.— ¿Qué? ni hablar, tío! ya me ha drenado él. No soy muy buena en matemáticas, pero yo diría que si el cuerpo humano tiene unos 5 litros de sangre él se ha llevado dos, si tu te llevas otros dos moriré y no era el plan que tenía para hoy.

Estiró una mano y agarró una toalla que se puso encima mientras salía de la bañera, la mojó al arrastrarla por el agua, pero no le daba la gana que la vieran como si fuera un bicho disecado. Se giró hacia Assur una vez envuelta en el albornoz.

—¿Tú no has posado para Gucci? me recuerdas mucho a un tío de un anuncio...claro...que eso será dentro de 200 años. ¡Lo mismo te cansas de ser el Señor Oscuro y te vuelves modelo! La moda en el siglo XXI es algo extraña, pero lo que hacéis ahora... esto no tiene nombre. ¿No tenéis pantalones vaqueros? ¿se ha inventado la lycra? pffff... eso es una tortura.— señaló las enaguas, el vestido y toda la parafernalia.

Mi hermano no destacaba por su humor, tampoco por su paciencia, así que cuando Isa aseguró con esa lengua viperina que se gastaba que él era el hermano mayor que cuidaba del resto de Black, no pude evitar ladear la sonrisa, puede que hubiera una época en la que fue así, Assur era el mayor de todos y el que mas  guerra le dio a padre, el que enfrentó todo lo que pudo al demonio y protegió a nuestra hermana de sus caprichos. El tiempo nos había convertido en demonios, aunque conservábamos de cierto modo esa lealtad que nos unía a todos, era tiempo de volver a cabalgar de nuevo, demasiado tiempo en las sombras.

Mi hermano desvió hacía mi la mirada con una sonrisa ladeada, me limité a encogerme de hombros, la mitad de las veces no entendía de l oque la joven viajera hablaba.
-Creo que ademas de obsesivo te esta tirando los trastos -apunté con cierto deje divertido escuchando resoplar al joven que ahora tomaba una toalla para cubrir su desnudez de nuestras miradas.
-esta claro que siempre he sido el mas guapo de todos -apuntó Assur ignorando a la chica que para él solo era una demente.
-No es eso lo que decía madre -apunté poniendo cara de ser el mas guapo de la familia mientras llevaba mi diestra  la barbilla, claro que si algo no había menguado en estos 6000 años es que ninguno necesitaba abuela.

Assur devolvió la mirada a mi “falsa sobrina” esta se negaba a ser mordida, no quería morir drenada ¿por que imbéciles nos tomaba.
Con un gesto le indique a Assur que lo hiciera, nada lo convencería si no lo veía por si mismo, así que este en un movimiento sobrenatural que la dama no espero atrapó su cuello con la diestra y ladeandolo ligeramente con un movimiento de dedo, hundió sus dos agujas en la yugular atravesando su inmaculada piel.
La toalla resbaló por su cuerpo cuando esta siendo abrazada por mi hermano y sumida en aquel placer que el vampiro otorgaba perdió toda consciencia de la vergüenza casi emitiendo un jadeo.

Tras unos instantes, los suficientes como para que la sangre de la loca corriera por la venas de Assur este se separó de ella con los labios manchados de carmesí, su mirada habló por él, o había visto, me creía y ahora poseíamos algo que nadie tenía, el futuro era nuestro y la información el poder necesario para cambiarlo a voluntad.
-Vestirla y preparar una copiosa cena -ordené a las sirvientas -bienvenida a la familia -apunté con una siniestra sonrisa.

Y así es como empezaba Entrevista con el vampiro, con la transformación "involuntaria" de un torturado Louis. No es que Assur no fuera guapo, pero no tenía el carisma de Tom Cruise, eso por descontado. Cuando el vampiro se apartó sintió las piernas desfallecer de nuevo, pero al menos no la había matado. Iba a increparle, a decirle mil maldades que se le ocurrían en ese instante, pero no fue capaz, al parecer con la pérdida de sangre iba también implícito esa especie de relajación placentera que provocaban con la mordida. Era como los animales venenosos, que tenían un bonito aspecto justo para eso, para atraer a las presas y enredarlas para después engullirlas.

En menos que canta un gallo salieron todos del baño dejándola floja como una muñeca de trapo en manos de las sirvientas, que le hicieron lo que les dio la gana, la peinaron, la vistieron y finalmente la llevaron al comedor. Por el camino se detuvo frente a un espejo.

— ¡No me jodas! parezco Escarlata O'Hara...— A su mente le acudió ese clásico del cine y los gestos de arpía que tenía Vivien Leigh, se agarró las enaguas y le dedicó al espejo una mueca teatral y afectada.— "Aunque tenga que matar, engañar o robar, a Dios pongo por testigo de que jamás volveré a pasar hambre"

Las criadas la miraron condesconcierto y ella estalló en carcajadas, aquello podía ser más divertido de lo que pensaba, era como estar en una película. Bajó al salón moviendo las sedas y haciéndolas volar en media vuelta como si danzase. Se sentó frente a los platos y disfrutó de la comida como si no hubiera comido en meses. Lo cierto es que aquello era mucho mejor que los fideos de sobre y las hamburgesas grasientas en los dinners que había a la salida de las discotecas. Los hermanos y el crío de ojos que daban mal rollo se reunieron a puerta cerrada y ella se dedicó el resto del tiempo a relajarse, disfrutar y finalmente caer fundida en la cama.

El amanecer pasó sin pena ni gloria y cuando despertó era pasado el mediodía, la casa estaba en penumbras, supuso que lo del sol no era un mito, bajó y pidió un desayuno, parecía no tener fondo en lo que a llenar el buche se refería. ¿Qué haría hoy? se suponía que era una sobrina casadera de Joe, debería empezar a adoptar el papel. Se vistió con la ropa que el ama de llaves le indicó, le hicieron tirabuzones en el pelo. ¿En serio? que cosa más ridícula, parecía Lady Gaga con un mal día, pero bueno, al parecer era la moda. Deambuló por la casa y salió al jardín, allí paseó entre los inmensos jardines bajo la atenta mirada del personal de Joe, que era un obseso del control, y terminó por regresar cuando los nocturnos se despertaban, apenas cayendo el sol.

— ¿Podemos ir a algun sitio? no sé, una cafetería pija, algún lugar de esos...¿tenéis café, no? Si no, no podré aprender lo que necesito saber para parecer de este siglo.

Sin saber cómo, una hora más tarde se encontraba en el centro de París entrando a uno de los cafés más elegantes y sofisticados de la capital.

El viaje fue duro, pero él lo era más. No era ningún pusilánime, había cazado objetivos prioritarios durante varias guerras, hacía el trabajo sucio de su gobierno sin temblarle el pulso y todo ello era fruto de una facilidad innata para ese cometido, perotambién del equilibrio mental, el cálculo y la preparación. Estaba sobradamente entrenado y esta misión no sería de otro modo. Él quertía reunir a sus compañeros, a aquellos que fueron sus hermanos en el infierno, los que compartieron con él la masacre de Afganistán y otros episodios terribles, pero algunos habían muerto, otros estaban internados y el caso más extravagante era el de Andy. había llegado a infiltrarse en la institución mental donde la tenían, casi siempre en el módulo de aislamiento, pero el caos que sucedió en la explosión hizo que todo saltase por los aires. Tirando del hilo logró averiguar que allí experimentaban con algo más serio que las drogas o la creación de super soldados, estaban experimentando con los viajes espacio-temporales.

Se la había tragado la tierra, no literalmente, pero estaba claro que había atravesado la puerta 9, tras la que se enconbtraba el colisionador de hadrones que podía abrir el agujero. Sin duralo se la ingenió para saltar por él de la misma forma y apareció en aquel lugar, con el que pronto se fundió y se mimetizó, no cometiendo el mismo error que ella, pues él sabía que aparecería en otro lugar y época. Llevaba dos semanas en la ciudad buscándola y cuando al final dio con su paradero a base de consultar noticias extrañas en los diarios, donde dio con su aparición en el cementerio, resultó que se había escapado del sanatorio. Muy propio de ella. Ya iban tres.

Cuando la vio descender de aquel carruaje se quedó estupefacto. ¿En serio? ¿tirabuzones y lazos? iba acompañada de un caballero que parecía estar en forma. Se ocultó entre las sombras y se coló en el salón, con el objetivo de contactar con ella, de hablar con ella.

Solo por no oír a la demente viajera accedí a llevarla a una de las cafeterías mas importantes del centro de París, esperaba que no me dejara en ridículo, mas si en lago tenia razón mi “adoptada” sobrina en edad casadera, es que si quería que la sociedad creyera mi mentira, había que interpretarla, esperaba que sus dotes teatrales estuvieran a la altura, según las doncellas así era.

Tomamos asiento en la terraza, hacía un par de horas que el astro sol se había retirado para dar paso a un noche estrellada.
La joven miraba a todos lados, las mujeres o acompañadas por hombres que fumaban puros y las lucían con orgullo, conversaban animadas con ellos hablando de memeces pero que esperar de mujeres florero ¿una conversación interesante no desde luego?

Varias se detuvieron frente a la mesa interesándose por mi acompañante, seguramente porque yo era un hombre prometido, los rumores volaban y bien podían pensar las sucias mentes que era mi “amante” algo que en fondo no estaba mal visto por los hombres, claro que ninguno de ellos era tan necio como para exhibirlas en publico, a fin de cuentas la discreción lo era todo en este mundo.
-Es mi sobrina, hija de uno de mis hermanos pasará un tiempo en París para buscar marido.

No me faltaron pretendientes para ella, muchos me hablaban de sus apuestos hijos, a fin de cuentas la dote que por ella daría seria importante y emparentarse con un Black no era algo a no tener en cuenta cuando quieres hacer patrimonio.
-De seguro todas esas le irán con el cuento a mi prometida -dije con un deje de diversión en mi voz -lo hicieron cuando tuve un par de encuentros con una amante.

Elevé la mirada centrándola en un hombre que llevaba observándonos desde las sombras desde que llegamos.
-Al parecer ya gozas de admiradores secretos de baja alcurnia -aseguré ladeando la sonrisa -¿he de preocuparme de que mi díscola y perturbada sobrina se fije en un elemento de esas características?

El café estaba muy concurrido, más que café había un festín montado por todo lo alto. Joe le presentó a un montón de gente que de inmediato memorizó, se le daba bien ese tipo de cosas no sabía muy bien por qué, era capaz de estar centrada y atenta a muchos flancos sin perder detalle, como si de pronto se activase un modo radar de alerta máxima y nada se perdiese por el camino.

Se fijó en cómo bailaban, comían y se comportaban, no parecía difícil, así que actuó como ellos y el resultado fue bastante satisfactorio.

—¿Te vas a casar? que moral. Eres un vampiro y te vas a atar a alguien "hasta que la muerte nos separe"... más bien "hasta que la muerte se te lleve a ti porque yo soy eterno" ¿no?.— soltó una carcajada.— pffff... en el siglo XXI el dirvorcio es lo normal, si cometes el error de firmar ese papel y te quieres echar atrás no pasa nada, no está mal visto.Te puedes casar y divorciar tantas veces como quieras. Como ves, no todo es malo en mi tiempo, a veces hacemos cosas con sentido común. ¿No irás en serio con eso de casarme, no?

Se tomó un par de copas como Joe, la verdad es que el sabor de los licores y del champagne era mejor, seguramente no tendría mil aditivos químicos como los que ellos tomaban en su tiempo. Entonces el vampiro le señaló al que los observaba de entre las sombras. Era cierto, la miraba a ella con insistencia.

— No tengo ni idea de quién es. ¿No te estará vigilando a ti? no...ciertamente me mira a mi. Voy a hablar con él.— Se levantó del asiento y se acercó a una mesa cercana donde había dulces y se sirvió un platillo acercándose a la sombra donde acechaba el extraño.— ¿Le gusta lo que ve? porque no ha dejado de mirarme en toda la noche.

Quizás no fuera muy ortodoxa la forma de aproximarse al acosador, pero ella era muy directa con su forma de actuar, a pesar de estar metida en el papel de sobrina casadera, ese tipo no estaba interesado en la pantomima, estaba vigilándola y quería saber por qué.

Salió de entre las sombras desde las que acechaba a su vieja amiga. En aquellas semanas la cantidad de información recabada había sido altamente productiva. Sabía que ella vivía allí con ese tipo echaquetado y una niña enfermiza. Había observado todos los turnos del servicio, había visto cosas que en el siglo XXI habrían sido clichés de películas de terror, pero Monty no se dejaba desbordar por las situaciones. Había deducido él sólo que existían los vampiros, los licántropos y los brujos. Quizás las mentes más "humanizadas" entrasen en colapso, quizás otro tipo de persona simplemente entrase en pánico al descubrirlo, pero él era frío, analítico y tranquilo. Si sangraban podían ser abatidos, todos ellos eran presas potenciales, y tener una que por fin supusiera un reto al francotirador, era de lo más estimulante.

Se acercó a la mesa y cogió un copa de whisky oliéndola y después dando un breve sorbo, no le gustaba que el alcohol minase su capacidad de exterminar. Ladeó la sonrisa y se acercó un poco susurrándole.

— Ya veo, es una actuación magistral, como siempre. Me alegro de verte tan bien, Maya.

Isadora frunció el ceño ante sus palabras, la joven no parecía estar muy de broma.

— ¿Maya?.— ese nombre hizo que algo se revolviera internamente. ¿Por qué la llamaba así? acaso la conocía?. Monty era muy observador, se dio cuenta que su vieja amiga estaba algo desconcertada, no lo había reconocido. Bueno, era algo que podía suceder, dadas las duras condiciones de los penales psiquiátricos en el que había estado encerrada tras lo de Afganistán. Tarareó una canción entre dientes.

— You'll still get rowdy with the girls and boys, 'cause it's time for you to take a stand yay, Shout it, shout it, shout it out loud...— esa melodía le resultaba familiar, era una de Kiss, y ella llevaba tatuado en el brazo el logo de la banda. Habían hecho varios viajes juntos, pero el que más recordaba el soldado era el que hicieron por la Ruta 66 los cinco magníficos como se hacían llamar de coña, durante el cual habían hecho un repaso al mejor rock y los moteles más pintorescos de la América profunda. Como si fueran libres y salvajes, rodaron por el oeste americano viviendo un mes la vida loca, pues entre misión y misión, si uno se olvidaba de vivir perdían parte del alma.

En la mente de Isadora estallaron unos flashes, eran recuerdos que esa canción había destapado. Un todoterreno descubierto, cinco caras deconcidas levantando las manos y cantando a voz en grito esa canción, cerveza pasando de mano en mano...un giro brusco para evitar la multa de tráfico y...Parpadeó un segundo y frunció el ceño. ¿Era otra magia como la de los vampiros? dejó el plato sobre la mesa y miró al desconocido.

— ¿quién eres?

— No me recuerdas, pero sabes que me conoces. Soy Monty. He venido a buscarte desde donde tú y yo sabemos, otro tiempo.

— No voy a ir contigo...Monty. Esto... esto es una locura.

La joven se dio la vuelta para regresar donde Joe, dejando al soldado con el whisky en la mano observando su marcha. En sus acerados ojos había un mensaje claro: "nos volveremos a ver".

— Vámonos. Ha sido... raro. Creo que viene del futuro, como yo..— le dijo a Joe.

Desde mi silla con una altiva sonrisa mis ojos de depredador estudiaban los movimientos de mi presa, no necesitaba acercarme para escuchar la conversación, ni siquiera fijarme para darme cuenta de que ese hombre perturbaba a Isa, mi pequeño hallazgo.
No era de los niños que compartían, ni siquiera cuando era un humano con solo un muñeco de trapo sin ojos heredado, mucho menos ahora que era un monstruo declarado. Isa era miá, no iba a permitirle escapar de mis garras por mucho que ese palurdo le cantara una canción o una serenata bajo el balcon, la necesitaba para ver el futuro, uno al que no estaba dispuesto a llegar de ningún modo y ese tal “Monty” solo me dificultaba ligeramente las cosas.

Medité por unos segundos la idea de matarlo, pero pensé que eso ademas de escabroso de ejecutar en una plaza publica, ocasionaría en la frágil mente de mi acompañante un conflicto de intereses, así que deseché la idea manteniéndome impertérrito hasta que la misma Isa regresó a mi lado pidiéndonos que nos marcháramos.
Un trago a la jarra, unas monedas sobre la mesa y mi brazo dispuesto para que mi “sobrina” paseara camino a casa.

Al pasar frente a la mesa de Monty no le aparté la mirada, la suya le gritaba a ella “volveremos a vernos” la miá era un tanto sarcástica, los juegos me divertían sobre todo porque yo jamas perdía.
-Parece que no eres la única viajera en el tiempo, lo que no te convierte en un ser menos valioso -advertí ensanchando la sonrisa mientras llevaba su diestra a mis labios para dejar allí un sutil beso -mas no te preocupes, yo cuidaré de ti, ninguno de los dos queremos que vuelvas a un sanatorio mental ¿verdad? -le recordé como estaba en su tiempo, creo que la vida que yo le estaba ofreciendo era infinitamente mejor que todo eso.

El chaval podía serme útil, íbamos a tener que buscar apoyos y aunque nuestra palabra era ley, la idea de que muchos de los nuestros vieran por sus propios ojos el futuro me resultaba interesante, claro que no quería tocaran a mi juguete preferido, así que ...acaba de encontrar un sustituto.

Regresaron a la mansión Black tras esa salida nocturna que la alteró más de lo que querría admitir. Se marchó a su habitación y se quedó tumbada mirando al techo por largo rato. En su cabeza resonaba la melodía que el hombre le había susurrado.

Shout it loud:

— If you don't feel good every way you could, Don't sit there broken hearted, Call all your friends in the neighborhood, And get the party started...

La tarareó varias veces, se la sabía por completo y cuando miró su brazo donde estaba el tatuaje de Kiss le vino un flash a la cabeza: un bar de carretera, risas, tacos picantes y mucho mezcal con el gusano en el fondo de la botella...el sonido de una aguja de tatuar y una enorme carretera larga y recta flanqueada por montañas de caliza roja. ¿La Ruta 66? por delante de sus ojos se coló la imagen de un Monty sonriente, gritando a pleno pulmón en un Chevrolet Impala del 67 sin capota.

Impala:

Derrapaba en los arcenes desérticos hasta detenerse y sobre una calavera de vaca colocó una botella y la voló en mil pedazos de un solo disparo guiñándole el ojo después.

¡Lo conocía! formaba parte de su vida en el otro tiempo del que ella provenía. ¿La había llamado Maya? ¿se llamaba Maya? ¡¡Por todos los dioses!! tenía que saber más sobre eso, él podía tener la llave de sus recuerdos. Pero su instinto de supervivencia le gritaba que no se fiara de él, podía ser un engaño. "Reclusa 235549 en pie." Esa frase la perseguía en sueños. ¿Y si Monty era uno de los que la habían apresado y la tenían como carne de experimento? No sabía de quién fiarse, no podía hacerlo, en todas partes veía sombras de amenaza. Se soltó los bucles, se quitó el maquillaje y la medias llebas de lacitos y encajes ridículos y se encerró en el cuarto de costura, afortunadamente sabía usar aguja e hilo y se fabricó una camiseta cómoda, le añadió bolsillos a un pantalón de monta que pilló de un armario y le añadió una capucha a una chaqueta de terciopelo negro que había en su armario. No era lo mismo que la lycra o el tejido termorregulador inteligente que llevaban en el futuro, pero desde luego mucho más cómodo que las enaguas. Tardó varias horas en acabar y el día ya estaba levantado. Esperaría a la noche para salir a hurtadillas y buscar a ese tan Monty, pero no iría desarmada.

Se había hecho una composición del terreno que pisaba, Montgomery no era ningun chiquillo, era un militar condecorado de las fuerzas especiales, su frialdad, su inteligencia y la calidad de sus decisiones le habían llevado a estar donde estaba y se aprovechaba de ello sin reparo alguno.

Maya estaba custodiada por esos vampiros llamados Black, no tenía recuerdos y no sabía quién era. La habían torturado y experimentado con ella antes de viajar en el tiempo, no podía culparla, lo raro es que estuviera viva; de hecho era la única de su pelotón, los demás estaban muertos o vegetales. Tenía que conseguir acercarse a ella de algún modo, pero lo veía difícil. Como buen cazador que acecha a su presa de varias maneras, decidió poner en marcha el plan B y el C. Tenía fichados a Raziel y a Lucien, al parecer formaban parte de esa saga familiar algo disfuncional, y por lo que veía, no eran los más influyentes, quizás podría infiltrarse entre ellos.

Comenzó a frecuentar L'Enfer, no le gustaba demasiado el alcohol, mermaba sus capacidades, pero se tomaba algunas copas de vez en cuando. El propietario era uno de los Black y al parecer tenía algunos tira y afloja con la duela del cabaret contiguo, una rubia de esas que quitaban el hipo.

Se ofreció para hacer de cliente infiltrado en el cabaret Le Ciel y le llevó información a Raziel, ganándose un poco su confianza. Después de esos acercamientos, probó suerte con el otro neófito, Lucien. En alguna ocasión salieron a la calle buscando más juerga y Monty tuvo que hacer uso de su puntería legendaria con los cuchillos y las armas de fuego.

Durante esas semanas, se fraguó cierto colegueo entre el americano y los vampiros, frecuentando el cabaret y obteniendo información más precisa sobre cada uno de los miembros de aquella partida gigante de ajedrez que se estaba jugando en el tablero de París.